Reflexión: la vida secreta de los niños.

Ver cómo socializan los niños en un ambiente “libre” debe ser una forma de
aprender cada vez más de ellos, lo primero que llama la atención es la manera tan
didáctica y espontánea con la que se encargan de socializar, puesto que los
adultos tienen sus reglas en el momento de conocer a alguien, sin embargo los
niños no, ellos quieren jugar y divertirse, así que emprenderán esta tarea sin la
necesidad de preguntar ‘¿Quién es?’ puesto que esto pasa a un segundo plano.
No obstante, a pesar de que esto no es relevante hay otras situaciones que sí lo
son, por ejemplo identificar los colores como de niño o niña, algo que llama la
atención es cuando en el momento de los disfraces los niños optan por el azul y
las niñas por el rosado, cabe destacar como en la entrevista que hacen con las
familias un padre utiliza el término “el rosa de niñas” y lo menciona a su hijo, se
podría pensar que es así como estas distinciones inician desde el núcleo familiar
pues los primeros ejemplos que recibe el niño en la mayoría de los casos es de su
hogar. Ahora bien, es necesario mencionar también actitudes que tienen entre
ellos, pues como se muestra hay niños con personalidades más “fuertes” que
otras y estos logran de alguna forma imponerse ocasionando con esto que otros
puedan sentirse rechazados, como sucedió en el momento en el que Rodrigo le
quita los colores a Ginebra, cabe recalcar la actitud que tiene ella, pues a pesar de
tener algún sentimiento sobre esto decide alejarse y continuar con otra actividad,
en cambio otros niños en esta situación eligen pelear por lo que creen en de su
propiedad, optando por tener diferentes conductas. Algo que llama la atención es
como el sentimiento de culpa surge a una edad tan temprana y ellos van
identificando por sus propios medios como deben actuar frente a esto, sin
embargo algo notable que se aprecia es como los niños muchas veces eligen
actuar de una manera no acorde a lo que se diría está bien, a pesar de que saben
que no lo deberían hacer, se puede decir que lo mismo pasa con muchos adultos,
pues muchas veces el sentimiento de querer contradecir las cosas que se tienen
estipuladas puede ser liberador. Por último, algo conmovedor que sucede es ver
como algunos niños a una edad tan temprana como los son los cuatro o cinco
años, toman sus propias decisiones sin dejar que otros interfieran o influencien en
estas.