Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
30 de diciembre de 1899 .
EL JEFE DE LA BANDA.
Desde tiempos inmemoriales, la historia de México ha estado marcada por episodios políticos
que han dejado huella en la memoria colectiva. En este vasto escenario de acontecimientos,
surge una obra que se erige como testigo y narrador de los avatares del poder mexicano: "El Jefe
de la Banda". Escrito por José Elías Romero Apis, este libro se erige como un compendio
político que abarca desde la era de Carranza hasta el gobierno de Calderón, revelando vivencias,
anécdotas y la cercanía del autor con las figuras que han moldeado el destino del país en los
El mérito de esta obra radica en su capacidad para trascender las barreras temporales y
exhibir las luces y sombras del sistema político mexicano durante la última centuria. Sin
embargo, como cualquier relato impregnado de subjetividad, el libro no escapa de las filias y
fobias de su autor, quien valora de manera particular algunos sucesos que marcaron la historia
del país. A través de sus páginas, se entretejen descripciones de lo limpio y lo sucio, lo eficaz y
político nacional.
No obstante, en medio de este vasto panorama, emerge un punto de quiebre en las páginas
375 y 376 del libro, una condena histórica que Romero Apis considera injusta, absolutamente
El jefe de la banda. 2
injusta. Aquí, la trama se complica, y el lector se ve inmerso en una travesía que desafía la
regalándola al Partido Acción Nacional (PAN). Según el relato, este acto se habría consumado
nombramiento "en blanco" enviado a los panistas para que lo llenaran según su conveniencia,
El autor, lejos de asumir una posición neutral, se sumerge en la crítica alegando dos
circunstancias atenuantes que eximen su responsabilidad: la torpeza del gobierno para informar
En este punto, es crucial analizar las circunstancias y el testimonio del propio Romero Apis
para arrojar luz sobre la veracidad de la acusación. El autor revela que, en 1994, Zedillo le
ocasiones. Para persuadirlo, Zedillo convocó al entonces presidente del PAN, Carlos Castillo, a
una reunión en la que también estuvo presente Gabriel Jiménez Remus. Durante este encuentro,
una alusión al PAN por parte de Castillo desató la molestia de Zedillo, quien aclaró que su
Es en este contexto que el presidente solicita a Romero Apis sugerir un candidato, siendo
Rafael Sánchez Miranda la opción propuesta por el autor. Aquí emerge la discrepancia con la
versión expuesta en "El jefe de la Banda": el autor niega haber sugerido o anotado al licenciado
Este testimonio, que surge como un eco de la campaña de Romero Apis en 1994, donde
abogaba por "un México sin mentiras", plantea interrogantes cruciales sobre la veracidad de la
acusación contra Zedillo. Más allá de las filias y fobias, el lector se enfrenta a la complejidad de
discernir entre la versión oficial de los hechos y la narrativa personal del autor.
En última instancia, "El jefe de la Banda" se erige no solo como un compendio histórico y
político, sino como una reflexión sobre la construcción de la verdad histórica y las injusticias
que pueden emerger en el entramado del poder. A medida que el lector se sumerge en sus
páginas, queda desafiado a cuestionar las versiones aceptadas y a explorar la complejidad de los
humanidad que se entrelaza con el peso de un cargo monumental. En el México del siglo pasado,
el presidente no solo ostentaba el poder institucional sino también una serie de facultades
implícitas, un conjunto de roles que iban más allá de las páginas constitucionales.
El jefe de la banda. 4
Dos elementos claves, hoy en día desdibujados, otorgaban a la Presidencia mexicana una
jefatura de Estado, gobierno, fuerzas armadas y política exterior. En segundo lugar, facultades no
No obstante, la trama se complica cuando nos sumergimos en la dualidad del individuo que
un ser humano con sus propias creencias, personalidad y "estilo". Este "estilo" se manifiesta de
presidencial mexicana. Adolfo Ruiz Cortines, por ejemplo, era consciente de esta dualidad y, de
opiniones más informales. Charles De Gaulle también adoptaba esta perspectiva al referirse a sí
poder, los honores y el ceremonial son solo accesorios. El buen ejercicio presidencial radica en
la habilidad del mandatario para distinguir sus límites y los de sus subalternos, un reflejo de su
En el contexto actual, donde las puertas de la política parecen entreabiertas, la metáfora de las
realidad con la ensoñación, refleja una falta de claridad en la toma de decisiones y puede
ensueño.
las facultades constitucionales con la personalidad del individuo que la ocupa. La dualidad entre
el presidente como ciudadano y como mandatario ha sido una constante en la historia política
mexicana, requiriendo una habilidad única para equilibrar las responsabilidades institucionales
con la autenticidad personal. Solo a través de esta conciencia dual puede el presidente ejercer su
poder de manera efectiva y orientada a la realidad, evitando caer en las trampas de la política-
Bibliografía:
José Elías Romero Apis (2015) El jefe de la Banda. México: Plaza y Valdés Editores