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El único indicador textual es el título de la obra, ya que no

encontramos en su interior ninguna dedicatoria, ni haber ido ninguna carta


que haga referencia a alguien en concreto.
Así, como otras obras teatrales de Valle-Inclán poseen un título
desorientativo como Luces de Bohemia , en el cual parece indicarnos "luz" y
en realidad lo que nos indica es un mundo repleto de sombras, es decir,
"oscuridad"; en Los Cuernos de Don Friolera , el título nos introduce dentro
del argumento de la obra , ya que entorno a la supuesta infidelidad de Doña
Loreta, esposa del personaje principal , Don Friolera, gira toda la trama.

Esta historia se nos representa desde tres puntos de vista diferentes.

En la primera representación, denominada prólogo, la infidelidad corre a


cargo de la novia del protagonista, La Moña, la cual le es infiel con el
aceitero -Pedro Mal-Casado-. Don Friolera , asignándole en esta parte de la
obra el nombre de El Fantoche, aunque está enamorado de su novia , es
convencido por Bubulú, personaje que se pasea por la escena, para que
no se haga llamar cornudo y vengue su infidelidad matándola. En ese
momento llega la Guardia Civil, La Moña yace en el suelo por las cuchilladas
recibidas por El Fantoche, que asustado, prueba hacer sonar un duro para ver
si así puede resucitar a la muerta, la cual le responde con un gesto de
desprecio y esconde el duro bajo la liga. Esto simboliza lo que la gente
humilde de aquella época era capaz de hacer para conseguir dinero, en este
caso llegando incluso hasta resucitarse (lógicamente algo imposible, excepto
en la escena) sólo para conseguir un mísero duro.

Los personajes que aparecen en el prólogo son títeres, manejados por Fidel,
el cual representa al autor teatral.

La parte más amplia y más importante es la segunda. Sus personajes , al


contrario que en la primera parte, son humanos, aunque cosificados también a
modo de títeres, ya que son manejados al antojo del autor. En esta segunda
parte Don Friolera-Teniente Don Pascual Astete-, está casado con Doña
Loreta, ambos tienen una hija de nombre Manolita. Doña Loreta es cortejada
por Juanito Pacheco, más conocido como Pachequín, pretendiente que a
diferencia de la primera parte no está casado. Otro personaje, en este caso
simbólico, es Doña Tadea, la cual
representa a la España "criticona" de la época, siempre inmiscuida
en la vida de los demás, en lugar de inmiscuirse en sus propios asuntos.
Dicho personaje, es el que, a través de un escrito anónimo le hace saber a
Don Friolera la "supuesta" infidelidad de su esposa, Doña Loreta. Otro
personaje, que influye en las acciones del personaje principal, es el Coronel -
Don Pancho Lamela- , ya que los oficiales de la Orden de carabineros, donde
Don Friolera trabaja, le exigen el retiro del trabajo si no salva su honor,
porque estaría mal visto que un colaborador de la Orden tuviera que ser
llamado "cornudo". El honor es algo esencial, conforme se nos representa en
la trama; el objetivo por el cual, el personaje principal lucha, y aunque se
inclina en algún momento por arreglar las cosas con su esposa, el peso de la
sociedad, que no ve con buenos ojos lo acontecido, es el que triunfa.
Esta influencia social se ve representada continuamente por el personaje
del Teniente Rovirosa y la anciana cotilla de Doña Tadea. Este último
personaje femenino, será el encargado de recordar siempre a Don Friolera,
que lleva los cuernos sobre la cabeza. Por la insistencia de la vieja y los
rumores de otros personajes, la sociedad acabará consiguiendo aquello que se
propone, debido a que la indignidad del personaje irá creciendo a lo largo la
historia y viéndose así obligado a salvar su honor. Una noche Don Friolera
oye un ruido en su huerto, coge un arma, y creyendo que dispara a su esposa
y a su supuesto amante -Pachequín-, lo hace contra su querida hija Manolita
que iba cargada en los brazos de su madre. Cuando Don Friolera, pensando
que había lavado su honor, se dirige a contar al Coronel que había vuelto a
ser un hombre digno por haber matado a su esposa, se encuentra con la
desagradable noticia. Doña Pepita, esposa del coronel, le notifica que no es a
su esposa a la cual ha matado sino al inocente vínculo de unión entre el
propio Don Friolera y su esposa, Doña Loreta. Éste enloquecido, queda
destrozado interiormente, y pide al Coronel que se lo lleven al hospital para
poder morirse.
Esta segunda parte es considerada por el autor teatral una tragedia,
porque el destino de los personajes no puede cambiarse, éstos se rigen
por unas pautas marcadas con anterioridad contra las cuales no pueden luchar,
deben aceptar su destino tal y como se les presenta, ya que por más que
luchen no van a poder vencer las adversidades.
A continuación pasaremos a comentar la tercera parte, que consta en el
epílogo, y donde se nos cuenta la historia desde la perspectiva de un
ciego, a través de un Romance. En esta última parte de la obra, no aparecen
nombres identificativos, exceptuando el de Don Friolera,
cuando al final del Romance se le nombra ayudante del Rey, por haber
salvado su honor.
La estructura de la trama es la misma que en las dos partes anteriores, ya que
el oficial Don Friolera intenta siempre llevar a cabo su venganza,
aunque el final de la obra sea de algún modo diferente. Al principio se nos
cuenta que Don Friolera se casa, ignorando los consejos de sus amigos, con
una mujer coqueta que le hará un desgraciado a causa de su infidelidad. Al
igual que en la segunda parte a Don Friolera se le advierte sobre la
infidelidad de su mujer por medio de una anotación anónima. Éste, sin
pensarlo, coge su pistola y busca a su esposa con la intención de matarla.
Cuando Don friolera logra encontrarla, ella habla reunida con un grupo de
solteras y casadas, de forma que cotillean. Casualmente están criticando
al mismo Don Friolera de ser un cornudo. El oficial, que lo oye todo, ofendido
salta a la ventana y dispara sin pensarlo, matando a su hija Manolita, que
estaba con su madre. Don Friolera estando a la mira de lo sucedido, degolla
con una hacha a su mujer y a su querido, y rodando ambas cabezas, las
presenta ante el general de la plaza. Por este crimen debe ser condenado a la
pena capital, pero el general, haciendo un arreglo
a las ordenanzas, en vez de castigarlo, lo condecora por salvar el honor.
A partir de ese instante, Don Friolera, vive momentos privilegiados, tales
como, matar a cien moros en una guerra o ser ayudante del Rey, como ya
habíamos dicho anteriormente.
Con el nombre de drama, dentro del Romance del ciego, aparece denominada
esta tercera y última parte de la obra. Se le denomina de este modo porque el
destino del personaje principal, que iba a ser la pena capital, es evitado por la
intervención del general, el cual le perdona el castigo y lo colma de privilegiados
honores.
Tras comentar los distintos apartados de que consta la obra, podemos observar
que el tema de fondo es el mismo en todos ellos; salvar el honor y ser una
persona digna. La dignidad juega un papel principal dentro de toda la obra, ya
que, es el objetivo que el personaje principal tendrá que alcanzar para
satisfacer a la escandalizada sociedad de la época. Así pues,
como todos los personajes esperpénticos de las obras de Valle-Inclán
luchan contra su destino, Don Friolera también lo hace, aunque de forma
inútil, ya que no logra el objetivo que se propone.
Claramente pues, observamos que este este libro nos muestra un típico
esperpento, común en las últimas obras escritas por Valle-Inclán, donde
la extrema distorsión de la realidad, provocada por el absurdo, nos muestra el
retrato moral de una sociedad deformada por la hipocresía,
en la que los valores defendidos por las clases conservadoras son meros
encubridores de una brutalidad primitiva y egoísta.
Valle-Inclán utiliza la deformación como medio expresivo. El desgarro
deformador de sus esperpentos, muestra su descontento con el mundo
que le rodea, plasmando así sus defectos mediante la exageración.
La teoría del esperpento es mostrada por Valle-Inclán de tres formas
diferentes; la primera mirando a los personajes como héroes suprahumanos, al
igual que en la tragedia griega. Así Don Friolera queda como
un héroe, tras querer salvar su honor matando a su esposa. Pero este
héroe queda deformado cuando descubrimos que en vez de matar a su esposa a
quien ha matado es a su pobre hija Manolita.
La segunda forma con la cual Valle-Inclán enfoca sus esperpentos, consiste en
mirar a los personajes de frente, como a semejantes, al modo de
la novela del siglo XIX o, en teatro, de los dramas y tragedias de Shakespeare.
Esta estructura no suele ser la más utilizada por Valle-Inclán.
La tercera teoría es la más empleada por el autor, que se sitúa en una
perspectiva superior con respecto al mundo de los personajes. Los
maneja desde arriba, como el titiritero que mira a sus muñecos y los maneja a
su antojo, como máquinas programadas que tienen que regirse por
las órdenes establecidas. Estos personajes quedarán empequeñecidos,
vistos como fantoches(mamarrachos), nombre con el cual Valle-Inclán designa
a Don Fiolera en la primera parte de la obra; el prólogo, donde Fídel, el
titiritero, se identifica con el autor teatral y maneja a sus personajes del modo
que mejor le place. Esta superioridad, del autor frente
a sus personajes, sobretodo se verá representada cuando Valle-Inclán
incluya en la escena diversos animales que conviven con los personajes,
así como Merlín, el perro de Don Friolera. Con estas intervenciones
Valle-Inclán pretende rebajar a los personajes como animales o quizás
humanizar a los animales considerándolos más importantes que las
propias personas.
En resumen Los Cuernos de Don Friolera presenta en lugar de seres humanos,
verdaderos fantoches que se comportan de acuerdo con unos patrones
preestablecidos a lo que no pueden sino obedecer: tanto el mari-
-do ofendido como la esposa infiel y el seductor, Don Pachequín,
no son libres de comportarse de otra forma que como lo han hecho.
De la misma manera, y en lo que se presenta como una contrafigura de
los dramas calderonianos, el marido debe de vengarse dentro del código
del honor, lo que choca de plano con su forma de ser. A él no le importa
que su mujer sea adúltera, lo que en realidad le importa es aquello que
dirá la sociedad cuando lo sepa; como que le llamen cornudo o cabrón,
o lo que es lo mismo "calzonazos"(termino que suele aplicarse más en
nuestra época). Si la sociedad se entera, su honor se verá manchado por
este suceso. El principio del honor ordena matar.

Para comentar las siguientes características de la obra, nos basaremos


en la segunda parte del texto, considerada la más importante de las tres,
por ser el relato esperpéntico de la historia, la parte más extensa y mayor
dialogada.

1-ACCIÓN

"Historia".-Lógica de la acción.

S1: Don Friolera


Vivir dignamente

Obs:
Carta anónima y rumores de que es cornudo

Medio:
Convencerse de la falsedad de los rumores

Obs:
La presión de Doña Tadea recordándole la imfidelidad
de su esposa.

Fracaso
inicial =Obs. no superado

S1: Don Friolera


Reñir con Doña Loreta y matarla para lavar su honor

Obs:
Pacheco

Medio:
Duelo con Pacheco

Obs:
Oposición de Pacheco

Medio:
Matar a ambos

Obs:
Manolita

Medio:
Emborracharse.
Conversación con el Teniente Rovirosa

Obs:
Muerte de Manolita a cargo de su inconsciente padre

Fracaso Fracaso
inicial = Obs. no superado = final

El personaje principal, Don Friolera, recibe un anónimo diciendo que su


esposa le es infiel. Esto le atormenta, quiere olvidarlo y pensar que no es
cierto, pero debido a las habladurías de la sociedad, ésto es imposible.
Así pues como digno teniente, al principio, quiere seguir conservando su
honor sin hacer caso a los comentarios de la gente.
Debido a la presión de Doña Tadea, que le recuerda constantemente que es un
cornudo, Don Friolera no consigue olvidar que la gente lo considera
un cobarde por no hacerle frente a la situación y por ello, decide matar a su
mujer cuando llegue a casa. Esto no logra llevarlo a cabo debido a la
intervención de Pacheco, el supuesto amante de Doña Loreta.
Así pues, Don Friolera, le propone a Pachequín un duelo en el cementerio,
al cual éste se niega. Don Friolera nervioso y celoso al mismo tiempo decide
matar a los dos. Esto lo impide la intervención de su hija Manolita,
por ello no lleva a cabo su objetivo.
Después del suceso anterior, Don Friolera se dirige al billar de Doña Calixta,
para emborracharse y olvidar sus penas. Cuando sale del local,
se dirige a una sala con miradores que avistan a la marina, donde el
Teniente Rivarosa aparece y convence a Don Friolera para que vengue su
honor, tal y como debía ser. Éste con los nervios encendidos se dirige
hacia su casa y al oír ruidos en su huerto dispara hacia los matorrales y
viendo a su esposa que se desvanece, marcha orgulloso a casa del Coronel
creyendo que la ha matado. Finalmente cuando le anuncia a éste su venganza,
la esposa del Coronel aparece por segunda vez diciéndole
que a quien ha matado es a su hija Manolita y no a su esposa Doña Loreta.
Don Friolera tras fracasar su objetivo, queda destrozado al saber que
ha matado a su propia hija. Perdiendo su cordura pide ser llevado al hospital,
porque antes prefiere morirse, que vivir con la angustia de saber que ha
perdido a su querida hija Manolita por su propia mezquindad y egoísmo.

"Trama".-Representación de los hechos.

En la historia siempre hay un orden establecido anteriormente, aunque el


autor tiene la posibilidad de alterar el orden de los hechos cuando cuenta
a los espectadores su versión de lo acontecido. El modo en el cual se nos
presenta la historia, tras ser adaptada por las palabras del autor, recibe
el nombre de trama.
En la obra teatral Los Cuernos de Don Friolera, se nos es representada una
trama que generalmente tiende a la linealidad, ya que por regla general, la
historia coincide con la trama, aunque en contadas ocasiones encontramos una
ligera alteración.
Así pues, encontramos en la primera escena una elipsis. El autor teatral nos
dice que un escrito anónimo le es mandado a Don Friolera al comenzar la
historia, pero dentro de la trama no se nos cuenta quién lo escribe ni cuando se
lleva a cabo, sin embargo el autor lo sabe porque escenas más tarde nos va a
sugerir que es Doña Tadea la autora de dicha acción.
En la escena última aparece también otra elipsis. Doña Pepita, la Coronela,
sale de su casa mientras Don Friolera y su marido conversan acerca de lo
sucedido en el huerto de éste. El autor no nos dice ni a dónde se dirige,
ni que pretende con su salida, ni cuanto tiempo tarda en regresar,
tan solo nos cuenta lo que dice cuando entra de nuevo en la casa, ya que
informa a los contertulios de la verdadera realidad de los hechos.
La razón por la cual el autor teatral emplea estas elipsis, no es otra que
para producir al espectador un efecto de sorpresa, ya que en un principio
nosotros creemos que ha matado a su esposa cuando en escena la
vemos desvanecerse, pero para nuestra sorpresa, sucede algo que nunca
podríamos haber imaginado, ya que una de las cosas principales por
las cuales Don Friolera se preocupaba era que su hija no sufriera por nada y
estuviera al margen de todo. Sin embargo sorprendentemente es la única que
sufre, inocentemente, la absurdidad de su propio padre. El egoísmo de Don
Friolera y su deseo de venganza llegan a ser mayores que el profundo amor
que sentía por su hija Manolita. Esto lo podemos observar a través de sus
repetitivos monólogos, que nos demuestran su individualismo, ya que
Sobre todo desea ser dignificado por la sociedad una vez haya lavado su honor
matando a su esposa.

El autor teatral, además de las elipsis comentadas anteriormente, utiliza el


paralelismo en la escena, ya que las escenas séptima y octava son escenas
paralelas, porque al mismo tiempo que Don Friolera habla con Doña Calixta y
con Curro, en la sala superior de los billares, se encuentran tres
tenientes discutiendo sobre la expulsión de Don Friolera de la Orden de
carabineros, ya que sería una deshonra que un cornudo estuviera dentro
de la Orden. Podemos observar pues que todas las escenas giran en torno
al personaje protagonista, aunque no esté presente, es el eje de todo
comentario.

Tras comentar la trama podemos concluir diciendo que tiende a la


fragmentariedad, se nos cuenta lo esencial pero no con muchos detalles.
Valle-Inclán resalta tan sólo aquello que considera importante y significativo
sin entrar en ornamentos ni en minuciosidades, por esto aquello que no le
interesa de la historia lo elimina. Pero es una trama que tiende a la
linealidad, porque el orden de los hechos no suele alterarse con respecto al
orden de la historia.

"Trama", "Tesis" y "Discurso.

Al igual que en todos los esperpentos de Valle-Inclán, el tema de fondo


en Los Cuernos de Don Friolera es la mediocridad de la España de la
época. La ideología del autor es inconformista, tiene una visión negativa de la
España en la que le toca vivir, como algo que hay que cambiar o necesita
mejorarse, considerándola de este modo una España de locos.
Por este motivo Valle-Inclán acaba demostrando en sus esperpentos la
malignidad y la putrefacción en la vivía.
En este esperpento podemos destacar lo presente que tenía la
sociedad de aquella época el honor, ya que eran, incluso capaces, de hacer
cosas que no deseaban sólo para que su honor no estuviese manchado por
nada ni por nadie. Don Friolera, como personaje principal, es capaz de
intentar matar a su mujer por una suposición incierta de infidelidad que corría
de boca en boca.
Con esto, el autor teatral pretende comunicar a su público que
en el ambiente español de la época era imposible vivir dignamente, ya que
para ello los personajes deben actuar en contra de su moral. El autor para
que las características de la época se hagan más notorias, caricaturiza a
los personajes de forma grotesca, como verdaderos fantoches. Sobre
todo el personaje principal guarda una estrecha relación con el personaje
protagonista de las tragedias griegas, aunque desrealizado, caricaturizado
de forma grotesca.
El personaje principal, Don Friolera, no llega a ser un personaje
inadaptado, porque se adapta a las normas establecidas por la sociedad
de la época, respetando el código del honor que ordena matar y que es
impuesto por la Orden de carabineros y también por el resto de la sociedad.
Don Friolera parece ser el única excepción de marido cornudo porque
toda la sociedad le apunta con el dedo y murmura a sus espaldas,
sin embargo, en la última escena Don Friolera revela algo que a nosotros,
el público, nos deja completamente sorprendidos; ya que Don Friolera tras
saber por Doña Pepita que ha quien ha matado es a su hija y no a su
esposa, le dice al Coronel que mate él también a su esposa, la Coronela,
ya que ésta le es infiel igualmente. Con esta declaración al final de la obra
es empleado nuevamente por Valle-Inclán un efecto sorpresa. Este efecto es
utilizado para recordarnos una vez más que estamos ante un teatro
irrepresentable para los burgueses de la época, ya que sobre el escenario
no se salva de ser desfigurado ni el protagonista, ni el que ostenta el cargo
más alto, el Coronel, de modo que absolutamente todos los personajes
quedan ridiculizados.

En el interior de la obra podemos distinguir, desde nuestro punto de vista,


dos partes:
La primera parte comprende de la escena primera a la escena cuarta, en
medio de las cuales Don Friolera intenta olvidar los rumores de la supuesta
infidelidad de su esposa con Pachequín y quiere convencerse
a si mismo de que todo esto es mentira.
Sin embargo, en la segunda parte, que abarca de la escena cuarta hasta el
final, Don Friolera, sin saber con seguridad que su esposa le es infiel,
decide actuar y matarla para vengar finalmente su honor y no tener que
soportar más los rumores de la gente que vivía en su entorno.

2.-PERSONAJES
- Descripción

Para comentar este apartado utilizaremos la metodología de Chadman,


mediante la teoría de los significados y los significantes.
En esta obra, Los Cuernos de Don Friolera, podemos caracterizar a los
personajes a través de sus nombres, ya que son significativos.
Así pues, el Teniente Don Pascual Astete- Don Friolera-, es el personaje
principal de la historia. En primer lugar comentaremos el significado de su
nombre, que es sintomático, ya que tiene relación con los atributos que el
autor teatral le asigna. Pascual, es un nombre vulgar utilizado tradicional-
-mente por las gentes sencillas de campo, lo cual contrasta con su cargo de
Teniente, ya que en aquella época los Tenientes estaban bien considerados
como un alto cargo militar. El autor utilizando este nombre intenta rebajar de
categoría al personaje, ya que por el cargo que ostenta debería haberle
asignado un nombre más elegante, de gran postín.
Por otro lado el apellido que se le atribuye es significativo porque Astete
significa asta, es decir, cuerno, cosa que nos indica su condición de
marido cornudo. También su apodo, Don Friolera, que se utiliza a lo largo de
la trama más que su propio nombre, menosprecia al personaje en cuestión, ya
que Don Friolera significa cosa de poca monta o de poca importancia. Al
mismo tiempo contrasta su nombre con el tratamiento cordial de "Don", que
suele ser atribuido a personas de alto rango.
En cuanto a su oficio, el autor teatral nos dice que es un militar español en el
cargo de Teniente, que pertenece al Cuerpo de carabineros, que era apreciado
por sus compañeros de trabajo pertenecientes a la Orden de carabineros igual
como él, pero en el momento que empiezan a correr los rumores que le
otorgan el título de cornudo, sus compañeros quieren expulsarlo de la Orden,
ya que "en la Orden de carabineros no deben haber cabrones".
En lo referente al físico, el autor teatral no nos da muchos datos ni detalles, y
los que nombra son despectivos, ya que no son empleados con simpatía, sino
que de esta forma ridiculiza a Don Friolera. Los términos a emplear son los
siguientes: "los cuatro pelos de su calva", "lleva bigote", "ojos tristes",
"gestos y visajes de maniático", "bigote mal teñido", "ojos de perro ,
vidriados y mortecinos", "viejo"(aunque sólo tiene cuarenta y tres años).
Todos estos atributos que emplea Valle-Inclán para definir a su personaje son
utilizados para destacar más la poca importancia que el personaje tiene.
Como podemos observar le adjudica un gran número de defectos, como su
calvicie o el llevar el bigote mal teñido; quizás para aparentar más joven
cuando por el contrario lo que parece ser es un viejo
con cuarenta y tres años que tiene. También destaca el autor teatral la
gesticulación de dicho personaje, con la cual parece ser un maniático, cosa
que menosprecia y quita categoría al personaje.
Moralmente Valle-Inclán también desprecia al personaje, pero lo hace a
través de lo demás personajes. Tanto Doña Loreta, Doña Tadea y
Pachequín le insultan constantemente diciéndole cosas como:
"grosero", "chiflado", "verdugo", "demonio tentador"; expresión
significativa, ya que el recelo de vengar su honor podía tentar una
granesgracia para si mismo. Otros calificativos son: "traidor",
"rencoroso", "tirano", "insolente", "papanatas". Como podemos observar
todos son adjetivos despreciables, por lo que, desde el punto de vista de éstos
personajes, la caracterización de Don Friolera es completamente
negativa. Tan solo hay un personaje que lo caracteriza de forma positiva,
Doña Calixta, la cual le dice "apreciable sujeto", aunque al mismo tiempo
también habla a sus espaldas y dice:"era un sujeto decente"(para ella ahora ya
no lo es). Así pues ante la escasez de atributos positivos, el
propio personaje se considera "un romántico", aunque este adjetivo queda
desrrealizado cuando el personaje intenta matar a su propia esposa.
Destacaremos en último lugar, dentro de la descripción de Don Frilolera,
el atributo "buey", que le es asignado por Doña Tadea, reduciéndolo de este
modo a un bruto y basto animal de campo.
En cuanto a su forma de vestir es descuidada. Sus vestidos son: "viejos
uniformes"(a pesar de ocupar el cargo de Teniente), "pantalones potrosos",
"el ros sobre una oreja"(sombrero torcido), "bragas azules", "jubín amarillo de
franela", "una bufanda", calzones de odalisa" y "botines amarillos".
Como podemos observar posee una pinta absolutamente ridícula y como dice
el autor teatral un personaje "muy pintoresco".
Hablando en términos generales, Don Friolera, es un personaje condenado a
vengar su honor presionado por la sociedad, pero una venganza que acabará en
fracaso porque así lo dice su destino. El propio personaje no tiene voz ni voto
para cambiar su destino, ya que se rige por unas normas preestablecidas.
De una forma indirecta el personaje está encarado en el pasado, ya que en el
fondo desea olvidar esa carta que le caracteriza como cornudo y es el principio
de su calvario. Preferiría vivir en armonía con su mujer y con su
apreciada hija Manolita.

Como conclusión, de este personaje, señalar que el autor teatral además de


menospreciarlo totalmente, como hemos podido observar, le asigna un fatídico
final, ya que al final de la obra parece estar enfermo de muerte porque el
propio personaje dice que se está muriendo y suplica al Coronel y a su esposa,
Doña Pepita, que lo lleven al hospital. Estos síntomas son consecuencia de
saber que el propio protagonista, ciego de celos, no ha matado a su esposa sino
a su inocente hija.

Por otro lado, así como el nombre de Don Friolera es significativo, ya que
a partir del cual podemos establecer sus cualidades interiores, el nombre de
Doña Loreta no tiene una significación especial. Aunque no sea un nombre
sintomático podemos observar que no es muy común en la actualidad, ya que
pertenece a una época más remota.
Doña Loreta no ejerce ningún oficio en concreto, tan solo figura como la
señora del Teniente, Don Friolera. Como es propio de la época, la mujer no
trabajaba, vivía del sueldo del marido. No tenía los mismos derechos que el
hombre, cosa que nos indica la conciencia machista que estaba impuesta por la
sociedad; la mujer tenía el deber de limpiar la casa y cuidar a los hijos y no se
le daba la oportunidad de tener empleo, porque se pensaba que el hombre era
el único que sabía hacer bien las cosas.
En cuanto al carácter, Valle-Inclán no nos da muchas referencias y las que
nos da son a través de los propios personajes. Por ejemplo Pachequín le dice:
"satírica"(como burla),"madre atormentada"(porque al estar su hija entre
ambos no pueden ser felices), y "Loretita"(como adjetivo cariñoso).
También su marido, Don Friolera le atribuye adjetivos como: "impúdica"
(desvergonzada). La propia Doña Loreta también se atribuye addjetivos en
torno a su carácter, ya que cuando está discutiendo con Pacheco dice que es
una "romántica", pero una "esposa mártir"(ya que su marido desconfía de ella).
A diferencia del carácter que se nos presenta a través de los personajes, en
torno al físico opina también Valle-Inclán que nos da por él mismo más
información. El autor nos dice que Doña Loreta es: "jamona"(gruesa), "mujer
que ha pasado de la juventud", "repolluda", "gachona"(insinuante), "todo
meneos"(ridiculizando sus movimientos), "lechuza"(como a que tiene los
ojos grandes y comparándola al mismo tiempo con un animalun buho.
Aunque Valle-Inclán opina sobre su físico, también los personajes lo hacen.
Como por ejemplo Pachequín que le dice: "prenda dorada", "mujer adorada",
"perla y heroína"(más que describirla la halaga), y "negrona"(como mote
cariñoso). Como podemos observar todos ellos adjetivos positivos, ya que se
dirige a la mujer que ama, aunque por otro lado le dice "mujer
apática"(indiferente), a causa de ver que su amor no es correspondido.
En cuanto a la vestimenta, podemos decir que no tenemos mucha
información. El autor teatral solamente nos dice que lleva corsé y enaguas
almidonadas, cosa que cosifica al personaje. Esta vestimenta está de acorde a
la época, ya que antiguamente se llevaba bajo el vestido las enaguas y el
corsé. Así pues podemos observar que Valle-Inclán además de cosificar al
personaje lo desnuda, de tal forma que lo ridiculiza y lo deforma.
Doña Loreta, en general, no le da importancia a los comentarios de la gente, a
diferencia de su esposo, Don Friolera. Tan solo le importa que
es sobretodo madre y esposa", cosa que respeta absolutamente.

Al igual que el nombre de Doña Loreta, Pachequín o Pacheco no tienen


ninguna significación especial que podamos relacionar con su carácter. Pero
de la misma forma que el resto de los personajes, el nombre de Pachequín no
es conocido por la gente moderna, ya que pertenece a otra época más antigua.
Tiene un oficio de clase media, ya que ejerce de barbero, profesión
practicada en la antigüedad. Hoy en dia es deshabitual, ya que los hombres se
afeitan en sus casas y no recurren a un hombre que se dedique a ello
especialmente. Un oficio equivalente a éste en la actualidad sería el del
peluquero, que se dedica a cortar, no la barba sino el cabello.
En cuanto a su carácter, al igual que en los demás personajes, no se nos da
mucha información. El autor teatral por si mismo le dice: "raptor, negro y
torcido"(porque quiere poseer a Doña Loreta actuando en contra de su amigo
Don Friolera, aunque poco amigo sería cuando por detrás lo traiciona). Doña
Loreta es el personaje que cualidades le atribuye, así como: "hombre
funesto", "tirano", "zaragalero"(porque se busca lios),
"tío guasa"(no respeta a los demás, todo se lo toma a broma).
Por otro lado Don Friolera, por al odio que le tiene dice: "dudo si eres un
cínico o el primer caballero de España", ya que diciendo ser su amigo intenta
conquistar a su mujer, sin preocuparse por los sentimientos de los demás.
Como los adjetivos que le atribuyen son todos negativos,él mismo,
al igual que Doña Loreta, dice que es un "romántico", alzándo así su
autoestima.
El autor teatral, acerca de su físico, nos dice que es un "cuarentón,cojo y
narigudo"(ridiculizando), "galán, negro y zancudo"(galán como ironía porque
el resto de adjetivos son deformadores).
En cuanto a su vestimenta, Valle-Inclán nos dice que lleva una "capa de
torero" y "una gorra azul"(quepis). Como podemos observar el autor
desrealiza al personaje ridiculizándolo al máximo hasta en su forma de vestir.
En conclusión, es le único personaje de la obra que no se preocupa en
absoluto de los comentarios, ni del qué dirán. Lo único que le preocupa es
beneficiarse a si mismo, aunque esto conlleve a herir los sentimientos
ajenos. nos cercioramos pues de que es un cínico, sin escrúpulos ni
sentimientos.
El personaje de Doña Tadea posee un nombre que, al igual que el de los
demás personajes, se remonta en la antigüedad. Tampoco es significativo,
porque no nos da referencias acerca de su carácter.
Su oficio es cotillear, se debe alimentarse del cotilleo porque no nos dice de
que vive, ni si esta casada, ni si en realidad ejerce algún oficio provechoso.
En referencia a su carácter o cualidades morales, el autor teatral la
caracteriza de "fisgona"(porque siempre se inmiscuye en aquello que no
debería importarle), "beata vieja"(cosa que nos indica su cultura religiosa y
su avanzada edad. Es un personaje tipo, ya que representa a la típica vieja
cotilla que existe en todas las épocas, porque esta es una de las cosas que no
ha evolucionado desde entonces. Así como muchas cosas antiguas se pierden,
el cotilleo está presente continuamente en todas partes, incluso aparece en la
prensa y en la televisión.
Además de su condición de cotilla, el autor teatral nos da referencias sobre
todo de su físico, ya que la caracteriza generalmente recurriendo a la
animalización, diciendo: "ojos de pajarraco", "pequeña cetrina"(de color
amarillento), "ratonil"(fisgona), "moño postizo"(ridícula) y "perfil de
lechuza"(porque siempre tenía los ojos bien abiertos para poder enterarse de
todo lo que ocurría). También en boca de los personajes se le atribuyen
adjetivos despectivos como por ejemplo Don Friolera cuando le dice
llamándola: "gorrión", "lengua de serpiente"(larga mucho e inspira
asquerosidad), "mujer infernal", "disipada"(de tanto que habla le falta el
aliento). Manolita la define como lo que es diciéndole: "cotillona".
En cuanto a la vestimenta, el autor teatral nos la describe diciendo:
"cubierta con un manto". Esto nos indica también que es de avanzada edad,
ya que las mujeres jóvenes no suelen utilizar manto.
Para concluir a este personajes diremos que solo se le atribuyen cualidades
negativas, tanto por medio del autor como por medio de los personajes,
caracterizándola absolutamente como un animal, desrealizándola pues como
persona. A pesar de ello, no le importa lo que diga la sociedad de si misma,
pero si se preocupa por lo que son o por lo que hacen otros personajes.

El personaje de la malograda Manolita posee como nombre un diminutivo,


ya que se supone que es una niña pequeña, de corta edad, ya que su madre,
Doña Loreta la coge en brazos. Actualmente dicho nombre no se utiliza, ya
que pertenece a la antigüedad, aunque suele utilizarse más su equivalente
masculino.
A pesar de ser pequeña, en su carácter, Valle-Inclán destaca su: "aire triste y
melancólico", lo que viene a a significar que ella se enteraba de los conflictos
familiares y por consiguiente le llegaban a afectar. Posterior a lo dicho,
Valle-Inclán añade: "la tristeza absurda de esas muñecas emigradas de los
desvanes". De este modo además de compararla con una muñeca, la llama
también trapera.
El autor atiende incluso a sus movimientos más absurdos, desrealizando a la
niña completamente, como cuando dice: "suspira arrugando el pergamino del
rostro con una mueca desconsolada", de este modo, compara al mismo
tiempo su rostro con un pergamino, con lo cual la cosifica reduciéndola a un
papel arrugado.
Su madre le atribuye la cualidad de "ángel", ya que como madre, su hija era
lo mejor que tenía.
En cuanto al físico, desde el punto de vista del autor teatral, se nos dice que
lleva:"el pelo sujeto por un anillo de coralina", "medias caídas" y "las cintas
de las alpargatas sueltas". Con estos adjetivos el autor consigue ridiculizar
incluso a una niña que en realidad no es consciente de lo que ocurre en la
época.
Por lo tanto podemos observar que Valle-Inclán no tiene contemplaciones
con ninguno de los personajes y a todos acaba deformándolos.
Por otro lado Don Friolera le dice "clavellina"(hermosa flor), ya que era la
niña de sus ojos y lo único que le aprecia además de su dignidad.
Podemos decir para concluir que es el personaje más inocente de toda la
obra, ya que es tan solo una niña, pero así y todo, Valle-Inclán no duda en
ridiculizarla como al resto de los personajes. El autor la ridiculiza incluso en
su lenguaje como, por ejemplo cuando dice a su padre: "papito", "papín",
como si de una niña mimada se tratase, a la cual su padre le consiente todo.

Después de comentar todos los personajes principales de la historia, podemos


entresacar que Valle-Inclán ha conseguido en Los Cuernos de Don Friolera el
objetivo que se propone en todos sus esperpentos: convertir a sus personajes
en nada, en algo insignificante, manejándolos como marionetas o muñecos, a
su antojo, reduciéndolos a pequeñecos.

-Función (Actantes)

En la narrativa, en la novela y en el teatro se llevan a cabo acciones. Los


personajes tienen un determinado papel y una significación de fondo.
Estableceremos pues, las funciones de Don Friolera por ser el personaje
principal. Podemos dividirlas en dos apartados, ya que el personaje
protagonista sufre evolución.

1- SUJETO OBJETO OPOSITOR

Don Friolera Ser una persona Carta anónima


digna. y rumores.

DESTINADOR
AUXILIAR
Presiones
sociales. Doña Tadea

y la sociedad.

DESTINATARIO

Pachequín

2- SUJETO OBJETO OPOSITOR


Don Friolera Matar a su mujer Manolita
para vengar su honor.

DESTINADOR
AUXILIAR
Destino
Teniente
Rovirosa.
DESTINATARIO

La sociedad

En la primera parte, Don Friolera, tiene como objetivo ser una persona digna,
al lado de su mujer y de su hija Manolita, pero esta dignidad es manchada por
la carta anónima y los rumores de la sociedad, así pues, esto sería el opositor.
Estos rumores se ven introducidos por la intervención de Doña Tadea, la
cotilla del lugar donde suceden los hechos.
Don Friolera no tiene a nadie que le ayude a conseguir su objetivo, ya que
sus pensamientos se nos muestran a través de un monólogo, al principio de la
trama, ignorándolos pues el resto de los personajes.
El árbitro coincide con el auxiliar del opositor, ya que Doña Tadea y los
rumores que lo envuelven consiguen romper con su dignidad y sus valores.
Sin embargo, aquí, el que se beneficia del fracaso del personaje es Pacheco,
ya que está enamorado de la mujer de Don Friolera y tras la discusión que
mantienen Don Friolera y Doña Loreta, Pachequín se lleva a ésta a su casa.

En la segunda parte, el objetivo del personaje principal es lavar su honor y


para ello tendrá que matar a su mujer Doña Loreta. Pero su hija Manolita,
casualmente se opone a esto, ya que en el momento que Don Friolera va a
matar a su esposa y también a Pachequín (que se opone a que lo haga),
aparece la niña buscando a sus padres. Manolita también se interpondrá a
dicho objetivo, cuando en el huerto de Don Friolera, cargada en los brazos de
su madre y con la compañía de Pachequín, Don Friolera en vez de matar a su
esposa y a su supuesto amante lo hace contra Manolita, viendo truncado así
su objetivo.
El personaje que acaba convenciendo a Don Friolera para que mate a su
esposa es el Teniente Rovirosa, actuando así de auxiliar.
Finalmente, como podemos observar el encargado de desencadenar la acción
es el propio destino, contra el cual, nadie puede luchar.
Tras este desenlace trágico, el destinatario es la sociedad que a través de sus
presiones consigue que el personaje principal cumpla con las órdenes
establecidas, aunque esto le conduzca a la locura.
3- ESPACIO

En el espacio se suele hacer referencia a las unidades clásicas, ya que un


texto teatral debe tener tres unidades. 1) Espacio o lugar; 2) Tiempo;
3) Acción.

En cuanto al espacio y al lugar podemos decir que se trata de un lugar


genérico dentro de España, ya que los nombres de bares y miradores están
escritos en español. Así pues, en cualquier lugar de España podía haberse
desencadenado la historia, porque los espacios que nos presenta el autor
teatral no tienen referente real. Por otro lado, la obra teatral no es fiel a la
acción, cosa que contrasta con otras obras dramáticas como las de
Shakespeare con las obras teatrales realistas.
No son lugares simbólicos, ya que no hacen referencia, como hemos dicho
anteriormente a ningún lugar en concreto.
En cuanto a la forma, Valle-Inclán trata el espacio de un modo paisajístico,
ya que en la mayoría de escenas aparece algún paisaje.
En la escena primera "el mar"; en la escena segunda "la Costanilla de
Santiago el Verde"(donde está Pachequín declarándole amor a Doña Loreta);
en la escena tercera aparece "el cementerio de Santiago el Verde" y "el tapial
de los cipreses", ambos lugares tienen un significado connotativo, ya que
simbolizan la muerte, cosa que nos puede sugerir la muerte de Manolita al
final de la historia. Este elemento vuelve a aparecer en dicha escena, cuando
Don Friolera hace la ronda en "el cementerio del campillo"; en la escena
octava aparece "una sala con miradores que aavistan a la marina"; en la
escena novena, Don Friolera, aparece en "el huerto"de su casa, donde
encontramos: "la tapia rosada", "naranjos esmaltes de verdes profundos"
(todavía no estaban maduros) y "el fruto de oro"(porque costaba mucho
dinero). En la escena décima encontramos al personaje principal en "la garita
de los carabineros en la punta del muelle"
(mar). Como hemos podido observar aparecen al menos tres veces
referencias al mar, lugar donde Don Friolera ejerce su trabajo. En la escena
undécima aparece un paisaje trágico, ya que el huerto de Don Friolera se
mancha de sangre cuando el propio protagonista, inconsciente de su acción,
da muerte a su hija Manolita.
Como podemos observar también el espacio es dominado por el autor.
En cuanto al aspecto, podemos decir que, en general, la perspectiva con la
que el autor teatral nos muestra los hechos, es una perspectiva nuclear, ya
que se nos muestran las acciones desde el mismo lugar donde ocurren. Pero
en Los Cuernos de Don Friolera, también se nos presenta una perspectiva
periférica, donde se nos cuenta lo que ocurre desde otro lugar. Como por
ejemplo, la muerte de Manolita no se nos cuenta en la escena undécima,
cuando suceden los hechos, sino en la escena siguiente, cuando Don Friolera
habla con el Coronel. Esto también ocurre en la escena séptima, donde
algunos personajes en el billar de Doña Calixta hablan acerca de los cuernos
de Don Friolera, mientras éste no está presente. De la misma forma ocurre en
la escena octava, donde los Tenientes Rovirosa, Campero y Cardona se
encuentran en una sala con miradores a la marina y hablan acerca de la
indignación que supone para ellos tener a un cornudo en su Orden.

4- TIEMPO

Los Cuernos de Don Friolera es una obra bastante respetuosa con,


lo que la perspectiva clásica define como, la unidad de tiempo. Esto se ve
reflejado porque los saltos temporales son mínimos y como esta obra de teatro
no está dividida en actos, el tiempo es una sucesión de acciones. En cada
escena se sigue hablando del tiempo de la escena anterior, por lo que el tiempo
de la historia es el mismo que el tiempo de la representación, exceptuando la
escena primera, donde se nos sugiere la persona que ha escrito el anónimo a
Don Friolera, pero no aparece escribiéndolo, ya que quizás sea una acción que
a Valle-Inclán no le parece importante. Otro acontecimiento que no se nos
cuenta en el mismo tiempo en el cual ocurre es la muerte de Manolita, la cual
es disparada por su propio padre en la escena undécima, sin embargo esto se
nos cuenta en la escena última y posterior, de tal forma que consigue
sorprender al espectador.
En cuanto a la cronología, no se nos indica en ningún momento el tiempo
en el cual es escrita la obra, aunque podemos deducir que los hechos ocurren
en un período de tiempo antiguo, ya que el código del honor es algo que se
remonta años atrás, donde la gente lo tenía muy presente. Sin embargo hoy en
día ya no se mata a nadie por una infidelidad, aunque siempre hay
excepciones. También son antiguos los nombres y los vestidos, además de ser
ridiculizados por el autor. El autor teatral parece pues no estar muy contento
en la España que vive, por lo que a través de esta obra intenta comunicar al
espectador la indignación que siente ante tales absurdidades, que el mismo no
logra comprender y que por lo tanto ridiculiza y exagera no sabemos hasta que
cierto punto.
En cuanto al modo, podemos decir, que se trata de un tiempo verídico, creíble
por el espectador, ya que lo que intenta Valle-Inclán es describir una época,
concretamente su propia época, "una España de locos", según él decía.
Por otro lado, el momento en que transcurren los hechos, generalmente, suele
ser de noche o está atardeciendo, nunca se nos dice que sea por la mañana, ni
que brille el sol, tan solo que hay claro de luna, por lo que el espectador ve a
los personajes como sombras sobre el escenario. Este efecto es utilizado por
Valle -Inclánpara deformar, de este modo, más a los personajes y reducirlos a
insignificantes bultos.
Por otro lado, podemos decir que, el aspecto que utiliza Valle-Inclán en esta
obra es imperfectivo, ya que se nos cuentan los hechos, generalmente, mientras
ellos ocurren. Este aspecto es propio de las obras teatrales.

5.- UNIDADES ESCÉNICAS

En el teatro podemos encontrar tres unidades escénicas: el cuadro, la escena y


el acto.
Valle-Inclán sólo utiliza una de estas tres unidades que es la escena,
con lo que deshecha el concepto de cuadro y de acto, enmaquetando la obra
en pequeños enmarques que se unen de forma consecutiva.
Pero estos fragmentos no son solo escenas, sino que se caracterizan como
cuadros, ya que en cada escena se cambia de lugar. Aunque Valle-Inclán habla
solo de escenas, hay dos elementos comunes en todas las escenas de la obra.
Una de las características comunes es que el personaje protagonista aparece en
casi todas las escenas, aunque en la segunda, quinta y octava escena, le quitan
el protagonismo Doña Loreta, Pachequín y los Tenientes Rovirosa, Campero y
Cardone. Pero a pesar de que no esté presente, su protagonismo pondera sobre
todo, ya que las conversaciones de los personajes giran en torno a la figura de
Don Friolera.
La segunda característica a destacar y que se repite en todas las escenas es la
oscuridad y el grito, ya que con las pocas referencias que el autor nos da
acerca del momento del día en que transcurren las acciones, casi siempre es de
noche, está anocheciendo, está atardeciendo, o es claro de luna. Esto hace que
los personajes sean observados como sombras o fantasmas encima del
escenario, quedando de este modo deformados. También cabe destacar el
grito, ya que constantemente los personajes discuten entre sí. La finalidad de
ello es animalizar a los personajes a modo de gallinas, ya que conversan como
tales, de forma alborotada. De esta manera, como los personajes se critican
entre ellos sin miramiento alguno, podemos decir que "se despluman como las
gallinas", termino aplicado también a la condición de animal.
En conclusión, todos los elementos que el autor utiliza, son símbolos de algo,
todo tiene un doble sentido, que esconde la situación crítica de la España de la
época.

3.- GÉNERO TEATRAL

El esperpento es, de alguna forma, el género teatral creado por Valle-Inclán y


terminado por él, ya que dicho género termina cuando Valle-Inclán muere. Así
pues, Los Cuernos de Don Friolera, es un esperpento teatral que
concretamente escribió al final de su vida. Con este esperpento se pretende
crear una cosmovisión, una manera de ver la realidad, desde el punto de vista
del autor. Por ello, nos basamos para decir que se trata de un esperpento, en
que, como hemos dicho en apartados anteriores, el autor utiliza una estética
deformadora, porque deforma la realidad, al mismo tiempo que a los
personajes de la obra, ya que configuran la sociedad de la época. Valle- Inclán
rompe premeditadamente lo límites de dicha realidad, las cosas no se
presentan tal y como son, sino de otra manera más exagerada y burlesca.
También nos podemos basar en la caricaturización que emplea para configurar
la obra, ya que incluso los movimientos de los personajes, la oscuridad y los
gritos están caricaturizados por voluntad propia del autor.
Así, como el tema principal y obsesivo de la obra es criticar la España de la
época, esa España en crisis en los años de mitad del siglo XIX, donde
transcurre el reinado de Alfonso XII y Alfonso XIII, y que tanto avergüenza a
Valle-Inclán.
Este tema principal aparece tratado desde una perspectiva concreta, de forma
distante y fría, desde un punto de vista machista a través de los personajes, por
lo que el autor se distancia totalmente de ellos. En esta obra, Don Friolera es
visto por el autor desde lejos, porque lo rechaza al no tener la misma
concepción ideológica, al ser un personaje absurdo que se deja guiar
constantemente por la sociedad. Estos personajes, como hemos dicho
anteriormente, representan de algún modo la sociedad de la época, por ello
Valle- Inclán los repulsa, del mismo modo que lo hace con la España de la
época, la cual ironiza dentro de la obra, llegando incluso al sarcasmo (la
ironía llevada a sus últimos extremos).
A Valle-Inclán le produce desolación hablar de la España de su época, por ello
en sus obras teatrales ironiza sobre ella y exagera sus expresiones. Esto es lo
que llama Valle-Inclán "reír por no llorar", reírse ante una España mediocre,
brutal e insolidaria que no se parece percatarse de su crítica situación. El autor
consigue construir en Los Cuernos de Don Friolera , la realidad en forma de
parodia, ya que intenta imitar algo o a alguien y además impone una voluntad
denigrante y ridiculizadora.
Por todas estas características el teatro de Valle-Inclán no pudo ser
representado en aquello época, porque podía haber herido la sensibilidad de
los burgueses al identificarse con los personajes que actuaran sobre el
escenario. Valle- Inclán era consciente de ello, por esto podemos observar
claramente en esta obra, que fue escrita más que para ser representada, para
ser leída, porque las acotaciones no orientan en exceso al director teatral.
A diferencia del teatro realista, Valle-Inclán caracteriza la representación de la
siguiente forma : En primer lugar, ridiculiza a los personajes por su forma de
hablar, ya que utiliza tanto expresiones cultas, como vulgares, como por
ejemplo: expresiones cultas que se utilizaban en la antigüedad,
como: "ros"(sombrero), y expresiones vulgares como "cornudo" o "papanatas".
También aparece algún taco como el que se le aplica al protagonista de
"cabrón". Por otro lado la acción está referida de un modo indirecto a las
antiguas tragedias griegas, ya que una vez haya matado a su mujer y vengado
su honor, Don Friolera, quiere sentirse dignificado como un héroe clásico
aunque, como podemos comprobar, ocurre todo lo contrario, ya que en vez de
esto lo que hace es irse al hospital.
Valle-Inclán también lleva a cabo una ruptura constante con el decoro, ya que
se pierde el buen gusto de las representaciones antiguas. Lo que intenta hacer
el autor teatral es crear un teatro vergonzoso, que provoque el escándalo,
rompiendo así con el decoro burgués. También presenta una visión reductora
en conjunto, ya que presenta a los personajes como animales. La cosificación
también es un elemento que logra el autor teatral dentro de la obra, porque
normalmente cuando Valle-Inclán presenta a los personajes lo hace por medio
de su vestuario, reduciéndolos de este modo a trapos.
Por otro lado el cubismo se aplica dentro de dicha obra, ya que no se nos da
una visión exacta de la realidad, sino que todo son apariencias, incluso los
personajes quedan desrealizados por medio de la subjetividad del autor.
Esto se muestra sobretodo en la teatralización de la obra.
7.-8.- ACOTACIONES Y SIGNOS NO VERBALES

En todas las escenas de Los Cuernos de Don Friolera, se nos presentan


acotaciones, aunque su información es escasa, ya que solamente se nos
informa del lugar donde se encuentran los personajes y del lugar donde
transcurren los hechos, además de informarnos acerca de los personajes que
aparecen en cada una de ellas.
El autor teatral nos da también poca información acerca del modo como
aparecen en escena los personajes, ni acerca del carácter, ya que las cualidades
personales se nos muestran a través de los diálogos de los personajes .
En esta obra las acotaciones literarias se dirigen más al lector que al director
de escena, porque su teatro en aquella época era tabú, porque ridiculizaba
sobretodo a los burgueses de la época. Por ello los personajes aparecen como
bultos, fantasmas o fantoches. Este último término es utilizado por Valle-
Inclán para designar a Don Friolera en el prólogo o primera parte. Por otro
lado la vestimenta, como hemos dicho en apartados anteriores, los personajes
aparecen cosificados por sus "trapos", que no son muchos, ya que Valle-Inclán
nonos da mucha información sobre éstos.
En las acotaciones que aparecen a lo largo de la obra, se nos dan también
escasas informaciones acerca del tiempo en el cual transcurre la acción y las
pocas veces que aparecen referencias acerca de éste se cubre el escenario de
oscuridad, penumbra con la cual salen los personajes en escena, para ser
presentados como bultos, como sombras. La oscuridad como signo no
lingüístico, aparece significando la mediocridad y el ambiente opresivo donde
viven todos los personajes.
Al igual como en otros esperpentos de Valle- Inclán, como Luces de Bohemia,
el autor en esta obra que estamos comentando hace alusión al movimiento de
los personajes, como los gestos y muecas de Manolita o los pelos de Don
Friolera" bailando un baile fatuo". Por otro lado el grito también simboliza el
escándalo que producía aquella época.
Por último lugar, señalar que el autor teatral no hace referencia al mobiliario
del escenario. Con ello demuestra Valle-Inclán a su público que él es el único
que lo domina absolutamente todo.
Podemos concluir, diciendo, que estamos ante un teatro confeccionado más
que para ser escenificado, para ser leído, ya que lo que más le importa a Valle-
Inclán es que nosotros los espectadores podamos relacionar esta obra con la
realidad de aquella época.

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