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LA LÍRICA RENACENTISTA (2ª parte)

Introducción

En esta segunda mitad de siglo comienza a desarrollarse un tipo de poesía religiosa cuyas figuras más
importantes son Fray Luis de León, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. El cambio en la poesía
renacentista hay que entenderlo a través de un acontecimiento histórico: la Contrarreforma católica
generada en el Concilio de Trento a mediados de siglo. España se encierra en sí misma para evitar cualquier
contagio protestante, la Inquisición es cada vez más influyente en la vida de los españoles y nuestro país
vive la vida religiosa con mayor profundidad. Se produce, favorecida por el clima de espiritualidad que vive
la época, la cristianización de las tendencias paganizantes que habían inspirado las creaciones literarias de
la primera mitad del siglo.

Todo esto origina, desde el punto de vista poético, dos posturas religiosas que seguirán los poetas
renacentistas. Aparecen dos manifestaciones poéticas de carácter religioso: la mística y la poesía ascético
moral.

- Ascetismo: es una forma de vida religiosa que trata de perfeccionar a las personas exhortando al
cumplimiento estricto de las obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Ejemplo: Fray Luis de León.
En la poesía ascético-moral confluyen, cristianizadas, una amalgama de corrientes filosóficas (el platonismo,
el epicureísmo horaciano, el estoicismo y el pitagorismo) cuyo tratamiento literario se centra en la huida del
hombre de este mundo y su deseo de trascender y de fundirse con la eternidad.

El hombre vive encarcelado en la prisión del mundo, donde imperan el caos y la discordia, los vicios y los
bienes engañosos, la inquietud y el desasosiego. Para evadirse de la cárcel terrenal debe iniciar un recorrido
purificador a través de:

• La práctica de la virtud (fortaleza, justicia, prudencia y templanza).


• La dedicación al estudio y al trabajo intelectual, en busca del conocimiento último de las cosas (el
ocio santo, como diría fray Luis).
• El contacto directo con la naturaleza, que constituye el refugio acogedor para aquel que, huyendo
del mundanal ruido, busca en ella el sosiego y la paz espiritual. La fuente literaria de esta
interpretación hay que buscarla en Horacio, autor de una oda en la que exalta la dorada medianía
(aurea mediocritas) de quien, apartándose de las intrigas y ambiciones mundanas, se recluye en el
campo, donde disfruta de una vida placentera y sosegada.
• La expresión beatus ille, con la que el poeta latino inicia esta conocida obra y cuyo significado es
‘feliz aquel’, ha dado nombre a un motivo que cobró rápidamente gran auge en la España del siglo
XVI: Garcilaso, en su Égloga II, recrea el tópico y, más tarde, fray Luis de León vuelve a tratarlo en su
famosa Oda a la vida retirada.
• Y, por último, la percepción del arte musical que, según los pitagóricos, purifica el espíritu, como la
medicina purga el cuerpo.

Todas esas realidades participan (según la concepción neoplatónica) de la divinidad: son destellos de las
realidades supremas y absolutas: el bien, la verdad, la belleza y la armonía universales. De esta manera,
cuando el hombre se desentiende del mundo, y de acuerdo con la naturaleza, ejercita la virtud y cultiva su
espíritu, atisba, vislumbra esas realidades supremas que le hacen recordar (teoría platónica de la
reminiscencia) su esencia última, su origen divino.

Ese proceso de purificación ascética que conduce a un apacible estado de quietud, de sosiego y de
concordia, propicia la elevación del espíritu hasta la contemplación de las ideas de bien, verdad, belleza y
armonía que, según el neoplatonismo, se identifican con Dios.
- Mística: es una forma de vida religiosa que trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados
experimentan en el alma al entrar en amorosa comunicación con Dios. El ejemplo inmediato es San Juan
de la Cruz.

El misticismo, es decir, la aspiración a la unión divina en vida existe en la humanidad desde muy antiguo; así
en la India (dentro del hinduismo), en la antigua China (taoísmo), en la antigua Grecia (orfismo), en el
sufismo musulmán, o en pensadores como Filón (siglo I).

El misticismo cristiano arranca en la Edad Media y en España tuvo un desarrollo espectacular con las figuras
citadas, sobre todo porque estos poetas lograron la unión con Dios a través del lenguaje.

La poesía mística describe la experiencia, difícilmente expresable, de la unión del alma con Dios. Esa
experiencia mística:

• Exige un proceso previo de purificación (ascética), a través del cual el alma, con la renuncia y la
penitencia, se desentiende del mundo y busca la perfección moral.
• No depende de la voluntad humana: es una gracia divina, solo unos cuantos elegidos están
llamados a vivir la unión mística con Dios.
• Es extática (de éxtasis): el alma, al fundirse con la divinidad, se sumerge en un estado de
arrobamiento, de embelesamiento en el que cesa la actividad de los sentidos y se desconecta del
mundo circundante.
• Es inefable: el poeta es incapaz de encerrar en palabras el cúmulo de sensaciones vividas en ese
estado de enajenación mística. Para describirlo recurre al símbolo, la alegoría, la paradoja y la
antítesis.

Las vías místicas

El proceso místico: sólo accesible a unos pocos elegidos, se desarrolla mediante tres fases o vías:

1) Vía purgativa: es la fase ascética,caracterizada por el retiro del “mundanal ruido”. La penitencia y la
oración “limpian” el alma de vicios y pecados.
2) Vía iluminativa: en la que el alma, ya purificada, recibe el conocimiento divino. El alma se ilumina al
someterse sin reservas a la voluntad de Dios.
3) Vía unitiva: el alma se funde con Dios y es invadida por un gozo inefable, es decir, que no se
puede expresar con palabras, de ahí que un poeta como San Juan de la Cruz tienda a expresar esta última
fase mística con abundante simbología. La unión con Dios es reconocible por los estigmas, levitación,
bilocación, etc.

Recursos habituales:

- Aliteraciones: con las que expresan estados de ánimo “s” la sonora soledad. Los ríos sonoros/ el silvo de
los aires amorosos.

- Contradicciones: Vivo sin vivir en mí/ Muero porque no muero.

- Imágenes símbolos: Muchas veces usan el campo semántico del erotismo, aunque siempre muy sutil:
suele plantearse como una escapada de la amada a medianoche, una cena romántica, un encuentro
amoroso, etc.

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