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MINERÍA

Breve historia de la
minería en Bolivia

Por: Vladimir Díaz


Investigador CEDIB SIGLO XIX AUGE Y
DECADENCIA DE LA
MINERÍA DE LA PLATA. PERIODO 1872-1900

E l capital extranjero y la nacional pasaba por vincularse al capital 75-77). Poco antes, en 1872, los mismos
minería de la plata extranjero. Aniceto Arce, que aquí es la fi- y otros personajes más (Edwards, Dora-
gura central, contactó a sus viejos amigos do, Peró, Smith, etc.), habían fundado el
En el momento mismo de su triun-
chilenos, que a la sazón eran el círculo Banco Nacional de Bolivia (Mitre, 1981,
fo en el plano interno, en 1872, –con la
más influyente en Chile, para interesarlos pág. 95).
abolición de la moneda feble y la libera-
en sus minas. Concha y Toro, Donoso y Aquellos eran nada menos que los re-
lización del comercio de plata-, la nueva otros poderosos capitalistas y políticos presentantes más notorios de los intereses
burguesía minera recurrió a sus viejos chilenos se asociaron así con Arce para salitreros y argentíferos, chilenos e
contactos forjados años antes en la formar la reestructurada Compañía ingle- ses, asentados desde hacía varios
costa. Entendían que el desarrollo de la Huanchaca en 1873 (Prudencio Bustillo, años en la frontera norte de Chile y en
minería 1951, págs. Atacama,

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paralelamente a un es- checo (1880-1884), logra un acuerdo


cenario internacional con la Compañía de Salitres y
adverso. Hacia la misma Ferrocarriles de Antofagasta para la
década de 1870, los extensión del ferroca- rril de la costa
pre- cios de este hasta el altiplano (Pruden- cio Bustillo,
mineral co- menzaron 1951).
su larga pero El ferrocarril Antofagasta-Uyuni fue
irreversible caída,3 cuyo completado en 1889 y fue festejado por
punto más bajo se verá la oligarquía como un logro civilizatorio,
a finales de siglo no obstante la fuerte oposición al mismo
(Mitre, 1981). La caída de parte de varios sectores que veían en su
de los precios arribo la culminación de la política expan-
internacionales sionista chilena.
funcionará, así, como Con él, la compañía Huanchaca dará
una especie de palanca el salto definitivo. Con las mejoras intro-
de presión durante todo ducidas paralelamente en la extracción,
En 1782, Aniceto Arce y
sus viejos amigos chi- el ciclo de la minería de el ferrocarril permitió en poco elevar los
lenos, nada menos que la plata. niveles de exportación. Durante el apogeo,
atraídos en el último tiempo los representantes más Con los años, a esto esta empresa será responsable del grueso
por la “fiebre” provocada por notorios de los intereses se sumó la ley- de las exportaciones del país. Mientras
salitreros y argentíferos,
los descubrimientos de plata promedio decreciente otras empresas de menor porte sufrían
chilenos e ingleses, fundan
de Caracoles en 1870. en la ciudad de Sucre, el de los mine- rales. Los todo el peso de la crisis de los precios, pre-
Varios de estos mismos Banco Nacional de Bolivia. yacimientos exigían sionadas infaliblemente por su caída y sin
capitalistas eran socios de laboreo más pro- fundo obtener los beneficios del ferrocarril por
la Compañía y mayor trabajo para la su ubicación distante del riel, Huanchaca
extracción, lo que
significaba presión
de Salitres y Ferrocarriles de Antofagas- constante sobre los costos de sorteaba efectivamente la debacle (Mitre,
ta –junto con los ingleses Clark, Gibbs- producción. 1981).
(Mitre, 1981), empresa que iba camino De esta manera, ya en la década de los Este ferrocarril antes que articular la
de constituirse en “un Estado dentro del ochenta, la combinación de precios cada economía del país, terminaba de vincular
Estado” boliviano (Collier, 2000) y que vez más bajos y costos cada vez más altos,
pocos años después se negará a pagar el
famoso impuesto de los 10 centavos.
Así, la principal empresa minera y el
primer banco financiero del país nacían
bajo el cobijo del capital extranjero. Lo
trascendental de este hecho es que
nuestra oligarquía entraba en
concubinato con el sector de mayor
avanzada de la oligarquía chilena que,
apoyada por los ingleses, pa- trocinaría
la Guerra del Pacífico. La intro- ducción
de estos intereses en el corazón
de la economía nacional fue un resulta- Aniceto Arce Ruiz José Avelino Aramayo Gregorio Pacheco Leyes
(1824 - 1906) (1809 - 1882) (1823 - 1899)
do propiciado desde La Moneda (Mitre, Empresario, político y Empresario minero Empresario, político y
1981, pág. 96). 27º Presidente de Bolivia 26º Presidente de Bolivia
Con aquel nuevo impulso, pronto la
nueva elite minera agilizó la moderni- el mundo (Mitre, 1981, pág. agilizaron uno de los cambios más sustan-
zación de la industria que había ya co- 123).2 ciales que introdujo la industria. La única
menzado. Aramayo y Arce habían traído Sin embargo, este apogeo y solución al embrollo consistía en subir la
ingenieros, químicos y otros técnicos eu- la mo- dernización de la capacidad de extracción de minerales y bajar
ropeos1 para introducir cambios en los industria se producían los costos de transporte (Prudencio Bustillo,
procesos técnicos, con los que se mejoró 1951, pág. 130).
la producción y el beneficio del mineral. Hacía mucho tiempo que los principa- les
Al finalizar la década de 1870, Huanchaca mineros habían tratado en vano que el
era, al menos por algún tiempo, tecnológi- ferrocarril llegue al país. Pero es sólo por
camente equiparable a otras empresas en medio de Huanchaca que esto se hará

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efectivo. Hacia 1885, Arce, en calidad de 1900
la minería exportadora con la
Ministro Plenipotenciario de Bolivia en Chile economía internacional. De hecho
durante el gobierno de Gregorio Pa- es más preciso decir que el primer
ferrocarril del actual territorio
boliviano llegó de la costa a las
puertas de las minas del magnate de
Huanchaca –la empresa había
construido de inmediato un corto
ramal de 36 Km de Uyuni a Pulacayo-
(Mitre, 1981, pág. 168). El Estado,
como lo definió Félix Aveli- no
Aramayo, no era para la oligarquía
sino “una organización suprema de la
vida eco- nómica, una comunidad de
productores, una compañía por
acciones en comandi-

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Arrebatar las tierras de las Una vez concluida la Guerra del Pací-
“manos muertas” de los fico, la oligarquía, derrotada en una con-
indios y traspasarlas a las frontación que no quiso, se mostró altiva
“fértiles” de los blancos, al interior y se abalanzó sobre las comuni-
he ahí condensada su dades indígenas. Si bien no quiso probar
política agraria.5 Ello no su valentía contra el enemigo extranjero,
signifi- caba más que lo hizo en abundancia contra la población
conversión de tierras de indígena. La “Guerra civil”, como la llama
comunidad en haciendas. Ovando Saenz, que siguió a la derrota del
Tal como en el gran Pacífico, fue una guerra de la oligarquía
periodo de gloria contra la mayoría indígena de la nación
potosina, dos siglos antes, por sus tierras (Ovando Sanz, 1985).
la expansión de la minería
significó la expansión para- Reconfiguración semi-
lela de las haciendas (Assa- colonial de la economía
dourian, 1979). nacional
La primera gran y siste- “Se sentían dueños del país pero al mis-
mática arremetida databa mo tiempo lo despreciaban”, así sintetiza-
de la época de Melgarejo. ba Almaraz, con toda precisión, la men-
Pese a la resistencia indí- talidad de la vieja oligarquía. Admiraban
gena a la expropiación, la Europa, adonde llevaban a sus familias a
restitución de tierras hecha vivir; admiraban el orden, el progreso y el
por la administración de refinamiento de Londres y París y no po-
Morales no fue total (Peña- dían sino lamentarse por su patria que a
Grupo de trabajado- loza Cordero, 1983, págs. sus ojos era una especie de “pueblo niño”
res, entre ellos varios
niños, en la bocamina
142-144). Sin embargo, fue (Costa du Rels, 1991), o como dirá su más
ta” (Costa du Rels, 1991, pág. principal de la Compa- la ley de Exvinculación, empedernido ideólogo años después, un
122), esto es, un instrumento ñía Minera Huanchaca aprobada por el gobierno “pueblo enfermo” donde reinaban los cau-
de sus estrechos intereses de en Potosí. Finales del de Frías en 1874, que inició dillos.
siglo XIX.
clase.4 el avance a gran escala so- Una especie de marca distintiva los
La política pacifista seguida bre las comunidades, espe- había unido desde sus orígenes. Arce,
cialmente a partir de 1880.
por una fracción de la oligarquía bolivia- De hecho, la vinculación
na se entiende, así, de forma meridiana. entre minas y haciendas fue El ferrocarril Antofagasta-
La guerra no era sino una interrupción a lo largo del ciclo de la Uyuni fue completado en 1889 y
en los negocios, más aún, el territorio plata una característica
perdi- do carecía de significado alguno. importan- te. Arce,
fue festejado por la oligarquía
“Bolivia debe marchar a la vanguardia de Pacheco, Aramayo, como un logro civilizatorio, no
las con- quistas de Chile” había dicho Argandoña, etc., no sólo obstante la fuerte oposición al
impúdica- mente Arce (Prudencio ha- bían partido de la mismo de parte de varios
Bustillo, 1951, pág. 91). He ahí propiedad agraria, sino que sectores que veían en su arribo
sintetizado lo que signifi- caba el país por diver- sas razones la culminación de la política
para la burguesía minera. reforzarán su pa- trón
La minería avanza de la originario. En sus ini- cios
expansionista chilena.
articulaban sus minas y

mano de la hacienda ha- ciendas habían constituido sus haciendas como medio de contrapesar los
la otra mitad del programa de la costos de las primeras –proveyendo mano de
Al exterior del país la minería propi-
oligarquía boliviana. obra barata y víveres-,6 aunque luego dentro de
ciaba la subordinación del embrionario
desarrollo capitalista del país al capital la capitalización de sus empresas grandes este
extranjero, finalmente inglés. Al interior, aporte rural puede no haber tenido ya
el auge de la minería vino de la mano de importancia.
la segunda época dorada de las El hecho de que los propietarios de las
haciendas (Klein, 2008). haciendas cochabambinas y paceñas fue- ran
Al lado de la abolición de la moneda también accionistas de las empresas mineras
feble y del monopolio del Estado sobre y del Banco Nacional de Bolivia, muestra
el comercio de plata, la destrucción de con claridad hasta qué punto se hallaban
las comunidades y la expansión de las imbricados los intereses terrate- nientes con

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minería y la naciente banca (Rodríguez Baptista, el primer Aramayo y hasta el
O., 1978). pu- ritano Pacheco, todos tenían en su
histo- rial personal el haber “luchado
contra la tiranía de Belzu”. Se sentían
orgullosos de haber hecho volver a
éste y sus acólitos a las “inmundas
cloacas de donde salieron” (Marion
Argandoña, 2010, pág. 224).
Los gobiernos de sus amigos,
Linares, Adolfo Ballivián y Tomás Frías
fueron al contrario festejados. De
diputados anti- belzistas, se convirtieron
luego en Minis- tros. Arce había hecho
carrera política, entre otros, como
Ministro de Hacienda durante el
gobierno de Achá, pero mucho más
significativo, había sido Prefecto del

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Litoral en el gobierno de Frías pocos boliviana, el dilema de su En segundo lugar, y


años antes de la guerra (Prudencio propia existencia: que lo que era muchísimo
Bustillo, 1951, pág. 87), tiempo en el que Bo- livia sea “o Tinaja o más grave, el ferrocarril
el Litoral se convertía en un territorio Na- ción”, esto es, o un propició el colapso final
poblado por una mayoría chilena y país ale- jado de todos los del viejo espacio regio-
dominado por los capitales extranjeros. “centros activos del nal construido alrede-
El ciclo político 1884-1899, a mundo” o un país que dor de Potosí. Si bien
diferencia del gobierno indirecto desde respire los aires de los de éste quedaban sólo
1857, es un gobierno franco de la “ambientes vivifica- dos sus despojos, el
burguesía minera. Los magnates mineros por la civilización”. “El ferrocarril terminó por
en persona, Arce y Pacheco, junto su más único modo de ponernos expulsar las pocas
ágil político e ideó- logo, Baptista, se en contacto con el mun- mercancías nacionales
harán presidentes de la República. Su do, de romper la tinaja, Benjamín Vicuña Mackenna que aún re- sistían al
partido, el partido Consti- tucional o (1831 - 1886)
es el ferrocarril. Esto lo Político e historiador chileno avance de las
Conservador, no será sino un licuado de comprendía Arce con tan- mercancías de la costa,
los viejos “rojos” (Prudencio ta nitidez como el mismo acelerado ya al ampa-
Bustillo, 1951). Su gobierno directo, una Vicuña Mackenna” (Prudencio Bustillo, ro del libre comercio fijado mediante el
forma de asegurar el predominio de los 1951, págs. 135-137). Pacto de Tregua (1884), que no era sino
intereses mineros.7 El ferrocarril, en primer lugar, rompió la culminación económica de la victoria
La llegada del ferrocarril fue a la vez el la unidad mina-ingenio. Huanchaca, con mi- litar de Chile. Así, el azúcar cruceño
triunfo más importante de sus intereses y su capacidad de extracción de mineral pron- to fue desplazado por azúcar
in- crementada, ahora estaba en con- importado, ahora capaz de competir con
la vieja oligarquía diciones de hacer grandes envíos la reducción de costos (Mitre, 1981).
admiraba a Europa, adonde de mineral a menor costo llenando Hasta entonces Chayanta, en el norte
llevaban a potosino, y los valles
sus familias a vivir; los vagones del tren. El ferrocarril, cochabambinos se habían encargado de
que era en parte propiedad de la abastecer de trigo y harina al país. Con
admiraban el orden, el empresa, permitió la exportación el tren, la llegada de trigo y harina
progreso y el refinamiento de de mineral crudo, de la mina de chilenos y estadounidenses, desplazó los
Londres y París y no podían Pulacayo al saco, sin que sea naciona- les (Platt, 1982, págs. 70-71).
sino lamentarse por su patria pro- cesado como antes en los Allí quedo el país partido en dos sino
que a sus ojos era una especie ingenios en Huanchaca (Mitre, más partes, cuya manifestación más
de “pueblo niño”... 1981). patente fue el secular regionalismo.
No siendo procesado en el país,
el símbolo de su fe en el progreso. Él sí lo era en Chile. En efecto, la empresa Ese era el “triunfo de la civilización”
po- nía finalmente Europa más cerca del construyó en 1886 una fundición en Pla- auspiciado por la burguesía nacional.
país y a sus minerales más cerca de sus ya Blanca, Antofagasta, anterior territorio Años más tarde uno de los diplomáticos
com- pradores. En una carta dirigida a boliviano y ahora conquistado, para fun- de “planta” de la oligarquía del estaño, Al-
Baptista después de la guerra, Vicuña dir el mineral que salía en bruto del país berto Ostria Gutiérrez, cuando se referiría
Mackenna, figura clave en el (Mitre, 1981), hecho que acompañaba el a este hecho, aún festejaba la conquista
forjamiento de la “con- ciencia nacional” proceso general de retraso tecnológico burlándose de quienes se habían opuesto a
de la oligarquía chilena, había planteado que vivía ya la minería.8 la llegada del tren al país: “Y surge el grito
a la ahijada oligarquía populachero: ‘¡Abajo el ferrocarril! ¡Viva
la llama!’” (Prudencio Bustillo, 1951, pág.
16).
En efecto, como dijo Mitre, el país
ha- bía saltado de la llama al tren, sin
pasos intermedios: el salto había
significado la incorporación
subordinada del país al capitalismo y la
reconfiguración semi- colonial de su
economía. “Los ferroca- rriles
tecnificaron solamente la economía
colonial, acelerando el ritmo con que se
vaciaba de materias primas el país,
desde tiempos pre-republicanos. Parece
Transporte de mine-
casi un símbolo el hecho de que los
ral hacia, a tiro de
mula, hacia los
puer- tos chilenos
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antes de la
construcción del
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rieles fueran
puertos, a lo largo de los caminos que utilizó
el viejo coloniaje. Por este cause de hierro
fluye- ron más caudalosos los minerales
nativos

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hacia el mar, para enriquecer a Europa,


4% anual del valor total exportado Pero con todo se había fundado un
sin que se derramara gota de su turbión
(Mitre, 1981, pág. 76). En cambio, la pa- trón que durará hasta 1952,
fecundo sobre la geografía boliviana”, dijo
riqueza na- cional había contribuido a articulando la minería a las haciendas
hace muchos años ya Carlos Montenegro.
forjar aquellas grandes fortunas privadas feudales, y otro que perdura en lo central
Mientras esto ocurría, la oligarquía fes-
que no tardaron en esfumarse o volver a hasta hoy, como dice Antonio Mitre:
tejaba en Paris. Tras conseguir el acuerdo
sus orígenes. “exportar minerales para importar casi
para la llegada del tren al país en 1885,
Cuando los precios internacionales todos los productos de la industria, desde
Arce, misión cumplida, se retiró a “des-
to- caron fondo a finales de siglo se fósforos hasta máqui- nas” (Mitre, 1981,
cansar y disfrutar” a Francia, con el cargo
derrum- bó al propio tiempo la minería pág. 192)
de Ministro Plenipotenciario en Francia y
de la plata. Justo ahí se vio el tuétano
España. Allí en su palacete de los Campos 1 Ruck, hermanos Franke, Bruckner, etc. Una muestra de la menta-
feudal del que estaban hechos estos lidad de esta oligarquía es el hecho de que no sólo los
Elíseos dio a menudo fiestas suntuosas y ingenieros debían ser extranjeros, sino que se trajeron hasta
oligarcas. Eran al fin burgueses sin alma algunos car- pinteros y otros obreros comunes de fuera (Costa
recibió del Gobierno francés la insignia de du Rels, 1991, pág. 22).
burguesa. Arce, Pa- checo, Argandoña, 2 Al interior, la industria, al menos en lo que respecta a la principal
comendador de la Legión de Honor (Pru- empresa, comenzaba a tomar la fisonomía de una industria mo-
se refugiaron aumen- tando sus
dencio Bustillo, 1951, págs. 137-142). derna. La jornada de trabajo pasó a ser de nueve horas, dejando
propiedades rurales, cada quien con su el método de las “mitas” (trabajo de hasta 36 horas
Durante el periodo de auge, la minería continuas). Además de esto, ahora también el capital se había
palacio más grande y más lujoso: La hecho capaz de incorporar al proceso productivo a mujeres y
de la plata no había dejado al país, como niños. Con los años, la forma de pago en dinero, con moneda
Florida, La Glorieta, que aún pueden depreciada, susti- tuirá el pago en especie que antes fuese la
ingresos fiscales, más que un promedio del forma más rentable de barajar los costos laborales (Mitre,
apreciarse en especial alrededor de Sucre, 1981).
3 Como consecuencia de la gran producción de plata de los Esta-
son los restos del boato del drama de la dos Unidos -gracias a los descubrimientos en California- y por la
puesta en venta por parte de Alemania de la plata fundida de
historia nacional. sus monedas retiradas de circulación –que hizo colapsar el
patrón plata-.
4 De hecho, la carrera por traer las paralelas de acero en gran
me- dida había sido una carrera por obtener para la mina,
de éste o aquel magnate minero, los beneficios de menores
costos de transporte. Los Aramayo, fracasados por mucho
tiempo en esto, habían insistido bastante en la necesidad de
prolongar la línea férrea del sistema argentino hasta que
alcance Tupiza, donde radicaban sus principales minas –en el
Cerro Chorolque y Tasna- (Costa du Rels, 1991).
5 Es sumamente interesante observar la polémica entre Vicente
Dorado y Bernardino Sanjinés sobre la venta de tierras de co-
munidad. Dorado a voz en cuello aseguraba que “arrancar estos
terrenos de manos del indígena ignorante y atrasado, sin
medios, capacidad y voluntad para cultivarlos; y pasarlos a la
emprende- dora, activa e inteligente raza blanca, ávida de
propiedad y for- tuna, llena de ambición y necesidades, es
efectuar la conversión más saludable en el orden social y
económico de Bolivia” (Pe- ñaloza Cordero, 1983, pág. 117).
Sanjinés, categórico respondía “No sé como pueden llamar
manos muertas a los agricultores por excelencia en Bolivia, a
los únicos que manejan el arado, la chonta, y el pico…Sin este
¿tendríamos agricultura en Bolivia, a lo menos en La
Paz?...Sin el indio quizá no habría nada en Bo- livia, por que
el blanco ha arrogado sobre los hombros de aquel todo el peso
del trabajo” (Sanjinés U., s.f./1871). Al contrario de lo que
simplemente ven los indigenistas, la conversión de las tierras
de comunidad en propiedad privada es social y económicamente
muy distinta si se la realiza por el sector interesado en el
desa- rrollo capitalista del agro o por una oligarquía que no
tiene más objeto que abastecer sus minas con productos de
sus haciendas que funcionan con trabajo servil. El ataque a las
comunidades por parte de Bolívar está tan lejos de la brutal
expropiación realizada por Melgarejo y luego por Frías, como lo
está el polo norte del sur.
6 Así funcionaban la hacienda de San Joaquín de Aramayo (Costa
du Rels, 1991) y algunas fincas de las empresas de
Pacheco incluso al final de siglo (Marion Argandoña, 2010, págs.
190-191). Huanchaca tenía la misma forma de aprovisionarse
(Prudencio Bustillo, 1951, pág. 83).
7 Las elecciones “democráticas” de entonces, eran
contiendas electorales de billetera contra billetera. Al
“cheque corruptor”, decían, había que oponer el “cheque
moralizador” (Prudencio Bustillo, 1951, pág. 107).
8 Con respecto a los nuevos métodos introducidos en la
minería de los demás países productores de plata (lixiviación,
electrólisis, etc.), la minería nacional se había estancado con la
amalgama- ción (Mitre, 1981).

BIBLIOGRAFÍA
Collier, S. (2000). Chile. En L. Bethell, Historia de América Latina.
América Latina independiente 1820-1870 (Vol. VI). Barcelona:
Crítica.
Costa du Rels, A. (1991). Félix Avelino Aramayo y su época 1846-
1929 (2da. ed.). Cochabamba: Los Amigos del Libro.
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G.U.M. Marion Argandoña, A. (2010). Gregorio Pacheco Leyes.
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fidencial, político y familiar. Sucre: Pasanaku.
Mitre, A. (1981). Los Patriarcas de la Plata. Lima: Instituto de Estu-
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Ovando Sanz, J. (1985). La Guerra Civil de 1879. La Paz: Juventud.
Peñaloza Cordero, L. (1983). Nueva Historia Económica de Bolivia.
De la Independencia a los albores de la Guerra del Pacífico (Vol.
III). La Paz: Los Amigos del Libro.
Platt, T. (1982). Estado boliviano y ayllu andino. Lima: Instituto de
Las locomotoras a vapor Baldwin y Estudios Peruanos.
Prudencio Bustillo, I. (1951). La vida y la obra de Aniceto Arce (2da.
Rogers dieron inicio a la época industrial, ed.). Buenos Aires: López.
transportando el mineral hacia las Rodríguez O., G. (1978). Acumulación originaria, capitalismo y agri-
fundiciones de Antofagasta (arriba).
Hoy estos colosos de acero reposan 33
inmóviles ¿tal vez con la esperanza de
despertar al gún día? (abajo).
Breve historia de la minería en Bolivia: Auge y Decadencia de la Minería de la Plata. 1872-
cultura precapitalista en Bolivia (1870-1885). Avances (2).
1900 Sanjinés U., B. (1871/s.f.). Venta de las tierras de comunidad. Illi-
mani.

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