Está en la página 1de 20

¡Venga tu Reino!

Crítica de Bar

Xavier Gutiérrez Aguirre, LC


Roma 2012
Tesis o (De la Introducción o de cómo es posible que dedique un año de mi vida a esto)

Partimos de un problema: ¿El hombre puede conocer la verdad con certeza?

Es muy importante no perder de vista el problema. Pero más importante es comprenderlo.

Si bien, este no es un problemón para muchos de nosotros (seguramente nadie se había


planteado esta pregunta antes de estudiar filosofía), hay que saber que sí es un problema para
algunas almas. La gente de nuestro tiempo ha dejado de creer en la verdad, en la bondad y en la
belleza (no digamos ya en la Verdad, Bondad y Belleza…). Por lo tanto, si es un problema para ellos,
es un problema para nosotros. Porque nosotros nos hemos entregado a ellos.

También resulta muy útil comprender la dinámica interna de las tesis I a VI. Que son las tesis
sobre el conocimiento de la verdad (y las del primer examen). Una vez planteado el problema, vamos
a ver si es lícito ponerse este problema (tesis 1). Si decimos que no, podemos cerrar el libro y
estudiar otra cosa. Si decimos que sí, pasamos a la tesis 2, donde habrá que demostrar que sí
podemos conocer la verdad, partiendo de la verdad más evidente: el ente. Y partiendo del ente
descubrir una triple verdad que encierra. Una vez que ya hemos visto que sí podemos conocer la
verdad basándonos en la experiencia, podemos pasar a un plano universal. Porque la experiencia es
personal, pero el Principio de no contradicción es universal (tesis 3). Por eso le dedicamos una tesis,
para demostrar que podemos poner un pie firme en un punto común. Obviamente, las críticas no se
iban a hacer esperar, por lo tanto tenemos que enfrentarnos a la cuestión del círculo vicioso (tesis 4).
Ya hemos visto que sí es un problema (tesis 1), hemos visto que sí somos capaces de resolverlo (tesis
2-4), ahora veremos cómo se resuelve (tesis 5). Es decir, veremos el método. La sexta tesis está
dedicada al problema de la duda como estado inicial. Es decir, ¿podemos partir dudando de todo
para comenzar a buscar respuestas?

Si se tienen bien puestas las bases en estas seis tesis, el segundo semestre será papaya con
azúcar.
Tesis I (Del primer problema crítico o de si vale la pena estudiar esto)

¿Qué vamos a ver aquí? (Tesis)

El hombre inicia la filosofía sabiendo con certeza que la exigencia de filosofar y la meta de
una filosofía crítica son legítimas. Esto se conoce inicialmente a la luz de una crítica natural.

¿Por qué lo vamos a ver? (Problema)

El problema de esta tesis consiste en defender que vale la pena invertir dos semestres de
nuestra vida académica en resolver este problema…

Algunos dicen que no es un problema (realismo exagerado) y por lo tanto no vale la pena
meterse en discusiones sin sentido. Otros dicen que es EL Problema (criticismo exagerado). Nosotros
decimos que ni uno ni otro. Es decir, que sí vale la pena adentrarse en materia porque nos sirve para
consolidar nuestra postura y evaluar nuestros conocimientos. Además tiene el fin apostólico de
orientar a las almas confundidas.

¿Qué hay que saber? (Solución)

En una frase: Si no hay que filosofar, hay que filosofar.

Porque los que niegan la legitimidad de la crítica están haciendo crítica de por qué no
debemos hacer crítica. Además, Aristóteles afirma que todos los hombres desean naturalmente saber.

Se trata de pasar del primer piso de la casa al segundo. En el primer nivel nos movemos con
una crítica natural, prefilosófica. Es decir, no necesitamos estudiar filosofía para saber que no todo lo
que nos dicen es verdad. También reconocíamos nuestros errores antes de estudiar a Morandini (por
ejemplo, el error de estudiar a Morandini…1). Pero estamos llamados a un segundo plano filosófico y
científico en el cual nos movemos con certezas. Es decir, conocimientos sólidos e inamovibles que
serán la guía de nuestro actuar y pensar. En fin, es un subir de nivel.

En conclusión: el que empieza a filosofar puede plantearse el problema crítico. No se trata


de dudar de todos nuestros conocimientos espontáneos (o nos volveríamos locos2), sino
examinándolas y juzgándolas con orden.

1
¡Bah, no es cierto!
2
Imagine que cada vez que conociese a una persona dudase de todo cuanto le dice. De hecho, dudase también de su
existencia…
Tesis II (De la experiencia o la triple verdad del ente)

¿Qué vamos a ver aquí? (Tesis)

El hombre conoce naturalmente la verdad fundamental de la realidad del ente, por parte
del objeto y por parte del sujeto.

¿Por qué lo vamos a ver? (Problema)

Algunos filósofos han afirmado que todo conocimiento espontáneo es inválido. Veremos que
esa afirmación es falsa a la luz de la experiencia.

¿Qué hay que saber? (Solución)

En una frase: Contra facta non sunt argumenta.

La capacidad se conoce por los actos. En los actos que realizo, constato que puedo conocer la
verdad. Por eso salgo por la puerta y no por la ventana del Ateneo. Por eso como pan y no me como
mi servilleta en la cena.

¿Cómo demostrar que no puedo fallar? ¿Es sólida la relación sujeto-objeto? La respuesta está
en la conciencia (eso que llamamos reditio completa3).

¡Incluso cuando mentimos usamos las verdades fundamentales! Por ejemplo, cuando yo
afirmo que: Los Cerdos Vuelan. Estoy afirmando que:

1. Yo existo (Sujeto)
2. Existen otras cosas que no son yo (Entes)
3. Conozco esas otras cosas que existen fuera de mí (Acto de conocer)

En conclusión: Queríamos saber si soy capaz de conocer la verdad. Y basta con demostrar que
conozco una para demostrar que soy capaz. Pero no sólo conozco una, sino tres. Por lo tanto, soy
capaz de conocer la verdad. La experiencia (ab actu) es mi mejor aliado.

3
Es cuando usted conoce que conoce.
Tesis III (De la verdad universal fundamental o el del PNC)

¿Qué vamos a ver aquí? (Tesis)

El hombre conoce naturalmente la verdad fundamental del principio de no contradicción, a


cuya luz juzga todo.

¿Por qué lo vamos a ver? (Problema)

Hemos visto que la experiencia nos puede proporcionar conocimientos legítimos. Pero la
experiencia es un particular. Tu experiencia no es mi experiencia. Por eso, en esta tesis, nos
dedicaremos a dar el salto del particular al universal. Esto se logra por medio del PNC.

¿Qué hay que saber? (Solución)

En una frase: Nada puede ser y no ser del mismo modo y al mismo tiempo.

Es el principio más básico de los básicos. Es el principio fundamental. Negarlo es afirmarlo.


Porque cuando digo que el PNC es falso, estoy diciendo que el PNC es el PNC y no otra cosa. Siempre
hablamos de cosas determinadas. Si yo quiero que me pasen la sal en la mesa, no digo: Corra ayer el
sol imposible libro… Mmmm… nadie habla así. O al menos nadie que desee ser comprendido. Cuando
pensamos, pensamos en esto o en aquello, pero no en la nada. Cuando afirmo que Pedro es hombre,
estoy diciendo que es hombre y no que es perro. Pedro no puede ser hombre y perro al mismo
tiempo y del mismo modo. Podría tener un disfraz de perro, lo cual lo haría ser hombre y perro al
mismo tiempo, pero eso no lo haría perro del mismo modo que es hombre. Un árbol puede ser verde
en verano del mismo modo que es amarillo en otoño, pero no lo es al mismo tiempo… etc.

Sobre este principio se basa todo el resto de nuestros conocimientos. Por lo tanto, no hay de
qué preocuparse, vamos por camino seguro.
Tesis IV (De la aptitud de la mente para la verdad o del círculo vicioso)

¿Qué vamos a ver aquí? (Tesis)

Conociendo la verdad, el hombre capta simultáneamente al ejercer este acto (simul


exercite4), la capacidad de su mente para la verdad.

¿Por qué lo vamos a ver? (Problema)

Porque es un problema que nos ponen los escépticos. Ya hemos demostrado que de hecho
conocemos verdades (tesis 2 y 3). Ahora hay que solucionar este problema: ¿Cómo sé que tengo la
verdad si no tengo la capacidad? ¿Cómo sé que tengo la capacidad si no tengo la verdad? Así es que o
se conocen al mismo tiempo o no se conocen.

¿Qué hay que saber? (Solución)

En una frase: Al mismo tiempo conozco ente y conozco que conozco ente.

Intentaré exponerlo en dos razonamientos:

1. La capacidad es una potencia


El conocimiento es un acto
La potencia se conoce por el acto
Ergo: Conociendo la verdad, conozco la capacidad (al mismo tiempo).
a. En palabras del gordito: «Al entender lo inteligible, entiende su mismo entender, y
por el acto conoce la potencia intelectiva» (I, q. 14 a. 2 ad 3)
2. La verdad es: Adecuación del intelecto y la cosa.
Conociendo la verdad conozco la cosa en cuanto adecuada al intelecto
Es decir que conozco la verdad y la adecuación (que exige una capacidad)
Ergo: conozco la verdad y la capacidad.

En conclusión: El círculo vicioso se rompe ante la experiencia y se confirma por medio de la


reditio completa5.

Es importante conocer estos primeros principios porque fundamentan toda ciencia que podamos
adquirir. Otra vez el gordito: «Aquello que no nos es natural, lo adquirimos por lo que nos es natural;
así como en las cosas exteriores modelamos todas las cosas artificiales con las manos. Así, la ciencia
(que es artificial) no está en nosotros, sino a partir de principios adquiridos (que son naturales)»
(Contra Gentes II c. 33)

Y para que no lo olviden… ¡QEV!6

4
El conocimiento en el que por el mismo acto se conocen las cosas que se dan en ese acto, se llama conocimiento en
el ejercicio del acto (in actu exercito).
5
La reflexión natural se llama reflexión completa cuando en el mismo ejercicio del acto se regresa al acto cognoscitivo
y al sujeto del que procede ese acto… cuando conozco que YO CONOZCO.
6
Quid Est Veritas?
Tesis V (Del método del primer problema crítico o de si este problema es un problema)

¿Qué vamos a ver aquí? (Tesis)

El filósofo se plantea con toda licitud el primer problema crítico, como un problema en
sentido amplio, y en consecuencia lo soluciona positivamente con un reconocimiento declarativo,
y defensivamente con una argumentación indirecta.

¿Por qué lo vamos a ver? (Problema)

Tenemos que responder a dos preguntas que han surgido en nuestro análisis: ¿Cuál es el
método que yo usé? ¿Es válido?

¿Qué hay que saber? (Solución)

En una frase: es un problema en sentido amplio y se resuelve como tal7.

Primero hay que ver los tipos de problema que hay.

1. Problema propiamente dicho


a. Es cuando pide una solución.
2. Problema impropiamente dicho
a. Es un pseudo problema. No tiene solución. Por ejemplo: ¿Cómo subir una bajada?

Bueno, nuestro problema sí tiene solución. Entonces es un problema propiamente dicho. Este
puede ser de dos maneras:

1. Estrictamente dicho: No conozco la solución.


2. Ampliamente dicho: En cierta medida, ya conozco la solución.

Este es nuestro caso: el ampliamente dicho. Porque, en el fondo, ya sabemos que podemos conocer la
verdad. Este problema se soluciona de dos maneras:

1. Positivamente: Con un reconocimiento declarativo (es decir, diciendo una verdad).


2. Defensivamente: Con argumentación indirecta (es decir, defendiendo mi postura de los
ataques que reciba). Si mi castillo resiste es porque tiene buenos cimientos.

En conclusión: Nuestro problema es…

1. Propiamente dicho…
a. En sentido amplio, que se resuelve…
i. Afirmativamente, declarando una verdad.
ii. Defensivamente, resistiendo los ataques intelectuales8.

7
No me pueden pedir que lo resuelva como un problema en sentido estricto. A cada problema corresponde su
método.
8
O físicos…
Tesis VI (Del estado inicial de la mente o de la duda de la duda)

¿Qué vamos a ver aquí? (Tesis)

El estado de la mente que por primera vez se plantea el problema crítico, es un estado
conscientemente examinativo y en sentido amplio inquisitivo, fundado en muchas certezas
espontáneas legítimas y ordenado por su misma naturaleza a obtener una certeza refleja.

¿Por qué lo vamos a ver? (Problema)

Un día, Descartes se levantó sin mucho que hacer. Se sentó en su sofá preferido. Cerró sus
ojos y se puso a filosofar. Se dijo a sí mismo: ¡Oh, René, el mundo ya no es el centro del universo
como antes creíamos! Nuestros sentidos nos engañan. Pero, ¿podrían engañarnos siempre? ¿Por qué
crees que todo lo que sabes es verdad? ¿Quién te garantiza que el día de mañana no será todo
mentira? ¡Es verdad! –Se dijo a sí mismo –tengo que ponerme a dudar de todo para ver si por lo
menos puedo rescatar algo en lo cual no pueda dudar.

Y así, René Descartes comenzó a dudar de todo cuanto oía, veía, sentía, olía… dudó también
del mundo y de la historia, dudo de las estrellas y de su mismo cuerpo, dudó de la inmortalidad del
cangrejo y de los reyes magos... Dudó de todo. Pero antes de que su mente se apagase y se volviese
loco para siempre, encontró un punto firme: «Puedo dudar de todo, excepto de que estoy dudando
de todo… Cogito, ergo sum!»

¿Es válido comenzar dudando de todo? ¿Cómo sería mejor comenzar?

¿Qué hay que saber? (Solución)

En una frase: No comenzamos con una duda universal

¿Por qué no? Básicamente por dos razones:

1. Es estúpido: No se puede dudar de todo porque no se puede dudar de que se duda.


2. Es inútil: Si dudas de todo, incluso de tu capacidad para conocer la verdad, estás en el hoyo y
no puedes salir. O lo que es peor: no quieres salir.

¿Entonces cómo comenzamos? Vamos a justificar cada una de las palabrejas que usamos en
la enunciación de la tesis.

1. Conscientemente: Porque cuando la mente se analiza a sí misma se da cuenta de sí misma.


2. Examinativo: Porque pone a prueba sus conocimientos concretos9.
3. Inquisitivo en sentido amplio: Porque, en cierta medida, ya conoce lo que busca.
4. Fundado en certezas espontáneas: Por ejemplo, que existimos, conocemos, reflexionamos y
que algo no puede ser y no ser del mismo modo y al mismo tiempo.
5. Ordenado a buscar certezas reflejas: Es decir, comprobar las certezas espontáneas.

En Conclusión: El primer problema crítico no inicia con una duda metódica universal (ni real,
ni fingida). Por lo tanto, no comenzamos sabiendo nada, sino con algunas certezas espontáneas
fundamentales (tesis 2 y 3).

9
Por ejemplo, la existencia de Santa Claus.
Tesis VII (De los escépticos o de cómo es verdad que no hay verdad)

El escepticismo universal, como acto de la mene, es humanamente imposible y, como


doctrina implica una clara contradicción. El escéptico es redarguible. (Pirrón y Sexto Empírico)

El problema es que estos tíos dicen que no se puede conocer ninguna verdad.

Pirrón dice que las cosas son demasiado complicadas. Él opta por una vida más tranquila que
él llama la ataraxia. Que en italiano se dice “me-ne-freguismo” y en mexicano se dice “vale-madr…”
bueno, ya se entiende la idea. Este estado de indiferencia nos llevará a la apatía, que es la
tranquilidad del hombre sabio. Si no podemos conocer la verdad, pa que andarla buscando… mejor
disfruta de la vida.

Sexto Empírico pone por escrito las enseñanzas de Pirrón. Es una forma muy divertida de
negar la verdad. Supongo que será lectura obligatoria para lanzarse de candidato político en
México… En resumen dice que el sabio es aquel que observa y busca con humildad, pero que jamás
pretende alcanzar la verdad. O sea que el sabio no se las da de culto y entendido porque la verdad no
es patrimonio de nadie.

Es curioso ver cómo se esfuerzan tanto por decir la verdad de que no existe la verdad.

El escepticismo es fácil de contestar si sabemos presentar el Principio de No Contradicción.


Porque si niegas que existe la verdad, estás diciendo que verdaderamente no existe la verdad. Que la
única verdad que existe es que la verdad no existe… ¡vamos! ¡Y hay gente que se la cree, macho!

También se sabe que el escepticismo es absurdo porque no se puede vivir como un escéptico.
Si todo da igual y no existe la verdad, ¿por qué comen pan y no piedras? ¿Por qué bajan por el
elevador y no por la ventana? ¿Por qué se quejan si los pateo en…? Y se podría seguir la lista.

San Agustín dice que si dudas del saber, por lo menos sabes que dudas.

El P. Ascencio insiste en la redargutio como camino para ayudar al escéptico. ¿Qué es eso de
la repargutzio? Se dice redargutio y significa ir de lo más evidente a lo menos evidente. Es decir que,
si llega un amigo tuyo y te dice que no existe la verdad, no le vas a decir que sí porque Dios escribió
en la naturaleza humana una ley natural que confirmó Moisés en el monte Sinaí… ¡Te va a mandar a
freír espárragos! Primero tienes que mostrarle que existen verdades evidentes: Tú respiras oxígeno,
este bolígrafo es negro, estás leyendo esta porrada, etc. Una vez que acepte que existen algunas
verdades, hay que hacer que acepte el Principio de No Contradicción (Una cosa no puede ser y no ser
del mismo modo y al mismo tiempo). Si te acepta este principio, te acepta la verdad. Quizás no
conozcamos cuál es la verdad (todavía), pero por lo menos ya sabemos que existe.

Al P. JAIZ le gusta mucho escuchar las razones por las cuales alguien puede caer en el
escepticismo. Ofrece cuatro razones: (1) La soberbia de decir “O conozco todo o no conozco nada” (2)
La incapacidad de distinguir (3) El no saber dudar (4) La pereza porque la verdad no se posee como
una victoria, sino como una lucha. Yo agrego (5) la comodidad porque si a verdad no existe, yo
puedo hacer lo que me dé la gana.
Tesis VIII (Del relativismo o del relativo absoluto que dice verdades)

El relativismo universal, considerado en su forma general o fenoménica, conduce al


escepticismo y se refuta de modo similar. (Protágoras y Rorty)

Tú tienes tu verdad, yo tengo la mía, lo importante es que nos respetemos.

Nada es verdad, nada es mentira,


Todo se cambia y depende
del color del cristal con que se mira.

Protágoras dice que el hombre es la medida de todas las cosas. Por lo tanto cada quien dice lo
que sí es verdad y lo que no. Porque para unos el Barça es el mejor equipo y para otros es el Madrid.
Porque para el sano la miel es dulce y para el enfermo es amarga. Porque para el latino hace frío y
para el esquimal hace calor. Para más información, se pueden leer el Teeteto de Platón donde
Sócrates le da por todos lados a este pobre sofista.

Richard Rorty es fenomenal. Dice lo mismo que Protágoras, pero con otras palabras y puede
meter en crisis a más de alguno. Veamos tres de sus ideas:

La Verdad está en el juicio,


El juicio está hecho de palabras,
Las palabras están hechas por el hombre,
La verdad está hecha por el hombre.
Por ejemplo, para un cristiano está mal matar a un musulmán.
Para un musulmán (chiita, radical, fanático) está bien matar a un cristiano.

La verdad se expresa por medio del lenguaje, pero el lenguaje cambia, por lo tanto la verdad
cambia. Por ejemplo, antes se hablaba de eutanasia como la muerte que daban los hermanos de San
Camilo de Lelis a los enfermos (cuidados y amor hasta la muerte), hoy la eutanasia significa otra
cosa…

No hay leyes que se apliquen a todo el mundo en todos los momentos. Siempre hay
excepciones, por lo tanto, nos conformamos con las leyes pasajeras. Lo que hoy está bien, mañana
puede estar mal y viceversa. Por ejemplo, antes se creía que la esclavitud era correcta, hoy es una
aberración.

Pero es igual de fácil que el escepticismo. Porque si todo es relativo, nada es relativo. Porque
es absurdo decir que la única verdad absoluta es que no existe la verdad absoluta. Porque si todo lo
que decimos puede ser opinable, también es opinable que “todo lo que decimos es opinable”. Si la
verdad depende de la cultura, también depende de la cultura que “toda verdad depende de la
cultura”… et ita porro!

El chiste es llevarlo al principio de no contradicción y de ahí no pasan. Por eso la tesis dice
que se confutan igual que los escépticos.

De todos modos es cierto que algunas cosas son relativas. Por eso decimos que en materia de
gustibus non est disputandi (o algo así…). Es decir que, entre los hermanos del Barça y el Madrid, los
dos tienen razón. Para Pedro, el mejor color es el rojo; para Juan es el azul. Los dos tienen razón. A
nivel sensitivo, no hay problema. Pero a nivel intelectivo… ahí sí que no me vengan con tonterías
porque las cosas son como son porque lo digo yo...
Tesis IX (De los idealistas o del sistema: porque lo digo YO)

En todo juicio verdadero, el hombre coge siempre una cierta trascendencia del objeto, que
no tiene necesidad de una demostración directa. Indirectamente se puede demostrar de varios
modos, partiendo de las incoherencias internas de la posición Idealista, (Kant-Fichte)

El problema es doble: Que estos tíos son unos fumados y que son muy inteligentes… dicen
que la verdad depende del Yo. Si usted ya tuvo esta clase sabe perfectamente a qué me refiero con el
término “fumados”.

Kant dice que no conocemos las cosas como son, sino como son para cada uno de nosotros.
Un poco como lo que vimos en el relativismo. Es decir, que no puedo conocer la verdad con certeza.
Conozco las cosas como me las presenta mi intelecto programado con ideas a priori. Pongamos una
analogía de proporcionalidad: mi mente es como una computadora. Yo tomo una foto a través de mis
sentidos. La computadora (Mente) procesa los datos que recibe por el USB (Sentidos externos) y los
convierte en datos que puede almacenar en carpetas ya pre-programadas que se llaman categorías.
La computadora tiene la imagen de la cosa, pero no tiene la cosa en sí. La imagen de mi perro no es
mi perro, es sólo un código de unos y ceros que la computadora interpreta en forma de imagen.

Esto nos lleva a decir que la verdad depende de mi programa de computadora. Es decir, de mí
mismo. De mi Yo. De mi forma de ver las cosas.

Pero si eso sonó extraño, esperen a escuchar a Fichte: Todo comienza con un Yo (imagínese a
usted mismo en medio de una pantalla negra). El Yo, para conocerse mejor, crea al no-yo. Es decir
que usted se mira a usted mismo y dice: “Wow! Soy yo”, después crea a otro tío y dice “Ese no soy
yo… yo soy yo, y no ese tío tan feo” ¡Esto le emociona!, le gusta tanto saber que usted es usted y no el
otro tío que crea a otros dos tíos y vuelve a decir “Yo soy yo… y no soy ninguno de esos tres nacos”.
¡Está llegando al éxtasis! le gusta tanto saber que usted es usted que comienza a crear todo lo que
existe para poderse comparar con todo y tomar más consciencia de que usted es usted. Y justo
cuando ya no puede más por la emoción… se da cuenta de que todo lo que ha creado es su
pensamiento y, por lo tanto, también es usted. Ha hecho la síntesis de que “Yo soy todo”. ¡Felicidades!
Si usted es todo, usted es la verdad, usted es Dios. Ahora a disfrutar de la vida…

Bueno, lo que daría por ver su rostro en este momento… este es Fichte. La pregunta más
natural ahora es: ¿Existe alguien en este universo que crea semejante estupidez? La respuesta es…
(redoble de tambores) ¡SÍ!

Si el ser dependiese de mi yo… las cosas no serían como son. Por ejemplo, no habría nada que
me molestase. No habría exámenes, yo estaría en una isla tropical tomándome una piña colada y
jugando PS3. Pero la vida no depende de mi Yo. La realidad se impone porque las cosas son como
son. El Ser de las cosas se impone a mi intelecto. Es decir que: las cosas no son así porque lo diga yo,
sino que yo lo digo porque son así.

Yo puedo decir que un bolígrafo rojo es azul, pero esto no significa que mi YO manipula la
verdad a través de mis juicios… simplemente significa que soy un imbécil… o daltónico.

Nosotros no pensamos con ideas, sino con conceptos. Los conceptos dependen de las cosas.
Las cosas son como son y no como yo digo que son. Por lo tanto los conceptos son como son y no
como yo digo que son.
Tesis X (De los anti-intelectuales o del tío que razona para condenar la razón)

El hombre coge la naturaleza intelectiva de la verdad mientras la ejercita, en tal modo


que no tiene necesidad de una demostración directa. La filosofía anti-intelectual sólo evita el
relativismo limitando sus principios. (Nietzsche)

El problema es que esta gente dice que el hombre es tan idiota que ni siquiera vale la pena
buscar la verdad. Lo importante no es la verdad, sino la libertad. Porque no conocemos la verdad por
vía del intelecto.

Más que una filosofía, es una crítica social, como veremos en Nietzsche (aprenda de una vez a
escribirlo bien, por favor…). Estamos en un período de crisis intelectual. El sistema filosófico de Kant
comienza a tener fisuras y la ciencia ha venido a menos porque se ve que no tiene la última verdad
de todo. La gente está decepcionada porque no tienen donde poner su esperanza: ni en la ciencia, ni
en la filosofía. Ha llegado el momento de poner la esperanza en ¿la religión? ¡No! En nosotros
mismos: ¡Libertad!

Nietzsche dice que el hombre es un camello que carga con la joroba de la moral impuesta por
la religión y la metafísica. Pero surgirán hombres que se den cuenta de esta carga y renunciarán a ella.
Entonces se convertirán en leones. El león tiene que librar una última batalla para lograr su libertad
contra el dragón. El dragón se llama “TÚ DEBES”. TÚ DEBES portarte bien, TÚ DEBES se pobre,
casto y obediente, TÚ DEBES ir a Misa… TÚ DEBES. Una vez que el león ha luchado contra el deber,
a sido humillado, a sufrido el remordimiento y el juicio de la plebe, el león muere junto con el
dragón para dar vida a la nueva creatura: ¿un súper león? ¿un dragón de dos cabezas? No… un niño.
Cuando nos sobreponemos al deber, renacemos como un niño y ahora sí podemos comenzar a
construir nuestra moral desde cero, sin prejuicios, sin imposiciones, sin el TÚ DEBES…

Por eso, el hombre, para superarse, debe proclamar la muerte de Dios. No necesitamos a Dios
para darle sentido a nuestras vidas. Eso se lo dejamos a los débiles.

No venimos de Dios, venimos del Caos y al Caos volveremos en un eterno retorno. Es decir
que vivimos todas las vidas posibles sin darnos cuenta. Nuestros actos son sólo una combinación de
átomos que dan la impresión de libertad (Por lo tanto no hay moral…)

Pero, ¿cualquier idiota puede crear valores y verdad? No. Solamente el hombre dotado de
voluntad de potencia (el superhombre). Sólo el más fuerte se puede imponer al más débil.

Ahora vamos a intentar responderle, aunque no hay mucho que decir a uno que no quiere
escuchar razones. Cuando la razón pierde sus argumentos, comienza a hablar el hígado…

Primero le diría a Nietzsche que se ha puesto en plan muy racional para decir que la razón no
sirve. Es decir que racionalmente afirma que el hombre es irracional. Aristóteles dirá que
oponiéndose a la razón, sostienen la razón.

Además, la realidad está demasiado “ordenadita” para venir del Caos. Basta con ver cómo
funciona el Cosmos. Algún pequeño error y todo se viene abajo. Si no hubiese orden y causalidad, no
podría estar viendo estas letras porque su ojo depende de un sistema orgánico complejísimo. Para
más información puede leerse la primera parte del Para Salvarte del P. Jorge Loring, SJ.
Si todo falla, vamos al Principio de No Contradicción y a las primeras seis tesis para
demostrar que sí podemos conocer la verdad. Nietzsche parte de su literatura, nosotros partimos de
la experiencia.
Tesis XI (De los acosmistas o del día que una patada en… me sacó del Matrix)

La existencia del mundo sensible, más que un postulado explicativo de la razón es un


hecho real conocido con evidencia natural. Las hipótesis acosmistas no quitan esta certeza.
(Berkeley)

Justo cuando creyó que ya no se podía sacar algo más fumado… llegan los acosmistas. Estos
hombres dicen que no existe el mundo sensible, sino sólo el espiritual. Si han visto (y entendido…)
las películas de Matrix, esta tesis no les va a costar mucho. Si no es así, prepárese…

Nuestro amigo se llama Berkeley, es un obispo irlandés católico (para mayor información…).
Su razonamiento es el siguiente: nosotros conocemos a través de ideas. A cada idea le damos un
signo que llamamos palabra. No conocemos cosas, sino colecciones de ideas. Las ideas no existen
fuera de la mente. Nadie ve ideas caminando por la calle. Las ideas sólo existen en nuestra mente.
Por lo tanto no existe nada que no esté en nuestra mente. Esse est Percipi, es decir que la existencia
de las cosas está en ser percibidas. Si no son percibidas, no existen.

Matrix dice algo parecido. En el futuro hubo una guerra (estuve discutiendo media hora con
un hermano por esta introducción… ni modo) entre hombres y máquinas. Ganaron las máquinas.
Pero las máquinas necesitan energía para sobrevivir y el mundo no tiene suficientes reservas. ¿De
dónde toman la electricidad? Del cerebro humano. Entonces, desde que nacemos nos tienen
conectados a una computadora que proyecta un mundo de realidad virtual: el Matrix. Este mundo
nos produce emociones porque creemos que es real y estas emociones producen actividad cerebral y
esta actividad produce energía para las máquinas. Sólo algunos elegidos por el destino se dan cuenta
de que nada es real y pueden manipular el mundo, pasar de la realidad virtual a la realidad real y
combatir contra las máquinas. Por eso Neo puede volar y es invencible, porque se ha dado cuenta de
que todo es mentira. Todo es un sueño y en un sueño puedes hacer lo que te dé la gana.

Esta doctrina, por más absurda que parezca, tuvo su boom en el romanticismo. Ya todos
sabemos que la vida es sueño y los sueños, sueños son. Lo mismo dicho de muchos modos… también
se puede ver un ejemplo en el Mundo de Sofía.

A estos se les responde más o menos como a los idealistas. Aunque una patada en… bastaría
para imponerles la realidad sensible de este mundo. Pero eso es poco político.

Mejor distinguimos entre la cosa que conocemos y la forma en que la conocemos. Las cosas
son como son, otra historia es que yo las conozca como todo el mundo. Si usted está en el comedor y
pide la sal a un hermano que tiene el salero enfrente de él, detrás de una jarra, quizás el hermano no
la vea. Le dirá: “Eh, ma, non c’è sale, fratello!” y usted le dirá: “¡Olvídelo, brother!”. Y le pedirá la sal a
otro. ¿La sal deja de existir porque el hermano no la percibe? ¿Existe China aunque usted nunca haya
estado ahí? ¿Existe el átomo aunque nadie lo haya visto?

La realidad no depende de mí. Hay que aceptar esto. Además, hay que aceptar que las
palabras soportan cualquier estupidez, pero hay que decidirse por la experiencia humana. Lo
evidente no se demuestra, se muestra.
Tesis XII (Del Realismo Mediato o de)

El juicio estable del hombre sobre la existencia de la realidad sensible es, en su sentido
fundamental, inmediato. Los argumentos del Realismo Mediato pueden servir a modo de
preparación o de confirmación, pero no como pruebas silogísticas.

La pregunta es: ¿Conocemos cosas o ideas? Quizás han escuchado hablar del famoso
problema del puente.

Vamos a tener que repasar el conocimiento humano para ver dónde está el problema. Yo
tengo enfrente de mí una pizza. Mi ojos me dicen que es redonda, mi nariz me dice que huele muy
bien, mi oído me dice que el queso aún se está derritiendo, mis papilas gustativas me dicen que está
deliciosa y mi tacto me dice que está caliente… mi intelecto recoge todos estos datos y crea el
fantasma (species intelligibilis) que es la imagen de la pizza con todos los datos que me han dado los
cinco sentidos. Mi intelecto agente ilumina este fantasma y lo convierte en una species intelecta. La
species inelligibilis es individual, concreta, contingente… la species inelecta es universal, abstracta,
incontingente… esto es lo que yo conozco. Este es el paso de la muerte, de lo particular a lo universal.
¿Este paso es real? ¿Es necesario? ¿No obstruye mi intelecto? ¿Qué conozco entonces, la cosa o la
species de la cosa?

La specie interna no es id quod sino id quo… es decir, que la idea no es lo que conocemos sino
aquello por medio de lo cual conocemos. Porque no es lo mismo la cosa que conocemos que el modo
de conocerla.

Si a mí me echan encima una idea de elefante desde un quinto piso, no me pasa nada. Si me
echan un elefante de verdad… bueno, si vamos ab actu (i.e. a la experiencia) nos damos cuenta de
que sabemos distinguir entre las cosas y las ideas de las cosas.

¿Tú dices que conocemos ideas? Muy bien, pero ¿ideas de qué? ¿De cosas? Por lo tanto
conocemos cosas. Sin cosas no habría ideas. Eso sí, conocemos a través de la idea de la cosa.

La clave está en distinguir entre la cosa conocida y el modo de conocerla.

Cuando yo veo el jardín a través de mi ventana. No digo que veo la ventana, digo que veo el
jardín. Es cierto que de no ser por la ventana, no vería el jardín, pero yo veo el jardín. Descartes diría
que no, que vemos la ventana. Entonces se obsesiona con el tema de la ventana y dice que no vemos
el jardín, sino lo que la ventana nos dice que es el jardín… ¡qué drama! Pobre del que use lentes de
contacto… nunca va a ver nada más allá de sus ojos… ¿ven lo absurdo de la postura?
Tesis XIII

El intelecto humano forma, de las cosas de experiencia, conceptos universales, que son
objetivos respecto al contenido concebido, pero no respecto al modo de concebirlo.

El problema es: ¿Los universales son sólo nombres simbólicos o también conceptos? ¿Son
sólo conceptos o también con algo objetivo en la cosa?

Los nominalistas y conceptualistas dirán que la realidad es singular y que los nombres no son
más que un símbolo útil para entendernos. Es decir que no existe la Mesa (universal), sino esta mesa
(singular). Un nombre corresponde a una realidad, pero por aquello de la “economía lingüística”
hacemos nombres que más o menos agrupen realidades parecidas. Ningún hombre es idéntico a otro,
pero nosotros usamos la palabra “hombre” para designar a un montón de gente de todos los tiempos
y lugares. En parte tienen razón y en parte no la tienen.

¿Existen conceptos universales? Sí. Lo sabemos a partir de la predicación oral verdadera. Es


decir, cuando yo digo: “Pedro es hombre”, estoy diciendo la verdad. También cuando digo “Pedro,
Juan y Santiago son hombres”. El mismo predicado aplica para tres sujetos distintos. No es un
invento, es así. La palabra hombre se está usando como un universal, no como un individual. Si
decimos que “Pedro es Juan” notamos la diferencia entre un concepto universal (aplicable a muchos)
y uno particular (aplicable a uno). Lo sabemos por la experiencia. Los nombres están ligados a
conceptos. Los universales no son sólo colectivos o particulares. Por lo tanto, existen conceptos
universales.

Los conceptos son objetivos en cuanto a la cosa, no en cuanto al modo de concebirlos. Hay
que distinguir entre el conocido y el conocedor.

Si no existiesen los universales, tendríamos que tener una palabra para cada cosa que existe
en el mundo… ¡Habrá que llamar a Okham para que le ponga su nombre a cada arena del mar!
Tesis XIV

Concebimos un doble universal: directo y reflejo. El universal directo se adquiere por


abstracción precisiva total, el reflejo, por simple comparación lógica.

Aquí no hay problema, esta tesis expone nuestra postura: Realismo Moderado. Pero es difícil
de entender… ¡bah! No tanto…

Para los nominalistas, el nombre es universal, los conceptos son particulares y las cosas son
particulares. Para los conceptualistas, el nombre es universal, los conceptos son universales, pero las
cosas son particulares. Para los realistas, el nombre es universal, los conceptos son universales y las
cosas son singulares en la realidad material, y universales en el intelecto.

Lo que queremos decir es que existen dos tipos de universales: directos y reflejos.

El directo es la naturaleza o quiddidad de las cosas entendida absolutamente, o sólo en


relación a su comprensión. O sea, de forma abstracta: “hombre”, “pizza”, “fútbol”…

El universal reflejo es la misma naturaleza abstracta pero aplicada a individuos. La entiende


en su extensión o relación a muchos.

Las naturalezas existen de dos modos y nosotros las pensamos de tres:

Existen singularmente en la cosa y universalmente en el intelecto. Este universal del intelecto


puede ser abstracto (directo) o aplicado a muchos (reflejo).

Nosotros pensamos las naturalezas como real (en la cosa; singular), como lógica (en al mente;
universal) y en sí misma (como contenido puro, esencia o forma abstracta).
Tesis XV

La verdad lógica se encuentra formalmente sólo en el acto del juicio, como una adecuación
entre lo que el intelecto dice y la cosa.

Cuando yo digo: hombre, perro, palabra… no estoy diciendo ni verdad, ni mentira. En el concepto no
se juega la verdad o falsedad. Eso se disputa en el juicio. Cuando yo digo de Pedro que “Pedro es
hombre”, digo la verdad. Cuando yo digo de Pedro: “Pedro es mujer”, digo algo falso (en la mayoría
de los países… :D). Por eso podemos decir que la verdad se juega en el juicio y que la verdad consiste
en la adecuación entre lo que se dice de la cosa (es hombre) y la cosa (Pedro).

Existen tres tipos de juicios: Singulares (Pedro es hombre), universales absolutos (El hombre en
cuanto hombre es un animal), y universales distributivos (Todo hombre es animal).

Es cierto que la verdad se encuentra en el juicio, pero el juicio está hecho de conceptos. ¿Recuerdan
el sofisma de Rorty en el relativismo? Él decía que la verdad está en el juicio, el juicio está hecho de
palabras, las palabras están hechas por el hombre, por lo tanto, la verdad está hecha por el hombre.
El error está en la segunda premisa. El juicio no está hecho de palabras, está hecho de conceptos. Los
conceptos dependen de la cosa. Veamos si podemos aclarar este punto que es muy importante:

Las cosas son fundantes, el intelecto es formante y las palabras son consecuentes. Es decir que yo
puedo llamar a un objeto libro, book, Buch, βιβλίο, liber, o incluso 本 o 書, pero me refiero a la
misma realidad. Porque el hombre no piensa con palabras, sino con conceptos. Las palabras son
impuestas por el lenguaje, los conceptos son impuestos por la cosa al intelecto. Las cosas no son así
porque lo diga yo, sino que yo lo digo porque son así.
Tesis XVI

La verdad de la mente humana, objetivamente entendida es absoluta e inmutable, pero


subjetivamente entendida es relativa y mutable. Por lo tanto, todo enunciado verdadero significa
alguna verdad objetiva invariable.

Nuestro objetivo es distinguir entre el “id quod cognoscitur” (objetivo) y el “modum quo cognoscitur”
(subjetivo). Esta tesis es muy fácil.

Porque no es lo mismo el “qué” que el “cómo”. Usted está sentado delante de otro hermano. En
medio de los dos hay un libro. Por un lado es rojo, por el otro es amarillo (sí, es un libro horrible).
Para usted, el libro es rojo, para él es amarillo. ¿Quién tiene razón? Los dos. Lo importante es que es
un libro. Eso no puede ponerse en discusión.

Un brasileño y un esquimal van a pasar Navidad en Nueva York. El brasileño está muerto de frío. El
esquimal está en bañador. ¿Hace frío o calor? Para el brasileño hace frío, para el esquimal hace calor.
No hay problema. De todos modos, la temperatura objetiva es la misma. Estamos a cero grados
centígrados.

Todo se resume en una frase que han escuchado usque ad nauseam: quidquid recipitur ad modum
recipientis recipitu.

También podría gustarte