Una pregunta insistente que dará forma al 2017, es si estamos presenciando la gradual decadencia del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, dominado por el poder militar de los Estados Unidos. Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, se puso de moda hablar de los Estados Unidos como la única verdadera superpotencia. Pax Americana promovería la paz y la prosperidad. La globalización y el comercio unirían a los países. La economía de los EE.UU. y su modelo político, mezclando los mercados y la supervisión gubernamental, serían copiados. Un nivel de vida más elevado reforzaría las ideas y las instituciones democráticas. En cuanto a la fuerza militar cruda, ningún país podría desafiar a los Estados Unidos. Los años 1990-1991 Guerra del Golfo parecía demostrar esto. Por supuesto, había armas nucleares temibles. Pero parecían estar estancados. Pocos países los tenían, y los arsenales más Americano y ruso, parecían castrados por un entendimiento compartido de que todos pierden en un intercambio nuclear. La etapa fue fijada para qué un comentarista prominente llamara "el fin de la historia". No fue así. Obviamente, esta visión tranquilizadora ya no describe el mundo real, si alguna vez hizo. En todos los frentes, el futuro real confunde el futuro imaginado. Las economías de todo el mundo se han desacelerado. En prácticamente todos los países Estados Unidos, China, Alemania - el crecimiento ha disminuido de lo que era una vez, creando Una desaceleración mundial. No es sorprendente que la supuesta conexión entre la prosperidad y la política democrática no se materializaron. La desilusión democrática ha sido paralela a la decepción económica. Globalización y comercio han caído en descrédito, encargados de reducir los salarios y los empleos de los trabajadores de las sociedades avanzadas. Con el envejecimiento de la población, los gobiernos de estos países se sobrecommiten. Luchan para pagar beneficios de bienestar costosos. La opinión pública, que el fortalecimiento de los ideales democráticos, se ha dirigido hacia el populismo nacionalismo. Hola Brexit y Donald Trump. La noción de una única superpotencia superviviente también ha ido mal. El poder es la capacidad de obtener (o tomar) lo que quiere. Por esta norma, China y Rusia ocupan el lugar más importante potestades. De hecho, el mismo término "superpotencia" puede ser engañoso u obsoleto. Los Estados unidos no pueden obtener todo lo que quieren simplemente enviando tropas a los puntos calientes. Por último, el consenso nuclear se está desgastando. Corea del Norte tiene armas atómicas; Irán puede algún día los conseguiré. Cuantos más países tengan armas nucleares, más probable es que alguien va a hacer un error de cálculo catastrófico. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tropezó con una estrategia global. Protegería sus aliados militarmente, mientras espera que la paz promueva la prosperidad, la estabilidad y las sociedades democráticas. El llamamiento psicológico y político del comunismo rechazado. A pesar de muchos contratiempos, la estrategia en general tuvo éxito. Europa y Japón reconstruido; La Unión Soviética fracasó; El comunismo fue desacreditado. Es esta narrativa que los Estados Unidos trataron de proyectar sobre la posguerra fría un orden internacional. Lo que no anticipamos fue la reacción de otros países y la complejidad de la historia. El orden internacional está ahora en un estado de flujo por muchas razones. Comenzando con China y Rusia, muchos países se resienten al papel de liderazgo de los Estados Unidos. Muchos americanos también se han cansado de ella. Las nuevas tecnologías (en particular, el comercio electrónico, la ciberguerra) redistribuir el poder y la influencia. Lo curioso es que los líderes norteamericanos han contribuido a veces a la Poder estadounidense El desdén de la fuerza militar de Barack Obama es tan profundo y visible que el uso de las capacidades de lucha de los Estados Unidos a menudo fue descontado por los aliados y adversarios por igual, como en Siria. Esto tiene consecuencias, como mi colega Richard Cohen Ha escrito a sabiendas: "Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el liderazgo estadounidense ha sido esencial para mantener la paz mundial. Nos guste o no, fuimos el policía del mundo. No había otro policía en el ritmo. Ahora que el liderazgo ha desaparecido. Así, cada vez más, será la paz”. Trump tiene sus propias ideas sobre el debilitamiento del orden internacional. Su campo elegido es el comercio. Él amenaza con bofetadas tarifas rígidas sobre las importaciones estadounidenses de China y México. Si estos encender una guerra comercial, los efectos secundarios adversos bien pueden resultar contraproducentes en los trabajadores estadounidenses y las empresas. La última vez que el proteccionismo de masas fue probado como estímulo económico fue la década de 1930; el experimento no terminó bien. Hay un problema más grande aquí. En su último libro, "Orden Mundial", Henry Kissinger argumenta que el mundo está en su mayor peligro cuando el orden internacional está pasando de una Sistema a otro. "Las restricciones desaparecen, y el campo está abierto a los más expansivas afirmaciones y los actores más implacables ", escribe. "El caos sigue hasta que un nuevo sistema establece el orden. "Es una advertencia serio.
CHACÓN, Luis Carlos
2017 “La increíble ‘Era Trump’”. Forbes México. 10 de marzo La increíble ‘Era Trump’ Los analistas proyectan que para 2020 se harán sentir los efectos de Donald Trump: pobreza, desempleo… hasta una guerra nuclear. Por Luis Carlos Chacón San Francisco, California.- Para locales y extranjeros reunidos en el mismo bar, la noticia tuvo el mismo impacto… En mis pocos años analizando el contexto económico, social y cultural global este día sobrepasa expectativas, sin embargo —y buscando apelar al juicio crítico— es necesario enfrentar el hecho y lo que podrá suceder en los próximos años de manera realista y prospectiva. Donald Trump ha ganado la presidencia de Estados Unidos. No viene de ser Alcalde,Senador o Gobernador de California, Missouri o Idaho. En su pasado comerciante fue protagonista de un ‘reality show’, una suerte de Celebridad que al parecer ante los ojos del electorado de Estados Unidos significa lo mismo que un Estadista… alguien con suficiente poder, criterio e inteligencia para alterar la suerte de un grupo de personas y atraer la atención de una amplia audiencia a través de la persuasión. La diferencia será que el estadista busca el bien social y la celebridad quiere subir los ratings. Esos ratings que eran la ‘medalla de oro’ de esta contienda electoral y llevaron al público global a ver a dos personas enfrentarse en la arena mediática de la misma forma que dos personas lo hacen en un entorno privado… ofensas mezquinas, chismes e insinuaciones. Una campaña realmente fuera de todos los niveles conocidos, que muestra una realidad que todos niegan; mientras el capitalismo se inclinó en buscar construir ciudades, olvidó a los habitantes de las periferias y el entorno rural, que simplemente presenciaron durante generaciones el progreso de las urbes mientras los campos se estancaron, algo que no es sorpresa para muchos pero que hoy cobra una cuenta pendiente. “¿Será que los que estamos mal somos nosotros?”, se preguntan hoy aquellos que se consideran liberales en la llamada ‘aldea global’, después de ver la tripleta ‘Brexit Colombia-Trump’ donde personas con diferente locación, economía educación, cultura y acceso han frenado cambios históricos, alegando que la mitad no ha sido tomada en cuenta. Es evidente que hay una posición —globalmente hablando— que todos ignoran, pero que logra mostrar su voz a través del sagrado derecho del voto. Será éste un momento para retroceder, cambiar el enfoque y volver a mirar a los que han sido ignorados. Así lo han dicho las votaciones del país más poderoso del mundo y las características (tan particulares) de la persona que han elegido de manera transparente como su líder. Trump ha ganado porque esa voz rural fue ignorada y reprimida, hasta llegar al punto de no poder saber hoy día qué tan racistas son los norteamericanos o qué tan dispuestos están a sacrificar puestos de trabajo y calidad de vida por generar la globalización… es posible que haya habido un exceso de industrias que se fueron del país, o muchas posiciones laborales donde los inmigrantes -legales e ilegales- le quitaron el trabajo a una clase trabajadora local. El nuevo mandatario de Estados Unidos supo aprovechar esa coyuntura y le dio el toque mediático, logrando cautivar a muchas de esas personas que habían perdido la esperanza en medio de la ignorancia. Lástima. Sin embargo, la democracia ha hablado… para 2020, el nuevo presidente —según muchos expertos— habrá traído pobreza, desempleo, atraso e incluso una guerra nuclear. Todo y nada es posible cuando sé es extremista y especulativo (una cualidad que al parecer dominan los asesores del republicano); desde un punto realista habrá diez temas a tener en cuenta con respecto al presidente Trump: 1. Poder ‘Semiabsoluto’. El Presidente Trump tendrá mayoría de Senado y Cámara. Nominará en su mandato a tres miembros de la Corte Suprema de EU. Hace décadas un mandatario y su partido no lograban tal impacto. 2. La renegociación del TLCAN será un hecho. Para Trump, su equipo y los republicanos más fuertes, México lleva mucho tiempo ‘tomando ventaja’ de los beneficios del tratado, mientras las ciudades productoras de coches se ‘oxidaron’. 3. El ‘sharing economy’ tendrá un estancamiento. Algunos de los principales patrocinadores de la campaña Trump fueron los gremios de taxistas y hoteleros (donde él mismo tiene mucho interés), buscando frenan plataformas como Airbnb y Uber. 4. Una ‘depreciación cultural’ de los latinos. Ante la evidente posición del mandatario electo, el sentir con la comunidad latina en EU, los latinoamericanos, cambiará, dando pie a nuevas formas de rechazo y discriminación. 5. El tratado del pacífico tendrá muchas trabas. Buscando mostrar una posición contundente con respecto a las consecuencias del TLCAN y cómo no repetir los errores del pasado. 6. La gran reforma migratoria. Sin los excesos del muro (o no por lo menos en tres años)… pero habrán cambios en la forma como entran y salen los latinos del país que tendrá a los mexicanos como principales implicados; es una ‘promesa estrella’ que el nuevo mandatario estará pendiente de cumplir. 7. Diplomacia extravagante. Ante su evidente falta de tacto, alterará las reglas de las relaciones diplomáticas a nivel mundial. Hay que esperar una respuesta dura de este tipo de situaciones frente a la Unión Europea y la OTAN. 8. Una distancia fuerte con China. Las promesas de devolver la producción entregada a Oriente a los Estados Unidos, aunque difíciles de aplicar, estarán en la agenda y tendrán un impacto importante en la forma como se desarrolle la economía interna. 9. Canadá como nueva fuerza liberal. Si el poder político de los Clinton no logró imponer el pensamiento de avanzada, serán los canadienses y su distancia cultural con el nuevo Estados Unidos el nuevo referente del pensamiento de avanzada en América. 10. Borrar el legado Obama. Más allá de las inclinaciones racistas o no del nuevo Presidente, es claro que su posición con respecto al legado de su predecesor no es la mejor. Los tratados de Cuba, ObamaCare y otros temas verán un revés en los próximos años. Al final, no hay que olvidar que esta nueva versión (incomprendida y egocéntrica) de Ronald Reagan, también tiene intereses económicos y muchos favores por cumplir, mientras ostenta el reto más grande: llevar las riendas del país más poderoso del mundo (mientras cumple promesas en Moscú). Después de esto, tratemos de imaginar cómo será el mundo en 2020 después del primer periodo presidencial de Trump… Increíble.
La Crisis Sistémica, La Guerra Electoral de Las Masas Antitéticas y Una Crónica de Un Mega Fraude Anunciado en El Decayente Imperio de Los Estados Unidos.