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-“Mesoamérica”-

Nombre:Walter Yair Salas Armendariz


Escuela Universidad José Vanconcelos Calderón
Maestro: Lic.Cristian Velázquez Perales
Grado:2° Grupo:A°
Matrícula: #E3621
Historia de México
Mesoamérica
Desde el momento en que se descubrió la importancia de este pequeño espacio del continente americano
que hoy es el sur sureste de México y Centroamérica, ha sido objeto de innumerables disputas entre las
potencias europeas y Estados Unidos para obtener su control absoluto. Su ubicación es estratégica, ya que
permite cortar camino en la comunicación de los océanos Atlántico y Pacífico por vía marítima, esto genera
reducción de gastos en transporte y ahorro de tiempo. Además, es una de las zonas más ricas en
biodiversidad del continente americano —y el planeta— junto con la Amazonia y África; alberga una gran
veta turística que ha sido relativamente explotada sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, ya que en
ella se encuentran innumerables zonas arqueológicas y majestuosos paisajes naturales; pero más que esto,
en ella existe una de las más grandes reservas de petróleo que hay en el mundo y no debe olvidarse, claro,
que es la zona que tiene más recursos hídricos —agua dulce— en el continente americano.
Pese a todas estas “virtudes”, en la actualidad es una de las zonas más atrasadas económicamente de
América, y en el ámbito mundial apenas supera a algunos países africanos y de medio oriente. A esto le
añadimos que los regímenes políticos en vigor son demasiado débiles e inestables —salvo México y Costa
Rica, que gozan de relativa estabilidad con democracias en proceso de consolidación—, además de
enfrentar serios problemas de salud, educación, servicios, seguridad pública — varios de ellos enfrentan a
grupos guerrilleros y de narcotraficantes que amenazan la paz interna— y con frecuencia son amenazados
por fenómenos naturales. A lo largo de cinco siglos, Mesoamérica ha desempeñado el papel de “manzana
de la discordia”, que en vez de ayudarle a superar sus problemas ha provocado un estancamiento
económico severo y una marginación social lamentable. Hoy enfrenta un ataque más, la pregunta es ¿cuáles
serán las consecuencias? Antes de analizar el problema que le abruma en la actualidad, conviene recordar
algunos detalles de su odisea a lo largo de los últimos quinientos años.
Hacia 1492, cuando los españoles tuvieron contacto accidental con estas “nuevas” tierras, pensaron que
habían encontrado una ruta más corta para llegar a las “Indias orientales”, Asia. La confusión se originó
porque algunas personas tenían la idea de que el mundo era muy pequeño y redondo y era posible, como
pensaba Cristóbal Colón, darle la vuelta en poco tiempo si se continuaba navegando hacia el mismo punto
en dirección a occidente. Al tener contacto con los habitantes de estas tierras, los “extranjeros” no tardaron
en darse cuenta de que habían llegado a un lugar diferente al que ellos pensaban al principio.
Años después, los europeos iniciaron la exploración de este “Nuevo mundo”, con la idea de encontrar
nuevos mercados para desplazar sus mercancías y, sobre todo, en búsqueda de riquezas, ya fueran
minerales —oro y plata— o naturales. Grande fue su sorpresa al “descubrir” a lo largo y ancho de estas
tierras grupos humanos que tenían una compleja organización social, política y militar. El gran dilema de los
conquistadores colonizadores fue ¿cómo llamar a estas personas?, ¿quiénes eran?, ¿cómo habían llegado
aquí?, ¿por qué no había referencias de ellas en las sagradas escrituras? Fue un largo proceso para construir
una identidad para esta gente; este asunto no es objeto del presente trabajo, por lo que solo se señala
como referencia. Para no hacer más larga la digresión, solamente diremos que estas tierras fueron llamadas
originalmente “Indias”, luego se les añadió “occidentales” para diferenciarlas de las “Indias orientales”,
cuyo gentilicio era “indios”; posteriormente recibieron el nombre de América y sus habitantes
“americanos”.
Luego de los múltiples movimientos de emancipación, varias de estas antiguas colonias españolas se
transformaron en Estados nación, con un nombre propio, y la gran masa terrestre quedó identificada como
América. El establecimiento de las delimitaciones político administrativas fue arbitrario, tanto como lo
había sido el proceso de conquista y colonización por parte de los europeos, ya que se ignoró la historia
individual de los grupos, así como sus costumbres, tradiciones, organización política y social, religión, etc.
Ese es el caso de este espacio medio del continente americano. Desde entonces, ha habido un gran interés
por parte de destacadas personalidades, desde cronistas, eclesiásticos, aventureros, pasando por poetas y
llegando a arqueólogos, antropólogos e historiadores, por conocer más sobre cada uno de estos grupos
humanos. Así, se ha estudiado y dado nombre a cada uno de ellos: olmecas, huastecos, zapotecos,
totonacas, toltecas, purépechas, aztecas, mayas, entre muchos otros. No fue sino hasta 1943 cuando el
destacado etnólogo y lingüista alemán, Paul Kirchhoff, llamó y definió a casi todo este segmento del
continente “Mesoamérica” (Kirchhoff, 2009: 1-18;
Este término —hoy un concepto— hacía una clara distinción entre la parte sudamericana — con una
marcada tradición “inca”—, y poco más arriba de la mitad de México hacia el norte del continente —
conocido como “Aridoamérica”, por las características geográficas de la zona—. El argumento de Kirchhoff
se sustentaba en varios elementos: primero, un alto grado de “civilización”, caracterizado por una compleja
organización política y social, una red económica bastante desarrollada, además de compartir algunos
rasgos y elementos culturales como alimentación, educación, lengua, vestido y otros; segundo, un área
geográfica bastante homogénea, caracterizada por numerosos ríos, abundante vegetación y fauna, lo que
según Kirchhoff favoreció un alto grado de “civilización”, ya que el medio les aportaba mucho más de lo que
necesitaban para vivir y les permitía acumular e intercambiar sus bienes; tercero, una tradición
arquitectónica y tecnológica más o menos común, caracterizada por majestuosas construcciones —centros
ceremoniales y político militares— a lo largo y ancho de este espacio; y cuarto, cultos religiosos bien
definidos pero con ciertas afinidades, ya que tenían algunos dioses y prácticas rituales comunes (Kirchhoff,
2009: 4-12;
Mesoamérica es el área cultural más estudiada de la época prehispánica. Fue Paul Kirchhoff quien
estableció en 1943 en el artículo “Mesoamérica, sus límites geográficos, composición étnica y características
culturales” sus fronteras geográficas y culturales.
Su límite norte comienza con el Río Sinaloa, en Sinaloa, bajando hasta la Cuenca Lerma como en forma de U,
y va subiendo nuevamente hasta llegar al Río Soto La Marina, en Tamaulipas. El límite sur va desde el Río
Ulua en Belice, cruzando por los ríos de Nicaragua hasta la península de Nicoya, en Punta Arenas.
Mesoamérica se divide a su vez en (sub)áreas culturales. Éstas se basan en características culturales y
geográficas: en cada una de estas áreas se desarrollaron sociedades con características compartidas como la
lengua, rasgos étnicos, costumbres, prácticas religiosas, formas de gobierno, etc
Los antecedentes del área cultural mesoamericano se sitúan aproximadamente hace 9000 años (7000 a.C.),
cuando los pobladores del centro y sur empezaron a desarrollar cultivos y domesticaron el maíz, la calabaza,
el chile y el frijol, los productos agrícolas que se convertirían en la base de la alimentación de los pueblos de
esta región.
El proceso de intensificación agrícola permitió generar excedentes alimenticios a las civilizaciones
mesoamericanas que no sólo los protegió de catástrofes contra la sequía, además permitió adoptar una vida
sedentaria, que es uno de los rasgos fundamentales de Mesoamérica. El sedentarismo ofrecía ventajas
específicas: redujo el gasto de energía en la búsqueda de comida típico del nomadismo, y posibilitó la
acumulación de bienes materiales difíciles de transportar. En menor medida los pueblos de Mesoamérica
domesticaron a los animales: destacan el guajolote y el perro, mientras que el conejo y el venado se
siguieron cazando hasta los tiempos hispánicos.
Con el paso del tiempo los primeros asentamientos fijos se convirtieron en estructuras más complejas y esto
condujo a su vez a la especialización, la división social con campesinos, sacerdotes, guerreros, artesanos,
comerciantes y linajes de nobles y el surgimiento de ciudades-estado. Dentro de Mesoamérica se
desarrollaron en diferentes momentos civilizaciones como la olmeca, la teotihuacana, la maya y la mexica.
De acuerdo con el especialista Miguel León-Portilla en las civilizaciones “hay vida urbana, ciudades y formas
más complejas de organización social, política, económica y religiosa, especialización en el trabajo y
creaciones tal como precisos cómputos del tiempo, escritura, centros educativos y producción artística.”
Es importante señalar que a diferencia de la civilización egipcia o china, los pueblos nunca formaron una
unidad política y sus fronteras geográficas correspondieron a la esfera cultural de las civilizaciones
mesoamericanas, asimismo, esta área tampoco coincide con los límites de los estados-naciones modernos.

Clima y geografía de Mesoamérica


El paisaje y el clima de Mesoamérica es muy diverso: se conforma por cadenas montañosas y altiplanos en
el centro y el norte con clima templado y cálido-húmedo, mientras que en la península yucateca
predominan las planicies calcáreas con selvas bajas y el clima caluroso. Aunque predomina el clima tropical,
esta área cultural tiene grandes contrastes medioambientales que se reflejaron en el desarrollo cultural de
sus pueblos.
Las civilizaciones de Mesoamérica se ubicaron en el istmo de centroamericano que conecta América del
Norte y América del Sur entre los 10° y 22° de latitud norte, contrario a Oasisamérica que está en el sureste.
Estos territorios tienen una combinación múltiple de sistemas ecológicos, zonas topográficas y condiciones
ambientales. Estos nichos se dividen en dos categorías principales: Tierras bajas (áreas entre el nivel del mar
1000 metros sobre el nivel del mar)y altiplanos, tierras altas (ubicadas entre 1000 y 2000 metros sobre el
nivel del mar).
En las regiones bajas, los climas subtropicales y tropicales son más comunes, en particular, esto es cierto
para la mayor parte de la costa a lo largo del Océano Pacífico y el Golfo de México y el Caribe. Las tierras
altas muestran una diversidad climática mucho mayor: desde climas secos, tropicales a fríos de montaña. El
clima predominante es templado con temperaturas cálidas y lluvias moderadas. La precipitación varía desde
la árida de Oaxaca y el norte de Yucatán hasta el sur húmedo del Pacifico y del Caribe.

Cronología cultural
La historia de la presencia humana en Centroamérica se puede dividir en varias etapas y períodos: períodos
paleoindios, arcaicos, preclásicos, clásicos y posclásicos. Este último período incluye la época de la conquista
española. La distinción entre los períodos tempranos (antes del comienzo del período clásico) generalmente
refleja los diferentes perfiles de la organización sociocultural, caracterizados por una creciente complejidad
sociopolítica, la adopción de nuevas y diferentes estrategias de existencia y cambios en la organización
económica incluyendo el fortalecimiento de la interacción interregional.
Período paleoindio y arcaico: las primeras formas de agricultura se desarrollaron en el período arcaico.
Durante este tiempo , se produjo por primera vez el asentamiento permanente en las aldeas. Hacia el final
de este período apareció el uso de la cerámica y telares simples.
Período preclásico: el período preclásico marcó el comienzo de la era de la formación de ciudades-estado
más grandes y la primera arquitectura ceremonial a gran escala. Se caracteriza por el desarrollo de pueblos
en ciudades, que a su vez ejercían poder e influencia regionales. Con los Olmecas, la primera civilización
mesoamericana se desarrolló en esta época en la costa del Golfo de México; probablemente influyó en
sitios del altiplano central así como en el sur del país. Los Zapotecas y Mayas también se encontraban en las
primeras etapas del desarrollo urbano.
Período clásico: durante el período clásico, la ciudad de Teotihuacán, en el centro de México, se convirtió en
un metrópoli. Su imperio gobernaba gran parte de Mesoamérica. El período clásico fue también el período
más importante de la cultura Maya.
El final del periodo Clásico en Mesoamérica coincide con la caída de Teotihuacán en el siglo VII. En el curso
de este, muchos de los lugares en las tierras bajas del sur (especialmente Tikal) observaron un breve declive.
El período clásico tardío, que se caracterizó por el desarrollo continuos de los mayas, a veces se conoce
como el apogeo.
Período posclásico: durante el período posclásico, el centro de gravedad del poder se desplazó
gradualmente desde la península de Yucatán hacia el centro de México. Los toltecas controlaron
brevemente el centro de México desde el siglo XI al XIII; después de eso, su imperio de vino abajo mediante
el ataque de algunas tribus del norte de México. El vacío de poder resultante fue llenado por el imperio
azteca desde principios del siglo XIV hasta la conquista española
En el norte de Yucatán también hubo una invasión de grupos del centro de México a principios del siglo XI,
poco después del colapso del imperio tolteca. La fusión de la cultura Maya con la cultura de los
conquistadores ayudó posteriormente a que las ciudades de las tierras bajas del norte se levantarán, lo que
sólo terminó con la intervención de los españoles.
Culturas que habitan Mesoamérica
Aproximadamente hace 30,000 años llegaron pequeños grupos de cazadores y recolectores al territorio
mexicano. La mayor concentración poblacional se dio en la zona centro sur del país favorecida por las
condiciones climáticas y abundancia de agua. A esta zona se le conoce como Mesoamérica, en ella desde el
año 2.500 a.C. hasta el 1521 florecieron espléndidas culturas como la Olmeca, Teotihuacana, Maya,
Zapoteca, Tolteca, Mixteca y Mexica. Estas culturas tuvieron un fuerte intercambio tanto comercial como
cultural lo que explica que compartan características similares como una agricultura basada en el maíz,
desarrollo de grandes centros poblacionales, construcciones religiosas tipo basamento-piramidal, exquisitos
trabajos en piedra, jade y obsidiana y una religión politeísta teocrática.

Cultura Olmeca:
Olmecatl “Habitantes de la región del hule”
Período Preclásico
(2,5000a.C-200d.C)
Llamada “Cultura Madre” porque sus prácticas científicas,económicas,culturales y religiosas tuvieron gran
influencia en otros grupos culturales.
Ubicación: Región del Golfo (Veracruz y Tabasco)
Centro ceremoniales: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes.
Aportaciones: Sistema numérico, juego de pelota y escritura jeroglífica.
Arquitectura: Primeros basamentos piramidales, disques y canales
Escultura: Cabezas colosales, Altares y formas zoomorfas

Cultura Maya:
Maay-hu: Huella de agua
Preclásico s. Xa.C hasta el posclásico en siglo XV dd.C.
Su organización social, política y religiosa influye en las culturas posteriores
Aportaciones: Introdujo grandes avances en matemáticas, escritura, arquitectura y astrología: Calendario
solar 365 días, numeración vigesimal, observación de los astros.
Ubicación: Yucatán, Campeche y Quintana Ro, parte de Tabasco y Chiapas, Guatemala, Honduras y Belice.
Centro ceremoniales: Tikal, Bonampak, Palenque Uxmal y Chichén Itzá.
Arquitectura: Construcciones de bóvedas de arcos falsos, utilizan zócalos, fachadas, comisas y crestas.

Cultura Teotihuacana:
100a.C hasta al 650d.C
“Lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses”
Fue un poderoso centro político, militar, económico y cultural que influenció a toda Mesoamérica.
Abarcó una superficie de más de 20 kilómetros cuadrados con más 150,000 habitantes.
Ubicación: Estado de México.
Centro ceremoniales: Teotihuacán.
Aportaciones: Uso del fresco en la pintura, uso de la talud y tablero.
Arquitectura: Pirámides del Sol, la Luna, Calzada de los muertos, Palacio Quetzalpapalotl
Escultura: Austera y geométrica usada en la ornamentación de edificios (serpientes emplumadas, jaguares y
figuras marinas). Tláloc, Chalchiutlicue, Quetzalcoatl.
Mixteco-Zapotecas:
Posclásico (1000-1521a.C)
Ubicación: Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Guerrero.
Centro ceremoniales: Monte Albán, Mitla, Culiapan y Zaachila.
Aportaciones: Observación astronómica, numeración vigesimal, ofrendas en cámaras sepulcrales.
Arquitectura: Gran ornamentación exterior, gran uso de grecas. Edificio de los Danzantes.
Escultura: Estelas de piedra, trabajaron el oro y la playa con incrustaciones de jade.

Mexicas:
De: Metztli, luna; xictli, ombligo y co, lugar.
Abarca a 350 años: de 1150 a 1521.
Llamados Aztecas por emigrar a Aztlán guiados por Huitzilopochtli en busca de un lugar para asentarse. Al
llegar al Valle de México en el lago de Texcoco vieron la señal prometida: un águila, en un nopal, devorando
una serpiente; y ahí fundaron Tenochtitlán(1325).
Ubicación: En medio del lago de Texcoco (denominan Mesoamérica excepto a tlaxcaltecas y purépechas).
Centro ceremoniales: Tenochtitlán, Tlatelolco.
Aportaciones: Escritura jeroglífica (códices), avances en medicina, anatomía, ingeniera.
Los Chinampas: método de agricultura y expansión territorial a través de una especie de balsas cubiertas
con tierra, sirvieron para el cultivo.
Arquitectura: Templo mayor, Templo de Tláloc y Huitzilopochtli, Tzompantli, Palacio de Moctezuma.
Escultura: Destacada de la Piedra del Sol, la de Tizoc, Coatlicue, Coyolxauqui.
Principales Dioses:
 Coatlicue: Dios de la tierra
 Huitzilopochtli: Dios de la guerra
 Xochipilli: Dios de las flores, del amor y de la fertilidad
 Tláloc: Dios de la lluvia
 Ehecatl: Dios del viento

Principales ciudades antiguas de Mesoamérica


Las primeras ciudades mesoamericanas se consolidaron alrededor de centros ceremoniales con la aparición
de algunos barrios de índole agrícola y artesanal. El urbanismo tuvo un gran desarrollo en las culturas
prehispánicas, donde podemos observar la magnitud de las ciudades de Teotihuacan, Tollan-Xicocotitlan y
México-Tenochtitlan, dentro del urbanismo ambientalista destacan las ciudades mayas al ser incorporadas a
la monumentalidad de sus edificios con la espesura de la selva y complejas redes de caminos llamados
sacbeob.

Las ciudades clásicas precolombinas de Mesoamérica se consolidaron entre los siglos II y IX d. C., en el
altiplano central surgió la gran Teotihuacán que llegó a tener unos 85 mil habitantes y 20,5 km2 (entre el
450 y el 650 d. C) convirtiéndose en una de las urbes más importantes del mundo, en otra región surgieron
las ciudades mayas como Palenque,Yaxchilán, Tikal y Uaxactun, otras ciudades tuvieron su auge mucho
después como la ciudad de Tajín, Xochicalco, Monte Albán y Cobá, entre otras. En el periodo clásico surgió
un tiempo de declinación de seis siglos donde las ciudades tuvieron severos problemas de poblamiento por
diversas causas.
Hacia el siglo XIV d. C. se observa la última etapa de las ciudades precolombinas, en el altiplano central
existía una compleja relación entre ciudades altamente desarrolladas bajo una economía basada en el
comercio lo cual era una escala que nunca había existido en otras regiones del continente americano. El
surgimiento de México-Tenochtitlan y otras ciudades como Texcoco, Cholula, Azcapotzalco y Colhuacán
generaron la existencia de diversas rutas comerciales controladas por pochtecas para llevar alimento y
mercadurias finas procedentes de otras ciudades muy distantes hacia la región controlada por la
confederación azteca.

El asentamiento humano de los aztecas era llamado altépetl que correspondía a una localidad bajo un
gobernante, los pobladores pagaban tributos y su intercambio de productos funcionaba por un tianguis. La
capital del pueblo azteca llamada también México-Tenochtitlan se fundó en 1324 sobre una isla al centro-
occidente del Lago de Texcoco en el Valle de Anahuac, fue la última gran metrópoli de los pueblos nativos
de Mesoamérica y de las ciudades más pobladas del continente, se aproximó a 300 000 habitantes dentro
de barrios o calpullis de una estricta organización social y económica.

Tenochtitlán:
Fue la capital del Imperio azteca o mexica. Durante la dominación española se fundó sobre ella la Ciudad de
México, que fue la capital del Virreinato de la Nueva España y tras la independencia, es la capital de los
Estados Unidos Mexicanos.

La fundación de la ciudad fue un hecho cuya historia se mezcla con la mitología, lo cual es distintivo de los
pueblos originarios americanos. Fuentes del siglo XVI que hicieron correlaciones de los antiguos calendarios
con los occidentales la han situado en diversos años, siendo la más frecuente el 13 de marzo de 1325 (697
años).

La capital de los mexicas se convirtió en una de las mayores ciudades de su época en todo el mundo y
fue la cabeza de un poderoso estado multiétnico que dominó una gran parte de Mesoamérica. El
florecimiento de la ciudad se realizó a costa del tributo pagado por los pueblos sometidos a su poder.
Por ello, cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, numerosas naciones indígenas se aliaron con
ellos con el objetivo de poner fin a la dominación tenochca.

Monte Albán:
Monte Albán fue una de las ciudades más importantes de Mesoamérica. Se fundó en el 500 a. C.
sobre la cima de una montaña en el centro de los Valles Centrales de Oaxaca y funcionó como
capital de los zapotecas desde los inicios de nuestra era hasta el 800 d. C. En su momento de
mayor desarrollo Monte Albán llegó a tener cerca de 35 000 habitantes, que vivían en su
mayoría en las laderas aterrazadas de la montaña, dedicados a la agricultura. Como la gran
mayoría de las grandes metrópolis mesoamericanas, Monte Albán fue una ciudad con una
población pluriétnica. A lo largo de su historia la ciudad mantuvo vínculos muy sólidos con
otros pueblos de gran importancia en Mesoamérica, en especial con los teotihuacanos durante
el período Clásico Temprano. La ciudad fue abandonada al final de la Fase Xoo por la élite y
buena parte de su población. Sin embargo, el recinto ceremonial que constituye el conjunto de
la Zona Arqueológica de Monte Albán fue reutilizado por los mixtecos durante el Período
Posclásico. Para esta época, el poder político del pueblo zapoteco se encontraba dividido entre
varias ciudades-Estado, como Zaachila, Yagul, Lambityeco y Tehuantepec.
Aunque es probable que su existencia fuera conocida durante la época colonial, Monte Albán
no se menciona en las crónicas de la conquista o en los siglos posteriores, hasta principios del
siglo XIX. Durante la primera mitad del siglo XX el mexicano Alfonso Caso llevó a cabo una
serie de excavaciones que lo llevaron a encontrar la Tumba 7, donde reposaba el mayor
depósito de obras de orfebrería mesoamericana de oro que se haya descubierto hasta la fecha.

La zona arqueológica de Monte Albán fue declarada por la UNESCO, conjuntamente con el
Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca, como Patrimonio Cultural de la Humanidad el 11 de
diciembre de 1987.

Palenque:
Es una zona arqueológica enclavada en el centro de la selva tropical del municipio de Palenque, ubicada al
noreste del estado mexicano de Chiapas, a 282 km de Tuxtla Gutiérrez (la capital) y a 220 km de San
Cristóbal de las Casas, cerca del río Usumacinta. Es uno de los sitios más importante de la cultura maya
junto a Chichén Itzá, Calakmul y Tikal. Destaca por su acervo arquitectónico y escultórico.

El área descubierta hasta 2005 abarcaba 2,5 km², pero se estima que no se ha explorado ni un 2 % de la
superficie que alcanzó la ciudad, permaneciendo aún más de mil estructuras cubiertas por selva. En 1981,
Palenque fue designado parque nacional. La Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1987.

Se cree que los mayas fundaron Lakam Ha durante el período Formativo (2500 a. C.-300), alrededor del 100
a. C., como una aldea predominantemente agricultora, y favorecida por los numerosos manantiales y
corrientes de agua de la región.

B’akaal fue un centro importante de la civilización maya entre los siglos V y IX, durante los cuales alternó
épocas de gloria y de catástrofe, de alianzas y guerras. En más de una ocasión hizo alianzas con Tikal, la otra
gran ciudad maya de la época; en especial para contener la expansión del belicoso Calakmul, también
llamado “Reino de la Serpiente”. Calakmul resultó victorioso en dos ocasiones, en 599 y 611.

El Tajín:
Es una zona arqueológica precolombina que se encuentra cerca de la ciudad de Papantla, Veracruz, México.
Se cree que la ciudad de Tajín fue un centro muy importante y llegó a su apogeo en la transición al
Posclásico, conocida también como Período Epiclásicos mesoamericano, entre los años 800 y 1150 d. C.

Al contrario de la creencia popular, no existe evidencia arqueológica que soporte la idea de que los
totonacas hayan sido los constructores o habitantes originales de esta ciudad. Debido a ello, los
historiadores prefieren utilizar el término “la cultura de El Tajín”. El Tajín cuenta con varios campos de juego
de pelota y templos escalonados.

La construcción de edificios ceremoniales del Tajín probablemente se inició en el siglo I. En el Período


Clásico mesoamericano temprano el Tajín mostró influencia de Teotihuacán tal y como se puede observar
en el urbanismo, la arquitectura, la pintura, la escultura y la cerámica; mientras que en el Posclásico mostró
influencia maya.
El sitio ya estaba totalmente despoblado cuando llegaron los conquistadores españoles en el siglo XVI, por
lo que no fue destruida y se mantuvo como un secreto su existencia por un par de siglos.

El Tajín fue la ciudad más grande de la costa norte del golfo de México y dominó el territorio limitado por
las cuencas de los ríos Tecolutla y Cazones, entre 650 y 950 d. C. Los gobernantes de esta capital
extendieron su hegemonía desde el somontano de la Sierra Madre Oriental hasta las planicies costeras del
golfo, en los actuales estados de Puebla y Veracruz.

Teotihuacán:
Es el nombre que se le da al gran complejo arqueológico que fue uno de los mayores centros políticos,
culturales, económicos y religiosos de filiación multiétnica en Mesoamérica durante el clásico (c. 200/250-
600/650 d. C.), más precisamente entre c. 100 a. C. y 600 d. C./650 d. C. El nombre propio fue empleado por
los mexicas para identificar a esta urbe construida por una civilización anterior a ellos y que ya se
encontraba en ruinas cuando la vieron por primera vez.

Los restos de la ciudad se encuentran aproximadamente a 42 km al noreste de la Ciudad de México, dentro


del valle de México (Altiplano Central), más concisamente en el valle homónimo; entre los municipios de
Teotihuacán de Arista y San Martín de las Pirámides (Estado de México). La zona de monumentos
arqueológicos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.

Los orígenes de la ciudad todavía son objeto de investigación entre los especialistas. Teotihuacán era una
aldea que empezaba a cobrar importancia como centro de culto en la cuenca de México. Las primeras
construcciones de envergadura proceden de esa época, como muestran las excavaciones en la Pirámide de
la Luna. El mayor apogeo de la misma tuvo lugar entre el 200 d. C. y el 600 o 650 d. C. En esa etapa, la ciudad
fue uno de los nodos comerciales y políticos más influyentes de Mesoamérica. Durante esa época, llegó a
tener una superficie de alrededor de 20 km² (8 mi²), con una población aproximada de 100 000 a 200 000
habitantes (según el autor a citarse), lo que la convierte en el sitio de desarrollo urbano más importante de
toda la América Precolombina y el 6.º más importante y grande del mundo en su época. Como la mayoría de
otras ciudades preindustriales en la historia, su población dependía de inmigraciones extranjeras para
mantenerse a flote debido a una sanidad deficiente. Albergó a toda su población en aproximadamente 2
000 estructuras rectangulares, acomodados en diferentes barrios.

A ciencia cierta, se desconoce si Teotihuacán controló de primera mano una extensión territorial —
suponiendo que se manejó un modelo de ciudad-estado imperialista—; sin embargo, es bien sabido que su
influencia cultural, religiosa e ideológica se dejó sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como
muestran los descubrimientos en ciudades como Tikal (Guatemala) y Monte Albán (Oaxaca), entre otros
sitios que tuvieron una importante relación con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió entre el
600 y el 650 d. C., en un contexto marcado por inestabilidad política, conflictos y revoluciones sociales
internas y cambios climatológicos que causaron un colapso casi total en el Norte de Mesoamérica. La mayor
parte de la población de la ciudad se dispersó por diversas localidades en la cuenca de México.

Se desconoce cuál era la identidad étnica de los primeros habitantes de Teotihuacán. Entre los candidatos
se encuentran los totonacos, los nahuas y los pueblos de idioma otomangue, particularmente los otomíes.
Tlatelolco:
Fue una ciudad fundada por los tlatelolcas, tribu mexica que se separó de los tenochcas, fundadores de
México-Tenochtitlan. México-Tlatelolco estaba situada en un islote al norte de Tenochtitlan, dentro del lago
de Texcoco. Allí se encontraba el tianguis más importante de Mesoamérica, donde se comercializaba todo
tipo de mercancías locales y de las zonas más apartadas.

De la antigua ciudad solo quedan los restos de algunos edificios que constituyen lo que actualmente se
conoce como zona arqueológica de Tlatelolco. La ciudad fue saqueada y destruida por los conquistadores,
quienes usaron las piedras para construir el templo de Santiago sobre los restos de los antiguos teōcalli
prehispánicos.

El mercado de Tlatelolco fue visitado por Hernán Cortés antes de la guerra de conquista. En el sitio tuvo
lugar la última y decisiva batalla contra los mexicas el 13 de agosto de 1521, cuando el derrotado
Cuauhtémoc fue obligado a capitular ante Cortés. El cronista Bernal Díaz del Castillo describe la matanza de
mexicas: “…ese día fue tan sangriento que era imposible caminar por el lugar debido a la cantidad de
cadáveres apilados». Se estima que más de 40 000 indígenas murieron ese día.”

Algunas de las tantas exploraciones realizadas en Tlatelolco, fueron con la finalidad de enviar a Madrid,
España, la muestra del Centenario de la Independencia de México, a instancia de Porfirio Díaz. En 1900 se
llevó a cabo una serie de excavaciones para la construcción de un drenaje que corría desde la antigua calle
de Santa Anita y dentro de los linderos del barrio de Santiago Tlatelolco, hasta el canal de La Viga. Cruzaba
hacia el Sur por las calles de Brasil, doblando hacia el Oriente por la calle de Las Escalerillas, donde Leopoldo
Batres y su hijo Salvador trabajaban en busca del Templo Mayor de Tenochtitlán, dejando una memoria
escrita de sus trabajos.

Vestigios de Mesoamérica
1. Toniná (Chiapas)
Toniná es una ciudad maya ubicada en el municipio de Ocosingo, en la selva lacandona, a solo 50 km de
San Cristóbal de las Casas. La zona arqueológica está compuesta por siete plataformas y la estrella del
conjunto es la gran pirámide, que mide 75 metros y tiene una antigüedad aproximada de 1,700 años.

Toniná fue la última gran capital del viejo Imperio Maya, con un pasado bélico frondoso, que alcanzó su
esplendor entre el 800 y 900 d.C. Y lo mejor es que aún sigue habiendo nuevos descubrimientos.

2. El Tajín (Veracruz)
Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1992, las ruinas de El Tajín dan cuenta de la que fue una de
las mayores ciudades de Mesoamérica, que encontró su apogeo entre los años 600 y 1.200 A.C.
Sobresale la Pirámide de los Nichos, única en su tipo en toda la América prehispánica, dado el uso
decorativo de los nichos.

La jungla que rodea a este conjunto de monumentos es sede del Festival Cumbre Tajín, que se lleva a
cabo anualmente y cuyo objetivo es honrar y preservar las culturas originarias de todo el mundo.
3. Calakmul (Campeche)
Este sitio abarca aproximadamente 70 km cuadrados, y posee más de 6000 estructuras. Se sabe que fue
la capital del llamado Reino de la Serpiente, Kaan o Kan, que abarcó aproximadamente 13. 000 km
cuadrados. Se cree que llegó a contar con más poder y aliados que la misma Tikal.

En Calakmul se han encontrado 120 estelas, la mayor cantidad encontrada en ruinas mayas. Las estelas
más antiguas datan del año 400 A.C.

4. Tzintzuntzan (Michoacán)
A solo 60 kilómetros de Morelia y a orillas del Lago de Pátzcuaro, se encuentra el pueblo mágico de
Tzintzuntzan (“lugar de colibríes”), que fue una de las capitales purépechas más importantes. Vivió su
época de esplendor en el año 1200 d.C., cuando se consolidó como un gran centro de gobierno de la liga
tarasca. Si bien sobrevivió los ataques de los mexica, cayó a manos de los españoles en 1533.
Su zona arqueológica Las Yácatas consta de cinco edificaciones piramidales redondeadas, típicas de esta
cultura.

5. Kabah (Yucatán)
Kabah, la “mano poderosa”, es una de las pocas ciudades del antiguo mundo maya que conserva su
nombre original (aparece mencionado en el Chilam Balam). Es una de las más enigmáticas y
hermosas zonas arqueológicas en Yucatán y, como no ha sido completamente restaurada, puedes
aventurarte en la selva y descubrir imponentes edificaciones aún escondidas entre la maleza.

6. Tamtoc (San Luis Potosí)


Con una extensión de cerca de 210 hectáreas, Tamtoc fue uno de los centros urbanos huastecos más
importantes del último periodo prehispánico. Está ubicado en la ribera del río Tampaón y de hecho su
nombre significa «lugar de las nubes de agua».

Una de las características que distinguen a Tamtoc es la notable presencia femenina. A la fecha el 90 por
ciento de los entierros descubiertos son de mujeres, además que están representadas en la mayoría de
las figurillas de arcilla y cerámica aquí encontradas. Se piensa que la mujer tenía un alto rango en la
división social de la comunidad.

7. Paquimé (Casas Grandes, Chihuahua)


La zona arqueológica de la cultura de Paquimé fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,
y es famosa por sus construcciones de adobe y sus puertas en forma de “T”.

Los objetos que más distinguen a Paquimé son sus vasijas de barro, también llamadas “ollas”, artefactos
que más que de uso cotidiano eran ceremoniales y decorativas. Los pobladores de Paquimé dejaron
como legado miles de vasijas decoradas.

8. Oxkintok (Yucatán)
En Oxkintok, la “Ciudad de los Tres Soles Cortantes”, puedes encontrar el único laberinto maya todavía
en pie en la península de Yucatán. El edificio se llama Tza Tun Tzat (o Satunsat), que significa “lugar para
perderse”.
9. Palenque (Chiapas)
El yacimiento arqueológico de Palenque es uno de los sitios más impresionantes de la cultura maya. Si
bien su tamaño es mediano en relación a Tikal o a Copán, sí destaca por su arquitectura y su legado
escultórico. Además de ser Parque Nacional, Palenque es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Aunque
ya se dejó de explorar, se estima que solo se ha descubierto el 2 por ciento de lo que fue la gran ciudad
maya.

10. Gran Pirámide de Cholula (Puebla)


La estructura de esta pirámide es la mayor de todo el planeta. La de Keops, en Egipto, es la más alta,
pero en volumen Cholula está primero. Incluso se sabe que la mayor parte de su estructura se encuentra
aún bajo tierra.

11. Chichen Itza (Yucatán)


Chichen Itzá significa “la boca del pozo de los brujos del agua”, en referencia al Cenote Sagrado (Xtoloc),
el gran pozo natural que los mayas consideraban una de las entradas principales a Xibalbá, su
inframundo.

El templo de Kukulkán tiene cuatro escalinatas de 91 escalones cada una, que en total suman 364. Con la
plataforma superior, son 365. En total.
Cada escalón representaba los días del Haab -calendario maya-, que concuerda a la perfección con el
calendario que hoy usamos, el gregoriano. El Juego de Pelota de Chichén Itzá es el más grande de
Mesoamérica, con 70 metros de ancho y 169 de largo.

12. Uxmal (Yucatán)


Uxmal es una de las ciudades más hermosas y mágicas del mundo maya. Su elaborada mampostería del
estilo Puuc, así como la distribución de los edificios, le dan a esta antigua urbe un toque único.

El espectáculo de luz y sonido que se presenta todos los días al caer el sol permite la vista de la ciudad
iluminada en colores, bajo un cielo lleno de estrellas.

13. Tula (Hidalgo)


Tula, «el lugar de los tules o los juncos», fue fundada por el rey-sacerdote Ce Ácatl Topiltzin
Quetzalcóatl, después de vengar el asesinato de su padre Mixcóatl. Alcanzó una extensión de casi 16
kilómetros cuadrados, la cual incluía áreas públicas y privadas, plazas, templos y palacios y edificios de
administración. Llegó a tener alrededor de 85. 000 habitantes lo que la coloca, junto con Tenochtitlan y
Teotihuacan, como uno de los centros urbanos más importantes del Altiplano Central de Mesoamérica.

14. Monte Albán (Oaxaca)


Ubicado a 10 km de la Ciudad de Oaxaca, este sitio arqueológico fue la capital indígena más importante
de la región de los valles de Oaxaca, durante el llamado periodo clásico (400–800 d.C.). Sus habitantes
de entonces pertenecían a la cultura zapoteca.
15. Mitla (Oaxaca)
Ante la desaparición de Monte Albán como núcleo de poder, Mitla se convirtió en una población muy
importante que funcionó como centro de poder para los zapotecas del valle.
La construcción de este conjunto arquitectónico implicó profundos conocimientos de arquitectura,
ingeniería y astronomía, así como un delicado sentido estético y una gran habilidad escultórica para
tallar la piedra.

16. Guachimontones (Jalisco)


“Los Guachimontones” alcanzó su esplendor entre los años 200 y 400 después de Cristo y desapareció
hacia el 900 de nuestra era. Para su edificación se utilizó piedra, adobe y cal en los edificios principales.
En el centro del recinto más grande se levanta una pirámide con varias capas y cuatro escalinatas en los
puntos intercardinales.

17. Xochicalco (Morelos)


De acuerdo con algunos investigadores, Xochicalco surgió tras el abandono de Teotihuacan, para ocupar
el vacío de poder económico y político que esta había dejado. El apogeo de Xochicalco tiene lugar en el
período llamado Epiclásico (650 – 900), cuando se construyó la mayoría de la arquitectura visible hoy en
día.

18. Cempoala (Veracruz)


Construída 1500 años antes de la llegada de los españoles, con indicios de la presencia de la cultura
olmeca, la zona arqueológica de Cempoala tiene vestigios de acueductos y canales de riego que
proporcionaban agua a los extensos jardines.

19. Cacaxtla (Tlaxcala)


Su nombre significa “lugar donde muere la lluvia en la tierra”. Este complejo arqueológico ofrece
murales de deidades de aspecto felino, de un águila y de una impactante batalla. Además, hay un
hombre alacrán asociado al culto de Venus y elementos de ritos al agua y al maíz.

Características culturales y sociales de Mesoamérica


Debido el desarrollo la agricultura, surgieron nuevas estructuras sociales y políticas complejas, de acuerdo
con la interpretación del historiador Enrique Florescano surgieron entre 2500 y 1200 a.C. los primeros
cacicazgos y a partir de la cultura olmeca los primeros Estados.

 En el cacicazgo, una élite empezó a destacarse y es dueño de ciertos saberes, al mismo tiempo que se
hace de las fuerzas productivas; se establece una clara distinción entre el linaje dominante y el resto
de la población. Para justificar esa distinción se desarrolla una ideología. Los mitos empiezan a
legitimar las diferencias entre los hombres y adjudican tareas excepcionales a los jefes, quienes son
descendientes directos de los dioses.
 El “estado” se puede considerar como una fase superior del cacicazgo. En él, se institucionaliza la
diferencia entre los caciques (los jefes) y el pueblo. Una burocracia estatal empieza a administrar las
fuerzas productivas y las tareas del pueblo. Se realizan obras públicas para las cuales se entrega un
tributo.

A partir de entonces, el Estado se encargará de organizar la sociedad y el trabajo, de justiciar, del culto
religioso, la educación así como la organización geográfica de la población. En el periodo clásico y posclásico
coexistieron varias formas de ejercicio del poder estatal:
 El ejercicio de un poder centralizado por un gobernante quien heredaba el poder político,
económico, social y cultural.
 El ejercicio de un poder centralizado por los sacerdotes, también conocido como una teocracia.
 El ejercicio de un poder colectivo generalmente caracterizado por un consejo de varios individuos o
comunidades.

Las características de los estados variaban según los tiempos y los espacios. Así hubo grandes estados que
formaban verdaderos imperios hasta ciudades-estado o altépetl que dominaban pequeñas localidades o
regiones.

La organización política implicaba un reordenamiento social, desde el Preclásico (2500 a.C.), se evidencia
una profunda división o estratificación social. En términos generales se distinguen en las civilizaciones
mesoamericanas tres grupos sociales principales: la clase gobernante, los nobles y la gente común. Dentro
de algunas sociedades sobresalen los comerciantes y artesanos como una clase social distintiva. La gente
común vivía en barrios o pueblos donde no había una diferenciación social interna. Las familias vivían en
condiciones de igualdad y solamente se destacaban los jefes o mayordomos quienes se encargaban de
resolver los problemas y pleitos comunales.

Las Religión en Mesoamérica


Las diversas religiones de Mesoamérica tenían ciertas características en común:

 El politeísmo. Todas las religiones adoraban a diversos dioses, aunque algunas, priorizaban una
deidad en particular (como la serpiente emplumada para los olmecas).
 Los animales considerados dioses. Todas las religiones empleaban, al menos una imagen de un
animal, para representar a algunos de sus dioses.
 La casta sacerdotal. En todas las religiones, existía una grupo privilegiado que controlaba los rituales
religiosos, la escritura y el calendario.
 Los sacrificios. En todas las religiones se practicaban diversos sacrificios humanos, para dar como
ofrenda a los dioses.

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