Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. INTRODUCCIÓN
1
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
todo el poder con que cuenta el Estado?, la política criminal es la llamada a dar la
respuesta.
Existen muchas definiciones de política criminal, pero para estos efectos
entenderemos por tal el conjunto de decisiones relativas a los instrumentos
que regulan la coerción penal (Alberto Binder). Entonces, la actividad político-
criminal que, en último término, desarrolla el propio Estado –por ejemplo, a través
de la elaboración de proyectos de ley, en el seno del Gobierno, concretamente en el
Ministerio de Justicia, o en el Congreso, y luego, en su discusión y aprobación,
también en este último-, consiste en evaluar alternativas de acción en el ámbito del
tratamiento del problema de la delincuencia, y en la toma de decisiones al respecto.
Los instrumentos de que se valdrá el Estado aquí serán determinadas normas: a) las
normas penales, que establecen qué comportamientos deben considerarse delito y
cuáles serán las consecuencias jurídicas de éstos (generalmente las penas); y, b) las
normas procesales, que señalan (1) cómo se determina la existencia de un delito y
las personas que deben responder penalmente de éste, (2) quiénes son los llamados a
intervenir en el proceso de determinación indicado –así, qué tribunales conocerán
del conflicto y quiénes intervendrán en el proceso ante tales tribunales-, (3) en caso
que se declare la existencia de responsabilidad penal de una persona, cuáles serán las
específicas consecuencias jurídicas que deberá sufrir dicho condenado.
Las decisiones de política criminal tienen un contenido valorativo. Es decir,
consisten en actos de voluntad de determinados sujetos –tomemos por ejemplo el
legislador penal-, mediante los cuales existe una expresión de lo que es socialmente
apreciado o buscado. Pues bien, existe un alto grado de cooperación de las normas
penales y procesales en el desarrollo de la política criminal. De aquí se desprenden
dos ideas importantes:
a) Las normas penales y las procesales deben estar coordinadas para la
realización de las metas político-criminales.
Un ejemplo. Desde el punto de vista penal sustantivo, el legislador ha
considerado que no todo condenado a una pena debe cumplir con ella
efectivamente. Tomando en cuenta ciertos factores –así, que se trate generalmente
de una primera condena, y que la pena asignada sea baja-, existe la posibilidad del
llamado cumplimiento sustitutivo, regulado en la Ley 18.216. Pues bien, desde la
perspectiva procesal penal se sigue el mismo principio, y cumpliéndose con similares
requisitos, es posible que el imputado en el proceso sea sometido a una suspensión
condicional del procedimiento (ver art.237 del Código Procesal Penal – CPP).
Otro ejemplo. Se han impuesto ciertas tendencias que tienden a reprochar
particularmente ciertos delitos, como los sexuales o los de tráfico de estupefacientes.
Penalmente, ello se refleja en una expansión de los comportamientos típicos.
Procesalmente, se advierte que el legislador facilita la persecución de tales delitos
con el uso, verbigracia, de agentes encubiertos (ver art.369 ter CP y art.25 de la
L.20.000).
2
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
2. EL PROCESO PENAL
3
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
3. EL PROCEDIMIENTO PENAL
4
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
1. EL SISTEMA ACUSATORIO
5
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
JUEZ
ACUSADOR ACUSADO
2. EL SISTEMA INQUISITIVO
6
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
Esto significa que la persecución penal se inicia y prosigue de oficio, sin que
sea necesario el impulso procesal del interesado.
c) El proceso es secreto.
d) El proceso es escrito.
Esto significa que es el poder central el que indica qué medios de prueba son
admisibles y cuál es su valor probatorio. Con ello, se logra un mayor control vertical
y se impide dar a los jueces un margen significativo de libertad.
7
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
1. PERÍODO DE LA COLONIA
8
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
3. CODIFICACIÓN EN HISPANOAMÉRICA
4. CODIFICACIÓN EN CHILE
9
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
SUMARIO PLENARIO
SENTENCIA
DEFINITIVA:
SOBRESEIMIENTO
ABSOLUTORIA O
CIERRE
PRUEBA CONDENATORIA
ACUSACIÓN
RECURSO:
A.P FISCAL
APELACIÓN
. (SEGUNDA
CONTESTAC
Inicio: INSTANCIA)
IÓN DE LA
• Denuncia ACUSACIÓN
• Querella
• De oficio por el juez
• Requisición (solicitud) del Ministerio Público
a) El sumario
10
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
b) El plenario
11
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
• Su tramitación era ordenada. Aquí sí cabía reconocer ciertas etapas, con sus
respectivos plazos para los actos procesales a que hubiera lugar. Las etapas del
plenario eran tres: (1) discusión, compuesta por la acusación y la contestación de la
acusación (adicionalmente podía actuar también el querellante, si es que lo había);
(2) prueba, regulándose al efecto un término probatorio; y, (3) sentencia; la sentencia
definitiva de primera instancia era susceptible de recurso de apelación y,
generalmente, de consulta.
En materia de prueba, las particularidades de este sistema eran las siguientes:
a) Regía el sistema de prueba legal o tasada. Esto significa:
• Por una parte, que la ley establecía cuáles eran los medios de prueba
admisibles, mediante un listado (art.457 CdPP).
• Por otra, que a dichos medios, ya individualmente o confrontados entre sí,
les señalaba su valor probatorio. Ahora bien, el Art.456 bis CdPP indicaba: “Nadie
puede ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgue haya
adquirido, por los medios de prueba legal, la convicción de que realmente se ha
cometido un hecho punible y que en él ha correspondido al procesado una
participación culpable y penada por la ley”. Esto se conoce como “certeza legal
condenatoria y moral absolutoria”, y significa que, en principio, el juez debe
condenar cuando ha adquirido la convicción de culpabilidad de acuerdo con las
reglas legales de valoración de la prueba pero, si íntimamente, de todas formas no
cree en la culpabilidad del acusado, puede absolverlo.
b) No obstante que hemos señalado la existencia de un período de prueba en el
plenario, era posible –y frecuente- atenerse al mérito de lo obrado en el sumario y
renunciar a la práctica de prueba en el plenario (art.429 CdPP). Con esto, en la
práctica, la etapa que adquiría mayor importancia era el sumario, acentuándose el
carácter inquisitivo del procedimiento.
En el diseño original del CdPP, la investigación estaba a cargo del juez, y la
acusación a cargo de un funcionario del Ministerio Público, denominado “promotor
fiscal”, esto siguiendo la idea francesa del sistema mixto antes explicada. De aquí la
denominación antiguamente usada por los abogados de “acusación fiscal”. Sin
embargo, en 1927 se dictó el DFL 426 que, argumentando su falta de necesidad,
suprimió el cargo de promotor fiscal, disponiendo que el acto de la acusación
debería realizarlo el propio juez, de oficio (art.424 CdPP). Así, el juez que ya tenía
a su cargo las funciones de investigar y dictar sentencia definitiva, ahora
debía también formular la acusación con la que se iniciaba el plenario. Con
ello, se acentuó el carácter inquisitivo de nuestro antiguo sistema. Al acusar y
dictar sentencia se trata de un sujeto que es juez y parte.
Durante el gobierno del Presidente Eduardo Frei Montalva (1964 – 1970), se
elaboró un proyecto de reforma por el profesor Rubén Galecio. Esencialmente
pretendía dos cosas: (1) separar el juez instructor del juez sentenciador, es decir, que
existieran jueces diversos en las distintas etapas del proceso; y, (2) reinstalar el
12
DERECHO PROCESAL PENAL – DIEGO FALCONE S.
Ministerio Público en primera instancia, suprimido por el DFL 426. La idea quedó
paralizada tras el quiebre institucional en 1973.
13