MORAL FUNDAMENTAL
Introducción
Textos extraídos del manual “La peregrinaciíon de la Gracia”,
de José Manuel Horcajo
La teología moral fundamental tiene por
objeto los fundamentos de la conducta
moral del cristiano. Y se pregunta cómo
debe ser esa conducta para que responda al
amor salvador de Dios, que nos ha prometi-
do hacernos eternamente felices con Él.
El punto de partida lo marcó el Vaticano Il al
hablar de la renovación de la enseñanza de
la moral:
“Aplíquese un cuidado especial en perfec-
cionar la teología moral, cuya exposición
científica, más nutrida de la doctrina de la
Sagrada Escritura, explique la grandeza de
la vocación de los fieles en Cristo, y la obli-
gación que tienen de producir su fruto para
la vida del mundo en la caridad” (OT, 16).
INTRODUCCIÓN: EL CAMINO DE LA MORAL
Cualquier historia de Astérix y Obélix po-
drían servir de alegoría del camino del
cristiano:
0.
• Los héroes galos, ayudados de amigos,
son la Iglesia.
• Sus enemigos, romanos o no, son los
pecados.
• La poción mágica que les da fuerza, la
Eucaristía.
• El calor de hogar de la aldea sería la
caridad.
• Y esa caridad es la que ilumina el cami-
no hacia la meta: la felicidad en el cielo.
Lo que faltaría en esta alegoría es que, en
realidad, Cristo lo es todo: el amigo, la fuer-
za, la meta, el origen, el camino, el hogar.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn
14,6).
En el camino del cristiano se atraviesan
montañas, valles y mares. La peregrina-
ción no se hace en solitario, sino con otros,
siempre en compañía. Y, como en toda
peregrinación, hace falta seguir una ruta y
atenerse a un plan, so pena de no llegar. Ese
es el sentido de la moral: el sentido
de la vida. Y, de acuerdo con eso,
1
 MORAL FUNDAMENTAL 0. Introducción

saber qué es bueno y qué es malo en el tificarse con Cristo es, simplemente, “ser
comportamiento del hombre. bueno”.

1. Siglos I a XIII: cristocentrismo Tres épocas: 1) cristocentrismo, 2) legalismo,

Lo central en esta andadura es el amor de
3) emotivismo.
Cristo al hombre. Así lo reflejaba la teología Nosotros no caeremos en este engaño.
moral de la primera época, de las primeras Comenzaremos por mirar al Hijo de Dios,
comunidades cristianas hasta el siglo XIII. Jesucristo, y a la vocación de santidad a la
que el hombre es llamado. (1 – La vocación
2. Siglo XIV en adelante: racionalismo y senti- a la santidad).
mentalismo
Después, tres grandes momentos de este
Pero, después, por influencia de pensadores caminar: amor (2 – El amor), virtudes (3 –
como Guillermo de Ockham y Descartes, Las virtudes) y libertad (4 – La libertad de
desde el siglo XIV hasta casi nuestros días, obrar el bien).
se hizo prevalente un enfoque más centra-
do en el hombre y en su razón (racionalis- Finalmente, prestaremos atención a las ayu-
mo). La conciencia pasó a ser el centro de la das básicas con las que cuentan el caminan-
moralidad. te cristiano y la Iglesia: la ley y la conciencia
(5 – Ley y conciencia).
Esta segunda etapa hartó a muchos, cansa-
dos de contemplar la sequedad del intelec-
to, y se produjo un intento de recuperación
del amor, pero atendiendo más a las emo-
ciones del hombre que a Cristo.

3. Actualidad: emotivismo utilitarista

Las dos vías -racionalismo y sentimentalis-
mo- se llevan bien y, por decirlo así, se han
repartido el pastel en dos trozos:

• emotivismo, sentimentalismo, para lo

privado;

• utilitarismo, racionalismo, para lo públi-

co.

Evidentemente, Cristo está bastante ausen-

te en la escena: más importante que iden-