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Camino a una

Navidad Feliz
DIEGO ANDRÉS FLOREZ GÓMEZ
5TO AÑO “A”
Preparación, Familia, Navidad, Luz, Comunicación, Esperanza

En un pueblo vivía una pequeña niña con su familia, ella era Lucia, humilde, alegre, sencilla y
de gran corazón, Su padre Martin era un gran hombre, trabajador que se dedicaba a producir
en su propia granja para alimentar a la familia, su madre María era una dedicada y muy
amorosa ama de casa que estaba siempre dispuesta para ayudarlos y atenderlos, entre ambos
amaban, educaban y formaban con los mejores ejemplos y practicas a los pequeños, su
hermano Juan aunque travieso y extrovertido era muy cariñoso y buen niño. Los días de Lucia
pasaban entre cumplir con las responsabilidades escolares, los juegos con su hermano y
vecinos, ayudar en las labores del hogar y en practicar la caridad junto a sus padres. La
familia ayudaba en la comunidad y muy especialmente al que mas lo necesitara.

La pequeña Lucia disfrutaba mucho del tiempo que compartía con su familia pues eran muy
unidos, acostumbraban a reunirse todas las noches antes de ir a dormir para leer un trozo de
los evangelios frente al fuego del hogar, con sus padres aprendió que una de las épocas más
importantes del año y del significado de la Cristiandad era el nacimiento de nuestro señor
Jesucristo, Lucia amaba la Navidad desde pequeña esperaba, preparaba y vivía con alegría
esta época del año, las fiestas y tradiciones decembrinas eran sus favoritas.

Su familia no solo se ocupaba de arreglar la casa y de crear los mejores espacios para la
época, sino que como buenos cristianos vivían la preparación durante el periodo del adviento
para la llegada del niño Dios
Los niños escuchaban con sorpresa y admiración La palabra Adviento y
aunque no comprendían del todo, sus padres se esforzaban por inculcarles el
significado, de manera sencilla les enseñaban como prepararse
espiritualmente para la llegada del niño Dios, la familia oraba y rezaba unida,
al igual que se preparaba la casa para recibir a un invitado muy especial y
celebrar su estancia entre ellos, Martin y María les enseñaron que hacer el
pesebre es un acto de amor a Dios, expresión de optimismo, esperanza, fe,
alegría de que Jesús nace en todos los tiempos y lugares. La familia que ya
era caritativa se destacaba mas en este tiempo para agradecer todo lo que
habían recibido durante el año, preparaban comida para dar a los
hambrientos, regalaban ropa y juguetes a los niños mas necesitados, se
esmeraban por compartir y disfrutar de estas fiestas con mas familiares,
amigos y vecinos. La solidaridad, la generosidad y la caridad eran lo que más
brillaban.
Menos importante pero también disfrutado eran las decoraciones, los colores,
las luces, la comida y los fuegos artificiales en todas las fiestas y
celebraciones, en el pueblo todas las casa lucían esplendidas, las personas
estaban contentas y felices era la época del año que no debía terminar.
Los años pasan y los niños ya no son tan pequeños van creciendo, ya están
culminando la etapa de la escuela y quieren seguir estudiando y superándose
cada vez mas, esa decisión implica separarse de sus padres e ir a vivir solos
en la ciudad. Lucia ya bastante crecida emprende su viaje y decide ir por
nuevos camino.
Lucia se volvió adulta, logro estudiar , trabajar, se caso e hizo su
propia familia, poco podía ir a la granja, la vida citadina la consumió,
las costumbres y tradiciones de Lucia ya no eran las mismas de hace
años, ella se esmerada en comprar y colocar los mejores adornos,
mucha comida, ropa y regalos para su familia y amigos, para ella en
Navidad se había hecho característico pensar: ¿cómo vamos a
celebrar la Noche Buena y el día de Navidad? ¿con quien vamos a
disfrutar estas fiestas? ¿qué vamos a regalar? y dejo de lado las
enseñanzas de sus padres y olvido el verdadero significado de la
Navidad, así celebro durante varios años esta época. En algún
momento se dio cuenta que todo ese ajetreo no tenia sentido por algo
terminaba triste, sola y extrañando a sus padres, esa Navidad se hizo
el propósito que el siguiente año lo pasaría en la granja con su
familia.
Paso ese año Lucía hacia y llevaba su vida como de costumbre pero
sin dejar de pensar en el deseo y la necesidad de revivir sus mejores
años, volver al pueblo que solo le regalo experiencia maravillosas y
vivir esos días con las personas que solo le brindaron amor, mantenía
la luz y la esperanza en Lucia.
Planifico sus vacaciones y decidió viajar junto a sus 2 hijos y esposo
a la granja durante el mes de diciembre. Martin y María estaban
felices de tener a su hija y sus nietos en casa, era un sueño hecho
realidad, a su llegada tuvieron todo un agasajo y su fiesta de
bienvenida, desde ese mismo momento Lucia noto la diferencia en
ella en realidad se veía y se sentía feliz.
Los padres de Lucia aunque más viejos y cansados mantenían vivas
todas sus costumbres y tradiciones por esa parte parecía como si el
tiempo no hubiese pasado.
Lucia volvió a rezar y a orar, a practicar la solidaridad y la
generosidad pensar en agasajar pero esta vez no a sus amigos sino
al mas necesitado.

Junto a sus dos hijos realizo el pesebre de la casa de sus padres y


no solo eso ayudaron a realizar el pesebre del pueble y hasta
simularon un nacimiento viviente, una experiencia nueva para ella y
para sus hijos y esposo.

Revivir sus recuerdos la llevaron a tomar nuevamente conciencia


del verdadero significado de las celebraciones que Cristo es el
festejado a quien tenemos que acompañar y agasajar en este día, a
sentir el deber y la alegría de transmitir a sus hijos su experiencia,
hacer que Jesús nazca en cada corazón de los miembros de la
familia y se propuso que en cualquier lugar que este mantendría la
tradición del hermoso signo del pesebre.

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