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TEMA 3 AMBITO DE VALIDEZ ESPACIAL DE LA LEY PENAL

CONCEPTO. - La vigencia de la ley penal en el espacio, no resulta un problema de fácil


solución, porque la regla general de que la ley penal se aplica solamente dentro del territorio
nacional o a los lugares sometidos bajo su soberanía o jurisdicción, tiene una serie de
excepciones, por cuanto se aplican otros principios.

Las disposiciones se denominan, corrientemente, derecho penal internacional y su


contenido constituye la regulación del ámbito de derecho espacial del derecho en
cuestión. El argumento de que no se trata de derecho internacional, es decir de un derecho que
se haya generado porque se ha producido por un sistema de Tratados es que las normas no
tienen un rango normativo internacional sino, más bien por normas de derecho interno, que
tienen relación con algunas disposiciones internacionales especialmente cuando el Estado,
asume la responsabilidad de castigar ciertos delitos y de perseguirlos, sin consideración del
lugar de su perpetración.

El concepto de territorio, en derecho penal, no resulta ser el geográfico, sino el jurídico. En


esta materia, como dice Rodríguez Devesa, están legitimadas varias disciplinas:
La delimitación del ámbito de validez de la ley penal de cada Estado y la competencia de sus
tribunales ha dado lugar al nacimiento del denominado Derecho Internacional Privado. En
cuanto a su aplicación, se reconoce uniformemente en doctrina y legislación comparadas
cuatro PRINCIPIOS que determinan el alcance de la validez espacial de la ley penal:

• 1) de territorialidad;

• 2) de nacionalidad o personalidad;

• 3) real o de la defensa; y,

• 4) universal o de justicia universal.

1) PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD. - Según este principio, la ley penal se aplica en todo el


territorio nacional o en los lugares sometidos a su jurisdicción, aunque su autor fuera
extranjero.
El Artículo 1, del Código penal boliviano en el inciso 1), señala específicamente este
principio: este Código se aplicará: 1) a los delitos cometidos en el territorio de Bolivia o en
los lugares sometidos a su jurisdicción.
El concepto de territorio abarca los siguientes aspectos: a) la extensión de tierra, cuyo límite
está demarcado con los estados limítrofes; b) las aguas jurisdiccionales, que, según el
Tratado de Montevideo de 1889, suscrito por nuestro país, el mar territorial abarca hasta cinco
millas de la costa.
c) El espacio aéreo, existen tres criterios:

• el de aplicar la ley penal del Estado subyacente,

• el de la libertad y

• el de la determinación de la altura (atmósfera, estratosfera, ionosfera, etc.).

Parece más aconsejable el criterio de aplicar la ley del Estado subyacente. Así lo han
establecido las Convenciones de Paris de 1919 y 1926. El inciso 5). Del Artículo 1, de nuestro
Código, penal señala que se aplica la ley nacional “a los delitos cometidos en naves,
aeronaves y otros medios de transporte bolivianos, en país extranjero, cuando no sean
juzgados en éste”.
Hay que señalar que este precepto es para medios de transporte público. Empero, si se trata de
medios de transporte privado y se comete delito en aguas jurisdiccionales extranjeras o cuando
una aeronave está en tránsito, se aplica la ley del lugar. El inciso 2) del Artículo 1, del Código
penal señala que se aplicará la ley nacional, “a los delitos cometidos en el extranjero cuyos
resultados se hayan producido o debían producirse en el territorio de Bolivia o en los
lugares sometidos a su jurisdicción».

Este caso prevé el denominado delito a distancia, que es aquél en el que la conducta empieza
en un territorio y el resultado se produce en otro. Para su solución se han dado en la doctrina y
en la legislación comparadas, dos criterios: el de aplicar la ley del país de la conducta, o el de
aplicar la ley del país del resultado.

Nuestra ley penal, al parecer, es partidaria del segundo criterio y así, por ejemplo, si A,
situado en la Quiaca (República Argentina) dispara a B que está en Villazón (República de
Bolivia), de acuerdo al inciso trascrito se aplicará la ley penal al boliviana contra A. Pueden
presentarse problemas de difícil solución en la práctica, por ejemplo el de que un país se acoja
a la teoría de la acción y sin embargo, se produce el resultado en su territorio y el otro país
adopte la teoría del resultado. En este caso, habría impunidad para el delincuente. La solución
más aceptable es la que se conoce como la teoría de la UBICUIDAD. Según ésta, debe
considerarse lugar de comisión-del delito tanto donde se produce el resultado como allí
donde se ha ejecutado la acción.

2) PRINCIPIO DE NACIONALIDAD O PERSONALIDAD. Según este principio, se


aplica la ley penal a los nacionales que cometan delitos en el extranjero. El inciso 3) del
Artículo 1 del Código Penal dice textualmente. «A los delitos cometidos en el extranjero por
un boliviano siempre que éste se encuentre en territorio nacional y no haya sido sancionado
en el lugar en que delinquió," aplicando, esta manera, el principio del NON BIS IN IDEM
(nadie puede ser sancionado dos veces por un mismo hecho). Habrá que tener presente,
además, que el hecho sea considerado delito en Bolivia, tal el caso, por ejemplo, del consumo
de hojas de coca. En Bolivia es lícito, sin embargo en otros países, es considerado delito.
En este caso, si el boliviano se encuentra en Bolivia y no ha sido sancionado por este hecho en
el extranjero, no sufrirá ninguna pena, por el principio de legalidad.

Otro caso que plasma este principio en la legislación boliviana, es el previsto en el inciso 6)
Artículo 1, del Código penal según éste, la ley penal boliviana se aplica “a los delitos
cometidos en el extranjero por funcionarios al servicio de la Nación, en el desempeño de su
cargo o comisión”. Su explicación y fundamentación son claras: Se trata de aplicar la ley
penal nacional a quienes:

EN EL EJERCICIO DE SU CARGO O MISIÓN cometieren delitos específicos, como el


previsto por el Artículo 117 del Código penal, que dice: "el representante o comisionado por
el Gobierno de
Bolivia para negociar un tratado acuerdo o convenio con otro Estado, que se apartare de
sus instrucciones de modo que pueda producir perjuicio al interés nacional, incurrirá en
presidio de dos a seis años. La sanción será elevada en una mitad, si el delito se perpetrare
con fines de lucro o en tiempo de guerra».
3) PRINCIPIO REAL O DE DEFENSA. - Este principio se basa en la defensa de bienes
jurídicos protegidos por el Estado y la imposición de sanciones, cuando se violan bienes
jurídicos fuera del territorio nacional.
El inciso 4), del Artículo 1, del Código penal, especifica la aplicación de la ley penal
boliviana a los delitos cometidos en el extranjero: a) contra la Seguridad del Estado, es
decir, Delitos contra la Seguridad Exterior del Estado, contra la Seguridad Interior del Estado,
contra la Tranquilidad Pública y contra el Derecho Internacional (Capítulos I, II, III y IV del
Título I, Libro
Segundo). b) Contra la Fe Pública
.

En este caso corresponde los delitos de falsificación de moneda, billetes de banco, títulos al
portador, documentos de crédito, falsificación de sellos, papel sellado, timbres, marcas y
contraseñas, falsificación de documentos en general y cheques sin provisión de fondos

(Capítulos I, II, III y IV del Título IV del Libro Segundo), c) Contra la Economía Nacional,
que son todos aquellos previstos y sancionados en el capítulo I del Título IV del Código penal.
Para la ley boliviana, es indistinto que el autor sea nacional o extranjero. Para el caso de que el
autor no se encuentre en territorio nacional, la ley señala el camino de la extradición.
4) PRINCIPIO UNIVERSAL- Este principio se basa en la necesidad de la comunidad
internacional para tener un sistema eficaz de defensa contra la delincuencia que ha rebasado
las fronteras y merced a los adelantos. tecnológicos se ha internacionalizado. Según Rodríguez
Devesa “es un grado en la solidaridad internacional frente al delito». Este principio se halla
plasmado en tratados bilaterales, multilaterales o convenios internacionales, por ejemplo, la
Convención de Viena de 1988 referente a la represión del narcotráfico a nivel mundial.

Bolivia establece este principio en el inciso 7), Artículo 1, del Código penal. “Este Código se
aplicará: a los delitos que por tratado o convención de la República se haya obligado a
reprimir aun cuando no fueren cometidos en su territorio».
La obligación de reprimir y dar lugar a que se produzca una investigación sobre delitos
cometidos en el extranjero ha sido plasmada en el Nuevo Código de Procedimiento Penal con
el nomen juris de Cooperación Judicial y Administrativa
Internacional. Su regulación se halla en el capítulo primero del titulo VI (Artículo 138-148)".
LA EXTRADICIÓN.- Es el “acto por el cual un Estado entrega a un individuo a otro
Estado que lo reclama, a objeto de someterlo a juicio penal o a la ejecución de una pena ”.
Se llama activa cuando se trata del Estado requirente y pasiva, para el caso del Estado
requerido. Aunque es materia de Derecho procesal penal, la incluimos, porque es una
aplicación del principio universal, pero que tiene una serie de limitaciones, establecidas por
tratados internacionales y por la propia legislación nacional.
El Código de Bustamante de 1928, en el Artículo 307, establece: «También estarán sujetos a
las leyes penales del Estado extranjero en que pueden ser aprehendidos y juzgados, los que
cometan fuera del territorio un delito, como la trata de blancas, que ese Estado contratante
se haya obligado a reprimir por acuerdo internacional»
Artículo 308 “La piratería, la trata de negros y el comercio de esclavos, la trata de blancas,
los actos de destrucción o deterioro de cables submarinos y los demás delitos de la misma
índole contra el Derecho Internacional, cometidos en alta mar en el aire libre o en
territorios no organizados aun en Estado, se castigarán por el captor, de acuerdo con sus
leyes penales».

La legislación nacional regula la extradición tanto en el Código sustantivo como en el adjetivo.


El Artículo 3, del Código penal dice textualmente: «Ninguna persona sometida a la
jurisdicción de las leyes bolivianas podrá ser entregada por extradición a otro Estado, salvo
que un tratado internacional o convenio de reciprocidad disponga lo contrario. La
procedencia o improcedencia de la extradición será resuelta por el Tribunal Supremo de
Justicia. En caso de reciprocidad, “la extradición no podrá efectuarse si el hecho por el que
se reclama no constituye delito conforme a la ley del Estado que pide la extradición y del
que la debe conceder». De este texto sacamos algunas conclusiones:

1) que exista tratado o convenio de reciprocidad. En el primer caso, el Tratado debe estar
aprobado por el Poder Legislativo, para que tenga fuerza de ley en Bolivia. En el segundo
caso, si bien no existe Tratado, sin embargo, el Estado requirente hace la protesta de proceder
en la misma forma en un caso análogo.

2) El otro requisito es que el hecho constituya delito en Bolivia, y en el país que solicita la
extradición. El Código de Procedimiento Penal regula, por su parte, el procedimiento que debe
sujetarse todo trámite de extradición señalando el obligado paso por la Cancillería de la
República y dejando la Resolución de la viabilidad al Máximo Tribunal de Justicia de la
Nación. Finalmente, habida consideración de que el Estado Boliviano ha adoptado el principio
de personalidad o nacionalidad se puede afirmar que en Bolivia no se concede la extradición
para los nacionales, salvo, claro está, para los delitos que vayan contra el Derecho penal
internacional, como es el caso reciente de aquellas conductas relacionadas con el narcotráfico.

Tramite de la extradición Art 149-159 del código de Pdto Penal.


EL DERECHO DE ASILO.- Sus orígenes son remotos. En la antigüedad era una garantía
para quienes se refugiaban en las iglesias o en lugares sagrados y ahí existía el conflicto entre
el poder eclesiástico y los monarcas o los señores feudales.
Su práctica se ha acentuado en los países transmisores de los detentadores del poder político,
eran derrocados por un golpe de Estado y se refugiaban en embajadas o en buques de guerra
de países vecinos.
La concesión de asilo político depende de la calificación que haga el Estado a quien se pide el
asilo político. La normativa jurídica penal se halla establecida en el Tratado de Montevideo de
1889 en su Art 16.
El Artículo 16, prevé el asilo territorial en los siguientes términos: "El asilo es inviolable para
los perseguidos por delitos políticos pero la nación de refugio tiene el deber de impedir que
los asilados realicen en su territorio actos que pongan en peligro la paz pública contra la
cual han delinquido."
El problema de la concesión del asilo se presenta en la calificación del delito político, porque
puede darse, por ejemplo, el caso de un genocidio. Aquí se presenta el conflicto entre el
principió de territorialidad y el de universal. El Tratado de Montevideo de 1889 dice: ningún
delincuente asilado en el territorio de un estado podrá ser entregado a las autoridades del
otro sino de conformidad a las reglas que rigen la extradición.
La solución para este tipo de conflictos es que la legación diplomática rechace el asilo, por
cuanto no se trata de delito político.
Actualmente existe la Comisión Nacional de Refugiado CONARE, creada mediante D. S. N
19639 de 4 de julio de 1983 y Decreto Supremo N 24423 de 29 de noviembre de 1996 que
califica el "estatus de refugiado", de acuerdo a la Convención de Naciones
Unidas de 25 de julio de 1951 y el Protocolo Adicional de 31 de enero de 1967 cuyo

Art. 33 establece la no devolución de sujetos refugiados por delitos políticos, prohibiendo la


expulsión o poner en alguna forma en frontera al refugiado por existir temor sobre su vida
o libertad en razón de raza, religión, nacionalidad, pertenencia o grupo social por razones
de opiniones políticas
La solicitud de condición de refugiado se presenta a la secretaría de la CONARE e interviene
el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas Para Los Refugiados. Si acaso
fuese negada la solicitud, el solicitante puede formular el recurso de reconsideración en el
plazo de quince días al Presidente del CONARE, no admitiendo ulterior recurso. Una vez
agotadas las instancias se otorga al solicitante un plazo de treinta días para abandonar el país.

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