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GABRIEL VALENTIN
1. Introducción.
2. El litisconsorcio facultativo.
1
Este trabajo es la continuación del publicado en esta misma revista, 1/2003, pp. 99-120. En esa primera
parte, en la p. 102, se cita una opinión de BARRIOS DE ANGELIS con un error de tipeado que cambia
completamente el sentido de la expresión: donde dice que la peculiaridad de la parte compuesta “se da en la
relativa unidad exterior y en la independencia externa de todos sus sujetos” debió decir “se da en la relativa
unidad exterior y en la independencia interna de todos sus sujetos”.
2
No nos detendremos en el análisis de este litisconsorcio a la luz del derecho positivo uruguayo anterior a la
vigencia del C.G.P.. Simplemente señalaremos que el C.P.C. –siguiendo el modelo de sus antecedentes- no
contenía una regulación sistemática del tema. No obstante, la doctrina invocaba ciertas normas que al menos
implícitamente suponían su admisión, como los artículos 71, 177, 305 y 861 del Código citado y los arts. 30 y
55 del Código de Organización de los Tribunales. También se señalaba que, existiendo un vacío legal, había
que acudir a las disposiciones análogas que regulaban la acumulación de acciones (art. 287 del C.P.C.) y la
acumulación de autos (art. 770 del mismo Código), a los principios generales y a las doctrinas más recibidas.
(2) cuando se dan ciertos supuestos concretos habitualmente previstos en la ley
sustancial.
En los apartados siguientes analizaremos cada una de estas hipótesis.
3
La opinión del autor fue expuesta en la Primera parte de este estudio, apartado 4.2.2, p. 108.
empleador a pagar la indemnización por despido a uno de los litisconsortes y se desestime
la pretensión del otro, por haberse probado su notoria mala conducta.
2.2.6. Como se señaló antes, en todos estos casos de litisconsorcio facultativo, sea
activo o pasivo, existe proceso acumulativo, sea porque inicialmente se ejercitan varias
pretensiones (proceso contencioso) o varias solicitudes (proceso voluntario) por o contra
dos o más personas, sea porque se añaden nuevas pretensiones (proceso contencioso) o
nuevas solicitudes (proceso voluntario) a la originariamente planteada.
Y bien: ¿cuáles son los supuestos generales de conexión que habilitan la
formación del litisconsorcio facultativo, activo o pasivo?
Los supuestos generales de conexión están explicitados en los artículos 45 y 120.2
del Código General del Proceso y son cinco: (a) conexión en la causa de las pretensiones
acumuladas; (b) conexión en el objeto de las pretensiones acumuladas; (c) cuando la
sentencia a dictarse con respecto a una de las pretensiones pudiera afectar a la otra; (d)
cuando las pretensiones se hallen entre sí en relación de dependencia; y (e) cuando las
pretensiones deriven de los mismos hechos5.
Como advertencia general podemos señalar que la conexión no necesariamente debe
ser singular. En efecto, aunque sea una hipótesis poco común, en ciertos casos pueden
coexistir varios supuestos de conexión que habiliten la formación del litisconsorcio
facultativo (conexión múltiple)6.
Veamos, entonces, cada uno de estos supuestos generales de conexión.
8
T.A.C. 7º, s. 36/2000, R.U.D.P., 4/2001, c. 558.
9
Esta acumulación subsidiaria se admite tanto en caso de fijación como de aumento de la pensión alimenticia
(T.A.F. 2º, s. 124/94, R.U.D.P., 3/95, c. 6; del mismo tribunal, s. 72/99, R.U.D.P., 4/2000, c. 12).
10
T.C.A., s. 454/96, R.U.D.P., 3/97, c. 444.
La advertencia fundamental que en aquella ocasión resaltábamos y hoy repetimos es
que para identificar el objeto de la pretensión no basta con decir que se trata de un “bien de
la vida”. En efecto: esta denominación, de gran difusión en nuestro medio, es insuficiente
para solucionar los numerosos problemas prácticos que se suscitan en la identificación de
ese elemento de la pretensión.
Nuestra idea sobre el punto es bien concreta: el llamado objeto de la pretensión no
es otra cosa que el petitorio o requisitoria: lo que se pide al tribunal. Por eso, cada vez que
nos preguntemos cuál es el objeto de la pretensión debemos identificar concretamente cuál
es el petitorio principal: primero, señalando cuál es la finalidad perseguida (o sea, si se trata
de una pretensión declarativa, constitutiva o de condena), y luego, señalando concretamente
que es lo que se pide al tribunal que declare, en que consiste la constitución que se le
requiere o cuál es la condena que se le solicita.
Sobre la base de estas precisiones, puede señalarse que existe conexión en el objeto
en la petición de herencia promovida por dos herederos, cuando uno de ellos lo es por
sucesión testamentaria y el otro por sucesión ab intestato (caso de litisconsorcio activo) 11;
o en el proceso de desalojo promovido contra el arrendatario de un inmueble por
vencimiento de plazo y un ocupante precario (ejemplo de litisconsorcio pasivo)12. En estos
dos casos la causa de pedir, los hechos que fundamentan lo que se pide, no son los mismos;
la coincidencia está en lo que se pide al tribunal, en el objeto de la pretensión.
Ahora bien, si afinamos aún más la consideración de este supuesto de conexión
podríamos preguntarnos cuál es la intensidad de la conexión exigida por el legislador. Por
nuestra parte, creemos que en este caso también es suficiente la mera conexión parcial, con
un límite: no basta la mera conexión en el denominado objeto inmediato (por ejemplo, no
basta que en ambos casos se pida una condena)13.
En obra conjunta hemos señalado que esta disposición tiene su fuente inmediata en
el art. 45 del Código Procesal Civil Modelo para Iberoamérica14.
Con ella se trata de lograr el mismo objetivo que con la llamada “extensión de la
cosa juzgada”15. En efecto, en estos casos, los interesados pueden optar por promover un
proceso acumulativo de acuerdo a este motivo de conexión mencionado en el artículo 45 o,
11
El ejemplo, ligeramente modificado por nosotros, es mencionado por TEITELBAUM (“El proceso
acumulativo civil”, Amalio M. Fernández, Mdeo., 1973, p. 103).
12
Creemos que las mínimas diferencias que existen entre el desalojo de un inquilino por vencimiento de plazo
y el desalojo de un ocupante precario (en los plazos de la condena, en las excepciones oponibles) no son
obstáculos para la acumulación. En efecto, en este caso, ambas pretensiones tramitan por el mismo
procedimiento (monitorio) aunque con variantes mínimas (p. ej. art. 355.2 del C.G.P.).
13
Es que en los casos en que existe una mera similitud en el efecto lícito perseguido (en la solicitud de una
condena, por ejemplo) no se dan ninguno de los fundamentos del litisconsorcio facultativo (sobre estos
fundamentos véase infra apartado 2.2.7).
14
LANDONI SOSA, Ángel (Director), GARDERES, Santiago, GOMES, Fernando, GONZÁLEZ, María
Eugenia y VALENTIN, Gabriel, “Código General del Proceso. Comentado, anotado, con jurisprudencia”, vol.
1, B de f, Mdeo., 2002, p. 295. En esa misma oportunidad advertimos que en la Exposición de Motivos del
Modelo los proyectistas no fundamentan la inclusión de este motivo de conexión (véase “El Código Procesal
Civil Modelo para Iberoamérica”, pub. del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal, Caracas, 1994, pp.
79-80).
15
O mejor, con la extensión de los efectos principales de la sentencia.
en su defecto, promover el proceso contra uno o algunos de los interesados y luego
extender los efectos de la sentencia a los demás (artículo 218.3).
Pero, concretamente, ¿qué casos quedan abarcados por esta hipótesis del art. 45? 16
En una lectura preliminar se podría pensar que con este motivo de conexión se
quiere aludir a los casos de litisconsorcio facultativo con necesidad de sentencia uniforme
(sobre esta figura ver infra 2.3). No obstante, como veremos, esa lectura es equivocada: en
el caso del litisconsorcio facultativo que estamos analizando se plantean varias
pretensiones, tramitando un proceso acumulativo; en el caso del litisconsorcio facultativo
con necesidad de sentencia uniforme la pretensión es una sola, y el proceso en que se
sustancia y resuelve no es acumulativo sino singular.
Una lectura más detenida nos lleva a sostener que esta hipótesis de conexión
absorbe, prácticamente, a otra mencionada en el art. 120.2: cuando las pretensiones “se
hallen entre sí en relación de dependencia”. En efecto, siempre que exista relación de
dependencia, la decisión dictada respecto de la pretensión principal afectará a la pretensión
dependiente: si se decide que la pretensión del deudor principal es nula, esa decisión afecta
a la pretensión dirigida contra el fiador (en virtud del viejo adagio accesorium sequitur
principale, recogido en los arts. 1251 y 2142 del Código Civil).
16
Nuestra doctrina, en general, no menciona ningún ejemplo de litisconsorcio habilitado por este motivo de
conexión. En la doctrina argentina, MARTÍNEZ menciona como supuesto de conexión el caso en que “la
decisión recaída sobre la pretensión ejercida en una, puede tener efectos inmediatos y directos en la otra”, y lo
vincula al concepto de afinidad desarrollado por CHIOVENDA (“Procesos con sujetos múltiples”, t. I cit., p.
38); pero no proporciona ningún ejemplo que encuadre en esa hipótesis. Sobre el concepto de afinidad en la
doctrina chiovendiana véase la Primera parte de este trabajo, apartado 5.1, pp. 110-111.
17
Los autores del Modelo tampoco justificaron la inclusión de esta hipótesis (“El Código Procesal Civil
Modelo para Iberoamérica” cit., pp. 79-80 y 82).
18
En el mismo sentido: BARRIOS DE ANGELIS (“El proceso civil”, t. I cit., p. 138); LANDONI SOSA,
Ángel (Director), GARDERES, Santiago, GOMES, Fernando, GONZÁLEZ, María Eugenia y VALENTIN,
Gabriel, “Código General del Proceso…”, vol. 1 cit., pp. 295-296.
que, también en este caso, lo accesorio sigue la suerte del principal (arts. 2293 y 2347 del
Código Civil)19.
El último motivo de conexión surge del art. 120.2 del Código, pero no se menciona
en el Modelo.
Este nuevo supuesto de conexión degradada debe diferenciarse del que
mencionamos en primer término, el de conexión en la causa de las pretensiones
acumuladas.
BARRIOS DE ANGELIS enseña que el hecho insatisfactorio integra la “causa”; por
lo que ésta condición, más amplia, deja poco margen a la primera20. Si la interpretación del
distinguido autor fuera exacta, la mención de este nuevo motivo de conexión sería
completamente inútil.
Un primer intento de diferenciación sería admitir el litisconsorcio en los casos en
que la conexión causal sea sólo parcial, pero ya hemos sostenido que este caso siempre
resulta abarcado por el primer supuesto de conexión.
Una segunda posible lectura sería la de sostener que esta norma admite la formación
de un litisconsorcio en las hipótesis que CHIOVENDA denominó de afinidad de
cuestiones, que habilitan la llamada acumulación impropia21. Si se admite esta hermeneusis
del texto legal, se podrían acumular pretensiones por o contra varios interesados aunque no
exista conexión causal, si las cuestiones o problemas concretamente invocados por los
litisconsortes son afines (análogos, similares) y derivan de un punto común a decidir22. El
ejemplo del italiano es ilustrativo: el propietario de un predio que inicia un proceso contra
varios dueños que han introducido en él sus animales sin consentimiento y causándole un
perjuicio. No existe conexión causal, pero las pretensiones tienen en común un punto de
hecho a decidir: la invasión del predio sin consentimiento.
Este tipo de acumulación es habitual en los procesos laborales, cuando varios
trabajadores demandan conjuntamente a su empleador por haber sido despedidos, aún
cuando los despidos hayan ocurrido en momentos y/o por circunstancias completamente
diferentes. En estos casos no existe conexión causal, pero puede existir un punto común a
decidir, habilitante de la acumulación.
Antes de terminar con este análisis corresponde recordar que, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 404.6 del C.G.P., estos supuestos generales de conexión también
hacen admisible la formación de un litisconsorcio facultativo en el proceso voluntario.
19
La ley de prenda sin desplazamiento de la cosa prevé expresamente –aunque en forma un tanto ambigua- la
acumulación contra el deudor y el tercero dador del bien (art. 15 de la ley 17.228).
20
BARRIOS DE ANGELIS, Dante, “El proceso civil”, t. I, Idea, Mdeo., 1989, p. 138.
21
Véase la Primera parte de este trabajo, apartado 5.1.
22
Esta interpretación podría fundamentarse en los antecedentes de la norma, ya que uno de los modelos
habituales del C.G.P., el C.P.C. brasileño, admite la formación del litisconsorcio, entre otras hipótesis, cuando
“ocorrer afinidade de questões por um ponto comum de fato…” (art. 46 num. IV).
2.2.7. Una vez identificadas las diferentes hipótesis, corresponde determinar los
fundamentos que el Derecho Procesal tiene en cuenta para habilitar, en estos supuestos
generales de conexión, la formación del litisconsorcio facultativo23.
En general, la doctrina menciona el fundamento de la economía procesal (art. 9 del
C.G.P.). En efecto, en todos los supuestos de litisconsorcio facultativo mencionados, la
tramitación de un único proceso para resolver todas las pretensiones o solicitudes
acumuladas supone un considerable ahorro de esfuerzos, tiempo y dinero.
Si bien ese es el fundamento constante, corresponde señalar que en las hipótesis
antes señaladas como (a), (c), (d) y (e) el Derecho Procesal también habilita la acumulación
con el objetivo de evitar el dictado de sentencias parcial o totalmente contradictorias.
En el ejemplo del accidente de tránsito, existen ciertos hechos comunes a ambas
pretensiones (por ejemplo, que el damnificado efectuó un cruce con luz roja): si se
promueven procesos separados, puede suceder que en uno de ellos el tribunal entienda que
ese hecho efectivamente ocurrió y en el otro proceso entienda que el cruce fue con luz
habilitante. Como es deseable que esto no ocurra, el Derecho Procesal habilita –pero no
impone- la acumulación; de este modo se busca –aunque no siempre pueda lograrse,
precisamente por ser una mera habilitación- la armonía de las sentecias que resuelven un
mismo hecho. Esto no impide, como hemos señalado antes, que las decisiones
jurisdiccionales puedan ser diferentes para cada litisconsorte; por ejemplo, si uno de ellos
se exonera probando su ausencia de culpa o la existencia de una causa justificante
individual.
23
Nuestra jurisprudencia menciona como fundamentos los principios de continencia de la causa, economía
procesal e integridad del orden jurídico, que resultaría conmovido si se dictasen sentencias contradictorias
sobre un mismo hecho lesivo (T.A.C. 5º, s. 181/93, R.U.D.P., 2-3/94, c. 534).
2.3.2. Si nuevamente comenzamos dirigiendo nuestra atención a la parte actora de
un proceso contencioso podemos advertir que en ciertas hipótesis de litisconsorcio
facultativo, aún cuando el legislador no imponga su formación, según lo que surge de la
demanda, la insatisfacción jurídica corresponde por igual e indistintamente a una
pluralidad de interesados. Pero a pesar de esa titularidad común de la insatisfacción
jurídica, el ordenamiento jurídico habilita a cualquiera de ellos a promover un proceso
destinado a excluirla. Si varios de estos interesados deciden promover un único proceso,
se forma un litisconsorcio facultativo activo.
La formación de este tipo de litisconsorcio no está prevista en los arts. 45 y 120.2
del C.G.P.24. Lo que nos genera la interrogante de saber de dónde surge la habilitación para
formar este litisconsorcio facultativo.
Pues bien, una visión global del tema en nuestro derecho positivo nos permite
afirmar que la posibilidad de formar este litisconsorcio facultativo no está prevista de modo
general por la ley procesal sino en ciertas disposiciones concretas, generalmente
pertenecientes al derecho sustantivo.
Es lo que sucede, por ejemplo, en el caso previsto en los artículos 365 a 374 de la
ley 16.060 (ley de sociedades comerciales): el proceso para que se declare la nulidad de una
decisión tomada en la asamblea de una sociedad anónima.
Este proceso puede promoverse por cualquiera de los socios que hayan votado
desfavorablemente o en blanco, de los que se hubieran abstenido de votar, de los que
hubieran votado pero su voluntad estuviera afectada por un vicio o hubieran votado y la
cuestión fuera de orden público, y aún por cualquiera de los socios que estuvieron ausentes
(art. 367 de la ley 16.060), del mismo modo que pueden promoverlo varios o todos ellos,
formando un litisconsorcio facultativo activo.
En este caso como la insatisfacción jurídica es una sola, aunque cualquiera de los
interesados puede promover el proceso para excluirla, la decisión jurisdiccional, sea que
lo promuevan varios o uno solo, siempre debe ser la misma, uniforme para todos (art.
370 de la misma ley)25. En el ejemplo citado, la decisión de la asamblea no puede ser nula
para los interesados que actuaron en el proceso y válida para los demás: es nula o es válida
para todos los interesados. Por esa razón, los efectos de la sentencia dictada en estos
procesos necesariamente deben alcanzar a todos los legitimados activos.
Esto permite marcar una clara diferencia con los litisconsorcios facultativos activos
mencionados en el apartado 2.2.2, en los que la decisión jurisdiccional puede ser diferente
para cada uno de los litisconsortes.
Es por ello que a este litisconsorcio lo denominamos litisconsorcio facultativo
activo con necesidad de sentencia uniforme.
Además del ejemplo citado, se admite la formación de este litisconsorcio activo en
los siguientes casos, cuando el proceso es promovido por dos o más interesados26:
24
Ni siquiera puede argumentarse que pueda ingresar a través de la expresión “cuando la sentencia a dictarse
con respecto a una pudiera afectar a la otra”. En efecto, en la hipótesis referida el Código intenta abarcar los
casos en que la decisión respecto a una pretensión puede incidir sobre otra, y en el caso del litisconsorcio
facultativo con necesidad de sentencia uniforme no hay varias pretensiones, sino una sola.
25
En su primer inciso esta disposición establece que “La sentencia dictada en el juicio de impugnación
obligará a todos los accionistas, hayan o no comparecido en el juicio. Cuando acoja la impugnación se
limitará a dejar sin efecto la resolución impugnada”.
26
Por supuesto que esta lista no es exhaustiva, por lo que pueden existir otros ejemplos.
- La pretensión de nulidad de matrimonio, que puede ser ejercitada por cualquiera
de los cónyuges, cualquier interesado o el Ministerio Público (art. 200 del Código Civil)27.
- La pretensión de que se imponga una multa al copropietario de un edificio en
régimen de propiedad horizontal y de que se le ordene cesar con los actos prohibidos, ya
que el proceso puede ser iniciado por el administrador o por cualquiera de los otros
copropietarios (art. 10 de la ley 10.751)28.
- La pretensión de desalojo de coinquilino escandaloso, dado que el proceso puede
ser promovido por el arrendador o por cualquier coinquilino perjudicado (art. 33 del decreto
ley 14.219)29.
- La pretensión de declaración de indignidad para heredar o recibir un legado, que
puede ser ejercitada por cualquiera de los interesados (art. 850 del Código Civil)30.
- La pretensión de declaración de heredero, que puede ser deducida por cualquier
acreedor hereditario o por cualquier legatario (art. 1068 del Código Civil)31.
- La pretensión de cobro de una obligación con solidaridad activa, que puede ser
promovida por cualquiera de los acreedores solidarios (art. 1396 num. 1º del Código
Civil)32.
- En ciertos casos de intereses difusos o colectivos (art. 42 del C.G.P.)33.
27
VIERA, Luis, “Las partes y el Código General del Proceso”, R.U.D.P., 1/1994, p. 41. Por ejemplo, si lo
promueven dos interesados contra ambos cónyuges, existe un litisconsorcio facultativo con necesidad de
sentencia uniforme en la parte actora, y un litisconsorcio necesario entre los cónyuges que integran la parte
demandada.
28
VIERA, Luis, “Las partes y el Código…” cit., p. 41. Aunque es claro que si lo inicia el administrador actúa
como representante procesal de los propietarios (ABAL OLIÚ, Alejandro, “Derecho Procesal”, t. II, 2ª ed.
revisada y actualizada, F.C.U., Mdeo., 2003, p. 93).
29
VIERA, Luis, “Las partes y el Código…” cit., p. 41.
30
VIERA, Luis, “Las partes y el Código…” cit., p. 41; VESCOVI, Enrique, DE HEGEDUS, Margarita,
KLETT, Selva A., LANDEIRA, Raquel, SIMÓN, Luis M. y PEREIRA, Santiago, “Código General del
Proceso”, t. 2, Ed. Abaco, Mdeo., 1993, p. 104.
31
VIERA, Luis, “Las partes y el Código…” cit., p. 41.
32
FERNÁNDEZ FRANCESCH, Nelson Milton, “El tema del litisconsorcio cuasinecesario”, L.J.U., t. 115,
sec. Doctrina, p. 93.
33
VIERA, Luis, “Las partes y el Código…” cit., p. 41; FERNÁNDEZ FRANCESCH, Nelson Milton, “El
tema del litisconsorcio cuasinecesario” cit., p. 91. Sin perjuicio de ello, debe tenerse en cuenta lo dispuesto
por el art. 220 del C.G.P., en cuanto establece que si la sentencia es desestimatoria por falta de pruebas,
cualquier legitimado puede reproponer la cuestión en otro proceso.
La nueva Ley de Enjuiciamiento Civil Española, de 7 de enero de 2000, prevé una interesante solución para
facilitar la intervención coadyuvante de los interesados en el proceso por intereses difusos: el llamamiento
mediante publicación en medios de comunicación con difusión en el ámbito territorial en el que se haya
manifestado la lesión de los derechos o intereses (art. 15).
Este litisconsorcio tampoco está previsto en los arts. 45 y 120.2 del C.G.P.. Y
nuevamente tenemos que preguntarnos: ¿de dónde surge, entonces, la posibilidad de formar
este litisconsorcio facultativo?
Pues bien, al igual que en el caso anterior, la posibilidad de formar este
litisconsorcio facultativo no está prevista de modo general por la ley procesal sino en
ciertas disposiciones concretas, generalmente pertenecientes al derecho sustantivo.
Entre otros posibles ejemplos, puede citarse el previsto en el art. 1398 del Código
Civil: si se reclama el cumplimiento de una obligación solidaria el proceso puede ser
promovido indistintamente contra uno o contra varios codeudores. Si se promueve contra
varios o contra todos los codeudores solidarios, estamos ante un litisconsorcio facultativo
pasivo.
Y también en este caso existe una clara diferencia con los litisconsorcios
facultativos pasivos mencionados en el punto 2.2.3: como el perjuicio que podría sufrirse
si el tribunal satisface erróneamente la pretensión es uno solo, aunque el proceso puede
promoverse contra cualquiera de los interesados, la decisión jurisdiccional, sea que el
proceso se promueva contra uno o contra varios, debe ser uniforme para todos34. Por este
motivo, la sentencia dictada en estos procesos debe alcanzar, necesariamente, a todos los
legitimados pasivos.
En virtud de esta última circunstancia, a este litisconsorcio lo denominamos
litisconsorcio facultativo pasivo con necesidad de sentencia uniforme.
Además del caso de los codeudores solidarios, otros ejemplos serían:
- el proceso de desalojo del inquilino escandaloso, cuando es promovido por uno de
sus coinquilinos y se produce la intervención del arrendador, coadyuvando con el inquilino
demandado35.
- el proceso para que se declare la nulidad de una decisión tomada en la asamblea de
una sociedad anónima (arts. 365 a 374 de la ley 16.060), ya que cualquiera de los socios
puede coadyuvar con la sociedad demandada36.
34
Nuestra jurisprudencia ha resaltado esta circunstancia precisamente en los casos de codeudores solidarios,
vinculando este litisconsorcio con el litisconsorcio unitario de la doctrina brasileña (T.A.C. 4º, s. 49/95,
R.U.D.P., 3/96, c. 461). En el caso se señaló que si solo dos de los codeudores oponen excepciones y el
proceso concluye con una sentencia que proclama la inexistencia de título de ejecución, como “no pueden
admitirse juzgamientos heterogéneos (…) los codeudores solidarios que no opusieron excepciones se hallan
exactamente en igual situación que los que promovieron el contradictorio, todos protegidos por la fuerza de la
cosa juzgada; o medió título de ejecución respecto de todos o no lo hay respecto de ninguno”.
En otro caso, el T.A.C. 1º sostuvo que cuando se promueve un proceso de regulación de honorarios contra los
condenados en costos existe un litisconsorcio pasivo necesario entre éstos, ya que se trata de codeudores
solidarios (art. 144 inciso último de la ley 15.750), por lo que les resulta aplicable el art. 46 del C.G.P. (s.
180/2000, R.U.D.P., 4/2001, c. 550). Por nuestra parte, entendemos que se trata de un litisconsorcio
facultativo con necesidad de sentencia uniforme (ya que no se impone la presencia de todos los codeudores
solidarios) no obstante lo cual, como se señala más adelante, la actuación de estos litisconsortes se rige por las
disposiciones correspondientes al litisconsorcio necesario (art. 46).
35
Nuestra doctrina admite en este caso la intervención del arrendador, cuando esté en desacuerdo con la
demanda y considere que ella es infundada (ARLAS, José A., “La legitimación en las leyes 14.219 y 14.220”,
R.U.D.P., 1/1975, p. 36). Señalaba el autor que en este caso “se daría la curiosa situación de que el arrendador
actúe como demandado en un juicio de desalojo promovido por uno de sus arrendatarios”. Entendemos que en
este caso se forma un litisconsorcio facultativo (ya que el actor pudo demandar al coinquilino sin necesidad de
citar al arrendador) de sentencia uniforme (ya que la sentencia debe ser idéntica para el inquilino demandado
y su arrendador).
36
El art. 369 de la ley 16.060, en su inciso final, dispone que “Si hubiera interesados en coadyuvar con la
sociedad, serán representados por quien actúe en nombre de ésta”.
2.3.4. Aunque no hemos podido relevar ningún caso concreto, es teóricamente
posible que en un proceso voluntario se forme un litisconsorcio facultativo activo de este
tipo (que se debería denominar “con necesidad de providencia uniforme”). De existir algún
caso de este tipo, el proceso voluntario podría ser promovido por cualquiera de los
legitimados, pero la providencia final del proceso voluntario debe ser idéntica para todos
los litisconsortes, hayan comparecido o no (por lo cual, necesariamente, sus efectos deben
alcanzar a todos los litisconsortes).
39
VESCOVI, Enrique, DE HEGEDUS, Margarita, KLETT, Selva A., LANDEIRA, Raquel, SIMÓN, Luis M.
y PEREIRA, Santiago, “Código General del Proceso”, t. 2 cit., pp. 105-106 (el destacado es nuestro).
40
VESCOVI, Enrique, DE HEGEDUS, Margarita, KLETT, Selva A., LANDEIRA, Raquel, SIMÓN, Luis M.
y PEREIRA, Santiago, “Código General del Proceso”, t. 2 cit., p. 105, nota a pie de página (el destacado es
nuestro). GREIF cita esta misma opinión sin pronunciarse sobre el punto (GREIF, Jaime, “De las diversas
formas de litisconsorcio especialmente del necesario”, X Jornadas Nacionales de Derecho Procesal en
Homenaje a Jaime Teitelbaum, Colonia, 1999, Ed. Surcos, p. 73).
41
Ya en 1987, analizando el que en ese entonces era el proyecto de Código, VIERA criticaba la ausencia de
“un dispositivo que prevea el litisconsorcio cuasi-necesario o facultativo unitario de aplicación, a mi juicio,
cada vez mayor” (“Sobre la intervención adhesiva de terceros en el proceso”, Rev. Judic., Julio 1987, n° 19-
Ciertamente, si el interesado no comparece inicialmente puede intervenir
voluntariamente adhiriéndose al actor o al demandado originarios formando un
litisconsorcio sucesivo (art. 48.2). Asimismo, puede ser noticiado del proceso pendiente
(art. 53). Y si no comparece –en cuyo caso ni siquiera puede hablarse de litisconsorcio- se
pueden extender a su respecto los efectos de la sentencia dictada entre los comparecientes.
Por ejemplo, si se demanda a uno sólo de los codeudores solidarios y se obtiene una
sentencia de condena ejecutoriada, el acreedor puede solicitar la extensión de los efectos a
los demás codeudores solidarios (art. 218.2)42.
Pero estas disposiciones sólo atienden a una parte del problema, y dejan sin resolver
un punto fundamental: si efectivamente se forma un litisconsorcio de este tipo, al inicio del
proceso o con posterioridad, ¿cuál es el régimen de actuación de esta parte plural?
Dicho de otra manera: ¿se aplican a este litisconsorcio las normas que rigen la
actuación de los litisconsortes facultativos (art. 45 incs. 2 y 3) o las que regulan la actuación
de los litisconsortes necesarios (art. 46 inc. 2)?
Para poner un ejemplo gráfico, si se dicta una sentencia desfavorable para los
litisconsortes, ¿la interposición del recurso por uno sólo de ellos favorece a los demás (art.
46) o sólo al que recurrió, quedando firme para los otros litisconsortes (art. 45)?
Como se advierte, a pesar del silencio doctrinario, el tema no es menor.
A nuestro juicio, existe en este caso una de las denominadas lagunas técnicas43,
que debe integrarse acudiendo a la norma análoga contenida en el artículo 46 del
C.G.P..
En efecto, creemos que el régimen de actuación previsto para el litisconsorcio
necesario es el aplicable en todos los supuestos de parte compleja (sobre este concepto ver
la Primera parte de este estudio, apartado 2.2, p. 102). Por eso señalamos en ese lugar que
este régimen es el que corresponde aplicar en los casos de actuación conjunta de un menor
habilitado y su curador ad litem (loc. cit., nota 11).
De la misma manera, y por la misma razón, si se forma un litisconsorcio facultativo
en que el fallo debe ser uniforme para todos los interesados, los problemas que se planteen
deben resolverse aplicando analógicamente las disposiciones del art. 46 inciso 2 del
C.G.P.44.
3. El litisconsorcio necesario.
20, p. 15). Curiosamente, al estudiar el litisconsorcio en vigencia del C.G.P., el autor no reitera la crítica,
aunque identifica claramente esta figura (en “Las partes y el Código…” cit., pp. 40-41).
42
Tangencialmente advertimos que en este artículo 218 se confunde la extensión de los efectos principales de
la sentencia y la extensión de la inalterabilidad de esos efectos (cosa juzgada). Como resultaría excesivo
detenernos aquí en este tema, diferimos su análisis y crítica para otra oportunidad.
43
Sobre este tipo de lagunas ver los notables desarrollos de ABAL OLIÚ en “Derecho Procesal”, t. I, F.C.U.,
Mdeo., 1999, p. 88.
44
Cf. con esta solución: REDENTI, Enrico, “Derecho Procesal Civil”, t. II, trad. de Santiago Sentís Melendo
y Marino Ayerra Redín, E.J.E.A., Bs. As., 1957, pp. 314 y 325. Aunque resulta obvio señalarlo, el art. 47 no
es aplicable a estos litisconsorcios, ya que no es necesario que el proceso sea promovido por o contra todos
los titulares de la insatisfacción jurídica o del perjuicio en la satisfacción injusta.
El litisconsorcio necesario es aquél cuya formación es imprescindible para los
interesados, por estar impuesta por la ley procesal. La formación de este litisconsorcio
constituye una carga de la parte actora, ya que si el proceso no se promueve por o contra
todos los interesados “el tribunal no dará curso a la demanda hasta tanto no se cumpla ese
requisito” (C.G.P.: art. 47).
Este tipo de litisconsorcio se impone en los supuestos generales previstos en el
artículo 46 del Código General del Proceso.
Además de esta norma, algunas disposiciones concretas de nuestro ordenamiento
jurídico imponen su formación en ciertos supuestos específicos que –en realidad- ya están
genéricamente comprendidos en el supuesto general.
3.2.5. Como señalamos antes, en todos estos casos de litisconsorcio necesario, sea
activo o pasivo, estamos ante un proceso simple (no acumulativo), ya que se ejercita una
única pretensión o solicitud por o contra varias personas45.
En efecto, aunque en ocasiones se ha sostenido que el litisconsorcio necesario
genera un proceso acumulativo, resulta obvio que en este caso se plantea una única
pretensión o solicitud46.
Y bien: ¿cuál es el supuesto general que impone la formación de un
litisconsorcio necesario?
El art. 46 del C.G.P. señala que “Cuando por la naturaleza de la relación jurídica
sustancial que sea objeto del proceso no pudiere pronunciarse sentencia útilmente sin la
presencia (litisconsorcio activo) o el emplazamiento (litisconsorcio pasivo) de todos los
interesados, aquéllos deberán todos comparecer y éstos deberán todos ser emplazados en
forma legal” (destacado nuestro).
El texto vigente –idéntico al art. 56 del Código Modelo- fue redactado teniendo en
cuenta los antecedentes habituales: el art. 102 del C.P.C. italiano47, el art. 89 del Código
45
Cf.: T.A.C. 7º, s. 194/97, R.U.D.P., 3-4/98, c. 453.
46
Las distintas opiniones sobre el tema pueden consultarse en la Primera parte de este trabajo, apartado 4.3.1,
p. 109.
47
El inciso 1º de esta norma del Códice dispone que “Cuando la decisión no pueda pronunciarse más que
frente a varias partes, éstas habrán de accionar o ser demandadas en el mismo proceso”. La referencia a
Procesal Civil y Comercial de la Nación argentina48, el art. 47 del C.P.C. brasileño49 y el
art. 83 del C.P.C. colombiano50.
Como puede advertirse, la necesaria formación del litisconsorcio se impone en
virtud del carácter indivisible, infraccionable, de la insatisfacción jurídica o del perjuicio en
la satisfacción injusta.
La norma –al igual que sus antecedentes brasileño y colombiano- remite a la
“naturaleza” de la relación jurídica sustancial objeto del proceso.
Como enseña TORELLO, la situación jurídica que determina el litisconsorcio
necesario, activo, pasivo o mixto, “es, según el texto legal, una relación jurídica sustancial,
que es materia u objeto del proceso, que pertenece o refiere, de modo inescindible, en
común e indivisiblemente, a más de un titular. Por lo que no es jurídicamente posible
decidirla sino de modo uniforme respecto a cada uno de esos titulares y con la presencia o,
al menos, la posibilidad de que estén presentes en el proceso (para que los alcance la cosa
juzgada) todos esos titulares”51.
También PALACIO señala que “el litisconsorcio necesario procede siempre que,
por hallarse en tela de juicio una relación o estado jurídico, que es común e indivisible con
respecto a una pluralidad de sujetos, su modificación, constitución o extinción no tolera un
tratamiento procesal por separado y sólo puede lograrse a través de un procedimiento
judicial único para todos los litisconsortes”52.
FAZZALARI advierte con razón que la interdependencia entre las posiciones de los
litisconsortes debe ser valorada en base a las normas del derecho sustancial53. Más
precisamente, creemos que la imposibilidad de fraccionar la decisión deriva de la
consecuencia normativa que se pretende, del efecto lícito que los interesados persiguen. En
los ejemplos anteriores, si se pretende la resolución de un contrato con parte plurisubjetiva,
el contrato debe ser declarado resuelto o subsistente respecto de todos los litisconsortes; si
se pretende la declaración de nulidad de una compraventa supuestamente fraudulenta, la
sentencia debe declarar la nulidad o validez para todos; etc.
“varias partes” que pueden demandar o ser demandadas en el mismo proceso no es correcta: lo característico
de este litisconsorcio no es la necesidad de que la sentencia se dicte frente a varias partes sino frente a varios
interesados integrantes de la parte actora y/o de la parte demandada.
48
El inciso 1º de esta disposición establece: “Cuando la sentencia no pudiere pronunciarse útilmente más que
con relación a varias partes, éstas habrán de demandar o ser demandadas en un mismo proceso”. Sin duda
alguna la redacción del texto uruguayo es técnicamente más ajustada que la de este antecedente, al sustituir la
expresión “partes” por “interesados”, ya que los que deben demandar o ser demandados no son las varias
“partes” sino los varios “interesados” integrantes de la parte actora o demandada.
49
El texto del art. 47 del C.P.C. del vecino país es el siguiente “Há litisconsórcio necessário, quando, por
disposição de lei ou pela natureza da relação jurídica, o juiz tiver de decidir a lide de modo uniforme para
todas as partes; caso em que a eficácia da sentença dependerá da citação de todos os litisconsortes no
processo”. En este caso la referencia a las “partes” hace que la disposición sea pasible de las mismas críticas
que los códigos italiano y argentino.
50
Que concretamente dispone que “Cuando el proceso verse sobre relaciones o actos jurídicos respecto de los
cuales por su naturaleza o por disposición legal, no fuere posible resolver de mérito sin la comparecencia de
las personas que sean sujetos de tales relaciones o que intervinieron en dichos actos, la demanda deberá
formularse por todas o dirigirse contra todas”.
51
TORELLO, Luis A., “Litisconsorcio e intervención de terceros”, en el “Curso sobre el Código General del
Proceso”, t. I, 1ª ed., reimp., F.C.U., Mdeo., 1991, p. 77.
52
PALACIO, Lino E., “Derecho Procesal Civil”, t. III, Abeledo Perrot, Bs.As., p. 208.
53
FAZZALARI, Elio, “Instituzioni di Diritto Processuale”, VI ed., Cedam-Padova, 1992, p. 315.
Cuando el proceso refiere a un objeto con estas características, el legislador tiene,
en último término, dos posibilidades: o admite la promoción del proceso contra cualquiera
de los cotitulares de la insatisfacción jurídica, con la posibilidad de extender a los demás los
efectos de la sentencia dictada sin su participación, o impone la presencia –o, como dice
TORELLO, la posibilidad de que estén presentes- en el proceso de todos esos cotitulares.
Nuestro derecho –como la mayoría de los ordenamientos comparados- adopta la segunda
posibilidad: el proceso debe promoverse por todos o contra todos los legitimados. Si eso no
sucede, esto es, si el proceso no se promueve por o contra todos ellos, advertido el defecto,
se suspende hasta que la parte sea debidamente integrada (art. 47).
La decisión del legislador es la más conveniente, ya que de esa manera se garantiza
la intervención de todos los interesados en un proceso que culminará con una sentencia
cuyos efectos deben, indefectiblemente, recaer sobre todos ellos.
54
ABAL OLIÚ, Alejandro, “Derecho Procesal”, t. II cit., pp. 19 y 26.
Como se ha dejado consignado con anterioridad, algunas disposiciones específicas
de nuestro ordenamiento jurídico –generalmente contenidas en leyes sustanciales- prevén
para ciertos casos la formación preceptiva de un litisconsorcio activo o pasivo. En realidad,
todas las situaciones reguladas en estas disposiciones están comprendidas en el supuesto
general del artículo 46 del C.G.P..
Entre otros supuestos posibles, la ley impone expresamente la formación del
litisconsorcio en los siguientes casos:
- pretensión de desconocimiento de la paternidad: el proceso debe promoverse
contra el hijo y la madre (C.C.: art. 221)55.
- pretensión de reclamación de filiación legítima, que debe ejercitarse
necesariamente contra el padre y la madre y, en caso de fallecimiento de éstos, contra sus
herederos (C.C.: art. 225).
Todas las conclusiones de los apartados anteriores son aplicables a estos supuestos:
también acá se advierte la inescindibilidad de la insatisfacción jurídica o del perjuicio en la
insatisfacción injusta, la existencia de una única pretensión y por consiguiente de un
proceso simple (no acumulativo), el fundamento de evitar fallos contradictorios, etc..
55
Sobre este litisconsorcio necesario pasivo, ver una nota de jurisprudencia de TORELLO, “Acción de
desconocimiento de paternidad legítima”, Rev. Urug. de Derecho de Familia, año I, num. 1, 1987, pp. 9-12.
56
T.A.C. 4º, s. 79/81, R.U.D.P., 2/1982, c. 345; T.A.C. 4º, s. 229/82, R.U.D.P., 3/1983, c. 308; T.A.C. 4º, s.
201/93, R.U.D.P., 2-3/94, c. 532; T.A.C. 6º, s. 96/93, R.U.D.P., 2-3/94, c. 535; T.A.C. 8º, s. 8/94, R.U.D.P.,
3/95, c. 485; T.A.C. 3º, s. 88/99, R.U.D.P., 4/2000, c. 8 y c. 31; T.A.F. 1º, s. 173/2000, R.U.D.P., 4/2001, c.
559; T.A.C. 4º, s. 139/2001, R.U.D.P., 4/2002, c. 570 (en este último caso las pretensiones eran de simulación
y nulidad por falta de consentimiento). En cambio, si la simulación se alega como excepción no rige la
exigencia del litisconsorcio necesario (T.A.C. 5º, s. 56/97, L.J.U., t. 116, c. 13.313, citando la opinión de
ALONSO DE MARCO). En doctrina también puede consultarse: ACUÑA ANZORENA, “Acción de
simulación y litisconsorcio necesario pasivo”, Jur. Arg., 1942, I, 831.
57
T.A.C. 3º, s. 182/82, R.U.D.P., 3/1983, c. 303; T.A.C. 6º, s. 185/2001, R.U.D.P., 4/2002, c. 571. En este
último caso el proceso había sido promovido por uno de los herederos de la parte vendedora contra solamente
uno de los integrantes de la parte compradora.
58
Por ejemplo, si la parte promitente vendedora, de integración plurisubjetiva, promueve un proceso para la
resolución del contrato (T.A.C. 4º, s. 206/77, R.U.D.P., 3-4/1977, c. 290; T.A.C. 3º, s. 74/77, R.U.D.P., 3-
4/1977, c. 295; T.A.C. 2º, s. 84/77, R.U.D.P., 3-4/1977, c. 297; T.A.C. 3º, s. 36/79, R.U.D.P., 4/1979, c. 276;
T.A.C. 2º, s. 92/83, R.U.D.P., 3/1984, c. 171; T.A.C. 3º, s. 145/2000, R.U.D.P., 4/2001, c. 554; también
publicada en L.J.U., t. 122, c. 14.042).
59
T.A.C. 3º, s. 72/99, R.U.D.P., 4/2000, c. 717.
- El proceso de desalojo, si la parte arrendadora o la parte arrendataria están
integradas por varias personas60.
- En caso de cesación de condominio contractual, ya que la demanda del
copropietario debe proponerse contra todos los demás condóminos61.
- En caso de proceso de partición entre más de dos interesados, ya que debe
convocarse a todos los coherederos62.
- Pretensión de posesión notoria del estado civil de hijo legítimo (art. 46 del C.C.),
si ya falleció el presunto padre, ya que debe proponerse contra todos los herederos63.
- Desconocimiento de la paternidad legítima, que debe promoverse contra el hijo y
la madre64.
- Si se pide simultáneamente el cese (respecto de los hijos mayores de edad) y la
reducción (respecto a los hijos menores) de pensión alimenticia fijada por una decisión
jurisdiccional única la demanda debe dirigirse en conjunto contra los todos los acreedores
alimentarios65.
Se ha discutido la existencia de litisconsorcio necesario en el caso de pretensión
reivindicatoria de bien en condominio66, o de pretensión arrendaticia relativa a un bien en
condominio67.
60
T.A.C. 1º, s. 93/76, R.U.D.P., 3-4/1976, pp. 78-79; T.A.C. 3º, s. 199/82, R.U.D.P., 3/1983, c. 302.
Asimismo, si fallece el arrendatario, el proceso de desalojo debe promoverse contra todos los sucesores, que
conforman un litisconsorcio pasivo necesario (T.A.C. 6º, s. 262/2000, L.J.U., t. 124, c. 14.209).
61
T.A.C. 4º, s. 45/96, R.U.D.P., 3/97, c. 567; del mismo tribunal, s. 75/2000, R.U.D.P., 4/2001, c. 556.
62
T.A.F., 2º, s. 35/97, L.J.U., t. 116, c. 13.325. En el caso, se trataba de una compleja partición de sucesiones
confundidas; el Tribunal rechaza la demanda, precisamente, por no haberse convocado a todos los interesados
que debían integrar el litisconsorcio pasivo necesario.
63
S.C.J., s. 79/96, L.J.U., t. 113, c. 13.051. Señala la Corporación que “No se podría ser pariente de algunos
de los sucesores del causante y no de otros. El propio interés de la sociedad en el estado civil de las personas,
la importancia que ello tiene para la comunidad en su conjunto, razón por la que, precisamente, afecta al
‘interés público’ o la ‘causa pública’, determina que el estado civil como ‘pertenencia a una familia’, no
pueda ser tratado en forma separada con cada uno de sus integrantes”. En el caso, además, se habían
acumulado las pretensiones de petición de herencia y nulidad de testamento; la Corte sostuvo que en el caso
de la pretensión de petición de herencia también se debía formar un litisconsorcio necesario pasivo,
ejercitándola contra todos los herederos aparentes.
64
T.A.F. 2º, s. 164/95, L.J.U., t. 113, c. 13.042, citando la opinión de TORELLO.
65
T.A.F. 2º, s. 14/98, L.J.U., t. 118, c. 13.486; del mismo tribunal, s. 64/99, R.U.D.P., 4/2000, c. 720. En el
primer fallo señala el Tribunal que “Cuando la pretensión articulada adquiere el doble contenido, de cese y
reducción de las diferentes obligaciones alimentarias legales ‘accertadas’ en su cuantía por decisión
jurisdiccional única, se provoca un supuesto de acumulación de pretensiones que consolida una situación
litisconsorcial pasiva necesaria. Ello, en tanto las pretensiones resultan conexas por su causa u objeto y la
sentencia a dictarse respecto a algunos de los alimentarios tiene repercusión en relación a la restante, lo cual
requiere la intervención en el proceso de todos los interesados: tanto de aquéllos respecto de los cuales se
pretende el cese del servicio, como de aquélla en relación a la cual implica reducción” (destacados nuestros).
Corresponde señalar que, independientemente de la corrección del fallo al considerar que se impone la
formación de un litisconsorcio en la parte demandada (tesis bastante discutible), parece contradictorio hablar
de “acumulación de pretensiones que consolida una situación litisconsorcial pasiva necesaria”. Como decimos
en el texto, en el caso del litisconsorcio necesario no existe proceso acumulativo, ya que se trata de un único
objeto procesal indivisible.
66
T.A.C. 2º, s. 201/2000, R.U.D.P., 4/2001, c. 551. Para este Tribunal cualquier condómino está legitimado
para promover la acción reivindicatoria, pues ésta “no constituye un acto de disposición sino de conservación
y cuidado, sea que se entienda que sólo reivindica su cuota (art. 677 inc. 3 CC) o que la sentencia dada a favor
del comunero y respecto de cosas que benefician a la comunidad beneficia a los condóminos”.
67
Exigen la promoción del proceso por todos los condóminos: T.A.C. 3º, s. 367/78, R.U.D.P., 4/1978, c. 172;
T.A.C. 3º, s. 300/78, R.U.D.P., 4/1978, c. 174; T.A.C. 3º, s. 269/78, R.U.D.P., 4/1978, c. 177; T.A.C. 2º, s.
En cambio, ha dicho la jurisprudencia nacional que no existe litisconsorcio
necesario en el caso de socios de una sociedad civil, que frente a terceros responden
individualmente y por partes iguales como si no existiera tal sociedad (arts. 1918 y 1921 del
C.C.)68. Asimismo, se ha señalado que en el proceso de rescisión de un concordato no se
impone la formación de un litisconsorcio necesario activo, ya que puede ser promovido por
cualquiera de los acreedores vinculados por él69; que no hay litisconsorcio necesario en el
caso de petición de herencia promovida por dos titulares de cuota de la herencia70 y que el
proceso de regulación de honorarios puede promoverse contra el condenado en costos sin
necesidad de emplazar al patrocinado71.
355/82, R.U.D.P., 3/1983, c. 300 y c. 301; T.A.C. 4º, s. 226/82, R.U.D.P., 3/1983, c. 307. En doctrina,
TEITELBAUM se pronuncia por el carácter necesario del litisconsorcio (en “Algunos problemas de la
legitimación en el desalojo”, R.U.D.P., 3/1975, pp. 63-64 y “Litis Consorcio. Imposibilidad de comparecencia
de todos los litis consortes en un litisconsorcio necesario”, R.U.D.P., 1/1989, p. 101) y VÉSCOVI (en “Del
procedimiento en arrendamientos y desalojos urbanos y rurales”, 4ª ed., pp. 79-81 y “Casos en los cuales
resulta innecesaria la presencia de todos los condóminos como presupuesto para el ejercicio de derechos
emanados del condominio”, R.U.D.P., 1/1990, p. 67), en tanto que ARLAS admite la legitimación individual
de cada uno de los condóminos (en “La legitimación en las leyes 14.219 y 14.220” cit., pp. 30-32). No
obstante, en sus trabajos de 1989 y 1990, TEITELBAUM y VÉSCOVI admitieron con carácter excepcional la
no comparecencia de todos los condóminos cuando el demandado (arrendatario) ha devenido copropietario.
68
T.A.C. 2º, s. 167/95, R.U.D.P., 3/96, c. 461.
69
T.A.C. 6º, s. 187/98, R.U.D.P., 3/99, c. 515. Nos preguntamos si cuando la rescisión del concordato es
promovida por varios no estaríamos en realidad ante un litisconsorcio facultativo con necesidad de sentencia
uniforme.
70
T.A.F. 2º, s. 229/98, L.J.U., t. 120, c. 13735.
71
T.A.F. 2º, s. 129/94, R.U.D.P., 3/95, c. 214.
por razones especiales, asumir al grado de necesidad la simple conveniencia de tramitar al
mismo tiempo varias instancias; de ahí que en estos casos el litisconsorcio necesario por ley
podría también ser limitado al primer momento y conducir a pronunciamientos contrarios
sobre las distintas demandas, aunque decididas con sentencia única”72. A pesar de la nítida
distinción de esta figura tan particular, el autor no mencionaba ningún ejemplo.
También la doctrina brasileña admite esta posibilidad, denominando a esta figura
“litisconsorcio necesario común”.
Señala FIDELIS que existen determinadas situaciones en que el litisconsorcio es
necesario, pero las decisiones pueden ser heterogéneas para cada uno de los litisconsortes.
La decisión no es obligatoriamente uniforme, pero el litisconsorcio es de formación
preceptiva (necesario)73. Esto sucede, según DINAMARCO, cuando la necesariedad del
litisconsorcio es fruto exclusivo de una determinación específica de la ley, sin que exista
inescindibilidad en el objeto del proceso74.
Los posibles ejemplos de esta figura en nuestro derecho pueden ser discutibles75,
pero no existe ningún impedimento teórico para admitirla, por lo que dejamos consignada
la advertencia.
4. Conclusiones.
72
CHIOVENDA, José, “Principios de Derecho Procesal Civil”, trad. de José Casais y Santaló, Instituto
Editorial Reus, t. II, Madrid, p. 676.
73
FIDELIS DOS SANTOS, Ernane, “O litisconsórcio no Código de Processo Civil Brasileiro”, en la Revista
do Curso de Direito da Universidade Federal de Uberlândia, v. 12, n. 1/2, 1983, p. 70.
74
DINAMARCO, Cândido Rangel, “Intituições de Direito Processual Civil”, vol. II, Malheiros Editores,
2001, pp. 356-357. Véase también: BORGES, Marcos Afonso, “Intervenção de tercero”, R.U.D.P., 1/1992, p.
51. Como ejemplo, se cita el caso del proceso de usucapión, en el que es necesario citar a todos los linderos
pero la sentencia puede ser diferente para cada uno de ellos; por ejemplo puede suceder que se acoja la
pretensión pero excluyendo el área impugnada por uno de los linderos. Ver otros ejemplos en las
“Intituições…” de DINAMARCO, t. II cit., pp. 351 y 357.
75
Un posible ejemplo podría ser el proceso en que se pretende la declaración de que se ha adquirido un
inmueble por prescripción adquisitiva, ya que en ese caso se impone el emplazamiento a cualquier interesado,
a los linderos del inmueble y a quien figure como último propietario de acuerdo a la información registral
(C.G.P.: art. 127.4). Es decir, es necesario que el proceso se promueva contra todos estos sujetos, pero la
sentencia puede tener un contenido diferente para algunos de ellos.
En virtud de este litisconsorcio facultativo se genera un proceso acumulativo que
culmina con una sentencia cuyo contenido puede ser diferente para cada uno de los
litisconsortes.
4.5. Aún cuando no existen ejemplos claros en el derecho positivo patrio, es posible
admitir teóricamente la existencia de algún litisconsorcio necesario en el que la sentencia
que pone fin al proceso no sea idéntica para todos los litisconsortes.