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© Rainer Siemens CEMTA Segundo Semestre 2023

Lección 25: Introducción a la literatura profética


1. Dificultades al interpretar los profetas
La comprensión e interpretación de los libros proféticos1 es sumamente difícil. Los obstáculos para
su interpretación adecuada consisten en:
a) Una comprensión inadecuada del término profecía: En la jerga popular, un profeta es aquella
persona que predice eventos futuros. A razón de esta definición, muchos cristianos leen a los
profetas solamente en relación a su anticipo de la venida de Cristo y del Nuevo Pacto. Pero una
lectura minuciosa de los profetas bíblicos desvela que solamente el 2% de las profecías son de
carácter mesiánico y meramente 5% se refieren a la edad del Nuevo Pacto. En relación a eventos
futuros, solamente 1% del mensaje profético se refiere a sucesos futuros (cuya realización todavía
esperamos).2 Egelkraut también observa que una gran parte del mensaje profético apuntaba a la
situación inmediata del profeta y el pueblo. La profecía, por lo tanto, no puede ser reducida a la
lectura del ‘diario de mañana’. Esto no quiere decir que los profetas no anticiparon eventos en el
futuro. El Nuevo Pacto anticipaba un tiempo de redención sin precedentes para el futuro. Esa nueva
etapa de la historia redentora fue inaugurada por Cristo.3 Otros vaticinios futurísticos, no obstante,
se referían al futuro inmediato de Israel, Judá o las naciones paganas circundantes. Entonces, una
de las claves principales para entender el mensaje profético es la investigación de los tiempos, en
los cuales lo anunciado todavía estaba en un futuro cercano.4
b) Los profetas fueron portavoces de Yahvé: Esta característica oral del mensaje profético marca
una de las mayores dificultades al interpretar sus mensajes. Esto se debe a que, por un lado, no se
dispone de muchos datos bibliográficos de la mayoría de los profetas, lo que dificulta la
determinación del trasfondo histórico específico. Por otro lado, es muy dificultoso leer a un profeta
de una vez. Esto se debe a que estos libros no fueron escritos para tal propósito. Los libros
proféticos no tienen un hilo narrativo evidente, ya que son colecciones de oráculos que se
pronunciaron en situaciones diferentes. Muchas veces, ellos no son ordenados de forma
cronológica. Tampoco queda del todo claro cuándo un oráculo empieza y cuándo termina.
Además, la mayoría de los oráculos son redactados de forma poética.5
c) La distancia histórica: El lector moderno está a milenios del profeta antiguotestamentario, lo
que dificulta la comprensión adecuada del profeta por parte de dicho lector.6
2. La función de la profecía
a) Los profetas eran comisionados por Dios para afirmar la validez del pacto: La transgresión del
pacto llevaría a la maldición; la fidelidad, a la bendición. Los profetas entonces anuncian las
consecuencias de la obediencia o desobediencia al pacto mismo. Las bendiciones y maldiciones
pertinentes al pacto son relatadas en Lev 26 y Deut 4:15-40 y 28-32. Cabe resaltar entonces, que
las futuras bendiciones o maldiciones no fueron inventadas por los profetas. Quizás ellos las
presentaron de forma innovadora, pero el mensaje en sí mismo no fue original. En síntesis: El
estudiante deberá estudiar los capítulos de bendición y maldición del pentateuco para una mejor
comprensión del mensaje profético. Las siguientes observaciones serán de ayuda: Las bendiciones
normalmente engloban las siguientes categorías: larga vida, salud, prosperidad, bonanza agrícola,
reputación y seguridad. A diferencia de esto las maldiciones abarcan las siguientes categorías:
1
Este estudio se limita a los profetas clásicos, es decir, los profetas posteriores escritos de la Biblia hebrea que
ministraron a partir de los siglos IX y VIII a.Cr. Para los diferentes tipos de profetas veterotestamentarios cf. Egelkraut,
2017, págs. 801-810.
2
Cf. Fee & Stuart, 1985, pág. 147.
3
Cf. Egelkraut, 2017, págs. 812-814.
4
Cf. Fee & Stuart, 1985, págs. 147-148. La limitación de la profecía al vaticinio de eventos futuros también es
lamentada por Egelkraut, 2017, pág. 792.
5
Cf. ibíd., pág. 148.
6
Cf. ibíd. pág. 149.

1
muerte, enfermedad, sequía, hambruna, peligro, destrucción, derrota, deportación, pobreza e
infamia.7
Así, por ejemplo, cuando Amós anuncia la restauración futura de Israel, él utiliza metáforas
tomadas de la abundancia agrícola, la abundancia, la seguridad, etc. (Am 9:11-15). En
contrapartida, cuando el profeta Oseas anuncia el castigo futuro el predice destrucción y
deportación (Os 8:14 y 9:3). Los profetas pre-exílicos se caracterizan por la predominancia de la
maldición, mientras que los post-exílicos anuncian de nuevo la bendición en base a pasajes como
Deut 4:25-31.8
Esto desvela otro aspecto importante: El mensaje profético se dirige a todo el pueblo y no a
individuos particulares. Esto, por ejemplo, evitará que el lector tome los oráculos de bendición y
los aplique a su vida individual.
b) Los profetas hablaron en el nombre de Dios: Muchos profetas cuentan con un llamado concreto
(Ex 3:1 ss., Is 6, Jer 1, Ez 1-3, Os 1:2, Am 7:14 s., Jon 1:1). Varios prefacios de los libros proféticos
son caracterizados por frases como: “Así dice Dios …” o “Dice Dios”. Normalmente el mensaje
se presenta como recibido de Dios, ya que el profeta habla en primera persona (“yo”).9 Pagán, de
allí, observa acertadamente que:
No eran adivinos profesionales ni futurólogos entrenados, sencillamente eran
personas del pueblo que entendían que debían proclamar y transmitir, con
responsabilidad, seguridad, firmeza y autoridad, el mensaje de Dios en un momento
histórico concreto, definido y específico.10
c) El mensaje profético no es algo nuevo u original: De acuerdo a eso, Pagán observa:
El estudio sobrio de esta literatura revela que los profetas no se veían a sí mismos o
se presentaban como fundadores de una nueva religión, sino que eran agentes de
renovación y cambio de la experiencia cúltica del pueblo para identificar, afirmar e
incentivar las implicaciones, aplicaciones y actualizaciones de los valores éticos y
morales de la revelación divina.11
Esta observación niega la datación tardía de la ley (como por ejemplo lo supone la hipótesis de
Graf-Wellhausen), según la cual los profetas eran los creadores del yahvismo y su posterior
legislación (lex post prophetas). De este modo, lo original de los profetas no es el contenido de su
mensaje, sino la presentación del mismo. Para captar la atención de su audiencia, estos genios
retóricos utilizaron muchísimos recursos estilísticos y retóricos.12
Tampoco las profecías mesiánicas son en sí algo innovador. La riqueza de detalle con la cual Isaías
presenta al Mesías, en sí se puede considerar nueva (Is 42, 49, 50). Pero la noción mesiánica misma
ya era anticipada por la ley. Especialmente Deut 18:18 enfatiza este hecho: “Un profeta como tú
levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo
le mandé”.13
3. La exégesis de los profetas
a) Materiales de ayuda: Al estudiar los libros proféticos, el exegeta necesita de ayuda externa
(como introducciones, comentarios, libros especializados, artículos exegéticos y diccionarios

7
Cf. Fee & Stuart, 1985, págs. 149-150.
8
Cf. Ibíd., págs. 151-152.
9
Cf. ibíd.
10
Pagán, 2013, pág. 329.
11
Ibíd., pág. 328.
12
Cf. Fee & Stuart, 1985, págs. 152-153. Egelkraut también observa que los profetas no fueron revolucionarios
religiosos, sino arraigados en las tradiciones religiosas de Israel. Cf. Egelkraut, 2017, págs. 800-801.
13
Cf. Fee & Stuart, 1985, págs. 152-153

2
bíblicos). Especialmente los profetas llevan mucho tiempo y paciencia para una comprensión
adecuada. Previo a la lectura de un profeta, se recomienda que el estudiante lea un artículo de un
diccionario que resuma el mensaje, además de explicar la situación histórica. Durante el estudio
de pasajes individuales, el lector podrá utilizar comentarios y manuales bíblicos (como el libro de
Schulz).14
b) El trasfondo histórico: La comprensión adecuada de un profeta requiere que el estudiante
conozca todo el panorama histórico de ese profeta. Los profetas actuaron en un lapso relativamente
breve en relación a toda la historia de Israel. La mayoría de ellos pronunciaron sus mensajes
durante los siglos VIII a V a.Cr. (400-300 años). Esta época demandaba de Israel, de forma
especial, el cumplimiento del pacto. Estos años se caracterizan por tres cosas: (1) Un desorden
generalizado en todos los ámbitos de la sociedad (político, militar, económico y social). (2)
Infidelidad religiosa y desprecio hacia el pacto. (3) Situaciones históricas dramáticas (como 722 y
586 a.Cr.), lo que se requería la afirmación de la palabra de Dios.15
Así, por ejemplo, los profetas Amós y Oseas anuncian la inminente destrucción (ambos en la
década del 760 a.Cr.) de Israel (o Efraín). La creciente pecaminosidad de Judá demandaba también
la afirmación de la maldición venidera por profetas como Isaías, Jeremías, Joel, Miqueas, Nahúm,
Habacuc y Sofonías. Después de la caída de Jerusalén, profetas como Ezequías, Daniel, Hageo,
Zacarías y Malaquías anunciaron la restauración del pueblo.16
c. La identificación de los oráculos proféticos: Una tarea del exegeta es el aislamiento de los
oráculos específicos. Esto no es una tarea fácil, ya que la transición de un oráculo a otro a menudo
no queda del todo clara. Esto se debe a que los profetas anunciaron su mensaje en diferentes
situaciones (y no de corrido). Estos fueron redactados y reunidos posteriormente.17
Como ejemplo específico se puede analizar el pasaje de Os 14:1-9: El lector puede discernir que
los vs. 1-8 forman in inclusio, ya que el v. 1 menciona a Israel y el v. 8 a Efraín, es decir, el
sinónimo de Israel. Por lo tanto, ya se puede discernir que el v. 9 es una unidad aparte, una
conclusión sapiencial al libro. Además, el lector puede observar que los vs. 1-3 forman una oración
de arrepentimiento del pueblo y los vs. 4-8 las palabras de respuesta por Dios. Entonces, Os 14:1-
9 muestra tres secciones: 1-3, 4-8 y 9.
(d) Géneros proféticos: Los escritos proféticos conocen una variedad de géneros y formas. Entre
los géneros más comunes se encuentran los siguientes:18
- El litigio (hebreo rib): En estos textos Dios aparece imaginativamente como acusador, fiscal,
juez y fiador en contra del acusado (Israel). Este litigio incluye una citación, un cargo, la
evidencia y el veredicto correspondiente (por ej.: Is 1:2-31, Jer 2:4-13, Ez 33:10-20, Oseas 2:4,
4:1-4, 12:3, Mi 1:2, 6:1-8, etc.).
- El ay: El “ay” es la palabra que los antiguos israelitas usaban como grito de exclamación y
lamentación (en el funeral) frente a la muerte y la destrucción. El oráculo del ay tiene los
siguientes elementos: anuncio de una desgracia, la razón de la desgracia y predicción de las
consecuencias. En este sentido, el segundo capítulo de Habacuc relata una serie de ayes.
- La promesa: Esta menciona un cambio radical en el futuro, en el cual Dios cambiará las
circunstancias hacia la bendición (por ej. Am 9:11-15)
(e) Los profetas como poetas: En la mayoría de las culturas antiguas se apreciaba en gran medida
a la poesía (a diferencia de nuestra cultura moderna). Especialmente los israelitas la utilizaban
como método preferido de aprendizaje. No sorprende entonces, que los profetas relaten sus

14
Cf. ibíd., págs. 153-154.
15
Cf. ibíd., pág. 154.
16
Cf. ibíd., págs. 155-156.
17
Cf. ibíd., pág. 157.
18
Cf. Fee & Stuart, 1985, págs. 158-160.

3
mensajes de forma poética. Antes de estudiar a los profetas se recomienda, que el estudiante lea
un artículo pertinente a la poesía hebrea.19 El rasgo central de la profecía hebra es la repetición de
frases, conceptos, palabras e ideas.20
4. Sugerencias hermenéuticas
¿Cómo estos profetas, que hablaron en una situación histórica particular a un pueblo particular
pueden hablar a nosotros hoy en día? Debemos afirmar que estos mensajes particulares revelan la
voluntad eterna y universal de Dios. Dios siempre juzgará a aquellos que vendieron al pobre por
un par de zapatos (Am 2:6) y a aquellos que utilizan la religión para encubrir su avaricia (Is 1:10-
17). Estos también son pecados según el Nuevo Pacto. Para la aplicación del mensaje profético a
nuestra situación debemos considerar una precaución y un beneficio:21
(a) Una precaución: La tarea principal del profeta no era predecir el futuro distante, sino
inmediato. Para ver el cumplimiento de estas profecías debemos volver al tiempo, en el cual, este
mensaje todavía consistía en un evento del futuro. Es decir, que aquellos acontecimientos están en
el pasado para nosotros. Así por ej. Ez 25-29 tiene que ver con el destino de las diferentes naciones
allí mencionadas. Por supuesto, existen excepciones a esta regla. Por ejemplo: Ez 37:1-28 describe
la edad del Nuevo Pacto y las bendiciones que fluirán a la iglesia mediante el Mesías. Pero, un
celo demasiado rigoroso por identificar el mensaje del NT en los oráculos del AT debe ser
rechazado.
(b) El rechazo del divorcio entre fe y vida: El beneficio de los profetas nos llega a través de su
insistencia en que la fe ortodoxa debe ser acompañada por un estilo de vida que corresponde a esta
fe (ortodoxia y ortopraxia juntos). Este hecho también es enfatizado por el NT (San 1:27, 2:18, Ef
2:8-10). Lo que Dios demandaba de Israel, Él también exige en un sentido general de nosotros.
Para los que obedecen al Nuevo Pacto (amor a Dios y al prójimo) recibirán bendición eterna, los
que le desobedecen recibirán maldición eterna (cf. Mal 4:6).
5. Preguntas de estudio
- ¡Nombra y explica las tres dificultades principales al interpretar los profetas!
- ¡Explica porque el mensaje profético no es algo esencialmente nuevo! En relación a esto ¡nombra
las categorías (1) de maldición y bendición y (2) las citas bíblicas correspondientes según el
Pentateuco!
6. Bibliografía
Egelkraut, H. (2017). Das Alte Testament: Entstehung, Geschichte, Botschaft (Sexta ed.). Giessen:
Brunnen Verlag.
Fee, G. D., & Stuart, D. (1985). La lectura eficaz de la Biblia. Miami: Editorial Vida.
Pagán, S. (2013). Introducción a la Biblia hebrea. Barcelona: Editorial CLIE.
Waard, J. (1977). The Chiastic Structure of Amos V 1-17. Vetus Testamentum(27/2), 170-177.

19
Cf. ibíd., pág. 160.
20
Por ejemplo (Cf. Fee & Stuart, 1985, pág. 161):
- Paralelismo sinónimo: La segunda línea repite o refuerza lo dicho en la primera línea:
“Yo deshice como una nube tus rebeliones,
y como niebla tus pecados” (Is 44:22)
- Paralelismo antitético: El segundo verso es un contraste con el primero:
“Y no clamaron a mí con sus corazones
Cuando gritaban sobre sus camas” (Os 7:14)
- Paralelismo sintético: El segundo verso añade información al primero:
“Y subirán salvadores al monte de Sion
Para juzgar al monte de Esaú;
y el reino será de Jehová” (Ab 21)
21
Para esto cf. ibíd., pág. 161-166.

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