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Kostas Axelós
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Ver también mis notas sobre “la filosofía bizantina” (Revue d’histoire et de philosophie
religieuses, N° 2, 1952) y sobre “el arte bizantino” (La vie intellectuelle N° 1, 1955); la
primera fue escrita al margen del libro de B. Tatakis La philosophie byzantine., P. U. F,
1950, de la cual el presente artículo toma ciertos materiales; la segunda fue escrita a
propósito del libro de A. Grabar La peinture byzantine, Skira, 1953.
grandes aperturas – religiosas, poéticas, filosóficas – a la vez que sin cerrar
los ojos a sus diferencias esenciales. Y tratemos por el momento de escuchar
las voces específicas de los bizantinos pensantes y orantes – orantes más
que pensantes.
Prolongando ciertas líneas del pensamiento pagano griego, habiendo
recibido la iluminación de la revelación judeo-cristiana, teniendo tras él a los
Padres griegos de la Iglesia, situándose en un terreno no occidental, el
esfuerzo bizantino se despliega y apunta a la aprehensión del mundo creado,
poniendo la mira en primer lugar en la salvación de las creaturas. El mundo
creado es tomado como una manifestación del ser de la totalidad, del
Creador primero y absoluto que domina todas las creaturas, y fulminando
esta creatura gloriosa y miserable que es el hombre, que ha sido creado a
imagen de Dios. El Dios bizantino es un Dios sediento de plenitud, y los
creyentes son cogido en una extraña redecilla en que la mística alimenta y da
muerte a todos los que buscan conocer a Dios. ¿Podemos hacer resurgir, sin
querer ser de ninguna manera exhaustivos, ciertas figuras de la espiritualidad
bizantina? Pero ¿podemos comunicarnos aún con la tensión de aquellos que
aspiraban al conocimiento de Dios, no entendiendo por cierto el
conocimiento y lo divino como lo entendemos - o no lo entendemos
nosotros? Y ¿sabemos cuál es el sentido de tal empresa, admitiendo que tal
sentido pueda no ser puramente “histórico” o incluso “teológico”?
I. LA TEOLOGÍA Y LA MÍSTICA
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Filocalia, p. 122.- Los textos místicos que poseemos están contenidos en la Pequeña
Filocalia de la Oración del Corazón (traducción francesa, Cahiers du Sud, París, 1953),
colección que reúne textos y noticias referentes a la práctica y a la teología mística de la
Iglesia de Oriente. Esta antología, gracias a la traducción eslavona, jugó un gran rol en la
vida espiritual de los monjes rusos.