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YENNIFER VILORIA GIRALDO

DERECHO MARITIMO
27/09/2023

Se reconoce que el término jurídico “nave” o “buque” es ambiguo y que pueden exi
stir múltiples definiciones para diferentes propósitos incluso dentro de la misma juri
sdicción. Por tanto, es un concepto dinámico que enfrenta continuamente los desa
fíos del avance tecnológico. De hecho, cada vez se utilizan más equipos nuevos e
n las llamadas operaciones offshore, y siempre surge la pregunta de si las exencio
nes previstas en la Ley de Comercio Marítimo de Colombia se aplican a todos los
buques. Este artículo examina el concepto de "buque" en el derecho colombiano y
analiza su desarrollo y alcance en el derecho nacional. También se investigará el i
mpacto de este concepto en los equipos comúnmente utilizados en operaciones c
osta afuera. El artículo también cubre el concepto de barco y su avance en las juri
sdicciones del Reino Unido y Estados Unidos.

Además, los principales tribunales de todo el mundo han sostenido la posibilidad


de que puedan existir conceptos diferentes incluso dentro del mismo sistema
jurídico. Esto se debe a que en algunos casos puede ser más razonable darle a un
concepto un significado más amplio que en otros. El propósito específico de cada
norma. Es por tanto claro que, dependiendo de la normativa aplicable, existen
numerosas definiciones de la expresión “buque” o “contenedor” y por tanto que
tiene un significado nacional e internacional y está en constante cambio o
evolución. Es importante señalar desde el principio que este es un término que.
Por supuesto, esto puede causar problemas en algunos casos. Esto se debe a
que es una categoría que típicamente sirve para lograr la aplicación de regímenes
regulatorios excepcionales, cuyo contenido varía según la jurisdicción y los
instrumentos internacionales.

El ordenamiento jurídico mercantil colombiano no ha escapado a esta


problemática y es por esto que, en nuestro medio, el concepto también ha venido
delineándose y, quizá, haciéndose a su vez más complejo. Resulta relevante, por
tanto, realizar un examen de dicha evolución, así como del estado actual de la
cuestión, en particular para estudiar si el concepto de nave empleado en nuestro
medio sigue manteniendo vigencia ante los avances de los desarrollos
tecnológicos de los equipos marinos, particularmente en la atención a las
novedosas construcciones comúnmente empleadas en las operaciones costa
afuera o, también llamadas, offshore.

El término "buque" incluye el casco y la quilla, accesorios y accesorios de un


buque capital, independientemente de su nombre, tamaño y si es de vela, de remo
o de vapor. Por otro lado, es importante mencionar que existen otras disposiciones
en el ordenamiento jurídico colombiano (además de las contenidas en tratados y
acuerdos ratificados por Colombia), incluida la definición del término "buque". En
efecto, en este contexto, cabe resaltar que luego de la entrada en vigor de las
disposiciones del actual Código de Comercio, se creó un cuerpo normativo que
inicialmente contenía varias disposiciones relativas al abanderamiento y registro
de naves en Colombia artículos 1437 y siguientes, Se promulgó la Ley 730 de
2001 para facilitar el registro de buques insignia en los buques. estuvieran
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27/09/2023
dedicadas al transporte marítimo, la pesca comercial e industrial. En efecto, dicha
norma incorporó algunas definiciones sobre los conceptos de nave y de artefacto
naval para los efectos propios de la aplicación de sus disposiciones.

En la actualidad, los avances científicos y tecnológicos hacen que cada vez con
mayor frecuencia surjan nuevas construcciones flotantes que resultan poco
tradicionales o convencionales a los ojos del observador común. Ello ha hecho
que surjan discusiones en diferentes jurisdicciones respecto de si ciertas
construcciones encajan o no dentro del concepto de nave que resulte aplicable. En
Colombia, particularmente con ocasión del incremento de las llamadas actividades
costa afuera u offshore.
Como quedó visto atrás, el concepto de nave en Colombia ha venido
evolucionando, precisándose, pero sin duda simultáneamente ampliándose al
contar ahora de manera alternativa con la categoría de artefactos navales, a los
que, valga la pena reiterar, se les aplican las mismas normas previstas en el Libro
de la Navegación del Código de Comercio para las naves cuando con dichos
equipos se lleven a cabo actividades reguladas por dicho cuerpo normativo.
Como ha quedado visto, el concepto de nave está en constante evolución y
cambio. Se trata, pues, de un concepto dinámico que tiene importantes
implicaciones prácticas desde la óptica de la normativa mercantil, y en particular,
del Derecho marítimo. En efecto, en tanto implica en la práctica la aplicación de un
régimen de excepción que contiene figuras ajenas a otras ramas del Derecho,
conviene tener completamente claras las fronteras de su aplicación Se trata, por lo
tanto, de una categoría jurídica de bastante importancia; como se ha visto, su
énfasis ha sido puesto en su capacidad de flotación, la auto-propulsión, su
idoneidad y/o destinación para la navegación, entre otras variables o bien,
mediante una combinación de algunas o todas las anteriores.
Al margen de los acalorados debates de otras jurisdicciones, lo cierto es que en
Colombia, como se anotó, la categoría de artefacto naval permite válidamente
comprender en la misma toda otra construcción flotante que no reúna alguno de
los requisitos previstos para ser una nave (plataformas de almacenamiento,
plataformas de exploración y/o perforación, plataformas auto elevables, entre
otras) aunque incluso si son inmersas en tal categoría solo se les aplicarán las
normas del Libro de la Navegación del Código de Comercio si con el equipo
marino respectivo se realizan efectivamente alguna de las actividades marítimas
consideradas por el artículo 1429 del Código de Comercio. Así las cosas, todo
parece indicar que a cualquier construcción empleada en operaciones costa
afuera de exploración y/o explotación de recursos del mar o el lecho marino en
espacios marítimos jurisdiccionales colombianos siempre que flote le resultarán
aplicables las disposiciones particulares previstas en el Código de Comercio para
las naves, cualquiera que sea su tipo construcción o método propulsión.

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