Está en la página 1de 3

En el contexto histórico del siglo VII a C, durante la Antigua Grecia, surgen importantes cambios

en la visión del conocimiento y la educación. Los griegos comenzaron a valorar la vida intelectual y la
creación de escuelas filosóficas, separando el pensamiento humano de la simple técnica de la escritura,
asignándole al primero un carácter noblemente digno del hombre mientras que la escritura se consideraba
una habilidad manual.

La educación en ese tiempo estaba regido principalmente por el estado, cuya función consistía en
inculcar la obediencia a las leyes como base fundamental para formar a individuos capaces de vivir en la
polis (ciudad). Estos ciudadanos ideales debían ser capacitados para cumplir con sus obligaciones
políticas, militares, culturales y económicas. La educación griega, concebida como una formación integral,
era un privilegio exclusivo de la clase aristocrática, buscando producir ciudadanos perfeccionados que
combinaran un espíritu culto con un cuerpo bien desarrollado.

Hacia el siglo V a.C., emergieron otros tipos de instituciones educativas, como los sofistas,
quienes ofrecieron una perspectiva alternativa sobre la educación, enfatizando la formación cívica y la
preparación de los jóvenes para su participación política activa en la sociedad. Esta nueva corriente
pedagógica pretendió formar a los ciudadanos como hombres de Estado o futuros líderes.

Platón consideraba que la educación era fundamental para la formación de un individuo virtuoso y
para el establecimiento de una sociedad justa. Desde una perspectiva individual, Platón creía que la
educación permitía al hombre alcanzar una comprensión más profunda de la realidad y de su propio ser,
llevándolo hacia la virtud y la justicia. En el ámbito político, Platón veía al Estado como una entidad
moral que debía subordinarse a la razón y a la moral, educando a sus futuros gobernantes en el amor por la
verdad y el bien.

Por otro lado, Aristóteles sostenía que el Estado debía controlar la educación de los ciudadanos,
influenciado por las ideas de su maestro Platón. Para Aristóteles, la educación debía cultivar la virtud
tanto intelectual como moral en los individuos

La organización educativa en el Imperio Romano se dividió en tres niveles de enseñanza


correspondientes a diferentes tipos de instituciones:

Escuela Elemental: Aquí, el aprendizaje debía provenir de la curiosidad intrínseca del niño, y la
familia era el principal entorno para su formación.

Escuela Media (Gramática): Era la continuidad de los estudios de la escuela elemental, y estaba
destinada a aristócratas e hijos de comerciantes ricos. Su objetivo era ofrecer una base sólida para la
educación superior.
Escuela Superior (Retórica): Se enfocaba en la enseñanza del arte, la oratoria y la retórica, siendo
característica de la educación romana. Además, este nivel contribuyó a la sistematización del derecho
romano. Aunque el objetivo principal de la educación romana era inculcar valores morales y un estilo de
vida para defender y mejorar el estado.

En cuanto al ideal educativo durante la Edad Media, especialmente promovido por san Agustín,
destacamos:

Centrar los principales conceptos pedagógicos en el estudio del concepto de educación, en el


sujeto de la educación, en el ideal educativo, en la figura del maestro, en los contenidos y métodos.

Jerarquía de valores que deben presidir todo el proceso educativo, encarnándola y haciéndola
vigente tanto en lo teórico como en lo práctico.

Incorporación de Dios y la dimensión religiosa a la educación y a la vida humana.

Análisis crítico sobre la verdad, lo absoluto, la relación con los valores morales; la vigencia de la
religión y su relación con el hombre en su vida personal y social; la nueva concepción del trabajo, la
economía, la política y la naturaleza de las relaciones interpersonales que se generan en cada uno de esos
ámbitos.

Esta perspectiva agustiniana ha influenciado significativamente la concepción de la educación


cristiana actual.

El tema aborda la evolución de la educación durante la transición de la Edad Media a la Edad


Moderna, centrándose en cómo el Renacimiento impulsó un cambio significativo en la forma de entender
y transmitir el conocimiento. Se destaca la fundación de las primeras universidades y la aparición de
instituciones como academias y sociedades científicas, que contribuyeron a un aumento en la
diversificación y calidad de la educación.

Emmanuel Kant también aparece mencionado como un pensador clave en el ámbito educativo,
quien propuso que la educación debería centrarse en la disciplina y la formación, incluyendo aspectos
morales y civiles. Su enfoque incluía el autodidactismo y la idea de que el mejor método para comprender
algo es producirlo.

La perspectiva de la administración educativa en la modernidad se enfoca en la necesidad de


adaptar el sistema educativo a los desafíos de una sociedad altamente tecnificada y competitiva. La
educación debe orientarse hacia la adquisición de competencias y habilidades que ayuden a las personas a
enfrentar los retos contemporáneos, y deben considerarse los conocimientos y los valores como elementos
fundamentales para garantizar el futuro de una sociedad más libre y solidaria.

La información provista resalta varios aspectos relevantes sobre el informe "Educación Para
Todos" (EPT) publicado por la Unesco en el año 2005, especialmente en relación con la calidad de la
educación básica en áreas como África y otros países de bajo ingreso.

Es importante destacar algunos componentes específicos de la calidad educativa abordados en el


informe:

Comprender la lectura mediante diferentes tipos de textos y habilidades para realizar distintos
tipos de lectura basándose en la percepción de la realidad o del contexto.

Expresión escrita, incluyendo la capacidad de expresar el pensamiento en forma escrita con


precisión, análisis, comparación e interpretación de diversas corrientes de pensamiento.

Resolución de situaciones problemáticas, que requieren el manejo de estrategias y métodos


adecuados según el nivel de desarrollo del pensamiento lógico.

Participación social y ciudadana, que promueve sentimientos de confianza en la capacidad de


intervenir en acciones comunitarias con un compromiso ético.

Actitud crítica frente a los medios de comunicación social, que busca el uso y aprovechamiento
inteligente de la tecnología por parte de la población más joven.

Trabajo en equipos, que enfatiza la importancia de asociarse para concertar y lograr acuerdos.

Finalmente, para garantizar la expansión de la educación con calidad para todos, es fundamental
considerar la inversión en educación. Estos elementos son fundamentales para entender cómo el informe
de la Unesco ha contribuido a la discusión y acción global en torno a la calidad de la educación y sus
desafíos en el siglo XXI.

. La educación ha sido la base para la mejora de la calidad de vida y la modernización de la


sociedad, y se encuentra ligada a la necesidad de administrar y organizar la vida de la sociedad y del
Estado, respondiendo a la necesidad de administrar los bienes del Estado y preparar recursos humanos
formados en competencias y habilidades para sostener la producción y la economía de la
sociedad.Además, la administración educativa debe adoptar una postura proactiva, de control y
monitorizado continúo de las demandas de la sociedad, de los bienes de consumo actual y de las
exigencias del mercado laboral. Esto permite identificar oportunidades de desarrollo y minimizar los
problemas, convirtiéndolos en oportunidades de desarrollo.

También podría gustarte