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GUERRA
ESPIRITUAL, ARMADURA DE DIOS.
EFESIOS 4,11
EFSIOS 6,10-18
2 REYES 2, 5,
1 Y 2 LIBRO DE SAMUEL
Escribo esta nota para un Ministro de Dios, es El, quien me pone a recordarlas para entregarlas
como vino nuevo, pan, fresco y aceite del Espiritu Santo.
Profeta es el que habla de Dios para otros o, para sí mismo. Transmite al mundo, a la iglesia, a
la naturaleza, al inframundo, al mundo aéreo, terrestre o subterráneo, marítimo, acuático o sub
acuático.
Profeta es un llamado desde antes de nacer, Jeremías 1, 5“antes de que me conocieras te llamé
como profeta a las naciones”, no hay edad para ser profeta, el espíritu no tiene edad. Un bebe
puede ser profeta o un anciano, Dios habla en diferentes formas, idiomas y contextos. Un bebe
balbuciente puede estar hablando en lenguas y reprendiendo demonios. Hay varios que fueron
llamados desde el seno de la madre y lo escribieron, David en el salmo 22, 10; Isaías 49,5; Sansón
en Jueces 13,7; 16,17; Juan Bautista Lucas 1,15.
El Profeta no pide serlo. A Dios le plació escogerlo. Por esa razón el profeta como ser humano
tiene muchas luchas, batallas, guerras, problemáticas a nivel personal porque en ocasiones no
quiere serlo. El precio es alto, es soledad, hostigamiento, señalamiento pues a nadie le gusta
que lo confronte y le descubran su pecado.
El profeta mediador es, cuando intercede por otro, como cuando Abraham intercedió por
Sodoma, Génesis 18, 16-33, el profeta es un mandadero y su principal virtud debe ser la
Obediencia.
Hay profeta de Oficio, mientras hay otros que fluyen en lo profético por el don, los dones del
Espíritu Santo son nueve ¡Corintios 12, 4-31, son es para todos, cualquiera puede profetizar sin
ser profeta! La burra de Balaam profetizó y no dejó de ser burra, nos pueden profetizar un impío,
un indigente, un pastor, o cualquiera. La palabra que surja de la profecía debe ser examinada.
Porque primero Dios habla al corazón de la persona y la profecía lo que hace es confirmarla.
El espíritu de la Profecía es el testimonio de Jesús, apocalipsis 19,10. Y la Palabra profética más
segura se llama o está en la Palabra Escrita en la Biblia. 2 Pedro 1, 19-21.
EL MINISTERIO.
El Ministerio del profeta es un Oficio, puede ser territorial, a las naciones, a un pequeño pueblo,
familia, o congregación. Puede ser de gobierno al lado de reyes y gobernantes como Jeremías,
Isaías, Daniel, José.
En las sagradas escrituras los clasifican por mayores según la extensión de sus escritos y la
influencia, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, y menores como Oseas, Joel, Amós, Abdías,
Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías.
El profeta exhorta, consuela y trae juicio. Destruye la obra del diablo mostrándola. Por eso los
profetas son atalayas, ocupan lugares altos y de privilegio para ver, por eso son videntes, 1
Samuel 9,9-10 y los dirigentes, lideres, pastores, ministros le consultan porque reconocen el
cumplimiento de la palabra y la dirección de Dios a través de un plan, programa, o proyecto,
pues la palabra cuando viene de Dios se cumple.
El profeta siente el dolor, llora, y gime por las almas, por los juicios que Dios le anuncia para
pueblos, personas o comunidades por falta de arrepentimiento o conversión por delitos y
pecado, a Jeremías le dicen el profeta llorón Jeremías 8, 18-22 y el libro de Lamentaciones.
El ministerio profético debe estar al lado de apóstoles, profetas para advertir o presentar
diseños de los anuncios de Dios para los tiempos.
El profeta como pasaba con las tribus de isacar es experto en los tiempos y presenta la palabra
acompañado del tiempo del kayros de Dios, trae estrategias para el evangelismo, sobre la visión
y misión de una congregación, sobre los planes y propósitos de Dios con una nación,
advertencias y prevenciones de los planes de los tiempos por venir, anuncia la segunda venida
de Jesús, advierte sobre los falsos profetas, doctrinas erráticas, el ecumenismo, centra la
predicación en el arrepentimiento y reconciliación con Cristo, el apocalipsis es su libro de
consulta, es experto en guerra espiritual estratégica, maneja niveles de oración, intercesión
profunda, ayunos, tomas de lugares altos, profetiza a los aires, aguas, vegas, cerros, montes,
valles.
El ministerio profético incursiona en la guerra espiritual enfrentando los emisarios del diablo,
conoce sobre divinidades y sobre el inframundo, decreta, planta, arranca, destruye, obra de las
tinieblas en la tierra. Jeremías 1,10.
Es osado, no ve sino baja diseños, trae al presente las cosas que no existen, declara y por la
palabra del profeta Dios las cumpla, Eliseo y la mujer que no tenía hijo, la Sunamita 2 Reyes 4,
8-37.
El ministerio profético debe ser extendido a otros que tienen llamado. Los profetas no se
ordenan, recibe el MANTO.
Estudiando las escrituras y discerniendo los emisarios del diablo en la región, iglesia,
congregación, familia, empresas, los espíritus territoriales de las tinieblas que imperan en las
regiones, localidades, donde el Señor ha designado a un profeta.
El profeta debe orar en lenguas en todo tiempo y lugar 1 Corinitos 14.1; Efesios 6,18 es el broche
el cierre de la armadura.
La oración del profeta debe llegar a las regiones espirituales de cualquier lugar del mundo, opera
en todo el universo, orando e intercediendo por cualquier punto del universo, hablando a la
naturaleza, reprendiendo al príncipe de la potestad de los aires cuando hay tormentas,
terremotos, inundaciones, huracanes, Isaías profetizaba a los montes, los valles.
La unción profética es el ambiente que se expande cuando lo profético fluye, cuando hay
compañía de profetas, el ambiente espiritual cambia, se explota y rompen ataduras y ligaduras
de impiedad, el mundo de las tinieblas no puede avanzar, sino que retrocede.
Pueden profetizar personas que no son profetas y tener visiones, sueños, y descifrar e
interpretar las oraciones en lenguas que se estén produciendo.
La unción profética para hacer tomas espirituales de lugares es necesaria por el efecto poderoso
que esta causa.