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Seguramente más de un lector ha tenido la triste y trágica experiencia de la muerte de su

bebé dentro del útero de la madre. La muerte fetal in útero es uno de los fenómenos más
catastróficos y difíciles de enfrentar porque fallece un ser ansiado, pequeñito, inocente y
con la esperanza de nacer. Los padres profundamente frustrados, no escuchan a su hijo
lanzar el llanto de la vida.

El óbito fetal o muerte fetal como se denomina comúnmente, es un evento generalmente


inesperado que puede ser desencadenado a consecuencia de diversos factores dignos de
ser estudiados. En el momento del duelo familiar probablemente la causa de muerte fetal
es lo que menos interesa, sin embargo, si nos ponemos a pensar con la mente fría, de esa
muerte abrupta se pueden obtener datos importantes para reducir el riesgo que ésta se
repita una y otra vez.

Los estudios actuales demuestran que la frecuencia con la que se manifiesta la muerte
fetal en un embarazo corriente es de 6 casos por cada 1.000 nacidos vivos. La mujer que
cursó un embarazo con antecedentes de óbito fetal tiene aumentado su riesgo de 8 a 10
veces más que una mujer que no ha sufrido esta experiencia de repetir el mismo evento.

Las causas son varias y diferentes, según las semanas de embarazo en la que acontece.
Las causas de origen fetal están principalmente asociadas a síndromes congénitos,
malformaciones, enfermedades del metabolismo, etc. Las causas de la placenta y el
cordón umbilical son principalmente debidas a la falta de circulación de sangre de la madre
hacia el feto debido a alguna obstrucción en su trayecto, desprendimiento de placenta,
infecciones severas, etc. Finalmente, las causas originadas en la madre pertenecen al
subgrupo de enfermedades propias y/o coexistentes con la gestación, tales como la
diabetes, hipertensión arterial, accidentes maternos durante el embarazo (caídas,
accidentes de tránsito, golpes severos, etc.).

El estudio de las causas del óbito fetal es importante y complejo, debiera practicarse de
rutina autopsias y estudios placentarios, para por lo menos tener una idea más clara, y que
sea útil en la prevención de esta complicación en el próximo embarazo. Es cierto que en
momentos tan difíciles como la muerte de un hijo en el vientre de la madre; la posibilidad
de pensar en una autopsia podría incluso pasar de impertinente; sin embargo, la utilidad
de esta práctica en la medicina y fundamentalmente para el beneficio de la pareja en
particular, es indispensable para calcular su pronóstico reproductivo futuro.

*Luis Kushner-Dávalos
es ginecólogo obstetra y master en reproducción humana.
El óbito fetal es uno de los eventos más devastadores tanto para los
padres como para el médico. Su manejo por el obstetra es muy limitado,
ya que sólo se logra descubrir la causa en un 50% de los casos. Es
recurrente entre uno y tres por ciento, pero depende del origen. Muchas
veces no hay signos previos o de alarma, por lo cual el hallazgo
constituye, habitualmente, una sorpresa.

Los padres deben pasar de la ilusión y la alegría de tener un nuevo niño


a la dolorosa situación de tener que confrontar esta terrible noticia.
Cuando la muerte del feto se produce después de 20 semanas, se dice
que se trata de un óbito fetal, esta situación ocurre en aproximadamente
uno de cada 200 embarazos.

Cuando una mujer sana se embaraza, ella presenta un 10% de


posibilidades de perder la gestación en las primeras diez semanas y
menos del 5% hasta la semana 12 (tercer mes), a lo que se llama
aborto. Pérdidas posteriores al tercer mes son muy poco frecuentes,
pero conllevan a un sufrimiento aún mayor de la familia y el cuerpo
médico. Según datos, tomando en cuenta embarazos mayores de 20
semanas, de cada 1.000 nacimientos ocurren seis a 12 óbitos fetales
(muerte fetal ‘in útero’), siendo la población hispana la más afectada por
su baja condición socioeconómica.
En la mayoría de las ocasiones, la pérdida es inesperada puesto que
hasta la mitad de los óbitos ocurren en embarazos cuyo curso había sido
completamente normal.

El 14 % de las muertes fetales ocurren durante el parto mientras que el


86% tiene lugar antes del mismo. Es importante que la madre esté
atenta a cualquier cambio en la frecuencia de los movimientos del bebé
y acudir con su médico si el bebé repentinamente deja de moverse y dar
pataditas.

¿Cómo se diagnostica la muerte del bebé?

Se puede confirmar mediante un examen con ultrasonido al no detectar


latido del corazón. Este estudio también puede aprovecharse para volver
a estudiar a la placenta y a los órganos y estructuras del bebe para
determinar alguna posible causa de la pérdida.

Ginecología. Óbito fetal


El óbito fetal es uno de los eventos más devastadores tanto para los padres como para el médico. Su manejo por
el obstetra es muy limitado, ya que sólo se logra descubrir la causa en un 50% de los casos. Es recurrente entre
uno y tres por ciento, pero depende del origen. Muchas veces no hay signos previos o de alarma, por lo cual el
hallazgo constituye, habitualmente, una sorpresa.
Cuando una mujer sana se embaraza, ella presenta un 10% de posibilidades de perder la gestación en las
primeras diez semanas y menos del 5% hasta la semana 12 (tercer mes), a lo que se llama aborto. Pérdidas
posteriores al tercer mes son muy poco frecuentes, pero conllevan a un sufrimiento aún mayor de la familia y el
cuerpo médico. Según datos norteamericanos, tomando en cuenta embarazos mayores de 20 semanas, de cada
1.000 nacimientos ocurren seis a 12 óbitos fetales (muerte fetal ‘in útero’), siendo la población hispana la más
afectada por su baja condición socioeconómica.
¿Qué factores de peligro conocemos?
Entre los factores ambientales y personales está la baja condición socioeconómica, mal control prenatal, mala
educación, analfabetismo, trabajo pesado y mala alimentación.
Los factores maternos son la edad materna, mayor de 35 años, debido a una mayor posibilidad de problemas
cromosómicos y malformaciones. La mortalidad fetal después de los 40 casi duplica a la de mujeres entre 20 y 30
años.
La obesidad es otro factor que se relaciona con el óbito fetal. Aun se escucha: “Debes comer el doble por tu bebé”
y “engordaste poco, tu bebé no va a crecer”; sin embargo, pacientes obesas tienen el doble de posibilidades. La
gordura nunca va a ser sinónimo de salud.
Las enfermedades maternas pasadas y actuales también son muy importantes. Se estima que los
males maternos juegan un rol muy importante, ya que son responsables de un 10% de los óbitos
fetales. Entre las enfermedades de importancia tenemos la diabetes, hipertensión, enfermedad
tiroidea, renales, lupus, asma y cardiovasculares. Existe un grupo de enfermedades en los que
la coagulación está aumentada en las mujeres, se llama trombofilia, siendo una de sus
manifestaciones el óbito fetal, fetos pequeños y aborto recurrentes.
Las infecciones son responsables del 25% del total de muertes fetales. Algunas de las enfermedades que pueden
causar la muerte fetal son apendicitis, neumonías, sífilis, toxoplasmosis, listeria, enfermedades virales,
infecciones renales, sida y otros.
Debe darse una mención especial a la colonización de la madre por el Estreptococo Grupo B, microorganismo que
puede causar infección fetal y del recién nacido. Es por esto que se aconseja cultivos vaginales y perianales a las
36 semanas para identificar a las pacientes portadoras para que puedan ser tratadas en el parto o cesárea.
Entre las causas fetales de muerte tenemos las malformaciones, deformaciones, embarazos gemelares y
restricción de crecimiento fetal, en su gran parte identificables por medio de la ecografía seriada realizada por
personal capacitado.
Aunque es menos frecuente, la placenta también puede provocar óbito fetal por desprendimiento, sangrados
( placenta previa) y formar trombos.
Como médicos nos es muy penoso reconocer que hasta en los mejores centros internacionales, en la mitad de las
pacientes no se identifica una causa que explique esta situación.
Se sospecha de un óbito fetal en pacientes que no sienten movimientos fetales, y se confirma por medio de una
ecografía realizada por una persona calificada. También un sangrado y contracciones pueden ser motivo de
consulta, momento en el cual se diagnostica el cuadro.
¿Qué estudios hacerse? Son pocos los exámenes disponibles y muchas veces no se los realiza por dificultades
económicas o a solicitud de los familiares. Entre los exámenes que se realiza al feto tenemos: autopsia,
resonancia magnética, estudios radiográficos, genéticos, cultivos, histológicos e inmunológicos.
Se aconseja siempre programar los embarazos, consultar con su ginecólogo previamente y no faltar a sus
controles. La paciente puede contribuir al control del bienestar fetal si se le enseña signos de alarma que la lleven
a consultar rápidamente. La aparición súbita del óbito y su importancia hace muchas veces de la obstetricia una
especialidad ingrata.

Se denomina así a la muerte fetal in útero antes de su viabilidad.


La muerte fetal se puede producir intra útero por varias causas, o intra trabajo de parto, en
este último caso es un verdadero fracaso obstétrico.
Paciente refiere evolución de cinco días en forma espontánea elimina líquido amniótico en
poca cantidad, intermitente de características claro transparente, aproximadamente 30
horas antes del ingreso se acompaña de dolor tipo contráctil en hipogastrio, al inicio de leve
intensidad y luego se intensifica irradiándose a región lumbo-sacra, además no percibe
movimientos fetales.
Se trata de un caso frecuente, en personas en etapa de adolescencia, falta de información y
concientización, no acuden a consulta en forma oportuna; siendo la época de la gestación
una etapa de cuidados y controles frecuentes; y si presenta alguna sintomatología debe ser
inmediato.
Área:

Obstetricia

Definición:

Se presenta cuando un feto que se esperaba que sobreviviera muere durante el


nacimiento o durante la segunda mitad del embarazo. Los mortinatos se están
volviendo menos comunes a medida que mejoran los cuidados durante el embarazo.
Si usted tiene un mortinato, el médico puede solicitar que se evalúe y examine
cuidadosamente al feto para determinar la causa de la muerte fetal. Esto puede ayudar
a planear los cuidados médicos para cualquier embarazo futuro.

Síntomas:

Dolor abdominal fuerte, hemorragias, detención de los latidos cardíacos (paro


cardíaco) en la madre o el feto, etc

http://www.todopapas.com/diccionario/obstetricia/mortinato-787

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