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Aquí te presentamos 15 leyendas cortas para compartir y

disfrutar con los niños, narraciones llenas de aprendizaje


con las que podrán "dejar volar su imaginación".

1. La leyenda del maíz


También conocida como Quetzalcóatl y el maíz, esta
leyenda es de origen azteca y trata de explicar el
surgimiento de uno de los ingredientes primordiales de la
comida mexicana: el maíz. En esta historia se considera
como producto que surge como resultado de la acción
divina.

Al mismo tiempo, esta leyenda es ideal para reflexionar


con los más pequeños sobre la importancia del esfuerzo y
tesón para conseguir cualquier objetivo que nos
propongamos en la vida.

Cuenta la leyenda que, antes de la llegada del Dios Quetzalcóatl, los aztecas solo se
alimentaba de raíces y algún que otro animal que podían cazar.

El maíz era un alimento inaccesible porque estaba oculto en un recóndito lugar


situado más allá de las montañas.

Los antiguos dioses intentaron por todos los modos acceder quitando las montañas
del lugar, pero no pudieron conseguirlo. Entonces, los aztecas recurrieron a
Quetzalcóatl, quien prometió traer maíz. A diferencia de los dioses, este utilizó su
poder para convertirse en una hormiga negra y, acompañado de una hormiga roja,
se marchó por las montañas en busca del cereal.

El proceso no fue nada fácil y las hormigas tuvieron que esquivar toda clase de
obstáculos que lograron superar con valentía. Cuando llegaron a la planta del maíz,
tomaron un grano y regresaron al pueblo. Pronto, los aztecas sembraron el maíz y
obtuvieron grandes cosechas y, con ellas, aumentaron sus riquezas. Con todos los
beneficios, se cuenta, que construyeron grandes ciudades y palacios.

Desde aquel momento, el pueblo azteca adora al Dios Quetzalcóatl, quien les trajo
el maíz y, con ello, la dicha.
2. Leyenda del hilo rojo del destino
Esta conocida leyenda forma parte de la cultura popular
china y japonesa y parte de la base de que las personas
que están predestinadas están unidas con un hilo rojo.
Además, refuerza la idea de la existencia de que todos
tenemos un “alma gemela”.

Esta historia no solo sirve para hablar del destino, sino de


los vínculos que se establecen entre las personas, bien
sean de amor, de amistad o compañerismo.

Cuenta una antigua leyenda que, hace muchos años, un emperador invitó a una
poderosa bruja que tenía la capacidad para ver el hilo rojo del destino.

Cuando la hechicera llegó a palacio, el emperador le pidió que siguiera el hilo rojo
de su destino y lo condujera hacia la que sería su esposa. La bruja accedió y siguió
el hilo, desde el dedo meñique del emperador, que la llevó hacia un mercado. Allí se
detuvo frente a una campesina en cuyos brazos sostenía a un bebé. El emperador,
enojado, pensó que se trataba de una burla de la bruja e hizo caer a la joven al
suelo, provocando que la recién nacida se hiriera la frente. Luego, ordenó que los
guardias se llevaran a la bruja y pidió su cabeza.

Años después, el emperador decidió casarse con la hija de un poderoso


terrateniente a la que no conocía. Durante la ceremonia, al ver por primera vez el
rostro de su futura esposa, el emperador observó una cicatriz peculiar en su frente.

3. Kamshout y el otoño
Esta leyenda de origen argentino sirve para dar una
explicación a la transformación de los árboles en las
estaciones de otoño y primavera. Pero también puede
verse como una reflexión al riesgo que supone la
ignorancia, la cual puede ser la madre de los prejuicios
hacia lo nuevo o diferente. Hay que valorar otras opciones
y no creer solo lo que ya sabemos o creemos saber.
También nos habla de la importancia de no burlarse de los
demás cuando sus creencias u opiniones no coinciden con
las nuestras.

En Tierra de Fuego hubo un tiempo en que las hojas de los árboles eran siempre
verdes. Un joven que vivía allí, Kamshout, partió a un lugar lejano a hacer un rito
de iniciación al llegar a la madurez. Tardó mucho tiempo en volver y el resto de
habitantes lo habían dado por muerto.

Un día, Kamshout apareció y contó a sus paisanos que venía de un lugar donde los
árboles perdían sus hojas en otoño y, en primavera, surgían hojas verdosas. Nadie
creyó sus palabras y sus paisanos se burlaron de él.

Kamshout, enfadado, se marchó al bosque y desapareció durante un tiempo.


Pronto, reapareció convertido en un loro vestido con plumas verdes y rojas.

Llegó el otoño y Kamshout tiñó las hojas con sus plumas rojas, estas cayeron al
suelo. Los habitantes pensaron que los árboles estaban enfermos y morirían.
Kamshout no pudo contener la risa.

En primavera surgieron hojas verdosas. Desde entonces, los loros se ríen de los
humanos para vengarse de la burla hacia Kamshout, su antepasado
4. Leyenda del Olentzero
País vasco y Navarra siempre se han caracterizado por ser
territorios llenos de leyendas. Esta es siempre un símbolo
de la Navidad en estos lugares de España. No se conocen
datos exactos del origen de esta leyenda, aunque se cree
que procede de Lesaka (Navarra).

Lope Isasi, historiador vasco, apuntó a que la palabra


Olentzero puede venir del término en euskera onen, que
significa "bueno". Unida a la palabra zaro, que quiere decir
"época", conforma onenzaro: tiempo de lo bueno.

Aunque, este personaje no siempre ha asociado al carácter


festivo de Navidad ni a la figura de un carbonero bonachón.
Otras historias que surgieron en torno a su figura
apuntaban a un hombre que aterrorizaba a los niños a los
que amenaza con su hoz si se quedaban despiertos durante
la noche.

En las montañas de Euskal Herria vivía un hada de pelo rubio y largo que siempre
iba acompañada de sus duendecillos de pantalones rojos, los prakagorri.

Un día, cerca de un riachuelo, el hada se acercó y vio a un bebé abandonado.


Entonces esta le dijo: “Tu nombre será Olentzero, porque es una maravilla haberte
encontrado. Te daré los regalos de fuerza, coraje y amor durante tu vida”.

Después, el hada llevó al bebé a casa de un matrimonio que no tenía hijos. El


Olentzero vivió feliz y aprendió el oficio de su padre: cortador de leña.

En la edad adulta, luego de la muerte de sus padres, el Olentzero vivía solo en su


casa de las montañas. Los niños del pueblo lo miraban extrañados mientras lo
veían recolectar leña.

Pasó el tiempo y llegó el invierno más frío hasta entonces. Los habitantes tenían
mucho frío, pues no tenían carbón para la chimenea. Entonces, el Olentzero, que
no paró de recolectar leña, dejó un saco cargado de leña en cada casa. Al día
siguiente, todos los habitantes estaban emocionados. Jamás volvieron a olvidarse
de recolectar suficiente leña.
Desde entonces, el Olentzero decidió repartir juguetes para niños en lugar de
carbón. Así, cada 25 de diciembre, el Olentzero sale de los bosques y reparte la
magia por los pueblos de Euskal Herria.

5. La mariposa azul
Esta antigua leyenda japonesa contiene una gran lección
de vida que ha logrado perdurar gracias al paso de
generación en generación. Supone una metáfora sobre el
presente y futuro, también sobre la toma de decisiones.

Nadie más es responsable de nuestras determinaciones


que nosotros mismos, al igual que ocurre con la niña y la
mariposa: nosotros decidimos si aplastarla o dejarla libre.
De esta forma, nuestro presente y futuro están en nuestras
manos.

Una antigua leyenda oriental cuenta que, hace mucho tiempo en Japón, vivía un
hombre viudo con sus dos hijas. Las muchachas eran muy curiosas e inteligentes y
siempre estaban dispuestas a aprender. Continuamente le hacían preguntas a su
padre y este trataba siempre de darles respuesta.

A medida que pasaba el tiempo, las niñas tenían cada vez más dudas y hacían
preguntas más complejas. Incapaz de responder, el padre decidió mandar a sus
hijas una temporada con un sabio, un antiguo maestro que vivía en la colina.

Enseguida, las niñas quisieron hacerle todo tipo de preguntas. El sabio siempre
respondía todas las cuestiones.

Pronto, las niñas decidieron buscar una pregunta para la que el maestro no tuviera
respuesta. Así, la mayor decidió salir al campo y atrapó una mariposa, después, le
explicó a su hermana el plan: “Mañana, mientras sostengo la mariposa azul en mis
manos, le preguntarás al sabio si está viva o muerta. Si dice que está viva, la
aplastaré y la mataré. En cambio, si responde que está muerta, la liberaré. De esta
forma, sea cual sea su respuesta, siempre será incorrecta”.

Al día siguiente, cuando le preguntaron al sabio si la mariposa estaba viva o


muerta, deseando que cayera en su trampa, este les respondió calmado: “Depende
de ti, ella está en tus manos”.

6. Leyenda de la yerba mate


Esta leyenda de origen guaraní trata de dar una explicación
al origen de una de las bebidas más consumidas en
Argentina: el mate. De hecho, cuenta con una fecha
señalada en el calendario, cada 30 de noviembre se
celebra el Día Nacional del Mate. Esta es una historia que
ha pasado de generación en generación.

Además de conocer el surgimiento del mate, esta historia


es ideal para abordar el valor de la gratitud con los más
pequeños, producto de ella surge una de las bebidas más
preciadas.

Cuenta una antigua leyenda guaraní que, desde hace mucho tiempo, la Luna Yasí
pasea desde siempre por los cielos nocturnos, observando curiosa los árboles, ríos y
lagos. Yasí solo conocía la tierra desde el cielo aunque deseaba bajar y poder ver las
maravillas de las que le hablaba Araí, su amiga la nube.

Un día Yasí y Araí se animaron a descender a la tierra transformadas en niñas de


largos cabellos, dispuestas a descubrir las maravillas de la selva.

De pronto, entre los árboles, apareció un yaguareté que se acercaba para atacarlas.
Pronto, un viejo cazador apuntó con una flecha al animal y este escapó veloz del
lugar. Yasí y Araí, que estaban muy asustadas, volvieron rápido al cielo y no
pudieron agradecer al señor.

Yasí decidió que esa misma noche le daría las gracias al anciano y, mientras este
descansaba, le habló desde el cielo y le dijo: “Soy Yasí, la niña que hoy salvaste
quiero agradecer tu valentía, por eso, voy a darte un regalo que encontrarás frente a
tu casa: una nueva planta cuyas hojas tostadas y molidas darán como resultado una
bebida que acercará los corazones y ahuyenta la soledad”.

Al día siguiente, el anciano descubrió la planta y elaboró la bebida tal y como le


había indicado la luna. Así fue como nació el mate.

7. El Caleuche
Esta leyenda es originaria del Archipiélago de Chiloé
(Chile). La inmensidad del mar siempre ha despertado
curiosidad por los secretos que se esconden en el agua, de
aquí surgen leyendas como esta que forman parte de la
cultura popular del pueblo chileno.
Hay diferentes hipótesis sobre el surgimiento de esta
leyenda, entre ellas, la posible relación con otra leyenda
europea conocida como “El holandés errante”.

El Caleuche cuenta con varias versiones, todas ellas


coinciden en que un barco aparece y desaparece entre la
neblina a mitad de la noche. En cambio, varía la razón por
la que lo hace: rescatar a los desfallecidos en el mar;
encantar y aprisionar pescadores; transportar brujos
durante sus fiestas; servir como barco de contrabando;
como un buque fantasma con conciencia.

Cuenta la leyenda que un buque conocido por el nombre de Caleuche navega por
las aguas de Chiloé, en el país de Chile.

Al mando del barco se encuentran brujos poderosos y por las noches ilumina las
aguas.

El Caleuche solo aparece por las noches y en su interior se escucha música que
atrae a náufragos o tripulantes de otras embarcaciones.

En cambio, si una persona que no es bruja lo mira se convierte en un madero


flotante o se hace invisible. Sus tripulantes se convierten entonces en lobos marinos
o aves acuáticas.

Los tripulantes del barco tienen ciertas particularidades, como una pierna para
andar y son desmemoriados. Por eso, el secreto de esta embarcación siempre se
mantiene a bordo.

Dice la leyenda que no hay que mirar al Caleuche porque, a los que lo hacen,
reciben un castigo de los tripulantes, quienes les tuercen la boca o les giran la
cabeza hacia la espalda. Quien mira el barco debe tratar que los tripulantes no se
den cuenta.

Cuando el Caleuche navega cerca de la costa y se apodera de una persona, la lleva a


las profundidades del mar y le descubre inmensos tesoros, con la condición de no
contar lo que ha visto, si lo hace, su vida corre peligro.

Una de las buenas acciones del Caleuche es la de recoger a los náufragos que se
encuentran en las profundidades del mar y los acoge para siempre.
8. Leyenda del sol y la luna
Esta es una leyenda mexicana que trata de dar respuesta a
cómo surgieron el sol y la luna, una pregunta que la
humanidad se ha hecho desde tiempos remotos.

Esta historia, además, pone de manifiesto la importancia


de la valentía como virtud más valiosa que la belleza o la
riqueza. En este sentido, el conejo simboliza la abundancia,
y sirve de recordatorio de la cobardía de Tecciztécatl.

Dice una antigua leyenda que, antes de que existiese el sol y la luna, en la tierra
reinaba la oscuridad. Para crear a estos dos astros que hoy iluminan el planeta, los
dioses se reunieron en Teotihuacán, ciudad situada en el cielo. Como un reflejo, se
encontraba en la tierra la ciudad mexicana del mismo nombre.

En la ciudad, encendieron una hoguera sagrada y, sobre ella, debía saltar aquel
poderoso que quisiera convertirse en sol. Al evento, se presentaron dos candidatos.
El primero, Tecciztécatl, destacaba por ser grande, fuerte y, además, poseía grandes
riquezas. El segundo, Nanahuatzin, era pobre y de aspecto desmejorado.

En el momento en que debían saltar la hoguera, Tecciztécatl no se atrevió a saltarla


y salió corriendo; Nanhuatzin, lleno de valor, se arrojó a la hoguera. Al ver esto, los
dioses decidieron convertirlo en sol.

Tecciztécatl, arrepentido y avergonzado, también saltó la hoguera. En ese


momento, en el cielo apareció un segundo sol. Los dioses, tomaron la
determinación de apagar a Tecciztécatl, ya que no podía haber dos soles, entonces
se convirtió en luna. Como recuerdo de su cobardía, las deidades arrojaron un
conejo a la luna. Desde entonces, puede verse este conejo reflejado durante los días
de luna llena.

9. El Soldado Encantado de la Alhambra


Tras los muros de la Fortaleza Roja se esconden grandes
misterios. A lo largo del tiempo, la Alhambra ha sido la
cuna de grandes leyendas, esta es una de ellas. Miles de
historias se han ido difundiendo entre los habitantes de
Granada durante siglos, y de generación en generación.
Esta leyenda fue publicada en la segunda edición de la
antología Cuentos de la Alhambra (1851) de Washington
Irving.

Un estudiante de la Universidad de Salamanca se dedicaba a viajar durante el


verano por otras ciudades de España con su guitarra para conseguir dinero y pagar
estudios.

Víspera de la noche de San Juan llegó a Granada y, en uno de sus paseos, se


encontró con un soldado equipado con una antigua armadura y una lanza. El joven
estudiante le preguntó al soldado quién era. Este respondió que una maldición le
obligaba a custodiar un tesoro desde hacía 500 años. El soldado solo salía de su
escondite durante la noche de San Juan.

El joven se ofreció a ayudarle y el soldado le ofreció la mitad del tesoro a cambio de


que rompiera el hechizo. Para ello necesitaban a una joven cristiana y a un
sacerdote en ayunas.

A la joven no fue difícil encontrarla, pero el único sacerdote al que localizaron tenía
debilidad por la comida. Entonces, el estudiante prometió al párroco parte de las
ganancias si accedía a ayunar.

Durante la noche, el estudiante, el sacerdote y la joven subieron a la torre de la


Alhambra, donde se escondía el soldado. Allí vieron el tesoro, sin embargo, el
párroco no pudo resistir el ayuno y se comió la comida. El hechizo no pudo
romperse y, dicen, que el soldado permanece prisionero en la torre custodiando el
tesoro de la Alhambra.

10. Las cinco águilas blancas


Esta leyenda venezolana pretende dar una explicación al
origen de la Sierra Nevada de Mérida.

De forma simbólica, las águilas blancas de esta historia


representan los cinco picos más altos cubiertos de nieve
que componen esta cadena montañosa de los Andes: Pico
Bolívar, Bonpland, Humboldt, La Concha, El Toro y El León.
El silbido del viento en el lugar representa el dulce canto
de Caribay.

Esta leyenda fue registrada de forma escrita por Tulio


Febres Cordero, historiador y escritor venezolano, que se
encargó de recopilar mitos y leyendas andinos
provenientes de la tradición oral.

Cuenta la leyenda que, al principio de los tiempos, vivía Caribay, hija del sol y la
luna, quien tenía el don de comunicarse con los animales. La muchacha iba
siempre por el bosque oliendo las flores e imitando el canto de las aves.

Un día, mientras estaba a la orilla de un río, vio sobrevolar cinco grandes águilas
blancas, hasta entonces, no había visto nada tan hermoso. Entonces, quiso
alcanzarlas y las persiguió ascendiendo montañas y atravesando valles. Pronto, al
anochecer, perdió la pista de las aves.

Al no poder alcanzarlas, Caribay se lamentó para invocar a su madre, la luna. Su


triste canto llamó la atención de todos los que habitaban en el bosque.

Pronto, al escuchar el canto de la joven, las cinco águilas descendieron. Cada una
de ellas, en una de las cimas de las cinco montañas. Cuando Caribay se acercó a la
cima de una de las montañas, vio que las águilas estaban petrificadas. La muchacha
se sintió culpable, pero pronto se dio cuenta de que las águilas despertaron y
comenzaron a aletear, dejando un hermoso manto de nieve.

Desde entonces, las cumbres de estas cinco montañas permanecen siempre


cubiertas de nieve.

11. El pescador y la tortuga


Esta antigua leyenda japonesa nos enseña avalorar cada
momento que vivimos. Además, es una de las más remotas
referencias sobre viajes en el tiempo, del siglo VII, que ha
dado lugar a adaptaciones en diferentes animes
como Doraemon.

Es una historia ideal para reflexionar con los niños sobre la


importancia del paso del tiempo, las consecuencias de
nuestras decisiones y la responsabilidad que tenemos
sobre nuestros actos.

Un joven pescador llamado Urashima Taro fue testigo de como unos niños
golpeaban a una tortuga en la orilla de la playa. Entonces, liberó al animal para que
regresara al mar.
Al día siguiente, mientras pescaba, una tortuga lo llamó por su nombre. Esta le
contó que vivía en el Palacio del Dragón, ya que era hija del emperador del mar.
Después lo invitó a su residencia para agradecerle que la salvara.

Una vez allí, la tortuga se convirtió en una bella princesa. Urashima Taro estuvo
durante tres días en palacio. Después, el joven se marchó para cuidar de su madre
enferma. Antes de partir, la princesa le dio una caja y le dijo que jamás debía
abrirla, solo de esta forma podría ser feliz para siempre.

Una vez en la superficie, Urashima fue a su casa. Allí ya no estaba su madre. En su


lugar, vivía un joven que le habló de un pescador que regresó del océano hace más
de 300 años. Urashima abrió la caja y se convirtió en un anciano. Después, escuchó
una voz que salía de la caja que le decía: “Te dije que no debías abrir la caja. En ella
residía tu edad”.

12. La Llorona
Esta es una adaptación de las diferentes versiones que
tiene la leyenda. Esta historia de terror es muy popular en
muchos países de Latinoamérica. Sobre su origen no hay
nada definitivo, es todo un misterio. En cambio todas las
versiones coinciden en lo mismo: una mujer, que ahogó a
sus hijos, recorre las calles lamentándose y los busca sin
cansancio en las aguas de ríos y lagos.

A menudo, la narración de esta historia ha tenido carácter


moralizador, es decir, es una leyenda que se solía contar a
los niños que no obedecían a sus padres.

Cuenta la leyenda que, hace muchos años, los vecinos de Xochimilco en México
escuchaban por las noches los temibles gritos de una mujer que lamentaba: “¡Ay
Mis hijos!"

Los habitantes del pueblo se aguardaban en sus casas y no se atrevían a salir,


asustados por los lamentos de aquella misteriosa mujer.

Se dice que tiempo atrás una mujer se casó con un hombre con el que tuvo tres
hijos. Un tiempo después, este hombre los abandonó.

Al suceder esto, la mujer, llena de ira, se llevó a sus hijos y los introdujo en el río.
Cuando se dio cuenta de su acto, ya era demasiado tarde para salvarlos. Desde
entonces, su alma en pena vaga por las calles del pueblo, vestida de blanco,
llorando y lamentando el acto que había cometido.

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13. Leyenda del Baobab


Esta conocida leyenda tiene como protagonista el baobab,
un árbol sagrado en la cultura africana. A partir de él han
surgido diferentes mitos y leyendas. Esta historia no solo
da cuenta de la forma peculiar de esta especie, sino que
contiene grandes enseñanzas para inculcar a los niños: el
valor de la humildad y las consecuencias que puede
acarrear la soberbia.

Dice la leyenda que, hace muchos años, el baobab era el árbol más alto y bonito de
todos los de la tierra.

Todos estaban cautivados por su belleza, desde los más pequeños animales hasta
los dioses. Su tronco era muy fuerte, tenía ramas muy largas y un color que
hipnotizaba. Un día los dioses decidieron hacerle un regalo: convertirlo en uno de
los seres vivos más longevos.

Con esta nueva condición, el baobab no paró de crecer durante años y quiso tocar el
cielo y ser como los dioses. Esto impedía que el resto de árboles recibieran la
suficiente cantidad de luz del sol. Con gran orgullo, el baobab anunció que pronto
alcanzaría a los dioses y se pondría a su altura.

Cuando sus ramas estuvieron a punto de alcanzar a los dioses que habitaban en el
cielo, éstos se enojaron tanto que le arrebataron su bendición para darle una
lección de humildad. También, le condenaron a crecer al revés y así vivir con las
flores en la tierra y sus raíces en el aire, dándole el aspecto que hoy presenta.

Se desconoce si el baobab aprendió o no la lección, pero lo que si se sabe es que


desde entonces presentan el aspecto extraño que tienen hoy en día.
14. Leyenda de la Flor de Nochebuena
La flor de Nochebuena o de pascua (Euphorbia
pulcherrima) es una especie autóctona de México. Para dar
una explicación acerca de su origen, han surgido historias
como estas, ideal para narrar a los niños en la época
navideña.

Esta narración deja una preciosa enseñanza: lo importante


no es el valor material de un regalo, sino que se entregue
con el corazón.

Dice la leyenda que, hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo de México, vivía
una niña muy humilde a la que le encantaba la Navidad.

El día de Nochebuena la joven acudió a misa junto a sus padres. En el camino, vio
que todos llevaban ofrendas y juguetes al niño, pero ellos eran tan pobres que no
podían regalarle nada a Jesús. La niña se sintió muy triste y apenada por ir con las
manos vacías, así que corrió a los arbustos y se puso a llorar.

De repente, escuchó una voz al fondo que le decía:

—No llores. Toma esas plantas verdes de ahí y llévalas al altar de Jesús.

La muchacha hizo caso y agarró una parte de aquellos arbustos. Después, entró a la
iglesia y caminó hacia el altar. El rostro de los presentes cambió de repente cuando
el color de las hojas cambió de forma repentina. Ahora, el manojo había tomado un
color rojo intenso.
La niña se alegró al ver el regalo tan hermoso que le hacía al niño Jesús.

Desde aquel día, creció la flor de nochebuena en todos los lugares de México.

15. Leyenda de la Luciérnaga


Las luciérnagas llaman la atención por la luz que emiten,
pero ¿cómo surgió esa luz?

Esta antigua narración maya trata de dar una explicación


al origen del resplandor de las luciérnagas, conocidas con
el nombre de “cocay” por los mayas.

Esta leyenda corta para niños enseña que el esfuerzo y la


perseverancia traen consigo buenos resultados.

Hace mucho tiempo, en Mayab, existió un hombre que curaba toda enfermedad.
Cuando alguien le pedía ayuda para sanar, él tomaba una piedra verde entre sus
manos y murmuraba unas palabras. Después, esa persona se curaba rápidamente.

Un día, el curandero salió a pasear y empezó a llover tanto que echó a correr para
llegar a casa. En el camino, la piedra se resbaló de su bolsillo y se cayó.

Al llegar a casa, un niño esperaba para ser curado. El curandero buscó la piedra,
pero no la encontró. Entonces pidió ayuda a Cocay (luciérnaga), un insecto muy
pequeño que conocía el bosque a la perfección.

Cocay se recorrió cada rincón, rastreo, hojas, árboles. Pero la noche llegó y la
oscuridad le impedía ver. El insecto estaba muy apenado y se puso a llorar. De
repente, su pequeño cuerpo empezó a emitir una luz. Cocay siguió buscando hasta
que dio con la piedra.

El curandero se emocionó tanto que le dijo:

—Has encontrado la piedra gracias a tu esfuerzo y perseverancia. Por eso, tienes luz
propia Cocay.

Desde entonces, Cocay y los suyos se convirtieron en luciérnagas.

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