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La 

Mente de Mono
¿Te sucede a menudo que tu mente salta sin control de pensamiento en pensamiento? Eso
exactamente es la mente de mono: tu mente te lleva vertiginosamente de un lado a otro como
si fuera un mono que salta de rama en rama.
Tener multitud de pensamientos es normal. Es el trabajo de la mente. Todos estamos
biológicamente predispuestos a pensar acerca de las experiencias pasadas, la realidad presente
y las posibilidades futuras. La mente piensa sin cesar, llegando a generar hasta 90.000
pensamientos al día.
El pensamiento descontrolado, sin embargo, no es el estado natural de la mente. Podemos
decir que es un extravío de nuestra tendencia natural al pensamiento.
¿Cuál es el problema?
Nuestra capacidad de controlar voluntariamente la atención se ha debilitado tanto que la
mente toma el control de este proceso cognitivo. Así que cada vez que nuevos pensamientos
surgen, arrastran con ellos a nuestra atención.
Y por si esto no fuera suficiente, la mayoría de esos pensamientos son negativos, llevándonos
una y otra vez a los dramas del pasado o al futuro catastrófico, sentando además las bases de
un cerebro ansioso y reactivo.
La buena noticia es que podemos salir de este caos interior, y en este artículo te vas a aprender
una sencilla técnica que te permitirá mantener al mono saltarín calmado y enfocado.
Mente inquieta, mente saltarina
La capacidad que nuestra mente tiene de crear nuevos pensamientos es fabulosa, pero nuestra
capacidad de mantenernos enfocados en cada uno de esos pensamientos suele ser escasa y
limitada.
Y la causa se encuentra en esa forma de energía mental llamada atención.
Mientras que generar pensamientos no supone ningún esfuerzo, la habilidad de prestar
atención a esas emanaciones mentales sí requiere de un esfuerzo consciente; sin nuestra
participación intencional y voluntaria, la mente saltará desbocada de pensamiento en
pensamiento arrastrando nuestra atención.
La forma en que esto funciona es más o menos así: cada vez que la mente crea un nuevo
pensamiento, nos avisa: “¡Eh, mira esto, mira este pensamiento!”. Y nuestra atención se dirige a
ese pensamiento. Sucede automáticamente. Es un proceso inconsciente.
Pero antes de que podamos siquiera detenernos a contemplar profundamente ese contenido
mental, la mente salta hacia otro lugar, y vuelve a decirnos: «¡Aquí, aquí, mira esto otro!» Y de
nuevo arrastra a nuestra atención.
Y sigue haciendo esto frenéticamente, una y otra vez. En apenas unos minutos surgen,
literalmente, cientos de pensamientos.
Si dejamos que la mente inconsciente se adueñe de nuestra atención, estamos perdidos. Nos
sentiremos abrumados, sobrepasados y ansiosos.
¿Cuál es la solución?
Aprender a administrar conscientemente nuestra atención. Así, cuando la mente nos quiera
llevar a todos esos pensamientos, nosotros podremos ser quienes decidan si queremos ir ahí o
no.
Suena complicado, pero es mucho más sencillo de lo que piensas. De hecho, solo requiere unos
pocos minutos de práctica al día.
La Técnica del Mono Ocupado
Como decía, la mejor forma de salir de este caótico bucle es el desarrollo de la atención, y la
mejor forma de hacerlo es crear el hábito de práctica de mindfulness.
En este enlace puedes crear tu cuenta gratuita en Mindful Science y comenzar a practicar de
forma totalmente guiada en nuestra comunidad, pero en este post también quiero compartir
esta otra técnica contigo. La he llamado Técnica del Mono Ocupado.
La Mente de Mono
Es una sencilla técnica que nos ayuda a reunificar la atención cuando el mono anda
descontrolado.
Y funciona así.
Cuando te das cuenta de que tu mente está saltando como un mono, arrastrando tu atención
con cada pensamiento, te detienes y le dices:
«Sí, ya sé que quieres que vaya a cada pensamiento que creas, pero yo también quiero
enseñarte algo. Mira esto. Mira cómo respiro.»
Entonces enfocas tu atención en tu respiración. Te enfocas con todo tu ser. Observas el aire
que entra y el aire que sale. Por un instante, el «mono» se mantendrá calmado y ocupado.
Pero no por mucho tiempo. No creas que se quedará observando tu respiración como si nada.
Pronto se pondrá a generar pensamientos y arrastrará tu atención.
Esto es completamente normal. Te vas a distraer y caer en la cuenta de que tu atención estaba
en la respiración pero ya no sabes ni dónde está.
Cuando esto suceda, repites el proceso. Vuelves a decirle amablemente a este mono
travieso: “mira la respiración”.
Seguramente saltará en apenas unas pocas respiraciones, desde luego que sí. Y tú repites el
mismo proceso. Una y otra vez.
Mil veces el mono salta, mil y una veces tú lo traes de vuelta.
MUY IMPORTANTE: una de las cosas que más me cuentan mis estudiantes es que sienten que
no lo están haciendo bien porque constantemente se distraen. ¡Nada de eso!
No hay forma de que lo hagas mal. Aunque estés regresando a tu respiración constantemente
porque tu mente no deja de distraerte, esto te está ayudando a fortalecer tu atención, que es el
verdadero objetivo del ejercicio.
Míralo de esta forma: cada vez que te das cuenta de que te perdiste en el caos de
pensamientos y vuelves a la respiración, es como hacer una flexión de brazo. Cuantas más
flexiones hagas, más fuertes tus brazos, ¿verdad? Y cuantas más veces reunifiques tu atención
usando la respiración, más desarrollas el músculo de tu atención.
Simplemente redirige el flujo de la atención a la respiración, que sucede por sí misma y de
forma natural. Regresar a la calma de la respiración logrará que el mono ansioso vaya
encontrando la serenidad que necesita.
El mono crea atención dispersa y tú creas atención enfocada. 
Esto que acabo de describirte es, de hecho, la base fundamental del mindfulness.
Resumiendo:
1. La mente, como si fuera un mono ansioso, salta de pensamiento en
pensamiento, arrastrando nuestra atención.
2. Cuando nos damos cuenta de que andamos perdidos en las piruetas del mono, regresamos
nuestra atención a la respiración.
3. El mono pronto saltará de nuevo, llevándose nuestra atención lejos y manteniéndonos
distraídos en nuevos pensamientos.
4. Cuando nos damos cuenta de que la mente ha vuelto dispersarse, la traemos de vuelta al
momento presente centrando la atención en la respiración.
Repite esto esto una y otra vez.
Cada vez que te das cuenta de que estabas perdido en el caos de pensamientos automáticos, es
un momento de atención y de consciencia.Una pequeña victoria. 
Acumula tantas pequeñas victorias como puedas, y verás cómo el mono de tu mente se
va educando. Se volverá más calmado y considerado.
También te animo a crear una cuenta gratuita en Mindful Science donde recibirás acceso al
programa de introducción al mindfulness. Yo mismo te guiaré en cada una de las 7 prácticas y
La Mente de Mono
te ayudaré a que crees una nueva relación más amable, sinérgica y colaborativa con el“mono
saltarín” de tu mente.

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