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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES.


PROGRAMA DE DERECHO
DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO
CRISTIAN JOSE ESPITIA GOMEZ

ESTUDIO CRITICO DE LAS SENTENCIAS DE LAS CORTE


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, SOBRE TEMAS RELATIVOS
AL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

El presente escrito pretende analizar desde una perspectiva académica el uso y la


interpretación que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha hecho del Derecho
Internacional Humanitario, en casos especiales, donde por medio del principio de
integración y complementariedad, ha abordado el estudio de casos que comprometen a los
Estados por la violación a normas concernientes a la aplicación de DIH, tal como lo ha
advertido los doctrinantes: “la principal coincidencia entre el DDH y el DIH radica en su
objetivo fundamental: la protección del ser humano, el DIH lo realiza en el marco de los
conflictos armados y el DDH parece no tener límites de este tipo. Las tesis principales que
intentan explicar la relación de estos ordenamientos son: la separatista que ha sido
marginada y poco recurrida; la integracionista y la complementarista que es la preferida por
los teóricos”1

ESTUDIO DE CASOS

Caso Bámaca Velásquez vs. Guatemala

Hechos

Los hechos del presente caso se circunscriben al desenvolvimiento del conflicto interno en
Guatemala.

1. En el año de 1992, Efraín Bámaca Velásquez “Everardo” era el comandante del


Frente Luis Ixmatá, del grupo guerrillero “ORPA - Organización del pueblo en
armas” de Guatemala.
1
Núñez, S (2011). Interpretación y aplicación del derecho humanitario en el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos. Alegatos (77). Recuperado de: https://www.corteidh.or.cr/tablas/r26785.pdf
2. El 15 de febrero de 1992 inició su actividad la Fuerza de Tarea Quetzal creada por
el Ejército para combatir la guerrilla en la zona suroeste del país.
3. Era práctica del Ejército capturar guerrilleros y mantenerlos en reclusión clandestina
a efectos de obtener, mediante torturas físicas y psicológicas, información útil para
el Ejército. Buena parte de los detenidos fueron ejecutados
4. El 12 de marzo de 1992 se produjo un enfrentamiento armado entre combatientes de
la guerrilla pertenecientes al Frente Luis Ixmatá y miembros del Ejército en las
orillas del río Ixcucua, en el Municipio de Nuevo San Carlos, Departamento de
Retalhuleu71. En dicho enfrentamiento fue capturado vivo Efraín Bámaca
Velásquez.
5. Los captores trasladaron a Efraín Bámaca Velásquez, quien estaba herido, al
destacamento militar de Santa Ana Berlín, Zona Militar No. 1715, ubicada en
Coatepeque, Quetzaltenango. Durante su reclusión en este destacamento Bámaca
Velásquez permaneció atado y con los ojos vendados y fue sometido a apremios
ilegales y amenazas durante su interrogatorio.
6. Efraín Bámaca Velásquez permaneció en el destacamento militar de Santa Ana
Berlín del 12 de marzo de 1992 hasta el 15 ó 20 de abril del mismo año.
Posteriormente fue trasladado al centro de detención conocido como La Isla, en
ciudad de Guatemala.
7. Luego de permanecer en ciudad de Guatemala, Efraín Bámaca Velásquez fue
trasladado a las bases militares de Quetzaltenango, San Marcos y Las Cabañas.
8. El 18 de julio de 1992, aproximadamente, Efraín Bámaca Velásquez estaba en la
Zona Militar No. 18 de San Marcos. En este lugar fue interrogado y sometido a
torturas. La última vez que se lo vio se encontraba en la enfermería de dicha base
militar atado a una cama de metal.

Hasta el momento del caso se desconoce el paradero de Efraín Bámaca Velásquez.

Aplicación del DIH

Si bien no ha sido directa la aplicación del DIH, particularmente de los Convenios de


Ginebra, de parte de la CIDH, dada la limitación de la competencia a las violaciones a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, se hace mención al artículo 3 común de
los Convenios de Ginebra, conforme se reconoce que en Guatemala se desarrollaba un
conflicto de carácter no internacional.

Así mismo, la configuración de desaparición, tortura y ejecución extrajudicial, se relaciona


con la Convención en la inderogabilidad de los derechos violados (vida, a no ser sometido a
tratos crueles, inhumanos o degradantes), como normas de jus cogens.

Protección 

De los hechos y la apreciación probatoria la Corte concluye que el Estado de Guatemala


violó los derechos a la libertad personal, a la integridad personal,  a la vida, a las garantías
judiciales y a la protección judicial, la prohibición de la desaparición forzada y la
prohibición de tortura.

En razón a las anteriores declaraciones ordena al Estado adelantar la investigación judicial


para atribuir las responsabilidades individuales del caso, a publicar tales resultados y a
indemnizar a las víctimas de los hechos ocurridos sobre el señor Efraín Bámaca.

Caso de la “Masacre de Mapiripán” vs. Colombia

Hechos

1. Existe en Colombia un conflicto de carácter no internacional con los grupos


armados ilegales denominados “Paramilitares” y guerrillas. 
2. El 12 de julio de 1997 aproximadamente un centenar de miembros de las AUC
llegaron en vuelos irregulares a San José de Guaviare y fueron recogidos por
miembros del ejército sin que estos realizaran ningún tipo de control.
3. El ejército colombiano facilitó el transporte de los paramilitares a Mapiripán.
4. Durante el recorrido de San José del Guaviare a Mapiripán los miembros del grupo
paramilitar transitaron sin ser detenidos por áreas de entrenamiento de las tropas de
la Brigada Móvil II, esta última bajo el mando del Coronel Lino Hernando Sánchez
Prado.
5. El 14 de julio de 1997 las AUC irrumpieron en el poblado de Charras, reunieron a
los habitantes en la plaza principal y les repartieron la revista “Colombia Libre”,
con un inserto titulado “Al Pueblo de Guaviare”, firmado por el “Frente Guaviare”
de las AUC, que amenazaba de muerte a todo aquel que “pagara impuestos” a las
FARC.
6. Al amanecer del 15 de julio de 1997, más de 100 hombres armados rodearon
Mapiripán por vía terrestre y fluvial. Los hombres que conformaban el grupo
paramilitar vestían prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares, portaban
armas de corto y largo alcance, cuyo uso era monopolio del Estado, y utilizaban
radios de alta frecuencia.
7. Al llegar a Mapiripán, los paramilitares tomaron control del pueblo, de las
comunicaciones y de las oficinas públicas y procedieron a intimidar a sus
habitantes, y a secuestrar y producir la muerte de otros.
8. El 15 de julio de 1997 las AUC separaron a 27 personas identificadas en una lista
como presuntas auxiliares, colaboradores o simpatizantes de las FARC y que estas
personas fueron torturadas y descuartizadas por un miembro de las AUC conocido
como “Mochacabezas”.
9. Los paramilitares permanecieron en Mapiripán desde el 15 hasta el 20 de julio de
1997, lapso durante el cual impidieron la libre circulación a los habitantes de dicho
municipio, y torturaron, desmembraron, desvisceraron y degollaron
aproximadamente a 49 personas y arrojaron sus restos al río Guaviare. Además, una
vez concluida la operación, las AUC destruyeron gran parte de la evidencia física,
con el fin de obstruir la recolección de la prueba.
10. La fuerza pública llegó a Mapiripán el 22 de julio de 1997, después de concluida la
masacre y con posterioridad a la llegada de los medios de comunicación.

La participación de agentes del Estado en la masacre no se limitó solamente a facilitar el


ingreso de las AUC a la región, ya que las autoridades tuvieron conocimiento del ataque
perpetrado contra la población civil en Mapiripán y omitieron adoptar las medidas
necesarias para proteger a los miembros de la comunidad.

Aplicación del DIH

La CIDH aplica ampliamente los parámetros del DIH en la caracterización que realiza del
conflicto armado en Colombia, conflicto de carácter no internacional cuyos actores son de
una parte el ejército junto con los grupos ilegales “Paramilitares”, y de otro, la guerrilla de
las “FARC”.

De las consideraciones sobre el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra, y del II


Protocolo adicional, extrae la Corte las obligaciones que fueron incumplidas respecto a las
víctimas y a las personas protegidas, de un lado obligaciones de carácter pasivo de respeto,
y de otro lado, siendo las más relevantes para el caso, obligaciones de carácter activo de
protección frente a las posibles violaciones de terceros.

Se evidencia además que una de las formas más usuales en las que la Corte incorpora el
DIH en sus decisiones es como parámetro de interpretación en virtud de lo dispuesto por en
el artículo 29b, en tanto estudia la vinculatoriedad de los instrumentos de DIH para el
Estado demandado, dando una interpretación más amplia al goce y ejercicio de los derechos
cuando estos están reconocidos en la normativa interna o en alguna otra convención de la
que el Estado sea parte.

Protección

La Corte ordena al Estado Colombiano inmediatamente activar y completar eficazmente, en


un plazo razonable, la investigación para determinar la

responsabilidad intelectual y material de los autores de la masacre; individualizar e


identificara las víctimas ejecutadas y desaparecidas, así como sus familiares; proveer a
familiares y víctimas  por el tiempo que sea necesario, sin cargo alguno y por medio de los
servicios nacionales de salud, un tratamiento adecuado, incluida la provisión de
medicamentos; construir un monumento que honre a las víctimas; implementar, programas
de educación en derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario permanentes
dentro de las fuerzas armadas colombianas, en todos los niveles jerárquicos. Además de
ordenar la reparación por los daños morales y patrimoniales a las víctimas y familiares.

Caso de las comunidades afrodescendientes desplazadas de la cuenca del río Cacarica


(operación génesis) vs. Colombia

Hechos

Otro caso para mencionar es el caso de la operación génesis donde a partir de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos se establece la responsabilidad internacional de
Colombia derivada de las violaciones de derechos humanos cometidas en el marco de la
llamada operación. Los hechos del caso tuvieron lugar durante la finalización de la década
de 1990, en el Urabá Chocoano donde ya se enmarcaba un contexto infundado con la
presencia de grupos armados ilegales y la constante situación de violencia en la región por
parte de  “bloques” conformados por las FARC, el ELN, las Autodefensas Campesinas de
Córdoba y Urabá (ACCU) y demás grupos al margen de la ley; la población
afrocolombiana que habitaba la región tuvo que soportar en su territorio amenazas,
asesinatos y desapariciones, que originaron su desplazamiento forzados a gran escala.

 El caso tuvo lugar en el marco de una operación militar llamada «Génesis» que se llevó a
cabo entre el 24 y el 27 de febrero de 1997 en el área general del Río Salaquí y Río
Truandó para capturar y/o destruir integrantes del grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia. Simultáneamente a la operación Génesis, grupos
paramilitares de las ACCU, en el desarrollo de la llamada “Operación Cacarica”,
emprendieron un avance para llegar a las riberas de los ríos Salaquí y Truandó, donde
desarrollaron operaciones conjuntas con el Ejército; los paramilitares decapitaron
públicamente frente a toda su comunidad a Marino López Mena, un agricultor del caserío
Bijao-Cacarica, y desmembraron su cuerpo. Todos estos hechos fueron comandados en
operación conjunta con el ejército nacional con el general Rito Alejo del Río, como
comandante de la operación.

Como consecuencia, comenzaron los desplazamientos forzados, los desplazados siguieron


siendo objeto de actos de hostigamiento, amenazas y violencia por parte de grupos
paramilitares, y se produjeron afectaciones tanto a los bienes individuales como a los bienes
colectivos de las comunidades del Cacarica por las destrucciones y saqueos que se
produjeron en el transcurso de la operación “Cacarica”. Aproximadamente 3.500 personas
pertenecientes a 23 comunidades afrodescendientes del Bajo Atrato chocoano se
desplazaron del territorio entre 1997 y 2000 ante el recrudecimiento del conflicto armado
entre la insurgencia, los paramilitares y el Ejército Nacional. Del mismo modo, esas
mismas comunidades fueron desposeídas de sus territorios ancestrales, los cuales fueron
objeto de explotación ilegal por parte de empresas madereras con permiso o tolerancia del
Estado.
Aplicación del DIH y su protección

La Corte dispuso que esta sentencia constituía una forma de reparación donde el Estado
deberá utilizar los medios que sean necesarios, para continuar eficazmente las
investigaciones abiertas y abrir las que sean necesarias, con el fin de individualizar, juzgar
y eventualmente sancionar a todos los responsables de los hechos del presente; a su vez, el
Estado debe realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional
por los hechos, brindar el tratamiento médico adecuado y prioritario que requieran las
víctimas, restituir el efectivo uso, goce y posesión de los territorios reconocidos en la
normativa interna a las comunidades afrodescendientes agrupadas en el Consejo
Comunitario de las Comunidades de la Cuenca del río Cacarica mientras garantiza que las
condiciones de los territorios que se restituyan sean adecuados para la seguridad y vida
digna tanto de quienes ya han regresado como de quienes aún no lo han hecho, así como
sus debidas indemnizaciones incluyendo el monto que el Estado debe pagar (US$
105,000.00 y US$ 10,000.00 a cada uno de sus hermanos) por concepto de daños materiales
e inmateriales ocasionados al señor Marino López Mena y sus familiares.

Caso Castro Valencia – Consejo de Estado Colombia

Hechos

El 23 de agosto de 1996 se desarrolla una movilización pacífica campesina proveniente de


diferentes sitios de Caquetá; en el momento de los hechos esta congregación se encontraba
en el municipio de Belén, con dirección a Florencia, al darse continuación, la fuerza pública
se opuso haciendo uso de armas, dando como resultado enfrentamientos que concluyeron
con la afectación a integridad física y vida de algunos de los protestantes.

En medio de las hostilidades, Jesús Ernesto Castro Valencia, miembro del Comité de
Emergencia ciudadana que se encontraba prestando operaciones humanitarias de traslado
de heridos en su vehículo, fue alcanzado por uno de los disparos efectuados por la fuerza
pública.

Aplicación del DIH

Se llega a la conclusión de imputar la responsabilidad patrimonial al Estado atendiendo a la


razón del uso de armas de dotación oficial, causando lesiones al personal de comité de
asistencia humanitaria, a su vez, debido al uso desproporcionado de la fuerza por parte del
ejército nacional, es culpado el ministerio de defensa nacional, entendiendo que la fuerza
pública desarrolló su accionar desconociendo las obligaciones del derecho nacional e
internacional de los derechos humanos (al que está supeditado el ejercicio de sus funciones)

Se observa que en procura de controlar el orden público, no les es permitido el uso de


armas de fuego, atendiendo a que los protestantes desarrollaron su movilización
pacíficamente, se encontraban desarmados, y, concretamente, el señor Jesús Ernesto Castro
Valencia no tenía la obligación de soportar el daño al que fue expuesto.

Protección

Se decide proteger los derechos transgredidos por medio de la implementación de medidas


restaurativas (garantías de no repetición y de rehabilitación). Además, se hace necesario
llevar a cabo la debida indemnización material, siendo el daño emergente y lucro cesante
dos pautas para determinarla, asimismo, es pertinente efectuar la reparación integral “como
las medidas de justicia restaurativa, siendo derecho de las víctimas de graves violaciones de
los derechos humanos, del derecho internacional humanitario o de los derechos
fundamentales, con el fin de que las víctimas mejoren su situación, superen miedo, zozobra
y desesperanza.”

Se le condena al Ministerio de Defensa y el ejército Nacional por lo sucedido y se les


ordena el pago de indemnización al señor Jesús y su familia, junto a la atención médica
complementaria en aras de recuperar su integridad física.

Además, se ordena el envío de circulares al ejército nacional en el departamento de


Caquetá, informando las consecuencias, responsabilidades y sanciones que representa para
el Estado colombiano efectuar este tipo de vulneraciones.

CONCLUSIÓN

El DIH ha sido utilizado, en un primer momento, para determinar la existencia de un


conflicto armado (de carácter no internacional), hecho que debe ser probado en el curso de
la situación para establecer cuáles son las obligaciones (de respeto y garantía) que ha
asumido el Estado en el que se desarrolla el mismo.
De otro lado, la utilización del DIH se justifica en las normas de interpretación contenidas
en la Convención Americana de Derechos Humanos, la cual señala que son estas normas
parámetro de interpretación, en tal caso no se declara la responsabilidad por violar
disposiciones de otros tratados que desbordan su competencia, sino que se halla que las
conductas, hechos u omisiones infringen otros instrumentos de protección.

Por último, es importante señalar que ha manifestado, fundamentalmente la Corte, que la


complementariedad que surge de la utilización del DIH en el estudio de los casos no
desplaza ni jerarquiza estas normas, sino que le da un contenido y alcance diferente a los
derechos debidamente reconocidos en la Convención; el derecho a la vida, a la integridad
personal, a la propiedad, y aquellos que se vieren afectados.

REFERENCIAS

 Consejo de Estado de Colombia. (30 de Abril de 2014). Caso Castro Valencia.


Recuperado el 9 de Septiembre de 2020, de Rama judicial:
http://sidn.ramajudicial.gov.co/SIDN/DOCTRINA/TEXTOS_COMPLETOS/Libro
DDHH/328CasoCastroValencia/18001-23-31-000-1998-00196-01(29783).doc
 Corte Interamericana de los Derechos Humanos. [Internet] Sentencia de 20 de
Noviembre de 2013. [Consultado el 05 de septiembre de 2020]. Disponible en:
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_270_esp.pdf
 Corte Interamericana de  Derechos Humanos. [Internet] Sentencia de 25 de
noviembre de 2000. [Consultado el 05 de septiembre de 2020]. Disponible en
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_70_esp.pdf 
 Corte Interamericana de  Derechos Humanos. [Internet] Sentencia de 15 de
septiembre de 2005 [Consultado el 05 de septiembre de 2020]. Disponible en
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_134_esp.pdf
 Núñez, S (2011). Interpretación y aplicación del derecho humanitario en el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos. Alegatos (77). Recuperado de:
https://www.corteidh.or.cr/tablas/r26785.pdf

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