t DESARROLLO KLEINIANO

l. estrictamente a la evidencia y, sencillamente, no tenía los elementos

debidos: pensándolo bien, le habría sido muy difícil ver la existencia de un
mundo interior de carácter concreto. Aún en el caso Schreber estaba
apenas presente, dado que la exteriorización de su realidad psíquica era tan
completa que hubiera sido casi imposible volverla a colocar dentro de la
mente de Schrebcr, sin senúr que se estaba imponiendo sobre el paciente
una te0ría y una solución. El caso Juanito quizás sea algo diferente: el
material acerca de la caja de la cigüena donde había viajado junto con su
hermana, y las fantaSías de "irrumpir dentro de un lugar con su padre", las
evidencias de claustrofobia ele., cien.amente Jo sugerían. Sin embargo,
I! esto es incomparable con el material que obtuvo Melanie KJein a partir de
la observación de ninos de dos y tres afios de edad cuando comenzó a
trabajar en 1910; los ninos: "se lo decían". Y por alguna razón - no
cualquiera lo hubiera hecho- ella lo tomó en serio.
Capítulo XI Pegan a un niño (Las
perversiones)
En lo que a mí respecta , éste constituye el capítulo más difícil, porque
corresponde a un período de decantación en el trabajo de Freud, hacia el
final de la Primera Guerra Mundial y seguido por una gran revolución en
su que se construyó durante la década de los '20 y luego
emergió como la teoría estructural. Es su complejidad lo que lo hace
dificultoso: las evidencias son arduas de comprender y, a decir verdad, yo
no lo entiendo demasiado bien, mo.tivo por el cual no estoy capacitado para
aclararlo a otro. Empezaría por señalar, una vez más, que en este libro nos
hemos basado en el trabajo y pensamiento clínico de Freud; solamente
hemos tratado sus teorías, expresadas como teonas explicativas, como

I! algo carente de Lodo poder explicativo. Es mi criterio que Ja

aproxunac16n a la mente basada en el intento de "explicar" las cosas es
errónea y ésta es la razón por Ja cual tomaré las Leonas sólo como modelos
de que resultan útiles en el trabajo del consultorio o al pensar,
1 escnbu o hablar acerca de la experiencia clfnica: modelos de pensamiento
cuyo fin es reunir, categorizar y ayudar a demostrar, las relaciones entre los
fenómenos con los cuales uno se enfrenta al investigar la mente de los
11 P3:ientes. Me dispongo a examinar este período de decantación para
ubicar los modelos de pensamiento de Freud y me es dificil detectarlos en
los escritos de esa época, ya que nos encontramos entre el "Hombre de los
Lobos" (trabajo clínico que fuera realizado entre 1910 y 1914, y escrito
durante la guerra) y Más allá del principio del placer, de 1920, que
conúene los primeros indicios de la nueva Teoría Estructural.
Si bien la construcción de esta teoría ya estaba contenida en el
1 desarrollo del concepto del yo ideal y su manera de constituir el ideal del
yo (Jo cual hube de demostrar en los capítulos VII y IX), éste no fue tratado
como una estructura sino como una instancia de la mente. Freud no aclara
1 en lo más mínimo la relación exacta entre la estructura y el proceso
evoluúvo, tampoco expresa su pensamiento al respecto. Era el período de
la guerra: Freud estaba bastante aislado de sus colegas, tanto alemanes

1 (Ferenczi estaba en Budapest y Abraham en Berlín);

tenia pocos pacientes y, por tanto, contaba con bastante tiempo para pensar
y escribir. El resultado de lodo esto fue un peque no grupo de anfculos muy

1 94
interesantes; si bien no escribió una enormidad, lo que hizo estaba cargado

95
1 I·
l
 DESARROLLO KLEJNIANO PEGAN A UN N!Flo

de contenido. Estos trabajos evidencian la verdadera lucha que tuvo Jugar su clínico suficientes pruebas de Ja eitist.encia de la
en él durante ese período, hecho que aquí me propongo esclarecer. sexualidad mfanul, pudo plantear que el compleio de Ed'
'ó . :; 1po, en tanto
Pegan a niño es, a mi modo de ver, el escrito central de ese proceso, y representac1 n de una situación conflictiva de imnonanc· d ·
. , - · 13 etennmante
constituirá el punto principal de este capítulo. Sin embargo, para poder en e1 desarrollo,
. consutuia un fenómeno universal · Más a,
un, esta ba
apreciar su significado completo, no sólo como fenómeno psicológico que convenc1?0 de que todo era una cuestión evolutiva, de que no se originaba
abrió un nuevo camino a la invest..igación del masoquismo y por lo tanto en un pen?'1o avanzado de la vida, sino durante Ja infancia. Luego vino el
de las perversiones, sino como un elemento que da cuerpo a nuevos modos caso Ju'.1111to, le dio una encantadora prueba de Ja existencia real del
de pensar de Freud, es necesario, también, tener en cuenta otro.s anículos; :ompleJo de Ed1po y de la neurosis infantiJ en los ninos. El caso del
estos son más teóricos, y no se refieren en fonna directa a Jos fenómenos las a comprender que en Ja neurosis obsesiva
cünicos. En uno de ellos, que ya he mencionado, Carác1er y erotismo anal hab1a una s11uac1.ón confl1cuva, la cual implicaba un enfrentamiento entre
(1908), destaca tres rasgos caracterológicos: parsimonia, tesi.arudez y amor Y el o<lio; no senciJlamente un conflicto entre ideas y deseos
met..iculosidad; por primera vez, describe la relación entre estructura del inaceptables para el mundo eitterior y las normas sociales. De mod
carácter y evolución y fijación de la libido. tal como hube de indicaren el caso de Leonardo vemos que las 'd o que,
d ¡ · . . • 1 eas acerca

. Esta es la primera incursión deFreud en el tema del carácter, lo suceden

en: 1915, Pulsiones y sus vicisiludes (un título moralista) y, en 1917,
e ps1coanáhs1s se estaban expandiendo en su intento de acomodarse la
concepción de la vida de una persona como algo unificado que pcxr1 a

•
Transformaciones de las pulsiones en relación con el ero1ismo anal.• Me estudiado longituclinalment.e desde el principio hasta el fin 'en un
'6 · ,
ª serl
aevou-

..
parece que esLaS dos palabras,"vicisitudes" y "transfonnaciones", con las c1 .n en la cual la progresión, Ja regresión y otros procesos se
cuales todavía lucho para poder comprenderlas con precisión, const..ituyen ubicaban vinculados entre sí, para confonnar una historia integrada. En el

•
una importante llave para llegar a Jos cambios en los modelos de pensar caso Freud pareció descubrir que no sólo existía una vida, sino
usados por Freud y deseo invest..igarlas, antes de pasar a Pegan a un niño... también un mundo, y que cada.uno vivía su vida dentro de su mundo que
Primeramente repasaré un poco la historia hasta este punto. En los formaba pane de una concepción propia creada por tanto en s ·
E • . u propia
Es1udios sobre la his1eria, Freud estaba evidentemente dispuesto a estu- mente. mundo era .capaz de romperse en pedazos, ser deshecho 0

•..
diar fenómenos sencillos (como, por ejemplo, la amnesia., la conversión,
la ansiedad), con la simple teoría de que eran resultados de la represión de
ciertos recuerdos. Esto requería alguna acumulación de pulsiones que se
converúa en ansiedad, la que a su vez se transfonnaba, junto con los
recuerdos reprimidos, en síntomas. Era una teoría eitcesivamente simplis-
ta, que presentó problemas casi inmediatamente, cuando Freud comenzó
•
destrozado, Freud también parece descubrir que suceden cosas terribl
una persona cuando permite que su mundo se desintegre de ese mod;s ª
. De manera que todo lo implicado en estos descubrimientos se
l1ó, gradualmente, en algo que razonablemente podría co 'd
. ns1 erarse como
un campo unificado de la psicología, relacionado con la personalidad
desarrollo. Ysu

•1111
a extender su campo de investigación a las neurosis obsesivas, hallando . el mismo período histórico, estaban creciendo otras escuelas
que éstas no podían ser manejadas en términos de reminiscencias. De psicológicas que estudiaban los mismos fenómenos, u otros diferentes. La
aJgún modo, se producía en la neurosis obsesiva una separación de los escuelta de la encaraba Ja psicología desde un punto de vista
• afectos, lo cual daba como resultado que estos últimos eran los reprimidos, diferente, muy fenomenológico, pero completamente
en lugar de los recuerdos. Freud encontró un proceso realmente misterioso. alejado de evol.utivos y el concepto de personalidad. Otras
Estaba convencido de que tenía algo que ver con Ja sexualidad y, al escuela;S teman u.na orientación mucho más sociológica 0 antropológica.
Pero Freud, todo su trabajo dentro de Ja fmne red de la psicologf

•
j

bajo cuatro categorías, el estudio de "los procesos

. • 5< ha opudo, en esic caso, p<x Inducir los tiwle» de le» arúcul<» de Freud desde el
.101 cita Melu.er. and Ju Vici.ssitudei" y "Truu:formaúoru of
Ysu el de la topografía (es decir, niveles de conciencia y problemas
lruuncu m Rcla11on to Anal Erotism"; de otro modo, se haría dificil seguir el dcsarroUo en rel.ac1onados ello: tal pensaba entonces, lo más importante de la ·

•111
1
el resto de ate cap!wlo. [N. del E.1 1 ps1copa1ologta); la cuesL1ón de la dinámica (es decir, Jos mecanismos
í
96

!
i:.
97
 DESARRO LL O KLEINJANO
mentales a través de Jos cuales eran manejadas las energías psíquicas), y
el aspecto económico (es decir, el intento de definir Jos aspectos cuantita-
tivos). En esa época, la palabra "cuantitativo" significaba "energía psíqui-
ca" para Freud, quien Ja considera como algo muy concreto, como si fuera
energía eléctrica o hidrosl.ática o calor. Por tanto, la naturaleza de Ja fonna
de pensamiento de Freud se adaptaba a ese modelo esencialmente hidro-
stático; los conceptos vinculados a los afecLOs también eran casi exclusi-
vamente cuantitativos, concebidos en ténninos de cantidades de excita-
ción en la mente. Como la fenomenología que Freud y otros comenzaron
a eswdiar se extendió más allá de la neurosis obsesiva y entró en el juego
todo el campo del narcisismo en su relación con enfennedades más severas
como. por ejemplo, Jos estados maníaco-depresivos, Ja esquizofrenia o la
hipocondría, se tomó cada ve2 más evidente que esos modelos de
mien10, sencillamente no se concatenaban coherentemente y no consu-
tuían una herramienta útil para la comprensión de los fenómenos clínicos.
A esta altura considera la transferencia, en el consultorio, no meramente
como una resistencia, sino como algo valioso en sf misma. Esto resulta casi
evidente, en ciena meclida, en el caso del "Hombre de las Raias", pero
todavía es más claro en el "Hombre ne los Lobos", donde la transferencia
es vista como una comunicación, con su propio y particular nivel de
validez. Y si bien todavía estaba siendo básicamente utilizada con un
propósito de reconstrucción, esta última, ya no era la simple delineación
111 consecutiva de una cadena de eventos mentales que podía Jlegar, retros-
pecúvamente, hasta la experiencia traumát.ica, o a un acont.edmien10 re-
primido durante la edad temprana; se había convenido (tal como puede
1111
verse en Jos casos de Leonardo y del "Hombre de los Lobos"), en un intento
de reconstruir una vida y todo el desarrollo de una persona: su personali-
dad, sus intereses, sus relaciones.
•
Por el ano 1915, Freud había tenninado con el caso del "Hombre de los
Lobos", sin embargo, pienso que ese l)is10rial pennanecería como el más
decisivo en todo el posterior desarrollo de su pensamiento; escribía Y
•llilJ
pensaba acerca de él, aunque todavía se encontraba muy atado a la teoría
de la libido. Esto queda expresado muy claramente en Pulsiones y...
(1915). Lo que Freud quiere significar a esa altura con el Lénnino
"vicisitudes", parece estar conectado de algún modo con el contexto en
que se desarrolla una persona: su carácter, sus síntomas, lo que tiene de
·sano o de enfenno. Con "vicisitudes de la pulsión", parece querer decir
algo que representa una relación específica con las diferentes fases
evolutivas. Pensaba, junto con Abraham, en el desarrollo de Ja personali-
d 98
-
PEGAN A UN
dad en de una serie de organizaciones; éstas eran concebidas
como asumiendo dos fonnas: pregenital y genital. Ya se consi·d ba
la 'tal . . era que
pregeni diferentes fases: oral y (tal como Abraham ya estaba
pensando) sádico anal, asf como oral y erótico-anal· pero Ja .. : ,- ·6
• · 1 ' w\ ISI n
era entre p.regenital y genital. Se pensaba que Jo pregenital cons-
111wa por.excelencia" el reino del narcisismo, considerado este úJLimo en
estos térmmos de la teoría de la libido; el narcisismo constituye un estadio
del desarrollo del despliegue libidinal (desde el autoerotismo a las rela ·
bº ) )
nes ?
CIO-
, .en el cual, el propio cuerpo es tomado como objeto de las
puls1ones hb1dmales; luego se progresa hasta las relaciones objetales
cuerpos de otras personas son escogidos como tales (es
pnmanamente, como objetos del impulso sexual).
bie.n, 1.a raíz de significación del ténnino "vicisitudes" parece
provenu del s1gu1ent.e planteo:¿Qué sucede con la organización pregenital
el desarrollo avama hacia la organización genital? ¿Hacia dónde
va? las zonas erógenas todavía están, la estimulación está
aun alh, las fantasías y deseos conectados con ella están todavía en aJgun
· de la l Qué es lo que sucede con ellas? Las respuestas a estos
parecen expresadas en ténninos de las fonnas en que la
l1b1d? puede ser manipulada. Freud, pensó en esas manipulaciones en
lénn1 nos idénticos.ª la de los mecanismos de defensa", tales
fueron uuh.zados posterionnente en la historia psicoanalítica. En su
trabaJO habla de los cuatro siguientes: la transfonnación en Jo contrario Ja
sobre el se/f. la represión y la sublimación; no discut.e Jos dos
ulw_nos, ya ha hablado sobre ellos en trabajos anteriores y
su ate?c1ón a losdospnmeros. Tampoco utiliza Ja palabraseifcomo
Lécnico tal como lo hacemos nos0tros actualmente (indicando la
porción de la personalidad que tiene significado de sf mismo y contiene Jos
componentes yo y del ello integrados de un modo funcional); est.á
usando el en una forma puramente descriptiva Para poder com-
prender la idea .de que una pulsión tenga vicisitudes de estos cuatro ti¡x>s,
1-
i nos es necesario recordar que Freud pensaba que las pulsiones t.enían
t
1
1
cualidades que tendían a presentarse en pares, y los más imponanies eran
aquellos relacionados con el odio y el amor (es decir, que tenían los afectos
¡. de Yodi? el par saclismo-masoquismo y el par
¡:
r;. acov1dad-pas1v1dad. También, existe el par masculino-femenino, pero
';. Freud lo reserva para la organización genital; no piensa en la existencia de
una. masculinidad y femineidad pregenitales, sino en términos de activo-
pas1vo. Por tanto, cuando habla de Ja transfonnación de una pulsión en su
99
•
D ESARROLLO KLEINIANO
contrario. Freud quiere significar que, por ejemplo, la pulsión que contiene
•
el afecto amor, puede ser transformada en aquella que contiene el afecto
odio; en forma similar, un impulso o pulsión sádica puede convenirse en
masoquista. Freud no explica cómo se logra ese proceso, sólo dice que
puede suceder. Análogamente, Ja vuelta-contra-el self- es equivalemea un
•
ret0mo al narcisismo: es decir, la retracción de la libido en el se/jpara
transformase en una libido narcisista. Esto es lo que Freud quiere significar
con Ja expresión "vicisitudes de la pulsión", a esta altura. Todavía está
tratando de explicar las cosas atado a la "te0ría de la libido" y a la idea de
que la explicación del campe iamiento y de los sentimientos hun:anos se
debe hallar en el despliegue de las pulsiones; piensa que el despliegue de
las pulsiones está gobernado por esos mecanismos o vicisitudes.
Dos arios más tarde escribirá el artículo denominado Sobre las forma-
ciones de la pulsión. Yo no pienso que sólo a partir de esos títulos uno
pueda decir por qué no pueden ser intercambiables Jos términos "vicisitu-
des" y "transformaciones", ya que ambos son descriptivos. El hecho es que
una forma de pensar enteramente diferente ha comenzado a operar, de un
modo muy sutil, en la ment.c de Freud; lo que describe básicamente en este
articulo tiene que ver con las pulsiones anales: las conectadas con la zona
erógena anal y, por tanto, fundam entalmente vinculadas a la relación del
ano y el recto con la masa fecal; su sentido, significado e implicaciones en
1 la fantasía. Se ocupa de los varios modos en que el impulso anal se
111 relaciona con las heces, modos que tienen significados no claramente
difcrcnciables unos de otros, enumerándolos (en Jo que ahora podría
denominarse "una serie confusional") como sigue: heces-pene-bcbé-
dincro o regalo. Todavía no es claro por qué llama a esto transformación
de la pulsión, ya que no parece tener relación con la pulsión en sí misma,
sino con la forma de concebirla y con la significación que se atribuye a la
acción de actos los instintivos: es decir, que las pulsiones, las excitaciones
y fantasías anales son experimentadas en relación con la masa fecal, que
tiene el significado de pene o de bebé Óde heces.
•111
EslO es. en mi opinión, el comienzo de la psicología del yo, y anuncia
la mue.ne de la teoría de la libido. Estoy seguro de que muchos no estarán
de acuerdo conmigo, pero pienso que esa teoría se acaba en ese período,
siendo recmplai.ada por la psicología del yo y la psicología de las
relaciones objetalcs, que en realidad son la misma cosa, si bien se habla de
ellas como si fueran enemigos mortales. De modo que, al alejarse (en
forma bastante decisiva, en esta ocasión) de un modelo de pensamiento,
Freud ha llegado más cerca de otro que presenta un mayor poder organi-
100
PEGAN A U N N l fiO
zativo, vinculando a los fenómenos y colocándolos en fonna Lal que
constituyan una relación inteligible entre sí, en contraste con una relación
explicativa. Deja de pensar en las pulsiones como simples t.ensioncs cor-
porales que requieren satisfacción, (Jo cual, implica que la felicidad es
equivalente a un agradable estado de tipo comatoso, conocido con e l
nombre de principio de Nirvana) y ahora, considera a Ja mente como algo
que funciona primordialmente en relación con el manejo del significado.
Este abandono del principio energético, en beneficio del estudio de la
mente como un instrumento para la manipulación del significado, parece
ser -tal como he dicho anteriormente- el comienzo de la psicología de
las relaciones objetales y del yo. Y es lo que practicamos actualmente.
En relación con todo esto, resulta interesante sel'ialar que el único Jugar
(según creo) donde la palabra "energía", tomada de la primera ley de Ja
termodinámica, es reemplazada por la palabra "entropía" tomada de la
segunda ley de Ja termodinámica, es hacia el final del caso del "Hombre de
Jos Lobos". Freud la está aplicando a lo que podría denominarse la
"adhesividad" dela libido: es decir, la dificultad que prescnianlas personas
para movilizar sus catexias, sus afectos e intereses, para alterar el equilibrio
de lo que tiene valor e impon.ancia en sus vidas. Está hablando, por Jo tanto,
de la entropía como algo básicamente equivalente a Ja inercia. Pero pienso
que éste constituye un impon.ante avance en su pensamiento, ya que, con
la ayuda de la teoría de Ja información y Ja filosofía lingüística, ha
facilitado nuest:ro desarrollo de Ja idea de entropía. Ya no constituye algo
exclusivo del dominio de la fisica, donde se describe la disminución de la
energía o la forma en que se hace inutil iz.able, como estipula la segunda ley
de la termodinámica, sino que se ha ext.endido para incluir a toda idea de
organiz.ación y progreso del caos al orden. Mi impresión es que esto ejerce
su influencia a lo largo del pensamienlO de Freud de aquí en adelante. Si
bien aún permanecen Jos aspectos formales de Ja teoría de la libido, y el
lenguaje que habla de cateúas, transformación de energías, hipercat.e.xias,
etc., el pensamiento subyacente parece haber sufrido un cambio dramático,
ya no habla en lénninos de energía y su despliegue, sino de significados y
organi.2.ación de sifgnificados, desde modos de pensar caóticos. hasta
modos de pensar mucho más ·armónicos. Es a eslO a lo que ha estado
dirigiendo su at.cnción el psicoanálisis y desarrollándose desde entonces.
Si bien el pequel'lo aniculo Sobre las 1ran.sformaciones las pu/sio-
nes... (J 917), mencionado anterionnente, está basado en agudas observa-
ciones clínicas sobre la falt.a de diferenciación en la organización de lo
pregenital, en parúcular la significación y significado de las heces (como
J OJ
¡/
D ESARROLLO KLE!l'\IANO
pene, bebés) en Ja fase anal, resulta, sin embargo, un anículo de carácter
básicamente teórico. La primera vez que nos enfrentamos con este nuevo
modo de pensar en la clínica, es en el pequeño y maravillosos trabajo
denominado Pegan a un niño.
Antes de comenzar la discusión acerca del mismo, debo señalar que
ningún pacieme me ha dicho jamás "pegan a un niflo ... '",ni sé de nadie a
quien un paciente se lo haya dicho; sin embargo, muchos de los de Freud
parecen haber tenido esa fantasía. Debe haber sido un fenómeno propio del
siglo XIX. Freud mismo puntualiza, de un modo interesante, de que en
realidad no parece. ser un hecho que pueda ser llevado retrospectivamen-
te a Ja época en la cual se pegaba más a los ninos, o que se les golpeara más
en Alemania, o en Viena, en la clase media, o entre los judíos; de hecho,
las personas que tenían esa fantasía eran generalmente gente de clase
media que no habían sido casLigadas,y cuya crianza había sido suave y
apacible. ' ridades sexuales del "Hombre de Jos Lobos", que lo lleva a señalar que, en
Pero, si bien no es frecuente que encontremos estos fenómenos como
tales en la práctica, es evidente que sí hallamos muchas fantasías de
castigo, perversiones y flagelaciones fetich istas. Existe suficiente eviden-
cia como para pensar que la fantasía de "pegan a un nino" -básicamente
con el significado de ser castigado a muerte- yace, de algún modo, en la
raíz de las perversiones sexuales. El propio Freud llega a la conclusión de
que allí donde encontremos masoquismo, también se habrá de encontrar
la fantasía de que "un nino está siendo castigado". Ahora este
enfoque del masoquismo es completamente diferente del que habfa
expresado previamente en el articulo de 1915 sobre las vicisitudes de las
pulsiones. En aquel momento, hablaba del masoquismo corno la vuelta-
comra-el-self de un impulso sádico. Ahora, en cambio, está investigando
las transfonnaciones de la fantasía "pegan a un nino": se pregunta si el ni no
castigado es el sujeto mismo o algún otro; si es varón o nina: si es el padre
o la madre quien lo golpea; si es un-nino amado u odiado. En síntesis, cuál
es el significado de la fantasía. Freud, compara la experiencia de pacientes
del sexo masculino que Ja han tenido, con la de sus pacientes del sexo
femenino, y logra trazar tres estadios diferentes. Su exposición, aunque
extremadamente interesante, resulta confusa. No obstante, Jo que even-
tualn:mente emerge -y Freud lo puntualiza muy claramente-- es que lo
más IITlponante es Ja relación entre la fantasía, y el masoquismo: especí-
ficamente, que el nino "que esta siendo golpeado" es, en un cierto estadio
de la transfonnación de esa fantasía, el paciente mismo. Luego, lo vincula
con la fantasía del "Hombre de los Lobos", en Ja que el principe estaba
102
PEGAN A UN NlflO
siendo golpeado en su pene, y también con las tendencias anales masoquis-
tas expresadas en su necesidad de recibir enemas, etc. En ciena medida, lo
relaciona con su fobia al Jobo, señalando -tal como había realizado
anterionnente-- el hecho de que la misma se hallaba vinculada con su
deseo de ser copulado por su padre, ser castrado, y convenido en mujer.
Cuando retomamos aJ "Hombre de los Lobos", después de haber
estudiado Pegan a un niño y del cambio sufrido en las "vicisi1udes" que se
convierten en "transformaciones" de las pulsiones, advenimos que Freud
mantiene dos proposiciones altamente significa ti vas que, a mi modo de ver
anticipan la posterior revisión de la visión de Freud respecto de la
sexualidad y las perversiones sexuales: el paso desde la formulación
energética y de distribución de la libido, a las funciones, los pensamientos
y los sueños del yo. Las dos afirmaciones a las que me refiero son las
siguientes: primero, Ja definición de fantasía, en relación con las peculia-
la cópula, una persona puede identificarse con otra alojada dentro de la
madre y, con ella, estar siendo copulada por el padre; el coito
tener el significado de ser realmente el bebé que está dentro de Ja madre·
y, segundo, que un hombre puede sentirse identificado con su propio pene:
como un bebé entrando en la madre. Por supuesto. que todavía hoy como
hace veinte anos estamos estudiando precisamente ese tipo de fenómenos:
específicamente, el modo en que las fantasías infantiles se hallan relacio-
nadas con el interior del cuerpo de la madre. Tal como he señalado, esas
dos afirmaciones resultan altamente significativas en tamo son, a mi modo
de ver, las precursoras del gran salto en el vacío que Freud realizó al tratar
las perversiones como estructuras de gran complejidad; al entender la vida
sexual por medio de sus significados, más allá del hecho de constituir un
mecanismo para obtener satisfacción de las tensiones pulsionales; al
concebir las complejas fantasías subyacentes a lo que podría denominarse
descriptivamente un acto sexual ordinario. Más aún, podríamos tratar de
unir esas dos afirmaciones: la de la persona que se identifica con el bebé
que se halla denuo de la mujer que está siendo copulada por el padre, y la
de Ja que lo hace con su propio pene que representa al bebé que vuelve a
entrar en el cuerpo de Ja madre o en su vientre; llegaríamos a visual.izar ta
fantasía subyacente a Ja relación sexual tal como la concebía Freud en ese
momento: el pene entrando en la vagina es el bebé entrando al interior de
la madre y que luego es copulado, con ella, por el pene del padre.
Ahora bien, Freud no hace ninguna referencia precisa sobre ese hecho
en: Pegan a UJJ niño..., y tendremos que esperar algunos ailos para que
103
1
1 DESARROLLO KLEJNIANO
vuelva a hablar acerca del problema, en el trabajo E/ problema económico
dd masoquismo, de 1924. Pero también debemos recordar que ya ha
1
descrito esas fanwíaen el caso del "Hombre de los Lobos"; que ya no está
1ia blando de "vicisiwdes de las pulsiones" y su distribución'óenergética: f
que ha comenz.ado a hablar de las de la n, trans or-
1 macioncs en el sentido de acto, comportamiento o relación. Ha dado un
gran paso adelante en su enfoque de la sexualidad. En el primer
(como ya ha sido sel'lalado) tuvimos que lamentar que, en su
1 Ja considerara esencialmente como un acto absolutamente carente de sig-
nificado, que no se diferenciaba en nada de otros cuyo fin fuera la gratifi-
cación del cuerpo-tales como el acto de rascarse, comer una ciruela o lo
que fu era-excepto en que el coito representaba un modo más convenien-
te, y muchomejor,que mastu.rbarsc. Dicho de otro modo, nada en su teoría
de la sexualidad tendía a otorgarle significación a las personas que estaban
involucradas en el coito. Ahora Freud introduce, en el campo de la
sexualidad, ricas posibilidades para la investigación de su significado.
Se podría objetar que es precisamente lo que ha estado haciendo Lodo
el tiempo; en realidad es así. Si volvemos nuevamente al caso Dora, o a los
1 Estudios sobre la histeria, veremos que, tal como dice Freud, realmente
parecen cuentos conos y dedicados a la investigación de significados. Pero
investigar algo y describir su fenomenología, es muy diferente de contar
con las herramientas conceptuales para poder organizar Jo fenoménico, en
fonna 1.al, que se ordene para alcanzar su significado, y éste pueda ser
convenido en un cuerpo de conocimientos que se preste a ser transmitido
a otros, para su uliliz.ación en el trabajo del consultorio. Realmente, es un
1 período muy importante y atractivo y toda esa labor, fue posibilitada por
el hecho de que Freud contaba con mucho tiempo para pensar en Jo que le
preocupaba: el paradójico tema del masoquismo. Le resultaba paradójico,
1 porque no se adecuaba a su concepto económico del dolor, dado que toda
la tc0ría de la libido, en realidad, :se basaba en el concepto de que la
e).ccsiva csúmulación, interna o externa, era experimentada como displa-
cci o dolor y el alivio de la tensión, lo era, como algo placentero o como
1 menor displacer. No exisúa ninguna forma de explicar el fenómeno del
masoquismo dentro de los límites de esta formulación; es decir, para
explicar el porqué del placer de ser objeto de un comportamiento sádico
1 que c.::iusa dolor. Ahora bien, Freud no adelanta mucho en el problema
cspc:cífico del masoquismo, ni siquiera en Pegan a niño... , si bien allí
scnala la serie de transfonnaciones de la fantasía, desde "están golpeando
1 a un niño" a "un niño que odio está siendo golpeado", y de ahí a "estoy
104
1 J
: iendo golpeado
PEGAN A UN
mi padre" y, a cierta aJtura de est.a transformación
soy amado por m1 padre porque está golpeando a otro se 1 '
al ' od " vue vede
•IV •
gun m .º a que soy amado por mi padre porque me está castigando"
. Freud no ha llegado al reconocimiento de los procesos d;
iden1Jficac1ón. Ha estado constantemente rozando el hacerlo desde que
ª.hablar de la homosexualidad de Leonardo, sobre la base de la
1den1Jficac1ón con su madre y an1ando a un joven del mismo modo en que
su madre lo amó a é.I; desde que comenz.ara a hablar de la identificación de
Schreber con su mu1er y el deseo de ser una mujer, que está siendo copulada
?: en su relación con Dios; ha estado cerca del problema en el caso del
de los Lobos'', cuando habla de Ja identifi cación con la menona-
gia de su .madre o con su hermana en el episodio del llanto ante Ja tumba
de Pushkm. En Duelo y melancolía está, por supuesto, constantemente al
borde d.e hacerlo, cuando plantea la cuestión de quién es realmente el que
sufre, s1 el yo reprochando al ideal del yo o a la inversa...
.cuando intenta la paradoja que plantea el dolor psíquico,
casi llega a conceptuahzar la identificación; pienso que éste constituyó uno
de los. obstáculos que determinan su insatisfacción con la teoría
i
1
¡
de .vv1r
la libido, en. tanto teoría explicativa·• evidentemente • el masoq u1smo
se yvuia explicar sobre Ja base de esa teoría.
La
·
según la cuaJ la pulsión se vuelve-cont.ra-el-
no
l uulIZada en y sus vicisitudes, es un simple malabarismo
Yno sa11sface ningún requisito, dado que no describe el proceso
J
siix:i simplemente le agrega más palabras. Definir el masoquismo como "ei
1 qu: se vuelve contra el self' es fáci l, pero en realidad no aumenta
la mfonnac1ón. En Pegan a un niño ... Freud se acerca al reconocimiento
d.e la fantasía
siendo. por
principal: "me identifico con un nino que está
porque mi padre me ama a mí y odia a ese
i otro niño . La 1den11ficac1ón es implícita. Cuando reunimos esto c
dos proposiciones realizadas en el caso del "Hombre de /:;;
Lobos , acerca de la copulación cpn un nino que se encuentra denLro del
1 cuerpo de madre, se puede comenz.ar a vislumbrar el proceso que casi fue
por Freud. En lugar de "mi padre copulando con aquel niño"
º. m1padre go_lpeando a aquel niño". se podría entender "yo soy aquel
nino, y estoy siendo copulado por mi padre denrro de mi maare en esa
forma
masoqwsmo.
dolorosa, porque me ama". He aquí Lodo el problema del
'.
:
i
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