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El espíritu racionalista creció hasta que a casi todas las universidades de Alemania las dominó el
racionalismo. Esto llegó a su apogeo con la publicación de La vida de Jesús, por Friedrich Strauss
en 1835, procurando demostrar que el relato de los Evangelios eran "mitos" o leyendas.
Esta obra la tradujo George Eliot (Mary Ann Evans) en 1846 y obtuvo amplia circulación en
Inglaterra y en Estados Unidos.
Los tres grandes líderes que en el siglo diecinueve tomaron la corriente del pensamiento de lo
racional a lo ortodoxo fueron Schleiermacher (1768-1834), a quien con justicia se le ha llamado
"el más grande teólogo del siglo diecinueve"; Neander (1789-1850); y Tboluck (1790-1877).
La erudición racionalista despertó un nuevo espíritu de investigación, llamando a muchos
teólogos e intérpretes bíblicos a salir en defensa de la verdad. De esta manera permitió que el
contenido de la Biblia y las doctrinas del cristianismo se estudiasen ampliamente y se
entendieran con más inteligencia.
Por ejemplo, la vida de Cristo nunca se había escrito con erudición hasta la publicación del libro
de Strauss en 1835.
Ahora las grandes obras profundas sobre el tema pueden contarse por miles. El racionalismo,
que amenazó con derribar al cristianismo, le provocó que aumentara su fuerza.
SU ORIGEN
El racionalismo es un movimiento filosófico que promueve a la razón como principal facultad
de conocimiento. Surgió en la Edad Moderna, específicamente en la Europa de los siglos XVII y
XVIII, y se lo suele considerar como el movimiento contrario al empirismo, para el que la
sensibilidad primaba por sobre la razón.
El racionalismo defiende la idea de que el conocimiento humano proviene de la razón y de
nuestra capacidad para razonar. Esto constituyó en sí mismo un cambio
de pensamiento sustancial respecto a la Edad Media, tiempo en el que la fe religiosa cumplía
ese rol.
Tradicionalmente se considera a René Descartes (1596-1650) como fundador de esta
corriente. Su célebre expresión “pienso, luego existo”, conocida como el cogito cartesiano,
representa cabalmente los postulados metafísicos del racionalismo.
Filósofo, matemático y físico, Descartes fue un gran admirador de la geometría y
las matemáticas, ciencias a las que consideraba modelos a seguir para toda forma de filosofía.
Aspiraba a convertir a la filosofía en una disciplina científica, provista de un método, dado que,
a su parecer, solo mediante la razón podían hallarse ciertas verdades universales.
En su Discurso del método (1637), propuso cuatro reglas para toda investigación filosófica:
Evidencia. Consiste en considerar como verdadero solo lo que es evidente por sí mismo.
Este será el germen de la duda hiperbólica como método para dar con la verdad.
Análisis. Consiste en dividir cada uno de los temas en tantas partes como sea posible
hasta dar con los elementos más simples. Estos elementos serán verdaderos si pueden
ser captados por medio de una intuición inmediata y evidente.
Síntesis. Consiste en encontrar las verdades complejas a partir de las verdades más
simples.
Enumeración. Consiste en revisar cada uno de los pasos realizados hasta asegurarse de
no haber omitido ninguno ni haber cometido algún error de deducción.
CARACTERÍSTICAS DEL RACIONALISMO.
El racionalismo se caracteriza por las siguientes ideas generales:
Sostener la razón y el pensamiento como la fuente de todo conocimiento humano.
Creer en el innatismo. En la mente o el espíritu humano existen ideas preconcebidas,
nacidas con él o puestas allí por Dios.
Usar métodos lógico-deductivos para explicar los razonamientos empíricos y
confirmarlos cuando sea posible.
Jugar un papel fundamental en el advenimiento del pensamiento laico (y antirreligioso).
Sus principales defensores pensaron y vivieron en Francia, Alemania y otros países de la Europa
continental, opuestos al empirismo proveniente de Inglaterra.
¿Qué significa el racionalismo hoy?
El término “racionalismo” en nuestros días ha adquirido otras connotaciones: se utiliza para
referir a cualquier postura filosófica que otorgue a la razón un lugar central por encima de la fe,
la superstición u otras formas de pensamiento.
El idealismo, la filosofía cognitiva, y el humanismo, son ejemplos de casos en los que se aplica el
uso del término racionalismo con esta connotación.
El racionalismo cree en tres caminos por los cuales los humanos pueden llegar al conocimiento:
Deducción. Es la aplicación de principios concretos para extraer una conclusión. Un
ejemplo podría ser la utilización de los principios matemáticos para encontrar la
superficie de una habitación multiplicando el ancho por el largo.
Ideas innatas. Es el concepto de que nacemos con verdades fundamentales o
experiencias que traemos de otras vidas. Este pensamiento puede explicar por qué
algunas personas poseen mucho más talento en determinada disciplina, aunque ellas
hayan recibido exactamente la misma enseñanza sobre el tema que otras.
Razón. Es la capacidad de la mente humana para establecer relaciones entre ideas o
conceptos. La razón utiliza la lógica para determinar una conclusión, pudiendo valerse
de varios métodos para ello.
Las principales características del racionalismo son las siguientes:
Razón como medio de conocimiento. La razón utiliza la deducción y la intuición como medio
para conocer la verdad. Yo tengo dudas, y si las tengo es porque pienso, y si lo hago es porque
existo; si no existiera no pensaría y no tendría dudas.
Ideas innatas. Las ideas innatas son aquellas que no necesitan de la experiencia para su
conocimiento.
Método matemático. En la matemática no existen errores, y siempre se llega al mismo punto:
se llega a la verdad.
Universalidad. El racionalismo formó un método que evitaba que todo conocimiento fuera
falso y permitía que, con el método mecánico, se llegara solo a la verdad.
Engaño de los sentidos. El concepto de engaño por los sentidos corresponde a las falsas ideas
que producen aspectos empíricos, teniendo que pasar por el conocimiento racional para llegar
a una verdad cierta.
Racionalismo teológico. Sostiene que Dios es el que guía a la humanidad. Su exponente fue San
Agustín.
Racionalismo trascendente. Defiende la creencia de que el mundo de la experiencia siempre
está en constante cambio y, por esta razón, no se puede confiar en ella. Era apoyado por
Platón.
Racionalismo inmanente. Está basado en las llamadas ideas innatas de Descartes.
Racionalismo lógico. Considera que el pensamiento es la única fuente posible de conocimiento.
Ejemplos de racionalismo