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Abstract:
The Bank of Mexico autonomy is still an unfinished process. The autonomy has
many aspects and means. Finally, the President has a veto power with respect
to the decisions about the money exchange policy. This is pure presidencialism.
The money exchange policy is monetary policy. The money exchange policy
must be a exclusive faculty of the Bank of Mexico.
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Antecedentes
¿Es autónomo el Banco de México en materia de política cambiaria? Para
poder responder adecuadamente a esta pregunta es necesario revisar los
antecedentes de esta institución y considerar su naturaleza y su estatus
administrativo, así como analizar las facultades que la Constitución y la ley le
otorgan en la actualidad.
En 1925 se expidió la Ley que creó el Banco de México. En la Exposición de
motivos de esa Ley el legislador externaba ya su preocupación sobre el tema
de la autonomía: “hay, efectivamente, en un banco controlado por el Gobierno,
el gravísimo peligro de que el interés político pueda predominar en un momento
dado sobre el interés público”.
En ese momento se creó al Banco central como Sociedad anónima pero para
armonizar el control gubernamental con cierto grado de autonomía se le otorgó
participación mayoritaria al Gobierno en el capital del Banco. Por lo demás, se
le confirió al Poder ejecutivo la facultad de nombrar a la mayoría de los
miembros del Consejo de administración del Banco.
La Ley orgánica del Banco de México de 1936 le prohibió al Banco central, de
manera expresa, conceder créditos al Gobierno federal.
En 1941 hubo reformas a la Ley orgánica del Banco de México que, de
alguna manera, hicieron nugatoria la prohibición de financiar el déficit del
Gobierno federal, toda vez que la suma de los billetes en circulación más las
obligaciones a la vista y en moneda nacional de la institución, no deberían
exceder de cuatro veces el valor de su reserva.
En 1982 se expidió un Decreto por el que se expropió la banca mexicana.
Esto posibilitó al Gobierno federal el modificar la naturaleza del Banco de
México, mediante una reforma de 4 de febrero de 1983 al artículo 28 que,
desde entonces, lo convirtió en parte de la Administración pública en tanto
organismo descentralizado del Gobierno federal.
El 1985 se promulgó la Ley orgánica del Banco de México que trató de
restringir, sin establecer para ello un techo, el endeudamiento del Gobierno
federal para con él. De este modo, el Banco de México siguió estando sometido
al Gobierno federal en mayor o menor medida.
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Finalmente, se publicó en el DOF de 23 de diciembre de 1993 la Ley del
Banco de México, con lo cual se le convirtió ya no en organismo de gobierno
sino en órgano del Estado mexicano, dotándosele de autonomía.
a) Normativa. La Ley del Banco de México es una ley federal que emana
materialmente de la Constitución y, por lo tanto, es la Constitución con el
mango más largo, regulando una materia determinada. En tanto ley
federal, en consecuencia, está jerárquicamente por encima de las leyes
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que sólo emanan formalmente de la Constitución. Por lo tanto, no es el
Poder ejecutivo el que promulga la Ley del Banco central. Es una
facultad exclusiva del Congreso de la unión.
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j) Fuerza de sus decisiones: de acuerdo con Blinder (1999: 52) las
decisiones del banco central deben ser muy difíciles de revocar. Debe
poder tomar, además, medidas impopulares.
La política cambiaria
En el Capítulo económico de la Constitución política de 1917 se establece que:
“el Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica
nacional, y llevará al cabo la regulación y fomento de las actividades que
demande el interés general en el marco de libertades que otorga esta
Constitución.
Al desarrollo económico nacional concurrirán, con responsabilidad social, el
sector público, el sector social y el sector privado…”
Lo anterior significa que hay un régimen de economía mixta y que el Estado
es el rector de la economía. En consecuencia, es una facultad del Poder
ejecutivo federal, concretamente del Presidente de los Estados unidos
mexicanos, el decidir y ejecutar la política económica general.
Al Poder ejecutivo le corresponde, por medio de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, la política fiscal, con base en lo dispuesto por el artículo 31 de
la Ley orgánica de la Administración pública federal de 29 de diciembre de
1976, en vigor.
Finalmente, es facultad del Banco de México la elección y la ejecución de la
política monetaria, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 28 constitucional
y por el artículo 2º y 3º de la Ley del Banco de México de 23 de diciembre de
1993, vigente.
La política fiscal es el conjunto de medidas de la Secretaría de Hacienda
orientadas a controlar el gasto público y los impuestos.
Por política monetaria se entiende “el conjunto de medidas del banco central
orientadas a cambiar la cantidad de dinero o las condiciones del crédito”
(Wonnacott/Wonnacott: 1981: 833) sobre la premisa de que “el control de estas
actividades es el primer paso hacia el mantenimiento de un nivel estable de
precios” (Esser: 1981: 305).
En este punto surge una duda: ¿es la política cambiaria una parte de la
política monetaria o lo es de la política económica general?
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Al respecto cabe señalar que la Constitución faculta, al Banco de México, en
el párrafo séptimo del artículo 28, para regular los cambios “en los términos que
establezcan las leyes y con la intervención que corresponda a las autoridades
competentes”.
La Ley del Banco de México, en vigor, establece en el artículo 3º fracción I,
que el Banco desempeñará la función de: “regular…los cambios”.
Asimismo, la Ley del Banco en el artículo 21 encomienda a la Comisión de
cambios la conducción de la política cambiaria.
La Comisión de cambios no es un órgano permanente. Se integra por:
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c) De tipo de cambio: de determinar la ratio a la cual la moneda nacional se
cambia por las divisas.
d) De la reserva: señalas las directrices respecto del manejo y valuación de
la reserva de activos internacionales.
Conclusiones
De esta suerte, la política cambiaria está sujeta al criterio de conducción y a los
intereses de la política fiscal.
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El armonizar la política fiscal, la política monetaria y la política cambiaria es
una tarea del titular del Poder ejecutivo federal, pero no a costa del
debilitamiento de las instituciones.
La obtención de autonomía por el Banco de México ha sido un proceso largo.
No obstante, tal proceso no ha concluido. Es todavía una página en
construcción. Si se quiere fortalecer la autonomía del Banco debe suprimirse el
derecho de veto de los servidores públicos de la Secretaría de Hacienda y
debe encomendársele la conducción de la política cambiaria exclusivamente al
Banco de México. Hay pruebas empíricas que el Derecho comparado puede
aportar sobre el particular y que confirman el buen éxito de esa solución.
Asimismo, deben ponerse candados al titular del Poder ejecutivo federal para
que no proponga en la terna a servidores de su gabinete y que la selección
descanse en criterios estrictamente técnicos. La disciplina de partido es
peligrosa en materia financiera pública.
La política cambiaria debe ser considerada como parte de la política
monetaria y, por lo tanto, ser una facultad exclusiva del Banco de México.
Debe modificarse el vocablo procurar del artículo 28 constitucional y
sustituirlo por uno que explicite, sin lugar a dudas, la fuerza vinculante del
mandato, como por ejemplo, decidir y ejecutar o conducir.
Debe explicarse en la propia Constitución política de los Estados unidos
mexicanos qué se entiende por “estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”
y tasar cuantitativamente en la Carta magna tanto la meta mínima de
crecimiento económico como la de inflación y establecerse que de no
cumplirlas los servidores públicos encargados serán sujetos a juicio de
responsabilidad y se les aplicarán las sanciones correspondientes.
Bibliografía
1
Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 1994, págs. 25 a 35.
Figueroa, Luis Mauricio. El Derecho dinerario, Porrúa, México, 2003, 191 pp.
Latter, Tony. La elección del régimen de tipo de cambio, ensayos # 57, CEMLA,
México, 1997, 28 pp.
Turrent y Díaz, Eduardo. “Las tres etapas de la autonomía del Banco central en
México”, en: Documentos de investigación, # 10, julio 2007, Banco de México,
México, disponible en:
http://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-discursos/publicaciones/
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F4B239DC47DD%7D.pdf, 34 pp.