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Bolilla XVI: Derecho Internacional Penal y Derecho Internacional Fiscal:

Ámbito espacial de la ley penal:

En el campo de la justicia penal, rige, la regla que dice que ningún Estado aplicará en su
territorio las leyes penales de los demás, lo cual significa la interdependencia de la jurisdicción
penal y del Derecho aplicable.
La jurisdicción internacional argentina como consecuencia de la aplicabilidad del Derecho
Penal argentino constituye un supuesto enfocado en la primera parte del Art. 1 inc. 1º; del C.
Penal, y se da en cuanto el Derecho Penal argentino resulta aplicable en virtud de los principios
adoptados por él a este efecto.
El principal es principio de la territorialidad, con arreglo a este el Derecho Penal argentino es
aplicable a cuantos delitos se cometan en el territorio de la Nación Argentina.
El primer problema que se suscita en este orden de ideas es saber dónde se perpetran los
llamados delitos a distancia, o sea, aquellos en los cuales pueden disociarse espacialmente la
conducta delictuosa y su resultado.
El segundo problema con el cual hemos de enfrentarnos es el de la delimitación del territorio
argentino. La delimitación del territorio de un país se hace primariamente según las reglas
pertenecientes al DIPú. Lo que se discute es si dichas reglas juspublicistas internacionales
forman parte sin más del Derecho nacional correspondiente (doctrina monista, la que sigue la
argentina).

La territorialidad no constituye el único punto de conexión del Derecho Penal argentino. Existe
también el principio de la personalidad que enlaza a la nacionalidad del presunto autor del
delito, y del cosmopolitismo que enfoca el bien protegido por la disposición penal como de
interés universal.

Existe también el llamado principio real u objetivo. El `principio real parte del bien jurídico
protegido por la disposición penal: SI este bien jurídico tiene un interés nacional especial, se
castiga al delincuente dondequiera que haya perpetrado el delito. El principio real enfoca los
casos en los que tanto la conducta delictuosa como sus efectos se llevan a cabo fuera del
territorio nacional, repercutiendo, sin embargo, las consecuencias del delito sobre un bien
jurídico nacional estimado digno de especial protección. El CPen argentino recoge el principio
real en el Art. 1º, inc.2º.

Lo que se discute es si un país ejerce o no jurisdicción sobre un buque mercante en un puerto


extranjero; en otras palabras: mientras forma parte transitoriamente del territorio del país al que
el puerto pertenece. Existen 2 teorías con respecto a este problema.

 Tesis Inglesa: Somete a los barcos mercantes extranjeros en aguas jurisdiccionales


propias por completo a la propia jurisdicción, con lo cual excluye prácticamente la
jurisdicción del país de la matrícula del barco.
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 Tesis Francesa: El país en cuyo territorio el buque mercante se encuentra, ejerce su


poder punitivo: 1) Si el delito ha sido perpetrado a bordo por una persona o contra una
persona que no pertenezca al equipaje; 2) Si la tranquilidad del puerto ha sido
comprometida por el delito; 3) Si se reclamó el auxilio de las autoridades locales.

El Tratado de Derecho Penal Internacional de 1889, contiene, en su Art. 1º, el principio de la


territorialidad y el repudio del principio de la personalidad. El Art. 2º se inspira en el principio
real. El Art. 13, con respecto a la piratería, comulga el principio cosmopolita.
Con respecto a los buques, el tratado recoge la doctrina francesa.
En principio, cada juez aplica su propio Derecho Penal, aunque hay alguna excepción a este
principio. A este efecto, sientan los Arts. 3 y 4 la siguiente regla: cuando un delito afecta a
diferentes Estados (delito a distancia) prevalecerá, para juzgarlo, la competencia de los
tribunales del país damnificado en cuyo territorio se capture al delincuente (teoría de la
ubicuidad). Si el delincuente se refugiase en un Estado distinto de los damnificados,
prevalecerá la competencia de los tribunales del país que tuviese la prioridad en el pedido de
extradición.
Tratándose de un solo delincuente, tendrá lugar un solo juicio, y se aplicará la pena más grave
de las establecidas en las distintas leyes penales infringidas. Si la pena más grave no estuviera
admitida por el Estado en el que se juzga el delito, se aplicará la que más se aproxime en
gravedad.
El Derecho Penal argentino se afilia al principio de la territorialidad y al principio real (Art. 1º,
CPen). Excepcionalmente, con miras a los delitos llamados “internacionales”, comulga con el
principio cosmopolita. El principio de la personalidad del autor solo aparece en el supuesto de
que se deniegue la extradición de un presunto delincuente argentino, en razón de que en esta
hipótesis es obligatorio juzgarlo en la Argentina.

Problemas generales en el DIPenal:

- Principios fundantes: Uno repercute en los demás: el de la protección de la libertad


humana. El principio de legalidad defiende la libertad porque se piensa que cada
persona es capaz de adoptar una conducta jurídicamente aceptable en la medida en
que esté al tanto de las prohibiciones que presuntamente conoce. En verdad, el
conocimiento de lo antijurídico se da con mayor razón en el domicilio que en el territorio
donde se realiza la conducta: donde se vive se produce la mayor cantidad de actos
jurídicos y antijurídicos y se puede estar alerta sobre sus normas. Sin embargo,
históricamente hablando, no se eligió esta conexión para identificar jurisdicción y
derecho aplicable al enjuiciamiento de la conducta sino la del lugar de perpetración del
hecho ilícito.
En el caso del derecho argentino, el derecho aplicable es el medio para identificar la
jurisdicción.
El principio real o de defensa es una extensión de la soberanía; por ello, se asimila a los
delitos cometidos en el país a los perpetrados en el extranjero pero con efectos
colaterales en Argentina.
En síntesis la protección de la libertad humana, manifestada en los principios de
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legalidad y en el del juez natural, está vinculada a la organización soberana de los


Estados. De la mezcla de la libertad y soberanía surge el llamado principio territorial y
sus extensiones: atribuye jurisdicción y se aplica el derecho del Estado donde se
perpetró.
El principio de la nacionalidad activa atribuye la competencia según la nacionalidad
del autor. Un derivado más lejano pero inspirado en el mismo principio de soberanía
que el territorial.
El principio de la nacionalidad pasiva atribuye competencia en virtud de la
nacionalidad de la víctima. Le caben los mismos argumentos que el anterior.
El principio cosmopolita defiende la punibilidad del delincuente doquiera éste se
encuentre. Origina la llamada jurisdicción universal que es la sumida por un Estado en
el lugar de detención por la sola presencia del presunto delincuente, cualquiera fuere el
lugar de comisión del delito, la nacionalidad del presunto victimario, de la víctima o de
los efectos del delito.

Dimensión dikelógica:

Hay que distinguir entre el ámbito espacial activo (Quienes aplican) y pasivo (Dónde deben
realizarse los casos).
En cuanto al primero, el Derecho Penal argentino es aplicado por las autoridades argentinas; y
estas autoridades no aplican otro Derecho Penal que éste, y en principio, sólo ellas lo aplican.
En cuanto al segundo, el Derecho Penal argentino se aplica siempre a los delitos perpetrados
en la Argentina (principio de territorialidad), a veces a los delitos que producen efectos no
tipificados en la Argentina (principio real objetivo o de defensa), a los cometidos por un
argentino en el extranjero cuya extradición se deniega (principio de personalidad) y a ciertos
delitos llamados internacionales dondequiera que se cometan (principio cosmopolita).
Entre ambos ámbitos espaciales existe una relación de interdependencia. Si a un delito resulta
aplicable Derecho Penal Argentino (ámbito espacial pasivo), debe haber competencia
jurisdiccional argentina, puesto que sólo las autoridades argentinas aplican Derecho Penal
argentino. Por otra parte, si hay jurisdicción internacional argentina (ámbito espacial activo),
forzosamente debe resultar aplicable Derecho Penal argentino, ya que las autoridades
argentinas no aplican otro Derecho Penal que éste.

Auxilio judicial Internacional:

En el proceso penal la presencia física del acusado es de gran trascendencia, puesto que su
inspección y su interrogatorio arrojan luz iluminadora sobre los acontecimientos a esclarecer.
La persona condenada a causa de un delito penal muchas veces es condenada a una pena
privativa de libertad, y a veces inclusive a la pena capital; la ejecución supone su presencia
física. Como evidentemente puede ocurrir, y por razones obvias es fácil que ocurra, que el
acusado o el condenado no esté ni tenga inclinación de estar ante los estrados del tribunal, el
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auxilio judicial internacional en materia penal dispone un expediente tendiente a remediar esta
dificultad que es la extradición.

Auxilio judicial internacional en materia penal: Las mismas causas que facilitan la comisión de
delitos internacionales (tecnología, avances en transportes, etc.) permiten a su vez mejorar la
colaboración de los Estados. La Argentina se ha adaptado a la lucha contra esas modalidades
delictivas ratificando o adhiriendo a tratados internacionales y modificando su normativa interna
que las prevén.
En la Reunión de Ministros de Justicia (RMJ) del Mercosur, se celebraron varios convenios que
hacen a la cooperación penal.

1) El Protocolo de Asistencia jurídica en Asuntos Penales: Rige en los cuatro estados


originarios del Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Tiene como finalidad la
investigación de delitos y la cooperación en los procedimientos judiciales.
Trata sobre los sujetos de la cooperación, las áreas en las que se coopera, el papel de las
autoridades centrales (AACC), las causales para denegar la asistencia, la ley aplicable a la
solicitud de auxilio, la obligatoriedad de aplicar la materia de la asistencia al objetivo solicitado,
las formalidades para formular el pedido de asistencia, la actuación de las autoridades del
Estado requirente en el Estado requerido.
El Art. 4 establece que los sujetos de la cooperación son las autoridades judiciales y el
Ministerio Público.
La cooperación en materia penal tiene un fuerte parentesco con la cooperación en materia civil.
Por ejemplo, en la notificación de actos procesales; notificación y recepción de pruebas;
autenticación de documentos y certificaciones, las medidas cautelares sobre bienes; el
aseguramiento de los bienes de conocimiento y ejecución de sentencias, etc.
Si el auxilio se refiere a la entrega de documentos oficiales, la regla es que se limitará a
aquellos que son accesibles al público.
La asistencia puede consistir en el traslado de una persona al territorio del Estado requirente.
Las personas pueden o no estar sujetas a un procedimiento penal en el Estado requirente o en
el Estado requerido. Por ejemplo, no está sujeto a un procedimiento penal quien está
convocado para prestar testimonio. La comparecencia en el Estado requirente dependerá de su
propia voluntad. Será invitada por la autoridad competente del Estado requerido y-si acepta
trasladarse al Estado requirente-su consentimiento debe constar por escrito.
La persona puede estar sujeta a un procedimiento penal-detenida o no-en el Estado requirente
o en el requerido. En el Estado requerido se exige el consentimiento tanto de la persona sujeta
a procedimiento penal como del Estado requerido. Si se trata de una persona sujeta a un
procedimiento penal en el Estado requirente (Estado remitente) y sea solicitada por el Estado
requerido (Estado receptor) también se requiere de la anuencia de la persona y de ambos
Estados.
El traslado de la persona requiere que se tomen ciertos recaudos como su custodia y su
reintegro en el tiempo convenido, sin que el Estado remitente necesite realizar el procedimiento
de extradición.
El tiempo de la permanencia en el Estado receptor no podrá exceder de 90 días, prorrogables
con la anuencia de ambos Estados y de la persona. Si la persona trasladada huyere, el Estado
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remitente podrá solicitar al Estado receptor el inicio de un procedimiento a fin de esclarecer el


hecho.
En este Protocolo se coopera por intermedia de las Autoridades Centrales. Las designa cada
Estado y las puede cambiar en cualquier momento.
El Protocolo obliga a la cooperación aunque las conductas no constituyan delito en el Estado
requerido, pro la otra, exime de tal compromiso cuando se trata de ciertos delitos que, en
general, coinciden con aquellos por los cuales se denegaría la extradición.
El Protocolo contiene una cláusula de reserva, flexible, por la cual se deja a criterio del Estado
requerido denegar la cooperación cuando considera que atenta contra la seguridad, el orden
público u otros intereses esenciales.

- Ley aplicable a la solicitud de auxilio: Como la solicitud se canaliza por medio de un


exhorto, el texto en análisis prescribió que el derecho aplicable a su diligenciamiento es
el que establece el propio Protocolo y el del Estado requerido. El pedido debe constar
por escrito.

- Actuación de las autoridades del Estado requirente en el Estado requerido: Como


principio general, no se autoriza a las autoridades del Estado requirente realizar
funciones que estén reservadas a las autoridades del requerido conforme a sus leyes
internas.
La ley 24.767 de CIP (Fuente Interna) admite la participación de autoridades extranjeras
en la medida en que no contraríe la legislación argentina. El funcionario que quiere
intervenir en la realización de diligencias en un proceso o en una actividad vinculada
con la cooperación penal fuera de su país necesita la autorización del Estado en el que
presta servicios-requirente-y del Estado en pretende realizar la actividad.
La ley en su Art. 3 establece que, en ausencia de un Tratado, la ayuda estará
subordinada a la existencia u ofrecimiento de reciprocidad. Si un tratado consagra el
auxilio condicionado a la reciprocidad, habrá que aplicarlo.

Extradición:

El derecho de Extradición se divide en 2 partes: un derecho material y un derecho procesal de


extradición. El derecho material de extradición disciplina el derecho de un país a pedir de otro
la extradición de una persona. El T.M 89’ lo reglamenta en sus Arts. 15 a 29.
EN la extradición de acusados, el país exhortante debe tener jurisdicción. La CSJN estableció
que la que debe superar los 2 años, es la pena máxima.
No dan lugar a la extradición determinados delitos de dudosa justificación y que son: duelo,
adulterio, injurias y calumnias, y los delitos contra los cultos; pero sí son extraditables delitos
conexos con ellos. Tampoco dan mérito a la extradición los delitos políticos y todos aquellos
que atacan la seguridad interna o externa de un Estado, ni los comunes que tengan conexión
con ellos.
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Con respecto a los delincuentes políticos, existe la institución del asilo que puede ser
diplomático (conferido en una representación diplomática) o territorial (concedido en un
territorio nacional). El asilo diplomático será respetado. Pero el jefe de la legación está obligado
a poner inmediatamente el hecho en conocimiento del Gobierno del Estado ante el cual está
acreditado, quien podrá exigir que el perseguido por delitos políticos sea puesto fuera del
territorio nacional, dentro del más breve plazo posible. El jefe de la legación, a su vez, podrá
exigir garantías necesarias para que el refugiado salga del territorio nacional.
El asilo territorial es igualmente inviolable. Pero la Nación de refugio tiene el deber de impedir
que los asilados realicen en su territorio actos que pongan en peligro la paz pública de la
Nación contra la cual han delinquido.
Con respecto a la extradición de personas ya condenadas, es preciso que la sentencia las
condene a una pena mínima de un año de privación de libertad.
El asilo diplomático aprovechado por reos de delitos comunes termina con la entrega.
Por lo demás, ningún delincuente asilado en el territorio de un Estado podrá ser entregado a las
autoridades de otro, sino conforme a las reglas que rigen la extradición.
Estas reglas distinguen una fase administrativa previa, el juicio de extradición y su ejecución.
La fase administrativa previa consiste siempre en un examen de los requisitos formales de la
extradición de parte del Gobierno exhortado. El juicio de extradición trata de tres temas:
identidad de la persona reclamada; cumplimiento de las formas; procedencia del pedido. El
juicio tiene dos instancias.

Concepto de extradición: La extradición es una modalidad de la cooperación penal


internacional que se canaliza a través del auxilio que solicita un Estado (Estado requirente) a
otro (Estado requerido) a fin de que se entregue a un presunto delincuente para ser procesado
por la comisión de un delito sancionado con pena privativa de libertad, o a un condenado para
cumplir con la condena cuando la persona se encuentra o se presume que se encuentra en el
territorio del último.

Acuerdo de extradición del Mercosur:

- Por intermedio de quien se coopera: Tanto en el Acuerdo como en la LCIP, la solicitud


se tramita por vía diplomática, que es una modalidad dentro de la vía administrativa.

- Oportunidad para solicitar la extradición: Se distinguen tres períodos: antes del proceso,
una vez iniciado y después de condenado. El primer supuesto es de vital para países
como Argentina, que requieren la presencia del presunto delincuente como requisito
para la realización del proceso penal (proceso penal presencial).

- Causales para denegar la extradición: Algunos motivos permiten a los Estados


denegarla. Tienen fundamento en la tipología y naturaleza del delito o en la cuantía de
la sanción. También se puede denegar por la condición de nacional de soberanía o
seguridad del Estado requerido.
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o No extraditabilidad en razón de la naturaleza del delito:

 Delitos políticos: Se rechaza el pedido de extradición cuando se califica


el delito como político. (TM del 89’). El Acuerdo mantiene dicha
exigencia, también la LCIP exceptúa la extradición del delito político.
Se considera como “políticos” aquellos delitos que se cometen para
alcanzar, ampliar o mantener el poder.

o No extraditabilidad en razón de la calidad de la persona reclamada:

 Origen de la persona reclamada: En algunas fuentes se exceptúa de la


obligación de extraditar a la persona que tiene la nacionalidad del Estado
requerido. Estriba principalmente en la desconfianza en la justicia ajena y
en la sobreprotección del presunto delincuente propio. La LCIP se ocupa
de la extradición de nacionales argentinos y otorga el derecho de opción
al propio nacional requerido, salvo que al caso le fuere aplicable un
tratado que no permite denegar la extradición por causa de la
nacionalidad de la persona requerida. La LCIP otorga al P.E la última
decisión cuando en el tratado “es facultativa” la extradición de
nacionales.

 Imputabilidad de la persona reclamada: El Acuerdo deniega la concesión


de la extradición cuando la persona reclamada hubiere sido menor de 18
años al momento de la comisión del hecho.

 Condición de refugiados: No se concede si la persona tuviere condición


de refugiado y la solicitud proviniere del país del cual pidió refugio.

o Obstáculos a la extradición provenientes del quantum de la sanción y de la


calidad de la pena:

 Limitación temporal: En el Acuerdo se exige que el delito sea punible en


la Parte requirente y en la requerida con una pena restrictiva de libertad
cuya duración máxima sea por lo menos de dos años. LCIP: El delito
debe ser sancionado según la ley argentina y la del Estado requirente, de
suerte tal que de la semisuma entre el mínimo y el máximo resulte por lo
menos un año.

 Limitación por la calidad de la sanción: El Acuerdo exige que el Estado


requirente no aplique en ningún caso la pena de muerte o la pena
privativa de libertad a perpetuidad. Permite la extradición si los Estados
que admiten dichas sanciones para los hechos que motivaron la solicitud,
aseguran que sólo aplicarán el máximo de pena que se acepta en el
requerido.
LCIP: No se concederá la extradición cuando haya motivos fundados de
que se someterá al requerido a torturas u otros tratos o penas crueles.
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o Afectación de intereses esenciales del Estado requerido: El Acuerdo da carácter


facultativo y excepcional al Estado requerido para denegar la extradición cuando
la seguridad, el orden público u otros intereses esenciales para el Estado
requerido se encuentren comprometidos. La LCIP prohíbe la extradición cuando
se afecte la soberanía nacional e incluye, además, las mismas causales que el
Acuerdo.

- Principio de la doble incriminación: Para la extraditabilidad se exige como requisito


general la doble incriminación: Será menester que los delitos sean considerados como
tales en ambos Estados.

- Principio de especialidad: Las fuentes exigen que la persona reclamada no sea


sometida a otro proceso o no se la sancione con otra pena que corresponda al delito
que motivó el pedido de extradición.
LCIP: Tampoco se requiere la autorización argentina cuando el extraditado-una vez
cumplida la condena- permaneciere más de 30 días corridos en el territorio o regresa
voluntariamente después de haberlo abandonado. Puede ocasionar que el país al que
se lo extraditó lo juzgue por otro delito que aquel por el cual fue concedida la
extradición.

- Causales procesales:

o Prescripción: Es necesario que la acción o la pena no se encuentren prescriptas.

 Principio non bis in idem: Tanto el Acuerdo como la LCIP enervan la


concesión de la extradición si la persona reclamada ya hubiese sido
juzgada por el hecho que motiva el pedido.

 Reconocimiento de indulto, amnistía o gracia respecto del hecho por el


cual se solicita la extradición: Son causales de denegación de la
extradición.

 Inclusión en el cómputo del tiempo en que estuvo detenido: Tampoco se


extraditará si el Estado requirente no diere seguridades de que se incluirá
en el cómputo de la condena el tiempo que estuvo detenido como
consecuencia del trámite de la extradición.

 Tribunales de excepción: El Acuerdo prohíbe extraditar cuando la


persona reclamada será juzgada por un tribunal de excepción o ad hoc.

 Jurisdicción del Estado requirente: Es menester que el Estado requirente


tenga jurisdicción para entender en el delito.

 Varias solicitudes de extradición sobre la misma persona: El Art. 25 del


Acuerdo establece un orden de prioridades para el supuesto que haya
pedidos concurrentes. Distingue si se trata del mismo delito o refieren a
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diferentes delitos. Se dará preferencia en el siguiente orden: al Estado en


el que se cometió el delito, donde tiene residencia habitual la persona
reclamada, al Estado que presentó primero el pedido. Si se trata de
delitos diferentes, se dará preferencia al Estado en el que se hubiera
cometido el delito más grave.

- Procedimientos: El procedimiento de la extradición pasiva se inicia con la solicitud de


extradición, que debe contener una descripción clara del hecho delictivo y sus
circunstancias; el encuadre legal del hecho; los fundamentos de la jurisdicción del
Estado requirente; testimonio o fotocopia autenticado del auto que dispuso la detención
de la persona reclamada; texto de las normas penales aplicables al caso; datos y
nombres que permitan identificar la individuo.
Cuando se trate de un condenado, la solicitud debe acompañarse con el original o
fotocopia autenticada de la sentencia condenatoria y el estado de cumplimiento de la
misma.

o Procedimiento administrativo: La LCIP otorga al Ministerio de Relaciones


Exteriores (MRECIC) la competencia de comprobar si la solicitud contiene los
requisitos formales. Si faltare alguno, se ocupará de recabarlo al Estado
remitente.
Si dictaminare dar curso al pedido, remitirá la solicitud al Ministerio Público
Fiscal. Si rechazare la solicitud, el P.E puede confirmar la denegatoria.

o Competencia interna y procedimiento judicial: El procedimiento judicial en la


extradición activa comienza con el dictado de la orden de detención de la
persona requerida, si es que ya no se encontrare privado de su libertad.
Una vez designado el defensor lo interrogará sobre si quiere ser extraditado. En
cualquier estado del proceso el detenido podrá dar su conformidad para la
extradición. En el juicio no se podrá discutir la existencia del hecho imputado o la
culpabilidad del requerido sino que se limitará a comprobar las condiciones
exigidas por la ley. La sentencia firme se remite al MRECIC. Si el tribunal
hubiere denegado la extradición, el Ministerio le informará la situación al Estado
requirente con copia de la sentencia. Si la hubiere admitió, el poder Ejecutivo
tiene en sus manos denegarla. La extradición activa está prevista en los Arts. 62
a 66, LCPI.

Dimensión dikelógica:

El hecho de que otro Estado reclama la extradición de un extranjero no hace caducar las
facultades mencionadas de la Administración, que, pese al requerimiento de extradición, puede
expulsar a un extranjero en virtud de reglas comunes. No obstante, la expulsión debe
producirse en circunstancias tales que no haga caer al extranjero expulsado en manos del país
que reclama su extradición. La repulsa de un extranjero, en cambio, no tiene que preocuparse
de cuales son sus consecuencias. La repulsa se lleva a cabo con respecto a cualquier persona
que no ha recibido un permiso ni siquiera provisional de estancia, realícese o no en la frontera.
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Reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras en materia penal:

Las sentencias dictadas en el fuero penal comprenden siempre una parte específica
relacionada con la decisión sobre la acusación, y luego una aparte económica en lo que atañe
a las costas del proceso.

En cuanto a la extraterritorialidad de la parte penal de las sentencias penales, hay que


distinguir, al igual que en la órbita de sentencias civiles extranjeras, entre reconocimiento y
ejecución de sentencias.

El mero reconocimiento de sentencias penales extranjeras en su parte penal, ora absolutorias,


ora condenatorias, no suele ser admitido por los Derechos Positivos.

Por otra parte, no habiendo una reglamentación expresa de las condiciones de la admisibilidad
del reconocimiento, resulta difícil suplir el silencio del legislador.

Si en un asunto en el cual, según nuestro Derecho, nuestros tribunales tienen la jurisdicción


penal, un tribunal extranjero hubiese condenado a una persona y la pena haya sido total o
parcialmente ejecutada, aunque nuestros tribunales deban proceder de nuevo, deben, si llegan
también a una condena, tener en cuenta no la eficacia extraterritorial de la sentencia, pero sí el
hecho de la condena sufrida, en analogía a como se considera a estos efectos la prisión
preventiva.

Habiéndose rechazado el reconocimiento de sentencias penales extranjeras en su parte penal,


con mayor razón hay que repudiar su ejecución. Si el juez extranjero anhela la ejecución de su
sentencia penal, el único camino es pedir la extradición del reo.

Un último problema consiste en saber si, al referirse nuestra ley a una sentencia penal, sólo
enfoca sentencias penales dictadas por tribunales argentinos, o si hace extensiva su referencia
a sentencias penales extranjeras. El Art. 50 del C. Penal contempla este problema a los efectos
de la reincidencia, teniendo en consideración en este orden de ideas la sentencia penal
extranjera.

No se admite al extraterritorialidad de la condena en costas pronunciada en una sentencia


penal. En cuanto a las condenas con responsables civiles de un delito criminal, pronunciadas
por los tribunales penales en los así llamados “procesos de adhesión”, la situación varía. Lo
que importa no es que la sentencia penal proceda de un tribunal en el fuero civil o comercial,
sino que su contenido pertenezca al Derecho Privado.

Traslado de personas condenadas: El traslado de personas condenadas es una de las


modalidades de la cooperación jurídica internacional penal junto con la asistencia judicial y la
extradición. Se da cuando una persona es condenada en un Estado del cual no es nacional y
solicita ser trasladada al Estado del que es nacional. De entrada cabe decir que si el
condenado no quisiera trasladarse, nadie puede obligarlo.
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- Acuerdo sobre Traslado de Personas Condenadas: LA RMJM elaboró este Acuerdo.


Contiene 17 artículos que regulan diferentes problemas.

“Condena”-según el Acuerdo-es la pena privativa de libertad impuesta por sentencia


judicial definitiva y ejecutoriada y “condenado” es la persona que en uno de los Estados
deba cumplir o esté cumpliendo la condena.

El Acuerdo confiere la posibilidad de que en una sentencia de condena impuesta en un


Estado pueda ser cumplida en el Estado del cual es nacional. La posibilidad se da
también en el supuesto que la persona esté sujeta al régimen de condena condicional o
libertad condicional, anticipada o vigilada.

Para el otorgamiento del traslado, el Acuerdo requiere de sentencia de condena; el


consentimiento por escrito o por otros medios fehacientes, previa información al
condenado de las consecuencias legales del traslado; que sea nacional del Estado
receptor; que no haya sido condenado a pena de muerte o prisión perpetua; que el
tiempo de pena por cumplir al momento de presentarse la solicitud sea por lo menos de
un año; que la condena no sea contraria a los principios de orden público del Estado
receptor y que ambos Estados estén de acuerdo con el traslado.

Tanto el Estado sentenciador como el receptor tienen que suministrarse informaciones.


EL condenado trasladado no podrá ser detenido, enjuiciado o condenado en el Estado
receptor por los mismos hechos que motivaron la sentencia. En general, la condena se
cumple de acuerdo con las leyes y procedimientos del Estado receptor.

- Protocolo sobre Traslado de Personas sujetas a regímenes especiales complementario


al Acuerdo:

o Ámbito material y espacial: El Protocolo enfoca a los menores, a los mayores


inimputables y a las personas que hubieren obtenido el beneficio de suspensión
del juicio a prueba o suspensión condicional del procedimiento que hayan sido
condenados o sometidos a un régimen especial o a reglas de conducta por una
sentencia o resolución judicial y opten por sí o por representantes legales
cumplir la sentencia en otro Estado que aquel que la dictó.

 Menores de edad: Para la legislación penal o el ordenamiento legal


específico del Estado sentenciador.

Una persona puede ser menor en un Estado y mayor en otro. Ejemplo:


Menor argentino condenado en Brasil. Solicita ser trasladado a Argentina
donde es considerado menor y digno de protección. En Brasil lo tratan
como mayor y le dan sanción correspondiente al hecho delictivo. La
Argentina no puede, sin más, enviarlo a una cárcel común. Por ello, debe
informar a la autoridad de la condena de esta situación. Será esta última
la que, en definitiva, acepte el cumplimiento de la pena en condiciones de
protección de alguien a quien trató como plenamente imputable. Significa
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la modificación en la ejecución de la sentencia. La aceptación tiene que


ser judicial y por escrito.

Otro supuesto es el caso en que es menor en el Estado de la condena y


mayor en el Estado donde pretende cumplirse. Las condiciones
protectoras para esa edad que rigen en el país de condena no las prevé
el país donde pretende cumplirla, pues lo considera mayor. Si este
acordara adaptar las condiciones de cumplimiento a lo establecido por el
país de la sentencia, no habrá objeciones para el traslado.

 Mayores inimputables que ha realizado conducta considerada delictiva:


El problema central que plante la incapacidad de los mayores es la salud
mental. Ante la comisión de un hecho ilícito el juez hará méritos sobre el
grado de imputabilidad del inculpado según los avances científicos.
Podría ser que el juez del Estado que juzgue al incapaz tenga que hacer
mérito de una declaración judicial extranjera de incapacidad previa al
proceso penal. La resolución extranjera de incapacidad no constituye un
problema para el Estado receptor al que solo le concierne la decisión del
Estado sentenciador.

 Personas que hubieren obtenido el beneficio de la suspensión del juicio a


prueba: El Protocolo los define como “…las persona en cuyo beneficio se
hubiere decretado judicialmente, en relación a un delito de acción
pública, la paralización temporal y condicional del ejercicio de la
pretensión punitiva del Estado sentenciador”.

Para asegurar el cumplimiento de las reglas de conducta se prescribe la


obligación del Estado receptor de mantener informado al Estado
sentenciador de su cumplimiento. Vencido el plazo, éste dictará el
sobreseimiento definitivo.

- Derecho aplicable a las medidas respecto de personas sujetas a regímenes especiales:


Se deja librado a decisión de los Estados.

- Nacionalidad y residencia legal y permanente: Uno de los problemas que se presenta


en el acogimiento del traslado para residentes es la cuestión de cuan fuerte debe ser el
vínculo entre la persona que cometió un delito en el extranjero y el país al que quiere
ser trasladado.
El Art. 2º, inc. 7º, dispone que el residente legal y permanente es el reconocido como tal
por el Estado receptor. El Protocolo requiere, además, que la residencia legal sea
permanente.

En el derecho interno, el tema es abordado por la LCPI. El argentino condenado en el


extranjero puede solicitar cumplir la condena en Argentina. También pueden solicitarla terceros
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a su nombre o el Estado que impuso la condena. La autoridad de aplicación es el Ministerio de


Justica, que decidirá sobre el traslado teniendo en consideración las circunstancias. La
denegación de la petición de traslado no requiere fundamentación alguna. En caso que se la
autorice, remitirá las actuaciones al juez de ejecución competente. En la ley la pena pendiente
de cumplimiento no tiene que ser inferior de dos años al tiempo de la solicitud de traslado y se
exige que el condenado haya pagado los daños a la víctima en la medida de lo posible.

Mención a la CIDIP V: Tráfico Internacional de Menores: El tráfico, tiene por objeto


principalmente la prostitución, pornografía, servidumbre, guerrilla y la adopción internacional.

Argentina aprobó la Convención Internacional sobre Tráfico de Menores. En el ámbito penal,


los objetivos de la Convención son la prevención y sanción del tráfico internacional de menores.
La Convención se ocupa, asimismo, de la repercusión del tráfico en el orden civil. La finalidad
de la Convención con relación al menor es de velar por su interés superior.

FALTA CORTE INTERNACIONAL PENAL

Bolilla XV: Derecho Internacional Procesal, y Derecho Procesal de Extranjería:

Derecho Internacional Procesal Civil (DIPro.):

El DIPro se reconduce a una sola norma indirecta, que estatuye que todos los problemas
procesales se regularán por el Derecho del Estado a que pertenecen los tribunales ante los
cuales el proceso se tramita (lex fori). Esto lo establece el Art. 1 de ambos Tratados de
Derecho Proc. Int.
La dificultad está e distinguir entre problemas procesales y de fondo. Los Arts. 2 de ambos
tratados, estatuyen que las pruebas se admitirán y apreciarán según la ley a que esté sujeto el
acto jurídico, materia del proceso, excluye las pruebas del imperio de la lex fori, y las adjudica
al gobierno de la ley de fondo. Lo que necesitamos es un criterio que nos permita indicar la
naturaleza de la cuestión como procesal o material.

Volviendo a la prueba, es hacedero distinguir entre reglas que atañen a la tramitación de


prueba (su propuesta y práctica), y reglas que eligen de diversos medios de prueba unos
determinados con miras al tema de Derecho Privado de cuya prueba se trata: las primeras son
de dominio de la lex fori; las segundas, en cambio, caen en el ámbito de aplicación de la ley de
fondo. Esta última gobierna también las presunciones iuris tantum e iuris et de iure. Ella
absorbe también los problemas de capacidad. El poder procesal se rige por la lex fori.

El Derecho Procesal aplicable a un caso internacional que se presenta ante los tribunales de un
Estado es principalmente, no siempre el derecho procesal del foro (lex fori). Este derecho es el
del Estado al que el juez presta sus servicios, el que generalmente es el del territorio del
Estado en el que trabaja el juez.
La lex fori depende del lugar donde nos situemos. Desde la perspectiva de “un determinado
proceso argentino”, habrá cuestiones reguladas por nuestro derecho y otras regidas por uno
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ajeno. Tal el caso si se nos presenta una sentencia extranjera que se pretende ha pasado en
autoridad de cosa juzgada. El derecho aplicable a la cosa juzgada es el del país de
procedencia, por ello para su reconocimiento se requiere la certificación de ese país del que no
le caben recursos algunos.

La lex fori tiene características especiales en la cooperación internacional pues, según se mire,
hay dos leyes del foro o extraterritorialidad larvada de la ley de un foro. Dado que los
problemas procesales internacionales son similares a los del Derecho Procesal de origen
interno, la ley procesal interna utiliza sus propias categorías y adapta la secuencia procesal
para el caso internacional.

Derecho Procesal Civil de Extranjería:

Los extranjeros en el proceso:

Fuero de extranjería: El Art.100 CN, establece el fuero de extranjería, o sea, el privilegio del
fuero federal. Beneficia a los individuos extranjeros y a personas jurídicas extranjeras. Los
favorece tanto si son demandantes como si son demandados, aunque la C.N solo contempla la
última hipótesis. El extranjero actor puede optar entre una y otra jurisdicción. El privilegio no se
da entre dos extranjeros, ya que en este supuesto no cabe sospechar parcialidad de los jueces.
El Art.20 implica que si la Argentina celebra un tratado que asegura a los argentinos
determinados privilegios en otro país, la Argentina debe insistir en que el tratado asegure los
mismos privilegios a los extranjeros domiciliados en la República. El fuero de extranjería
requiere que el Estado que lo aplique tenga jurisdicción internacional.

Arraigo en juicio: Consiste en que se permite al demandado a obligar al actor desarraigado a


que preste una fianza que asegure el pago de las costas a las cuales a lo mejor sea
condenado. Si el demandante no tuviere domicilio ni bienes inmuebles en la República-sería
suficiente un solo inmueble-, será también excepción previa la del arraigo por las
responsabilidades inherentes a la demanda. El demandado tiene la carga de prueba de una de
las circunstancias fundantes de la excepción, mientras que el actor tiene la de probar la falta de
la otra. El valor económico del inmueble es intrascendente. Por ello no interesa tampoco si está
hipotecado o no. Al contrario, sí es decisivo que el inmueble sea ejecutable.

Beneficio de litigar sin gastos: Si el litigante que solicita el beneficio, estuviese domiciliado en el
extranjero, la prueba debe llevarse a cabo en el extranjero observando el plazo extraordinario
(Art. 369). Concedido el beneficio, el privilegiado queda igualmente protegido contra la
excepción de arraigo en juicio, que sin su concesión casi siempre procedería.

- Tratamiento para los sujetos extranjeros en el acceso a la justicia (trato especial


procesal). Fuentes de origen convencional e interno.

o Privilegio del fuero federal: Identificada la jurisdicción del Estado argentino, se


debe respetar el privilegio de competencia interna del fuero federal para los
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sujetos extranjeros corrientes. El privilegio se extiende a las personas jurídicas


extranjeras. Esta situación no cambia si en vez de regir la norma de fuente
interna se aplican los TM del 89 y del 40. El trato especial también se encauza a
través del régimen de acceso a la justicia como el caso del arraigo en juicio y el
beneficio de litigar sin gastos.

o Arraigo en juicio: En el orden convencional rigen varios acuerdos en los que se


exime del arraigo a los domiciliados, residentes, ciudadanos (nacionales) de otro
Estado Parte. El Art. 1º del Convenio argentino-uruguayo sobre igualdad de
Trato Procesal y Exhortos establece que “los domiciliados en un Estado Parte
gozarán, ante los tribunales del otro del mismo trato que gozan quienes en él se
domicilian. En el Protocolo de las Leñas, vigente par los cuatro Estados
originarios del Mercosur (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil), la igualdad de
trato procesal está contemplada en los Arts. 3º y 4º. El Art. 3 asegura la
igualdad de tratamiento entre los ciudadanos y los residentes permanentes de
uno de los Estados en el otro, con relación a los propios ciudadanos y residentes
con miras al acceso a la jurisdicción. Por el Art. 4º, la igualdad de tratamiento
incluye la exención de caución o depósito impuesta en razón de la calidad de
ciudadano o residente permanente de otro Estado Parte. También exime de
caución o depósito el Art. 17 de la Convención sobre Procedimiento Civil de la
Haya, a los nacionales de uno de los Estados que tengan su domicilio en uno de
esos Estados y que sean demandantes o partes en otro.

El Derecho interno mantiene la excepción de caución. Es necesario que el juez


analice cada circunstancia particular, pues la exigencia de una caución puede
dejar sin posibilidades a un actor presuntamente ganancioso. La excepción de
arraigo no se encuentra entre las excepciones que se pueden invocar en los
juicios ejecutivos (Art. 544 CPrCCN) o en el caso del juicio de exequátur o en las
tercerías. Mientras que el demandado puede interponer la excepción del arraigo
en juicio, el actor o demandante extranjero puede asegurarse el pago de las
costas y la satisfacción de su pretensión trabando una medida cautelar, por
ejemplo, un embargo. En la Argentina no hay protección para el demandado
victorioso si el actor con domicilio extranjero y sin bienes en la República hubiere
ocultado su insolvencia.

o Beneficio de litigar sin gastos: Vinculado con el trato procesal se encuentra el


beneficio de litigar sin gastos a las personas carentes de recursos materiales. La
situación puede darse tanto a los extranjeros domiciliados en la Argentina como
a los extranjeros y argentinos domiciliados en el extranjero.

 Se tendrá principalmente en cuenta el Acuerdo sobre Beneficio de Litigar


sin Gastos y la Asistencia Jurídica Gratuita, elaborado en el marco de la
RMJ del Mercosur y el Acuerdo Homónimo que vincula al Mercosur,
Bolivia y Chile. Este Acuerdo facilita el acceso a la justicia de los más
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necesitados al eximirlos de gastos y costas. Dispone el reconocimiento


del beneficio concedido en otro Estado (extraterritorialidad). Soluciona,
asimismo, los problemas de la jurisdicción internacional, el derecho
aplicable y la cooperación internacional.

 Beneficiados: El Art. 1 establece que los nacionales, ciudadanos y


residentes permanentes de cada uno de los Estados gozarán, en
el territorio de los otros Estados, en igualdad de condiciones, los
beneficios de litigar sin gastos y de la asistencia jurídica gratuita
concedida a sus nacionales, ciudadanos y residentes habituales.
Hubo que tener en cuenta el alcance restrictivo del término
“ciudadano”. El TM del 40’ que establece en su Art. 5 que el
domicilio civil de una persona física es el de la residencia habitual
en un lugar con ánimo de permanecer en él o, a falta de ese
elemento, la del grupo familiar. El Protocolo de Buenos Aires,
define al domicilio del demandado cuando se trata de una
persona física. Trata como tal, en primer lugar, a su residencia
habitual; subsidiariamente, el centro principal de sus negocios, y
en ausencia de todas esas circunstancias, el lugar donde se
encontrare la simple residencia. El Tratado del 40’ vincula la
residencia habitual con el animus.

 La jurisdicción internacional para resolver sobre la solicitud del


beneficio: El Acuerdo dispone que el otorgamiento del beneficio
estará a cargo de la autoridad competente del Estado que tiene
jurisdicción para entender en el proceso en el que se solicita. El
Acuerdo hace hincapié en el que está domiciliado afuera. Cuando
un extranjero no domiciliado solicita el beneficio actúa “fuera de
su jurisdicción natural”. El Acuerdo y la Convención de la Haya
difieren en lo concerniente a la jurisdicción. El Acuerdo refiere al
Estado que concede el beneficio, que es aquel que tiene la
jurisdicción y carga con gastos y costas impagas. Si la autoridad
no tiene elementos de convicción sobre la pobreza alegada o
resulta difícil conocer su realidad económica, podrá requerir la
cooperación de otros Estados. La Convención de la Haya habla
indistintamente de certificado o declaración de indigencia, lo cual
preanuncia que tiene en consideración tanto a los países en los
que la declaración de indigencia está a cargo de autoridades
administrativas, como aquellos que lo derivan a la autoridad
judicial. La jurisdicción internacional siempre está acompañada
por un derecho aplicable. El Acuerdo establece en el Art. 3º que la
oportunidad procesal para presentar la solicitud del beneficio de
litigar sin gastos, los hechos en que se fundare, la prueba el
carácter de la resolución, el asesoramiento y la defensa del
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beneficiario y cualesquiera otros problemas procesales regirán


por el derecho del Estado que tiene competencia. La extinción se
rige por el derecho del Estado que tiene competencia para
declararlo.

 La extraterritorialidad del beneficio de litigar sin gastos: El Art. 4º


del Acuerdo establece que el beneficio de pobreza declarado en
el Estado requirente en un proceso en el que se solicitan medidas
cautelares, recepción de pruebas en el extranjero y cualesquiera
otras medidas de cooperación tramitadas mediante exhortos y
cartas rogatorias, será mantenido en el Estado requerido.

 La cooperación internacional tramita mediante exhortos (cartas


rogatorias): El Art. 10 estableció que la cooperación tramitará
conforme al Protocolo de Las Leñas, el de Medidas Cautelares, y
según los casos, conforme a otras Convenciones vigentes entre
los Estados Partes. Con países extra Mercosur, la cooperación se
ajustará conforme a las Convenciones respectivas, o, caso
contrario, a las normas contenidas en fuentes de origen interno.
Se redacta en el idioma de la autoridad requirente-y si
correspondiere-habrá de traducirse al idioma de la autoridad
requerida. Desde el punto de la facilidad probatoria para
demostrar la pobreza, la situación de un indigente con domicilio
en la Argentina, difiere del que tiene domicilio en el extranjero. En
el primer caso, la situación se equipara a la de un argentino. En
cambio, si se trata de una persona con domicilio en el extranjero
que quiere litigar en nuestro país con el beneficio, los obstáculos
probatorios son mayores.
Cuando no se trata de la concesión del beneficio sino del
reconocimiento del beneficio otorgado en otro Estado, la
autoridad encargada del reconocimiento del beneficio de litigar sin
gastos mantendrá, dentro del límite de sus atribuciones, el
derecho de controlar los certificados, declaraciones e información
que sean suministradas y de procurar información
complementaria para documentarse.

 Gastos y costas: La exención no sólo favorece a quien solicita y


obtiene el beneficio dentro del proceso sino que se aplica también
a la cooperación internacional. La gratuidad, tanto en lo
concerniente a la concesión del beneficio de litigar sin gastos
como en la asistencia jurídica gratuita, pesa sobre el Estado del
proceso y, si hubiere lugar, sobre el Estado que presta la
cooperación o Estado requerido. El Art. 15º dispone en ambos
casos que los Estados beneficiarios no tendrán derecho a exigir
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reembolso alguno al Estado del que el beneficiario es ciudadano


o en el que tiene su residencia.

 Asistencia jurídica gratuita: Comprende al asesoramiento previo al


proceso y la defensa.

- Derecho Interno: El beneficio de litigar sin gastos está regulado en los Arts. 78 a 86 del
CPrCCN.

En cuanto a los diplomáticos, rige en la Argentina la Convención de Viena sobre Relaciones


Diplomáticas. En su Art. 32 declara que el Estado acreditante puede renunciar a la inmunidad
de jurisdicción de sus agentes diplomáticos y de las personas que gocen de inmunidad
conforme al Art. 37. La renuncia ha de ser siempre expresa. La renuncia a la inmunidad de
jurisdicción respecto de acciones civiles o administrativas no ha de entenderse que entraña
renuncia a la inmunidad en cuanto a la ejecución del fallo, para lo cual será necesaria una
nueva renuncia.

o Diplomáticos y cónsules: La inmunidad de los diplomáticos se extiende a sus


familias y comprende la exención jurisdiccional penal. La exención en materia
civil y administrativa está condicionada. Los cónsules tienen inmunidad en el
Estado receptor por los actos ejecutados en ejercicio de sus funciones con
excepciones. La CSJN establece jurisdicción originaria y exclusiva en asuntos
concernientes a embajadores, cónsules y ministros extranjeros (Art. 117 C.N).

o Misiones especiales: Las misiones temporarias enviadas por un Estado a otro


tienen regulación especial en la Convención sobre Misiones Especiales. La
inmunidad de jurisdicción en materia penal está prevista en el Art. 31. También
tienen en la jurisdicción civil y administrativa con excepciones. No obstante, esta
inmunidad no los exime de la jurisdicción del Estado que los envía.

Con respecto a Estados extranjeros, están en pugna dos doctrinas: la tradicional, de la


exención condicional del Estado extranjero, y la modernista, de la exención condicional. La
teoría tradicional remonta al principio de DIPú: el igual no ejerce autoridad sobre el igual, y
deriva de él que ningún Estado puede someter a sus tribunales a otro.

Esta situación cambia con el surgimiento del Estado ruso comunista, que tiene monopolio del
comercio exterior. Se propone la tesis de la exención incondicional, que distingue, entre las
reclamaciones dirigidas contra el Estado extranjero, aquellas que se basan en actos que ésta
ha realizado como poder público (iure imperii) y aquellas otras que enlazan los actos que el
Estado extranjero llevó a cabo como cualquier particular (iure gestionis); la exención del Estado
extranjero existe sólo si la demanda estriba un acto iure imperii de él, mientras que se levanta
si la acción descansa en un acto iure gestionis. FALLO GRONDA. (RETORSIÓN: Contestación
de un acto poco amistoso pero lícito con otro de igual laya).
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El Estado extranjero puede, por supuesto, renunciar a su exención jurisdiccional, lo que hace,
tanto cuando demanda ante los tribunales extranjeros como cuando demandado hace ante el
tribunal alegaciones de cualquier tipo que fuese, inclusive aduciendo su exención.

o Inmunidad de los Estados: En la Argentina, el tratamiento a los Estados


extranjeros pasó de la exención incondicional a la exención condicional. Las
condiciones por la que se obtiene la exención a la inmunidad, a su vez, tiene tres
manifestaciones: a) Exención por la semejanza de la actividad del Estado
extranjero a la de un sujeto privado (iure gestionis), b) exención de la inmunidad
del Estado extranjero y sometimiento forzoso a nuestros tribunales por
aplicación de la cláusula de reciprocidad (el Estado argentino fue sometido
previamente al tribunal de ese Estado sin su consentimiento); c) exención en
virtud de determinadas conductas del Estado extranjero en materia procesal,
laboral, comercial y civil.

La ley 24.488 proclama la inmunidad de jurisdicción de los Estados extranjeros


ante los tribunales argentinos, es decir, refleja la teoría clásica (Art. 1). Sin
embargo, siguiendo una creciente tendencia, el principio de la inmunidad está
recortado con excepciones tal como prohija de la teoría modernista (Art., 2).

En la primera variante, la exclusión de la inmunidad está fundamentada por la


manifestación de la voluntad expresa del Estado extranjero de someterse a la
jurisdicción argentina directa de los tribunales “oficiales”. Se excluye también la
invocación de la inmunidad cuando se tratare de reconvenciones directamente
vinculadas con la demanda principal que el mismo Estado extranjero inicia en
nuestro país. Tampoco pueden invocar la inmunidad cuando se trata de
acciones basadas en la calidad de heredero o legatario del Estado extranjero de
bienes situados en la Argentina.

La segunda variante en la exclusión del principio de inmunidad de los Estados


está fundamentada, sobre todo, en la calidad de la materia del conflicto.

La tercera variante de la excepción a la inmunidad se fundamenta en la


protección de los trabajadores argentinos o residentes en el país. El Art. 4
dispone que la presentación de los Estados extranjeros ante los tribunales
argentinos para invocar la nulidad no debe interpretarse como aceptación de
competencia.

La competencia interna la tiene la justicia federal. Los Estados extranjeros tienen


que ambular por las instancias correspondientes pues la CN no considera a los
Estados entre los sujetos a los que corresponde la competencia originaria de la
CSJN.

Dimensión dikelógica:
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El privilegio que el Art. 100 CN, pone a disposición de los extranjeros, constituía
en su momento una institución prudente tendiente a evitar, dentro de lo posible,
la peligrosa protección diplomática de los Estados europeos a favor de sus
súbditos. Actualmente, asistimos a un proceso de derogación jurisprudencial de
ese fuero por considerarlo injusto.

La institución del arraigo en juicio es, en principio, justificada. Convendría añadir


un requisito más para la admisibilidad de la excepción: la exigencia de que la
acción no ofrezca alta probabilidad de prosperar. En efecto, para injusto que un
actor vea frustrada por falta de medios la realización de un derecho patente. S
de elemental justicia que los litigantes carentes de medios pruebas litigar sin
gastos, sin que importe si están domiciliados dentro o fuera del país.

La exención jurisdiccional de los agentes diplomáticos y de todos sus seres


queridos constituye una institución absolutamente necesaria para afianzar la
independencia de sus gestiones y las buenas relaciones entre los países. La
renuncia es, en principio, revocable.

Es de dudosa justicia la tesis de que, quien ante el juez aduce su exención


jurisdiccional, se somete condicionalmente a su jurisdicción, o sea, para la
eventualidad de que el juez rechace la exención. En efecto, la exención
jurisdiccional constituye una institución perteneciente al DIPú. Su infracción
configura un delito internacional.

En la lucha entre la doctrina tradicional de exención jurisdiccional del Estado


extranjero y la tesis de su exención restringida a actos iure imperii, mayor razón
asiste a la primera. El traslado de la distinción entre actos estatales iure
gestionis e iure imperii de la órbita interna al área internacional provoca su total
distorsión. Lo que realmente importa no es si un Estado extranjero ha actuado
iure gestionis, sino si la sujeción de un Estado extranjero a los tribunales de otro
contra su voluntad, constituye un acto de gestión o acto de imperio del país
cuyos tribunales proceden. No cabe duda alguna de que se trata de un acto de
imperio del Estado que ejerce la jurisdicción. Y tal acto de imperio de uno no
puede justificarse por un anterior acto de gestión del otro, pues tal actitud no se
basa en una resolución voluntaria.

Documentos extranjeros en el proceso:

Los Tratados de Der. Int. Procesal tratan el tema en sus respectivos arts. 3º y 4º y que, en lo
esencial, coinciden.
Las sentencias y laudos homologados, dictados en asuntos civiles, comerciales o contencioso-
administrativos, las escrituras públicas y los demás documentos otorgados por los funcionarios
de un Estado y los exhortos y cartas rogatorias, se considerarán auténticos en los otros
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Estados signatarios, siempre que estén debidamente legalizados (Art. 3º). La legalización se
considerará hecha en debida forma cuando se practique con arreglo a las leyes del país de
donde el documento procede, y éste se halle autenticado por el agente diplomático o consular
que en dicho país tuviere acreditado el gobierno del Estado en cuyo territorio se pide la
ejecución.

Dimensión dikelógica: Todas las disposiciones referentes a los requisitos de admisibilidad de


documentos de extraña jurisdicción obedecen al afán de asegurar la autenticidad del
documento, o sea, de garantizar que proceda en realidad de quien en apariencia dimana. Se
confía al cuerpo diplomático y consular nacional, la tarea de certificar la autenticidad de los
documentos que se expiden en el territorio ante cuyas autoridades están acreditados.

Conviene denominar el acto que lleva a cabo el cónsul “la autenticación”, mientras que se debe
apellidar la certificación de las autoridades extranjeras referentes al documento su
“legalización”. Los T.M estatuyen que es el país que legaliza el que determina su suficiencia.
Como la firma del cónsul tampoco es conocida ante las numerosas autoridades del país que la
envía, resta todavía que el Ministerio de Relaciones Exteriores autentique la firma del cónsul.
En resumidas cuentas, nos encontramos, pues con la legalización del documento extranjero
por las autoridades extranjeras respectivas, con la primera autenticación que corre a cargo del
agente diplomático o consular, que asegura que el documento es lo que parece ser (que no es
falsificado), y con la segunda autenticación que practica el Ministerio de Relaciones Exteriores
y que garantiza la autenticidad de la autenticación; es, por ende, una autenticación en segundo
grado.

Si el documento está redactado en idioma extranjero, la autoridad argentina ante la cual se


exhibe el documento debe pedir que se halle traducido de modo fidedigno.

Jurisdicción internacional:

¿En qué supuestos son competentes los tribunales argentinos y cuándo lo son los tribunales de
otro país?

Hay que distinguir entre la jurisdicción directa (para deducir una demanda) de la indirecta (para
reconocer una sentencia extranjera. La jurisdicción directa reparte las jurisdicciones
equitativamente entre los diversos países, la indirecta protege, en cambio, la propia jurisdicción
contra invasiones procedentes de éstos.

- Problemas originados en la avocación de la jurisdicción internacional: La jurisdicción


internacional delimita el poder-la potencia- entre los diferentes Estados para resolver
conflictos surgidos en los casos con elementos extranjeros. Comprende el conjunto de
reglas contendías en tratados, derecho de origen interno, normas consuetudinarias y
autonomía de la voluntad que deslinda la competencia de los funcionarios, notarios o
árbitros de un Estado de la de los funcionarios.
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o Soberanía jurisdiccional y organización del Estado argentino: Si bien es cierto


que la legislación procesal se reparte entre la Nación, las Provincias y la Ciudad
Autónoma, la regulación de la jurisdicción internacional es de competencia del
Congreso de la Nación y de obligatoria aplicación para las Provincias y la Ciudad
Autónoma.

o Nociones generales en materia de jurisdicción: Goldschmidt: Según sea la


modalidad operativa, la jurisdicción puede estar acordada entre los Estados o un
Estado se la puede atribuir unilateralmente. La jurisdicción puede ser directa o
indirecta, simple, exclusiva o concurrente, alternativa o subsidiaria.

 Reparto acordado de jurisdicciones o atribución unilateral de


jurisdicciones en el ámbito internacional: Puede hablarse de reparto
autónomo de jurisdicciones cuando la demacración del poder de
resolver un conflicto jusprivatista internacional es acordada entre los
Estados a través de tratados. Este reparto se realiza por medio de
factores de conexión comunes, por ejemplo, domicilio del demandado.
En cambio, la jurisdicción es atributiva cuando cada Estado resuelve
unilateralmente las circunstancias en las que se la adjudica y escoge los
factores de conexión que valora como decisivos. El C.C atribuye
jurisdicción a la Argentina en el ámbito de validez, nulidad, divorcio de los
matrimonios cuando en su territorio se encuentra el último domicilio de
convivencia efectiva o el domicilio del demandado. La diferencia entre la
jurisdicción internacional por reparto autónomo o por atribución
unilateral estriba en que, en la primera, los factores de conexión están
acordados y no lo están en la segunda. Se puede dar la llamada
competencia positiva o competencia negativa de la jurisdicción. En la
positiva, dos Estados pretenden tener jurisdicción sobre un mismo hecho.
En la negativa, ninguno se la arroga. En la atribución unilateral, es
factible que como cada Estado se la atribuye según su propia
conveniencia y escala de valores las sentencias que se dictan en uno
sean ineficaces en el otro. Dos Estados que no están vinculados por
tratados en materia de jurisdicción pueden tener normas que utilicen
factores de conexión que difieran o que se asemejen. En ambos casos
pueden producirse problemas. Tratándose de factores de conexión
diferentes, como en el ejemplo anterior, un cónyuge puede interponer la
demanda en el país de su nacionalidad francesa, que la admite y el otro
ante el país del último domicilio de convivencia efectiva (Argentina) que
la acepta. Si los países consideran a su jurisdicción con carácter
exclusivo, podrían darse juicios paralelos con sentencias ineficaces en
uno y otro país.

Si los factores de conexión fueren diferentes y la jurisdicción no fuere


exclusiva, al no haber tratados sobre jurisdicción, reconocimiento de
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sentencias o litispendencia, difícilmente las partes no puedan estar


seguras de la eficacia de la sentencia en uno u otro país.

Dos Estados que no están vinculados por tratados en materia de


jurisdicción pueden tener factores de vinculación semejantes. Por
ejemplo, en ambos tiene jurisdicción para resolver un problema de
capacidad el Estado donde se encuentra el domicilio de la persona de
que se trata. Ello permitiría resolver la atribución de la jurisdicción
internacional por parte de un Estado y el reconocimiento de la sentencia
por el otro. Sin embargo, los Estados pueden coincidir en la conexión
pero diferir en las definiciones.

Como de la jurisdicción depende, en gran medida, el derecho aplicable,


es evidente que la atribución unilateral de jurisdicción impide el logro de
previsibilidad que los actos jurídicos requieren.

 Jurisdicción internacional directa e indirecta: Cuando se presenta una


demanda ante la autoridad judicial o un escrito o presentación ante un
funcionario administrativo o un requerimiento ante un notario, la autoridad
o el profesional, en mérito a las normas vigentes, convencionales o
internas, estimará, ante un caso dado, si la Argentina tiene jurisdicción
internacional. A esta jurisdicción se la llama “jurisdicción directa”.
Cualquier norma sobre jurisdicción origina la jurisdicción directa si ellos e
desprende de la aplicación a un caso dado. Por ello, las fuentes de la
jurisdicción directa son las de la jurisdicción: Pueden ser las reales
formales-tratados y leyes-o materiales. La fuente material más importante
es el derecho consuetudinario. La jurisdicción directa es independiente
de la formulación legislativa de una norma sobre jurisdicción.

La jurisdicción indirecta es la que se analiza cuando se presenta una


sentencia o documento extranjero para su reconocimiento y/o ejecución.
La autoridad judicial, el funcionario o el notario requerido deberá analizar-
entre otros requisitos-si la autoridad que dictó la sentencia o elaboró el
documento tenía jurisdicción internacional. También se trata de
jurisdicción indirecta si se analiza la jurisdicción internacional del juez
que solicita una medida de auxilio.

En suma, a la jurisdicción directa se la analiza ante una demanda,


escrito o presentación, y a la jurisdicción indirecta ante el
reconocimiento de una sentencia de un documento, o de un pedido de
auxilio jurisdiccional.

 Jurisdicción exclusiva: Se emplea una sola conexión procesal. Tal es el


caso de las acciones reales que deben interponerse en el lugar donde se
encuentra la cosa. También tienen jurisdicción internacional exclusiva los
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registros de propiedad para la inscripción de derecho reales sobre


inmuebles argentinos.

 Jurisdicción única: La jurisdicción única utiliza una sola conexión


procesal. Puede o no ser exclusiva. En principio, la jurisdicción única
podría admitir conexiones procesales subsidiarias pues no tiene la rigidez
de la exclusiva.

 Jurisdicción concurrente: El legislador acepta diversas modalidades o


conexiones procesales cuya aplicación puede acarrear la jurisdicción de
otro Estado que el propio. Hay jurisdicción concurrente de carácter
alternativo en los Arts. 1215 y 1216 C.C.

Sugiere que el Estado (jurisdicción atributiva) está dispuesto a resignar


su potestad de dirimir exclusivamente la controversia si el actor eligiere
otro país para litigar.

 Jurisdicciones subsidiarias: Al igual que en las jurisdicciones


concurrentes, se recurre a varias conexiones procesales. Empero, a
diferencia de estas últimas, las conexiones están jerarquizadas de tal
modo que se elige la segunda en defecto de la primera. El legislador
quiere asegurarse que siempre se va a contar con un lugar para litigar,
pero este no le es indiferente y establece un orden de prelación.

Ambos Tratados de Der. Civ. Int contienen en su Art. 56, normas generales coincidentes en
materia de jurisdicción internacional. Pero el Tratado de 1940, a diferencia del de 1889,
contempla la prórroga voluntaria de jurisdicción: “Las acciones personales deben entablarse
ante los jueces del lugar cuya ley está sujeto el acto jurídico en materia de juicio. Podrán
entablarse igualmente ante los jueces del domicilio del demandado. Se permite la prórroga
territorial de la jurisdicción si, después de promovida la acción, el demandado admite
voluntariamente, siempre que se trate de acciones referentes a derechos personales
patrimoniales. La voluntad del demandado debe expresarse en forma positiva y no ficta”.

Se debe empezar con la jurisdicción radicada en el país en el que el demandado tiene su


domicilio, esta regla es universal.

La segunda regla radica la jurisdicción internacional en los tribunales del país en cuyo derecho
es aplicable a la materia del juicio (teoría del paralelismo).

La prórroga no puede concretarse sino después de promovida la acción; la prórroga anticipada


es inadmisible.

En ambos tratados se aplica la teoría del paralelismo, lo cual parece acertado ya que se unifica
jurisdicción y derecho aplicable, además que un juez conoce como nadie su propio derecho.
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En los Tratados, se distingue según que los actos jurídicos se refieran a cosas ciertas y
determinadas, a cosas determinadas por su género y cosas fungibles. Si se determina la
jurisdicción en un conflicto que involucra a cosas ciertas y determinadas, tendrán jurisdicción
los jueces del país donde el objeto cierto y determinado se encuentra al momento de la
celebración del contrato.

El Tratado cambia de frente cuando se trata de cosas determinadas por su género o cosas
fungibles. Se entiende por lugar de cumplimiento del acto jurídico el domicilio del deudor al
tiempo de la celebración del contrato.

- Protocolo sobre Jurisdicción Internacional en materia contractual: Es la primera fuente


específica en la materia que tiene Argentina.

o Ámbitos:

 Ámbito espacial de aplicación: Este ámbito fortalece jurídicamente la


región intra-mercosur a diferencia de otras convenciones con pretensión
universalizadora. El Protocolo establece que se aplicará cuando el
contrato internacional se celebró entre personas físicas y jurídicas
espacialmente vinculadas con los Estados Parte por su domicilio o sede.
Se aplicará cuando las personas físicas o jurídicas tengan domicilio o
sede en un Estado Parte y además, que haya habido un acuerdo de
elección de foro a favor de un Estado Parte y que, exista una conexión
razonable, medida según las normas subsidiarias de jurisdicción del
Protocolo.

o Autonomía de la voluntad: Aunque el Protocolo privilegia la autonomía, como la


primera norma en materia de jurisdicción, la limita espacialmente a los países
del Mercosur, pues los contratantes sólo pueden prorrogar la jurisdicción dentro
de los Estados Parte. Las partes tienen amplias oportunidades para decidir el
momento de la elección.
Además de la elección expresa, el Protocolo prevé la tácita, llamada también
prórroga, que es aquella que se configura por el sólo hecho de que el
demandado ha contestado la demanda ante una jurisdicción elegida por el actor
no prevista en el Protocolo o por el acuerdo de elección sin oponer la excepción
de incompetencia.

 Derecho aplicable a la validez intrínseca: El acuerdo de elección de foro


es un acuerdo independiente del contrato al que accede, y conforme a
una doctrina generalmente aceptada, se rige por sus propias reglas. La
validez intrínseca comprende el consentimiento, la ausencia de vicios, el
objeto, la causa y puede extenderse a la imposición de una forma.
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- Conexiones subsidiarias: Para el caso que las partes no hubieren hecho uso de la
autonomía de la voluntad para elegir la sede del litigio, el Protocolo prevé conexiones
procesales subsidiarias, a elección del actor.

o Lugar de cumplimiento del contrato: Elegir esta conexión no será suficiente,


habida cuenta de que en un mismo término puede tener diferentes acepciones
en los distintos países. Fue necesario precisar su alcance. El Protocolo incluyó
como precisiones de “lugar de cumplimiento” las que establece el TDCIM de
1939. (Domicilio del demandado, de la sociedad demandada, domicilio del
actor).

- Reconocimiento de sentencias: Se previó expresamente la aptitud de las normas de


jurisdicción del Protocolo para medir la competencia del juez extranjero en el supuesto
que se presente una sentencia de extraña jurisdicción para su reconocimiento. Es la
hipótesis de la llamada jurisdicción indirecta.

- Arbitraje Comercial internacional: En la región mercosuriana el Acuerdo de Arbitraje


Comercial del Mercosur en tanto haya sido ratificado tiene aplicación preferente sobre
las otras Convenciones en la medida que aborden las mismas materias y desde el
mismo ángulo.

o Ámbitos: Se previeron los ámbitos de carácter material, personal y espacial.

 Ámbito personal: El Acuerdo está previsto sólo para los conflictos que se
susciten entre particulares.

 Ámbito material: El Acuerdo comprende a los conflictos surgidos de


contratos comerciales internacionales.

 Ámbito espacial: Se dejó librado a las partes resolver sobre el ámbito


territorial. La sede es decisiva para reglamentar algunos aspectos del
arbitraje. El derecho del Estado Parte sede del tribunal rige la validez de
la convención arbitral en cuanto al consentimiento, objeto y causa. Si el
derecho de la sede otorga autonomía, se la reconocerá. El procedimiento
de la intimación para iniciar un arbitraje será válido si lo es conforme al
derecho del estado de la sede arbitral.

o Autonomía de la convención arbitral: El Acuerdo distingue entre la convención


arbitral y el contrato al que accede.

o Derecho aplicable a la convención arbitral:

 Forma: La lex loci celebrationis regit formam actum, rige tanto para las
formas entre los presentes como entre ausentes. En los actos celebrados
entre ausentes se presenta el problema del lugar y el momento en que se
perfecciona o se celebra la convención, lo que obstaculiza la aplicación
27

del derecho del lugar de celebración. El Acuerdo resuelve el problema en


el sentido de que el lugar y el momento lo marca la recepción de la
aceptación. Se considerará formalmente válida la convención arbitral
aunque no lo fuere conforme al derecho del lugar de celebración, si lo es
conforme al derecho de los Estados con los cuales el contrato base tuvo
contactos objetivos.

 Capacidad de obrar: Para regular la capacidad de las partes de la


convención arbitral se mantuvo el estatuto del domicilio.

o Validez intrínseca de la Convención arbitral: El Acuerdo establece que la validez


intrínseca de la convención arbitral se rige por el derecho de la sede arbitral. La
elección de la sede permite contar con un lugar cierto y territorialmente
localizable para regular la validez intrínseca. Las razones de los contratantes
para acudir al arbitraje se basan en las ventajas que presenta. El Acuerdo define
la sede arbitral como el lugar designado por las partes con independencia del
país o los países de encuentro presencial o efectivo o las comunicaciones entre
ausentes. Para las partes, la elección es facultativa; para los árbitros, es
imperativa siempre que las partes no hubieren hecho uso de su derecho.

 Competencia: Es el propio tribunal el que resuelve sobre todos los


aspectos de la validez de la convención arbitral.

- Validez del contrato base: Es el contrato que origina el problema que ha de ser
sometido a arbitraje.

Dimensión dikelógica:

En materia de jurisdicción internacional rige, en principio, la máxima de la generosidad. Cuando


más fueros se pongan a disposición del actor, más cómoda le será la realización de sus
peticiones. Pero el despliegue de la generosidad supone, en primer lugar, que cada país tenga
un DIPr. justo y no dé intervención desorbitada al orden público; en efecto, en caso contrario, el
resultado del juicio depende decisivamente del DIPr del país a cuyos tribunales el actor acude,
y ello provoca el fenómeno que los anglosajones denominan el fórum shopping. La comodidad
del actor no debe redundar en una incomodidad injusta del demandado. Las jurisdicciones son
normalmente concurrentes: En los Tratados de Montevideo, entre los jueces del domicilio del
demandado, los jueces del país cuyo Derecho resulta aplicable y los jueces elegidos por
prórroga; en el Derecho Procesal Interno de Extranjería, por ejemplo, los jueces del país del
domicilio del demandado, del país del cumplimiento del contrato. En casos excepcionales se
estatuye una jurisdicción exclusiva. La exclusividad o no de una jurisdicción no se resuelve en
el caso concreto sino genéricamente. La Argentina no tiene jurisdicción exclusiva.

En el fórum shopping se concentra la atención en la actividad de las partes o de una sola de


ellas en la que se manipula la situación para poder litigar ante el tribunal de un país
28

conveniente no sólo por las facilidades procesales sino también por la probable solución que se
dará a su sentencia. Se trata de una “elección de foro” allí donde el convenio, la ley o la
voluntad de las partes no lo admiten.

Con respecto al fuero de atracción en el orden internacional hay que distinguir dos supuestos.
Estando en juego un Tratado que determina la jurisdicción internacional para los diversos
casos, parece que no es admisible el fuero de atracción, en razón de que su admisión
modificaría las reglas convenidas; y no sería lícito suponer que tal haya sido la voluntad de las
partes.

No habiendo tratados, el problema es de solución más difícil. En el orden nacional, el fuero de


atracción quiere economizar esfuerzos y evitar soluciones incoherentes. Estos fines no son
alcanzables en el orden internacional, porque un país, aun admitiendo el fuero de atracción, no
puede impedir que otro inicie un proceso y lo termine con una resolución diversa.

Auxilio judicial internacional:

El auxilio judicial consiste en que los jueces del proceso solicitan de otros jueces que les
ayuden en su tramitación, a personas domiciliadas en la jurisdicción de estos últimos, o
tomando declaración a testigos en análoga situación, etc. El juez solicitante se denomina
“exhortante”, el juez solicitado es el “exhortado”, y la solicitud se llama “exhorto”.

El T.M del 89’ tiene al efecto diversas disposiciones (Arts. 9 a 12): Los exhortos y cartas
rogatorias que tengan por objeto hacer notificaciones, recibir declaraciones o practicar
cualquiera otra diligencia de carácter judicial, se cumplirán en los Estados signatarios, siempre
que dichos exhortos o cartas rogatorias reúnan las condiciones establecidas en este Tratado.
Cuando los exhortos o cartas rogatorias se refieran a embargos, tasaciones, inventarios o
diligencias preventivas, el juez exhortado proveerá lo que fuese necesario respecto del
nombramiento de peritos, tasadores, depositarios y, en general, a todo aquello que sea
conducente al mejor cumplimiento de la comisión. Los exhortos y cartas rogatorias se
diligenciarán con arreglo a las leyes en donde se pide la ejecución.

TM 40’: Repite las disposiciones del 89’ y agrega algunas innovaciones: Los exhortos y cartas
rogatorias deberán ser redactados en la lengua del Estado que libra el exhorto, y serán
acompañados de una traducción hecha en la lengua del Estado al cual se libra dicho exhorto,
debidamente certificada. Si se tratara de embargos, la procedencia de la medida se regirá y
determinará por las leyes y los jueces del lugar del proceso. La traba del embargo, su forma y
la inembargabilidad de los bienes denunciados a ese efecto, se regirán por las leyes y se
ordenarán por los jueces del lugar en donde dichos bienes estuvieran situados.

- Instituciones de cooperación en el DIPro. Argentino. Exhortos: El país del proceso pide


auxilio ante la imposibilidad de obtener en su foro todos los elementos necesarios para
solucionar un caso. La cooperación-y no la mera tramitación-puede hacerse por las
autoridades judiciales o jurisdiccionales y por las autoridades centrales.
29

La tramitación puede hacerse-según las fuentes-por vía judicial o jurisdiccional directa,


por la autoridad diplomática por las autoridades centrales o por los mismos particulares.
EL procedimiento se adapta al contenido de la petición.

o Exhortos: Las fuentes en materia de exhortos pueden ser de origen nacional o


interno. Las fuentes internacionales, a su vez, pueden ser convencionales o
consuetudinarias. Pueden tratar de los exhortos de modo general o especial
según la materia de que se trate.

 Protocolo de cooperación y asistencia jurisdiccional en materia civil,


comercial, laboral y administrativa (Protocolo de Las Leñas): El Art. 32
establece que cualquier problema de interpretación se resolverá
mediante negociaciones directas entre los Estados. El Art. 1º regula el
ámbito espacial y material de aplicación. Dispone la cooperación
jurisdiccional-y no solo judicial-entre los Estados Partes en materia civil,
comercial, laboral y administrativa. El encuadramiento de los temas en
una u otra materia dependerá de la calificación que realicen las
autoridades de cada Estado Parte.

 Derecho aplicable: La necesidad del requerimiento de la medida


se rige por el derecho del juez exhortante. Las cuestiones que se
planteen durante el cumplimiento del exhorto se rigen por el
derecho de la autoridad requerida. La autoridad requerida-en
principio-podrá acceder, aunque su derecho no se lo exija, a
cooperar con trámites o medidas especiales cuando haya una
solicitud de la requirente si no fuera incompatible con su orden
público.

 Tramitación del proceso: Los trámites internacionales de la


cooperación se realizan principalmente por intermedio de las
Autoridades Centrales.

 Contenido y procedimiento del exhorto: El contenido del exhorto


se adapta a la materia solicitada. En las diligencias de mero
trámite como emplazamientos, notificaciones, intimaciones no se
exige ordinariamente el control de la jurisdicción del requirente, lo
cual no significa que se le reconozca jurisdicción. El cumplimiento
de un exhorto está sometido al principio de la oficialidad.
Establece la obligación de fundar las razones por las que no se
coopera. Sólo podrá denegarse la cooperación si la medida
solicitada atenta contra los principios de orden público del Estado
requerido. Si el exhorto tuviere como contenido medidas
probatorias, como, por ejemplo, la prueba testimonial, se
requerirá que contenga el nombre y domicilio de los testigos y el
texto de los interrogatorios.
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 Información del derecho extranjero: Para facilitar la tarea del


aplicador se incluyó la posibilidad de solicitar información acerca
del derecho extranjero la que debe ser requerida por una
autoridad. El exhorto que contiene un pedido de informe se puede
canalizar por medio de la AC o de las autoridades diplomáticas y
consulares. El alcance de una información estatal-no judicial-,
especialmente en lo que hace a la interpretación de las normas,
no obliga al Estado que lo expide. La información brindada sobre
el contenido y vigencia del derecho extranjero tiene el tratamiento
de un peritaje: el Estado que lo emite no se hace responsable por
la respuesta de los peritos.

 Reconocimiento y ejecución de una sentencia judicial o


jurisdiccional: El reconocimiento de una sentencia puede hacerse
a pedido del juez o de los particulares. En el primer caso, su
tramitación debe hacerse por vía de exhortos y por intermedio de
la Autoridad Central. Su circulación requiere de formalidades,
legalización, traducción. La simplificación de la constancia de
procedencia de las sentencias-legalizaciones-al igual que la de
otros documentos se logra con la transmisión vía autoridad
central, la cual tiene un alcance similar al de la Apostilla de la
Convención de la Haya sobre Supresión de las Legalizaciones
(LEER).

El Art. 22 del Protocolo hace referencia a la multiplicidad de


sentencias o laudos arbitrales entre las mismas partes, fundadas
en los mismos hechos y que tuvieron el mismo objeto. En
principio, primará la decisión que se pretende reconocer y en
tanto tal decisión sea incompatible con la sentencia o el laudo
extranjero. Si la sentencia que se pretende reconocer fuera
anterior a una sentencia del Estado requerido, no se la
reconocerá si hubiera prelación en la interposición de la demanda
en este último.

La sentencia extranjera- del Estado requirente-tiene que haber


pasado en autoridad de cosa juzgada y/o ejecutoria. El término
“ejecutoria” suele tener alcance equivalente a cosa juzgada. El
Estado requerido, entonces, no está obligado a reconocer una
sentencia si ha resuelto el mismo problema entre las mismas
partes y por igual causa con anterioridad o simultáneamente a la
que se pretende se reconozca. Así, no hay obligación
internacional e reconocer una sentencia si la demanda se
presentó primero en el Estado requerido, con independencia de
que éste haya dictado una decisión al respecto. El principio es
31

que la sentencia pronunciada con anterioridad prima a la dictada


con posterioridad, sea en el Estado emisor o en el Estado
receptor. Para el caso de que ambos hayan sido dictados
simultáneamente también prima la del Estado requerido. Con la
incorporación de Bolivia y Chile al protocolo, hubo que modificar
el texto y de paso se aclararon algunas lagunas; como por
ejemplo, ampliar las vías de transmisión de los exhortos que
ahora comprende la vía diplomática o consular y la transmisión
directa por el interesado.

- Medidas Cautelares: La Argentina cuenta con dos fuentes específicas sobre medidas
cautelares: La Convención Interamericana sobre Cumplimiento de Medidas Cautelares
y el Protocolo sobre Medidas Cautelares del Mercosur.

o Tratados de DIPro. De Montevideo del 89 y 40’: El del 89’ se ocupa


tangencialmente de los embargos al tratar de exhortos, sentencias y fallos
judiciales e insta al juez exhortado a proveer lo que fuere necesario para el
cumplimiento de la comisión. Ambos tratados hacen referencia solamente al
embargo y no a otras medidas cautelares como la inhibición por ejemplo. El
Tratado del 40’ soluciona el problema del derecho aplicable a la procedencia de
la medida, la que se regirá y determinará conforme al derecho del país del
proceso. La necesidad de una medida tiene que decidirse en el proceso principal
y no en el país convocado para auxiliarlo. En cambio, la traba del embargo, su
forma y la inembargabilidad de los bienes denunciados se regirán por el derecho
del lugar donde estuvieren los bienes denunciados.

o Protocolo sobre Medidas Cautelares del Mercosur:

 Ámbitos: El Protocolo abarca un ámbito material de aplicación mayor que


el de la Convención Interamericana y los T.M. Comprende cuestiones
civiles, comerciales y laborales y los aspectos patrimoniales de los
procesos penales.

 Jurisdicción internacional de la autoridad requirente: Uno de los


requisitos para la circulación de las medidas cautelares en el Mercosur
es la competencia en la esfera internacional del Estado que la solicita
para resolver el conflicto en cuyo marco se pide la medida. Dicha
competencia surgirá de las fuentes convencionales o internas del Estado
donde se sustancia el proceso que da lugar a la medida. Tal
competencia-en principio-debe ser reconocida por el Estado ante el que
se solicita el auxilio, caso contrario, puede no dar curso a la medida
solicitada.

 Competencia y derecho aplicable a la medida cautelar: El Protocolo


resuelve también la competencia y el derecho aplicable a diferentes
32

aspectos de una medida cautelar. Este tema nos enfrenta al problema de


si el tipo de medida solicitada fuera desconocido en el Estado requerido.
En el Protocolo, es la autoridad requerida y no la requirente la que tiene
la solución final.
En lo concerniente a la ejecución de la medida cautelar y su
contracautela o garantía, tendrá jurisdicción el Estado requerido y la
autoridad competente aplicará sus propias leyes a semejanza de la
Interamericana. La autoridad requerida puede modificar la medida
solicitada con miras a una mejor cooperación. También se rige por el
derecho del Estado requerido lo concerniente a los requisitos para la
inscripción registral y su alcance. Hay que hacer una distinción entre los
aspectos que según el Protocolo se rigen por el derecho del requirente o
del requerido y los supuestos que se resuelven por el mismo Protocolo.
El Protocolo dispone que el Tribunal requerido puede oponerse a prestar
colaboración cuando la medida va contra el orden público internacional.
También se puede disponer su levantamiento cuando la medida sea
preparatoria de un proceso que no se inició.

El Art. 10 establece que el cumplimiento de una medida cautelar no


implica el compromiso de reconocer la sentencia extranjera dictada en el
proceso principal.

Dimensión dikelógica:

Se advierte una evolución en la cooperación internacional, que va desde la simplificación hasta


la armonización y flexibilización de los presupuestos que, hasta hace poco tiempo, eran de rigor
inexorable. Así, asegurar la autenticidad de la procedencia se ha simplificado con las
soluciones que dispone el Convenio sobre Supresión de Legalizaciones de la Haya de 1961.

La necesidad de la comprensión del documento a través de la traducción se facilita hoy en día


con la extraterritorialidad de la traducción realizada en el país de procedencia del documento.

Reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras:

Hay que distinguir entre el reconocimiento y la ejecución de una sentencia firme. No hay
ejecución sin reconocimiento; pero sí puede haber reconocimiento sin ejecución.

Puede sostenerse que el reconocimiento y la ejecución de una sentencia se realiza a través del
auxilio judicial internacional. El pedido puede ser expreso cuando la autoridad que dictó la
sentencia pide su reconocimiento y en su caso, la ejecución o implícito cuando lo promueve la
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parte que ha salido beneficiada. Para el reconocimiento-y, en su caso, ejecución-hay que


cumplir con requisitos formales, procesales y de fondo. Las legalizaciones y autenticaciones
(requisitos formales) se rigen por la ley nacional, es decir, por la ley del Estado en el que se
pretende el reconocimiento o ejecución.

Los requisitos procesales para el reconocimiento de una sentencia tienen por objeto la defensa
de la soberanía jurisdiccional y el cumplimiento de las reglas del debido proceso al que todos
los requisitos procesales contribuyen. A su vez, el debido proceso hace al orden público
internacional procesal.

Cualquiera que sea el tipo de sentencias extranjeras, todas tienen un efecto normativo:
declaran, reconocen o constituyen algún derecho. Una sentencia extranjera partirá siempre del
derecho privado o público o del DIPr del juez del proceso.

Acreditados que sean los recaudos exigidos, en determinadas circunstancias, las sentencias
producen el efecto de cosa juzgada. La cosa juzgada extranjera produce efectos
extraterritoriales, tanto en el ámbito procesal como en el sustantivo.

T.M 89’ (Arts. 5 a 8): Las sentencias y fallos arbitrales en asuntos civiles y comerciales en uno
de los Estados signatarios, tendrán, en los demás, la misma fuerza que en el país en que se
han pronunciado, si reúnen los requisitos siguientes: a) que la sentencia o fallo haya sido
expedido por tribunal competente en la esfera internacional; b) que tengan el carácter de
ejecutoriado o pasado en autoridad de cosa juzgada en el Estado en que se ha expedido; c)
que la parte contra quien se ha dictado, haya sido legalmente citada, y representada o
declarada rebelde, conforme a la ley del país en donde se ha seguido el juicio; d) que no se
oponga a las leyes de orden público del país de su ejecución.

T.M 40’: Reproduce, en lo esencial, las disposiciones del de 1889. Pero añade algunas
novedades: Se incluyen en las sentencias a ejecutar las sentencias civiles dictadas en
cualquier Estado signatario, por un tribunal internacional, que se refieran a personas o a
intereses privados. La ejecución de las sentencias t de los fallos arbitrales deberá pedirse a los
jueces o tribunales competentes, los cuales, con audiencia del ministerio público, y previa
comprobación de que aquéllos se ajustan a lo dispuesto, ordenarán su cumplimiento por la vía
que corresponda con arreglo a lo que a ese respecto disponga la ley de procedimiento local.

En ambos tratados la extraterritorialidad de las sentencias y fallos arbitrales requieren la


legalización por el cónsul del país requerido.

Las disposiciones internas sobre reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras se


hallan, con arreglo a la organización federal del país, en los diversos códigos procesales.

El Art. 519 libera el reconocimiento de una sentencia extranjera en el curso de un proceso, del
llamado juicio de exequátur (de ejecución). Si bien este Art. solo contempla el reconocimiento
de sentencia extranjera dentro de un proceso, corresponde extender su exención del juicio de
exequátur, a cualquier tramitación. En virtud del Código, reconocimiento y ejecución tienen los
mismos requisitos.
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En primer lugar, es menester que la sentencia extranjera proceda de tribunal competente en el


orden internacional.

La competencia del tribunal extranjero en el orden internacional, no habiendo reglas al efecto


en el DIPú. Consuetudinario y no siendo aplicables las que estaban en convenios
internacionales sino dentro de su respectiva esfera de vigencia, descansan en el Derecho
Nacional. Los tribunales argentinos no sólo rechazarán sentencias extranjeras si invaden la
propia jurisdicción, sino igualmente si atentan contra la jurisdicción de un tercer país. Hay que
restringir este último supuesto al caso en que la legislación del otro país coincida en la
reglamentación de la jurisdicción internacional con la Argentina.

El reconocimiento de la sentencia extranjera supone que la parte condenada, domiciliada en la


República, hubiese sido personalmente citada.

Reválida de títulos profesionales extranjeros:

La reválida de títulos profesionales extranjeros constituye un problema análogo al


reconocimiento de sentencias extranjeras. En ambos casos se trata de dar eficacia dentro del
país al contenido de una resolución oficial extranjera, proceda de un Poder Judicial extranjero o
de la Administración de un país extranjero.

El Convenio del 89’ relativo al ejercicio de profesiones liberales estatuye que los nacionales o
extranjeros que, en cualquiera de los Estados signatarios de esta Convención, hubiesen
obtenido título o diploma expedido por la autoridad nacional competente para ejercer
profesiones liberales, se tendrán por habilitados para ejercer en los otros Estados. Para que el
título o diploma produzca los efectos expresados, se requiere: 1) Su exhibición, debidamente
legalizado; 2) que quien lo exhiba acredite ser la persona en cuyo favor ha sido expedido.
ESTE TRATADO NO RIGE LA EQUIVALENCIA DE CARRERAS.

Un título puede sólo ser revalidado si tanto en el país que lo emite como el que revalida, lo
considera relativo a una profesión liberal. Quien pueda ejercer su profesión en uno de los
países ratificantes o adheridos, puede pedir su reválida en cualquiera de los demás, aunque su
título habilitante proceda de un tercer país.

1939: Se llegó a una nueva reglamentación, que exige que los títulos o diplomas a revalidar
correspondan a estudios y trabajaos prácticos que guarden razonable equivalencia con los que
se haya exigido en las épocas respectivas a los estudiantes locales en la universidad ante la
cual se presente la reválida, y el interesado llene los requisitos generales para el ejercicio de
las respectivas profesiones.

Aplicación del Derecho extranjero en el proceso:


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Hay quienes estiman que el Derecho extranjero declarado aplicable, se aplica como Derecho
que originariamente es, sea como Derecho nacional (teorías de la nacionalización del derecho
extranjero), sea como Derecho extranjero (teorías de su extranjería). Con ellos se enfrentan
otros que reputan el Derecho extranjero un hecho, concibiéndolo, por ejemplo, como la
sentencia que con el máximo grado asequible de probabilidad dictaría el juez extranjero en el
supuesto de que el aspecto de la contienda, sometido a su Derecho, realmente se hubiese
radicado en su jurisdicción (teoría del uso jurídico).

A esta altura nos interesa saber qué tratamiento corresponde dar al derecho extranjero en el
proceso.

Los dos Protocolos Adicionales disponen, en plena coincidencia, en sus primeros tres artículos:
las leyes de los Estados contratantes serán aplicadas en los casos ocurrentes, ya sean
nacionales o extranjeras las personas interesadas en la relación jurídica de que se trate. Su
aplicación será hecha de oficio por el juez de la causa, sin perjuicio de que las partes puedan
alegar y probar la existencia y contenido de la ley invocada. Todos los recursos acordados por
la ley de procedimientos del lugar del juicio para los casos resueltos según su propia
legislación, serán igualmente admitidos para los que se decidan aplicando las leyes de
cualquiera de los otros Estados.

La Argentina ha ratificado varios convenios referentes a la prueba, información y aplicación del


derecho extranjero.

- Información a través de órganos gubernamentales: En el Convenio Argentino-Uruguayo


y en la Convención Interamericana sobre Prueba e Información acerca del Derecho
Extranjero se ordena a las autoridades a tratar el derecho extranjero tal como lo harían
los jueces y autoridades del Estado cuyo derecho deben aplicar conforme lo promueve
la teoría del uso jurídico. Esta solución se encuentra también en la Convención
Interamericana sobre Normas Generales del Derecho Internacional Privado y hace a la
calidad del derecho extranjero.

- Personas que pueden solicitar la información: Legitiman sólo a las autoridades judiciales
y jurisdiccionales de cada país. La autoridad que hace el enlace de país a país en el
Convenio Argentino-Uruguayo es el de los Ministerios de Justica respectivos, mientras
que otros convenios multilaterales dejan librado a cada país la elección de las
autoridades o disponen que se tramitará por medio de las Autoridades Centrales.

- Principio dispositivo o de oficialidad: El trámite procesal correspondiente depende del


criterio que en cada país se tenga sobre la aplicación del derecho extranjero.

- Autoridades o personas competentes para responder: Puede serlo el mismo órgano de


recepción u otros órganos del Estado requerido, o quienes tienen idoneidad para
expedirse.
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El C.C contempla nuestro problema en el Art. 13 que dice: “La aplicación de las leyes
extranjeras, en los casos en que este código la autoriza, nunca tendrá lugar sino a solicitud de
parte interesada, a cuyo cargo será la prueba de la existencia de dichas leyes. Exceptuándose
las leyes extranjeras que se hicieren obligatorias en la República por convenciones
diplomáticas o en virtud de ley especial”. La nota al Art. 13 añade: “La ley extranjera es un
hecho que debe probarse. La ley nacional es un derecho que simplemente se alega sin
depender de la prueba”.

Dimensión dikelógica:

El Art. 13 C.C aborda un tema exclusivamente procesal. En efecto, en primer lugar, la cuestión
de cómo se debe probar algo es, como problema probatorio, un problema procesal.

En realidad, el Derecho Extranjero constituye un hecho notorio. Como tal, el juez debe tenerlo
en cuenta oficialmente, sin perjuicio de que las partes lo aleguen y que aporten las pruebas que
estimen oportunas.

La mejor manera de aclarar el Derecho extranjero consistiría en someter el aspecto del caso
que se regula por un determinado derecho extranjero, al juez correspondiente al hilo del auxilio
internacional; el tribunal exhortante quedaría vinculado por la información del juez exhortado.
Mientras esta solución nos e haya puesto todavía en movimiento, el juez debe aplicar Derecho
extranjero de oficio. La misma obligación incumbe a todos los funcionarios llegados al caso.

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