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Actividades para la BURBUJA ROJA de 6° A para la semana del 17 al 20 de agosto:

Les recuerdo que estas actividades son para realizar en la semana que no asisten a la escuela y serán corregidas en
clase en la semana presencial. Es importante realizarlas, ya que a partir de ellas continuaremos trabajando con los
contenidos.

Les sugiero que se organicen para ir realizando a lo largo de la semana las actividades. Este archivo lo podrán
encontrar en la librería Ana Paula, para quien desee imprimirlo.

Todas las actividades resolvelas en la carpeta de cada área.

Área: MATEMÁTICA

Esta clase será un repaso de divisibilidad. Te invito a revisar en tu carpeta lo visto anteriormente sobre este tema.
Vamos a comenzar el repaso jugando.

RETIRANDO MÚLTIPLOS Y DIVISORES


 Es un juego de competición entre dos jugadores.
 Cada jugador/a retira o tacha por turno un número sacándolo del cuadro.
 Los números retirados o tachados no se reponen.
 El número que se retira debe ser múltiplo o divisor del retirado anteriormente y que se ve en el
recuadro.
 Pierde quien retire un número indebido o quien ya no pueda retirar más números.
 El primer número que se retire debe ser par

- Respondé:
¿Con quién jugaste? ¿Quién ganó? ¿Qué dificultades se les presentaron a lo largo del juego?

- Resolvé:

1) Para su kiosco, Bruno compró 24 cajitas de pochoclos y 60 chupetines. Quiere hacer una promo con los dos
productos. ¿Cuál es la mayor cantidad de paquetes iguales que puede armar poniendo los dos productos, sin
que sobre nada? ¿Qué contendrá cada paquete de la promo?
2) En un vivero riegan las plantas suculentas cada 6 días y las cactáceas, cada 10 días. El último sábado regaron
las de ambas clases. ¿Dentro de cuántos días volverán a coincidir? ¿Qué día de la semana será?

3) Completá el siguiente cuadro de repaso:

 Para saber si un número es divisible por otro


podés…………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………
…………………………………….
 La diferencia entre los números primos y los compuestos
es………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………
…………………………………..
 Para buscar el mcm entre dos números seguí estos pasos:
…………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………
………………………………….
 Para encontrar el mcd tenés que seguir estos pasos:
…………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………
………………

Área: Prácticas del lenguaje

Continuamos trabajando con “Jasón y los Argonautas”

La última clase que leímos ustedes debían leer desde la página 38 a la 44, realizando un registro de los lugares
recorridos por Jason y los Argonautas y lo que vivieron en cada lugar.

Esta semana deberás leer hasta el final de la historia del realizando un registro breve, en tu carpeta, de los lugares
que recorrió Jasón y lo que fue viviendo con los Argonautas y Medea en cada uno de esos sitios.

Repasá la lectura en voz alta, ya que realizaremos la relectura de algunos fragmentos en clase.

Área: Ciencias Sociales

Lee el siguiente artículo periodístico

Identidad y discriminación
Mundos íntimos. Soy hijo de bolivianos: en la escuela primaria unos compañeros me
decían que no podía cantar el himno argentino
Ancestros. Las familias de sus padres estaban peleadas. Ellos se enamoraron y vinieron en secreto a la
Argentina donde nació el autor. Sus tíos lo apodaron 50 centavos: parecía mitad de acá y mitad de allá.
12/06/2020 - 22:00 Clarín.com Sociedad

Mis padres son bolivianos, más precisamente de Laguna Carmen: un pequeño pueblo de campesinos ubicado 50
kilómetros al este de Cochabamba. En Laguna Carmen las casas son de barro -algunas como pequeñas mansiones del
lejano oeste, otras con forma de iglú- y la gente vive de la cría de animales y del cultivo. Ellos habían comenzado a
verse a escondidas porque sus familias estaban peleadas: una vieja disputa por un terreno las había enemistado y no se
dirigían la palabra. Mi papá se había recibido de topógrafo, carrera que cursó en la ciudad después de hacer el servicio
militar, y mi mamá era costurera. Como nadie podía verlos juntos, cuando yo aparecí en los planes, y antes de que se
notara demasiado el embarazo, decidieron venir a la Argentina para buscar un futuro diferente. Salieron al
amanecer, como siempre, para cortar alfalfa. Se encontraron entre los maizales y partieron sin decirle nada a nadie,
llevando unos pasajes de tren, algo de plata y un bolso mínimo.
Siempre que hablo sobre ellos hay una pregunta que aparece inmediatamente, si soy argentino o boliviano, es lo
primero que las personas quieren saber. Como nací en Buenos Aires, soy argentino, pero también, claro, tengo mi
parte boliviana. La llevo por linaje y también porque mis padres siempre mantuvieron sus costumbres. En casa, por
ejemplo, se la pasaban conversando en quechua y solo hablaban en español cuando tenían que hacerlo conmigo (…)
Fue cuando hice mis primeros amigos que me di cuenta que en mi casa manejábamos costumbres diferentes a las del
resto. Además de lo que pasaba con el idioma, nosotros no sabíamos lo que era el mate y en cambio en el
desayuno tomábamos api, una infusión espesa de color violeta, con una especie de torta frita gigante de masa
dulce que mi mamá llamaba buñuelos. Luego, ella alternaba platos tradicionales como la sopa de maní, el picante de
pollo o el chuño con los nuevos: el puchero o milanesas con ensalada rusa.
Tantas costumbres diferentes empezaron a instalarme la idea de que éramos diferentes. En ese momento me la pasaba
pensando si eso estaba bien o mal, pero en la escuela, cuando vinieron las miradas de prejuicio de los otros, esa idea se
volvió espesa. En los actos escolares algunos compañeros me codeaban y me decían que no me correspondía cantar
el himno. Por más que había nacido en Buenos Aires, para el barrio y para mis compañeros yo era boliviano. Así me
decían, enunciando la nacionalidad como si fuera un insulto.
Todo mi tema con la identidad se volvió más complicado cuando vi que mis tíos tampoco me reconocían como
paisano suyo. “No parece boliviano”, decían como si se tratara de un elogio extraño (…)

Durante los 90 se armó una gran comunidad boliviana en Berazategui y Ezpeleta. Sobre la avenida Varela se
instalaron casas de comidas típicas, los fines de semana se armaban campeonatos de fútbol, y la feria de los sábados,
la Tinkunaku -que en quechua significa “encontrémonos”-, se volvió un punto de referencia. Mis padres me llevaban
siempre, para ellos era una forma de reencontrarse con la llajta, como se denomina en quechua a la tierra de origen. La
feria tenía un clima particular, sentías el aroma de las comidas, se podían conseguir productos autóctonos como el
locoto y la kirkiña, y también cassettes y VHS piratas con la última música boliviana. Caminar por la feria era
encontrarse con infinidad de parientes y conocidos. Siempre pedía que me compraran empanadas “salteñas”: así les
decían a unas de masa dulce rellenas con papa en cubos y pedazos grandes de pollo que a veces incluían hueso y piel.

En la feria los bolivianos se refugiaban por afinidad y nostalgia, pero también por el rechazo que recibían en la calle a
diario. Su color de piel, sus rasgos indígenas, los dientes de oro o simplemente su forma de vestir o de hablar
evidenciaban su origen. Era común que les dijeran que se volvieran a su país o que, si se sentaban en un bar, el mozo
directamente no los atendiera. En mi casa siempre se hablaba sobre eso durante la cena (…)

La mayoría de los otros hijos de bolivianos de mi edad que yo conocía no salían del círculo de la colectividad.
Trabajaban con sus padres, escuchaban música boliviana y solo iban a eventos de paisanos. Parecían no querer, o no
necesitar, romper la tradición. En cambio, a mí se me complicaba entender hasta dónde yo podía, o quería, seguir con
esas costumbres principalmente porque casi todo lo que me atraía, como la música y el cine, venían de otra parte (…)

Después de todo lo que pasé en la escuela en relación a la nacionalidad de mis padres, cuando empecé el secundario
decidí no hablar sobre ellos ni sobre mis viajes a Bolivia para evitar situaciones que me lastimaran. Imaginaba el
rechazo y no quería repetir viejas heridas. Simplemente omití el tema. Como hice el secundario en Ezpeleta tuve
muchos compañeros que también eran hijos de inmigrantes (…)

Una de mis bandas favoritas en ese momento era Jaime sin tierra. Una vez leí que el nombre del grupo se debía a una
situación particular de uno de sus integrantes. Él había nacido en Suiza, donde la nacionalidad no se otorga por el
lugar de nacimiento sino por la de los padres. Entonces para Suiza, él era argentino y para Argentina, suizo. Ese dato
me hizo sentir más identificado con ellos, porque durante mucho tiempo, a mí manera, yo también me sentí sin tierra
(…)
Durante la facultad terminé de ver que las cosas podían ser diferentes cuando conocí a un compañero que había
quedado fascinado con Bolivia después de recorrerla como mochilero en sus vacaciones. Fue la primera vez que sentí
que compartir la historia de mis padres y hablar sobre Laguna Carmen podía acercarme a la gente en vez de excluirme.
Fue como un cambio de paradigma, dejé de sentir la necesidad de esconder cosas, superé algunos complejos, y, más
que no sentirme parte de ninguna nacionalidad, empecé a amigarme con la idea de que pertenecía a las dos (…)

Con los años viajé muchas veces más a Laguna Carmen. La última fue con mi mujer, que es argentina, y mi hijo. Ver
a mi abuelo, el único que sigue vivo, jugar con mi hijo fue cerrar un círculo personal. A veces, cuando tengo ganas de
conectar otra vez con Bolivia, vuelvo a la feria de Ezpeleta en busca de las empanadas salteñas. Esas empanadas son
mi magdalena de Proust, me llevan al sabor de mi infancia. También me gusta ir con mi familia a los festejos de la
comunidad boliviana. Lo disfruto, me encanta ver las comparsas y compartir eso con ellos, pero al mismo tiempo estar
ahí me recuerda mi lugar intermedio. Me veo parte y a la vez ajeno; y a veces cuando saco alguna foto no puedo evitar
sentirme un poco turista.

Actividad:

- Elegí dos de las siguientes frases expresadas por Aldo en el artículo y explicalas con tus palabras.

a) “Tantas costumbres diferentes empezaron a instalarme la idea de que éramos diferentes.”

b) “…en la escuela, cuando vinieron las miradas de prejuicio de los otros, esa idea se volvió espesa.”

c) “…para el barrio y para mis compañeros yo era boliviano. Así me decían, enunciando la nacionalidad como si fuera
un insulto.”

d) “En la feria los bolivianos se refugiaban por afinidad y nostalgia, pero también por el rechazo que recibían en la
calle a diario.”

e) “Ese dato me hizo sentir más identificado con ellos, porque durante mucho tiempo, a mí manera, yo también me
sentí sin tierra”

f) “Me veo parte y a la vez ajeno; y a veces cuando saco alguna foto no puedo evitar sentirme un poco turista.”

Área: Ciencias Naturales

La función de nutrición.

1- Lee detenidamente el siguiente texto del manual “Biciencias 6, Kapeluz”


2- Responde:
a- Explica con tus palabras la diferencia entre alimentación y nutrición, en qué consiste cada
uno.
b- ¿A que llamamos comida, alimento y nutriente?
c- Mencioná los distintos tipos de nutrientes que se mencionan en el texto y escribí un ejemplo
de cada uno.

Les recuerdo que comenzaremos a organizar la Biblioteca del Aula de 6°, y que los libros se encuentran en la Librería
Babilonia (Rivadavia 889) para que puedan elegir entre ellos y lo traigan, en la medida de lo posible, en la semana
que la burbuja azul vuelve a las clases presenciales.

Cualquier duda estoy a su disposición. Seño Su

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