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Los griegos
Los griegos, a mediados de los siglos VI y VII A.C a través de una serie de pensadores,
textos, entre otras cosas, van a empezar a forjar una forma de pensamiento que les permitió
ganarse, a día de hoy, el apodo de “padres de la ciencia política” en su sentido clásico.
Pensadores como Platón, Aristóteles y Sócrates van a ir forjando el camino de lo que luego
será el punto de partida de todo pensamiento occidental.
La política fue una herramienta clave para que los griegos puedan determinar el camino
que debía seguir la polis. Particularmente tomando el caso de Atenas, las polis eran el
modelo de Estado bajo el cual se encontraba configurado el mundo griego: pequeñas
ciudades-Estado que tenían cada una diversas formas de determinar el tipo de poder. De
esta manera se daba un mundo policéntrico, y se consideraba que todo lo fundamental de
este mundo griego iba a darse en la polis.
Algo crucial en el mundo policéntrico era el hecho de que, a pesar de que la participación
política era vista como fundamental, en realidad eran muy pocos los que al final iban a tener
acceso a ella. Sin dejar a los esclavos, quienes no poseían derechos políticos claramente;
aquellos habitantes de Atenas que no fuesen nativos de la ciudad no tenían palabra alguna
en esta materia. Claro está, solamente los hombres podían participar, atenienses, y luego
de haber alcanzado una edad determinada.
Platón
Platón era, ante todo, un pensador al que podemos considerar idealista. Gran parte de
sus escritos van a ser diálogos que escribe citando a Sócrates, su maestro, quien fue
injustamente condenado a muerte por la justicia ateniense. Sócrates era un ferviente
creyente de la justicia (principalmente apuntaba a las leyes del Hades) y la veía en un plano
suprahumano. Así y todo consideraba que era un producto humano y por lo tanto, es
mejorable; al igual que va a configurar que la virtud es tanto vivir de acuerdo a lo justo como
el ejercicio de la razón (la virtud o la vida virtuosa es un concepto fundamental para los
griegos y van a considerar que sin él no hay comunidad política posible; al mismo tiempo el
hecho de que exista una comunidad permite la posibilidad de la vida virtuosa). Platón
termina configurando su manera de entender la virtud-el buen vivir de manera semejante, ya
que él cree que esto se corresponde a la vida contemplativa: lo cual no es ni más ni menos
que la vida del filósofo la cual es puesta al servicio de la búsqueda de la verdad.
Alegoría de la caverna→ es una representación clara que utiliza Platón para explicar la realidad.
Refiera a que esta se encuentra diferenciada de espejismos, sombras, cosas que no son verdad. A esto
refiere con lo que ven los hombres en la caverna. Y en este sentido plantea lo importante
que es que cada persona salga de su caverna.
Idealismo platónico
El texto de Platón titulado República va a contener como punto de partida el hecho de
que son las ideas; aquello que determina lo que es y lo que existe. Tanto la política como la
ética se fundamentan en el idealismo. Este Mundo de las Ideas platónico va a contener
una primacía principalmente gnoseológica. Sin idea, para Platón, no va a haber objeto,
aquello sensible que señala la idea. Posee como esencia definicional el hecho de que sea
una para cada objeto.
La dialéctica va a ser la disciplina que va a permitir ascender y descender por el mundo
de las Ideas, es un instrumento estrictamente utilizado por el filósofo.
Aristóteles
Al igual que Platón, Aristóteles fue un pensador que se encargó de reflexionar acerca del
contexto de crisis en el cual se encontraba la polis. La principal diferencia que se observa
respecto a su antiguo maestro es que Aristóteles buscaba escenarios que contemplaban
una mirada más realista. Partiendo de este punto, queda claro que Aristóteles no estaba
para nada de acuerdo con la visión del Mundo de las Ideas que tenía Platón. Lo que realiza
Aristóteles es estudiar la realidad a fondo y a partir de ello concluye que “la realidad es lo
que es” descartando todo tipo de objetura que podía realizarse sobre el mundo de las ideas
platónico.
Encontramos en el pensamiento aristotélico una forma de ver las cosas más teleológica,
es decir, comprometida a los fines de cada cosa. Cree que vamos a entender algo cuando
entendemos a que tiende (y la postura aristotélica va a sostener que “el hombre siempre
tiende a su propio bien/fin”).
La postura teleológica del pensamiento aristotélico se va a corresponder con las ideas de
la virtud que sostiene el autor, la cual se define en elegir bien. De este modo la felicidad se
concreta cuando las buenas direcciones son tomadas a lo largo de la vida (esta idea de
justo medio que tiene Aristóteles, el cual no sería ni exceso ni defecto; vemos cómo esto
se corresponde claramente con un tipo de pensamiento realista). Aristóteles sostiene que la
virtud es una propiedad pura y exclusivamente humana ya que solamente el humano va a
poder sostener la capacidad de logos, que es su principal herramienta como sujeto
pensante. A partir de ella el humano puede ser libre y elegir cómo actuar. (Arethé→ fin).
Como Platón dividía el mundo de las ideas del inteligible, Aristóteles va a dividir el mundo
sublunar del supralunar, donde éste último corresponde al mundo de lo necesario, de los
astros; y el mencionado en primer lugar sería el mundo que habitamos los humanos, y se ve
caracterizado por la contingencia. El mundo sublunar representa aquello que puede llegar a
ser, en el sentido potencial de las cosas que pueden darse y aquellas que no.
El autor, a través del mecanismo ACTO-POTENCIA diferencia lo que es de aquello a lo que
tiende, que es su bien. De esta manera Aristóteles explica el movimiento, explica la
transformación de las cosas.
Al ser realista, Aristóteles respecto a su pensamiento político, se obsesionaba con
encontrar aquel régimen político que mejor funcione en la polis. En este sentido es que va a
realizar un estudio de los diversos sistemas políticos. Buscando siempre la mayor
estabilidad (asphaleia), Aristóteles define el siguiente criterio de regímenes políticos:
1 Monarquía Tiranía
La principal diferencia que existe entre ambos es que mientras que Platón posee un tipo
de pensamiento más idealista, que corresponde con imaginar el mejor régimen; Aristóteles
va a sostener una visión del tipo realista, buscando proponer el mejor régimen posible.
Platón se va a quedar pegado a esta idea del deber ser (deontología) mientras que
Aristóteles, al haber sido un investigador de la realidad, se enfoca más en cómo es el ser
(ontología).
Época medieval
Lutero
Martín Lutero fue un monje agustino, nacido en lo que hoy sería Alemania, que en ese
momento logró pasar de ser un monje a un escritor revolucionario. ¿Porqué revolucionario?
Porque comienza a difundir una lectura de la Biblia que difería a la que era aceptada por la
mayoría de la población, y no sólo eso, sino que afirma que la población en general debe
comenzar a ser capaz de entender a Dios, de leerlo (criticando el monopolio de
alfabetización que manejaba el clero). Se daba por supuesto que Dios le había entregado al
hombres dos herramientas: la espada secular por un lado, que se encargaba de todo
aquello que fuese material (incluyendo el Estado, los señores feudales, es decir todo
aquello que refería al poder) y la espada espiritual, la cual administraba la Iglesia (la
voluntad de Dios).
Lo que hace Lutero que es revolucionario, es empezar a hablar del poder político que
concentraban las élites eclesiásticas en ese momento. Si bien no era su objetivo, el de
politizar, el autor va a ser muy claro al referirse que “no se debe mezclar la espada secular
con la espada espiritual”, haciendo referencia a que el poder de la Iglesia no debía tomar
partida del poder político: esto es el punto clave de Lutero ya que ayuda a comenzar a la
secularización del pensamiento. Lutero propone que el cristianismo haga uso de la espada
secular, únicamente para poder cuidar a su comunidad (que al fin y al cabo, esa es la
misión de la religión); no excederse del uso del poder político que poseía digamos.
Este texto, a modo de manifiesto podríamos decir, busca criticar a figuras como la del
Papa, debido a que no estarían actuando, ejerciendo el poder correctamente. Lutero hace
referencia a que el poder civil debe comenzar a ganar lugar por sobre el poder eclesiástico.
Finalmente, como última crítica, podríamos situar el hecho de que sea el Papa el único que
pueda llamar a concilio (reunión, asamblea de autoridades religiosas).
Soluciones de Lutero:
1. Igualdad en la cristiandad.
Con esto se refiere a que todos los creyentes son iguales en la fe, todos poseen
“una gran cabeza que es Dios”. Esto se refiere pura y exclusivamente a lo religioso,
no se refiere a lo político/social.
2. Sacerdocio universal.
Se refiere a que debe existir un consenso universal dentro de los sacerdotes.
3. Espíritu de libertad.
Apunta a que se debe practicar la fe como verdaderos creyentes, lo cual implica
escribir, practicar la fe con total libertad.
4. Respeto a los tiranos.
Lo que afirma Lutero es que los tiranos deben de ser obedecidos, simplemente
porque fueron designados por Dios.
Maquiavelo
Nicolás Maquiavelo fue un autor florentino cuyos aportes a la política en tanto disciplina
fueron fundamentales para que diera el paso que necesitaba en la etapa medieval.
Maquiavelo es considerado a día de hoy un fundador de la ciencia política moderna, se
entiende que abre las puertas de la modernidad. Es importante la figura de Maquiavelo ya
que se va a encargar de darle el lugar al poder en la ciencia política que merece; va a
desarrollar el ethos de la ciencia política: éste es el ejercicio del poder. Con Nicolás
Maquiavelo, la ciencia política en tanto disciplina comienza a tener un método.
Al igual que Lutero, va a enfrentarse a la Iglesia pero de manera más contundente y en
este caso sí buscando la confrontación política. Uno de los principales motivos por los que
ve a la Iglesia como enemigo es que ésta se oponía a la unificación italiana, uno de los
grandes anhelos que tenía el florentino. A su vez, va a confrontar con la moral religiosa, no
escindiendo la moral de la política sino buscando dejar en claro que no debe se le atribuir
cargas morales a la política.
A lo largo de su obra más famosa, titulada El príncipe, Maquiavelo irá comentando
distintos consejos que se le puede dar a un gobernante. El libro iba dirigido al nuevo
dirigente político de la ciudad, Lorenzo de Medici, quien había expulsado al autor de sus
funciones como canciller y posteriormente encarcelado. Este libro es una ofrenda que le
brinda Maquiavelo al nuevo gobernante.
Lo que el autor busca que se comprenda es que la política es un instrumento del hombre
para el hombre. No existe un elemento secular, como el que aludía Lutero. La Iglesia no
debía tener injerencia en el poder político, ni la figura de Dios debía ser importante. Crear
un Estado, para Maquiavelo, era fundamental entre otras cosas para lograr la unificación
italiana. La forma de Estado que elige Maquiavelo es la de principado.
Tipos de principados según Maquiavelo:
1. Hereditarios
2. Eclesiásticos
Estas dos formas de principado poseen una sucesión ya resuelta, por lo que no
son del interés del autor. Perpetúan el orden existente, podríamos decir.
3. Nuevos
Aquel que se encuentre en posibilidades de comenzar a gobernar un principado
es el lector al que apunta Maquiavelo. Es el objetivo del texto. Maquiavelo señala
distintas formas de llegar a un principado:
4. Mixtos:
Son aquellos que contienen un príncipe que quiere anexar otro principado,
formando uno nuevo.
Contractualismo
El contractualismo va a ser el primer movimiento de los que estudiamos que surge como
corriente jurídica. Va a ser la corriente de pensamiento que se encarga de defender,
justificar el Estado moderno naciente para el siglo XVI-XVII, termina de configurar la
modernidad. Ve el origen del poder político en un contrato, el cual conforma un acuerdo
tácito entre todos los individuos. Como novedad, se plantea, sin lugar a dudas, al Estado
como producto de la acción humana. La matriz estatal que se instala perdura a día de hoy.
El acuerdo que hacen los hombres corresponde al fin de un estado de naturaleza y el
inicio de un estado socio-político. La sociedad política aparece como solución a los
problemas que presenta el Estado de naturaleza. Podemos decir a su vez, que el desarrollo
de la visión contractualista demuestra la transición dentro de la ciencia política del
feudalismo al capitalismo.
Esquema triádico del contractualismo
1. En primer lugar, el hombre se encuentra en estado de naturaleza, son todos
iguales y libres. Al no haber un poder que los ordene, existe un vacío.
2. En segundo lugar, ocurre el momento del contrato, los hombres se juntan para
poder definir la sociedad en la que van a vivir, para poder vivir mejor. Gracias a esto
se puede tener un Estado.
3. Finalmente, cierra con la conformación plena de un Estado.
Hobbes
Hobbes va a centrar su texto, Leviatán, en los cambios que provoca pasar del Estado de
naturaleza a la sociedad política. En el primer Estado mencionado, los hombres van a ser
iguales en sus facultades físicas y psicológicas, sin un poder común capaz de atemorizarlos
a todos: lo cual provoca que se encuentren en un estado de guerra, lo cual implica una
guerra de todos contra todos. Hobbes define al Estado de naturaleza como "solitario, pobre,
asqueroso, bruto, y corto". La famosa frase de Hobbes, “el hombre es el lobo del hombre”
apunta justamente a esto: el hombre en Estado de naturaleza es malo y precisa de un poder
superior capaz de gobernarlo, el cual a cambio de la renuncia que hace el hombre de la
libertad le brinda seguridad.
Para abandonar este Estado es que el autor plantea la posibilidad de un contrato. Este
llevaría al hombre a la sociedad civilizada, en la cual renuncian a ser naturalmente libres.
Hobbes lo que afirma es que el hombre no necesitaba toda esa libertad, ya que un Estado
debe encargarse de dirigirlo.
En resumen, el planteo que hace Hobbes de la sociedad civilizada es el de una
sociedad en la cual el hombre posee sus libertades individuales, aunque renuncia a ciertos
derechos preservando el bien común (idea de supervivencia).
El Estado, en este modelo, posee un poder absoluto, aunque si los ciudadanos los
considerasen correspondientes pueden y deben rebelarse. Sino, el gobernante elegido
debe garantizar la gobernabilidad, permaneciendo en su puesto, debido a que fue el elegido
por los ciudadanos. Representa una creación colectiva, de todos los sectores de la
sociedad. El soberano toma parte de la soberanía de los ciudadanos.
Locke
John Locke aparece como un caso contrario al de Thomas Hobbes. Mientras que este último tardó
en generar éxito con su texto, el primero arrasó, principalmente porque él pertenecía al sector que
venía ganando→ la burguesía. Este es el modelo bajo el cual Locke va a escribir.
Una de las principales críticas que va a realizar Locke vendrá por el lado de que continúe
existiendo el poder de gobernar bajo el derecho divino. Según el autor, es lo mismo que si
se gobernase bajo la ley del más fuerte: apuntando a que esta modalidad refiere al Estado
de naturaleza y debía de ser abandonada. A esto también podríamos conectar una célebre
frase que realizó, “la libertad es que nadie me mande”, lo cual apunta a que son todos
iguales ya que son todos libres (con sus matices: tengamos en cuenta que son excluidos en
el texto de Locke las mujeres, los esclavos, los sectores más postergados de la
sociedad…).
Locke va a ser crítico con la figura de la propiedad privada, emergente para ese
entonces entendiendo que el capitalismo apenas comenzaba a asomarse. Lo que le
disgusta a Locke es el hecho de que existan productos sin vender, que son dejados a
merced (ejemplo: árboles de manzanas que no son tocados por los propietarios y dejan que
éstas se pudran). Al mismo tiempo, afirma que “la cantidad de propiedad puede generar
desigualdad”, remitiendo a una cantidad desmedida, claro está.
A pesar de esto último, Locke es claramente liberal, se ha llegado a afirmar que es
considerado incluso uno de los primeros liberales. Por un lado, afirmó que “el Estado se
crea para preservar la propiedad”, pero que aparte “la propiedad es vida, libertad y bienes:
la propiedad en sentido estricto involucra bienes siempre”. Con el objetivo de preservar esto
último, los hombres se juntan, pactan y forman el Estado.
El modelo de Estado que propone el autor es uno mínimo. Este debe ocuparse de pocas
cosas, principalmente debe haber un poder ejecutivo que haga cumplir las leyes y un poder
judicial que juzgue; y finalmente uno federativo que regule las relaciones diplomáticas.
Diferencias entre Hobbes y Locke
Existen varias diferencias entre Hobbes y Locke. Estas son algunas de ellas:
● Mientras que Hobbes plantea un Estado de naturaleza violento, con guerra
constante; lo que va a plantear Locke es que en realidad el Estado de guerra es
apenas una posibilidad, no una constante. Según Locke, el Estado de naturaleza es
un estado pacífico.
● Locke va a afirmar que la vida del otro posee mucha importancia. Hobbes había
afirmado que la vida del hombre, siempre era el derecho fundamental y no debía ser
avasallado.
● Mientras que Locke plantea un Estado mínimo, Hobbes afirma que este debe contar
con el mayor orden posible, y en este sentido debe poseer una presencia fuerte que
lo garantice.
Rousseau.
Jean Jacques Rousseau fue un pensador político suizo que también integró la corriente
contractualista. Si tuviéramos que compararlo con los pares de su corriente que
mencionamos previamente, Locke y Hobbes, podríamos decir que el suizo fue el brindó las
ideas más democráticas.
Rousseau va a ver la necesidad de un rol más activo del Estado. Alertado por la
desigualdad que encuentra en Europa, propone que el Estado aplique diversos impuestos
para así poder redistribuir la renta. A diferencia de los otros autores Rousseau no tolera la
desigualdad: su objetivo con el nuevo contrato social que propone en su texto es atenuar
las desigualdades, reducir esta brecha que comenzaba a notarse en el nuevo esquema
social entre ricos y pobres.
Rousseau clasifica la desigualdad en dos tipos: física y moral-social. La moral-social es la
que transcurre en el período en el cual el autor es contemporáneo: es una desigualdad que
distingue de religiones, creencias, color de piel y capacidad económica o de poder. Se
genera porque algunos tienen más que otros y lo conservan así, sin importar el sufrimiento
ajeno, hambruna o enfermedad del prójimo.
Mientras que la desigualdad física es natural en tanto distingue fuerza y capacidades
corporales. Esta le pertenece al hombre natural y no al moderno, ya que determina la
supervivencia, refugio y capacidad reproductiva y no discrimina por religiones, creencias o
color de piel. Además, el hombre natural tiene la capacidad (según Rousseau) de la
perfección, la cual se adquiere al mejorar las herramientas, construir y mejorar cualidades
físicas. Otra característica del hombre natural sería que, en tanto que es un animal, no tiene
miedo a morir y por lo tanto no es vanidoso ni egoísta, aunque sí existe un deseo de
autoconservación instintivo de lucha o huida.
Dentro de la corriente igualitaria que posee Rousseau, hallamos también su pensamiento
democrático, ya que sostenía que todos debían formar parte de la elaboración de la ley, lo
cual explica porque Rousseau se encuentra a favor del Estado democrático: para que los
ciudadanos voten al poder legislativo. Esto no coincide con el ejecutivo, el cual debe ser
elegido por una asamblea (por eso es que Rousseau no cree en un gobierno democrático)
y simplemente debe encargarse de que se cumpla la ley.
La sociedad civil planteada por Rousseau crea una desigualdad que está establecida por
convención. Esta desigualdad es producto del pacto en hombres que determina la sociedad
civil en una “trampa” perpetuada por los poderosos sobre los pobres, de modo que puedan
conservar su poder, riqueza, y pertenencias. Ahora, ¿cómo surge la sociedad civil?
Rousseau plantea que cuando los humanos se juntan con otros para crear grupos con un fin
de supervivencia (impulsada por el deseo de autoconservación y por una mejor calidad de
vida, además de estar ligado al concepto de que el humano puede alcanzar la perfección
mediante mejoras y herramientas) empiezan a surgir actividades colectivas como la
ganadería y agricultura, las cuales reemplazan el instinto natural humano de la caza a mano
con otros animales, y crean una idea abstracta de propiedad y pertenencia, un concepto de
querer lo ajeno y querer más que lo que posee el prójimo.