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Los valores de Martin

Érase una vez, un niño lleno de energías que vivía en una aldea llamada los girasoles muy educado
y servicial saludaba a todas las personas que encontraba por el camino y era muy amoroso con sus
padres los cuales lo habían educado muy bien, ellos lo querían mucho ya que era su único hijo.
Los maestros de la escuela donde estudiaba Martin sonreían al verlo llegar ya que era un niño
amoroso respetuoso y muy responsable. Participaba en todas las actividades culturales y deportivas
programadas en su escuelita.
A él también le encantaban los animales y tenía un perro al que llamaba manchas decía que era su
amigo que lo acompañaba a todas partes y que a él le gustaba mucho cuidarlo y protegerlo porque
no tenía a nadie más que a él. Martin tenía en su casa un patio muy grande donde cembro muchas
plantas y árboles los cuales regaba y cuidaba mucho, decía que eran los que le daban vida y
oxigeno que los tenía que proteger como al resto de la naturaleza ya que las plantas también tienen
vida.
En la aldea donde vivía Martin había una iglesia evangélica a la cual asistían sus padres y lo
llevaban a él para que recibiera clases en la escuela dominical, donde aprendió a pedir en oración
por los demás y a dar gracias a Dios por todo. Martin también decía que había aprendido que
perdonar a las personas que nos dañaban era muy importante.
Pasaron los años y Martin fue creciendo y creciendo, pronto termino la escuela del nivel primaria y
empezó una nueva etapa que era el nivel básico y seguía siendo muy querido y admirado por los
demás ya que donde quiera que el fuera era un joven muy educado y atento que colabora con los
demás poniendo en práctica los valores y principios que le habían inculcado sus padres desde muy
pequeño. Martin en una celebración que se realizó en la escuela agradeció a su mamá por todo lo
que le había enseñado ya que esto lo ha ido formando en una persona de bien.
Finalmente, culmino una etapa más y con la oportunidad que le dieron sus padres inicia una carrera
para ser un profesional y convertirse en un maestro ya que sus sueños era trabajar con niños y
enseñarles todo lo que él había aprendido durante su crecimiento. Por último, Martin cumplió la
mayoría de edad y se convirtió en un ciudadano lleno de cualidades, virtudes, principios y valore, a
su vez, aporto mucho a su comunidad y a desempeñar un trabajo de calidad.

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