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TECTÓNICA TERRESTRE

Existen diversas teorías que tratan de explicar la conformación continental. La primera de ellas, se remonta la siglo XIX,
cuando Antonio Snider-Pellegrini , expuso la idea de que los continentes alguna vez estuvieron juntos y se habían estado
separando paulatinamente, pero fue el meteorólogo Alfred Wegener, en 1912, quien propuso esto como una verdadera
hipótesis científica: denominada la Deriva Continental, en su publicación El Origen de los Continentes y los Océanos.
Esta hipótesis proporcionaba evidencias de que los límites de África y América del Sur encajaban de manera casi perfecta,
también presentaba los patrones de distribución biogeográfica que relacionaban continentes tan distintos y lejanos como
África, América del Sur y Australia, y algunas evidencias geomorfológicas como la presencia de las mismas formaciones
geológicas a ambos lados del Océano Atlántico a como es el caso de la Cordillera de los Apalaches y la región de los paí ses
Ecandinavos.
La teoría de Wegener proponía que hacia finales del Carbonífero (aprox. 300 m.a.), todos los continentes actuales formaban
parte de un supercontinente, al que llamó "PANGEA", rodeado por un océano que cubría el resto de la superficie de la Tierra.
La teoría de Weneger indicaba que PANGEA empezó a fragmentarse, primero en dos supercontinentes, Gondwana al sur y
Laufasia al norte, y a continuación en los actuales continentes, que empezaron a separarse. La teoría de Wegener no supo
explicar lo que originaba el movimiento de los continentes, debiendo enfrentar la concepción aceptada de que el planeta era
una masa única e inmóvil, lo que hizo que la teoría fuera fuertemente criticada y no tuvo aceptación dentro de la comunidad
geológica.

Algunas décadas después de la segunda guerra mundial , se realizaron investigaciones relacionadas con el magnetismo
térmico remanente de las rocas y se comprobó un cambio en la orientación magnética de las rocas de una misma formación.
Lo único que podía explicar este hecho era que, atraída por el polo magnético, la magnetita presente en las rocas, se situaba
en dirección Norte durante el proceso de solidificación. Una vez fija en esa posición, y a medida que los continentes se
desplazaban la magnetita perdía su orientación Norte, y si la formación era separada por un proceso de divergencia, es así
como según la trayectoria del desplazamiento de cada capa, la orientación final presentada por la magnetita en las rocas sería
diferente. Esto sirvió de base científica para apoyar la hipótesis de que los continentes se habí an desplazado durante la
historia del planeta.

La expansión de los fondos oceánicos

Según Colmes, los continentes eran arrastrados por corrientes de convección en el manto terrestre, simulando una cinta
transportadora. Hess propone un modelo, donde las dorsales oceánicas, son zonas de afloramiento de nueva corteza oceánica
y las fosas, las zonas de hundimiento (subducción). Con esto explicaba las altas temperaturas y la mayor gravedad de las
dorsales oceánicas; la disposición en bandas paralelas de la corteza oceánica, la menor gravedad de las fosas oceánicas, el
mayor espesor de los sedimentos justo antes de la fosa oceánica, y la alta sismicidad de dorsales y fosas. Es decir, que la
acumulación de sedimentos en los fondos oceánicos y el aumento de la densidad, producto de la contracción térmica al
enfriarse la corteza, provocan un aumento del peso de la corteza en esas zonas, generando el hundimiento de la corteza y
facilitando el proceso de subducción.

De esta manera, confirmaba el modelo de Holmes sobre las corrientes convectivas del manto. Las dorsales se corresponden
con los flujos ascendentes, la corteza con el flujo horizontal superior y la subducción de la fosa con el flujo descendente de la
corriente convectiva. La depresión de la cima de las dorsales se debe a que el flujo ascendente se bifurca en dos direcciones,
que es donde alcanzan el máximo. Los terremotos se deben a que la corteza, de rocas rígidas se rompe al cambiar de
dirección y los volcanes son magma procedente del manto que se cuela entre las fallas de las rocas. De esta manera, la corteza
oceánica se expandirá, con el tiempo, separando los continentes.

Poco después Robert Dietz completó la teoría fijando así el nuevo paradigma. La expansión del fondo marino se debe a que la
corteza, junto con la parte superior del manto forma una capa rígida llamada litosfera y que tienen un espesor de 70
kilómetros . Esta capa flota sobre la astenósfera que es la capa dúctil en la que se producen los movimientos convectivos.
Así pues, una placa es un fragmento rígido de litosfera, es decir la corteza oceánica, la corteza continental y la parte superior
del manto. La litosfera está formada por un número reducido de placas más o menos grandes. Estos fragmentos son rígidos,
pasivos, inactivos y se mueven sobre el manto. Sin embargo, en la zona de contacto entre placas se rompen generando
terremotos, vulcanismo y deformaciones en la corteza continental (orogénesis). Los límites de una placa son: La dorsal
oceánica, la fosa oceánica y determinadas fallas transformantes. En una placa se pueden dar tres movimientos: de separación,
a lo largo de las dorsales oceánicas, de aproximación a lo largo de las fosas, y de deslizamiento, a lo largo de las fallas
transformantes.
Con este esquema los continentes se comportan de forma pasiva, siendo transportados encima de la corteza oceánica. Así
pues, no son los continentes los que se mueven aunque sí son transportados. Y además los fondos oceánicos son mucho más
jóvenes, debido a este mecanismo de continua creación y destrucción (máximo 150 millones de años). Para que el radio de la
Tierra no se incremente, debido a la expansión de los océanos, además de la creación también debe haber destrucción de la
corteza oceánica. Esto es cierto debido a que se ha comprobado en reiteradas ocasiones que cuanto mayor es la distancia de
una isla volcánica a la dorsal oceánica más antigua será. Además que las islas volcánicas alejadas de las dorsales están
inactivas porque han perdido el contacto con el flujo ascendente del manto; y también son más bajas, ya que están más
erosionadas, sin embargo esto es más relativo. El espesor de la litosfera en la corteza oceánica es de unos 50 - 150 kilómetros,
mientras que en la corteza continental es de unos 100 - 200 kilómetros.

En 1965 Edward Bullard comprobó que la coincidencia entre las costas de los continentes es casi absoluta a una profundidad
de unos 2.000 metros. Bullard logró reconstruir idealmente el continente de Pangea, rodeado de un gran océano, Pantalasa, y
con un mar que se internaba desde el este, el mar de Tetis. La tectónica de placas no sólo explica los terremotos y los
volcanes, sino también, las grandes cadenas montañosas. El contacto entre placas da lugar a tres situaciones:
1.- La subducción de una plaza oceánica por debajo de otra, lo que da lugar a un arco de islas volcánicas (Islas del Caribe),
que incluso puede hacer aflorar la corteza oceánica.

2.- La subducción de una placa oceánica por debajo de una corteza continental, provoca la elevación de grandes cadenas
montañosas en el continente (los Andes y las Rocosas).

3.- La subducción de las placas de corteza continental, una bajo la otra, que produce grandes cordilleras como el Himalaya.
Además, la comprensión de los materiales sedimentados en el borde genera grandes pliegues.

La última gran dorsal, aún en formación, es el valle del Rift, de donde toman el nombre las depresiones de la cima de las
dorsales, desde los grandes lagos africanos, hasta el mar muerto. Se considera que en un futuro esa dorsal continúe
expandiéndose y forme un nuevo océano. En la actualidad existen siete placas principales: pacífica, norteamericana,
suramericana, africana, euroasiática, indoaustraliana y antártica; y otras siete menores: arábiga, del Caribe, de Nazca, de
Cocos, Filipina, del Irán y del Atlántico sur. No obstante, las placas pueden romperse o fundirse, y así cambiar su número.

Puntos calientes:
Además del mecanismo convectivo en el manto, se dan también otras formas de ascenso en el terreno denominados puntos
calientes, los cuales, generan en medio de las placas fenómenos volcánicos, como las islas de Hawai, Canarias o Yelowstone,
aunque no son permanentes, como el Campo de Calatrava (España). Los puntos calientes son un problema para el esquema de
células convectivas, ya que si hay una corriente ascendente le debería corresponder otra descendente.

Hoy en día se considera que no son necesarias células convectivas completamente cerradas como las de la atmósfera sino que
existen columnas ascendentes y columnas descendentes con capacidad para empujar horizontalmente las placas. Las
columnas descendentes, tendrán capacidad para arrastrar la litosfera hacia el manto. En general se tendería a la célula
convectiva pero no sería absolutamente necesario. El problema de este modelo es que deberían existir puntos fríos igual que
los calientes, cosa que no se ha constatado. Los puntos calientes se consideran como el nacimiento de una nueva dorsal
oceánica

Falla

En geología, una falla es una discontinuidad que se forma por fractura en las rocas superficiales de la Tierra (hasta unos 200
km de profundidad) cuando las fuerzas tectónicas superan la resistencia de las rocas. La zona de ruptura tiene una superficie
generalmente bien definida denominada plano de falla y su formación va acompañada de un deslizamiento de las rocas
tangencial a este plano.

El movimiento causante de la dislocación puede tener diversas direcciones: vertical, horizontal o una combinación de ambas.
En las masas montañosas que se han alzado por movimiento de fallas, el desplazamiento puede ser de miles de metros y
muestra el efecto acumulado, durante largos periodos, de pequeños e imperceptibles desplazamientos, en vez de un gran
levantamiento único. Sin embargo, cuando la actividad en una falla es repentina y brusca, se puede producir un gran
terremoto, e incluso una ruptura de la superficie terrestre, generando una forma topográfica llamada escarpe de falla. El 18 de
abril de 1906 la falla de San Andrés llamó dramáticamente la atención del mundo con un devastador terremoto de magnitud
8.1 en San Francisco, California. Esta gigantesca falla es el área de contacto, o frontera, entre dos de las grandes placas
tectónicas: la del Pacífico y la de Norteamérica

Elementos de una falla


 Plano de falla: Plano o superficie a lo largo de la cual se desplazan los bloques que se separan en la falla. Con
frecuencia el plano de falla presenta estrías, que se originan por el rozamiento de los dos bloques.
 Labio levantado: También llamado Bloque Superior, es el bloque que queda por encima del plano de falla.
 Labio hundido: También llamado Bloque Inferior.

Las siguientes características nos permiten describir las fallas:

 Dirección: Ángulo que forma una línea horizontal contenida en el plano de falla con el eje norte-sur.
 Buzamiento: Ángulo que forma el plano de falla con la horizontal.
 Salto de falla: Distancia entre un punto dado de uno de los bloques (p. ej. una de las superficies de un estrato) y el
correspondiente en el otro, tomada a lo largo del plano de falla.
 Escarpe: Distancia entre las superficies de los dos labios, tomada en vertical.
 Espejo de falla: es la superficie plana aunque con declive, que se produce a lo largo del escarpe de falla
 Facetas triangulares: son espejos de fallas que muestran el corte producido en una fila montañosa cuando la falla se
presenta en forma perpendicular a la dirección de dicha fila montañosa. Tanto la parte hundida como el propio espejo de
falla tienen aspecto triangular, de aquí su nombre.

Fallas activas e inactivas

Una falla es activa cuando deforma sedimentos cuaternarios, es decir cuando muestra evidencias de movimientos durante los
últimos 1,8 millones de años. Algunas fallas activas suelen tener terremotos asociados lo que demuestra que siguen
funcionando. El deslizamiento puede ser repentino en forma de saltos lo que da lugar a sismos y ocurre un proceso que es el
de que dos fallas chocan ,y al chocar producen sismos seguido de periodos de inactividad. Los sismos más grandes han sido
originados por saltos de 8 a 12 m. El deslizamiento también puede darse de manera lenta y continua, solo perceptible con
instrumentos tales como estaciones GPS después de varios años de observaciones. El primer tipo son fallas sísmicas
mientras que el segundo son asísmicas o reptantes. Sin embargo, al considerar intervalos grandes de tiempo del orden de
miles de años, ambos tipos se desplazan a velocidades promedio de unos cuantos milímetros a unos cuantos centímetros por
año. Un ejemplo es el sistema de fallas de San Andrés en el sur y centro de California en EUA, el cual ha generado los
terremotos de San Francisco (M=8,2, en la escala de Richter) en 1905, Los Ángeles (M=6,5) en 1993 y recientemente Hector
Mine (M=7) en 1999 y San Luis Obispo (M=6,2) en 2004. La fallas de la parte central del sistema San Andrés, por otra parte,
se deslizan asísmicamente. También existen fallas antiguas inactivas creadas en eras geológicas pasadas y que sobreviven
como estructuras fósiles hasta nuestros días (ver figura arriba). Estas no representan ningún peligro para poblaciones
cercanas.

Clasificación de fallas de acuerdo a su movimiento

Falla inversa.

Las fallas se clasifican en tres tipos en función de los esfuerzos que las originan y de los movimientos relativos de los
bloques:

 Falla inversa. Este tipo de fallas se genera por compresión . El movimiento es preferentemente horizontal y el plano de
falla tiene típicamente un ángulo de 30 grados respecto a la horizontal. El bloque de techo se encuentra sobre el bloque
de piso. Cuando las fallas inversas presentan un manteo inferior a 45º, estas pasan a tomar el nombre de cabalgamiento.

 Falla normal. Este tipo de fallas se generan por tracción . El movimiento es predominantemente vertical respecto al plano
de falla, el cual típicamente tiene un ángulo de 60 grados respecto a la horizontal. El bloque que se desliza hacia abajo se
le denomina bloque de techo, mientras que el que se levanta se llama bloque de piso. Otra manera de identificar estas
fallas es la siguiente. Si se considera fijo al bloque de piso (aquel que se encuentra por encima del plano de falla) da la
impresión de que el bloque de techo cae con respecto a este. Conjuntos de fallas normales pueden dar lugar a la
formación de horsts y grábenes.

 Falla de desgarre, en dirección, o transcurrente. En esta tipología el componente vertical del salto es despreciable y el
movimiento predominante es horizontal . Se distinguen dos tipos de fallas de desgarre: dextral y sinistral. Situándose el
observador en cualquiera de los bloques y mirando hacia dónde se desplaza el otro , son dextrales aquellas donde el
movimiento relativo de los bloques es hacia la derecha, mientras que en las sinistrales, ocurre al contrario.

No se deben confundir con las fallas transformantes, que están asociadas al concepto de borde transformante de la teoría de
tectónica de placas, ni con las fallas transversales, que son aquellas que permiten acomododar movimientos diferenciales de
los bloques a lo largo de un plano de falla.

 Falla rotacional o de tijeras. Es la que se origina por un movimiento de basculamiento de los bloques que giran
alrededor de un punto fijo, como las dos partes de una tijera.
 Falla oblícua. Es aquella que presenta movimiento en una componente vertical y una componente horizontal.
Asociaciones de fallas

Las fallas se pueden presentar asociadas en una serie de estructuras:

 Fallas escalonadas: conjunto de fallas normales de planos paralelos.


 Escamas tectónicas: conjunto de fallas inversas de planos paralelos.
 Pilar tectónico: conjunto de fallas normales que forman una estructura convexa.
 Cadena cabalgante: conjunto de fallas inversas que forman una estructura convexa.
 Fosa tectónica (graben): conjunto de fallas normales que forman una estructura cóncava.
 Macizo tectónico (horst): asociación de pilares tectónicos y fosas tectónicas, alternativamente.
 Manto de corrimiento: pliegue recumbente en el que se ha llegado a producir una falla entre el flanco superior y el
inferior, de modo que aquel se desplaza sobre éste.

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