Está en la página 1de 48

MESOAMÉRICA

EL ORDEN SOCIAL

J. Guillermo Domínguez Y.
Facultad de Economía/UNAM

Sumario: preliminar 1; cultura original 9; cosmovisión 12; periodización 15; características


de la sociedad mesoamericana 21; producción 25; técnicas productivas 28; formas de
producción 23; actividad comercial 29; clases sociales 35: administración central 35; el
Estado 40; recapitulación 43; ocaso mesoamericano 45; bibliografía 47.

Preliminar

Los habitantes de Mesoamérica vivían de la producción agrícola a la que habían convertido


–empleando técnicas productivas eficaces– en la base de su variada alimentación, de su
cultura, de su cosmovisión, de su civilización, de sus relaciones sociales, de su orden social.
Establecidos en el sur del territorio de la actual Unión Americana, en la República Mexicana
y en Centroamérica (hasta Nicaragua y Costa Rica), constituían la parte más poblada y
evolucionada del Continente Americano, con una población estimada en más de 28.5
millones de personas que se comunicaban entre sí –en forma oral y también escrita– en cerca
de 500 lenguas diferentes, que habían logrado un promedio de vida mayor a los 35 años.
A partir del año 5000, antes de la era cristiana, la sociedad mesoamericana basó su
evolución productiva, social, cultural, política, administrativa, en el cultivo de la tierra, en la
confección de productos textiles de algodón, de enseres domésticos de madera, de barro, de
piedra, de obsidiana, de cerámica, de cobre, de pedernal; en la confección de petates de
henequén, de huaraches de corcho, de vasijas coloreadas, de tejido fino coloreado, de la
preparación de tabaco, de pulque; del labrado de piedras para la construcción, del tejido de
plumas, de la elaboración de orejeras, de pulseras de oro y de plata, de piedras preciosas con
carácter ornamental. Todo ello implicó la especialización, la transmisión de los
conocimientos, la división social del trabajo.
Contar con memoria histórica escrita fue la función de la educación, de la escultura,
de la pintura, de los códices, de la poesía, de las estelas mayas. La orfebrería fue la base –
junto con el estuco– de la construcción arquitectónica, de los acueductos, las presas, los
canales de irrigación, las calzadas, de los centros ceremoniales (teocallis, pirámides), de los
estrados para observar los juegos de pelota. Con la madera –y la piel– se elaboraron los
instrumentos de música, el papel –amate– para la escritura de poesía, de literatura, de
filosofía.
Asimismo, la sociedad mesoamericana contaba con festividades, con espectáculos
culturales, con mitos, con ritos, con esculturas, habitaciones; sistemas de gobierno,
ordenamientos jurídicos, reglamentaciones sociales, con actividad comercial y comunicación
a distancia por vías terrestre y pluvial, con mensajeros en canoas (payanis e iciuchcatitlantis:
“los que van de prisa”), y, de manera general, los pueblos se continuaban apoyando –para
completar u diversificar su alimentación– en la caza, la pesca y en el cultivo de huertos
frutales.
Por tanto, Mesoamérica ha sido uno de los pueblos de la historia con alta cultura
original, al igual que egipcios, chinos, hindúes, mesopotámicos (Irak, Siria) e incas.1 Fue una
sociedad con cultura oral y escrita, con escuelas para “iluminar el rostro” y “fortalecer el
corazón”; con arte, ciencia, literatura, pensamiento filosófico, religioso, con edición de
libros; con una compleja y diversa vida cultural, política, mítica, simbólica, cosmológica;
con los calendarios más precisos de su tiempo; con conocimiento de la medicina, la
herbolaria, la higiene pública y personal, la astronomía, la decoración artística, el sistema de
numeración vigesimal.
Con un sistema alimenticio variado en vitaminas y proteínas vegetales y animales,
habitando en casas ordenadas con pisos firmes y paredes coloreadas, con un promedio de
vida estimado en 37 años.
Aunque la esencia del mundo indígena y sus grandes civilizaciones originales
(olmecas, mayas, mixtecos, teotihuacanos, toltecas, mexicas) se encuentra en la íntima liga
de la comunidad con la tierra, con una enorme complejidad simbólica, religiosa, mítica,
mágica, ideológica, de respeto a la naturaleza: “…la preparación de la parcela de cultivo y la
siembra iban acompañadas de numerosas ceremonias dedicadas a la madre tierra con la
intención de que ésta consintiera la profanación de su cuerpo y la introducción en él de la
semilla…”2; con estructuras de poder sumamente autoritarias (unipersonales), que mantienen
y reproducen complejas divisiones sociales internas muy opresivas (mediante un orden
jurídico cuya finalidad era ejercer el poder sobre un determinado territorio al que quedan
subordinados los individuos que lo conforman por ser parte de las clases sociales dominadas:
el autoritarismo gubernamental es tan autóctono y antiguo como el maíz, el chile y el frijol).
Con un Estado como la fuente de la unidad política e ideológica, como reproductor de la
identidad cultural y de la división social, que sujeta, oprime y extrae la riqueza a los
productores agrícolas y artesanales mediante la tributación; de carácter centralista al
concentrar en manos del gobernante (“el jefe de hombres”) los poderes político, económico,
militar, religioso e ideológico, y la organización, propagación y control del orden social
mesoamericano.
Los habitantes mesoamericanos dominaban el teatro, la imagen, el juego de pelota
(vinculado con la vida social, la religión, la astronomía, la economía, la estratificación social,
el espectáculo, la apuesta),3 la comunicación escrita con códices (manuscritos en que los
indígenas fijaron sus lenguas por medio de un sistema básico de empleo de la imagen
codificada, derivada de convenciones artísticas; una compleja y curiosa combinación de
expresión pictórica mezclada con la trascripción fonética de las palabras)4 elaborados por los
tlacuilos –pintores-escritores–, la medición del tiempo, el concepto del cero, diversas
expresiones literarias y complejas doctrinas filosóficas, míticas, históricas, poéticas.

1
“Cuando en Europa habitaban tribus dispersas, florecían en nuestra América culturas como las de Valdivia
(Ecuador, año 3500 aC), muisca (Colombia, 2000 aC), olmeca (México, 1500 aC), tiawanaku (Bolivia, 1500
aC). Luego, sus tributarios resistieron la conquista de los reinos de Castilla y Aragón, financiada por la banca
alemana y holandesa. Mayas, incas, chibchas y aztecas fueron arrollados.” STEISLEGER, José. “Venezuela:
con el vaso medio lleno (y nu poco más).” La Jornada, 16 de enero de 2019, versión electrónica.
2
Vid. FLORESCANO, Enrique. Quetzalcóatl y los mitos fundadores de Mesoamérica. México, Santillana,
2004, p. 25.
3
Vid. URIARTE, María Teresa (coord.). El juego de pelota mesoamericano: temas eternos, nuevas
interpretaciones. México, UNAM, 2016.
4
Se sabe de la existencia de alrededor de 20 códices de origen maya, mexica y mixteco que se localizan en
bibliotecas y museos de Austria, Alemania, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, Italia y México.

2
Como una pintura
Nos iremos borrando.
Como una flor,
Nos iremos secando
Aquí sobre la tierra…

Amo el canto del zentzontle,


Pájaro de las cuatrocientas voces;
Amo el color del jade
Y el enervante perfume de las flores,
Pero amo más a mi hermano el hombre.
Nezahualcóyotl

Mi corazón de cantor
es pintura de muchos colores

El corazón conoce la belleza de las flores y los cantos, son ellos su riqueza en la tierra:

Mi corazón lo sabe:
escucho un canto,
contemplo una flor.
¡ojalá no se marchiten!
Cantares mexicanos

Fue una sociedad conformada por clases sociales con intereses antagónicos;5
centralizada administrativa y políticamente; con grandes núcleos de población sedentaria que

5
La “…distinción entre nobles y macehuales marcó las relaciones sociales de los pueblos de Mesoamérica y
consagró la idea de que los primeros habían nacido para gobernar y recibir los tributos, la obediencia y el
homenaje de los ‘hombres de la tierra’. Desde entonces la mayoría de los mensajes políticos se concentró en

3
pagaba tributos a sus gobernantes porque la tierra que cultivaban no era de su propiedad;
geográfica y ecológicamente muy diversa y extensa;6 con intensa actividad comercial,7 que
a la llegada de los conquistadores españoles estaba dominada por los mexicas que habitaban
Tenochtitlan.

El hombre que ha residido desde sus orígenes el territorio mexicano y


centroamericano (homo sapiens) desarrolló las matemáticas, la escritura jeroglífica, la
arquitectura, la planificación urbana (con sus imponentes centros ceremoniales tipo
Teotihuacan, Cholula, Monte Albán, Tikal, Uxmal, Chichén Itzá, Palenque, Copán,
Calakmul, Tajín, Cuicuilco…8 cuyos edificios conmemorativos aluden a sus orígenes, a sus

transmitir esa sentencia, amparada por la presencia de los dioses y los símbolos de poder.” FLORESCANO,
Enrique. Los orígenes del poder en Mesoamérica. México, FCE, 2009, pp. 29-32.
6
La extensión de lo que hoy se conoce como Mesoamérica comprendía del actual estado de Sinaloa y el sur de
Tamaulipas, el centro y sur de México, hasta Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice, Costa Rica y la mayor
parte de Nicaragua. Los incas, por su parte, habitaban el sur de la actual Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, el
este de Chile y el noroeste de Argentina, que sumaban cerca de 2 millones de kms2s.
7
“Gracias a la arqueología se sabe que al menos desde el siglo IV d. C. existió un comercio organizado de
mercaderes mayas que llevaban sus productos, principalmente cerámica, cacao, algodón, pieles, plumas de
quetzal, etc., hasta apartadas regiones de la costa del Golfo de México, del Estado de Oaxaca, y aún por medio
de embarcaciones, hasta algunas de las islas del Caribe. Respecto de los mercaderes teotihuacanos se conservan
incluso representaciones pictóricas. Y de sus correrías por apartadas regiones del sur de México y aun de
Guatemala, pueden ser testimonio las piezas arqueológicas de origen o influencia artística teotihuacana,
descubiertas en esos lugares”. LEON Portilla, Miguel. “La institución cultural del comercio prehispánico”.
Estudios de cultura náhuatl, UNAM, vol. 3, p. 27.
8
“Dentro de esa gran área geográfica y cultural que hoy conocemos como Mesoamérica creció el mundo maya
como un sofisticado universo cultural. Construida por siglos, la sabiduría de los mayas creó un sistema de
representaciones inconfundible que elaboró excelentes piezas de joyería, escultura y alfarería; que convirtió el
comercio en una extensa práctica cotidiana; que realizó observaciones astronómicas; que inventó un sistema
calendárico muy preciso, y que además levantó maravillosas obras de arquitectura. Los espacios creados por
los mayas conmueven. El ritmo de sus elementos canta a la luz, a la sombra, a la selva, a la memoria. La
arquitectura alcanza las formas tutelares de la vida. En Palenque la creatividad escultórica obró en fachadas de

4
dioses, al espacio cósmico, a la casa de gobierno, al juego de pelota, a la administración; la
triada del centro ceremonial son: los edificios dedicados a los dioses creadores, a los
ancestros fundadores del linaje y a los aposentos de gobernantes y miembros de los grupos
de poder; en ellos se encuentran también las tumbas de los gobernantes).9
Conocían la astrología fijando con precisión la evolución del Sol y de la Luna;
agruparon las estrellas en constelaciones; reconocían los cometas; la frecuencia de los
eclipses de Sol y Luna. Estos conocimientos de meteorología les permitía predecir las
heladas, las características de los vientos y relacionarlos con la producción agrícola. Desde
el año 1000 antes del presente. el maíz se vuelve el alimento principal de la población, junto
con la calabaza, el frijol, el aguacate, los quelites, el amaranto, el chile y diversos insectos y
frutos que se combinaron con la caza y la pesca. La planta del maíz se identificó con la
fertilidad, la riqueza, el renacimiento, la abundancia y la recreación incesante de la vida.
Un ejemplo representativo de la gran evolución cultural, productiva, urbanística,
cognitiva, política, científica y técnica a que habían llegado nuestros antepasados es
Teotihuacan (o cualquiera de los majestuosos centros ceremoniales representativos de ese
período), que en la época clásica edificó la ciudad más grande, esplendorosa y planificada
del continente; levantó un ejército temible, dotado de armas poderosas y de estrategias
militares innovadoras que le permitieron imponer su dominio en la costa de Veracruz y de
Tabasco, en los valles de Puebla, de Tlaxcala y de Oaxaca, y someter a las ciudades mayas
de las tierras altas y a algunos de los pueblos del Petén guatemalteco.
Fue la primera “urbe” de Mesoamérica (la sexta del orbe) que tuvo capacidad para
albergar a más de 100,000 habitantes, y cuya zona habitacional se extendía más de 20 km2.
Con una compleja organización social, estratificada, con sistema de tributo y relaciones
comerciales con regiones alejadas como los zapotecos y mayas, con los que se
intercambiaban conchas, cerámicas y sobre todo obsidiana. La subsistencia de los habitantes
del área de dominio teotihuacano dependía de diversas plantas domesticadas tales como maíz,
frijol, calabaza, chile, tomate, nopal, amaranto y de la cría de perros y guajolotes; aunque una
buena parte de las proteínas provenía de la caza de gran variedad de animales silvestres e
insectos como venados, conejos, aves, lagartos, chapulines, gusanos, caracoles; peces,
mamuts, tigres dientes de sable, camélidos.10
Desde el año 200 Tollan-Teotihuacan era el centro cultural, administrativo y político
más innovador en el conocimiento agrícola, botánico, astronómico, arquitectónico, artístico,
filosófico, cultural y matemático. Fue el centro de dominio paradigmático de Mesoamérica,
el origen de la cultura nahua, “la suma de la sabiduría y del buen gobierno”.11 El trazo urbano
y la organización del centro ceremonial fue un compendio de conocimientos y una expresión

estuco, muros, frisos y cresterías. Los recintos interiores fueron adornados con tableros y lápidas de piedra que
representan animadas formas humanas. En todo el arte palencano se armoniza prodigiosamente el universo y la
historia grabados en escultura jeroglífica. Con este inmenso juego del tiempo y la memoria, buscando con
permanente afán a la divinidad, los mayas de Palenque crearon una señera arquitectura. En ella se combinan los
espacios para encontrar la soledad que busca conocer los misterios del cielo y los espacios para vivir, a un
tiempo, el temor y la alegría de la religión y el mito. El hombre maya de Palenque dejó los volúmenes claros.
Creó un horizonte en medio de la selva. Dio nido a la penumbra, movimiento al color. Descifró el lenguaje de
los cuatro elementos esenciales de la naturaleza y ya en escultura, en volumen o en palabras, nos hizo ver el
alma de las cosas supremas. En Palenque se encuentra, aún hoy, la forma sublime de alargar los ocasos para
alcanzar el Sol.” MOHENO, Cesar. “Palenque y el tiempo”. La Jornada, 10 de septiembre de 2012, p. 14a.
9
Vid. FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., pp. 233, 294.
10
Vid. MATOS Moctezuma, Eduardo. Teotihuacan. México, Colmex/FCE, 2009, p. 24.
11
Vid. FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 299.

5
de la aplicación del saber en la mejoría del entorno urbano. Algunos de sus habitantes sabían
leer y escribir, conocían la numeración y contaban con un calendario de 260 días.12

La regla que sirvió de vehículo para transmitir los conocimientos, tanto en las familias
como en las escuelas, fue la palabra hablada, la escritura, la imagen, los glifos, las
inscripciones en las estelas, el rito, el códice y el mito.13 Los manuscritos pictóricos o códices
poseen una organización interna determinada por composiciones plásticas de elementos
gráficos que obedecen a una convención artística, producto de la cosmovisión azteca en
particular, y mesoamericana en general. Los conocimientos fueron registrados y transmitidos
por vía oral y escrita a través de fórmulas astronómicas diseñadas para observar la bóveda
celeste y registrar el movimiento de los astros, mediante la elaboración de los calendarios,
con modelos arquitectónicos, las técnicas pictóricas y la manufactura de las artesanías, y al
través de los cantos donde se rememoraba la creación del cosmos y el origen de los seres
humanos.14

12
Vid. SEMO. Enrique. Los orígenes. De los cazadores y recolectores a las sociedades tributarias, 22000 a.
C. -519 d. C. México, UNAM/Océano, 2006, pp. 147-148.
13
Los olmecas fueron los primeros en representar el origen del cosmos, los seres humanos, la naturaleza y los
dioses mediante imágenes; crearon un lenguaje visual que se convirtió en un medio de comunicación persuasivo
y generalizado. Los últimos descubrimientos sugieren que también inventaron un lenguaje logográfico o acaso
logofonético que se expresaba en signos e imágenes. Seguramente el lenguaje de las imágenes nació mucho
antes, en la lejana prehistoria; pero cupo a los olmecas integrar esas imágenes en símbolos que daban cuenta
del mundo que habitaban. Con estas imágenes dibujaron los perfiles del cosmos, le dieron significado a su
existencia, y forjaron un estilo para expresar esas concepciones. El cometido de esos símbolos era hacer
inteligible el entorno que los rodeaba y su propio lugar en el mundo. Una de las imágenes iniciales que
recorrieron el territorio de Mesoamérica fue la del dios del maíz. Vid. FLORESCANO, Enrique. Quetzalcóatl…
Op. cit., pp. 23-24.
14
Vid. FLORESCANO, Enrique. “Los mitos fundadores de Mesoamérica,” Quetzalcóatl metáforas e imágenes.
Suplemento quincenal, no. 9, 24 de junio de 2003. La Jornada, p. 8, y FLORESCANO, Enrique. El mito de
Quetzalcóatl. México, FCE, 1999, 2ª reimp.

6
…En los libros pintados [con imágenes y glifos] se había reunido el saber acumulado sobre los dioses;
las ceremonias y fiestas religiosas; los distintos calendarios y cómputos astronómicos; el conocimiento
acerca de las plantas y animales; las dimensiones geográficas del territorio; el inventario de las
riquezas…; la relación de las provincias sometidas y de los tributos que pagaban…
Desde la época Clásica (200-900 d. C.) el libro de pinturas se había convertido en el
instrumento privilegiado para registrar y ordenar la memoria del pasado. Los restos que han quedado
de esa tradición gráfica indican que los mayas y los pueblos de la región de Puebla y la mixteca
sobresalieron en la manufactura de los códices. En esa época, el códice era el utensilio ideal para
almacenar la mayor cantidad de conocimientos sobre el pasado, un instrumento capaz de sistematizar
información especializada sobre cualquier área del ámbito sobrenatural o profano. Reunía las
cualidades que hoy apreciamos en el libro: economía de recursos para recoger y ordenar conocimientos
diversos; facilidad para actualizar y renovar la información acumulada; variedad de tamaños y formas,
y disponibilidad para la consulta y la lectura.15

Proveniente del continente asiático, el hombre que migró a América pertenecía a la


especie que corresponde a toda la humanidad actual: el homo sapiens (se sabe que nueve
especies del género homo se extinguieron quedando el homo sapiens, el hombre moderno,
como único sobreviviente; le precedieron el homo neanderthalensis de Europa, el homo
erectus de Asia, el homo soloensis de la isla de Java, los pigmeos de homo florensis de la isla
de Flores, el homo naledi de Sudáfrica, el homo luzonensis de la isla de Lucon en Filipinas),
el homo habilis.16 Aunque se han propuesto diversas rutas para su llegada a América, existe
un consenso generalizado de que la población principal arribó por la cadena de islas
Aleutianas y el estrecho de Beringia (puente de tierra que unió temporalmente a Siberia con
Alaska, a Norteamérica), extendiéndose rápidamente hacia el sur por todo el continente
americano, entre los años 40/75 mil antes del presente (según la antropología o paleolítico);
o bien 20/25 mil años, en el Pleistoceno (de acuerdo a la geología).17
La larga secuencia evolutiva de la que al final se derivó la aparición del llamado
hombre sabio, la especie humana, se desarrolló tras un largo proceso iniciado desde hace más
de un millón de años, presente en diversos lugares del viejo mundo: África, Asia y Europa.18

15
FLORESCANO, Enrique. Memoria mexicana. México, FCE, 1994, 2ª ed., pp. 254-255.
16
Los homo sapiens (nuestros ancestros), los Denisova (Siberia, Eurasia) y los Neandertal (Europa, Asia Central
y Medio Oriente) se separaron hace unos 400/800 mil años y poblaron Europa y África. Aislados genéticamente
el grupo europeo evolucionó poco a poco hasta convertirse en los neandertales, en tanto el grupo africano llegó
a ser el homo sapiens, que se expandió en oleadas desde África a todo el mundo hace 60/70 mil años (fueron
los primeros habitantes de Eurasia). Vid. FAULHABER, Johanna. “Antropología biológica de las sociedades
prehispánicas.” MANZANILLA, Linda y LOPEZ Lujan, Leonardo. Historia antigua de México. México,
INAH/UANM/Miguel Ángel Porrúa, 1994, vol. I, pp. 20, 21, y La Jornada, 3 de enero de 2017, p. 6.
17
Vid. FAULKNER, Neil. De los neandertales a los neoliberales. Una historia marxista del mundo. España,
Triuvulus, 2021, p. 25.
18
El hombre moderno (sapiens sapiens) aparece en el sur de África hace unos 100,000 años y más o menos en
el mismo período en Israel. Después, hace 60,000 años el hombre de Neandertal arriba a Oriente Medio (los
neandertal desaparecieron hace unos 40 mil años, casi al mismo tiempo que los humanos anatómicamente
modernos comenzaron a migrar al Cercano Oriente y a Europa). Luego el homo sapiens sapiens se empieza a
encontrar por todas partes. En 60,000 o 70,000 años llega a todos los rincones del planeta (Australia, China,
Nueva Guinea), dando muestras de su capacidad de adaptación a los medios climáticos más variados. En Europa
llega hace unos 40,000 años, luego se dirige a zonas más frías de Asia (a Siberia, una de las zonas más frías del
mundo). De allí pasó a América hace unos 15,000 años, pero puede que haya sido antes, se supone
aprovechando el largo período en el que el estrecho de Bering se convirtió en tierra firme, durante la última
glaciación, cuando las aguas del mar se retiraron concentrándose en los glaciares de los polos, y la línea de la
costa bajó y avanzó, sobre todo allí donde las aguas eran poco profundas. Vid. CAVALLI-Sforza, Luca y
CAVALLI-Sforza, Francesco. ¿Quiénes somos? Historia de la diversidad humana. España, Crítica, 1999, p.
72.

7
El hombre moderno evolucionó en África; los más antiguos representantes conocidos de
nuestra especie fechan de 300 mil años y fueron hallados en Jbel Irhid, Marruecos. La
humanidad moderna, por tanto, completa un árbol genealógico que muestra que la evolución
humana no ha sido lineal y que, hasta tiempos recientes, diferentes especies humanas
coexistían y, al parecer, se reproducían entre sí, a, final los que poblaron el mundo fueron los
homo sapiens (respecto al homo sapiens no hay discusión, lo que difieren son las fechas del
poblamiento del planeta acordes a los nuevos hallazgos fósiles).19
Miles de años después llegaron los primeros hombres a América. El paso pudo
acontecer a finales del Pleistoceno, hace aproximadamente 40 mil años. En ese tiempo el
descenso de las aguas del océano Pacífico y su glaciación ocasionó que quedara por encima
del océano un amplio territorio que emergía en la zona de Bering (lugar de máximo
acercamiento entre Asia y América del Norte), con la consiguiente posibilidad de paso por
tierra desde Siberia hasta Alaska (o a Edmonton, al sur de Canadá, corredor que seguía las
estribaciones orientales de las montañas Rocallosas), de donde se expandieron a todo el
continente americano, estableciéndose desde hace cerca de 35 mil años en Canadá y Estados
Unidos;20 desde hace 20 mil años en territorio nacional (nuevos descubrimientos
arqueológicos ubican el poblamiento entre 25 mil y 30 mil años antes);21 18 mil años en Perú
y 9 mil en el extremo sur del continente (estrecho de Magallanes, en el final meridional de
Sudamérica).22
Los primeros inmigrantes contaban con herramientas de piedra bien elaboradas, con
puntas de proyectil acanaladas conocidas como “clovis” (diversas formas de raspadores,
cuchillas hechas de lascas y otros objetos elaborados con huesos por un grupo humano que
habitaba en el norte mesoamericano), que les servían para cazar grandes animales y para
preparar sus alimentos.

19
“…Las pruebas genéticas parecen demostrar que la totalidad de Asia, Europa, Australia y las Américas fueron
pobladas por los descendientes de un único grupo de cazadores-recolectores que partieron desde África hace
alrededor de tres mil generaciones, esto es, hacia 85 000 ap. El sur de Asia y Australia fueron colonizadas hacia
50 000 ap [antes del presente -JGDY], el norte de Asia y Europa desde 40 000 ap y las Américas desde hace 15
000 años.” FAULKNER, Neil. De los neandertales a los neoliberales. Una historia marxista del mundo.
España, Triuvulus, 2021, p. 23.
20
“Cuando la famosa población de Clovis ingresó a Estados Unidos, los primeros habitantes habían
desaparecido miles de años antes. Podría haber habido muchas colonizaciones fallidas que se perdieron en el
tiempo y no dejaron rastros genéticos en la población actual.” “Utensilios de 30 mil años en Zacatecas
revolucionan data de humanos en América.” La Jornada, 23 de julio de 2020, p. 2.
21
“En la cueva del Chiquihuite [en el actual estado de Zacatecas], a 2 mil 750 metros sobre el nivel del mar, se
descubrieron cerca de 2 mil herramientas de piedra y pequeños fragmentos de herramientas, conocidos como
escamas. El análisis de ADN de los restos de plantas y animales del sedimento empaquetado alrededor de las
herramientas data éstas y la ocupación humana del sitio entre 25 mil y 30 mil años. ‘No sabemos quiénes eran,
de dónde venían ni a dónde iban. Son un enigma completo. Asumimos falsamente que las poblaciones indígenas
en las Américas de hoy son descendientes directos de los primeros estadunidenses, pero ahora no creemos que
sea así’.” “Utensilios de 30 mil años en Zacatecas revolucionan data de humanos en América.” La Jornada, 23
de julio de 2020, p. 2.
22
Otra hipótesis del poblamiento es que además de las migraciones por Bering hubo otras a través de la zona
sur del océano Pacífico, en especial desde las áreas australiana y malayo–polinésica. Estos grupos de Polinesia
–con tradición de navegantes– llegaron en piraguas dobles o de balancín a partir de corrientes marinas y vientos
favorables que propiciaron su paso al nuevo mundo –nuestro continente fue de hecho un nuevo mundo para
quienes, procedentes del exterior, penetraron en él por vez primera. Vid. LEÓN-Portilla, Miguel. Obras de
Miguel León Portilla. En torno a la historia de Mesoamérica. México, UNAM/Colegio Nacional, 2004, t. II,
p. 17.

8
Si bien, con el paso de los siglos los pueblos mesoamericanos se volvieron
sedentarios, crearon su propia cultura y lograron convertirse en una sociedad con sabiduría
original, con un conjunto de atributos y de elementos creativos que los identifican como
grupo humano exclusivo, civilizado, culto, sabio. Las peculiaridades de dicha sociedad es lo
que se explica en las siguientes páginas.

Sierra Norte de Puebla, junio de 2022

Cultura original

Los atributos y elementos sociales, culturales, visión del mundo, valores, creencias,
tradiciones, vida económica y política que hacen de Mesoamérica una civilización originaria
se expresaron en ser una sociedad con una concepción del mundo, con valores, creencias,
tradiciones, arte, centros urbanos ceremoniales, con vida urbana, con grandes mercados, con
rutas comerciales establecidas, con complejas unidades administrativas, con sistemas
tributarios, con prestación de servicios, con estratificación social, con división del trabajo,
con sistemas de organización política, económica y religiosa muy estructurados, con
invención de cómputos calendáricos, con el concepto de cero antes que en ningún otro lugar
del mundo, con varias formas de escritura, de escuelas y bibliotecas, con formas de
comunicación, de adquisición y transmisión de conocimientos, adaptación al medio
ambiente. aprovechamiento de sus recursos y con práctica del deporte (desde hace 3,500 años
los pueblos mesoamericanos habían construido más de 2,300 canchas deportivas).23
Al sistema de escritura de los pueblos mesoamericanos se le denomina “logo-
silábico” por consistir en glifos del género logos que expresan una palabra o una idea. Otros

23
LEÓN-Portilla, Miguel. Aztecas-mexicas. Desarrollo de una civilización originaria. España, Algaba, 2005,
p. 12.

9
glifos enuncian fonéticamente sílabas. Al unirse los glifos con las sílabas se forman las
palabras y vocablos simples o compuestos.24

La existencia de escritura en Mesoamérica, a través de muchos siglos, destaca entre las grandes
creaciones culturales de esta civilización originaria… fuera del Viejo Mundo. Sólo en Mesoamérica
se inventaron sistemas de escritura y cómputos precisos del tiempo, expresados en calendarios.25
…El origen de la escritura, astronomía, medicina, herbolaria y otras ciencias se atribuyó a los
ingeniosos toltecas. Varios siglos después de la caída de Tollan su prestigio como cuna de las artes y
la ciencia pervivió entre sus herederos políticos y culturales…26

En cuanto a la educación, en las escuelas se enseñaba el arte del bien hablar, la


importancia de la escritura como alimento del pensamiento, el canto, el tiempo y el destino,
los sueños, la historia; se instruía a los educandos a saludar con respeto, a hacer reverencias
a sus mayores; en las artes militares, en el conocimiento de los astros, en la música, con el
propósito de formar rostros sabios y dar rumbo y fortaleza a sus corazones. “Bien canta, bien
habla, bien conversa con la gente; bien responde, bien dirígete a los otros. La palabra no es
cosa que se compra…”27
El conocimiento tenía que ser siempre portador de la verdad. La sabiduría se transmite
a los rostros ajenos, a los alumnos, para formar semblantes sabios y corazones firmes dueños

24
“Mesoamérica es la única parte del Nuevo Mundo en donde se desarrolló un sistema de escritura… los aztecas
y otros grupos de México llegaron a hacer libros…” THOMPSON, J. Eric S. Grandeza y decadencia de los
mayas. México, FCE, 10985, 1ª. reimp., p. 226.
25
LEÓN-Portilla, Miguel. Aztecas… Op. cit., p. 160. “La escritura fonética que desarrollaron los mayas y
zapotecas fue sustituida por una escritura que apelaba a glifos simples, comprensibles por una audiencia que
hablaba distintas lenguas. Esta escritura iconográfica hizo un uso intensivo del color y sus medios de expresión
fueron los códices, la cerámica policromada y la pintura mural…” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes…
Op. cit., p. 355.
26
FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 145.
27
LEÓN-Portilla, Miguel. Aztecas… Op. cit., p. 222.

10
de su destino. El rostro expresa la fuerza vital y manifiesta los sentimientos; el corazón es el
alimento sagrado de los dioses, en el que se hallan la voluntad y la memoria del hombre.
La enseñanza, a la que tenían derecho todos los niños y jóvenes, se llevaba a cabo en
el calmécac, en el telpochcalli y en las cuicacalli, donde los tlamatini (los sabios) fungían
como los guías, como el camino a seguir para hacer que los discípulos se volvieran sabios.
Para trasmitir los conocimientos los maestros (tlamatini) se valían de códices: “Allí, con
imágenes y signos glíficos, se conservaba el meollo del saber acerca de los dioses, la
recordación del pasado, el conocimiento acerca de los destinos y los valores morales…”28
La educación era pública y gratuita con duración de varios años. En cada calpulli
había alguna de las escuelas. La enseñanza era oral, memorística y muy estricta. La asistencia
escolar obligatoria. En las escuelas se inculcaba la humildad, la obediencia, la austeridad; a
los alumnos se les ejercitaba en actividades físicos y militares. Las niñas también iban a la
escuela, aunque lo hacían por separado y su aprendizaje era diferente al de los chavales.
Aprendían a tejer a bordar a bailar a cantar

Las finalidades educativas eran: en las calmécac (“hilera de casas”) se enseñaba el


calendario astronómico sagrado, los cantos, los códices o libros de los años, los que registran
los cómputos calendáricos, acerca de los dioses, la interpretación de los sueños, la escritura,
la lectura, medicina, astronomía, derecho, arquitectura, la memorización de los mitos, el
adiestramiento militar; se formaba a los funcionarios gubernamentales, a los sacerdotes,
jueces, jefes de guerra (los niños entraban entre los 5 y los 15 años); en tanto en el telpochcalli
(“casa de jóvenes”) se transmitía lo referente a la visión ideológica del mundo, las danzas,
las ceremonias, el canto, los ritos, a ser hombres valientes, trabajadores disciplinados; se les
formaba en la disciplina (limpieza, arreglo personal, juegos colectivos, participación en
ejercicios, honrar a los dioses), en las labores agrícolas y en las actividades de la guerra.29 En

28
LEÓN-Portilla, Miguel. Aztecas… Op. cit., p. 216.
29
Vid. FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., pp. 428-429.

11
las cuicacalli (“casas de canto”) se ensañaba a hombre y mujeres las artes: danza, canto,
música, poesía, pintura, escultura, oratoria, grabado, arte plumario, tallado de madera…
Era una educación teórica y práctica dirigida al intelecto y al corazón, a mantener el
orden social, en la que el saber implica disciplina, formación del carácter, obediencia,
respeto, preparación para la vida cotidiana y la científica; en la que se despertaba el interés
por la vida, por el cosmos. Se instruye para reproducir la ideología, los mitos, a la sociedad;
para formar a los guerreros a los administradores a los trabajadores. Se enseña para que la
niñez conozca su historia, su cultura, respete a los dioses, a los ancianos y a los padres, para
que se cumpla con los deberes de amar la verdad y la justicia.30
Los pueblos mesoamericanos tenían una concepción cíclica del universo. Creían que
el Sol y la edad cósmica en que vivían era la quinta que había existido y, al igual que las
anteriores, estaba en permanente peligro de acabar en forma violenta. Sólo fortaleciendo a
los dioses, particularmente al Sol, identificado como su dios tutelar Huitzilopochtli, podría
posponerse por tiempo indefinido el cataclismo final. El ofrecimiento de corazones y sangre
de los sacrificados era el medio para preservar la vida del Sol y del mundo.31

En el imaginario colectivo de Mesoamérica la antigua Tollan fue el lugar donde nació el quinto Sol,
la era actual, el arquetipo del reino sabio, la cuna de los emblemas del poder, la vida urbana y las artes
y las ciencias. Según esta concepción sus hijos, los toltecas, recibieron de los dioses creadores la
encomienda de mantener con su sangre la vitalidad luminosa del Quinto Sol. En la historia real que
conocemos Tollan-Teotihuacan desarrolló un itinerario político basado en la posesión del territorio, la
unidad del grupo étnico, la dirección centralizada del supremo gobernante, el brazo armado del ejército
y una ideología mesiánica, guerrera y conquistadora.32

Tales expresiones culturales, míticas, ideológicas, filosóficas servían de fundamento


para explicar tanto lo que acontecía en la tierra como en el universo.

La cosmovisión

Los pueblos mesoamericanos evolucionaron con una cultura de armonía, de respeto e


identidad mítica, simbólica y mágica con la Naturaleza (flora y fauna): se deificaba al Sol, a
las estrellas, a la Luna, a la tierra, al agua, a muchos animales y a buena parte de la vegetación.
Consideraban a la tierra como la gran madre a quien había que pedir permiso incluso para
remover su superficie y se le hacían ritos al sembrar y al cosechar.33
Desde La Venta, la más antigua población de Mesoamérica, hasta la conquista de
Tenochtitlán y la posterior colonización, los pueblos mesoamericanos representaron en sus

30
Para una explicación más amplia véase DOMÍNGUEZ Yáñez, J. Guillermo. “In ixtli, in yoyotl. La educación
en Mesoamérica”. Logos, revista de la Universidad la Salle, no. 97, diciembre de 1999.
31
Vid. LEÓN-Portilla, Miguel. “Los mexicas…” Op. cit., p. 157.
32
FLORESCANO, Enrique. Los orígenes del poder en Mesoamérica. México, FCE, 2009, p. 14.
33
“…adoraban los mexicas a los dioses de las aguas celestes y terrestres, del viento y los mantenimientos, la
fiesta y la danza, la guerra y el comercio, la tierra y el inframundo, la región de la muerte. Esos dioses se
presentaban casi siempre por parejas, un ser femenino y otro masculino y también a veces en sí mismos
andróginos. En lo más alto del universo, y a la vez como divinidad omnipresente y suprema, se hallaba
Ometeotl, Dios de la dualidad, invocado Tonontzin, Totahtzin, Nuestra Madre, Nuestro Padre, y también como
Tloque Nahuaque, Dueño de la cercanía y la proximidad. Del ser de ese dios procedían los de todos los otros,
en primer lugar el de Tezcatlipoca, Espejo que ahúma, también concebido como dual, el Tezcatlipoca Rojo y
el Negro.” LEÓN-Portilla, Miguel. “Los mexicas en tiempos de Motecuhzoma Xocoyotzin.” El Colegio
Nacional. Memoria 2000. México, El Colegio Nacional, 2000, pp. 159-160.

12
centros ceremoniales el momento decisivo en que se creó la presente era del mundo, se
fundaron los pueblos y nació la vida civilizada.34
Los pueblos grabaron las imágenes deslumbrantes de la Primera Montaña Verdadera
(el símbolo de la tierra emergente), la gran plaza que simulaba las aguas primordiales, el
árbol cósmico que reproducía los tres espacios verticales del universo, la cancha del juego de
pelota que celebraba la victoria de los Gemelos Divinos sobre las potencias destructivas del
inframundo, los templos dedicados a los dioses creadores y a los patrones de la ciudad y las
estatuas del gobernante en su triple papel de capitán de los ejércitos, supremo sacerdote de
los cultos y primer agricultor y dispensador de las cosechas.
Anterior en muchos siglos a la escritura, el acto de la creación se transmitió por la vía
oral y por medio de la danza, la música, la escenografía. Los pueblos que se asentaron en los
diferentes territorios de Mesoamérica reprodujeron la tradición que relata que en
Tollan/Teotihuacan tuvo lugar la creación del cosmos y el principio de los pueblos.
Los poderes que surgieron en el periodo posclásico adoptaron el mito fundador de la
creación del Quinto Sol y la idea de que en esta edad se instituyeron los primeros pueblos.
Es decir, el propósito de estos relatos era exaltar el origen del poder y presentarlo como el
sustento de la vida civilizada. En estos relatos predomina la figura benevolente de
Quetzalcóatl, Kukulkán, Nacxit o Ce Acatl Topiltzin, quien es siempre el arquetipo del
fundador de pueblos y el paradigma del gobernante sabio.
El mito de la creación del cosmos, la leyenda de Quetzalcóatl y el mito de Tollan son
los paradigmas que dominan el pensamiento mesoamericano. El relato de la creación del
cosmos repite incansablemente la misma historia acerca del ordenamiento del mundo, el
origen de los seres humanos y el establecimiento de los pueblos. Asimismo, el arquetipo de
la primera Tollan será el modelo sobre el que se construirán todos los centros posteriores, del
mismo modo que Quetzalcóatl ocupará siempre el lugar del gobernante sabio.35 En estas
sociedades las cosas humanas parecen carecer de realidad si no imitan el arquetipo que se
estableció en el momento de la creación del cosmos. Se trata de una mentalidad que rechaza
el acontecimiento individual y la temporalidad.36
Quetzalcóatl encierra muchos personajes, símbolos y significados. Es el dios creador
del cosmos, de los seres humanos y de la planta del maíz, el fundador de la agricultura y de
la vida civilizada, el símbolo de la realeza y de la legitimidad política, el prototipo del
gobernante sabio, el fundador de reinos legendarios, un mito polisémico extendido por toda
Mesoamérica.

34
“…En las civilizaciones más antiguas de Mesoamérica, entre los olmecas y mayas, ya se observa el intento
de fundir en una figura simbólica las fuerzas creadoras del cielo y de la tierra concurriendo en el acto
maravilloso de reproducir la renovación anual de la vegetación, o la alternancia del día y de la noche: la caída
nocturna del sol en las fauces del monstruo de la tierra y su brillante resurgimiento en el oriente. La imagen que
muestra a las aguas del cielo regando la tierra y produciendo la germinación de las plantas es quizá la expresión
más antigua del poder creativo de ambas fuerzas.” FLORESCANO, Enrique. El mito de Quetzalcóatl. México,
FCE, 1999, 2ª reimp., p. 14.
35
Vid. FLORESCANO, Enrique. El mito… Op. cit., p. 253.
36
FLORESCANO, Enrique. “La reconstrucción del pasado.” La Jornada Semanal, 23 de enero del 2000, pp.
2, 3.

13
Los pobladores mesoamericanos creían en la existencia de una vida después de la
muerte y así, al morir los hombres podían ir a tres diferentes lugares: los guerreros y las
mujeres muertas en el parto iban al paraíso del Sol; los que morían ahogados o de alguna
enfermedad relacionada con el agua, llegaban al paraíso del dios de la lluvia, llamado
tlalocan; y los que morían por otras causas iban al mictlán, el inframundo, lugar oscuro y frío
donde tendrían que realizar las actividades que tenían en vida, por eso en las tumbas se les
colocaban sus utensilios de trabajo: coas, hachas, metates, ollas… Como para llegar al
mictlán tenían que recorrer un camino largo y peligroso, se les ponía en las sepulturas lo que
necesitan para el viaje: agua, comida, ropa y algunas veces un perro que les servía de guía y
acompañante.37
De las profundidades de la tierra, del inframundo, surge la vida, el maíz, el alimento
de los dioses y de los hombres. Los seres humanos y los alimentos nacieron del suelo húmedo
y oscuro de la madre tierra, la generadora de los bienes esenciales. La creación primordial
ocurre en el seno de la tierra con las aguas fecundadoras del cielo, y se realiza gracias al
sacrificio de los dioses. Para retribuir a los dioses el portento de la creación, los seres
humanos quedaron obligados a sacrificarles periódicamente su propia sangre, y a cultivar la
tierra.38 Producción que fue la base de la evolución, en tres marcadas etapas, de la compleja
sociedad mesoamericana, basada en las relaciones de producción tributarias.

37
“Para los mayas, el interior de la tierra era el sitio sagrado donde se originó la presente era del mundo y el
lugar donde todo lo que desfallecía se transformaba en vida. Sin embargo, para que ese proceso no se
interrumpiera nunca, era necesario ofrendar un sacrificio a los dioses de la región más temible y creativa del
cosmos. En el pensamiento mesoamericano nada es gratuito. Todo lo que existe debe merecerse porque ha
costado esfuerzos…” FLORESCANO, Enrique. El mito… Op. cit., p. 19.
38
FLORESCANO, Enrique. El mito… Op. cit., p. 274.

14
Periodización

Los primeros habitantes de Mesoamérica se internaron al territorio entre los años 20 mil y 25
mil antes del presente, pero sería hasta los años 6500-5500 a. C. cuando se inicia la
agricultura. Por lo tanto, entre los años 25000 hasta el 6500 la población se dedicó
básicamente a la recolección, a la caza y a la pesca; fue la etapa de nomadismo de nuestros
antepasados. A partir del año 6500–5500 se han encontrado los primeros testimonios de una
agricultura incipiente (en la sierra de Tamaulipas y en la región del valle de Tehuacán, en
Cozcatlán, Puebla; recientemente, dentro de la cueva guilá naquitz –“piedra blanca”, en
zapoteco- en Oaxaca, se hallaron semillas de calabaza con más de 10 mil años de antigüedad,
consideradas como los restos más tempranos de plantas domesticadas en el continente. La
cueva alberga las evidencias más antiguas del origen de la civilización en América, hacia el
año 8000 a. C).39 Desde entonces se practicará el cultivo del frijol, el chile, la calabaza, el
aguacate, el amaranto, el guaje, los zapotes blanco y negro, el cacao, la piña, la papaya, el
achiote, el jitomate, la jícama, el mamey, la tuna, el nopal, el cuitlacoche, los quelites y ciertas
variedades de maíz (el cultivo primordial), miel y cera de abeja.

39
Cuando se indica que entre los maíces más antiguos localizados en Tehuacán, Puebla, se encuentran
especímenes con una antigüedad de 3000 a.C., no se quiere decir que en ese momento se “descubrió” la
agricultura, sino que para ese entonces un proceso en curso desde miles de años atrás se encontraba en un punto
en el que el maíz ya presentaba los rasgos propios de una especie cultivada. Algo similar ocurre con la evidencia
procedente de guilá naquitz, Oaxaca, con una antigüedad de alrededor de 3500 a.C., la cual se ha considerado
como una de las primeras muestras de domesticación; sin embargo, el análisis morfológico muestra que se trata
de maíz aún en el proceso de domesticación (se sabe que la domesticación del maíz tuvo lugar en la región del
río Balsas, en Guerrero, aunque no se ha establecido con precisión cuando ocurrió, ni cuánto tomó ese proceso,
aunque es posible suponer que fue uno bastante extenso).

15
Cuadro 1
Evolución de la producción agrícola
(3400 a 0 a. C.)
Años a. C. Lugar Actividad Alimentación
3400 a 2300 Tehuacán, Puebla Domesticación de plantas de maíz en El 21% de la comida
Aldeas sedentarias superficies planas y en barrancas proviene de las plantas
fértiles cultivadas
3000 Tlaxcala Agricultura de terrazas por
pobladores sedentarios; con casas
con huerto familiar
2300 a 1500 Tehuacán, Puebla Agricultores sedentarios, con El 33% de la dieta
manufactura de cerámica primitiva proviene de plantas
sin decoración (tazones y cantaros) cultivadas
1600 a 1300 Mesoamérica Generalización de aldeas agrícolas
1500 a 850 Tehuacán, Puebla, Aldeas campesinas establecidas en la El sustento proviene de:
(valle de Ajalpan) rivera del río Ajalpan que cultivan un 45% de la cosecha, el
Tlaxcala, cuenca de maíz, Agricultores de tiempo 10% de carne de perro, el
México completo con hortalizas 27% de la cacería y el
restante de recolección
500 a 0 Tamaulipas, valle de Siembras continuas en miles de
Puebla hectáreas, en superficies planas y
fértiles. Casas redondas y pirámides
pequeñas. Agricultores de tiempo
completo, producción de cerámica.
Construcción de canales y de presas
para la irrigación con agua de lluvia
Fuente: SEMO, Enrique. Orígenes… Op. cit., pp. 108-110.

En contraste con la gran variedad de plantas (los pueblos mesoamericanos cultivaron


más de 70 variedades de plantas), la domesticación de animales fue escasa: abejas, el
guajolote, el pato real y el perro (véase anexo de legado cultural).
La agricultura, en cambio, sirvió para que los pueblos se convirtieran en sedentarios,
es decir, para que se establecieran en aldeas; los “pueblos civilizados” nacieron de núcleos
sedentarios construidos alrededor del nomadismo hace unos 10 mil años. Los pueblos
asentados propiciaron el aumento de la población y la producción de diversos objetos de
cestería, petates, redes, vasijas de piedra, metates, molcajetes, navajas, puntas de proyectil,
etc.
Ahora bien, para facilitar el estudio de la sociedad mesoamericana los historiadores,
antropólogos, etnólogos, arqueólogos y demás estudiosos la han dividido en tres fases: el
primer período comprende desde el poblamiento sedentario de Mesoamérica hasta el
surgimiento de la agricultura, al que se denomina Preclásico u horizonte formativo que
comprende del año 1200 al año 200 antes del presente (o del 2000 a. C. al año 0), dominado
por la cultura olmeca (la “cultura madre”), base de la cultural original mesoamericana; el
segundo período el horizonte Clásico abarca del año 200 al 600/800 (o del 0 al año 900 d.
C.) con predominio de la cultura teotihuacana; en tanto el tercer período Postclásico incluye
la decadencia de los pueblos que se desarrollaron en el segundo período hasta la llegada de

16
los españoles y la posterior conquista de Mesoamérica, esto es, de los años 800 a 1519, en el
que prevalecen los aztecas (véase cuadro 1 de la periodización arqueológico-cultural).40
La periodización antropológica económica, por su parte, divide en tres la historia
antigua de México: 1) comunidad de cazadores-recolectores (21000 a 5000 a. C.); 2)
comunidad agrícola igualitaria (5000 a 1000 a. C.); 3) sociedades tributarias (1000 a. C. a
1519 d. C.).
Cada una de las primeras dos etapas suele subdividirse, a su vez, en tres fases
menores, denominadas inferior, medio y superior, en tanto que en el posclásico se definen un
postclásico temprano y un postclásico tardío.41 La forma más tradicional de periodizar esta
etapa, por la antropología, es: salvajismo, barbarie, civilización, con sus variantes de
preagrícola, protoagrícola, sociedades cazadoras-recolectoras, sociedades agrícolas, etc. (ver
cuadro 2).42

Cuadro 2
Etapas de evolución de Mesoamérica
Etapa Acontecimientos
Lítico o Paleoindio: 12000/20000- Primeros asentamientos en América
8000 a. C.43
Arcaico: 8000-2000 a. C. Comunidades sedentarias. Inicio de la agricultura.
Preclásica: 2500 a. C. a 200 a. C. Recolección, caza y pesca; establecimiento de aldeas, de centros
Predominio de los olmecas (la “cultura ceremoniales, de grandes edificaciones; primeras formas de
madre”): La Venta, Tres Zapotes, San calendario, de escritura, de creación artística: esculturas, grandes

40
Toda periodización implica una serie de cortes temporales establecidos analíticamente para poder distinguir
lo común entre varias épocas o fases de la historia. Las periodizaciones contienen elementos de significación
histórica general: caracterizan una época en sus rasgos distintivos y originales: aunque cada período guarda
elementos de continuidad respecto al que le precede, e introduce elementos de ruptura que lo distinguen, en
algún aspecto sustancial del anterior. Y debe de tenerse en cuenta que los procesos económicos difícilmente
pueden fecharse con precisión, de manera que los años deben considerarse como aproximación al momento
histórico en que tuvieron lugar ciertos fenómenos o procesos. Vid. KUNTZ Ficker, Sandra. “Introducción.”
KUNTZ Ficker, Sandra (Coord.). Historia económica general de México. De la colonia a nuestros días.
México, El Colegio de México/Secretaría de Economía, 2010, pp. 14-15.
41
Vid. GARCÍA-Barcena, Joaquín. “Prehistoria, sedentarización y las primeras civilizaciones de
Mesoamérica.” ARIZPE, Lourdes (coord.). Antropología breve de México. México, AIC/UNAM, 1993, pp. 20-
22.
42
Vid. MATOS Moctezuma, Eduardo. “Mesoamérica”. MANZANILLA, Linda y LOPEZ Lujan, Leonardo.
Historia… Op. cit., p. 59.
43
La etapa Lítica ha sido dividida en cuatro grandes periodos. El más antiguo es el Arqueolítico (30000-9500
a.C.). En ese entonces se utilizaban instrumentos cuyas características indican una incipiente destreza
tecnológica y, en vista de la casi total ausencia de puntas de proyectil, un uso orientado más que nada a la
recolección y procesamiento de vegetales y al aprovechamiento de pequeños animales. El Cenolítico inferior
(9500 -7000 a.C.) se caracterizó por un fuerte cambio climático y la consecuente transformación en las pautas
de aprovechamiento del medio y, posiblemente, hasta en las maneras en que se organizaban los grupos. Otro
elemento notable de este periodo es el desarrollo de mejores técnicas para la elaboración de instrumentos, lo
que redundó en una mayor variedad y en una gran eficiencia. Así, aunque la recolección siguió siendo una
actividad importante, la caza se convirtió en un componente esencial del sistema de obtención de recursos. El
Cenolítico superior (7000-2500 a.C.) es un periodo en el que la organización y las pautas de subsistencia seguían
siendo las propias de grupos nómadas de cazadores-recolectores. Para esta época la llamada megafauna, como
el mamut y el mastodonte, se había extinguido, por lo que de nuevo la recolección fue la vía primordial para
satisfacer la mayor parte de los requerimientos alimenticios, los que se completaban con los productos de la
caza de ciertas especies menores. El Protoneolítico (5000-2500 a. C.) fue un periodo en el que en ciertas zonas
se dio el desarrollo de la agricultura y se empezaron a fabricar objetos asociados al procesamiento de plantas,
como muelas y morteros.

17
Lorenzo en Tabasco y Veracruz) costas cabezas de basalto, altares, cerámica, estelas, figurillas de jade,
del Golfo, Morelos, Guerrero, Oaxaca, obsidiana, cuarzo, cristal de roca, máscaras; planificación urbana,
Chiapas, Centroamérica. juego de pelota, culto religioso, comercio; organización política,
social, religiosa, económica; elaboración de instrumentos;
rascadores, machacadoras, piedras para moler, lanzaderas,
cestería, petates, vasijas, tejidos.
Clásica: siglos I-X d. C. (200-900) Agricultura de regadío, sistema de roza; crecimiento poblacional,
Supremacía de Teotihuacán (“ciudad compleja organización social, económica, política, religiosa,
de los dioses”), de zapotecas y mayas. división en clases sociales; construcción de majestuosos centros
Con influencia en el altiplano central, ceremoniales con calzadas y plazas, juego de pelota, de escuelas,
en el Golfo, Oaxaca, occidente, de tianquis; elaboración de pinturas murales, de papel de corteza
Cholula, Tetzcuco, Tlaxcala, de amate, de sistemas calendáricos precisos, de sistemas de
Tenochtitlán. escritura ideográfica (códices: Chilam Balam, Popol Vuh), de
tallado de piedra, de artes plásticas, de inscripciones, creación
artística, alfarería; con conocimientos astronómicos, matemáticos,
estructuras estatales, administrativas y comerciales.
Postclásica: años 900 a 1521 Reacomodo por Mesoamérica de los pueblos, llegada de los
Hegemonía de los aztecas, mixtecos, aztecas a Tenochtitlán y posterior predominio por todo
totonacos, toltecas, popolucas Mesoamérica; crecimiento del militarismo; formación de nuevos
(Tenochtitlán, Cholula, Tajín, centros de poder, centralización del poder político y
Xochicalco). administrativo; dominio del mito creador de Quetzalcóatl;
elaboración de nuevos códices.
Fuente; elaborado con datos de LEÓN-Portilla, Miguel. Obras de Miguel León Portilla. En torno a la historia
de Mesoamérica. México, UNAM/Colegio Nacional, 2004, t. II, pp. 26-158, y LEÓN-Portilla, Miguel. Aztecas-
mexicas. Desarrollo de una civilización originaria. España, Algaba, 2005, pp. 230-132.

En el Preclásico temprano (2500-1200 a. C.) se dieron cambios fundamentales en la


vida de los grupos humanos que tendrán repercusiones en prácticamente todos los ámbitos.
Entre esos cambios están la adopción de la agricultura como medio de subsistencia principal
y el establecimiento de aldeas. Seguirían después prácticas como la fabricación de cerámica
y el desarrollo de rasgos asociados a la organización social, la que paulatinamente será cada
vez más compleja. Esta creciente complejidad alcanzará altos niveles en el Preclásico medio
(1200-400 a. C.), principalmente con la cultura olmeca. En ese entonces cristalizan las

18
tendencias en curso durante los más de mil años de la época previa. La estratificación social,
el gobierno legitimado por ritos públicos y la cosmovisión, entre otros aspectos, adquieren
las características esenciales que se encontrarán entre las sociedades mesoamericanas en
adelante.

Cuadro 3
Períodos del desarrollo mesoamericano
Subperíodo Acontecimiento Fechas
Recolección y caza inicial Aparición del hombre en Mesoamérica 20/30000 a 12000 a. C.
Recolección y caza intermedio Cambio en la importancia relativa de 12000 a 7000 a. C.
la caza
Recolección y caza final Cambio climático y extinción parcial 7000 a 5000 a. C.
de fauna
Agricultura incipiente Aparición de los primeros cultivos 5000 a 1000 a. C.
Agricultura extendida Economía sedentaria y estratificación 1000 a. C., a 1521
social
Fuente: elaborado con datos de NALDA, Enrique. “México prehispánico: origen y formación de las clases
sociales.” SEMO, Enrique (Coord.). México: un pueblo en la historia. México, UAP/Nueva Imagen, 1981, vol.
I, pp. 62-63.

Tras la declinación de la cultura olmeca, en el Preclásico tardío (400 a.C.-200 d. C.),


gran parte de Mesoamérica vive una situación en la que nuevamente se consolidan procesos
en curso desde el periodo anterior, como la escritura, el calendario y ritos como el del juego
de pelota. Los rasgos más distintivos de este periodo son un notable crecimiento poblacional
y el surgimiento de asentamientos de gran tamaño, muchos de ellos con construcciones
monumentales, alrededor de los cuales se conforman sistemas regionales que les aseguraban
el mantenimiento de sus crecientes poblaciones.
Uno de los rasgos característicos de Mesoamérica, a partir del Preclásico tardío, es la
proliferación de asentamientos de buen tamaño y con una compleja estructura interna. En esa
etapa, como resultado de una estratificación social cada vez más acentuada, no sólo se
establecieron sistemas jerarquizados de asentamiento -que eran controlados por un centro-,
sino que las diferencias entre las habitaciones y las prácticas funerarias asociadas a cada
grupo social se hicieron más notorias, y, además, en los sitios principales la arquitectura
pública adquirió mayores dimensiones.
Paulatinamente los asentamientos en los que el poder de la elite se había
incrementado, en mucho gracias a la capacidad de apropiarse de los excedentes derivados de
una eficiente explotación de su medio, se convirtieron en centros regionales, alrededor de los
cuales se tejió una intrincada red de relaciones políticas y económicas que, en un primer
nivel, abarcaba a pueblos más o menos cercanos, de menor tamaño y subordinados. Con otros
poblados más alejados y de similar jerarquía se mantenía un esquema en el cual las relaciones
se daban entre las elites y se fundaban en el intercambio y, tal vez, en relaciones políticas.
Los ejemplos más claros de esta compleja urbanización fueron, entre otras ciudades, Tikal,
Teotihuacan, Cholula, Monte Albán y Tenochtitlan. Todas ellas se distinguen por su gran
población y por su compleja organización interna, caracterizada por la clara distinción entre
las áreas de habitación de la elite y las de la gente común, así como las zonas en que se
realizaban procesos productivos y las que se dedicaban a actividades públicas ceremoniales.

19
En lo que se refiere período Clásico, en el conjunto del área mesoamericana se divide
en dos fases. En la primera, el Clásico temprano (200-600 d. C.), a la vez que Teotihuacan
alcanza su apogeo y domina el centro de Mesoamérica, en otras regiones surgen varias
ciudades también de gran tamaño, como Cholula, Monte Albán y Tikal, en buena medida a
consecuencia de un notable crecimiento demográfico y productivo. Por toda Mesoamérica la
cantidad de asentamientos -desde pequeños caseríos con unos cuantos habitantes hasta
ciudades con varios kilómetros de extensión y decenas de miles de habitantes- alcanzó
niveles sin precedente. Algunas de esas ciudades llegaron a tales dimensiones y complejidad
que no sólo se convirtieron en los centros dominantes de sus regiones inmediatas, sino que
establecieron diversos tipos de relaciones entre sí, las que lo mismo podían darse en el ámbito
comercial que en el político. Es en ese entonces que el norte fue colonizado por grupos
procedentes del interior de Mesoamérica, los que aprovecharon una época de condiciones
climáticas favorables.
La segunda parte del periodo, el Clásico tardío (600-900 d. C.), se caracteriza por que
a la caída de Teotihuacan se transformó radicalmente el entramado político del área, mientras
que en la zona maya se vivió un esplendor sin paralelo. En varias regiones, como el
Occidente, el Golfo y Oaxaca, ocurren importantes desarrollos. El fin del Clásico se halla
marcado por varios hechos, entre ellos, la caída de los centros que habían ganado relevancia
tras el declive teotihuacano, el abandono de la mayor parte del norte mesoamericano, el
colapso de las ciudades mayas de las Tierras Bajas del centro y el sur, y un importante
conjunto de migraciones que daría como resultado la fundación de Tula.
El Posclásico también se divide en dos fases: la primera, el Posclásico temprano (900-
1200 d. C.), se distingue por aspectos como la caída definitiva de las ciudades del Clásico, la
hegemonía tolteca y los movimientos migratorios. Aunque la guerra era una práctica
generalizada desde épocas anteriores, en el Posclásico temprano alcanzó nuevas dimensiones
y de hecho se conformó un nuevo grupo social: los guerreros. Asociado a este clima bélico,
el sacrificio humano, que también se practicaba en las fases precedentes, se convirtió en un
componente fundamental del ritual público. En algunas regiones el cambio fue de tal

20
magnitud, que se encontraban prácticamente abandonadas, como la zona maya, o en proceso
de serlo, como el norte mesoamericano.
Para la segunda fase -la última de la época prehispánica-, el Posclásico tardío (1200-
1521 d. C.), las dimensiones del territorio mesoamericano se habían reducido notablemente.
Tal vez a consecuencia de fuertes cambios climáticos, los asentamientos sedentarios de la
zona norte habían sido abandonados, y en el Posclásico tardío esa región estaba habitada por
grupos nómadas a los que se llamaba chichimecas. En el ámbito mesoamericano, en tanto,
como había sucedido en el periodo anterior, los aspectos militares y comerciales fueron
factores fundamentales en la integración de las distintas regiones. El Posclásico tardío se
distingue también por el surgimiento y expansión de una de las entidades políticas más
complejas y poderosas que haya conocido el México prehispánico: la Triple Alianza, liderada
por Tenochtitlan (1428-1521); únicamente los tarascos y otros señoríos fueron capaces de
enfrentar exitosamente sus afanes expansionistas.
Una vez conocidos los secretos de la producción agrícola ésta se convertirá en la
actividad base de los pueblos mesoamericanos (a excepción de grupos nómadas del norte; si
bien algunos pueblos del noroeste como los actuales coras, huicholes, tepehuanos, cahitas y
pimas ya practicaban en forma limitada la agricultura) y en la principal fuente de riqueza, de
subsistencia y de reproducción social.44 Reproducción económica y política, cuyas
principales particularidades se explican en seguida.

Características principales de la sociedad mesoamericana

Mucho antes de la llegada de los peninsulares europeos a estas tierras (1492) ya habían
prosperado grupos humanos eruditos que alcanzaron niveles similares a las llamadas altas
culturas; al menos desde 2000 años antes de la era actual. Nuestros antepasados fueron
pueblos con historia escrita, con escuelas, con conocimientos científicos, técnicos, con
comunicación pluvial y terrestre, que avanzaron en la creación de un método de numeración
propia, en el conocimiento de las matemáticas, en la medición exacta del tiempo, contando
con un sistema de gobierno, de intercambio, de tributación y de producción agrícola y
artesanal, con reglas que ordenaban el funcionamiento social.45

44
“…Los datos arqueológicos muestran que los olmecas fueron los primeros agricultores especializados en los
cultivos necesarios para la sobrevivencia de los grupos humanos, como el maíz, la calabaza, el frijol, el chile y
diversos tipos de legumbres. Son los promotores iniciales de la hortaliza y el cultivo de las plantas útiles, y los
herederos de grupos aún más antiguos, a quienes debemos el arte de selección de las plantas y los principios de
la domesticación.” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 92. La evidencia más antigua de
calabazas domesticadas se encontró en la cueva de guilá naquitz, en Oaxaca. Se trata de semillas para las que
se obtuvieron fechas de entre 8 300 y 10 000 años antes del presente (es decir de entre 6000 y 8000 a.C.). En
las cuevas Romero y Valenzuela, en Tamaulipas, se localizaron también semillas correspondientes a 2000 a.C.
En Tehuacán, Puebla, región de donde proviene buena parte de la información sobre la domesticación de plantas
en Mesoamérica, se localizaron restos correspondientes a 5200 a.C. Las vainas y semillas de frijol domesticados
más antiguas que se conocen proceden de Tehuacán, Puebla, y tienen una antigüedad de aproximadamente 2300
años antes del presente. Al parecer se consumía como verdura la vaina aún tierna: el ejote.
45
“…los elementos comunes de las diferentes culturas prehispánicas son tantos que, efectivamente, permiten
hablar de un sistema original de ideas. Estas ideas matrices se modificaron de una civilización a otra, de un
pueblo a otro, pero mantuvieron su coherencia a lo largo de los siglos.” MEYER, Lorenzo. “Memoria
mexicana”. La Jornada semanal. No. 17, nueva época, 2 de julio de 1995, p. 4.

21
Al arribo de los hispanos los mexicas eran los que dominaban a la mayor parte de los
habitantes de Mesoamérica (entre 1427 y 1492), como antes lo habían sido los toltecas que
se convirtieron en el grupo con mayor influencia cultural, ideológica, mítica, arquitectónica,
científica, artesanal, productiva… y que edificaron el majestuoso centro ceremonial de
Teotihuacan. Cuando los aztecas llegaron a la Cuenca del valle de México los grupos ahí
asentados formaban un conjunto de poblados alrededor de los lagos de Zumpango, Tezcoco,
Chalco y Xochimilco. Por ese tiempo tres grupos étnicos habían consolidado su poder en la
cuenca. Los tepanecas dominaban el lado occidental y norte de los lagos, con su centro
ceremonial en Azcapotzalco (1375-1428) -aunque su dominio se extendía fuera de la zona
lacustre llegando a Cuauhnahuac, Matlatzinco y la región poblana de Cuauhtinchan;46 los
chalca-xochimilca dominaban en el sur y ejercían su poder desde Chalco hasta Xochimilco;
y los colhua-acolhua se habían asentado en la parte oriental, con sus centros de poder en
Coatlinchan y Tezcoco.47
Según los relatos, los mexicas inician su largo recorrido como cazadores chichimecas
y lo terminan como pueblo organizado. En los 274 años que dura su peregrinación aprenden
el náhuatl, cambian sus atavíos, su cultura, sus ritos, sus deidades (cambian a Huitzilopochtli
por Quetzalcóatl), sus instituciones políticas, su historia y adoptan el precepto cultural
tolteca.

…Quizá la adopción del náhuatl fue el precipitador de la aculturación que transformó al pueblo mexica
en heredero orgulloso de la tradición tolteca. Las crónicas y los testimonios arqueológicos muestran
que entre 1470 y 1500 el acervo cultural tolteca estaba bien arraigado en Tenochtitlan y conformaba

46
Vid. SANTAMARINA Novillo, Carlos. “La hegemonía tepaneca a través del Códice Tellerino-Remensis.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Revista de Indias. 2017, vol. LXXVII, 269, p. 11.
47
“Establecidos en su isla en 1325, habían estado sometidos a los tecpanecas de Azcapotzalco hasta que, tras
rebelarse, los habían vencido en 1429. De entonces databan los logros que. a base de esfuerzo, guerras,
sacrificios a los dioses, tributos y sangre, habían transformado a México-Tenochtitlan en la más grande y
poderosa ciudad de Mesoamérica.” LEÓN-Portilla, Miguel. “Los mexicas en tiempos de Motecuhzoma
Xocoyotzin.” El Colegio Nacional. Memoria 2000. México, El Colegio Nacional, 2000, p. 154.

22
el núcleo duro de la identidad mexica. El calendario, los conocimientos astronómicos y científicos, las
leyes y las instituciones políticas, el florilegio de la literatura, el extenso catálogo de las artes, la
acumulación de las tradiciones históricas, la galaxia de sus dioses y mitologías, las ingenierías y
arquitecturas… la suma de los saberes toltecas eran patrimonio mexica cuidadosamente atesorado en
sus escuelas, bibliotecas, palacios, templos.”48

Si bien, con diferencias dialectales (más de 500 lenguas se hablaban antes de la


conquista española), los pueblos mesoamericanos sedentarios contaban, en lo esencial, con
múltiples similitudes en lo referente a la evolución social, cultural, política, económica y
filosófica, en las relaciones sociales y en sus formas de administración política y de
reproducción económica.49
Las relaciones de producción prevalecientes en Mesoamérica durante la conquista
española eran muy similares a las existentes en otras latitudes de Asia, África (Egipto, India,
China, Mesopotamia) y Perú, denominadas “modo de producción asiático” o tributario,50
cuyas singularidades específicas más significativas se expresaban en estas tierras de la
siguiente forma.51

Producción

Al momento de la llegada de los peninsulares la sociedad mesoamericana tenía de base la


producción agrícola (si bien subsistían pueblos nómadas y seminómadas en el norte
mesoamericano, los llamados “chichimecas”, que aún vivían de la caza, la pesca y la
recolección);52 la tierra era cultivada por los grupos aborígenes sin ser de su propiedad. Por
el usufructo que realizaban de ella tenían que pagar una renta (tributo) al gobernante, misma
que se efectuaba de dos formas: a) tributación en trabajo o servicio (incluido el militar) y, b)
renta en producto o tributo en especie.

48
FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 469.
49
Me refiero a los pueblos sedentarios, a los establecidos a partir de la producción agrícola. Sin negar la
existencia de grupos humanos nómadas como los chichimecas, habitantes de las áridas llanuras y montañas del
norte, cazadores y recolectores, atacados y dominados por los mexicas, purhépechas, huastecos, etc. Vid.
GERHARD, Peter. Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821. México, UNAM, 1986, p. 5.
50
Las características comunes del modo de producción asiático, también denominado –por Samir Amín–
tributario, son: apropiación privada del plusproducto agrícola por medio del pago de tributos al grupo de poder
dominante, porque los productores directos –campesinos– carecen de propiedad de la tierra que cultivan, sólo
la trabajan –la poseen– lo que les obliga a tener que pagar una renta –en trabajo y producto– a quien se las
otorga; predominio de la propiedad pública de la tierra; comunidades campesinas –sedentarias– autosuficientes
que realizan intercambio; sociedad formada por clases socailes y con lucha de clases; existencia de un Estado
despótico centralizado, propietario único de la tierra; con obras públicas para la mejora productiva –y para los
ritos y los mitos– construídas por los campesinos, organizadas y dirigidas por el oder el poder político central,
como pago del tributo; orden social con alta cultura, leyes, filosoía, escuelas, ciencia, juegos…
51
Para un estudio amplio, detallado y fundamentado del funcionamiento del orden social mesoamericano véase
DOMINGUEZ Yáñez, J. Guillermo. Las relaciones de producción en Mesoamérica. México, Tesis de
licenciatura, Facultad de Economía/UNAM, 1984, y la gran cantidad de bibliografía y hemerografía
especializada que hay al respecto, como la aquí citada.
52
“…la alta cultura se difundió de forma atenuada hacia algunas regiones de la meseta norte (como en la
Quemada y Chalchihuites, en Zacatecas). Sin embargo, en general, el árido norte siguió siendo el hogar
permanente de los fieros chichimecas, los que en distintas ocasiones amenazaron la existencia de los
asentamientos septentrionales de Mesoamérica.” LEON-Portilla, Miguel, et. al. América Latina en la época
colonial. 1. España y América de 1492 a 1808. España, Crítica, 2003, p. 10.

23
El pago de tributación en especie era, principalmente, con el producto de las cosechas
agrícolas, y en trabajo con la elaboración de las obras públicas (caminos, acueductos, centros
ceremoniales…). Se le entregaba al gobernante porque él era el responsable de distribuir la
tierra a los pueblos, y de organizar la construcción y mantenimiento de dichas obras.
En Mesoamérica todos los pueblos tenían tierras para producir los alimentos
indispensables para su subsistencia (maíz, frijol, calabaza, amaranto, chile, aguacate);53 se
alimentaban también de insectos (gusanos de maguey, escamoles, chapulines, jumiles,
ahuahutle), de pescado… y con la carne del guajolote y del perro (las dos especies
domesticadas). La forma de adquirir la tierra era solicitándola al gobernante, mediante el
funcionario gubernamental que se encontraba en su pueblo (calpixque, en náhuatl). El
otorgamiento de la tierra se hacía con la obligación explícita de que la persona que la recibía
debería pagar un tributo a quien se la estaba concediendo: el tlatoani. La perdía en los casos
que dejaba de trabajarla por dos años consecutivos y por no cumplir con la obligación de
pagar la tributación correspondiente. Lo que sí se les permitía hacer a los tributarios era
trasladarse a otros lugares, en los cuales estarían con las mismas obligaciones de pagar una
renta y seguir produciendo.54

Los pueblos (calpulli) constituían las unidades de producción. En ellos había tierras
especiales para el pago de la tributación (trabajadas en forma colectiva) y superficies que se

53
El chile estimula el apetito, retarda la descomposición de los alimentos, les proporciona más sabor, olor y
sabor; tiene propiedades curativas y preventivas de enfermedades, es un tónico para contrarrestar algunos
dolores, es laxante, alivia los cólicos, es diurético y antioxidante.
54
“…el régimen de la tierra estaba dominado por la distribución políticamente determinada de este medio
fundamental de producción. A cada estamento, a cada institución y puesto público, correspondía un tipo especial
de tierras destinadas a sostener a sus poseedores en el ejercicio de las funciones de ellos requeridas en la
organización política…” CARRASCO, Pedro. “La economía prehispánica de México”. FLORESCANO,
Enrique (comp.). Ensayos sobre el desarrollo económico de México y América Latina (1500-1975). México,
FCE, 1987,1ª. reimp., p. 21.

24
otorgaban para el cultivo individual (o familiar) para la subsistencia y reproducción de las
familias.
La tributación era una obligación de todos los habitantes mesoamericanos (se calcula
que la población era de más de 28.5 millones). Lo que se tributaba era reunido y llevado al
gobernante por los tamemes (cargadores), responsables de trasladar en sus espaldas la más
diversa variedad y cantidad de productos entregados por todos los pueblos sojuzgados y
sometidos por los mexicas. Del Soconusco y la costa del golfo de México, por citar dos casos,
los tamemes llevaban a Tenochtitlan mantas de algodón con finos estampados, trajes para
guerreros, atados de plumas, pieles de jaguar, sartales (filas) de cuenta de jade, trozos de
ámbar, bezotes y pendientes de oro, peas de hule, cargas de cacao, etc.55
Algunos de los productos tributados eran convertidos en artículos suntuarios en la
casa del gobernante por lapidarios (mosaicos de turquesa…), plumajeros (penachos…) y
textileros (ropas y frazadas…). Los bienes tributados eran trasladados por tamemes (y
pochtecas) por veredas y caminos angostos que conectaban a Tenochtitlán con el resto de
Mesoamérica.
El pago de la renta en trabajo se realizaba laborando las tierras de los gobernantes, la
de algunos guerreros, la de comerciantes o la de sacerdotes, así como en la construcción de
las obras públicas –edificación de canales, de acequias, de presas, de obras para irrigación,
en la construcción de pirámides, la edificación de casas de los gobernantes, o bien trabajando
en los servicios de asistencia en la casa del gobernante, entre otras.
En tanto que la tributación en especie se hacía con productos de las cosechas (maíz,
frijol, calabaza…), con lo que proporcionaba la propia naturaleza (aves, oro, plata, jade, hule,
cacao, madera, copal) y con productos elaborados por los artesanos de los pueblos (mantas,
penachos, figurillas de oro y plata, madera labrada, diademas, miel de abeja…). Otra forma
de pago de la tributación (renta) era transportando los productos que periódicamente
tributaban los pueblos al gobernante de Tenochtitlán (el tlatoani: “señor de la gran voz”; “el
que habla fuerte”).

Formas de producción

Los pueblos mesoamericanos producían de manera individual, familiar y colectiva sus


alimentos agrícolas (granos, frutas; y obtener provisiones cárnicas mediante la pesca, la caza
y la domesticación), sus utensilios, sus vestidos y sus herramientas de trabajo, lo que les
permitía ser autosuficientes. La actividad más importante fue la agricultura, en tanto las otras
labores eran complementarias; si bien había quienes se dedicaban de manera preferente a la
producción artesanal y a la construcción colectiva de obras públicas, a las que era una
obligación acudir a su edificación como pago de la tributación.

55
El fraile dominico Diego Durán relata que bajo el gobierno de Ahuítzotl grandes cantidades de tributos
llegaron a Tenochtitlan desde cada rincón de Mesoamérica. Cada 80 días, apunta, un millón de indios
transportaba a Tenochtitlan una parte de sus tasas anuales de tributo, y tales entregas eran abrumadoras por su
esplendor y variedad: desde elegantes ornamentos de oro y plumas hasta las más diminutas y extrañas criaturas.
Durán insiste en que no estaba exagerando. En otra parte describe la profusión de mercancías que se pagaban:
vastos montones de ropa, grandes cantidades de maíz y otros comestibles, animales salvajes enjaulados, frutos,
conchas, tintes, leña y todo lo que proveían las tierras de bajo su dominio.

25
Las formas de explotación agrícola utilizadas para la producción de alimentos eran:
i) cultivos con el empleo de la irrigación, ii) las chinampas,56 iii) el sistema de roza, y iv) el
régimen de temporal. Según estudios antropológicos, la utilización de la irrigación en la
siembra se expandió prácticamente a toda la sociedad mesoamericana.57 De acuerdo con los
datos, en 383 pueblos la agricultura era realizada mediante el sistema de irrigación. Este
sistema implica el labrado de la tierra, esto es, la preparación del suelo para la siembra, la
remoción de la tierra y su escombro. Las más productivas y seguras eran la de riego y los
cultivos flotantes –aunque también las cosechas obtenidas mediante el sistema de roza fueron
muy seguras y voluminosas, sólo que no estuvieron tan extendidas como algunas de las
anteriores, pues se practicaba con mayor frecuencia y extensión en las zonas cálidas o
tropicales–; dependiendo de la fertilidad del suelo las parcelas podían ser cultivadas hasta
por cuatro años consecutivos. Los cultivos que se hacían sobre el agua se reducían a la
existencia de lagos o pozos (Tenochtitlán, Texcoco, Xochimilco, Xaltocan, Pátzcuaro,
Cuitzeo, Teotihuacán, Yucatán, etc.).

Era habitual que se cultivaran en la misma parcela (milpa), y al mismo tiempo, varias
plantas. Lo común era la combinación de maíz, frijol y calabaza, pero también se asociaban
con chile, camote, jícamas, chía y algodón. Los cultivos incluían amaranto, piña, haba,
epazote, chayote, pitahaya, yuca, pitayo. Entre las plantaciones frutales estaban anonas,
achiote, ramón, nanche, papaya, aguacate, tepejilote, cacao, chalahuite, capulín, izote y
zapote mamey, coco, vainilla; el cultivo de henequén y la cría de grana cochinila.

56
Las chinampas eran una técnica agrícola desarrollada en Mesoamérica que contenía los principios científicos
para lo que ahora se conoce como ganarle tierra al mar o a los lagos. Un sistema de alta eficiencia al poderse
obtener, con trabajo y organización, hasta tres cosechas de maíz al año; de otras plantas incluso se obtenía
mayor rendimiento. Muchas de las chinampas que existen ahora son de herencia mesoamericana, en las que se
continúa practicando la agricultura intensiva.
57
Vid. DE LAMEIRAS, Brigitte B. “El origen del Estado en el valle de México. Marxismo, modo de producción
asiático y materialismo ecológico en la investigación del México prehispánico”. MONJARAS-Ruiz, Jesús, et.
al. Mesoamérica y el centro de México. Una antología. México, INAH, 1989, 1a reimp., pp. 240-243.

26
Para mantener la fertilidad del suelo se rotaban los cultivos, se sembraban en
diferentes temporadas los granos (alternándose) y se dejaba descansar el suelo. La tierra
cosechada era abonada con fertilizantes del agua (limo, lodo, algas), de las hojarascas,
hierbas, desechos orgánicos y estiércol (guano de murciélago).
El propósito de la producción agrícola era la obtención de los alimentos familiares
(no se producía primordialmente para la venta, aunque no se descartaba); de manera general
los pueblos mesoamericanos eran autosuficientes, las familias sembraban para su
autoconsumo y para el pago del tributo que tenían que efectuar a quien aparecía como el
único propietario de la tierra: el tlatoani. Una vez cubierto el pago, si aún existía producto
excedente en manos de los pueblos, éstos podían acudir al mercado (tianquiztli) a
intercambiar o a vender sus excedentes (mercancías).
El hogar mesoamericano era una unidad compleja que podía comprender varias
parejas de casados, generalmente emparentados. Cooperaban todos ellos en la producción
destinada al consumo del hogar, a los intercambios en el mercado y al pago de tributos en
especie; ayudaban también turnándose en la prestación de servicios personales.

En forma paralela al trabajo agrícola, en los calpullis existía la producción familiar


artesanal que era complementaria de las necesidades domésticas. La producción artesanal
consistía en la elaboración de utensilios personales para el hogar o para el cultivo, como el
vestido, las jícaras, los petates, aperos de labranza como el azadón, el hacha y el bastón
plantador. Prácticamente cada familia confeccionaba lo necesario para su subsistencia.
Algunas de estas actividades eran desempeñadas por las mujeres y las niñas (tejidos,
textiles…) y servían de complemento a la producción agrícola.
Asimismo, en la sociedad mesoamericana se crearon diversos oficios artesanales
(carpintería, albañilería, alfarería, canasteros, plumajeros, escultores, floristas,
tabaqueros…), que no funcionaban por separado de la producción agrícola, ni eran para la
actividad comercial, ni estaban fuera del control del tlatoani. En muchos casos los oficios
eran un complemento y se mantenían con carácter familiar hereditario.

27
En Mesoamérica varios pueblos tuvieron conocimiento y trabajaron los metales
preciosos (oro y plata), con los que elaboraban adornos personales, figuras míticas y diversas
composiciones artísticas. El hierro y otros metales de dura consistencia fueron prácticamente
desconocidos hasta la llegada de los ibéricos. Sólo en contadas ocasiones se utilizó el hierro,
más el cobre, para la fabricación de instrumentos de trabajo como las palas y la hoz.
Las obras públicas (acueductos, canales, monumentos, pirámides, calzadas,
albarradones…) y la producción agrícola se realizaron con la utilización, casi exclusiva, del
trabajo de los pueblos mesoamericanos, pues los instrumentos materiales que se crearon para
apoyar dichas actividades eran simples, aunque eficaces en la construcción y la reproducción
de la sociedad mesoamericana: de ahí que la utilización y explotación del trabajo humano
fuera un hecho cotidiano e inmisericorde.

Las obras públicas estaban organizadas, dirigidas y controladas por los gobernantes.
Varias de éstas se hicieron con el propósito de asegurar, de conservar, de fortalecer y ampliar
la producción agrícola (como la construcción de canales o de presas para irrigar las tierras de
labor). Otras obras eran con fines más bien ornamentales, culturales y de invocación. Pero
las realizadas con fines productivos mejoraron el cultivo y la producción de excedentes, base
del intercambio mercantil.

Técnicas productivas

La variedad productiva implicaba el empleo de diversas técnicas para la elaboración y la


obtención de alimentos, así como para la construcción de sus casas, de los centros
ceremoniales, de acondicionamiento de los lugares de compraventa, de confección de sus
vestimentas, de producción de los utensilios del hogar, de los medios de transporte, de los
acueductos, presas, etc.

28
Siendo una alta cultura original sus conocimientos científicos se tradujeron en
aplicaciones técnicas laborales en las actividades cotidianas de subsistencia, de su
cosmovisión, de transmisión cognitiva, de reproducción del orden social, como la invención
del papel para la escritura y edición de códices. Por citar un caso, el sistema agrícola de los
pueblos mayas utilizaba los canales para la cría de peces, que además de servirles para el
consumo directo, con sus excrementos fertilizaban los cultivos irrigados.
Las técnicas productivas en las labores agrícolas fueron hechas de madera, de piedra
y de metal. En la extracción de los recursos empleados en la construcción se empleaba
canastos, chiquigüites, mecapales, tenates, malacates. No se empleó utilitariamente la rueda,
aunque se conocía. La alfarería se logró siempre por obra de las manos, de los pies, del uso
del horno y del fuego. Para el molido de granos alimenticios se empleó el metate y el
molcajete. En el tejido de textiles se inventó el telar de cintura. En la confección de tocados
se utilizó el hilo y la aguja (se elaboraban pelotas de hule, aros, tabaco, chicle, chocolate,
pinturas, cascabeles, máscaras, esculturas…); en la agricultura se empleó la coa, un largo
pedazo de madera afilado y endurecido al fuego con la que se cultivó la tierra.58 Algunos de
estos productos se intercambiaban.

Actividad comercial

Los pueblos mesoamericanos fueron activos y legendarios mercantes cuya actividad,


controlada por el gobernante, rebasaba sus fronteras. Para realizar los intercambios contaban
con comerciantes especializados (pochtecas), con cargadores (tamemes en náhuatl;
uycatzinon en tzeltal; quitay inic en huasteco, ah cuch en maya), con mercados establecidos,
con trayectos de comercio definidos, con centros de intercambio regulares a larga distancia,
con productos que fungían como moneda (cacao,59 mantas de algodón de cierto tamaño,

58
Vid. LEÓN-Portilla, Miguel. Aztecas… Op. cit., p. 227.
59
Además de servir de “moneda”, el cacao se comerciaba. Como muchos otros productos que sólo se obtenían
en determinadas zonas (obsidiana, concha, algodón, sal…), era parte de las mercancías de intercambio. Como

29
conchas coloradas, hachuelas de cobre, cascabeles de cobre, plumas) y con una red de rutas
terrestres, marítimas y pluviales.

Por veredas y caminos de menos de un metro de ancho sobre el piso natural, los
tamemes y pochtecas trasladaban los productos, sus alimentos y todo lo necesario para llegar
a su destino. Las veredas fueron las únicas vías de tránsito hasta la aparición de los caminos
reales y calzadas utilizadas por la tracción animal en 1519. Se podían transportar hasta 35
kilos por persona y recorrer unos 25 kilómetros en un día, según el clima y el camino (otros
cálculos establecen 35 kilómetros por jornada), por lo que en las rutas largas se contaba con
puntos intermedios de descanso, de refugio y abastecimiento de agua y comida. “Los restos
humanos prehispánicos muestran importantes deformaciones en la columna vertebral,
resultado del uso del mecapal, utensilio que ayudaba a sostener la carga…”60
Rutas largas de comercio como en el caso de la turquesa (fosfato de cobre mineral,
de utilidad ornamental y religiosa, con una amplia variedad de piedras azules y azulverdosas
como la malaquita, azurita, crisocola y cuprita) que se extraía en los yacimientos del norte
mesoamericano (suroeste de Estados Unidos, en los actuales Arizona, Nuevo México,
Nevada, Colorado, California; y los actuales estados de Coahuila, Chihuahua, Zacatecas)
para comercializarse en Tenochtitlan, Teotihuacan, Tula, Cholula,61 Xochicalco y en el área

Chocolate se consumía en bodas de miembros de los grupos de poder; acompañaba a los difuntos en su tránsito
al inframundo; se le preparaba para celebrar victorias militares o la conclusión exitosa de expediciones
comerciales. Además, era un indicador de estatus social pues su consumo estaba reservado a dichos grupos y la
transgresión de esta norma era severamente castigada; engalanaba la mesa de los tlatoanis con una profusión y
variedad que causó el asombro de los testigos de aquellos primeros encuentros entre españoles e indígenas.
60
LIRA López, Yamila. “El valle de Maltrata, Veracruz. Rutas de comunicación y comercio durante más de
3000 años.” LONG Towell, Janet y ATTOLINI Lecón, Amalia (coords.). Caminos y mercados de México.
México, UNAM/INAH, 2010, p. 145.
61
“Cholula fue una de las capitales políticas de la época Clásica, creció durante el apogeo de Tollan-
Teotihuacán, a la que estuvo subordinada. Los datos disponibles indican que Cholula se fundó en tiempos
antiguos por un grupo étnico llamado olmeca-xicalanca, y al desmoronarse Tollan-Teotihuacán se convirtió en
el núcleo articulador de la región central de Mesoamérica. Entre los años 400 y 900 la gente de Cholula

30
maya.62 Lo mismo acontecía con la obsidiana y demás artesanías elaboradas en Teotihuacan
que se comercializaban en las zonas mayas, zapotecas, totonacas y en los pueblos del lejano
occidente y norte.
Mesoamérica contaba con decenas de caminos y veredas rectas que pasaban por
valles, montañas, cañones, cañadas, costas, sierras, bosques, selvas, desiertos, barrancas,
pendientes y cuantos obstáculos naturales implicaban acortar las distancias de Tenochtitlan
a Centroamérica, al norte, occidente, sur… que se utilizaban para transportar lo comerciado
y lo tributado.

En los mercados casi todo podía intercambiarse, menos la tierra ni la mano de obra.
Se comerciaban grandes volúmenes y una gran variedad de productos naturales y elaborados
(de algodón, cerámica, obsidiana, jade, plumas… como en el caso de la zona maya). Y
aunque había comercio independiente del dominio gubernamental (el realizado mediante el
trueque), la mayoría de los mercados estaba bajo el control administrativo oficial.63

construyó una gran ciudad dominada por una pirámide colosal (Tlachihualtépec, que quiere decir cerro hecho
a mano), semejante a la pirámide del Sol de Teotihuacán, donde también se rendía culto a Tláloc y las aguas
fertilizadoras. Sin embargo, entre 1100 y 1200 Cholula fue invadida por los tolteca-chichimeca procedentes de
Tula, quienes refundaron el altépetl, impusieron un régimen militar y le dieron un nuevo giro al culto a Ehécatl-
Quetzalcóatl. El símbolo político y religioso que marcó esa refundación fue un monumento dedicado a Ehécatl
en el centro de la ciudad. FLORESCANO, Enrique. “El altépetl” Fractual. Revista trimestral, no. 42, 2006.
62
“Para el posclásico (900-1521) la popularidad de la turquesa se incrementó tan rápidamente que suplantó al
jade como material predilecto debido a su menor dureza y mayor facilidad para trabajarse llegando a plantearse
una similitud entre los discos de mosaicos de distintas regiones para la utilización de patrones y moldes y
esquemas como expresión de un amplio comercio…” MELGAR Tísoc, Emiliano Ricardo. “Una relectura del
comercio de la turquesa: entre yacimientos, talleres y consumidores.” LONG Towell, Janet y ATTOLINI
Lecón, Amalia (coords.). Caminos… Op. cit., 158.
63
“Los comerciantes mayas contaban con una estructura… y conducían la actividad comercial de manera
similar a los asuntos del gobierno; así el conjunto de las operaciones mercantiles se practicaba bajo normas
administrativas precisas con carácter oficial…” ATTOLINI Lecón, Amalia. “Intercambio y caminos en el

31
Los vestigios arqueológicos de actividades comerciales mesoamericanas se han
encontrado del ahora sur estadunidense hasta Panamá. Los pueblos intercambiaban una gran
variedad de productos naturales (aves, pescados, sal, plantas medicinales, conchas, pieles,
animales, copal, pedernal, obsidiana, pelo de conejo, tabaco, tintes), frutos agrícolas (maíz,
frijol, algodón, cacao, amaranto), obras elaboradas manualmente (utensilios, cerámica,
hachas, joyas, cascabeles de cobre, figuras, iconos, metates, vasijas de barro, madera,
productos de henequén, de maguey, fibra de palma, cestería), trabajos textiles (mantas de
algodón), artículos extractivos (sílex, turquesa, brazaletes de oro, metales, sílex, basalto,
ámbar, liquidámbar); hilos de algodón, plumas, papel, cera, adobe, hachas, palas, remos,
petates, canastas, comales, espejos, miel de abeja y de maguey, elotes, atole caliente, tortillas,
cosméticos, ungüentos.64
Los productos comerciados eran los elaborados y los obtenidos por los pueblos, más
los que se pagaban como tributo a los gobernantes. La forma de comercio podía ser mediante
el intercambio de un producto por otro (trueque) y a través del empleo de algún equivalente
(cacao…). Los mercados eran cotidianos, variados, especializados y punto de encuentro del
arcoíris cultural y lingüístico de los pueblos mesoamericanos. Por ejemplo, al mercado de
Tuxtepec, de la región de la cuenca del río Papaloapan, acudían comerciantes chinantecos,
mazatecos, zoque popolucas, mayas, mixtecos y tolteca chichimecas.65
Los bienes que más se comerciaban eran los excedentes productivos generados en los
altepeme (altépetl en singular: unidad territorial y política presente en todo Mesoamérica),
que les eran sustraídos a los productores (macehuales) por los gobernantes a través de la
tributación. Si una vez cubierto el pago quedaban en manos de las familias productos que no
necesitaban consumir, los podían vender directamente, pues los pueblos mesoamericanos
mantenían relaciones comerciales entre sí; no permanecían aislados ni ajenos al tráfico
mercantil que se desarrolló más allá del territorio mesoamericano.
La mayor parte del excedente producido por los macehuales les fue extraído por el
tlatoani a través de la tributación. La distribución que se hacía del excedente era
principalmente en beneficio de la propia clase dominante y, en menor medida, a favor de las
castas.
El consumo del plusproducto por el grupo dominante fue improductivo, pues a
excepción del destinado a la construcción de obras para la irrigación (que ampliarían y
mejorarían la producción agrícola), la mayor parte se utilizaba para resaltar su posición
social, bien a través de fiestas,66 de dotación de regalos entre la clase dominante o mediante
la colección de diversas figurillas de oro y de plata en los centros ceremoniales, etc.

mundo maya prehispánico”. LONG Towell, Janet y ATTOLINI Lecón, Amalia (coords.). Caminos… Op. cit.,
p. 65.
64
Vid. BRANIFF Cornejo, Beatriz. “Comercio e interrelaciones entre Mesoamérica y la gran chichimeca.”
LONG Towell, Janet y ATTOLINI Lecón, Amalia (coords.). Caminos… Op. cit., pp. 32-48.
65
Vid. MORANTE López, Rubén. “Las antiguas rutas comerciales: un camino por las sierras nahuas de Puebla
y Veracruz”. LONG Towell, Janet y ATTOLINI Lecón, Amalia (coords.). Caminos… Op. cit., pp. 114-115 y
SEMO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., pp. 211-212.
66
“En los días que precedían a la fiesta… Tenochtitlan se transformaba. Cientos, miles de trabajadores de todos
los oficios se arremolinaban en sus calles, atareados en el remozamiento y pintura de sus templos, la limpieza
de las acequias o el arreglo de las casas… destinados a recibir a los invitados. Los caminos y calzadas que
conducían a la ciudad se convertían en una procesión ininterrumpida de cargadores que transportaban semillas,
verduras, frutas, cacao, sal, miel, animales de caza, peces, aves, insectos y gusanos comestibles, pulque, pieles,
plumas preciosas, maderas, cargamentos inmensos de flores, plantas perfumadas, copal, leña, mantas, huipiles,
vestidos y toda clase de textiles bordados, innumerables variedades de cerámica pulida y policromada, rodelas,

32
La práctica del comercio se realizó a lo largo y ancho del territorio y del período
mesoamericano; las mercancías se trasladaban por vía terrestre y marítima con la
participación de los cargadores. El intercambio se efectuaba en los tianquistlis situados por
todo Mesoamérica (Tollan, Teotihuacan, Quauhnauac, Tultitlán, Cholula, Xicalango…), que
funcionaban en forma periódica (cada determinados días, según los calendarios
mesoamericanos; cada 20 días, por ejemplo, en Tollantzinco). A los mercados llegaban a
comerciar personas especializadas en las ventas, así como los productores directos.
Si una vez pagado el tributo y guardado lo necesario para el consumo familiar, a las
familias les quedaban excedentes los vendían o intercambiaban (trueque). Empero, la
actividad comercial, si bien se desarrolló en todo Mesoamérica, no fue la que rigió las
actividades económicas ni políticas ni administrativas.67 El comercio no determinó la vida
económica mesoamericana, pues ni la tierra ni la fuerza de trabajo asalariada existieron como
mercancías que se pudiesen adquirir libremente.
El mayor lugar de comercio fue Tlatelolco, adonde acudían a vender diariamente
comerciantes y productores de todo Mesoamérica más de 250 productos. El tianquiz de
Tlatelolco se encontraba diariamente en operación; en él se podían encontrar productos de
las más diversas variedades de las regiones mesoamericanas. Funcionaban mercados
especializados que se establecían semanal o quincenalmente, donde se vendían de manera
más exclusiva productos como perros (en el tianquiz de Acolman), joyas y plumas (Cholula),
loza, jícaras y ropa (Texcoco), “esclavos” (que lo no eran propiamente) en Azcapotzalco, sal
y mantas de algodón (Huejutla).

escudos y armas ofensivas, obsequios y artificios fabricados con las materias más diversas, en fin, una avalancha
desmesurada de bienes para el consumo y regalo de los visitantes.” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes…
Op. cit., p. 448.
67
Si bien, el antropólogo Pedro Carrasco considera que en Cholula los comerciantes eran los que gobernaban.
Vid. MELGAR Tízoc, Emiliano Ricardo. “Una relectura… Op. cit., p. 138.

33
Los tianquiztlis estaban controlados y administrados por el tlatoani, quien encargaba
a funcionarios especializados de su organización y adecuado funcionamiento.
Una gran parte de las mercancías que se vendían eran productos tributados por los
pueblos mesoamericanos al tlatoani (“el que habla, el que tiene el poder de la palabra”). Éste
encargaba de su venta pública a los pochtecas. O sea, una vez en manos de los gobernantes
productos tributados eran llevados al mercado. Quienes los trasladaban para su venta eran
personas dedicadas a esa actividad, que dependían del gobernante en el surtido de
mercancías, y era a él a quien le rendían cuentas y le entregaban lo vendido o intercambiado.
Así, los productos tributados, una vez en manos del tlatoani, podían convertirse en
mercancías.
En la práctica los pochtecas cumplían un doble papel: ser comerciantes al servicio del
tlatoani y fungir como espías y guerreros para el dominio de nuevos pueblos y su conversión
en tributarios.68 Así, la conquista, el tributo y el comercio iban de la mano, pues una vez
sometida una región comenzaba el flujo de los intercambios; al igual que otros, el oficio de
pochteca era hereditario. Los comerciantes disfrutaban de prerrogativas para portar atuendos
vistosos, no tenían que prestar servicios personales, aunque pagaban tributo a los
gobernantes. Sus vínculos con el poder político eran estrecho, pues con frecuencia actuaban
como espías o desempeñaban funciones diplomáticas en las regiones donde practicaban el
comercio. Los mercaderes, los guerreros y los sacerdotes hacían posible la expansión del
dominio de los mexicas, y consiguientemente, aumentaba el flujo de riquezas y de cautivos
a Tenochtitlan cada vez más grande y poderosa (unos 200 mil habitantes).69 La guerra servía
para hacer cautivos que habrían de sacrificarse a Huitzilopochtli para alimentar su vida
indefinidamente, y en el nombramiento de los gobernantes.
Algunos intercambios se hacían en forma de trueque y los más mediante la utilización
de medios de cambio como el cacao y las mantas, principalmente. El trueque tenía como
propósito satisfacer necesidades vitales de sus productores. No lo hacían como única
actividad, sino como complemento a su principal trabajo: la agricultura.
La élite de los comerciantes contaba con diversos privilegios como, por ejemplo,
poseer tierras que les eran trabajadas por macehuales y participar en el consumo del
plusproducto. En general, las condiciones de vida de éstos fueron mejores que las de los
macehualtin. Sin embargo, su promoción social fue vigilada y controlada por el tlatoani.
Aunque ambos (comerciantes y gobernantes) eran parte, conformaban la clase social que
dominaba y cuidaba de la vigencia del régimen económico y político prevaleciente.

68
“Los pobladores de Xicalango y Acalan [La Chontalpa, en la costa del Golfo de México] eran comerciantes
y guerreros que en los años 800 y 900 se constituyeron en una fuerza política regional. Unas crónicas sugieren
que de estas tierras procedían las partidas de guerreros mercenarios que penetraron el norte de Yucatán…”
FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 288.
69
“…La región de Hidalgo, Querétaro, Zacatecas y Durango en el extremo norte, Totochtepec, Oaxaca, el Istmo
de Tehuantepec y Soconusco en el sur, eran áreas donde los pochteca tenían asentamientos y practicaban un
intenso tráfico comercial. Lo mismo ocurría en Cimatan, la Chontalpa y en las riberas de los ríos Grijalva y
Usumacinta, pues en Xicalanco y Acalan habían establecido almacenes y personal que traficaba con la península
de Yucatán y el puerto de Nito en el Golfo de Honduras. Entre 1428 y 1500 los mexicas habían creado un
imperio comercial asentado en sólidas bases políticas, económicas y militares, y apoyado por una estructura
administrativa sofisticada…” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., pp. 435-436.

34
Las clases sociales

En la sociedad mesoamericana encontramos la existencia de grupos sociales, de clases


perfectamente establecidas y diferenciadas. Por un lado estaban los explotados (macehuales,
tlacotlin, tlamamas o tamemes y mayeques), los que producían la riqueza social, los que
trabajaban con otros y, por el otro lado, se encontraban quienes controlaban, se apropiaban y
disfrutaban del plusproducto, los explotadores: gobernantes y castas (tlatoanis, tetecuhtin,
pillis).
La clase dominante era quien detentaba formalmente la propiedad de la tierra,
principal medio de producción, en tanto que los macehuales sólo eran sus usufructuarios. Los
tlatoani no sólo administraban la tierra, también aparecían como sus propietarios, por ser los
únicos que podían disponer del plusproducto que se generaba en ella.
Aparte de la tierra que se les asignaba para cubrir los gastos de gobierno, los tlatoanis
tenían tierras asignadas en propiedad, mismas que les eran trabajadas por los macehuales aún
después de que dejaban de ser gobernantes. Dichas tierras podían heredarse en propiedad a
sus descendientes, sin la obligación (como sí la tenían los demás) de pagar tributo alguno y
con derecho a disponer de trabajadores (macehuales, mayeques) para su cultivo.
Como grupos intermedios entre las dos clases fundamentales, que disfrutaban del
plusproducto social, estaban los guerreros (responsables de mantener el control sobre los
pueblos dominados mediante la violencia, de ser necesaria), los calpixques (funcionarios
encargados de vigilar el pago de los tributos)70 y grupos como los sacerdotes (que además de
las funciones religiosas estaban encargados de las actividades meteorológicas y astrológicas,
así como de las labores educativas y culturales) y los pochtecas (cuya doble función
aseguraba al tlatoani una mayor cantidad de tributación).
Estos últimos grupos formaban parte de las denominadas castas. A su élite se le
asignaban, por el gobernante, tierras en propiedad así como macehuales para que las
cultivaran, además de trabajar las asignadas en el calpulli, que era gobernado por el tlatoani.

Administración central

La unidad política básica de la sociedad mesoamericana fue el altépetl (pueblo), gobernado


por un tlatoani que asumía el cargo que le era conferido por los grupos de poder, en una
sucesión de ascendencia familiar. Las formas de gobierno eran muy similares en todos los
pueblos y regiones mesoamericanas: al frente del gobierno se encuentra el gran gobernante,
seguido por gobernantes territoriales menores. La representación administrativa más
generalizada, en el período clásico, era la del gobernante que centralizaba la autoridad
política, militar, religiosa, administrativa y cultural (los mexicas lo llamaban tlatoani, los
mayas se referían a él como ajaw: “el de la voz potente” o “voz de mando” y los purhépechas

70
“El calpixe era una figura a la vez temida y odiada. Demandaba los más altos tributos posibles de los
habitantes de su región. Éstos debían, además, de cultivar una extensión de tierra para su manutención y muchos
pueblos conquistados se quejaron… de que exigían mujeres y tomaban cualquier cosa que les gustara…”
SEMO, Enrique. Los orígenes… Op, cit., p, 244.

35
lo nombraban tariacuri), al que se le conferían idealmente atributos divinos o semidivinos
(como a los reyes feudales por católicos y judíos).71

La ceremonia de investidura del tlatoani se realizaba en el cuauhicpalli (asiento del


águila y del tigre), seguido por su arribo a la cima del Templo Mayor, junto a la efigie de
Huitzilopochtli, donde reverenciaba a los dioses y se comprometía a gobernar para
engrandecer el dominio mexica. El rito culminaba con el sacrificio a Tonatiuh-Huitilopochtli
de cautivos hechos en guerra, cuyos corazones le eran ofrendados. Su dominio militar se
extendía del Altiplano Central a Oaxaca y el área maya al sur, la Quemada en el norte, las
fronteras de Michoacán y Guerrero en el occidente, y el Tajín y las costas de Veracruz en el
oriente.72 La fuerza militar hizo de Tenochtitlan el centro político de Mesoamérica.
En el período posclásico, al parecer, la forma de gobierno cambió: del gobierno
unipersonal al gobierno compartido.73 La figura del gobernante supremo fue sustituida por
una especie de consejo de gobierno (Mul tepal en maya, tlatocan en náhuatl) integrado por
miembros del linaje. La forma de gobierno colectivo prevaleció en los siglos XII al XIV en

71
“El origen divino y el aura sagrada que rodeaban al supremo gobernante ampararon también a sus
descendientes directos y a los parientes más lejanos del tronco real. Entre los mayas, los familiares cercanos del
ahau tenían a su cargo los altos oficios administrativos, religiosos y militares del reino. El linaje real ocupaba
los puestos más altos del sistema político tanto con el fin de estorbar y limitar el crecimiento de otros grupos
como para otorgarle el máximo control a las decisiones del gobernante.” FLORESCANO, Enrique. “El legado
político de los pueblos mesoamericanos”. Nexos, no. 212, agosto de 1995, p. 51.
72
Vid. FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., pp. 446, 451, 452.
73
“…Del régimen de dominio personal de los asuntos políticos, militares, económicos y administrativos
ejercidos por el ajaw, se ha transitado a una forma de gobierno colegiada o compartida, aun cuando al parecer
la representación política… seguía recayendo en la persona del ajaw… este tipo de gobierno, documentado
arqueológicamente en el año 746 en Copán, reaparecerá en tiempos y estados posteriores.” FLORESCANO,
Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 254.

36
el altiplano central: Teotihuacan, Xochimilco, Colhuacán, Coyohuacán, Tenochtitlán,
Azcapotzalco, Tetzcoco, Cohuatinchan, Tlalmanalco, Amequemecan.74
Para ser gobernante no bastaba con ser miembro del grupo dominante, sino que
idealmente se debería tener la aptitud, la habilidad y la capacidad para gobernar; mismos que
se adquirían en el grupo social y en la escuela. Los prospectos tenían que ser expertos en
escritura jeroglífica, en el conocimiento del calendario, en las tareas administrativas,
políticas, militares y sacerdotales. Sólo con tales facultades se elegía al gobernante supremo
(huey tlatoani, en el caso de los aztecas).
La base de la unidad política era (para los aztecas) el altépetl (cerro de agua; ciudad;
Estado) que podía estar formado por varios calpullis (que a su vez se formaban por 4, 6, 8 o
10 barrios simétricamente orientados hacia los puntos cardinales).75 Cada calpulli contaba
con un jefe. El altépetl era gobernado por un tlatoani electo. La autoridad del gobernante era
indiscutible e indisputada.76
El jefe del calpulli era responsable del reparto de tierra en su jurisdicción, del cobro
del tributo, del reclutamiento para los ejércitos de los guerreros, así como de la participación
de las familias en las festividades religiosas. El calpulli participaba en todas las actividades
que exigía el altépetl con su propia organización y sus mismos jefes. Los cargos
administrativos en el calpulli eran rotativos y las diversas tareas se dividían en forma
alternativa entre las familias.
Para todo Mesoamérica el gobierno central estaba conformado por el huey tlatoani,
seguido por el cihuacóatl, luego por el consejo supremo (tlatocan), el huey calpixque (“gran
guardián de la casa”), el petlacálzatl (“el de la caja”) y el tlacaelel; continuados por una
cadena de funcionarios menores como el calpixque o los jueces de los mercados, ramificados
a lo largo del dominio mexica, hasta llegar al jefe del calpulli donde radicaba la cohesión
comunitaria, militar, ideológica. El consejo supremo lo integraban el tlacochcálcatl cuya
responsabilidad era la administración del tributo, del que eran responsables de su recolección
los calpixques; el administrador del comercio (tlacatécatl), al cuidado de los pochtecas y de
la organización y funcionamiento de las operaciones mercantiles; el ezhuahuácatl
administrador de la justicia y de los tribunales de guerra, de jueces y mercados; y el
tlillancalqui organizador de las milicias, de las órdenes militares, de las guarniciones, de la
declaración de guerra.

74
“…Antes de la llegada de los españoles el gobierno colectivo estaba en uso en Tlaxcala, Huexotzingo,
Tepeyacac, Chalco, México–Tenochtitlán y otras ciudades.” FLORESCANO, Enrique. “El legado…” Op. cit.
p. 49.
75
“Los mayas del sureste de México y de la región montañosa del centro de Guatemala formaron sus pueblos
sobre una base territorial parecida, que llamaron cah, el equivalente del altépetl nahua. El derrumbe de los
reinos de la época clásica (650-900 d. C.) fue seguido por un tiempo sombrío, marcado por un decaimiento
general, que deshizo uno tras otro los basamentos políticos y sociales construidos en los siglos anteriores. Sólo
hacia fines del siglo X los mayas de la península de Yucatán lograron edificar un estado fuerte en Chichén-Itzá,
que se convirtió en el centro político, cultural y religioso de esa región entre los años 900 y 1200.”
FLORESCANO, Enrique. “El altépetl” Fractual. Revista trimestral, no. 42, 2006.
76
“…Quetzalcóatl, Serpiente Emplumada, fue el símbolo del poder más difundido y carismático de
Mesoamérica, como lo confirma su exaltada manifestación en Xochicalco, Cacaxtla, Tula, Uxmal, Chichén
Itzá, Cholula, Coixtlahuaca, Mayapán… el icono de la Serpiente Emplumada está asociado siempre al poder
político, al tlatoani o supremo gobernante de esos reinos.” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit.,
p. 162.

37
Como se advierte, el tlatoani permanece a la cabeza, pero acotado por las facultades
otorgadas al consejo supremo, que juega el papel de escrutador permanente de las acciones
del gobierno, actúa como cuerpo elector y representa al tlatoani en su ausencia.

…El huey tlatoani era el comandante supremo del ejército, y al igual que los miembros del Consejo
Supremo y del Consejo de Guerra, había ocupado antes la cúspide de los mandos del ejército y
pertenecía a las órdenes militares más distinguidas. El segundo en el gobierno… era el cihuacóatl,
quien tenía a su cargo convocar a los electores que habrían de designar al nuevo tlatoani y representar
a éste en su ausencia, tanto en funciones políticas y militares como en las religiosas. Casi todas las
crónicas coinciden en señalar al Tlacaélel como el cihuacóatl por excelencia, el genio político detrás
del trono.77

El huey tlatoani era a la vez el sacerdote principal, el juez máximo y el guerrero


supremo. Una de las funciones míticas más antiguas del gobernante era interceder ante los
dioses para el buen logro de las cosechas. El tlatoani encabezaba diversas ceremonias
dedicadas a propiciar la lluvia; la fiesta de huey tozoztli, que tenía lugar entre el 15 de abril y
el 4 de mayo, era quizá la más importante, pues celebraba la llegada de las lluvias y el inicio
de las siembras. En la época de Moctezuma Zocoyotzin la fiesta era encabezada por él y por
los jefes de la triple alianza (Tlacopan, Texcoco). El gobernante (stoho en mixteco) presidía,
además, las ceremonias que celebraban la fiesta del Fuego Nuevo, los ciclos del calendario
astronómico y religioso, la inauguración de los palacios, monumentos y obras públicas, la
conmemoración de las efemérides del grupo, los triunfos de los guerreros, la recepción de los
tributos, las jornadas exitosas de los comerciantes, los sacrificios de los presos hechos en la
guerra (tlacotin)…78
Le seguía en jerarquía el cihuacóatl que tenía las funciones de sustituir en el cargo al
gobernante cuando moría o salía al frente de los guerreros y de responsabilizarse de vigilar

77
FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 430.
78
Vid. FLORESCANO, Enrique. “La metáfora del gobernante.” Quetzalcóatl metáforas e imágenes.
Suplemento quincenal, no. 10, 8 de julio de 2003. La Jornada, p. 4.

38
el cumplimiento oportuno de la tributación de los pueblos sojuzgados, de acuerdo al
calendario establecido. El tlacatecuhtli era el que se encontraba al frente de las guarniciones
guerreras de los aztecas y de la triple alianza (Tenochtitlan, Tacuba y Texcoco), así como de
las que se encontraban en los pueblos sometidos por éstos. La dominación de los mexicas se
estableció, también, a través de un gobierno de linajes, de descendientes consanguíneos, de
familiares entre sí.

La tierra de los calpullis se encontraba administrada por el gobierno central, que era
el único facultado para su distribución social y a manos de quien llegaban los productos
tributados.79 Los gobernantes, además, controlaban el uso agrícola del agua, la distribución
de los tributos, el calendario ritual de las fechas de los festivales y ceremonias colectivas. Al
controlar las diversas actividades sociales, productivas, culturales, comerciales, religiosas,
hacían del gobernante el supremo regulador de la vida comunitaria (igual que los gobernantes
de los incas y los chinos). El poder del gobernante sobre la organización social se completó
con la disposición de la fuerza coactiva, del ejército (que no era permanente), con el
sacerdocio y la educación.80
La relación que tenían los productores directos con el tlatoani, y en general con el
gobierno central, no era individual pues se daba a través del calpulli, como miembros de él.

79
“… La base del poder de la clase dominante era, en el área económica, su control sobre las tierras, los
trabajadores, el tributo que recibían, y el control sobre el comercio. En términos políticos lo era su identificación
con el aparato estatal…” BRODA, Johanna. “Las comunidades indígenas y las formas de extracción del
excedente: época prehispánica y colonial”. FLORESCANO, Enrique (comp.). Ensayos sobre… Op. cit., p. 57.
“…Sabemos que cada calpolli disponía de una extensión determinada de tierra, la cual era repartida entre los
miembros del mismo para su explotación. Para cumplir con estas funciones las autoridades llevaban un censo
pormenorizado de la población, una información que permitía asignar con exactitud las parcelas de tierra a cada
uno de los jefes de familia… reclutar al personal para el ejército y acudir a las fiestas religiosas y las ceremonias
cívicas…” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 426.
80
“…Cada calpollli de la ciudad tenía su telpochcalli, la escuela donde entre los 15 y los 20 años los jóvenes
aprendían los rudimentos del arte de la guerra, guiados por las autoridades del telpochcalli y la experiencia de
antiguos miembros del ejército.” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 428.

39
En Mesoamérica, además de la diferenciación de clases y la secuela de explotación
que ello implicaba, existía el sojuzgamiento de los aztecas a la mayoría de los pueblos
mesoamericanos que eran obligados a tributar, de acuerdo con el grado de avasallamiento
que se ejercía sobre ellos. Existían pueblos sometidos completamente, a los que los propios
gobernantes locales les eran impuestos (pero que deberían acudir para recibir la investidura
de poder de manos del tlatoani mexica a Tenochtitlan). Otros tenían la libertad de elegir a
sus gobernantes y los había, también, con relaciones con el imperio bastante laxas, en donde
el tributo era “voluntario” y adquiría el significado de “regalo”.81 Sin embargo, independiente
de su situación de sujeción y formas de dominio, sobre las espaldas de los gobernados pesaba
la obligación de laborar, cultivar y crear la riqueza.
Los aztecas prácticamente mantuvieron el control y dominio sobre todo el territorio
mesoamericano, pues, con excepción de los purhépechas, huejotzincas (que al final serían
vencidos), Metztitlán y Tototepec (en el actual estado de Oaxaca), sojuzgaron y convirtieron
en sus tributarios a casi toda la población, calculada en más de 28 millones de habitantes,
mediante un Estado centralizado.82

El Estado

En la sociedad mesoamericana había un Estado complejo perfectamente delineado, que


además de ser un sistema de dominación política, jurídica, ideológica, administrativa y una
organización militar poderosa en beneficio del grupo en el poder, jugó el papel de

81
“…A la llegada de los españoles Tulancingo era un señorío [¡sic! JGDY] con independencia administrativa
al que se le dejaba elegir sus propias autoridades, a pesar de haber participado o encabezado algunas rebeliones
contra los gobiernos del valle de México. Tepeapulco era un capixcazgo cuya máxima autoridad se nombraba
desde la capital del señorío de Tetzcoco…” RUVALCABA Mercado, Jesús. “Agricultura colonial temprana y
transformación social en Tepeapulco y Tulancingo (1521-1610)”. Colegio de México. Historia mexicana, p.
431.
82
Vid. FUENTES, Carlos. El naranjo. México, Alfaguara literaturas, 1994, 5a reimp., p. 26.

40
administrador de los asuntos económicos, comerciales; de difusor y reproductor de los
aspectos culturales, educativos, religiosos y de la perpetuación del grupo de dominio en el
poder político. Participó, además, en la organización y construcción de obras públicas, en la
recolección de los tributos y en la distribución de productos a pueblos afectados por desastres
naturales.
El origen temporal del Estado mesoamericano fue múltiple y se manifestó en distintas
épocas y regiones: La Venta en el área olmeca de Veracruz y Tabasco, Monte Albán en la
zona zapoteca de Oaxaca, el Mirador y Tikal en el Peten maya guatemalteco, Cholollan, en
Puebla, Xochicalco, en Morelos, Tula, en Hidalgo, Colhuacán, Tezcoco, Teotihuacan, en el
estado de México y Calakmul en Campeche. En tales lugares el gobernante asume la
representación política, desempeña las funciones de cabeza del dominio territorial guerrero,
de capitán de los ejércitos, de sacerdote rector de las ceremonias públicas, de administrador
del tributo, del manejo de los mercados, de organizador del ejército, de rector de los templos
y del culto religioso. La formación del Estado se inicia con olmecas y zapotecas, luego sigue
la conformación del poder político en la zona maya, con el mismo objetivo que las
expresiones precedentes: ordenar el poder de los grupos dominantes sobre los dominados,
reproducir y mantener el orden social, político, ideológico, cultural y mítico.83
Los centros de poder, de las más tempranas organizaciones sociopolíticas de carácter
estatal, surgen enmarcados por territorios bien definidos y sobre las bases de una sociedad
estratificada. El centro de poder (el Estado en sí mismo) se encontraba constituido por la
ciudad (altamente institucionalizada y centralizada) y el territorio sobre el cual ejercía
control. El territorio podía ser tan pequeño que el centro urbano se encontraba a no más de
un día de camino. Una parte significativa de la población vivía en la ciudad, el resto lo hacía
en el campo (en territorio bajo control del Estado), ya sea en asentamientos dispersos o en
poblados relativamente nucleados. La población urbana involucraba un mayor grado de
especialización en funciones y una división del trabajo mucho más marcada. Era en la ciudad
donde residían los estratos privilegiados de la sociedad, los gobernantes, y donde tomaron
forma los mercados para satisfacer los requerimientos cotidianos de una población que no
participaba directamente en la producción de alimentos.
Todos los Estados desarrollaron poderosos aparatos ideológicos para legitimarse
socialmente. El Estado teotihuacano unió en un solo mando el poder político, económico,
militar e ideológico; modelo seguido posteriormente y reproducido por los grupos que
dominaron en las diversas regiones mesoamericanas.
La delimitación y apropiación de un territorio es la primera condición para la
existencia del Estado. Sea que se trate de un territorio originario o largamente ocupado por
el mismo grupo, sea un territorio adquirido por invasión o conquista, en cualquier caso el
grupo despliega energías extraordinarias para marcarlo como propio. La apropiación física
corre inextricablemente unida con la posesión ritual y simbólica. El gobernante supremo es

83
“Hasta donde podemos conjeturar, Teotihuacan es el primer Estado, bajo el régimen del tlatoani como el
gobernante supremo, que construye una economía, un ejército y un establecimiento religioso que operaron como
organismos de Estado, es decir, como instituciones regidas por principios y ordenamientos propios, pero
sometidos a la autoridad del gobernante supremo. Los datos acumulados… muestran que la economía
descansaba en una agricultura especializada (cultivos de temporal y riego, chinampas), la manufactura en gran
escala de productos de obsidiana, cerámica, textiles y objetos suntuarios, el tributo proporcionado por
numerosos pueblos, y el comercio interior (mercados locales y regionales) y de larga distancia. El tamaño y la
complejidad de esa estructura económica me llevan a suponer que su sustento era el calpolli o una célula social
semejante.” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., pp. 465-466.

41
el otro pilar sustentador del Estado mesoamericano, quien congrega en su persona los
atributos sustantivos del poder: el militar (la guerra), la administración (la distribución de la
tierra, la realización de las obras públicas), la economía (el cobro de los tributos, control del
comercio y de la producción artesanal), la ideología, la cultura, la educación84 para mantener
el orden social.
Es un Estado centralizado, jerárquico, sustentado en un régimen tributario y militar
que obliga a los productores de la riqueza a entregar parte de ella: como alimentos, productos
naturales, materias primas, bienes suntuarios… Al frente del Estado se encontraba el tlatoani
(supremo gobernante que habitualmente sabía leer y escribir), seguido por militares,
guerreros, administradores nombrados por él.
El Estado mesoamericano alcanzó una expresión nacional, ya que los mexicas
dominaban a prácticamente todos los pueblos mesoamericanos, lo que les permitía apropiarse
de la riqueza, perpetuar la división del orden político-social y la reproducción de las
relaciones de explotación prevalecientes en prácticamente todo Mesoamérica; la salvedad
fueron los pueblos nómadas norteños.

La expresión formal del Estado se dio a través de la Triple Alianza (Excan


Tlatolayan), o confederación de tres jurisdicciones (Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco)
aliados militarmente para dominar a los demás pueblos mesoamericanos (entre 1420 y 1521),
para repartirse su control político y administrativo y el control social para la extracción de

84
Las “…instituciones educativas [mayas], antecedentes del calmécac de los aztecas, tuvieron a su cargo la
reproducción y socialización de conocimiento almacenado en las bibliotecas… y … los templos. Los dos
centros donde tradicionalmente se conservaba la memoria oral, ritual y escrita de la colectividad. En estos
recintos se elaboraron los libros que recogían en textos e imágenes los orígenes [de los mayas]… y sus
dimensiones cosmológicas, geográficas y humanas, y ahí se enseñaron las artes básicas del discurso, el canto,
la música y la escritura. Del numeroso elenco de sacerdotes, escribas, arquitectos, pintores, escultores y expertos
en las artes y la ciencias que formaban el cuadro administrativo … del Estado… De quienes más sabemos es
de los escribas, los componedores de los calendarios astronómicos y rituales y de los famosos libros pintados…”
FLORESCANO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., pp. 271-272.

42
excedentes que eran disfrutados en beneficio de los grupos de poder.85 Cada jurisdicción
gobernó sus propias tierras y pueblos antes y después de la formación de la alianza en 1430.
La creación de la Triple Alianza consolidó de forma extraordinaria la fuerza política y el
poder militar, lo que facilitó el dominio de otras regiones distantes. La Triple Alianza podía
movilizar un ejército ofensivo de hombres de 20 a 40 años, de entre 200 mil a más de 569
mil guerreros.86

Recapitulación

De manera sumaria finalizo con las más importantes características de Mesoamérica durante
el período de predominio de los aztecas (de 1428 a 1521), período base del estudio:
i) la agricultura era la ocupación primordial de la sociedad y la principal
actividad productiva y reproductiva; la milpa irrigada (que implicó la
construcción de acueductos, canales, puentes, presas, muros, terrazas…) y
las chinampas fueron las más productivas formas de cultivo agrícola;
ii) los productores no eran propietarios de la tierra, sólo la usufructuaban, por
lo que tenían que pagar una renta –tributo– a quien aparecía como el
propietario universal: el huey tlatoani (k’uhul ajaw en maya), quien la
distribuía a las familias para su cultivo;
iii) el excedente social quedaba en manos de la clase dominante que disponía,
se beneficiaba y disfrutaba de manera exclusiva de él;
iv) a los macehuales se les mantenía controlados, sometidos, a través de los
calpullis (siqui en mixteco, cuchteel en maya, amak en quiche), que eran las
unidades en las cuales se desarrollaba la vida social y la actividad
productiva; el calpulli era, además, la unidad política, administrativa,
jurisdiccional, tributaria y militar;
v) el cultivo de las tierras proporcionadas a los habitantes de los calpullis
proporcionaba el excedente que les era sustraído en forma de producto (o
se les explotaba a través del trabajo en las tierras de los funcionarios y en la
construcción de las obras públicas); una parte de los productos tributados se
comercializaban de manera regular por los gobernantes;
vi) el poder estaba separado del conjunto social y se concentraba en manos de
unos cuantos –de la clase dominante– que controlaba a los pueblos con el
apoyo de las guarniciones (en las fronteras del domino mexica), de los
guerreros y demás aditamentos especiales (cárceles, castigos,
reglamentos…), así como mediante los ritos, las ceremonias, las ideas y la
educación;
vii) de esta forma el poder estaba separado de la sociedad, sirviendo a los grupos
dominantes, reproduciendo la división de la sociedad en clases sociales: por

85
“Calpixqui (intendente, mayordomo) fue el nombre que recibió el funcionario designado por Tenochtitlan
para recibir los tributos correspondientes a la Triple Alianza cuando se trataba de provincias conquistadas
mediante la intervención de los ejércitos aliados. Cuando sólo uno de ellos realizaba la conquista, a él
correspondía recoger el tributo y nombrar a su calpixqui. Los tributos pagados a la Triple Alianza en su conjunto
se recogían en el calpixcazgo regional y de ahí se transportaban a Tenochtitlan, donde se concentraban y se
repartían luego entre los administradores de los tres reinos [sic]…” FLORESCANO, Enrique. Los orígenes…
Op. cit., p. 416.
86
Vid. SEMO, Enrique. Los orígenes… Op. cit., p. 268.

43
una parte, los productores agrícolas, y por la otra, a los que se apropiaban
del excedente producido por el esfuerzo físico e intelectual de los primeros;
viii) las clases sociales ern antagónicas y en más de una ocasión estuvieron en
franca guerra por todo Mesoamérica;
ix) la formalización del poder gubernamental y su concentración dentro de la
esfera pública implicaron la formación del Estado en la historia de la
sociedad civil mesoamericana;
x) el Estado era el responsable de vigilar la construcción de las obras públicas,
de la entrega de tierras y de la recolección de los tributos:
xi) era un poder autócrata que controlaba, administraba y reproducía el orden
social tributario;
xii) la escuela era pública y se encontraba en las unidades productivas que la
preservaban (los calpullis), fungiendo como institución de reproducción
cultural, ideológica y política del estatus quo;
xiii) Mesoamérica fue una civilización original con organización política, con
sistema de escritura desarrollada, con paradigmas míticos sobre la creación
de los seres humanos, de la vida social y política, con el náhuatl como la
lengua más hablada, con historia e ideología política, con escuelas que
cultivaban la poesía, que transmitían los conocimientos, que se planteaban
problemas sobre la divinidad y el hombre, con textos escritos donde se
recogen y atesoran la memoria, los saberes científicos, culturales, míticos,
artísticos, filosóficos, políticos… con guerreros que para fortalecer el
poderío mexica y para mantener la “vida del Sol”, hacían conquistas y
ofrecían la sangre (“el agua preciosa”) y el corazón de sus víctimas a sus
dioses:
xiv) los pueblos mesoamericanos fueron grandes conocedores de la naturaleza y
tuvieron una relación armónica con ella (en Tenochtitlán y Teotihuacan, por
ejemplo, al contar con agua potable y drenaje les permitía lavar las calles).
Esto se refleja en sus conocimientos astronómicos, botánicos, medicinales,
arquitectónicos y agrícolas, así como en su religión, artes, fiestas y en las
costumbres que regían su ciclo de vida. Así lograron un importante y
variado conjunto de productos alimenticios para la autosuficiencia. En la
milpa desarrollaron las plantas que hicieron posible una dieta equilibrada
para la mayoría de los habitantes. En ella, además de cultivar maíz (más de
40 razas), calabaza, frijol y chile, creció un sinnúmero de plantas, sobre todo
quelites, e incluso pequeños insectos comestibles con gran cantidad de
proteínas. Los utensilios para preparar los alimentos fueron otra creación
cultural importante. Así, de piedras para martajar se pasó a molcajetes y
metates que permitieron un molido más fino, no sólo de semillas, sino
también de vegetales y frutas. Jícaras de guaje y bules para transportar agua,
ollas, jarras, vasos, copas y platos para comer y beber –con bellas y
simbólicas decoraciones y con funciones específicas y ordenadas–, son
signo de la elegancia y sofisticación de los pueblos mesoamericanos. De
especial importancia resultan los utensilios en que se preparaban y
consumían alimentos, entre ellos los objetos de cerámica, como platos y
ollas, y los de piedra basáltica, como metates y molcajetes.

44
Esta fue la sociedad que los españoles conquistaron y luego transformaron y
saquearon, según las relaciones sociales y políticas imperantes en la península ibérica que se
impusieron en Mesoamérica.

El ocaso mesoamericano

Al otro día de la conquista se expresó el empeño de los colonizadores por transformar el


orden social tributario mesoamericano para imponer sus relaciones de producción, sus formas
de propiedad, de apropiación del plusproducto, de sustracción de la riqueza social al despojar
la tierra a los pueblos originarios, al repartirlos para servir a los conquistadores, al obligarlos
a pagar impuestos, al convertirlos en súbditos del rey, al disponer de ellos para las labores
agrícola, mineras y artesanales, al imponerles su credo religioso, su lenguaje.
Los conquistadores asumen la tarea de desaparecer a los dioses, los templos, los
cultos, los ritos, los mitos y –en lo posible– la memoria de los indígenas, para poner en su
lugar sus equivalentes cristianos castellanos. Su supuesta misión –no la real política y
económicamente– de convertir a los “indios gentiles” en “verdaderos y devotos cristianos”,
sino en vasallos del rey español para dilatar los señoríos imperiales por el orbe. para p
Propagar, conservar y aumentar la fe, la religión y el culto al verdadero Dios y Señor
era la mascarada de los verdaderos propósitos aristocráticos de ampliar su vida de privilegios
hereditarios.
La conquista espiritual, la conversión de los indígenas a la “verdadera religión”, fue
la punta de lanza para la concentración de la población, para el establecimiento de las
instituciones administrativas, para la fundación de villas, edificación de templos religiosos,
de conventos, de prisiones, de reales de minas, de haciendas, de colegios y para el control y
dominio ideológico, político y cultural de la población nativa.
Poco a poco las festividades indígenas que celebraban el fin de la estación seca y la
llegada de las lluvias, las fiestas de la siembra y la cosecha de los granos, las ceremonias
consagradas a la caza y la recolección de frutos fueron sustituidas por celebraciones –por
calendarios– cristianas. La fiesta dedicada al dios tutelar del pueblo y a los dioses patrones

45
del linaje fue reemplazada por la fiesta del santo patrono cristiano que se impuso al pueblo.
Desde mediados del siglo XVI casi todos los pueblos indígenas fueron bautizados con el
nombre de un santo cristiano.
El uso político de la imposición de las creencias religiosas peninsulares –para el
dominio ideológico de los aborígenes– se acompañó con el despojo material de la tierra y
con la disposición de la población aborigen para laborar a las órdenes de los conquistadores.
Inmediatamente después de abolir los templos, dioses, fiestas y calendarios indígenas,
los españoles emprendieron una empresa gigantesca de desarraigo, al obligar a los pueblos
indios a dejar sus asientos ancestrales y ubicarse en nuevos lugares. Las “Repúblicas de
indios”, como se llamó a estos nuevos pueblos, aislaron a la población indígena del conjunto
social. El propósito de la política de congregación de pueblos fue la pérdida de la tierra y la
pretensión del olvido de la memoria étnica –cosa que no sucedió– y el desarrollo de una
nueva identidad cultural occidental.
La conquista obligó a los indígenas a producir las riquezas que España necesitaba
para mantener su dominio político y militar alcanzado en Europa, en Asia y ahora en
América.
El recién integrado imperio cristiano español decretó trasladar sus negocios, sus
intereses económicos, políticos y militares, sus valores, su cultura, su ideología, haciéndolo
de la manera a la que estaba acostumbrado: por la fuerza, de manera violenta, sin reparar en
los costos sociales; precio que, obviamente, corrió por cuenta de los vencidos, pues a la
superioridad tecnológica y militar europea se asoció la idea del supuesto “progreso
civilizatorio”. “Progreso” vuelto genocidio al morir –producto de la conquista– más de 26
millones de indios –la mayoría de ellos– producto de la gran explotación a que fueron
sometidos.

46
BIBLIOGRAFÍA
BRODA, Johanna. “Las comunidades indígenas y las formas de extracción del excedente:
época prehispánica y colonial”. FLORESCANO, Enrique (comp.). Ensayos sobre el
desarrollo económico de México y América Latina (1500-1975). México, FCE, 1987, 1.
reimp.
CARRASCO, Pedro. “La economía prehispánica de México”. FLORESCANO, Enrique
(comp.). Ensayos sobre el desarrollo económico de México y América Latina (1500-1975).
México, FCE, 1987, 1ª. reimp.
CAVALLI-Sforza, Luca y CAVALLI-Sforza, Francesco. ¿Quiénes somos? Historia de la
diversidad humana. España, Crítica, 1999.
DE LAMEIRAS, Brigitte B. “El origen del Estado en el valle de México. Marxismo, modo
de producción asiático y materialismo ecológico en la investigación del México
prehispánico”. DOMINGUEZ Yáñez, J. Guillermo. Las relaciones de producción en
Mesoamérica. México, Tesis de licenciatura, Facultad de Economía/UNAM, 1984.
MONJARAS-Ruiz, Jesús, et. al. Mesoamérica y el centro de México. Una antología.
México, INAH, 1989, 1ª. reimp.
FAULHABER, Johanna. “Antropología biológica de las sociedades prehispánicas.”
MANZANILLA, Linda y LOPEZ Lujan, Leonardo. Historia antigua de México. México,
INAH/UANM/Miguel Ángel Porrúa, 1994, vol. I.
FLORESCANO, Enrique. Memoria mexicana. México, FCE, 1994, 2ª ed.
FLORESCANO, Enrique. “El legado político de los pueblos mesoamericanos”. Nexos, No.
212, agosto de 1995.
FLORESCANO, Enrique. El mito de Quetzalcóatl. México, FCE, 1999, 2ª reimp.
FLORESCANO, Enrique. “La reconstrucción del pasado.” La Jornada semanal, 23 de enero
del 2000.
FLORESCANO, Enrique. “La metáfora del gobernante.” Quetzalcóatl metáforas e
imágenes. Suplemento quincenal de La Jornada, no. 10, 8 de julio de 2003.
FLORESCANO, Enrique. “Los mitos fundadores de Mesoamérica,” Quetzalcóatl metáforas
e imágenes. Suplemento quincenal de La Jornada, no. 9, 24 de junio de 2003.
FLORESCANO, Enrique. Los orígenes del poder en Mesoamérica. México, FCE, 2009.
FUENTES, Carlos. El naranjo. México, Alfaguara literaturas, 1994, 5a reimp.
GARCÍA-Barcena, Joaquín. “Prehistoria, sedentarización y las primeras civilizaciones de
Mesoamérica.” ARIZPE, Lourdes (coord.). Antropología breve de México. México,
AIC/UNAM, 1993.
GERHARD, Peter. Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821. México, UNAM,
1986.
KUNTZ Ficker, Sandra. “Introducción.” KUNTZ Ficker, Sandra (Coord.). Historia
económica general de México. De la colonia a nuestros días. México, El Colegio de
México/Secretaría de Economía, 2010.
LEÓN-Portilla, Miguel. Obras de Miguel León Portilla. En torno a la historia de
Mesoamérica. México, UNAM/Colegio Nacional, 2004, t. II.
MATOS Moctezuma, Eduardo. “Mesoamérica”. MANZANILLA, Linda y LOPEZ Lujan,
Leonardo. Historia antigua de México. México, INAH/UANM/Miguel Ángel Porrúa, 1994,
vol. I.

47
MEYER, Lorenzo. “Memoria mexicana”. La Jornada semanal, no. 17, nueva época. La
Jornada, 2 de julio de 1995.
NALDA, Enrique. “México prehispánico: origen y formación de las clases sociales.” SEMO,
Enrique (Coord.). México: un pueblo en la historia. México, UAP/Nueva Imagen, 1981, vol.
I,
PAREDES López, Octavio y VALVERDE, María Elena. “Los recursos nutracéuticos y
medicinales que Mesoamérica le ha dado al mundo.” Cinvestav. México, IPN, julio-
septiembre, de 2006.

48

También podría gustarte