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LA MALHORA DE MAZATEPEC
La Malhora es el nombre con el que se conoce a la
leyenda de una mala mujer que tenía la capacidad de
“hipnotizar” a los hombres y después se convertía en
bestia, con cuerpo de mujer y cara de mula.
En la región se sabe que existía una finca de la
primera migración europea y los colonos que
permanecieron, narraban que había una mujer muy
guapa que se aparecía de vez en cuando en esa finca
ya abandonada. A veces la veían cerca del río, pero
siempre vagando sin rumbo.
En esa época, las familias italianas se enfrentaron a
enfermedades como la gripe española y vivían con el
temor a morir a manos de la Malhora. Siempre
procuraban caminar con compañía ya que se decía
que los seres del más allá estaban sueltos.
Se dice que el que cae en “garras” de la
Malhora desaparece, pierde la memoria, queda mudo
o muere al instante.
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Los duendes de la Sierra
Cuenta la leyenda que cuando hay baile en el pueblo,
se ve a unos “niños” jugar por las calles o en el
campo deportivo, (que en aquellos tiempos estaba
alejado del centro y con pocas casas alrededor). En
ocasiones las personas desaparecían y eran
encontradas en la espesura de los cerros. Se cree
que esos niños se los llevaban, dejándolos arriba de
los árboles, algunas veces con vida, a veces no.
Las historias de duendes o pequeños seres siempre
fue más extendida en la zona boscosa. En efecto
encontraban a hombres, regularmente en estado de
ebriedad, arriba de los árboles. Tal vez dejándolos ahí
como en una travesura de estos seres.
LA SEÑORA DE SAN PABLO
Cuenta la leyenda que en los tiempos de la Colonia, la
señora fue la mujer más hermosa del pueblo y cegada
de amor contrajo matrimonio con un apuesto hombre, muy
rico y celoso.
La mujer despertaba pasiones a su paso y, lo que la gente
cuenta, es que el hombre lleno de cólera encerró a la mujer
en su casa y le prohibió salir. Durante dos años nadie
pudo verla, porque se mantuve encerrada en sus
aposentos, hasta que un día escucho que su marido
maltrataba a sus hijos y fue entonces que se atrevió a
hacerlo.
Al salir de su habitación, la mujer advirtió que el hombre
les desfiguraba el rostro a los pequeños. De un solo grito
ella exclamó: ¡No!, déjalos, ¿qué te han hecho?, A lo que el
hombre respondió exlatado: “su hermoso rostro me
recuerda tu belleza”.
La mujer salió corriendo hecha una piltrafa, las ratas
habían mordido su bello rostro y habían dejado marcas
profundas en su piel; y por si esto fuera poco, para salvar
a sus hijos tuvo que pasar en medio de una feroz jauría de
perros que se abalanzó sobre ella. Aun así, la mujer logró
arrebatarle a los niños y huyó cargando los cuerpos sin vida
de sus hijos en medio de la noche. Se fue mientras gritaba
aquella frase que hoy nos eriza la piel: “Aaaay mis hijos”.
Los pobladores aseguran que “La Señora” (así la
conocen) aparece entre las milpas, deslizándose
suavemente, y se anuncia desde lejos con un grito de dolor
desgarrador que nace desde sus entrañas, ¡tan intenso!,
que hasta el aire pareció entristecerse y hiela la sangre de
cualquiera, ¡qué miedo!
LA PLANCHADA
Nos cuenta que esta simpática enfermera cayo
víctima de los encantos de un doctor mujeriego que le
prometió casamiento, para luego irse a vivir lejos y
casarse con otra mujer, esto significo para la
enfermera un dolor tan grande que le imposibilitaba
incluso hacer lo que más le gustaba: Cuidar
enfermos.
Llena de dolor y tristeza nunca más pudo recuperar
su alegría y ya no se interesó por ninguna persona
más.
Cuentan que un día la muerte se le apareció a la
enfermera para reprocharle sus actos, ya que el
desinterés por su trabajo era tan grande que incluso
algunos pacientes habían muerto a causa de su
negligencia, entonces como castigo la condeno a
cuidar a los enfermos por toda la eternidad.
Nunca más se supo de la enfermera, los doctores no
la volvieron a ver, pero algunos pacientes aseguran
haber sido atendidos por una enfermera que lleva la
ropa muy bien planchada y tiene un estupendo
carácter, claro que nadie con esa descripción trabaja
en los lugares donde se afirma haberla visto. El
fenómeno ha crecido tanto que en varios países
aseguran haber visto una aparición semejante.