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Participación en La Organización Funcional en Una Institución Sociosanitaria
Participación en La Organización Funcional en Una Institución Sociosanitaria
organización funcional
en una institución
sociosanitaria
Objetivos
3.2. Transmisión de la información. Utilización de lenguajes adecuados a las necesidades de los usuarios
dependientes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
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La organización de las tareas a realizar tiene una importancia crucial en el apoyo a la atención
sociosanitaria a personas dependientes en instituciones residenciales. Además, también se debe
estimular la comunicación de los usuarios, con el objetivo de favorecer su desarrollo diario y sus
relaciones sociales, utilizando, si fuera preciso, sistemas alternativos de comunicación.
Para conseguir un adecuado funcionamiento de la institución residencial es necesario que todas las
actuaciones que se desarrollan en esta institución estén perfectamente organizadas.
Horarios
La gestión de los horarios engloba tanto la elaboración del calendario laboral anual de cada traba-
jador (condicionado a los estatutos de los trabajadores, a los convenios colectivos y a los contratos
de trabajo), como la tipología de horarios que se aplique en el centro.
Para que la distribución de las tareas que se realizan en el centro a lo largo del día tenga un orden
y una secuencia lógica, es básico que se establezcan horarios. Y estos horarios tienen en cuenta
la duración de la tarea y la dedicación que exigen por parte de los profesionales y de los usuarios.
Así pues, la elaboración de un horario mediante el cual se organicen las tareas es imprescindible,
ya que los centros residenciales son entidades complejas en las que trabajan una gran número de
profesionales atendiendo a un número también considerable de usuarios, los cuales, además, pre-
sentan unas necesidades específicas.
Un número considerable de usuarios pasarán las 24 horas del día en la institución, de manera que
el centro residencial actúa como sustituto del hogar. Por este motivo, el horario debe respetar una
distribución de las tareas acorde con lo que los residentes llevan haciendo toda la vida respecto a
las actividades de la vida diaria.
Algunas de la actividades diarias que deberán organizarse mediante el horario son las siguientes:
Cada centro elaborará su propio horario, el cual dependerá de factores tales como los servicios que
ofrece, el equipo de profesionales que constituya la platilla del centro, el número de usuarios a los
que se preste atención sociosanitaria...
El equipo directivo del centro, en colaboración con los coordinadores, será el encargado de confec-
cionar los horarios de las diferentes actividades del centro, y este horario deberá estar al alcance de
todas las personas de la institución, incluyendo los usuarios.
Así pues, para que los usuarios del centro puedan estar atendidos a lo largo de todas las horas
del día, incluida la noche, el trabajo de los diferentes profesionales de la institución residencial se
organiza por turnos.
Mediante los turnos de trabajo se organizan el tiempo y el espacio en el que cada uno de los profe-
sionales del centro desarrolla su jornada laboral, la cual, por lo general, tiene una jornada de trabajo
de 8 horas.
En función del tipo de institución, y de las horas y de los días de la semana que ofrezca atención a
sus usuarios, podemos enumerar tres tipos de sistema de trabajo diferenciados:
Cada uno de los turnos se caracteriza por una serie de actividades propias de la franja horaria en
la que tiene lugar. Así, por ejemplo, las actividades de aseo e higiene personal serán una constante
en el turno de la mañana, mientras que las visitas de familiares son más frecuentes por la tarde, y la
preparación de la medicación para el día siguiente será una actividad propia del turno de la noche.
El Estatuto de los Trabajadores define el trabajo nocturno como aquel que tiene lugar “entre las 10
de la noche y las 6 de la mañana” y se considera trabajador nocturno al que “invierte no menos de tres
horas de su trabajo diario o al menos una tercera parte de su jornada anual en este tipo de horario”.
La intervención sociosanitaria en instituciones sociales tiene como objetivo favorecer el bienestar del
usuario, ofrecerle la mejor calidad de vida posible, responder de forma integral a sus necesidades.
El trabajo a turnos tiene repercusiones sobre la calidad de vida de los profesionales, no tanto por el
número de horas trabajadas como por la distribución de dichas horas, especialmente la de aquellos
trabajadores que realizan el turno de noche o la de aquellos otros profesionales el trabajo de
los cuales se rige por el sistema de rotación de turnos, lo cual les exige un ajuste dinámico a los
cambios de horario cada periodo de tiempo.
Los horarios de estos profesionales no suelen coincidir con el de la mayoría de la población activa,
y no tienen estabilidad en este sentido, lo cual requiere que estos profesionales se adapten cons-
tantemente a su horario de trabajo.
Los profesionales que trabajan siempre en el turno de noche sufren las siguientes consecuencias:
◦◦ Las horas que dedican al descanso durante el día suelen ser menos y no tan reparadoras como
durante la noche. Así, el trabajo nocturno puede ocasionar perturbaciones en el ritmo biológico
del sueño, pues el trabajador duerme poco y mal, con un sueño de mala calidad y poco repara-
dor, y esto hace que se vaya acumulando la fatiga.
◦◦ Sus horarios de trabajo interfieren en las relaciones con sus familiares y su entorno social, nor-
malmente por incompatibilidad de horario con ellos. Así pues, el trabajo nocturno hace disminuir
las posibilidades de participar en actividades sociales y familiares en un entorno que está pre-
parado para la vida diurna, y en el que no coincide con amigos y familiares, de manera que el
tiempo de ocio se dedica más a actividades individuales que a actividades sociales.
Entre los inconvenientes que tiene el trabajo a turnos, destacaremos los siguientes:
◦◦ El profesional no tiene un horario estable, de manera que debe estar pendiente constantemente
del turno que le corresponde y, una vez lo sepa, debe adaptarse en cada periodo a las peculiari-
dades del turno correspondiente (cambio de horas, de actividades...).
◦◦ Interfiere en las horas de descaso, pues la falta de estabilidad repercute directamente sobre el
ritmo de sueño.
Así pues, las características de este tipo de horario de trabajo interfieren en la salud del trabajador,
y tiene consecuencias tales como dificultades de concentración y memoria, aumento del riesgo de
sufrir accidentes laborales, alteraciones del sueño (insomnio, por ejemplo)... También interfiere en
el estado emocional del profesional, de modo que es frecuente la sensación de estrés y ansiedad.
A continuación enumeraremos una serie de recomendaciones para intentar minimizar las repercusiones
que el trabajo a turnos tiene sobre la calidad de vida de los profesionales:
◦◦ Diseñar los turnos de noche con una carga horaria menor que la de los turnos de mañana o tarde.
◦◦ Procurar que las condiciones de trabajo del profesional sean las óptimas, pues las circunstancias
con las que debe convivir hacen que este profesional sea más vulnerable.
◦◦ Asegurarse de que la alimentación sea la adecuada y acorde con el tipo de turno, ya que el tra-
bajo a turnos también puede provocar alteraciones en los hábitos alimentarios, pues afecta a la
cantidad, a la calidad y al ritmo de las comidas.
Un profesional que realice el turno de mañana, por ejemplo, empieza bastante temprano la jor-
nada laboral, de manera que es recomendable un desayuno completo, pues hasta la hora del
almuerzo no va a ingerir ningún alimento.
◦◦ En cuanto al descano, hay que procurar crear unas condiciones adecuadas para que este des-
canso pueda ser óptimo y reparador, con el menor nivel de iluminación y de ruido posible, aunque
esto a veces es complicado, si se duerme durante la mañana después de una jornada nocturna
de trabajo (los tapones para los oídos pueden ser una buena opción).
Grupos de trabajo
Muchas de las actividades que se desarrollan en el centro serán individuales, y en este tipo de acti-
vidades se establecerá, principalmente, una relación entre el usuario y el profesional. Otras activida-
des, sin embargo, se realizarán en grupo.
Las actividades que se llevan a cabo de forma colectiva intentan organizarse de manera que los
usuarios formen un grupo lo más homogéneo posible en cuanto a necesidades, lo cual permite al
profesional una mejor coordinación de la sesión. Si el grupo fuese heterogéneo, la situación exigiría
al profesional una mayor división de funciones, hecho que le dificultaría poder ofrecer una atención
adecuada a los residentes.
En este apartado nos centraremos en la utilización de lenguajes adecuados a las distintas necesi-
dades de los usuarios en situación de dependencia, de modo que primero abordaremos el proceso
comunicativo y estudiaremos qué es la comunicación y cuáles son los principales elementos que
intervienen en ella.
◦◦ Emisor
Para que haya comunicación es necesario que una persona envíe un mensaje. Esta persona,
denominada emisor, transmite esa información para que sea recibida por otra persona.
El tipo de mensaje que transmita dependerá de sus habilidades y características a la hora de
comunicarse, y en la transmisión de un mensaje no sólo interviene la parte de contenido verbal,
sino que también es fundamental la llamada comunicación no verbal, es decir, los gestos, la en-
tonación, el ritmo, el volumen de voz y la expresión facial, entre otros elementos.
◦◦ Receptor
Es la persona que recibe el mensaje, y también influyen sus habilidades y características. El
receptor, al recibir el mensaje, lo interpreta y lo procesa.
◦◦ Canal
Es el medio a través del cual se transmite el mensaje desde el emisor al receptor (por ejemplo:
el aire, el papel, el teléfono...).
◦◦ Mensaje
Se trata de la información que se transmite, y esta información puede ser verbal, no verbal o una
combinación de ambas modalidades.
◦◦ Feedback
Se trata de las señales y respuestas que el receptor va enviando conforme interpreta el mensaje,
de manera que a través de este elemento el emisor recibe información sobre si el mensaje está
llegando al receptor.
◦◦ Contexto
Es el entorno que rodea al emisor y el receptor, las condiciones en las que se lleva a cabo el
proceso de transmisión.
Además, también se mejora el bienestar emocional, ya que la información facilita la toma de decisiones,
y esto genera satisfacción personal y favorece la autoestima, pues se sienten capaces de controlar
los diferentes aspectos que rodean su vida cotidiana y esto les proporciona seguridad y tranquilidad.
Otro de los beneficios que conlleva el hecho de hacer efectivo el derecho a la información es que se
fortalecen las relaciones personales, pues cuando un usuario percibe que se le tiene en cuenta, se
la escucha y se la informa, se siente respetado y valorado, por lo que se anima a iniciar y a mantener
más relaciones sociales.
Hacer posible el derecho a la información también ayuda a proteger otros derechos fundamentales
de los usuarios, como pueden ser el derecho a la intimidad, a la dignidad y el derecho a decidir por
uno mismo.
La capacidad de comunicarse es fundamental para la persona mayor, pues le permite expresar sen-
timientos y transmitir hechos de su vida. Aunque haya disminuido su capacidad física y aparezcan
una serie de cambios propios de la edad, mantener intacta su capacidad de comunicarse con su
entorno es altamente satisfactorio para la persona mayor.
Sin embargo, la edad trae consigo algunos problemas que pueden afectar a la capacidad de expre-
sión y comprensió
◦◦ Deterioro cognitivo
Afecta a las funciones cognitivas superiores, como la atención, la memoria y el lenguaje (esto
ocurre en demencias como el Alzheimer).
◦◦ Accidentes cerebrovasculares
Pueden tener como consecuencia alteraciones del lenguaje, si las áreas del cerebro que se ocu-
pan de éste se ven afectadas (afasia).
Así pues, es conveniente que, si aparecen estas dificultades, los profesionales establezcan formas
de comunicación adaptadas.
Las personas con discapacidad sensorial emplean sistemas diferentes para comunicarse (la
lectura y escritura de la persona ciega, por ejemplo, no puede hacerse a través de la palabra
escrita, pues no la puede percibir por el sentido de la vista, de modo que necesitará una forma de
comunicación escrita basada en el uso del tacto), y es importante que el profesional se adapte a
estas nuevas formas de comunicación.
◦◦ Desarrollo, en caso de que sea necesario, de sistemas de adaptación del lenguaje a las necesi-
dades de la persona
Para poder adaptar el lenguaje a las necesidades de cada residente es preciso evaluar previa-
mente cuáles son las capacidades que tienen los usuarios para recibir y comprender la informa-
ción que les proporcionan el equipo de profesionales.
Una vez realizada esta valoración, los profesionales que están en contacto directo con los usua-
rios deben procurar conocer y adaptar el sistema de comunicación más idóneo para cada uno de
ellos. Esta adaptación puede realizarse utilizando sistemas de comunicación alternativa, comuni-
cadores personalizados, lenguaje de signos, lenguaje táctil...
◦◦ Información al usuario
A la hora de transmitir la información se debe garantizar la confidencialidad y la privacidad, tanto
en el caso de la información transmitida verbalmente como en el caso de la información escrita.
Cuando se trata de información personal, se debe recordar que todos los miembros del equipo
interdisciplinar que atienden a las personas en situación de dependencia están sujetos a secreto
profesional. Esto quiere decir que no se pueden divulgar datos personales ni clínicos bajo ningún
concepto. Los usuarios (o, en caso de incapacidad, sus familiares o representantes legales) tie-
nen derecho a determinar que no se facilite dicha información a terceras personas.
En caso de que el usuario esté en silla de ruedas, no es conveniente que los profesionales se sitúen
frente a él. Es mucho mejor que se coloquen a su lado, porque así se podrán acercar más y esta-
blecer contacto físico.
También podemos encontrarnos usuarios que presenten problemas auditivos o déficit visual. En
este caso la mejor posición de los profesionales es que acerquen su cabeza a la del residente para
que pueda verlos o escucharlos mejor.
Si la persona con problemas auditivos o visuales estuviese en silla de ruedas, los profesionales
deben situarse frente a él poniendo sus rodillas entre las suyas para establecer un cierto contacto
físico.
Por último, si el usuario es introvertido, los profesionales deben adoptar la posición sentada, de for-
ma que su cabeza quede a su altura o por debajo. Esta postura la encontrará menos amenazante y
se podrá establecer una mejor comunicación con el residente.
Como ya hemos visto anteriormente, las personas en situación de dependencia presentan con fre-
cuencia dificultades para comunicarse adecuadamente, de modo que es importante tener en cuenta
algunas recomendaciones:
Se trata de un conjunto de elementos de naturaleza no verbal que se han organizado para facilitar la
comunicación. Permiten que la persona que los emplee pueda comunicarse funcionalmente, y éste
es precisamente el principal objetivo de los SAC.
Braille
Este sistema se utiliza con personas que presentan deficiencia visual. No es un sistema que usen
para la comunicación oral, sino que se trata de un sistema de lectura y escritura para ciegos. El
sentido que se utiliza para compensar la pérdida de visión es el tacto, de modo que gracias a sus
manos son capaces de comunicarse a través de la lectura y la escritura.
La escritura en Braille
Para escribir a mano se necesita un papel especial y consiste en crear los puntos de relieve a través
de algún material específico, como punzones (los diferentes materiales para la escritura en Braille
ayudan a hacerlo). Sin embargo, tiene la dificultad de que se escribe a la inversa de cómo se lee (se
puntea por detrás del papel y de derecha a izquierda).
La escritura a máquina se hace a través de seis teclas (que representan cada uno de los 6 espacios
de la celda Braille). También tiene una tecla para crear el espacio entre palabras, cambiar la línea
y retroceder. En la máquina se coloca el papel (a modo de máquina de escribir antigua) y ésta va
puntuando el folio conforme se teclea. Se escribe con las dos manos, sabiendo que, de las 6 te-
clas, las tres de la izquierda se corresponden con los espacios 1, 2 y 3 de la celda, mientras que las
teclas de la derecha se corresponden con los espacios 4, 5 y 6. Para escribir la letra L, por ejemplo,
se pulsaría al mismo tiempo sobre las tres teclas de la izquierda (espacios 1, 2 y 3). La máquina
más común es la de Perkins
Lengua de signos
La lengua de signos está formada por un sistema simbólico de signos manuales, y la persona que
la utiliza mueve las manos y los brazos de manera que éstos tienen un significado.
También son necesarias las expresiones faciales, que aportan un mayor énfasis al mensaje que se
está transmitiendo y completan su significado.
Así pues, es un sistema en el que se conjugan dos modalidades de comunicación (sistema “bi-
modal”). Consiste en ir realizando los signos correspondientes conforme se va hablando, respetan-
do el orden sintáctico de la frase en el lenguaje oral.
Además de las personas sordas, también es adecuado como apoyo a la comunicación para perso-
nas que tengan problemas de expresión importantes.
–– Amarillo: personas
–– Naranja: sustantivos
–– Azul: adjetivos
–– Verde: verbos
–– Rosa: sociedad
–– Blanco: miscelánea
Pueden utilizarse diferentes soportes, como un cuaderno o tableros de comunicación, en los que
aparecen los elementos anteriores y facilitan la comunicación.
Las intervenciones que se llevan a cabo en una institución residencial serán de calidad cuando cum-
plan con los objetivos planteados y ayuden a dar respuestas adecuadas a los usuarios, a satisfacer
todas sus necesidades.
Así pues, si están consiguiendo los objetivos que persiguen, el desarrollo de las intervenciones está
siguiendo un proceso adecuado con las condiciones idóneas para que así ocurra. Pero, para saber
si las intervenciones son de calidad, es importante analizar otro concepto: los indicadores de calidad.
Un indicador de calidad es un instrumento que sirve para evaluar la calidad de las intervenciones
que se llevan a cabo, y estos indicadores nos permiten conocer qué elementos tienen que estar
presentes en las intervenciones que se desarrollan, si estos elementos están presentes o no y, si lo
están, en qué medida o estado se encuentran. Estos indicadores, pues, sirven para tener un control
y para realizar un seguimiento de las intervenciones.
Así pues, debemos hacer una valoración de las intervenciones que se llevan a cabo para comprobar
si se han cumplido los principios que deben guiar cualquier actuación en la atención a las personas
dependientes. Estos principios son los siguientes: autonomía, participación, individualidad, integra-
ción social, independencia y bienestar, y dignidad.
Y algunos de los indicadores de calidad en relación con cada uno de estos principios son los
siguientes:
◦◦ Los instrumentos y sistemas de evaluación individual recogen tanto las dificultades y déficits
como las capacidades preservadas, las preferencias y los deseos del usuario.
◦◦ Los informes técnicos que se realizan sobre los usuarios visualizan no sólo los problemas y ca-
rencias sino también las capacidades y competencias.
◦◦ Los programas de intervención y organización de actividades están diseñados contando con los
intereses y preferencias de los usuarios.
◦◦ La organización de las tareas y las rutinas cotidianas permiten que el usuario pueda gestionar al
máximo su persona (cuidado personal, gestión del espacio y enseres y control de vida).
◦◦ Las actividades están organizadas según competencias de los usuarios.
◦◦ Las actividades describen los apoyos que los usuarios precisan para fomentar sus actuaciones
competentes y su autonomía.
◦◦ En las reuniones interdisciplinares se incorpora al usuario, o en su caso a sus representantes, en
la toma de decisiones que afecten a sus cuidados.
◦◦ Existen soportes documentales que permiten una atención individualizada (ficha de seguimiento de
la evolución e incidencias, proyecto personalizado de atención o registros de las preferencias...).
◦◦ Los planes individualizados de atención se realizan partiendo de las historias de vida del usuario,
y contando con sus preferencias, deseos y valores.
◦◦ Las metodologías de reuniones de equipo atienden el estudio de las necesidades individuales:
en su ingreso, periódicamente y ante eventos extraordinarios.
◦◦ La figura del profesional de referencia desempeña un papel muy importante para garantizar la
atención personalizada de cada usuario.
◦◦ El diseño de programas y actividades se realiza partiendo de las necesidades e intereses del grupo
de usuarios y, a su vez, se ve completado con programaciones o adaptaciones individualizadas.
◦◦ Los servicios y programas del centro son flexibles (en horarios, en exigencia de compromiso de
asistencia...).
Después se identificarán las aspectos que requieren una mejora. Decidiremos en qué aspectos es
posible introducir cambios, cómo se pueden realizar y por dónde empezaremos. Debemos tener en
cuenta que aunque hayamos identificado aspectos a mejorar y se realicen propuestas, estas mejoras no
siempre se pueden llevar a cabo por falta de recursos o por las condiciones del centro. En ese caso
registraremos por escrito la propuesta de mejora más óptima, para cuando cambien las condiciones
y sea factible, y de momento optaremos por llevar a la práctica la mejor propuesta de entre las que
sean posibles.
El siguiente paso será la puesta en marcha de los cambios, que se llevará a cabo de forma gradual
y programada, y de manera que permita un sistema de evaluación continua para poder introducir
pequeños ajustes que sean necesarios.
Una vez conseguidos los cambios programados, resulta muy gratificante para todos los implicados
saber que han logrado alcanzar los objetivos de mejora propuestos, y que se valore y refuerce su
esfuerzo y trabajo.
Las dificultades en la comunicación con las personas dependientes son frecuentes, de modo que
se deben solucionar estas dificultades de maneras diversas, poniendo especial atención en las
personas de la tercera edad y las personas con discapacidad física, mental o sensorial.
Con este objetivo se usan los denominados sistemas alternativos de comunicación, como el Braille,
la lengua de signos, el sistema bimodal o los símbolos pictográficos para la comunicación.