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Antología del Pan

Salvador Novo
Redacción: Giobelis Ayala

Hablar de pan, en ocasiones, es sobre la calidad o la procedencia. Sin embargo, ese pequeño cognato, va
más allá de lo que uno puede definir. En esta ocasión, la lectura resalta el origen ancestral y la importancia
cultural del pan en el contexto bíblico y en la vida cotidiana, ya que, día a día, es casi imposible no llevarse un
trocito de pan a la boca. ¡Sería un pecado! ¿o no?

Se menciona que, de acuerdo con la narrativa bíblica, el pan ha estado presente desde los albores de la
humanidad, y ha sido asociado con la transición de una dieta vegetariana a una que incluye carne. Si bien Las
Sagradas Escrituras mencionan el pan junto con otros alimentos, como lo encontramos en el versículo
siguiente: “Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, los bendijo. Luego los
partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. Todos comieron hasta quedar
satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.” Lucas 9:16-17. Esto es sinónimo de
abundancia. En nuestra lengua coloquial podría interpretarse bajo el refrán que dice “Del pan bendito todos
comen un poquito”.

El pan adquiere un carácter sagrado y logra una connotación católica al ser utilizado en celebraciones y
fechas especiales, como las roscas de reyes y el pan de muerto. Pero ¿qué significa el “pan muerto”? La
historia del pan de muerto tiene su origen en la época de la Conquista cuando los españoles, espantados por
los sacrificios humanos en ceremonias religiosas por la población indígena, elaboraron un pan de trigo bañado
en azúcar pintada de rojo que simbolizaba un corazón y la sangre del sacrificado (MX Gob., 2023). Se
destaca la compatibilidad del pan con ciertos alimentos líquidos y, como el chocolate y el café con leche. De
hecho, es muy común acompañar esta comida con estos elementos, ya sea por formalidad, costumbre o,
simplemente, una tradición. Cuando se escucha la expresión: ¿Y el café no viene con el pan? Es algo
ocurrente, pero es muy cierto.

Por otro lado, se menciona que, tanto niños como adultos, valoran el pan por su capacidad para
ablandarse y al ser mojado en sopas. En nuestro país Panamá, específicamente en las áreas costeras, es
notable que, en los restaurantes, la sopa o “caldo” lo sirvan con un trozo de pan. Además, se resalta la
preeminencia literaria del pan en diferentes contextos, que describen calabozos y su uso como símbolo de
correncia (algo que perturba y que causa un sentir de aberración) y privación en situación de destierro.

En cuanto a la importancia histórica y cultural del pan, desde tiempos venerables, su asociación con
festividades y tradiciones, su compatibilidad con otros alimentos y su relevancia en la literatura han marcado
puntos de referencia que nos guían a las travesías de las líneas de poetas y liricos en como trazan su
imaginación con las letras. Siguiendo esta línea, en la antigüedad, el pan ha estado presente desde los tiempos
más remotos, incluso desde el relato bíblico de Adán, quien al ser expulsado del Edén tuvo que ganarse el
sustento comiendo carne acompañada de pan. Esto resalta la importancia ancestral del pan en la vida
cotidiana.

Y, no por olvidar, la compatibilidad con otros alimentos, el pan armoniza especialmente bien con la leche,
el chocolate y el café con leche. Esta combinación es apreciada por personas de todas las edades y se
considera indispensable en la alimentación. Así que, el olvidar no tomar un buen café o chocolate sin pan,
sería como fallarle a los escritores y poetas, a los antecedentes bíblicos y, por si fuera poco, a la tradición de
nuestra cultura panameña y que, como legado que parte de nosotros, nos corresponde el seguir con esta
herencia.

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