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2021
La Oficina en Colombia del Alto Comisionado para los Derechos Humanos aseguró este viernes que el ELN
violó el derecho internacional humanitario al perpetrar los atentados contra las estaciones de policía en las
localidades de Barranquilla y Santa Rosa del Sur.
Tras llevar a cabo una investigación sobre los atentados, la Oficina ha concluido que los policías que murieron y
los que resultaron heridos por el ataque a la estación de Barranquilla simplemente se encargaban de mantener
el orden público en la zona urbana.
"Además, estaban ubicados en una zona lejana de donde se producen hostilidades y en un barrio donde hay
presencia cercana de población civil”, señalan en un comunicado. Por ello, “no pueden ser considerados
como combatientes, ni ser un blanco y gozan, junto con los civiles que resultaron heridos en este ataque, de la
protección establecida en el marco del derecho internacional humanitario”. Por eso, dicen que el atentado
supone “una violación de los derechos a la vida e integridad personal de las víctimas".
En el caso del ataque a la estación policial en el corregimiento Buenavista en Santa Rosa del Sur, en el
departamento de Bolívar, la Oficina señala que no está claro que los agentes y oficiales participaran en
acciones militares.
"Es necesario que las autoridades judiciales puedan verificar esta información en el marco de una investigación
pronta y exhaustiva”, señalan.
La Oficina pide a las partes que respeten las normas internacionales y los derechos humanos y recomendó
al Estado que traslade a la Policía Nacional, un cuerpo de naturaleza civil, del Ministerio de Defensa en el que
se encuentra al del Interior para separar las funciones.
“Esta decisión ratificaría que la policía es la institución encargada de desarrollar tareas de seguridad ciudadana
y reforzaría el carácter civil de esta institución, posicionándola para que cumpla de manera más eficaz y con
mayores garantías con su misión institucional en el contexto del postconflicto", explican.
La ONU pide al Gobierno y al ELN que sigan intentando alcanzar un acuerdo de paz "basado en el respeto y
garantía de derechos humanos, a través del cual se puedan lograr transformaciones estructurales en el acceso
y goce de derechos de la población en las zonas con presencia del ELN"
Justamente esa división fue la que a través de un comunicado indicó que ese grupo
de hombres armados serían muy “posiblemente” soldados del Batallón de
Infantería Junín, ubicado en Montería.
En videos que fueron grabados en la vereda y que circularon por redes sociales se
ve a los hombres usando prendas oscuras y pasamontañas y portando armas de
corto y largo alcance mientras amenazan a la población civil, incluidos menores de
edad y mujeres embarazadas. Algunas denuncias de testigos indicaron, además,
que algunos de ellos habrían intentado abusar de una mujer indígena.
No es la primera vez que hay quejas como esta por parte de las comunidades en
zonas rurales apartadas. Este diario ha registrado hechos parecidos desde el
2021 en tres regiones diferentes del país: Chocó, Putumayo y Guaviare.
Los casos de tropas comandadas por el general Murillo
En 2021 un episodio similar también involucró a hombres bajo el mando del
general Murillo cuando aquel aún no había sido ascendido a comandante de la
Séptima División, sino que coordinaba las operaciones militares en el Chocó al
frente de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán. El 12 de diciembre de ese año,
Colombia+20 reportó un episodio que había ocurrido un mes antes cuando una
docena de hombres con fusiles de asalto M4 y prendas de color verde oscuro, sin
ningún distintivo o insignia oficial, llegaron al caserío de Guachal, en jurisdicción
del Litoral del San Juan, Chocó.
En ese caso los pobladores también filmaron los hechos y en la grabación se veía a
los hombres con barba y cabello crecido, llevaban machetes, calzaban botas
pantaneras y no portaban ninguna insignia oficial, ni uniformes reconocibles como
del Ejército o la Policía. Además, se rehusaron a identificarse cuando la
comunidad los rodeó. La población supo que eran militares cuando fueron
evacuados por varios helicópteros.El objetivo de la operación era un mando medio
del Ejército de Liberación Nacional (ELN) conocido como ‘Schumager’ o
‘Marlon’ y acusado por la Fiscalía de delitos graves como el asesinato del
reincorporado de las Farc Robert Hurtado y del secuestro del excongresista Odín
Sánchez.
En ese caso los pobladores también filmaron los hechos y en la grabación se veía a
los hombres con barba y cabello crecido, llevaban machetes, calzaban botas
pantaneras y no portaban ninguna insignia oficial, ni uniformes reconocibles como
del Ejército o la Policía. Además, se rehusaron a identificarse cuando la
comunidad los rodeó. La población supo que eran militares cuando fueron
evacuados por varios helicópteros.
Este diario pudo determinar en ese entonces que miembros de la Fuerza de Tarea
Conjunta Titán cometieron irregularidades en por lo menos tres episodios en
caseríos del Chocó. Otro de ellos ocurrió el 21 de junio de 2021 en Montebravo
(Medio San Juan), cuando los militares dispararon contra las casas y engañaron a
los habitantes diciéndoles que eran miembros de las disidencias de las FARC, que
nunca han hecho presencia en la zona. Esta denuncia además fue respaldada por la
Defensoría del Pueblo y funcionarios de una Personería local que pidieron reserva
de su nombre.
Para este reportaje también le fue enviado un cuestionario a sus correos oficiales,
reiterándole las dudas de ese entonces y preguntándole por los hechos ocurridos el
pasado 12 de septiembre en El Manso, presuntamente cometidos por unidades de
la Séptima División bajo su mando. Sin embargo, para el momento de publicación
de este artículo no se obtuvo respuesta.
Otras denuncias en el resto del país
En Putumayo, una investigación de este diario demostró que la masacre de Alto
Remanso, cometida por unidades del Ejército adscritas al Comando Conjunto No.
3 Suroriente, siguió un patrón similar al ocurrido en Tierralta. De acuerdo con los
testimonios recopilados en ese momento, los miembros del Ejército se presentaron
diciendo “no somos Fuerza Pública, somos guerrilla”.
De acuerdo con Toni Pfaner, editor de la revista de la Cruz Roja, “para proteger a
la población civil, el uniforme militar puede y debe jugar un rol importante para
satisfacer la exigencia del principio de distinción de la población no combatiente”.
En ciertas operaciones de inteligencia, infiltración u operaciones especiales resulta
imprescindible el secreto, por ello es normal que miembros de la Fuerza Pública se
hagan pasar como parte de la población civil u oculten su misión, pues revelarse
como miembros de la Fuerza Pública podría poner en riesgo su vida y los
resultados de la operación. Sin embargo, este no era el contexto operacional de los
casos mencionados antes en este reportaje y tampoco de los hechos ocurridos en El
Manso el 12 de septiembre.
Consultado sobre este tema, el general Helder Giraldo aseguró que “esto no es
normal, ni corresponde a nuestra doctrina militar, ni a las políticas, ni a los
lineamientos establecidos por el mando institucional, es un hecho totalmente
aislado que es objeto de investigación y de comprobarse, pues los responsables
tendrán que asumir las consecuencias penales y disciplinarias”.