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Concentración Cerebral

Raymond de Saint-Laurent

Temas
 La dispersión mental.
 Las ventajas de la concentración cerebral.
 Algunos ejercicios de concentración cerebral.
 El necesario reposo.
 El espíritu de observación.
 El método para cultivar la atención.

I. La dispersión mental

 Cuando se pretende realizar varios trabajos al mismo tiempo; pero ninguno sale bien, porque se
dispersan los esfuerzos.
 Cuando se cambia a cada instante la orientación de sus actividades (Calidoscopio).
 Cuando se forman proyectos y luego son abandonados y sustituidos por nuevas veleidades.
 Cuando se lanzan emprendimientos cuyos riesgos y dificultades no se consideran.
El remedio para todos estos efectos es la Reflexión. El hábito de pensar antes de actuar evita muchos
desengaños.
La conciencia sicológica debe manejar una sola idea, pero que es usual es que haya una idea principal y
algunas ideas secundarias que son como obsesiones, parásitos que se instalan en el cerebro.
Dispersar significa dividir el esfuerzo, la atención o la actividad aplicándolos desordenadamente en
múltiples direcciones.

Ejemplos de dispersión mental:


 Lee mecánicamente, y lee sin prestar atención en lo que su mirada va recorriendo.
 Vuelve muchas veces atrás, porque se equivoca a cada instante.
 Escribe una palabra cuando piensa otra, de vez en cuando pierde el hilo de las ideas.
 Una joven tejiendo un sweater a crochet, deja volar su imaginación, cuando cae en la realidad, falló
muchos puntos y tiene que volverlo hacer (tiempo perdido).

La dispersión mental perjudica la calidad de trabajo. El trabajo hecho sin atención quedará lleno de
imperfecciones.
 Trabajo Intelectual: mal estilo, confuso al explicar ideas e imprecisión del pensamiento.
 Trabajo Manual: nunca llegará a parecer perfecto y acabado. Parecerá un trabajo hecho a la volada.

La dispersión mental, cansa al cerebro, ya que piensa en varias cosas al mismo tiempo. La inteligencia
humana no puede aplicarse más que a sólo un objeto a la vez.
La neurastenia es la enfermedad que manifiesta la incapacidad de concentrar la atención.

La dispersión mental quita el gusto por el trabajo:


 Sólo se hace con gusto, aquello que se consigue llevar a cabo con relativa facilidad y para ello te
tienes que concentrar.
 Cuando sufres de dispersión mental la menor ocupación es superior a tus fuerzas, tanto así, que no
puedes con ella.

Tu objetivo es tener el hábito de hacer bien todo lo que se tiene que hacer sin precipitación, con
atención y por entero.
¿Cómo? Haciendo con seriedad los ejercicios y repetirlos con frecuencia.

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II. Las ventajas de la concentración cerebral
 Concentrarse introducirá en tu trabajo una carta infaliblemente victoriosa.
 La concentración de la atención facilita el trabajo.
 La atención es necesaria tanto para el trabajo intelectual como para el manual.
 Si se desea dar en el trabajo el máximo grado de perfección, empleando el mínimo tiempo y
esfuerzo, se necesita absolutamente concentrar en él, la plenitud de la atención.
 La concentración de la atención perfecciona la memoria.
 Si usted no quiere olvidar un texto, un hecho, una fecha, un número, procure concentrar su atención
en ellos. Quedarán grabados en su cerebro tanto más profundamente, cuanto más atentamente los
haya considerado.
 La concentración de la atención hace adquirir experiencia.
 Los hombres tienen poco espíritu de observación: ven pero no miran.
 La observación es la fuente de inspiración de quien escribe; y es también la fuente principal de toda
experiencia de vida.
 Si se observa, se agudiza sin esfuerzo la percepción sicológica. Llegarás a distinguir rápidamente los
caracteres, los gestos, los sentimientos de los hombres. Aprenderás el arte de manejarlos y
conducirlos.
 La concentración de la atención nos sirve para resolver problemas, situaciones difíciles.
 Cada problema, situación difícil tiene solución. Ésta sólo se encontrará con calma y reflexión: con
atención.
 La atención te permitirá ver de frente y objetivamente la situación, y enfocarla en sus verdaderas
proporciones, a la luz de la fría razón, sin dejarse influenciar por alucinaciones de la imaginación.
Sólo así podrás escoger los remedios más adecuados y eficaces.
 La concentración de la atención evita el aburrimiento.
 Mucha gente ignora completamente el precioso arte de distraerse con gusto y provecho.
 Cuando haces zapping en la TV ves mucho y nada. Luego no tienes placer de ver TV. Concentrarse en
un solo programa es lo ideal.
 Quien se mantiene Señor de sus pensamientos y sabe fijar su atención en el lugar debido nunca se
aburre, sino que encuentra placer en observar lo que le rodea. En todas las situaciones encuentra
motivos de observación.

III. Algunos ejercicios de concentración cerebral


 Con los ejercicios robustecerás tu poder cerebral y te liberarás de las preocupaciones obsesivas y de
las ideas fijas.
 Por absurdo o inútiles que te puedan parecer, ¡Hazlos!

Seguimiento de Movimientos al Caminar (1)


Fija tu atención en los diferentes movimientos necesarios para andar. Es preciso que tomes conciencia
de cada paso y lo cuentes, pensando: “estoy avanzando con el pie derecho, ahora el izquierdo…” y así
sucesivamente, hasta el final del ejercicio. De preferencia practicarlo en la hora inmediatamente
anterior al trabajo intelectual. Ejercicio diario de algunos minutos.

Seguir el contorno de las Manos (2)


Siéntate cómodamente. Pon ambas manos sobre las rodillas con los dedos separados, el extremo del
pulgar izquierdo tocando el extremo del pulgar derecho. Mira atentamente por algunos segundos las
manos así dispuestas. Cierra en seguida los ojos y sigue mentalmente el contorno de los dedos,
comenzando por el dedo meñique de la mano derecha. Hacer 3 ó 4 veces seguidas y así lograr apartar
ideas extrañas.

Descripción detallada de una Estampa, Foto (3)


Coloca delante de ti una estampa cualquiera que represente una figura o un paisaje. Observa
atentamente sus líneas, sus sombras y luces, sus colores. Cierra enseguida los ojos y sigue mentalmente
el diseño del cuadro. Reconstituye en el espíritu las luces, las sombras, los colores, las líneas. Ejecuta
esta tarea sin que tengas necesidad de abrir los ojos para volver a mirar.

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Contar Arroces o frijoles (4)
Toma un puñado de arroz o de frijoles, y ponlo sobre un trozo de periódico extendido encima de una
mesa. Cuenta los granos sirviéndote de un alfiler o de la punta de un cuchillo. Marca el número de
granos que has contado. Vuelve a empezar enseguida la operación hasta que obtenga siempre el mismo
total. Aumenta la cantidad de granos o disminuye el tamaño de los granos para generar mayor dificultad.
Aprenderás a dominar los nervios y a abstraerte de los ruidos exteriores.

Resumen de una página de un libro (5)


Lee atentamente una página de un libro cualquiera. Ciérralo enseguida y resume en algunas palabras lo
que leíste. Es preciso anotar las diferentes ideas expuestas por el autor, sin omitir ninguna de ellas.
Compara después tu resumen con el original, para verificar la exactitud del trabajo. Complica
gradualmente este ejercicio leyendo sucesivamente dos páginas, después tres, después cuatro, y
transcribiendo, a continuación de memoria las ideas principales del autor, sin consultar de nuevo el
texto leído.
Adquiere la costumbre de leer tomando notas: unas cuantas palabras escritas en lápiz o lapicero en una
hoja de papel. Revisa de vez en cuando las notas que acumulas y destruye las que no te puedan servir
más, no sobrecargándote de apuntes inútiles.

Los ejercicios 1, 2 y 3 -> Para dificultades altas de concentración.


Los ejercicios 2 y 3 -> Para casos menos serios.

IV. El necesario reposo


En todo trabajo debemos intercalar momentos de reposo. No prolongues desmedidamente tus esfuerzos
cerebrales: haz un breve descanso al menos cada dos horas. Hay que distender el espíritu. Aquí un
ejercicio de relajación:

Líneas rectas que se juntan en el infinito


Siéntate en un sillón confortable, de modo que te sientas completamente cómodo, cierra los ojos e
imagina dos líneas rectas que se juntan en un punto tan lejano como te sea posible (6 a 7 segundos).
Sigue mentalmente esas dos líneas hasta el término de su conjunción. Luego añade al ejercicio: expulsa
lentamente el aire de los pulmones mientras estés siguiendo las dos líneas imaginarias. Para su perfecta
ejecución, el ejercicio deberá durar el tiempo de una expiración prolongada (hacerlo de 5 a 6 veces
seguidas).

Es preciso concederse algún recreo. Para que el recreo dé realmente sosiego al espíritu, tiene que ser
activo. Esta actividad se opone únicamente a la pasividad y a la falta de orientación, que son
perjudiciales para el cerebro porque engendran dispersión mental.

El mejor relajamiento será siempre aquel proporcionado por los ejercicios físicos y ocupacionales
fáciles. Se recomienda andar a pie, sobre todo por el campo o el mar. Bajo árboles, en la playa y de
paso se activa la respiración.

Hombres de estudio, sobre todo cuando llegan a edad madura, deben preferir andar a los deportes
violentos, que consumen mucha energía y acaban perjudicando el trabajo intelectual por el exceso de
cansancio que producen.

La música descansa, calma y eleva el alma -> Bach, Mozart, Beethoven. La fotografía, te entretendrá sin
cansarte. El diseño y la pintura también.

Todos esos pequeños trabajos constituyen excelentes recreos, que convienen aplicar en ellos la atención
suficiente.

Nada perjudica tanto tu salud intelectual y moral como dejar vagabundear la imaginación. Cuando no se
está durmiendo, el descanso no consiste en dispersar la atención, sino en aplicarla suavemente en
ocupaciones fáciles.

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V. El espíritu de observación
El espíritu observador es indispensable para cualquier persona que no se contenta con quedarse en el
nivel irremediable de la mediocridad. Se puede definir el espíritu observador como la atención aplicada
no solamente a las ocupaciones profesionales, sino extendida a todas las circunstancias de la vida. La
mayor parte de los hombres ven, pero no miran lo que sucede entorno de sí; pasan numerosos años en la
tierra sin aprender nada en el contacto con los demás.
Aprende, en lo que te atañe, a mirar, para poder llegar a saber. A continuación algunos ejercicios:

Observar en un paseo cotidiano (1)


Haz un paseo cotidiano, aprovecha éste para observar algunas de las principales cosas con que te
tropiezas en el camino. Luego anota brevemente el resultado de tus observaciones. El estilo de
redacción no tiene la menor importancia, la única cosa que realmente importa es la precisión de tu
golpe de vista. Comienza por hacer cinco o seis de estas observaciones en cada paseo. De regreso a casa,
pondrás ponlas por escrito. Aumenta gradualmente el número de observaciones. Este ejercicio te hará
contraer el hábito de mirar atentamente y grabar en la memoria lo que viste.

Pormenores de un nuevo ambiente (2)


Cuando entres en algún ambiente (oficina, sala, tienda, salón de espectáculos) que aún no conozcas,
examínalo en todos sus pormenores. Luego escribe una descripción sucinta, pero muy precisa de aquel
ambiente. No dejes de comprobar después la exactitud de lo que describiste. Tienes que adquirir no sólo
la precisión sino también la rapidez del golpe de vista.

Examinar fisonomías de personas (3)


Examina sin impertinencias, pero con atención, la fisonomía de las personas que encuentres en tu
camino. Anota por escrito los trazos más característicos de ellas. Examina de preferencia a las personas
que estás seguro volverás a ver, para poder comprobar después la precisión de tus observaciones.

Examinar la actitud, carácter de las personas (4)


Examina la actitud de las personas en general, sus gestos habituales, las expresiones que les son
familiares, las manifestaciones espontáneas de sus sentimientos y preferencias; en una palabra, todo
cuanto revele su carácter. Se trata solamente de discernir con claridad lo que ellos dejan trasparecer de
su personalidad. Unas pocas palabras bastan para describir un estado del alma con penetrante realismo.
Esta observación de gestos, afinará su sentido sicológico.

VI. Método para cultivar la atención


Establecer un plan de entrenamiento para aumentar de modo prodigioso y sin gran esfuerzo, su
rendimiento personal.

Desconfía de las horas libres


Sumados, esos momentos dan un total tan importante, que representa por lo menos un tercio de su
existencia: levantarse, aseo, desayuno, desplazamientos, toma de alimentos, el descanso y las
relaciones sociales o las horas que preceden al irse a dormir. Estas horas libres traen dos peligros:
dispersar tu atención y dar a la actividad un carácter de automatismo.
Los movimientos se hacen de modo tal que son mecánicos y tu espíritu no participa de ellos (coger el
cepillo de dientes en vez de la hoja de afeitar). En esas horas libres se deja la imaginación vagando al
azar.
Sueños de ojos abiertos, que son uno de los más funestos disolventes de la concentración mental.
Evite la mecanización de las ocupaciones rutinarias, como el aseo por la mañana. Pon en ellos una
atención, suficiente, tomando conciencia de tus movimientos y gestos. ¡Concéntrate en lo que haces!

Vigílate mientras trabajas


Antes del inicio de la labor efectúa los ejercicios de concentración para enfocarse (2,3 y 5). Entrégate
por entero, y exclusivamente, a lo que tienes en manos. De ese modo concluirá el trabajo con más
facilidad y agrado.
“Apresúrate lentamente y sin perder el valor”.

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El deseo de ir deprisa para acabar cuanto antes, constituye, a fin de cuentas, una distracción pérfida
que disminuye la concentración. Cuando te precipitas, el trabajo revela imperfecciones que estaremos
obligados a corregir (preparing, not repairing).

Presta atención a las conversaciones de las cuales participas


Óyelas con oído atento. No trates de mantenerlas ocupándote al mismo tiempo de otras cosas, pues el
resultado sería lamentable, como ya debes haber constatado muchas veces. Escucha atentamente a tus
interlocutores por cortesía o para no decir algo disparatado.

Utiliza sabiamente las horas de descanso


Ni el cuerpo ni el espíritu pueden soportar esfuerzos prolongados. Debes tener una ocupación recreativa
de moderada atención.

Abre los ojos al mundo exterior


Observa lo que te encuentres y lo que pasa a tu alrededor. Esfuérzate por adquirir el espíritu de
observación; es el medio más eficaz y más interesante de habituarse a concentrar la atención. Siempre
hay oportunidad para practicar el sentido de la observación. Aplícate de preferencia a las observaciones
sicológicas. Son las más interesantes, instructivas y provechosas. A parte de incrementar la fuerza
mental, el hábito de la observación te proporcionará la ventaja de nunca aburrirte. Tendrás siempre
delante de tus ojos el gran libro de la naturaleza física y moral.

Juego
En una bandeja pon 12 objetos diferentes, los cuales los taparás con un paño, luego lo destapas por un
espacio de 30 seg. a 60 seg. Gana la persona quien describa con mayor precisión los objetos (cualidad y
cantidad).

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