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© Rainer Siemens CEMTA Primer Semestre 2024

Lección 5: La teoría de la evolución: Una evaluación desde la perspectiva cristiana (#)


1. Introducción
Cuando Charles Darwin finalmente publicó “El origen de las especies” en 1859 y “El origen del
hombre” en 1871, la recepción en parte fue tan favorable, porque finalmente se podía explicar la
apariencia de diseño en el mundo natural sin un diseñador divino. Además, a partir de este momento,
el argumento del diseño para la existencia de Dios fue considerado filosóficamente obsoleto. El
Dios creador fue reemplazado por los mecanismos creadores del accidente, la mutación, la selección
natural y grandes lapsos de tiempo. Entonces, la “teoría de la evolución” representó, mucho más
allá de las meras evidencias, un intento naturalista de deshacerse de Dios. Debido a esto, muchas
críticas a la “teoría de la evolución” simplemente son suprimidas. A menudo, críticos son
considerados personas “pseudocientíficas”.
La respuesta cristiana al surgimiento de la teoría de evolución fue variada. Por un lado, algunos
redujeron a Gn 1-2 a un relato figurativo que simplemente buscaba proclamar la soberanía de Dios
por sobre el orden natural. Otros propusieron una “evolución teísta”: Dios creó mediante la
evolución. Por otro lado, muchos creyentes rechazan rotundamente la teoría de la evolución. Entre
estos existen grupos que afirman el creacionismo de la tierra vieja y otros que afirman un
creacionismo de la tierra joven. Estos últimos grupos por un lado critican la “teoría de evolución”
y, por otro lado, proponen un “diseñado inteligente”, es decir, que la vida fue creada de manera
dirigida por un ser (o seres) de inteligencia superior. El “diseño inteligente” es, por lo tanto, una
versión del argumento teleológico.
2. Definición de los términos claves: Creación y evolución
2.1 ¿Qué significa el término “creación”?
Todo cristiano ortodoxo afirma la siguiente doctrina del credo apostólico: “Creo en Dios Padre
todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.” Esta afirmación, la cual en esencia es un resumen
de Génesis 1 y 2, es rechazada por numerosas personas en la actualidad, ya que parece ir en contra
del aplastante consenso científico de que la vida no fue “creada” y “diseñada”, sino que evolucionó
por un proceso de azar.
Cuando los teólogos hablan de la creación, ellos se refieren a aquella doctrina, que afirma que Dios
es la causa inteligente y creadora de todo el universo a partir de la nada y que él causó, originó y
diseñó todas las formas de vida. En este sentido, Dios como ser divino, invisible, inteligente y
director de todo lo que sucede es la “causa primaria” de todo el universo. Es decir, Él es la causa no
natural de todo lo natural. Dios como “causa primaria” no excluye a “causas secundarias” como
explicación de las cosas existentes. Las “causas secundarias” son aquellas cosas naturales creadas
por Dios, por los cuales se producen los sucesos en el mundo. Así, por ejemplo, causas secundarias
y naturales como abundante sol y lluvia permiten en la actualidad el crecimiento de las plantas. En
este sentido, Dios en este momento no crea a las plantas “de la nada”, pero Él creó y posibilitó que
las “causas secundarias” actuaran de tal forma, que las plantas puedan crecer.
2.2 ¿Qué significa el término “evolución”?
El término léxico simplemente significa “desarrollo”, “progreso” o “perfeccionamiento”. Pero en
el estudio de los organismos vivos, “evolución” mayormente se refiere a los siguientes campos:
2.2.1 La evolución química
El término evolución se puede referir al origen y desarrollo de la primera célula primitiva. En este
sentido se habla de la “evolución química”. La “evolución química” quiere explicar, cómo la
primera forma de vida fue causada espontánea y accidentalmente por la acción de las leyes
naturales, desarrollándose de lo inorgánico a lo orgánico. Según Charles Darwin, esta primera forma
de vida pudo haberse generado en un “pequeño estanque cálido” de agua. Hoy en día se habla del

1
“caldo prebiótico”. Evolucionistas químicos mayormente rechazan una intervención sobrenatural
como explicación para el origen de la primera célula primitiva. Debido a esto, la evolución química
parece ser incompatible con la doctrina cristiana de la creación.
2.2.2 La microevolución
El término evolución también se define como el desarrollo biológico de todas las formas de vida a
partir de la primera célula primitiva. En este segundo sentido del término “evolución” generalmente
se distingue entre la “micro-” y la “macro-evolución”. La “microevolución” describe pequeñas y
simples adaptaciones de un organismo a su ambiente en un tiempo breve. Estos cambios pueden
generar variaciones en la morfología y fisiología del organismo. Los mecanismos de las
“mutaciones” y la “selección natural”, o como es conocida comúnmente “la supervivencia del más
fuerte”, explican estas adaptaciones al ambiente.
Las mutaciones son pequeños cambios repentinos en el código del ADN de los genes que son
transmitidos a las crías haciendo que ellas difieran de sus padres en ciertas características. La
selección natural es el mecanismo que preserva los cambios beneficiosos causados por las
mutaciones, mientras las mutaciones defectuosas son eliminadas.
Con estos mecanismos, la “microevolución” es capaz de explicar, por ej., el origen de diferentes
variedades de caballos, perros y gatos. Podemos afirmar de manera positiva, que la “teoría de
evolución” nos explica los mecanismos de la “microevolución”. La “microevolución” no presenta
desafíos a la fe cristiana, porque ella puede ser considerada una causa secundaria puesta por Dios,
que explica el progreso natural del mundo.
2.2.3 La macroevolución
A diferencia de esto, la “macroevolución” se va más allá de las simples variedades dentro de un
grupo o una estructura biológica compleja. Ella quiere explicar cómo los grandes cambios
evolutivos ocurrieron; de cómo, por ej., se desarrollaron todos los vertebrados a partir de un
vertebrado primitivo y este de formas de vida aún más primitivas. La premisa central consiste en el
desarrollo gradual de lo más sencillo a lo más complejo. Se presume que los mecanismos que
posibilitan la “microevolución”, es decir la “selección natural” y las “mutaciones”, también
explican el origen de órganos totalmente nuevos y las transiciones a especies enteramente nuevas.
Para que estos grandes cambios evolutivos fueran posibles, la “macroevolución” requiere de
grandes lapsos de tiempo. Estos son necesario para que puedan ocurrir suficientes mutaciones
beneficiosas que a la vez pudieran ser preservadas por la selección natural. Puesto de forma simple,
la “macroevolución” se puede reducir a la siguiente ecuación: Mutaciones + Selección Natural x
tiempo = Evolución.
2.2.4 Macroevolución y naturalismo
La “macroevolución” objeta a la idea de un Dios creador, ya que el origen y el desarrollo de los
organismos vivos es explicado únicamente a base de las posibilidades naturales. La vida surgió de
manera accidental y ciega, negando así la intervención y dirección de un ser inteligente sobrenatural
como Dios. La perspectiva naturalista requiere de Darwin y sus herederos una fe doctrinal en el
materialismo naturalista. Por lo tanto, el origen de la vida exclusivamente puede ser explicado como
un desarrollo uniforme y gradual, causado únicamente por factores naturales. Entonces, para lograr
una explicación satisfactoria para los organismos vivos, su complejidad tiene que ser el producto
acumulativo de un sinfín de pasos minúsculos. T.H. Huxley describió este dogmatismo gradual
acertadamente con la frase: “Natura non facit saltum” (“la naturaleza no hace saltos”).1 Esto puede

1
Johnson, 1993, pág. 33.

2
distorsionar la interpretación de la evidencia, ya que esta necesariamente tiene que corresponder
con la religiosidad naturalista.2
En resumen, las fuerzas desatadas por la ilustración y el ascenso de la filosofía naturalista
condicionaron, y lo hacen hasta hoy en día, en el éxito de la “teoría de la evolución” y su rechazo
de un Dios creador.
3. Retos a la “teoría de la evolución”
Por las limitaciones de espacio y tiempo, expondré cinco críticas, que a mí criterio pueden refutar
la idea de una evolución naturalista y atea:
3.1 La imposibilidad de una evolución química
Una “evolución química”, es decir, la generación espontánea y accidental de un organismo muy
sencillo por una mezcla al azar de sustancias químicas es una idea poco probable:
a) La afirmación de una generación espontánea y accidental va en contra de la experiencia científica
universal, que la vida nunca procede de una cosa sin vida. Todo ser vivo procede de otro ser vivo
anterior. Este hecho quedó establecido, cuando el científico Louis Pasteur (1822-95) demostró la
imposibilidad de una generación espontánea de organismos. Según Pasteur, no existe una
circunstancia conocida cual puede confirmar que organismos microscópicos se generen sin
gérmenes previos, sin padres similares a ellos mismos. Los experimentos de Pasteur confirmaron
el principio básico de la ley de causa y efecto: El efecto no puede ser mayor que su causa.
La generación espontánea de la “evolución química” demanda justamente esto: Que por la
interacción de factores netamente materiales y naturales produzcan un efecto más grande que la
causa original: Materia organizada con inteligencia. Es como decir, que el agua puede subir más
alto que su fuente.
b) No obstante, los experimentos de Harold Urey y Stanley Miller llegaron a generar en el año 1952
una serie de aminoácidos. Muchos consideraron esto como evidencia para una evolución química.
Los aminoácidos son los componentes básicos de las células. Sin embargo, la fuerza de evidencia
de estos experimentos es muy baja, ya que únicamente funciona con una intervención científica
inteligente. Urey y Miller planearon cuidadosamente sus experimentos. Ellos por ejemplo
incluyeron a gases como el hidrógeno y excluyeron al oxígeno. Esto fue una decisión inteligente
debido a un conocimiento previo, de lo que iba funcionar. Pero la evolución química naturalista
niega toda intervención inteligente. El experimento de Urey y Miller no fue un accidente al azar,
sino fue causado por seres inteligentes que cuidadosa e intencionalmente prepararon los
experimentos. Es más, estos experimentos pudieran ser considerados evidencia para un diseño
inteligente de la vida.
Además, la ciencia actual refuta el caldo prebiótico que Urey y Miller presuponían. Incluso si
mañana se llegare a crear una célula viva en el laboratorio, ella no sería una evidencia para la
evolución química espontánea y accidental. Ella más bien demostraría la intención y el diseño de
seres inteligentes.
3.2 El rechazo de la macroevolución
a) La evidencia empírica para la macroevolución es bastante espuria, ya que se basa en la
observación de mecanismos pertenecientes a los fenómenos microevolutivos. Su aplicación a los

2
Así, por ejemplo, la similitud genética entre los primates desde la perspectiva naturalista tiene que significar un
ancestro común. Pero la similitud entre los primates no significa absolutamente nada. Ella también puede ser evidencia
de un diseñador común. Además, es la organización de la información genética que hace toda la diferencia, no su
similitud. Si yo por ej. digo A, B, C, D en secuencia lógica y si después digo D, C, B, A en secuencia lógica inversa,
las letras son idénticas, pero su organización lógica divergente supone la actuación un ser inteligente, que reorganizó la
información, para producir efectos diferentes.

3
fenómenos macroevolutivos puede ser considerada una extrapolación, es decir una aplicación
científica indebida. Así, por ejemplo, Darwin observó en las Islas Galápagos las famosas variedades
entre los pájaros pinzones que estaban emparentadas con la variedad continental, pero cuales
variaban de isla a isla. Muchos interpretan esto coma evidencia para la “macroevolución”. En
realidad, estas variedades de pinzones son un ejemplo para la “microevolución”. En estos casos las
“mutaciones” y la “selección natural” ofrecen explicaciones razonables para los fenómenos
microevolutivos dentro de una especie.
b) La “macroevolución” gradual no es avalada por el registro fósil. La historia fósil muestra dos
incongruencias con la idea de un cambio evolutivo gradual:
- Estasis: La mayoría de las especies encontradas no muestran cambios significativos, si se las
compara con especies actuales.
- Aparición súbita: Una especie no surge gradualmente mediante la transformación continua de
sus antepasados, sino a la vez y plenamente formada.
Muchos subestiman el efecto destructor que tiene el registro fósil sobre la teoría de la
“macroevolución” gradual.3 La “teoría de la evolución”, como también la historia, la ciencia forense
y otras, son ciencias especulativas, no empíricas. Las ciencias especulativas investigan eventos
singulares del pasado a base de la evidencia que permaneció hasta el presente. Debido a esto, sus
conclusiones se formulan en términos de probabilidades. Es decir, nos cuentan lo que pudo haber
ocurrido en el pasado. A diferencian de esto, las ciencias empíricas deducen sus conclusiones a
partir de observaciones actuales y repeticiones experimentales. Así por ej. la “microevolución” es
un fenómeno observable en la actualidad y puede ser comprobada por experimentos. Pero esto no
es el caso de la “macroevolución”. Ella es un evento único en el pasado, no observable en el presente
y tampoco puede ser comprobada por experimentos.
3.3. ¿Selección natural y mutaciones como motores de la macroevolución?
Los mecanismos de la “selección natural” y las “mutaciones” no pueden explicar la evolución de
los organismos vivos a formas superiores.4 Estos mecanismos no pueden generar especias
enteramente nuevas y diferentes a sus ancestros. Después de más de cien años de cultivos
experimentales de animales y plantas las variaciones que se podían producir fueron muy limitadas.
Por ej.: Los perros que fueron criados selectivamente siguen siendo perros. Y cuando estas especies
vuelven a su habitad natural, las especies más especializadas perecen rápidamente. Por ende, la
selección natural de los darwinistas en realidad es una fuerza conservadora que trata de preservar la
aptitud genética de una especie.
4. Indicios para el “diseño inteligente” de la vida
4.1 El argumento de la complejidad irreducible de Michael Behe: La caja negra de Darwin
Según el concepto de la “complejidad irreducible”, el cual fue propuesto en 1996 por el biólogo
norteamericano Michael Behe en su libro “La caja negra de Darwin”, ciertos sistemas biológicos
celulares son demasiado complejos para haber evolucionado gradualmente a partir de predecesores
más simples. Con esta observación Behe desafía a Charles Darwin, quien escribió: “Si pudiera

3
Michael Denton, un escritor no cristiano, reconoce este problema, pues nota que desde el tiempo de Darwin ninguna
prueba empírica pudo probar los fundamentos fundamentales de la “macroevolución”.
4
A la “selección natural” o “supervivencia del más apto” le subyace una tautología (“decir lo mismo”). Por lo tanto,
ella no es un mecanismo que pueda explicar una ventaja evolutiva que permitió la supervivencia de una especie.
Cualquier característica en la práctica tiene ventajas y desventajas. Así, ¿cómo los darwinistas saben que ciertas
características realmente fueran una ventaja evolutiva para cierta especie? Ellos responden con la simple aserción que
el más apto tiene más descendencia. Esta observación no se puede falsificar, porque afirma que los que han sobrevivido
simplemente sobrevivieron. Sin embargo, el más apto no siempre sobrevive (por ej. una persona alcoholizada en un
accidente).

4
demostrarse que existió cualquier órgano complejo que no podría haber sido formado por medio de
modificaciones numerosas, sucesivas y leves, mi teoría sería absolutamente destruida.”5
De acuerdo con Behe el concepto de la “complejidad irreducible” efectiva demuestra que una
evolución gradual no puede explicar varios sistemas y organismos vivos. Según Behe, la
complejidad irreducible significa que, si uno o varios de los componentes estuvieran ausentes o
recién en un proceso gradual de evolución, estos sistemas celulares quedarían totalmente obsoletos
y dejarían de funcionar por completo. Behe menciona varios ejemplos de este fenómeno como los
sistemas de nado bacteriano, el cilio y el flagelo bacteriano. También explora la coagulación de
sangre, el transporte intracelular, el sistema inmunológico y la biosíntesis de moléculas complejas.
Behe compara la complejidad irreducible con el funcionamiento de una trampa de ratones. La
trampa de ratones tiene 5 componentes: la base, la barra, el muelle, el gatillo y la palanca de
retención. Si se eliminase cualquiera de los componentes de la trampa, entonces la trampa para
ratones no funcionaría. Ella no puede atrapar a ratones, hasta que sus diversas piezas estén todas
montadas. Debido a que la trampa para ratones está necesariamente compuesta de diversas piezas,
presenta una “complejidad irreducible”. Según Behe, esta analogía también es aplicable a sistemas
biológicos, que por su “complejidad irreducible” no pueden ser explicados razonablemente por la
aparición gradual de sus componentes. La única explicación razonable que se ajusta a la
“complejidad irreducible” es, según Behe, la existencia de un diseñador inteligente, quien puso
todas las partes de estas “complejidades irreducibles” en sus lugares a la vez.6
4.2 La información del ADN apunta a un diseño inteligente
Además, y para que esta “complejidad irreducible” funcione, todos los organismos vivos requieren
de información que está grabada en su código de ADN. El origen de esta información no puede ser
explicado por la confluencia de materia y fuerzas naturales. Información siempre requiere de un
origen inteligente. En la actualidad, el estadounidense Stephen C. Meyer con su libro “Signature in
the Cell” (español: “Firma en la célula”) de 2009 es el defensor más hábil del origen inteligente de
la información biológico.7 Meyer llega a la siguiente conclusión:
Ciertamente, nuestra experiencia uniforme afirma que la información específica – ya sea inscripta
jeroglíficos, escrita en un libro, codificada en una señal de radio, o generada en un experimento de
simulación – siempre surge a partir de una fuente inteligente, de una mente y no de un proceso
estrictamente material. Así, el descubrimiento de la información digital específica en la molécula del
ADN provee fundamentos firmes para inferir que la inteligencia jugó un papel importante en el origen
del ADN. Ciertamente, en donde quiera que nos encontremos con información específica (…), siempre
sabemos que surgió de una fuente inteligente. Por lo tanto, la mejor y más adecuada explicación causal
del origen de la información específica y digitalmente codificada en el ADN es, que ella también tuvo
una fuente inteligente. El diseño inteligente mejor explica el enigma del ADN. [Traducción por RS.]8

5
Behe, 2007, pág. 72.
6
Los detractores de Behe critican que la complejidad irreducible asume implícitamente que las partes necesarias de un
sistema siempre fueron necesarias y que, por lo tanto, no pudieron ser añadidas secuencialmente. Este concepto sería
similar a los bloques de plásticos de la empresa LEGO, donde cada bloque puede servir una función distinta antes de
que el niño los arme construyendo una casa, un barco o un avión. La complejidad irreducible quizás demuestre que un
sistema altamente complejo no surja por un camino directo, pero ciertamente no excluye caminos indirectos, en los
cuales secuencial se adicionan partes hasta que el organismo parezca irreduciblemente complejo. Ibíd., pág. 397. Behe
responde a esta crítica que su libro a priori nunca excluyó caminos indirectos como lógicamente imposibles. Sin
embargo, con el aumento de la complejidad la probabilidad de vías secundarias es ínfima. Además, Behe ironiza estas
explicaciones con la trampa de ratones: En un taller, la barra de la trampa de ratones originalmente sirvió de palanca.
Esta palanca llega en contacto con una barra de madera, ya que en el taller casualmente se encontraban varios palos de
helados de paletas. El muelle proviene de un reloj defectuoso. El alambre de retención servía de pajita para una lata de
gaseosa, mientras que el gatillo proviene de una tapa de una botella de cerveza. En la opinión de Behe, es lamentable
cuando Darwinistas no puedan diferenciar entre fantasía y realidad.
7
Meyer, 2009.
8
Ibíd., pág. 347.

5
Debido a esta simple lógica, la búsqueda de vida extraterrestre en parte se enfoca en la recepción
de señales inteligentes del espacio. Nadie iba asumir que la recepción de una señal inteligente
extraterrestre (por ej. una secuencia de números impares 1, 3, 5,7…) se deba al choque accidental
de dos asteroides. Más bien, se asumiría que existiesen seres inteligentes que emitieron esta señal.
5. Algunas críticas comunes al “diseño inteligente”
5.1 El diseño inteligente: ¿Una explicación tapaagujero?
Una de las objeciones más comunes a las diferentes formas del argumento teleológico es que se
tratan de argumentos a partir de la ignorancia. Ya que todavía no existe una explicación puramente
natural para la complejidad, los teístas llenan este vacío de evidencias con la hipótesis Dios. Por lo
tanto, los argumentos teleológicos tapan los agujeros de nuestra ignorancia.
Cabe resaltar que el diseño inteligente no explica cualquier agujero de conocimiento con la hipótesis
Dios. Por un lado, se infiere un origen inteligente por la experiencia universal que únicamente
sujetos inteligentes pueden generar sistemas inteligentes. Los argumentos del diseño inteligente no
son argumentos a partir de la ignorancia, sino se fundamentan en conocimientos evidenciados por
innumerables pruebas empíricas. Así pues, se justifica una inferencia inteligente.9
Por otro lado, los defensores del diseño inteligente justifican la inferencia de una inteligencia previa
por los repetidos fracasos de la ciencia en explicar los fenómenos en cuestión. Obviamente, el
diseño nunca podrá ser probado más allá de cualquier duda, ya que teoréticamente una explicación
netamente naturalista podría ser descubierta en futuro. La crítica a la inferencia inteligente también
es una actitud tapaagujero, porque cree ciegamente en el hecho de que la ciencia en el futuro
descubra una explicación naturalista. Esto desvela un prejuicio naturalista.10
5.2 ¿Es Dios responsable por las deficiencias en el diseño?
Otros buscan negar indirectamente la inferencia inteligente. Muchos señalan las supuestas
deficiencias en el diseño de los seres vivos. ¿Acaso Dios no sería un constructor miserable? Por un
lado, un diseño deficiente no niega un diseñador. Por otro lado, la historia científica nos debería
hacer cautelosos ante supuestos diseños defectuosos. Ya que el 98% del ADN humano no fabrica
proteínas, se lo llamaba ADN basura. No obstante, continuamente se descubren funciones nuevas
del supuesta ADN basura (como por ej. la reparación de ADN dañado, la fabricación del ARN,
etc.). Muchos evolucionistas resaltan que los órganos residuales evidenciarían un diseño defectuoso
y serían evidencia para un proceso evolutivo natural. No obstante, el número órganos o tejidos
inútiles se ha bajado en los últimos años de más que cien a unos 12.11 Aquí la crítica del diseño
defectuoso se manifiesta como un argumento tapaagujero que se cierra al progreso de la ciencia.

9
Juncker, 2016, pág. 65.
10
Ibíd.
11
Geisler, 2012, pág. 147.

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