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UNIVERSIDAD POLITECNICA TERRITORIAL AGROINDUSTRIAL

DEL ESTADO TACHIRA

FRANKLIN MONSALVE 16123146


LETICIA ZAMBRANO 16094217

San Cristóbal 08 de febrero de 2024


INTRODUCCION

La inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad necesaria para el buen


funcionamiento de la persona, una habilidad que le proporciona conocer sus estados
emocionales, pensar en las emociones y comprender y controlar sus respuestas
emocionales y de comportamiento. En los últimos años las emociones se han puesto de
moda y existe un mayor interés por conocer todo lo relacionado al mundo de los
sentimientos. A esta moda de las emociones se suma el hecho de que cada vez más en
los periódicos, en la televisión, en las conversaciones, surjan comentarios sobre
fenómenos violentos o trágicos (como el suicidio), en donde la persona actúa sin
conocer la causa y después se arrepiente de lo realizado y no entiende cómo pudo
efectuar esa conducta.
Estas situaciones corresponden a los fenómenos psicológicos de autoestima y
autoconfianza, pilares fundamentales del ser humano, ya que ellos configuran la
funcionalidad del individuo.

El mundo empresarial no ha sido ajeno a esta tendencia y ha encontrado en la


inteligencia emocional una herramienta inestimable para comprender la productividad
laboral de las personas, el éxito de las empresas, los requerimientos del liderazgo y hasta
la prevención de los desastres corporativos.
Para entender más sobre el tema de las emociones tanto en la vida cotidiana como en
el mundo laboral, es necesario adentrarnos en el libro, (INTELIGENCIA EMOCIONAL del
autor Daniel Goleman).
RESUMEN

(El libro de Inteligencia Emocional escrito por Daniel Goleman)

Interpreta las emociones como respuestas psicofisiológicas que son propias y básicas de
los individuos como consecuencia de estímulos internos o externos, tales como miedo,
alegría, tristeza, enfado, asco, curiosidad, admiración, sorpresa, culpa y seguridad, entre
otras. El mismo inicia su propuesta referenciando a Aristóteles demostrando que desde
la antigüedad el hombre se ha interesado en ejercer control sobre sus emociones.

Igualmente resulta interesante analizar que Goleman manifiesta en su libro que la


inteligencia emocional guarda una estrecha relación con el coeficiente intelectual como
dato genético, por ello él se pregunta ¿Por qué típicamente el alumno intelectualmente
más inteligente, con las mejores notas, no termina siendo el adulto que más éxito tiene
en su trabajo? En respuesta a esta pregunta el autor dice que el coeficiente intelectual
de una persona, depende fundamentalmente de factores genéticos y la calidad de
estímulos; es por ello, que una persona inteligente emocionalmente, tal vez no tenga
una gran cultura, o un lenguaje florido, o los conocimientos y memoria de un intelectual,
pero tiene la cognición para conectar sus sentimientos, el arte de conocer el mundo, es
creativo, sabe “llegar” a las personas, posee un encanto irresistible, sabe cuándo, dónde
y en qué forma enviar sus mensajes, y puesto que nuestra vida acontece en un universo
de relaciones humanas, obtiene en la emoción una mejor calidad de vida. Otro aspecto
importante según Goleman es que existen dos actitudes morales como son el
autocontrol y el altruismo, que tratan de procurar el bien de las personas de manera
desinteresada, incluso en contra del interés propio; destacando en la parte I, que el
cerebro emocional, a lo largo de la prehistoria y la historia de la humanidad a través de
la supervivencia de las especies ha marcado la autoinmolación parental como el éxito
reproductivo; por ejemplo, la urgencia por salvar al hijo amado, esto lleva a los padres a
ir más allá de su instinto de supervivencia individual; desde el punto de vista intelectual
se trata de un sacrificio, pero desde el corazón es la única alternativa posible.

Ahora bien, Goleman cita el código de Hammurabi que contiene 282 leyes escritas por
escribas en doce tabletas, donde se regula la vida social estableciendo un sistema penal,
basado en la conocida “Ley del Talión”, o lo que es lo mismo “ojo por ojo, diente por
diente”. Todo esto con el propósito de moderar la vida emocional presentando al mundo
moderno recursos emocionales adaptados a las necesidades, y si bien es cierto, que en
la constante evolución del hombre la satisfacción de una necesidad conlleva a la
creación de una nueva, hace que el ser humano racional viva en una constante variación
de acuerdo a las situaciones o emociones vividas en cada circunstancia de su vida. Lo
que realmente el autor quiere dejar claro en este apartado es que las emociones son
impulsos que permiten actuar como reacciones automáticas o como sensores del
cuerpo humano que se activan en determinados escenarios y que se han surgido a través
de la evolución. En este mismo orden de ideas, se analiza la importancia biológica de las
emociones, ya que cada una de ellas desempeña un rol generando respuestas
diferentes, por ejemplo, el enojo, el miedo, la felicidad, el amor, todas ellas generan
predisposiciones biológicas que son moderadas por las experiencias y la cultura vivida.

Igualmente, el autor manifiesta que


existen dos mentes una que piensa y
otra que siente, lo que significa que
algunas veces somos conscientes y
otras impulsivos constituyéndose un
equilibrio en la vida emocional, sin
embargo, este equilibrio puede
fracturarse y allí se desencadena el
secuestro de la mente racional,
donde el vínculo de la memoria y el
sentido del olfato, representan una
estrecha relación del sistema límbico
En relación al párrafo anterior Goleman
en el complejo mundo del ser
describe la risa como una reacción límbica, y
humano, evidenciado desde la también expresa que estas pueden o no ser
prehistoria. peligrosas, lo que hace reflexionar a que
todas las emociones biológicas de la mente
obedecen a los sentimientos arraigados por los pensamientos. Así podemos decir que
los sentidos son los sensores del cuerpo, lo que se ve, lo que oye, lo que se toca, trasmite
señales al cerebro y este las procesa organizándola tal cual como se perciben
almacenando recuerdos, incluso desde los primeros años de vida, convirtiéndolos en un
aprendizaje emocional. Sin embargo, este autor referencia en su libro al Dr. Damasio
quien concluye contradictoriamente que los sentimientos son indispensables para
tomar decisiones racionales, ya que permiten obtener el mejor beneficio de las
situaciones. Otro aspecto atractivo en este libro es que indica que la inteligencia
académica no es factor determinante en la vida emocional, por ejemplo, puede ser el
mejor estudiante, con un nivel académico alto, pero finalmente puede cometer un acto
tonto, que lo deja en un status cuestionable. Pero el verdadero interés de este libro es
que la característica más importante de la inteligencia emocional es la capacidad de
motivar la preservación del control de impulsos a pesar de las frustraciones, esto quiere
decir que la inteligencia emocional es más decisiva en el ser humano que el propio
coeficiente intelectual. En otras palabras, al igual que en cualquier especialidad como
matemática, geografía u otra ciencia, la vida emocional es el escenario que le permite a
cada individuo según sus habilidades y destrezas prosperar o fracasar y por eso existen
muchas formas de alcanzar las metas u objetivos propuestos en la vida. Un ejemplo muy
práctico es que en la actualidad observamos personas sin un nivel académico elevado,
pero con los recursos económicos para constituir negocios y empresas donde contratan
personal calificado para la realización de las tareas. Y muchas veces nos preguntamos
como hizo esta persona para obtener el recurso económico que le permitió establecer
ese emporio, muy fácil, a través de su inteligencia emocional desarrollo estrategias para
progresar y alcanzar el éxito. Otro autor como Gardner insiste en la preponderancia del
pensamiento sobre el sentimiento, igualmente, manifiesta que la confusión y la
violencia dependen de las aptitudes emocionales y sociales siendo de vital importancia
para la vida cotidiana la inteligencia intrapersonal, lo que hace imperante que las
escuelas se ocupen del desarrollo de la inteligencia personal en la educación de los
niños. Otros autores consideran que la emoción e inteligencia son términos
contradictorios y definen un individuo inteligente por sus habilidades y destrezas sin
importar el coeficiente intelectual. En resumen, el Coeficiente intelectual y la
inteligencia emocional solo son conceptos diferentes y no conceptos contrapuestos. Sin
embargo, otras teorías formuladas como la de John Mayer sobre la inteligencia
emocional dice que se trata de ser consciente de sí misma, lo que permite a las personas
ser autónomas y seguras. En otro contexto, algunos estados de ánimo tienen sus
facetas positivas como por ejemplo la tristeza, aunque todas las personas quieren
evitarla, mientras que la depresión solo genera aspectos negativos como frustración,
confusión, sin embargo, hay personas con recursos internos que les permite manejar
estrategias para modificar su ánimo. Por otra parte, existen elevadores del estado de
ánimo como el llanto, el cual puede calmar la angustia, así como existen técnicas y
practicas naturales que le permiten a una persona cambiar su estado de ánimo

El entusiasmo,
la aptitud maestra para la vida

Las emociones se encuentran en el centro de la existencia; la habilidad del individuo


para manejarlas actúa como un poderoso predictor de su éxito en el futuro. La capacidad
de pensar, de planificar, concentrarse, solventar problemas, tomar decisiones y muchas
otras actividades cognitivas indispensables en la vida pueden verse entorpecidas o
favorecidas por nuestras emociones.

Así pues, el equipaje emocional de una persona, junto a su habilidad para controlar y
manejar esas tendencias innatas, proveen los límites de sus capacidades mentales y
determinan los logros que podrá alcanzar en la vida. Habilidades emocionales como el
entusiasmo, el gusto por lo que se hace o el optimismo representan unos estímulos
ideales para el éxito.

En un estudio citado por Daniel Goleman en el libro, se descubrió que la esperanza hace
que las personas se pongan objetivos más altos y a que trabajen más duro por ellos. La
esperanza es la creencia de que tienes la voluntad y la capacidad para lograr tus
objetivos, cualquiera que estos sean.

Daniel Goleman menciona otro estudio en el libro, realizado por el psicólogo Martin
Seligman, en donde se descubrió que el optimismo impacta positivamente la inteligencia
emocional de las personas. Las personas optimistas ven el fracaso como algo que
pueden cambiar, mientras que los pesimistas toman la culpa del fracaso y creen que es
imposible cambiar la situación.

La empatía, ponerse en la piel de los demás

La capacidad de entender cómo se sienten los demás juega un papel importante en las
diversas áreas de la vida; desde las ventas hasta el liderazgo; desde el romance hasta la
paternidad; desde la compasión hasta las acciones políticas.

La ausencia de empatía es importante también. Esta ausencia de empatía es


comúnmente vista en los psicópatas, violadores, y abusadores infantiles.

Es la empatía hacia las posibles víctimas la que te permite compartir la angustia de


quienes sufren, están en peligro o desvalidos. Estos sentimientos son lo que te impulsan
a ayudar.

Según Hoffman la empatía se desarrolla desde la infancia en una edad temprana, Incluso
se ha demostrado que, desde los primeros días de vida, los bebés se muestran afectados
cuando oyen el llanto de otro niño, lo cual ha sido considerado
por algunos como el primer antecedente de la empatía.
Enemigos íntimos

Sigmund Freud mencionó que la


capacidad de amar y de trabajar son
indicadores que señalan el logro de la
plena madurez. Pero de ser cierta esta
afirmación, el bajo porcentaje de
matrimonios y el alto porcentaje de
divorcios, volverían a la madurez en una
etapa de la vida en peligro de extinción.

Los hombres y las mujeres son criados de formas muy diferentes. Normalmente, a las
mujeres se les explica desde pequeñas más acerca de las emociones y cómo controlarlas.

Esto se debe a razones biológicas y la infancia en donde crecen las niñas como los niños.

Durante el periodo de infancia las lecciones emocionales que le daban a los niños y las
niñas eran muy distintas entre sí. Los padres hablan más de emociones con sus hijas que
con sus hijos (es por eso que las niñas tienen más información sobre el mundo
emocional).

Esta diferencia en la educación emocional termina creando aptitudes muy distintas:

 Las chicas se enfocan en indicadores emocionales, expresar y en comunicar sus


sentimientos.

 Mientras que los chicos se enfocan en minimizar las emociones que se refieren
a la vulnerabilidad, culpa, miedo y dolor.

De tal forma los psicólogos afirman que las mujeres son más emocionales que los
hombres. Con esto se puede deducir que las mujeres suelen llegar al matrimonio con un
mayor dominio de sus emociones mientras que los hombres lo hacen con una escasa
idea de lo que esto significa para la estabilidad de la relación.

Daniel Goleman ofrece los siguientes consejos para tener una buena inteligencia
emocional en el matrimonio:

1. Llegar a un acuerdo acerca de cómo estar en desacuerdo. Así, tanto el hombre


como la mujer podrán superar las diferencias emocionales que tienen debido a su
género.

2. Evita dar críticas enfocadas en hacer daño. Evita decirle a la pareja cosas solo para
hacerle daño. Es mejor decirlo todo en forma de retroalimentación, y compartir
cómo te sientes como consecuencia de lo que el otro hace.
3. Ser optimista, busca entenderlo, en vez de echar culpas.

4. Evita el tren de pensamientos tóxicos. Cuando detectes un tren de pensamientos


negativos sobre tu cónyuge, detenlo, no lo alimentes.

Una puerta abierta a la oportunidad

La vida familiar es la primera escuela para el aprendizaje emocional. Es ahí donde se


aprende a pensar en los sentimientos, en la respuesta y en expresar tanto nuestras
esperanzas y miedos.

Lo que los padres enseñan a sus hijos acerca de las emociones tiene consecuencias
permanentes en la vida emocional de los hijos.

Esos primeros años de vida son cruciales, El aprendizaje emocional no solo viene a través
de lo que los padres dicen o hacen a sus hijos, también vienen de los modelos que les
ofrecen para manejar sus emociones.

Puede haber padres que sean unos grandes maestros y otros que fallen en esta tarea.
Lo importante es que vean lo vital que es el comportamiento en la que la vida emocional
de los hijos.

Los padres ineptos emocionalmente tienen los siguientes estilos:

 Ignoran los sentimientos de sus hijos.

 Consienten a sus hijos: «dale un dulce para que se tranquilice», en lugar de


enseñarles a lidiar con las frustraciones.

 No muestran respeto por la forma en que el hijo se siente. Critican negativamente


y castigan.

Para que un padre pueda enseñarle a su hijo a tener inteligencia emocional, debe él
mismo tener buenas bases sobre el manejo de las emociones.
Traumas y el reaprendizaje emocional

Las impresiones de horror, miedo y angustia en la


memoria pueden permanecer de por vida.

Debido a que estas impresiones y memorias


negativas distorsionan permanentemente a las
personas y a sus emociones, el cerebro puede
sonar alarmas que provocan ansiedad
inexplicable, pérdida de sueño, y pesadillas.

 Las soluciones disponibles para este problema son:

Medicamentos.

 Técnicas de relajación.

Terapia en la que se reviven las situaciones en la mente, con el fin de verlas con otra
perspectiva y así tratar de reaprender las emociones.

 Los niños con ineptitud emocional, en promedio, tienen problemas:

Son antisociales.

Padecen de ansiedad y depresión.

Tienen problemas de atención y pensamiento.

Son violentos y tienden a la delincuencia.

Educando las emociones


Los programas enfocados en enseñar habilidades emocionales específicas (manejo de la
ira, control del estrés, etc.) han resultado bastante efectivos.

Se recomienda que los niños aprendan cosas dependiendo de la edad que tengan, para
que así puedan desarrollar con mayor eficacia su inteligencia emocional.
 Para el primer grado, deberían aprender a identificar las emociones.

 Para el cuarto o quinto grado, se les debería enseñar a desarrollar relaciones con
sus compañeros, así como el control de los impulsos.

 En sexto grado, se les debería enseñar a enfrentar las tentaciones y presiones del
sexo, drogas y alcohol.
CONCLUSION

El libro inteligencia emocional muestra claramente la estrecha relación entre el


pensamiento y la acción, es decir, que toda la vida cotidiana de cada persona tiene
mucho que ver con los juicios morales; con la forma de resolver problemas, con el trato
hacia las demás personas, con el ambiente, con la cultura, y los estados de ánimos son
trasmisibles, por ejemplo cuando alguien se ríe estrepitosamente delante de otros y
estos al ver y sentirse a gusto terminan riendo igual, o por el contrario al llegar a un sitio
donde están molestos y muy serios estos ponen de mal humor al individuo que ingreso.

Igualmente, es explicito el interés del autor en el desarrollo de la inteligencia emocional


debido a que un estudiante capaz de regular sus emociones negativas y mantener las
positivas le será más fácil desarrollar competencias elaboradas relacionadas con la
tolerancia a la frustración o la asertividad (por ejemplo, aceptar las críticas, defender su
postura de forma no agresiva, etc.).

En síntesis, canalizar las emociones hacia un fin más productivo constituye una
verdadera aptitud maestra. Ya se trate de controlar los impulsos, de demorar la
gratificación, de regular los estados de ánimo para facilitar el pensamiento y la reflexión,
de motivarse a uno mismo para perseverar y hacer frente a los contratiempos, de asumir
una actitud optimista frente al futuro, todo ello parece demostrar el gran poder de las
emociones como guías que determinan la eficacia de nuestros esfuerzos y poder
alcanzar así el éxito

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