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1. Introducción,
3. Litisconsorcio necesario,
4. Litisconsorcio facultativo,
7. Audiencia complementaria,
8. Conclusiones,
9. Bibliografía.
1. Introducción
Desde una perspectiva teórica y didáctica, una relación jurídica procesal clásica,
unitaria y elemental, supone la presencia de dos partes (demandante y demandada),
en cada parte una sola persona y, finalmente, de una sola pretensión procesal. Claro,
la teoría no coincide con la realidad; una relación procesal simplificada aparece
pocas veces en el mundo real, en donde es mucho más común advertir la presencia
de varias relaciones jurídicas procesales al interior de un mismo proceso. (Monroy
Gálvez, 1993, p. 44)
Es decir, en la práctica judicial, la regla no es que una una persona demande solo
una pretensión a otra. Sino, por el contrario:
1. que varias personas demanden una o varias pretensiones a otra (demandantes vs.
demandado).
2. que una persona demande una o varias pretensiones a otras (demandante vs.
demandados).
3. que varias personas demanden una o varias pretensiones a otras (demandantes
vs. demandados).
Alineados en la terminología antes descrita, afirmamos que el litisconsorcio no es
otra cosa que una acumulación subjetiva, es decir, la presencia de más de una
persona en calidad de parte demandante o demandada. La necesidad de su
tratamiento legislativo separado, surge del hecho que las personas que conforman
una parte en calidad de litisconsortes, pueden tener en su interior, relaciones
distintas y heterogéneas. (Monroy Gálvez, 1993, p. 47)
Hay litisconsorcio cuando dos o más personas litigan en forma conjunta como
demandantes o demandados, porque tienen una misma pretensión, sus pretensiones
son conexas o porque la sentencia a expedirse respecto de una pudiera afectar a la
otra.
3. Litisconsorcio necesario
4. Litisconsorcio facultativo
Esta figura opera cuando en un proceso, de manera voluntaria, litiguen dos o más
personas en forma conjunta porque sus pretensiones son conexas, produciendo una
acumulación de pretensiones. Nótese que la creación de este litisconsorcio es por
voluntad de partes y no por una exigencia legal, como sucede en el caso del
litisconsorte necesario. No es un litisconsorte propiamente dicho porque no hay
comunidad de suertes, como lo sería en el necesario, sino lo que existe es – como
señala Parra Quijano – una pluralidad de partes que aprovechan el procedimiento
para discutir independientemente sus pretensiones. (Ledesma Narváez, 2008, p. 354)
6. Audiencia complementaria
7. Conclusiones
En la práctica judicial, la regla no es que una una persona demande solo una
pretensión a otra. Sino, por el contrario:
1.
1. que varias personas demanden una o varias pretensiones a otra
(Demandantes vs. demandado).
2. que una persona demande una o varias pretensiones a otras
(Demandante vs. demandados).
3. que varias personas demanden una o varias pretensiones a otras
(Demandantes vs. demandados).
El litisconsorcio es un caso de acumulación de subjetiva cuyos miembros integrantes
de cada parte (demandante y demandada) tienen relaciones distintas y heterogéneas.
En un litisconsorcio se presentan una parte demandante compuesta por un grupo
de personas y del otro lado la parte demandada compuesta también por otro grupo
de personas. Componiendo los grupos de personas una misma parte por tener
derechos e intereses en común.
8. Bibliografía