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La Parábola de los diferentes suelos

1. Estructura
El texto de Marcos se puede dividir de la siguiente manera:
a) Los vv. 2-3 se presentan como un mensaje de Jesús, mostrado como parábola, sobre un
sembrador.
b) El v. 4 explica el proceso de crecimiento de lo sembrado, como es el caso de que se
arrojó semilla en el camino.
c) El vv. 5 y 6 están unidos porque refieren que la semilla cayó entre piedras y no dio
fruto.
d) El v. 7 solo habla que otra parte de las semillas cayeron entre abrojos (planta con
espinas) y no crecieron.
e) El v. 8 refiere a aquellas semillas que cayeron en buena tierra y dieron buenos frutos.
f) El v. 9 refiere que Jesús deja en sus oídos aquella parábola para quienes lo deseen.

2. Delimitación del texto


En Mc 4, nos sitúa geográficamente junto al mar, en ese mismo lugar se va a desarrollar
todo el capítulo, será hasta el capítulo 5 que se hable de un cambio geográfico. Los receptores
son los discípulos, pero los temas son variados, destacan parábolas y sentencias diversas.

3. Co-texto próximo y remoto


En cuanto a la división general de Marcos, esta parábola pertenece a la primera parte de
la división, más en concreto, desde 1,14 a 8,30, está centrada en Galilea, pues la primera parte
está dominada por los temas Mesías y Reino de Dios.
Mc 4, 1-9, tienen un efecto significativo dentro de la narrativa sobre el ministerio de
Jesús, pues realizan un cambio estilístico con relación a la narración anterior sobre su actividad
apostólica. Suponiendo como dos secciones distintas los capítulos 1,14 a 3,6 y 3,7 a 6,6,
podemos constatar que ambas secciones revelan un parentesco en cuanto a la estructura y
contenido. Veamos como esto sucede:

1,14-3,6 La irrupción del Reinado de Dios 3,7-6,6a El misterio del Reinado de


Dios
1,14-15 Sumario 3,7-12 Sumario
1,16-20 Llamada de los discípulos 3,13-19 Investidura de los discípulos
1,21-45 Jornada en Cafarnaúm, curación del leproso 3,20-35 La verdadera familia de
Jesús, inserción: Belcebú
2,1-3,5 Colección de cinco controversias 4,1-34 Colección de cinco parábolas
3,6 Conspiración contra Jesús = rechazo 4,25-5,43 Milagros en los alrededores
del mar 6,1-6a Rechazo en Nazaret

Entre los capítulos 1,14 y 3,6 se narra cómo irrumpe el Reinado de Dios, y entre los
capítulos 3,7 y 6,6a el lector es introducido al misterio del Reinado de Dios. En Mc 3, después
de un breve sumario sobre quienes estaban con Jesús y dónde estaba Él con sus discípulos (vv.
7-12), Jesús subió a un monte y convocó a los que quiso (vv. 13-19). En seguida, después de
una discusión con los escribas sobre la autoridad con la cual el maestro de Galilea expulsaba a
Belcebú, Jesús declara quien es su verdadera familia (vv. 20-35). Ya en el capítulo 4 son
presentadas, por primera vez en este evangelio, una colección de parábolas (vv. 1-34).
Seguidamente nos encontramos con una colección de milagros en los alrededores del lago
(4,35-5,43) y, terminando esta sección, el rechazo de Jesús en Nazaret (6,1-6a).

4. Contexto

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Vincent Tailor1 refiere que es probable que la parábola se refiera a la predicación del
reino de Dios. Pese al hecho de que el reino no aparezca mencionado expresamente, es casi
cierto que Jesús pensó en él, porque era el tema central del primer ministerio en Galilea y
porque otras parábolas relativas al crecimiento ilustran algún aspecto del reino.
Rudolf Schackenburg2 refiere que el discurso en parábolas pertenece a la tradición
doctrinal judía; más por lo que respecta a las parábolas del crecimiento, que Jesús narra aquí, no
existe nada parecido en la tradición de parábolas judías. Aquello de que habla en parábolas es
algo que acontece en su ministerio y al narrarlas él se convierte en un acontecimiento.
Como entonces en Palestina sólo se araba la tierra después de la siembra enterrando la
semilla, podemos explicarnos la distinta suerte de la semilla lanzada. Lo que cuenta Jesús no es
pues, nada desacostumbrado; mediante un proceso tomado de la naturaleza y de la vida humana,
y que es familiar a los oyentes, Jesús quiere exponerles un acontecimiento espiritual más
profundo.
Joachim Gnilka3 refiere que por lo regular estos relatos de parábolas tratan, en el
evangelio, del reino de Dios. Generalmente se narra en tiempo presente. Puesto que el actual
relato predomina el aoristo, parece seguir que se trata de un relato parabólico. Sin embargo,
resulta imposible imaginar que el relato poseyera un gran poder de convicción para el oyente si
incurriera en un caso especial. Puesto que está tomada del mundo natural de la siembra y de la
cosecha es de suponer, más bien, que informa de algo general. Por consiguiente, y a pesar del
aoristo, preferimos hablar de una parábola en sentido estricto. La parábola tuvo en otro tiempo
su propia consistencia y debió de ser inteligible en su situación narrativa original.
La parábola recibe corrientemente el nombre de parábola del sembrador, única persona
que aparece en la narración. Sería más apropiado llamarla “la parábola de los diferentes suelos”,
porque eso es lo que en ella importa, no la actividad del sembrador. La parábola reproduce con
absoluta verdad las circunstancias agrícolas de Palestina y no es una acumulación de casos raros
de excepción. El sembrador en ella descrito avanza esparciendo su semilla por un rastrojo baldío
desde la cosecha, reblandecido solamente por las lluvias invernales. La labor la recibe el campo
en Palestina sólo después de la siembra4.

5. Contexto Histórico5
En el evangelio de Mc está escrita en un griego semitizante y de allí se deduce que fue
elaborado por un cristiano helenista, posiblemente judío. Una tradición unánime de finales del s.
I atribuye la Obra a un tal Juan Marcos, pariente de Bernabé y compañero de Pablo, de quien
hablan los Hechos de los Apóstoles y Pablo (Hch 12, 12.25; 15, 37.39; Flm 24; Col 4, 10; 2 Tim
4, 11) además se le relaciona con la actividad de Pedro en Roma (1 Pe 5, 13). Hoy en día es
aceptado por la tradición como autor aun que se duda de la identificación con el Marcos
mencionado por Pedro y por Pablo.
Por los datos internos de la Obra se supone un tiempo de persecución además
relacionado con la destrucción de Jerusalén. La mayoría sostiene que fue escrito en torno al año
70 y que es anterior a la redacción de Mateo y Lucas, respecto al lugar, se refiere a un espacio
fuera de palestina, algunos aceptan Roma, otros dicen que fue escrito en torno a Galilea y Siria.
Sus destinatarios son étnico-cristianos, comunión de comunidades domésticas además
de ser una comunidad misionera.

6. Personajes Que Intervienen


El texto solo menciona a un sembrador, que salió a sembrar, arrojó semillas, al parecer
el sembrador no tiene la culpa de que las semillas no hayan caído en un lugar bueno, solo se le
puede culpar de descuido, pero no por intención.

1
Cfr. TAYLOR, Vicent, Evangelio según San Marcos, Cristiandad, España, 1979, 285.
2
Cfr. SCHNACKENBURG, Rudolf, El Evangelio según San Marcos, T. I, Herder, España, 1973, 104
3
Cfr. GNILKA, Joachim, El Evangelio según San Marcos, T. I, Sígueme, España, 1999, 183-184.
4
Cfr. SCHMID, Josef, El Evangelio según San Marcos, Herder, España, 1967, 136.
5
Cfr. AGUIRRE MONASTERIO RAFAEL Y RODRIGUEZ CARMONA ANTONIO, Evangelios Sinópticos y Hechos de los Apóstoles, EDV,
Navarra 1992, 165 ss.

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El texto también se encuentra en Mt 13, 1-9, además también está brevemente en Lucas
8, 4-8.

7. Acciones Relevantes
a) Jesús
 «Enseñaba»: Lo refiere a aquellas cosas, que eran mostradas por las parábolas.
(v. 2);
 «Decía»: Él les exhortaba con palabras (vv. 2.9);
 «Escuchad»: Expone a los presentes la parábola. (v.3);
 «Tenga»: El contexto es los oídos, aunque se tengan oídos, muchos no oyen. (v.
9);
 «Oiga»: (Oír), lo refiere a que si se tienen oídos que se usen, hay que oír con los
oídos. (v.9).
b) Sembrador
 «Salió»: Fuera de donde podía encontrarse, quizá hacia su terreno. (v. 3);
 «Sembrar»: Si refieren al personaje que era sembrador, necesariamente tenía
que hacer su trabajo. (v.3).

8. Estilo literario
Desde fecha muy temprana el evangelio fue criticado por su falta de orden y por
incompleto, sufrió en particular la comparación con Mateo, ya que este evangelio se atribuía a
un apóstol, era más extenso.
Y retrataba a Cristo en forma más clara y atractiva. De ahí el escaso interés en Marcos
por parte de los comentaristas, hasta el siglo pasado. El léxico y el estilo de Marcos, son típicos
del habla popular. Su vocabulario contiene más diminutivos, más palabras arameas o hebreas y
más transcripciones de palabras latinas que cualquier otro libro del NT. La sintaxis es sencilla:
las oraciones se coordinan solo mediante la conjunción “y”, además utiliza con frecuencia
expresiones redundantes y paréntesis que interrumpen la construcción. Estos rasgos indican que
el autor no se preocupa por refinar su estilo ni por narrar artísticamente. Se clasifica más bien
entre los narradores populares que transmiten de manera fiel y bastante ingenua la tradición en
la cual están inmersos. El evangelio de Marcos, creo el género literario “evangelio”,
combinando los dos aspectos de la tradición anterior relativa a Jesús: los dichos y las
narraciones. Sus narraciones son breves y carecen de detalles realistas y de indicadores
temporales y geográficos. Pero esto cambia cuando narra un milagro, pues ofrece detalles
concretos y anotaciones de lugar.

9. Análisis y comparativa sinóptica


Mateo 13, 3b-9: Hace referencia a Mc 4,3-9 coinciden casi en el mismo texto. Mc habla
en singular, dice semilla, mientras que Mt en plural habla de semillas. Mt en referencia a los
abrojos, dice que estos ahogaron la semilla, Mc relata que estas semillas se ahogaron por el
crecimiento de los abrojos, por tanto no dio fruto; en cambio Mt no dice nada de frutos, solo
dice que se ahogaron. En referencia al fruto, Mc refiere el porcentaje de frutos, lo hace de forma
ascendente, treinta, sesenta y cien; Mt lo hace descendente, cien, sesenta y treinta. Mc hace una
redundancia que Mt no hace, “el que tenga oídos para oír”.
Lucas 8, 4-8: La parábola que relata Lc es más breve que Mc, refieren la misma
historia, solo que algunas palabras y hechos cambian. En Mc comienza directamente con la
enseñanza; Mt comienza detallando que la gente se congregó, que eran de muchas partes, y en
seguida relata la parábola. Cuando refiere que las semillas caen en el camino, Lc agrega que
fueron pisadas, Mc no dice nada al respecto. El motivo del porqué la parábola de Lc es más
breve es porque, la narración de las semillas en las piedras es breve, y Mc detalla más del
porqué se secó.

10. Análisis exegético y teológico

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Vv.2 La escena de entrada crea el marco para el discurso que Jesús pronuncia en parábolas ante
el pueblo. Es el único discurso detallado de Jesús en público que Marcos recoge, si hasta ahora
se había limitado a mencionar que Jesús adoctrinaba al pueblo, ahora ofrece el mayor ejemplo
de cómo se configuraba la enseñanza de Jesús. Habla, pues, a la muchedumbre en parábolas a
fin de que los que no podían comprender directamente las cosas celestiales las entendieran por
medio de alguna semejanza terrena.
En este versículo πολλά no es adverbial, sino un acusativo que significa “muchas cosas”
(Moffatt: «lecciones») atestiguan la lectura secundaria πολλαῖς. ἐν παραβολαῖς, puede significar
«con palabras» o incluso «con comparaciones» es preferible traducir la expresión por «en
parábolas» que es la versión más sencilla6.
Vv. 3-4 La parábola reproduce con absoluta verdad las circunstancias agrícolas de Palestina. El
sembrador en ella descrito avanza esparciendo su semilla. La labor la recibe el campo en
Palestina sólo después de la siembra. Así se explica que una parte de la semilla caiga en el
camino (no al «al borde» del camino), esto es, en una vereda hecha por el paso de la gente a
través del rastrojo, y se explica también que haya crecido en el campo algunos espinos. Así
mismo el detalle del suelo pedregoso, cubierto solo por una delgada capa en humus,
corresponde enteramente a la realidad viva y no es un rasgo creado sólo con miras a la realidad
religiosa que la parábola pretende evidenciar 7.
En la primera escena no hay ni proceso. La semilla se queda en la superficie a merced
de los pájaros. No hay modo de conocer la capacidad de la semilla. El lector puede echar la
culpa a los pájaros, pero ni la tierra favorece la entrada de la semilla ni el sembrador se ocupa de
poner siquiera un mísero espantapájaros. ¿De quién es la culpa?, ¿del terreno, de los pájaros, del
sembrador, de todos juntos? Esto dependerá del lugar en donde se sitúe el lector 8
Vv. 5-6 Otra parte de la semilla cae en lugar pedregoso, cubierto solamente por una delgada
capa de tierra. A causa de su poca profundidad, brota la semilla con más rapidez. Pero el calor
del sol, que en Palestina empieza ya por la mañana, la hace secarse con la misma prontitud,
porque no puede echar raíces profundas. Esta parte de la semilla puede nacer, pero no puede
seguir creciendo9.
La ausencia de profundidad ofrece la clave en la misma línea de la primera
(superficialidad) pero en un grado menor, ya que la semilla consigue brotar. Al mencionar
explícitamente la rapidez con que brota, el narrador Jesús da al oyente (el narrador de Mc al
lector), la posibilidad de asociar proceso rápido y falta de raíz, y su contrario, presencia de
raíces y proceso lento. La descripción menciona al Sol, un agente externo cuyo cometido
normal es la estimulación del proceso, pero que en este caso produce el efecto contrario al
esperado.
Vv. 7 “Otra parte, dice, cayó entre espinas”; palabras que se refieren a las almas que se entregan
a muchos cuidados, siendo estos las espinas10.
Otras semillas caen entre espinas (cardos entre ellas, que no quedan del todo
desarraigadas por el labrador posterior del terreno), cuyas raíces tiene un crecimiento más fuerte
que las del cereal sembrado (en Palestina trigo o cebada) y la consecuencia es que esta parte de
la semilla, que ha conseguido un crecimiento, termina ahogada por los espinos y no llega a dar
fruto.
En la tercera escena el narrador vuelve a ser breve y conciso, economiza los anteriores
logros, que son acumulativos. El lector deduce que la semilla ha salido adelante por la mención
del fracaso, que parece estar más vinculado al zarzal que a la tierra. Claro que las zarzas, siendo
agentes externos, también son producto de la misma tierra en donde se encuentra la semilla.
Vv. 8 Una última parte de la semilla cae sobre terreno realmente fértil y puede desarrollarse
oportunamente. Solo esta parte de la semilla alcanza su destino. La producción hasta del ciento

6
Cfr. TAYLOR, Vicent, Evangelio según San Marcos, 286.
7
Cfr. SCHMID, Josef, El Evangelio según San Marcos, 136.
8
Cfr. NAVARRO PUERTO, Mercedes, Marcos, Verbo Divino, Pamplona, 2006, 15.
9
Cfr. SCHMID, Josef, El Evangelio según San Marcos, 136.
10
Cfr. S. T. de AQUINO, Exposición de los cuatro Evangelios, T III, San Marcos, 46.

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por uno, no es una exageración, sino que está dentro de los límites de lo que en Palestina
realmente se da (cf. Gén 26, 12)11.
Después habla de la tierra buena diciendo: “finalmente, parte cayó en tierra buena”.
Según la tierra son los frutos. Grande es, pues, el amor a los hombres del que siembra, porque
alaba a los primeros no rechaza a los segundos, y a los terceros les da tiempo de arrepentirse.
Vv. 9 Decía: “quien tiene oídos para oír escuche”. Siempre que se haya esta advertencia en el
Evangelio de Juan en el Apocalipsis es para prevenir que lo que se dice es místico y saludable
oírlo y aprenderlo. Los oídos para oír son los den sentido y los interiores del corazón para
obedecer y hacer lo que está mandado12.
El elemento esencial de la parábola es la cosecha. Referida, como todas las demás
parábolas de la siembre, al reino de Dios, su pensamiento central es la manifestación del reino
de Dios, a pesar de todos los obstáculos contrarios al desarrollo de la semilla 13.
La anotación de que tampoco la tercera parte de la semilla produce fruto conduce a la
parte positiva. Por término medio una espiga producía 35 granos, pero se llegó a contar hasta
cien en una espiga. La presentación es fiable. La atención no se fija en el ondulante campo de
espiga, ni tampoco en un trozo de tierra especialmente fructífero, sino en la afirmación de que, a
pesar de la inevitable y plural pérdida, se llega a obtener una cosecha abundante 14.

11. Articulación pragmática


La piedra es el alma perversa endurecida; la tierra, la dulzura de un alma obediente; el sol,
el ardor de la persecución que encrudece. Los lugares pedregosos, que no tienen fuerza para
fijar las raíces, son los corazones que se dilatan con la dulzura de la palabra oída y las promesas
celestiales; pero que no vuelven atrás en el momento de la tentación, porque el deseo que tienen
del bien es poca cosa para que conciban la semilla de la vida. O bien los lugares pedregosos son
los que, adhiriéndose un poco a la piedra, esto es, a Cristo, reciben la semilla en el momento, y
después retirándose la arrojan15.
De esta manera Jesús ofrece una clave de lectura para la vida de una gran sabiduría. Alerta
sobre la tendencia a evaluar y juzgar por meras apariencias, pues estas pueden ser o falsas o
insuficientes. ¿A caso tiene culpa el sol?, ¿es la semilla?, ¿el sembrador?, ¿la conjugación de
valores? El lector percibe diferentes interacciones que el evoca la complejidad de las cosas 16.
El oyente y lector tampoco tiene muy claro qué echar la culpa del fracaso ¿a la tierra que ha
permitido ambos brotes?, ¿a la semilla?, ¿a la zarzas?, ¿cómo relacionar unos factores con
otros?
¡Cuántos son los malos y cuán poco son los buenos, supuesto que sólo se salva la cuarta
parte de la semilla! Pero no se pierde la mayor parte de la semilla por causa del que siembra,
sino de la tierra que la recibe, esto es, del alma que la oye. Ciertamente que sería culpable el
labrador que procederá así, no ignorando lo que es piedra, camino, espinas y tierra fértil; pero
no es lo mismo en el tocante al espíritu, porque de la piedra puede hacerse tierra fértil, y puede
conservarse el camino y destruirse las espinas. Si así no fuera, no hubiera sembrado allí, y
haciéndolo nos da la esperanza de la penitencia 17.

11
Cfr. SCHMID, Josef, El Evangelio según San Marcos, 137.
12
Cfr. S. T. de AQUINO, Exposición de los cuatro Evangelios, T III, San Marcos, 46.
13
Cfr. SCHMID, Josef, El Evangelio según San Marcos, 137.
14
Cfr. GNILKA, Joachim, El Evangelio según San Marcos, T. I, 187.
15
Cfr. S. T. de AQUINO, Exposición de los cuatro Evangelios, T III, San Marcos, 46.
16
Cfr. NAVARRO PUERTO, Mercedes, Marcos, 151.
17
Cfr. S. T. de AQUINO, Exposición de los cuatro Evangelios, T III, San Marcos, 46.

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