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1. Concepto de intereses.
[inc.1º] C.C) y reputando por tales las sumas recibidas por el acreedor de su
deudor “sin contraprestación distinta al crédito otorgado” cualquiera sea su
justificación, incluidas las pagadas en exceso a las reglamentarias por
servicios directos del crédito (art. 68, Ley 45 de 1990) y, respecto de las
obligaciones pactadas en la normativa del UPAC (vigente hasta 1999 y
sustituida por la UVR o unidad de valor real, ley 546 de 1999) o con cláusulas
ajuste, la corrección monetaria o el reajuste computa como interés (art. 64,
Ley 45 de 1990).
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Cas. civ. sentencia de 24 de febrero de 1975: “…como no se concibe que puedan estipularse
o subsistir por mismos, aisladamente de una obligación principal, y teniendo en cuenta su
naturaleza jurídica, los intereses son siempre una obligación accesoria”.
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Cas.civ. sentencia de 27 de agosto de 2008 [SC-084-2008], exp. 11001-3103-022-1997-
14171-01:“Por interés, se entiende, la contraprestación por el uso o disfrute de cosa de género
y la retribución, rédito, ganancia, rendimiento, provecho o porción equivalente prorrata temporis
en dinero del valor del bien cuya restitución o pago se debe a futuro (intereses remuneratorios)
y la indemnización o sanción impuesta en virtud del incumplimiento de la prestación (intereses
moratorios), esto es, la “utilidad o beneficio renovable que rinde un capital”, “provecho, utilidad,
ganancia”, “valor que en sí tiene una cosa” (Diccionario de la Real Academia Española), “precio
por el uso del dinero” (T. P, FITCH, Dictionary Of Banking Terms, Barron’s, New York, 1990, p.
317), “la renta, utilidad o beneficio que rinde algún dinero, en virtud del contrato o por
disposición legal”, “el beneficio o la cantidad que el acreedor percibe del deudor además del
importe de la deuda” (J. ESCRICHE, Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia,
Librería de la Ciudad de Ch. Bouret, París, 1931), los frutos civiles (art. 717 Código Civil), la
sanción, pena, reparación o indemnización por la mora (art. 1608 Código Civil). En las
obligaciones dinerarias, cuyo objeto in obligatione e in solutione, es el pago de una cantidad de
dinero, interés, es el precio por el uso del dinero durante todo el término de su disfrute o, la
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por tanto, son: (i) El precio, fruto, producto, rendimiento o utilidad del dinero
durante el plazo de su restitución, pago de un capital o de una inversión o, la
pena, resarcimiento e indemnización por la mora debitoris; (ii) una cosa o
bien homogéneo, fungible y susceptible de dominio (iii) una prestación
accesoria cuya existencia pende de otra principal de pagar un capital,
derivada de la ley, el acto dispositivo, rectius, negocio jurídico, o el daño;
periódica por devengarse en unidades de tiempo y proporcional o equivalente
a una parte, cuota o porcentaje del capital.
pena por la mora, expresado siempre en una parte de su valor, ya por disposición legal, ora
negocial hasta el límite normativo tarifado,…”
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Cas.civ. sentencia de 27 de agosto de 2008 [SC-084-2008], exp. 11001-3103-022-1997-
14171-01 :“Nuestro ordenamiento, regula la materia de intereses según se trate de
obligaciones civiles o mercantiles y de negocios, contratos, actos u operaciones de una u otra
naturaleza, distinguiendo los intereses remuneratorios (art. 1617 [1], Código Civil), moratorios
(arts. 1617 Código Civil y 65 Ley 45 de 1990), convencionales (pactados accidentalia negotia
por las partes, artículos 1617, [3], 2229, 2231, 2234 Código Civil; 883, 884, 1163 Código de
Comercio), legales (tarifados y prefijados por la ley, arts. 1617, [1], 2231, 2232 Código Civil;
883, 884, 885, 942, 1163 y 1251 Código de Comercio), usurarios (excesivos de la tarifa legal,
artículos 1617, [3], 2235 Código Civil; 884 [111, Ley 510 de 1999], 886 Código de Comercio;
64[2] Ley 45 de 1990; Dec. 1454 de 1989; 121[3]), Dec. 663 de 1993; 305 Código Penal; 34[3]
Ley 1142 de 2007), corrientes (usuales entre comerciantes de determinado lugar o plaza; arts.
513, 1367, 2171, 2182, 2184, 2318 y 2231 Código Civil; 884, 885, 1163, 1251 y 1388 Código
de Comercio), bancarios (aplicados o acostumbrados por los bancos de cierta plaza durante
un lapso preciso correspondiendo al interés promedio cobrado como práctica general, uniforme
y pública en el crédito ordinario), para microcrédito, crédito de consumo y ordinario (art. 2º Dec.
519 de 2007), a tasa pura, técnica o real (contentiva del costo puro del dinero y el riesgo de la
operación) nominal (contiene el precio del dinero, el riesgo de la operación y el índice de
devaluación o inflación) y efectiva anual (Decreto 663 de 1993, num. 3, parágrafo), dentro de
una terminología sutil e inconveniente”.
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Cas.civ. sentencia de 24 de septiembre de 2001, exp. 5876: “…con relación a los intereses
“legales comerciales … queda excluida la posibilidad de acudir a un tipo de interés distinto al
bancario corriente, … pues ese es el tipo de interés que para los negocios mercantiles
establece el artículo 884 del Código de Comercio”, reiterada en cas.civ.sentencia de julio 15 de
2002, exp. 6972.
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Cas. civ, sentencia de 29 de mayo de 1981, CLXVI, 436 a 438, se dijo: “cuando en la
convención mercantil nada se estipula sobre intereses de plazo o simplemente se guarda
silencio sobre su tasa, se deben intereses bancarios corrientes”.
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Cas. civ. sentencia de 28 de noviembre de 1989 se precisó: “[l]a obligación de pagar intereses
remuneratorios como fruto de las prestaciones dinerarias no opera ipso iure, como acontece
con los intereses moratorios (artículo 883 del Código de Comercio), sino que es
incuestionablemente necesario que la obligación de pagarlos dimane de un acuerdo entre las
partes o de una disposición legal que así lo determine. […] el Código de Comercio, permite el
cobro de intereses remuneratorios o de plazo, pero sólo en aquellos negocios mercantiles "en
que hayan de pagarse réditos de un capital", bien sea por convenio de las partes o por
disposición legal expresa como ocurre, por ejemplo, en los suministros y ventas al fiado, sin
estipulación del plazo, un mes después de pasada la cuenta (artículo 885 del Código de
Comercio), en la cuenta corriente mercantil (C.C., art. 1251), en el mutuo comercial (C. Co., art.
1163), en la cuenta corriente bancaria (C. Co., art. 1388); y determina mediante el artículo 884
la tasa respectiva cuando no se ha estipulado". En idéntico sentido, cas.civ. de 16 de febrero
de 1995.
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Tratándose del préstamo de dinero, existe una dicotomía, pues en lo civil, los arts. 1617,
[1], 2221, 2.230 y 2232 c.c. exigen la estipulación para su devengo y si se pagan así no
estén pactados, no podrán repetirse ni imputarse al capital (art. 2233 c c), a diferencia de lo
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mercantil, donde el art. 1163 disciplina la causación de intereses ex lege "salvo pacto expreso
en contrario". En consecuencia, en el mutuo civil es menester convenir ex contractu el interés
(accidentalia negotia) esto es pactarlo expresamente mediante un agregado o inserto, y en el
mercantil, no es necesario, actuando naturalia negotia, o sea, por disposición de ley, es decir,
debe pactarse su no causación.
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Cas. civil. sentencia de febrero 24 de 1975: “En las obligaciones de origen contractual
llámanse convencionales, cuando han sido fijados por las partes que celebraron el contrato y
legales los que por falta de estipulación al respecto son determinados por la ley.
Convencionalmente se pueden estipular los remuneratorios y los moratorios; cuando no ha
habido tal estipulación, nada debe el deudor por razón de los primeros, pero en caso de mora,
ipso iure, deberá pagar intereses legales a título de indemnización de los perjuicios
correspondientes "quedando, sin embargo, en su fuerza las disposiciones especiales que
autoricen el cobro de los intereses corrientes en ciertos casos'' (C.C. art. 1617)”.
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Cas.civ. sentencia de 24 de septiembre de 1937, XLV, 755: “La indemnización de esta clase
de obligaciones presenta caracteres típicos: a. Sólo procede la moratoria, o sea, la que se
puede exigir cuando el deudor no cumple a su tiempo. Nunca la compensatoria, o sea el dinero
que se tiene derecho a exigir cuando el deudor no cumple o cumple parcialmente.[…]b. No hay
necesidad de probar la existencia de perjuicios. Basta el hecho del retardo para que puedan
cobrarse. La Ley los presume, suponiendo que todo capital en dinero gana intereses y que el
solo hecho de que el acreedor no lo recibiera oportunamente, le ha privado de inversiones
lucrativas”. Reiterada en cas.civ. de 9 de mayo de 1938, XLVI, 423; 18 de mayo de 1938, XLVI,
521; 4 de abril de 1940, XXI, 135.
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Cas. civ. sentencia de 24 de septiembre de 2001, exp. 5876: “De conformidad con este
artículo 65 (L. 45/90), que de alguna manera sustituye el artículo 883 del Código de Comercio,
la obligación de pagar intereses con ocasión de la mora, se predica no solamente con respecto
a las obligaciones surgidas de los negocios y contratos mercantiles, como otrora se afirmaba,
sino de todas las “obligaciones mercantiles de carácter dinerario”, como lo expresa la propia
norma citada, incluyendo, por supuesto, entonces, las obligaciones mercantiles de origen
legal”.
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“d) Unos y otros se devengan pro rata temporis en proporción al plazo o tiempo y
al capital, están sujetos a topes máximos normativos o tasas legales imperativas
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Cas.civ. sentencia de 15 de julio de 2002, exp. 6972. “Fluye, entonces, de lo anotado, que si
en un caso judicial concreto se imploran “intereses legales” derivados de obligaciones
relacionadas con asuntos mercantiles, lo que ocurre v. gr., cuando, como en el asunto sub lite,
se reclaman réditos de capital en materia cambiaria, no puede menos que entenderse que los
“intereses legales” así pedidos —con independencia de su causación o procedencia en cada
evento específico—, no son otros que los consagrados en el artículo 884 del Código de
Comercio como réditos remuneratorios, o moratorios o ambos, según las circunstancias, los
que difieren de los previstos en los artículos 1617 y 2232 del Código Civil, según lo explicitó
igualmente esta Sala en su sentencia, ya citada, de septiembre 24 de 2001, expediente 5876”.
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deberse los intereses legales en caso contrario; quedando, sin embargo, en su fuerza las
disposiciones legales que autoricen el cobro de intereses corrientes en ciertos casos. El
interés legal se fija en un seis por ciento anual. 2ª. El acreedor no tiene necesidad de
justificar perjuicios cuando solo cobra intereses; basta el hecho del retardo. 3ª. Los
intereses atrasados no producen interés. 4ª. La regla anterior se aplica a toda especie de
rentas, cánones y pensiones periódicas”.
El interés civil se fija en un seis por ciento anual (art. 1617 [1] y 2232
[2] c.c.) y en el convencional, las partes no podrán sobrepasar de "una mitad
al que se probare haber sido interés corriente al tiempo de la convención" so
pena de reducción (art. 2231 c.c.) ni convenir "intereses sobre intereses"
(arts. 15, 1523, 1526, 1617 [2], 2235 c.c).
- El interés legal en materia civil se fija en un seis por ciento anual (art.
1617 [1] y 2232 [2] Código Civil) y el convencional, no podrá sobrepasar de “una
mitad al que se probare haber sido interés corriente al tiempo de la convención”
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En la contratación estatal respecto de contratos de compra de bienes y servicios de uso
común, la tasa de interés de mora es la de DTF (ley 598 de 2000, art. 4º); en materia tributaria
(arts. 634. ET. inc. 1º modificado por el art. 3º de la Ley 788 de 2002), equivale a la tasa
efectiva de usura certificada para el respectivo mes de mora (art. 635 ET. Modificado por el art.
12 Ley 11666 de 2006); en materia contenciosa, pasados seis meses desde la ejecutoria de la
providencia que imponga el pago o devolución de una cantidad liquida de dinero o apruebe la
conciliación, cesa la obligación si no se acude ante la entidad para hacerla efectiva, hasta
cuando se presente la solicitud en legal forma (art. 177, C.C. Ad.).
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Cas.civ. sentencia de 29 de mayo de 1981, CLXVI, pp. 436 y ss.: “los intereses del plazo, que
necesariamente se causan antes de que el deudor esté en mora de cumplir su obligación, no
pueden fijarse por encima del tope que la propia ley ha señalado a los moratorios” y, en cuanto
"excedan de ese límite, deben ser fijados por el Juez, al doble del interés bancario corriente". El
salvamento de voto precisa que el art. 884 del c. de co, expresa la limitación, es decir, el interés
remuneratorio no puede exceder del bancario corriente, ni el moratorio del doble so pena de
pérdida total y no de reducción.
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Otras restricciones para los establecimientos de crédito vigilados por la Superintendencia
Financiera en operaciones activas (distintas de los créditos de vivienda y de constructor) y
pasivas en cuanto a las tasas de interés remuneratorios se disciplinan expresamente. La Junta
Directiva del Banco de la República es competente de manera permanente y exclusiva para
fijar las tasas máximas de interés remuneratorio que pueden cobrar los establecimientos de
créditos en operaciones pasivas y activas (ley 31 de 1992, art. 16, lit. e). En todo caso, mientras
no lo señale, no pueden cobrar intereses que excedan la tasa de usura.
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Cas.civ. sentencia de 27 de agosto de 2008 [SC-084-2008], exp. 11001-3103-022-1997-
14171-01.
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Cas.civ. sentencia S-217 del 27 de noviembre de 2002, exp.7400: “si finalmente se paga
excediendo los topes legales establecidos al efecto, hay lugar a la sanción legal dispuesta
cuando se da tal infracción; […] únicamente corresponde establecer si los que fueron
efectivamente pagados exceden el máximo de la tasa legal permitida”.
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Cas.civ. sentencia de 24 de septiembre de 1937, XLV, 755; sentencias de 25 de julio de 1924,
9 de mayo de 1938, 9 de agosto de 1939.
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Cas.civ. sentencia de 3 de diciembre de 1975:" En relación con la prueba de la existencia de
los perjuicios, cuya indemnización demanda el acreedor de obligación de pagar una suma de
dinero, ha dicho la Corte: "...en el caso especial del artículo 1617 del Código Civil sobre
indemnización de perjuicios en obligaciones de pagar una suma de dinero, el acreedor no tiene
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Cuando solo pide intereses, está relevado de probar los perjuicios, más si
pretende éstos, naturalmente, tiene la carga de su probanza.
necesidad de justificar perjuicios cuando sólo cobra intereses, por bastar el hecho del retardo.
A contrario sensu predica esta disposición que sí hay necesidad en los demás casos...'' si, por
lo visto, ha de demostrarse el perjuicio sufrido para que, dando causa, materia y base a la
indemnización, pueda prosperar la demanda para indemnizarlos, es claro que cuando esa
prueba falta, la solicitud no se puede acoger por el sentenciador. (G.J., tomo LVI, 176,
Sentencia de 1º de octubre de 1943, y G.J., tomo LXIII, 671, Sentencia del 13 de febrero de
1948). Resumiendo la doctrina que contiene la trascripción anterior, cuando el acreedor de una
obligación cuyo objeto consiste en pagar una cantidad de dinero se limita a cobrar intereses, no
tiene necesidad de probar perjuicios; más cuando su pretensión, como en el caso de este
proceso, es obtener indemnización por daños que no consisten en el mero lucro cesante por no
haberse recibido oportunamente el capital debido, tiene entonces a su cargo el demandante la
prueba de la existencia de tales daños, y si la cuantía no se demuestra en el plenario, puede
fijarse por el procedimiento señalado en los artículos 307 y 308 del Código de Procedimiento
Civil. El daño, en todo caso, debe probarse dentro del proceso, pues de lo contrario la acción
de responsabilidad por incumplimiento de la obligación —que supone falta de pago, culpa y
perjuicios está destinada al fracaso, por falta de prueba del elemento daño (...). El artículo 1617
del Código Civil —que dicho sea de paso al recurrente no señala como infringido—, no excluye
el derecho a indemnización compensatoria en las obligaciones al pago de una cantidad de
dinero. Con otras palabras, el acreedor tiene, conforme a esa disposición legal, el derecho de
cobrar intereses aunque no demuestre los perjuicios que ha sufrido, pero puede cobrar el
monto total de éstos si los demuestra (ord. 2º)"; cas. civ. sentencia de 5 de octubre de 1982,
CLXV,242:”[…] si pretende el resarcimiento de otro daño que no se satisfaga con los simples
intereses de la suma debida, entonces es patente que irremediablemente debe probar el
perjuicio padecido”. sentencias de 4 de abril de 1940, 30 de marzo de 1984, 24 de enero de
1990, 29 de mayo de 1991 (“…“siempre habrá la posibilidad de que con el pago de ellos [los
intereses moratorios] no se satisfaga en su totalidad los perjuicios derivados de ese
incumplimiento para el acreedor, sin que se alcancen los propósitos de la indemnización).
sentencia de 27 de agosto de 2008 [SC-084-2008], exp. 11001-3103-022-1997-14171-01.
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“4)[…] Partiendo del concepto, tipología, función y régimen normativo de los intereses, un
sector de la doctrina limita la aplicación del artículo 886 del Código de Comercio, a los intereses
remuneratorios y no a los moratorios, es decir, solo los primeros pueden engendrar intereses.
El fundamento de esta inteligencia se remite al carácter punitivo e indemnizatorio de los
intereses moratorios del perjuicio causado por el incumplimiento sancionado la mora del deudor
con una tasa tarifada por el legislador, la cual, si bien no es simétrica con la magnitud del daño
se establece en consideración a su existencia, a diferencia de los remuneratorios meramente
retributivos del capital durante el tiempo en el cual el acreedor no lo tiene a su disposición y, en
cuyas fórmula de cálculo se incluye a más del rendimiento, el riesgo de incumplimiento o
insolvencia, la pérdida del poder adquisitivo. Por esto, de admitirse la generación de intereses
sobre los intereses moratorios de un período determinado, se acumularía e incrementaría de
manera exagerada e injustificada el componente de la corrección reconociéndose doblemente
con los ya causados y con los nuevos, burlarían los topes legales máximos imperativos,
vulneraría el principio conforme al cual la reparación del daño busca el restablecimiento del
derecho y el non bis idem al sancionarse dos veces el mismo hecho, fomentándose el
enriquecimiento injusto. Asimismo, la norma contempla el retardo en el pago de los intereses y
de la mora en el pago del capital surge la obligación de pagar los moratorios y, por ello, no es
posible sostener que respecto de éstos se puede incurrir en una nueva mora, porque en las
obligaciones dinerarias, dichos intereses equivalen a los perjuicios y no existen perjuicios sobre
perjuicios; la definición de intereses pendientes o atrasados, exigibles y no pagados
oportunamente consagrada en el Decreto 1454 de 1989 se predica únicamente de los intereses
de plazo, por cuanto, de los moratorios no se entiende cuándo deben pagarse o fueron
pagados en oportunidad y cuándo no; adicionalmente, el “acuerdo posterior al vencimiento”,
sólo puede referir al plazo para el pago de los intereses y, no proceden intereses moratorios
sobre intereses moratorios sino sobre el capital”. “ Hay, empero, otra opinión, basada en la
ausencia de singularidad del artículo 886 del Código de Comercio, el cual, refiere a a los
“intereses pendientes”, expresión comprensiva tanto de los remuneratorios como los
moratorios, pues, no distingue y no le es permitido al intérprete hacerlo (ubi lex non distinguit,
nec non distinguere debemus), para excluir donde el legislador no lo hace, por lo que resulta
inadmisible considerar que el precepto aplica privativa y exclusivamente a los intereses
remuneratorios o de plazo, ni aun so pretexto de concernir a los no pagados en la oportunidad
señalada en el negocio jurídico, pues, las partes pueden disciplinar en el negocio tanto los de
plazo cuanto los moratorios y señalar un plazo cierto, evento en el cual la mora se produce por
no haberse “cumplido la obligación dentro del término estipulado” (dies interpelat pro homine;
nral. 1 art. 1608 C.C.). Igualmente, sostienen que la prestación de pagar intereses si bien
originada en otra preexistente es distinta de ésta convirtiéndose en un nuevo capital generatriz
de intereses, a más que la expresa autorización legislativa descarta el enriquecimiento injusto,
la doble sanción, la vulneración del non bis in non bis in idem, el principio indemnizatorio, la
buena fe o la equidad, porque, la norma consagra el derecho a cobrar intereses sobre
intereses. Otra postura, reconociendo el anatocismo respecto de todo tipo de intereses, en
aplicación del favor debitoris y de la equidad, para prevenir un reconocimiento doble de la
corrección monetaria y un incremento desproporcionado de la deuda, postula que los intereses
capitalizados generan intereses a la tasa corriente de interés carente del índice de depreciación
de la moneda, es decir, la tasa de interés aplicable a los nuevos intereses, no es la nominal
sino la pura o real desprovista del índice de depreciación o inflación, particularmente, cuando
se trata de créditos en operaciones a largo plazo (art. 121[1], Decreto 663/93).
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En particular, para efectos de “los artículos 886 del Código de Comercio y 2235
del Código Civil, en concordancia con la regla cuarta del artículo 1617 del mismo
Código, se entenderá por intereses pendientes o atrasados aquellos que sean
exigibles, es decir, los que no han sido pagados oportunamente” (artículo 1º,
Decreto 1454 de 1989).
Por tanto, es obvio y elemental que los intereses pendientes, son los debidos y,
para los fines de la norma, los atrasados, esto es, los exigibles y no pagados
oportunamente”
Es evidente que habrá casos en los cuales, pese a no existir duda sobre la
exigibilidad de los intereses pendientes de solución efectiva, el acreedor, por no
contar con un título ejecutivo, no pueda procurar su cobro coactivo. Ello explica
que el legislador, en la norma que se comenta, interpretando su contenido para
dilucidar el aspecto que aquí analiza la Sala, haya previsto que los “intereses
pendientes” producirán intereses “desde la demanda judicial del acreedor”, sin
especificar la clase de acción promovida con ella -ordinaria o ejecutiva-, siempre y
cuando “se trate de intereses debidos con un año de anterioridad, por lo menos”.
Tal entendimiento del precepto traduce que en las obligaciones mercantiles de
carácter dinerario, en los supuestos en los que hayan de generarse réditos, el
reconocimiento judicial de la causación de intereses sobre intereses puede
reclamarse no sólo en la demanda ejecutiva dirigida a su cobro coercitivo, sino
también en las demandas con las cuales se de inicio a un proceso ordinario, en
tanto la acción esté encaminada a que, en la sentencia que la defina, previa
constatación de la exigibilidad de los intereses, se declare que el deudor está
obligado al pago de tal clase de réditos y se imponga la correlativa condena. Se
excluyen, por lo tanto, las acciones ordinarias en las que la sentencia sea
constitutiva de la correspondiente prerrogativa, esto es, aquellas en las que el
derecho debatido solamente surja con el fallo estimatorio de la pretensión
sometida a la decisión de la administración de justicia, pues en estos eventos “la
controversia recae exactamente sobre la existencia de una obligación incierta e
inexigible, requiriéndose la decisión judicial para constituirla, en tanto no nace a la
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REGIMEN DE INTERESES
EN MATERIA CIVIL
a. Si no hay pacto de intereses: No hay lugar al cobro de intereses, aunque si se pagan no pueden repetirse
(2224 inc 1 y 3; 2233 C.C.)
b. Si hay pacto de intereses, pero no se estipula la tasa: Se deben los legales civiles (6%) (2232 C.C.)
c. Si hay pacto de intereses, y se estipula la tasa: Se deberán los intereses convencionales, pero estos no
pueden exceder en más de la mitad al interés corriente vigente al tiempo de la convención (2231 C.C.)
Intereses de Mora
a. Si no hay pacto de intereses o pactándose no se estipulada la tasa : Se deberá el más alto entre los
siguientes intereses: (1617 inc 1 C.C.)
b. Si hay pacto y estipulación de la tasa de mora: El interés convencional de mora, no puede exceder a una
mitad por encima del corriente (2231 C.C.)
EN MATERIA COMERCIAL
a. Si no hay pacto de intereses, según la materia se presumen : Se deben los legales comerciales (IBC)
(Según la CSJ se presumen en contratos de mutuo mercantil, sobregiro, cuenta corriente comercial,
contratos de suministro y ventas al fiado; según la Corte Constitucional , se presumen en todas las
operaciones comerciales)
b. Si hay pacto de intereses, pero no se estipula la tasa: Se deben los legales comerciales (IBC) (884 C.Co.)
c. Si hay pacto de intereses, con estipulación de la tasa: Se deberán los intereses convencionales, pero estos
no pueden exceder en más de la mitad al interés corriente bancario (2231 C.C.)
Intereses de Mora
a. Si no hay pacto de intereses o pactándose no se estipulada la tasa: Se deberá el interés bancario corriente
aumentado en la mitad (1.5 * IBC)
b. Si hay pacto y estipulación de la tasa de mora : Se deberá el interés pactado, pero éste no puede superar
el interés bancario corriente aumentado en la mitad (1.5 * IBC)
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