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Datos de la Sentencia
Fecha: 04/12/2020
Sala: Casación Social
Magistrado Ponente: Danilo Mojica
Partes: Jennifer Mercedes contra Bildados del Zulia Occidente,
C.A. (BLIZOCA)
Número de Sentencia: 0056

Contenido Relevante
Materia Criterio Establecido
Despido indirecto Cuando el patrono se vale de circunstancias
en reinserción por indirectas para que el trabajador se retire de la
enfermedad empresa, estamos en presencia de un despido
ocupacional indirecto, lo cual da lugar a un retiro justificado.
Caso que el patrono se niega a reubicar a un
trabajador tras verificación de enfermedad
ocupacional; siendo que por el contrario, lo
incorporó en el mismo puesto de trabajo que le
causó la enfermedad ocupacional.
Ponencia del Magistrado Dr. DANILO A. MOJICA MONSALVO.

En el juicio que por cobro de indemnizaciones derivadas de accidente de trabajo, interpuesto por la
ciudadana JENNIFER MERCEDES VARGAS BAPTISTA, representada judicialmente por los abogados Senovia
del Carmen Urdaneta Guerra y Yaneth Francisca Rojas Lares, contra la sociedad mercantil BLINDADOS ZULIA
OCCIDENTE C.A., representada judicialmente por los abogados Rosanna Medina Parra, Daniela Uribe Rincón,
Dayhan Ramones Montanez, Celestino Vega López, Magdalena Antunez Queipo, Verónica Fuenmayor, Melina
Andreína Vásquez Parra y Rossana Cristina Gómez Soto; el Juzgado Superior Accidental del Trabajo de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en fecha 26 de julio de 2019, declaró sin lugar el recurso de apelación
interpuesto por la parte demandante, sin lugar el recurso de apelación interpuesto por la parte demandada,
parcialmente con lugar la demanda y anuló de oficio la decisión proferida por el Juzgado Segundo de Primera
Instancia de Juicio del Trabajo de la misma Circunscripción Judicial, que en fecha 31 de enero de 2018, declaró
parcialmente con lugar la demanda.

Contra el fallo del Tribunal Superior, la representación judicial de la empresa demandada anunció recurso
de casación, el cual fue admitido, motivo por el cual se ordenó la remisión del expediente a esta Sala de
Casación Social.

Recibido el expediente en esta Sala de Casación Social, se dio cuenta del asunto en fecha 10 de enero del
año 2020, y se designó ponente al Magistrado Dr. Danilo Mojica Monsalvo.

Fue consignado el escrito de formalización por la parte demandada. No hubo impugnación de la parte
demandante.

Por auto de fecha 10 de febrero de 2020, se fijó la audiencia pública y contradictoria para el día martes
diez (10) de marzo del año dos mil veinte (2020) a las diez de la mañana (10:00 a.m.).
Concluida la sustanciación de esta causa, realizada la audiencia oral y pública y siendo la oportunidad
legal para decidir, pasa esta Sala de Casación Social, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la
suscribe, a pronunciarse en los términos que se indican a continuación:

DEL RECURSO DE CASACIÓN


CAPÍTULO I
INFRACCIÓN DE LEY
I

Con fundamento en el numeral 2 del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, denuncia la
demandada recurrente que el ad quem incurrió en el vicio de falso supuesto, ya que conforme al literal f) del
artículo 80 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, condenó a la demandada al
pago de la indemnización por retiro justificado, al argumentar que si bien el Instituto Nacional de Prevención,
Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) certificó que la trabajadora tiene 52% de discapacidad parcial y
permanente, y que por lo tanto, tenía limitaciones para desarrollar actividades laborales que implicaran flexo
extensión forzada y repetitiva de manos como lo venía haciendo conforme al cargo que ocupaba en la empresa,
la demandada no la reubicó una vez que se reincorporó del reposo médico en un cargo distinto, razón por la que
la demandante se vio forzada a renunciar.

Alega que el vicio de falso supuesto en el que incurrió la recurrida, se configuró cuando declaró procedente
la indemnización por retiro justificado, argumentando que la demandada por causa de omisiones e
imprudencias, incurrió en el agravamiento del accidente ocupacional, que desencadenó en la renuncia de la
demandante en la empresa demandada, sin especificar cuáles fueron esas omisiones e imprudencias causadas
por la empresa y sin considerar que había determinado en la sentencia, que no se evidenciaban violaciones
sobre condiciones de seguridad, higiene y medio ambiente del trabajo, es decir, que no hubo incumplimiento por
parte de la demandada en las referidas condiciones que pudieran agravar el diagnóstico certificado por el
Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL).

La Sala para decidir observa:

Del análisis realizado de la denuncia formulada por la demandada recurrente, se entiende que a su juicio el
juez Superior incurrió en el vicio de falso supuesto por haber condenado a la demandada al pago de la
indemnización del retiro justificado, en virtud que la demandante renunció al cargo que venía ocupando en la
empresa, en razón de ésta no la reubicó en un cargo distinto, una vez que se incorporó del reposo médico, en el
que no se siguiera comprometiendo las limitaciones que había certificado el Instituto Nacional de Prevención,
Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), tales como aquellas actividades que involucraran flexo extensión
forzada y repetitiva de manos.

Respecto al vicio denunciado por la demandada recurrente, ha reiterado esta Sala que el vicio de falso
supuesto constituye un error de hecho que consiste en una percepción equivocada del juez que conduce al
establecimiento de un hecho concreto sin que existan elementos probatorios que lo evidencien, o cuya
inexactitud resulta de actas e instrumentos del expediente mismo, o por haberse atribuido a instrumentos o actas
del expediente menciones que no contiene, y en ningún caso se trata de un error de derecho al momento de
calificar jurídicamente la situación fáctica.

Ahora bien, la sentencia recurrida determinó respecto a la forma de terminación de la relación laboral, lo
siguiente:

(…) Por último, la accionante reclama el pago la indemnización correspondiente


por Retiro Justificado de conformidad con los artículos 92 (sic) 80 de la Ley Orgánica del Trabajo,
los Trabajadores y las Trabajadoras, en la cantidad d (sic) TRESCIENTOS NOVENTA Y SEIS MIL
SETECIENTOS TREINTA Y CUATRO BOLÍVARES CON NOVENTA Y OCHO CÉNTIMOS (Bs.
396.734,98).

Ahora bien, ha quedado establecido que la accionante efectivamente padece de una enfermedad de
origen ocupacional, más allá de que no exista responsabilidad subjetiva imputable a su empleador,
hoy demandado, lo cierto es que la referida enfermedad certificada por el INPSASEL, determinó que
producto del padecimiento sufrido, la ciudadana Jennifer Vargas tiene una Discapacidad (sic) Parcial
(sic) Permanente (sic) del 52%, con limitaciones para desarrollar actividades laborales que
impliquen flexo-extensión forzada y repetitiva de manos, lo que sin duda involucra estar limitada, a
cumplir las funciones que como cajera integral desarrollaba para la patronal, tareas estas
descritas ut supra y que se dan aquí por reproducidas; en consecuencia, y siendo que no está
discutido que hasta la culminación del vínculo laboral la trabajadora se mantuvo en el mismo puesto
de trabajo como seleccionadora de billetes o cajera integral, es decir que no fue reubicada, a pesar
de la certificación emitida el 17 de julio de 2015; se tiene que evidentemente al encontrarse la
demandante impedida por razones de salud a desempeñar las funciones que debía cumplir en el
marco del cargo que detentaba, y siendo, como se dijo, que la patronal no hizo una reubicación de la
misma conforme a sus capacidades físicas, el retiro de la misma se considera como justificado
conforme al literal “f” del artículo 80 de la ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las
Trabajadoras. Así se establece. (Descado del fallo recurrido).

De la transcripción parcial de la sentencia recurrida se desprende que el Juez Superior condenó a la


demandada al pago de la indemnización por retiro justificado conforme al literal “f” del artículo 80 de la ley
Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, en virtud de que el Instituto Nacional de Salud y
Seguridad Laborales (INPSASEL) le certificó en fecha 17 de julio de 2015, a la demandante una “enfermedad de
origen ocupacional” y que por lo tanto padece de una discapacidad parcial y permanente del 52% con
limitaciones para desarrollar actividades laborales que impliquen flexo-extensión forzada y repetitiva de manos,
pero que en razón de que la demandada no la reubicó en un cargo distinto donde no continuara ejerciendo las
referidas actividades que ocasionaron la certificación de discapacidad, renunció al oficio que desempeñó en la
empresa demandada.

En tal sentido, el artículo 80 de la Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y las Trabajadores,
establece, lo siguiente:

Artículo 80.- Serán causas justificadas de retiro los siguientes hechos del patrono o de la patrona,
sus representantes o familiares que vivan con él o ella:
(Omissis)
f) Omisiones o imprudencias que afecten gravemente a la salud y seguridad del trabajo.
Ahora bien, esta Sala de forma excepcional desciende a las actas del expediente y procede a verificar la
“CERTIFICACIÓN” que se encuentra a los folios 109 al 111 de la segunda pieza del expediente, de la que se
evidencia documento original de de fecha 24 de abril de 2015, suscrita por la Médico Ocupacional II del Servicio
de Salud Laboral de la Geresat Zulia, adscrito al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales
(INPSASEL) doctora Delia Parra, que establece que la ciudadana Jennifer Mercedes Vargas Baptista asistió a la
consulta de medicina ocupacional en fecha 28 de noviembre de 2014, a los fines de evaluación médica, ya que
declaró haber sufrido accidente de trabajo en fechas 03/02/14 y 11/06/2014, al estar prestando sus servicios
como cajera integral para la entidad de trabajo Blindados del Zulia, que conforme a los resultados de las
investigaciones de accidente de trabajo por la Coordinación Regional de Inspecciones de DIRESAT, se
determinó que tras haber sufrido la trabajadora un accidente en la empresa que le ocasionó una lesión de su
brazo derecho, posteriormente, estando prestando sus labores en el cargo de cajera integral, al proceder a
cambiar el precinto (etiqueta de información e identificación del dinero) y al momento de enligar un libro (10
piezas de 100 piezas de billetes, equivalen a 1000 piezas) la liga se rompió y la misma golpeó la palma de la
mano derecha ocasionándole la lesión; que al realizársele la evaluación médica ocupacional, se determinó el
diagnóstico de tenosinovitis flexora del dedo anular y meñique mano derecha post-traumática, para lo cual
requirió estudios (electromiografía) y reposo médico; que le certificó accidente de trabajo que le ocasionó al
trabajador un diagnóstico de tenosinovitis flexora del dedo anular y meñique mano derecha post-traumática, que
le origina a la trabajadora una discapacidad temporal desde el 11 de junio de 2014 hasta el 31 de julio de 2014.

Asimismo, a los folios 87 y 88 de la misma pieza del expediente, se encuentra “CERTIFICACIÓN” de fecha
17 de julio de 2015, suscrita por la Médico Ocupacional II del Servicio de Salud Laboral de la Geresat Zulia,
adscrito al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) doctora Delia Parra, de la
que se desprende que una vez realizada a la trabajadora Jennifer Mercedes Vargas Baptista, la evaluación
integral que incluye los cinco (5) criterios: 1.- Higiénico-ocupacional; 2.- Epidemiológico; 3.-Legal; 4.-Parácliníco
y 5.- Clínico, se determinó a través de la investigación realizada por el referido servicio de Seguridad y Salud en
el Trabajo, que la trabajadora tenía una antigüedad laboral de seis (6) años y cinco (5) meses realizando
actividades que implican en el cargo de cajera integral, contar, clasificar y embalar los libros de billetes de
acuerdo a su estado físico y billetes falsos, sellar cada libro de billetes contados y seleccionados, llenar hojas de
informes asociados a las operaciones de recepción, conteo, clasificación y entrega de billetes; buscar insumos y
herramientas de trabajo (máquinas, ligas, precintos), sellar precintos correspondientes a 60 libros diarios
recibidos; tomar las pacas y seleccionarlas manualmente en tres tipos de billetes; contar la cantidad de billetes
de cada tipo con ayuda de las máquinas contadoras para luego armar las pacas; colocar una liga a cada
precinto correspondiente según el banco y la denominación; trasladar de manera manual los libros en grupos de
10 hasta la máquina plastificadora. Que en cuanto a las condiciones disergonomicas del puesto de trabajo,
muestra un conjunto de funciones significativas donde se destaca una alta exigencia física, movimientos
repetitivos de manos y miembros superiores; que desde el año 2014, la trabajadora refirió presentar cuadro de
enfermedad actual caracterizado por la aparición de dolor y parestesias en miembros superiores que fueron
aumentando, ameritando consulta con especialista en ortopedia y traumatología, quien determinó diagnóstico de
síndrome del túnel carpiano izquierdo y entrampamiento de nervio cubital en el canal guyón de ambas manos,
además de bursitis subracromial de hombro izquierdo, practicando cirugía de codo y la mano derecha,
ameritando infiltración de hombro izquierdo; que dichas patologías descritas constituyen un estado patológico
contraído con ocasión del trabajo, imputado a los agentes disergonómicos conforme al artículo 70 de la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.

Posteriormente, la referida “CERTIFICACIÓN” estableció que el diagnóstico que presenta la trabajadora es


síndrome de túnel carpiano izquierdo, enfermedad de guyón bilateral, bursitis subracomial de hombro bilateral,
consideradas como enfermedades ocupacionales contraídas en el trabajo que le ocasionan a la trabajadora una
discapacidad parcial y permanente según lo establecido en los artículos 78 y 80 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, determinándose por aplicación del Baremo Nacional
para la asignación del porcentaje de discapacidad por enfermedades ocupacionales y accidente de trabajo, un
porcentaje de discapacidad de cincuenta y dos (52%), con limitación para desarrollar actividades laborales que
impliquen flexo-extensión forzada y repetitiva de ambas manos, manejo de cargas de peso excesivo.

De los referidos documentos públicos administrativos, se desprenden que a la trabajadora le diagnosticó el


médico ocupacional del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) una
discapacidad parcial y permanente del 52%, en razón de presentar síndrome de túnel carpiano izquierdo,
enfermedad de guyón bilateral, bursitis subracomial de hombro bilateral, por lo que se encuentra limitada de
realizar actividades que comprometan la flex-extensión forzada y repetitiva de ambas manos, así como el
manejo de cargas de peso excesiva; asimismo estableció dicho ente administrativo, que la trabajadora sufrió un
primer accidente en la empresa que le ocasionó una lesión de su brazo derecho, razón por la que le certificó la
referida institución, una discapacidad temporal desde el día 11 de junio de 2014 hasta el 31 de julio de 2014, por
haber presentadolas referidas patologías, así como bursitis subacromial de hombro izquierdo, cirugía de codo y
de la mano derecha, también ameritó infiltración de hombro izquierdo; y, posteriormente, realizando actividades
inherentes a su cargo, se rompió una de las ligas con las que trabajaba, golpeándole la palma de la mano
derecha ocasionándole una lesión que al realizársele la evaluación médica ocupacional, se determinó el
diagnóstico de tenosinovitis flexora del dedo anular y meñique mano derecha post-traumática, para lo cual
requirió estudios (electromiografía) y reposo médico.

Por su parte, el artículo 100 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo,
establece lo siguiente:

Artículo 100.- Finalizada la discapacidad temporal, el empleador o empleadora deberá incorporar o


reingresar al trabajador o la trabajadora que haya recuperado su capacidad para el trabajo en el
cargo o puesto de trabajo que desempeñaba con anterioridad a la ocurrencia de la contingencia, o
en otro de similar naturaleza.
Cuando se haya calificado la discapacidad parcial permanente, o la capacidad total permanente para
el trabajo habitual, el empleador o la empleadora deberá reingresar y reubicar al trabajador o a la
trabajadora en un puesto de trabajo compatible con sus capacidades residuales.
Para cumplir con esta obligación, el empleador o la empleadora efectuará los traslados de personal
que sean necesarios.
En todos estos casos, el empleador o la empleadora informará de las medidas adoptadas al Instituto
Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales para su debida supervisión y evaluación. (…).

El artículo parcialmente transcrito establece la incorporación o reintegración del trabajador a su puesto de


trabajo finalizada la discapacidad temporal certificada por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales (INPSASEL) en el cargo que ocupaba o en un cargo similar; no obstante, establece el primer
parágrafo, que el empleador o empleadora deberá reubicar al trabajador en un puesto de trabajo compatible con
sus capacidades residuales, cuando se le haya calificado una discapacidad parcial y permanente para el trabajo
habitual, razón por la cual el empleador deberá realizar el traslado del personal que sea necesario, y a su vez,
informar al referido instituto, para su debida supervisión.

Esta Sala en sentencia N° 262 de fecha 13 de julio de 2000 (caso: Ivonne Carolina Mouledous
López contra la sociedad mercantil Las Olas Resort, C.A.) estableció al equiparar retiro justificado al despido
injustificado, lo siguiente:

(…) Hemos señalado que nuestra Ley Orgánica del Trabajo regula la controvertida materia del
denominado despido indirecto en el artículo 103 como causal de retiro justificado. El despido
indirecto constituye un incumplimiento contractual que va más allá del jus variandi. Nos vamos a
permitir definirlo, como aquella situación en la cual el patrono, a fin de ponerle término a la
relación de trabajo, se vale consciente e intencionalmente en forma disimulada o solapada de
mecanismos indirectos para que el trabajador se retire de la empresa” (Bernardoni; Bustamante;
Carvallo; Goizueta; Iturraspe; Jaime; y Otros; Comentarios a la Ley Orgánica del Trabajo, Caracas,
1999, pp. 101).
“En la doctrina se utilizan diferentes términos para designar la figura jurídica que comprende la
denuncia del contrato por el trabajador, impuesta por un hecho imputable al empresario o derivada
del mismo. Se utilizan como más frecuente la expresión ‘despido indirecto’. (...) En realidad, el
trabajador se encuentra ante una situación de despido; y la misma se define por una conducta
imputable al empresario. El problema que se plantea es lo relativo a la causa de disolución del
vínculo y la responsabilidad que, por el motivo determinante, incumbe a una de las partes. En el
despido indirecto, o en la renuncia o dimisión forzada, hay un acto jurídico que origina las mismas
consecuencias que el despido injustificado realizado en forma directa. (...) Cuando el trabajador se
ve obligado, por despido indirecto del patrono, a retirarse de la empresa donde presta sus
servicios, la situación es la misma que si el patrono hubiera despedido al trabajador sin justa
causa (...) Debe tenerse en cuenta que, tanto en el supuesto de despido sin justa causa como
en el despido indirecto por causa imputable al patrón, el objetivo perseguido por éste
consiste en desprenderse de un trabajador a su servicio y sin motivo alguno imputable a él .
Las normas generales expresadas en relación con el despido injustificado del trabajador resultan
aplicables al despido indirecto” (Cabanellas, Guillermo; ob. cit., pp. 405 y 406) (Subrayados y negrilla
de la Sala). (Resaltado añadido).

Así pues, conforme al criterio jurisprudencial citado supra, podemos considerar que cuando el patrono se
vale de circunstancias indirectas para que el trabajador se retire de la empresa, estamos en presencia de un
despido indirecto, es decir, que cuando el trabajador se ve obligado a renunciar al trabajo por despido indirecto
del patrono, se puede equiparar a la existencia de un despido sin justa causa, ya que el objetivo principal del
patrón, es desprenderse de su trabajador sin motivo alguno.

Ahora bien, con respecto al despido indirecto, esta misma Sala en sentencia N° 0970 de fecha 1° de
noviembre de 2017 (caso: Andrés José Matheus Gámez contra Xcalibur Distribuciones, C.A.), determinó, lo
siguiente:

Como se aprecia, el dispositivo legal supra transcrito enuncia los hechos objetivos imputables al
patrono, sus representantes o familiares que constituyen una causal de retiro justificado como forma
de extinción de la relación laboral, imponiéndoles una indemnización por incurrir en algunos de los
supuestos allí contemplados, la cual se equipara a la prevista en el artículo 92 de la Ley Orgánica del
Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras por la ocurrencia de un despido injustificado o en los
casos de terminación por causas ajenas a la voluntad del trabajador o trabajadora.
Importa destacar que dentro de los supuestos que originan el retiro justificado, se incluye el despido
indirecto -vid. literal j)-, el cual proviene de una conducta imputable al empleador que ocasiona
una modificación de las condiciones laborales en perjuicio del trabajador, induciendo a éste
último a dar por terminada la relación y, por ende, a retirarse justificadamente de la entidad
donde presta sus servicios. (Resaltado añadido).

Conforme a la mencionada norma de la Ley Sustantiva Laboral y a los reiterados criterios


jurisprudenciales, que refieren lo que se entiende por retiro justificado y su equiparación con el despido indirecto,
esta Sala observa que tal y como lo determinó el Juzgador de alzada, la empresa demandada no reubicó a la
trabajadora en un cargo similar o distinto al que venía ejerciendo una vez que se reintegró del reposo médico,
específicamente en un cargo que no comprometiera de ninguna forma, movimientos de flexo extensión forzada
de ambas manos, ni manejo de cargas de peso excesivo, ya que en fecha 24 de abril de 2015, conforme a las
certificaciones que fueron analizadas ut supra, el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales
(INPSASEL), le certificó una discapacidad temporal desde el 11 de junio hasta el 31 de julio de 2014, por haber
presentado “tenosinovitis flexora del dedo anular y meñique mano derecha post-traumática”, en razón de que
sufrió un accidente de trabajo que ameritó estudios médicos a nivel traumatológicos y reposo; posteriormente,
en fecha 17 de julio de 2015, el referido Instituto, determinó que la trabajadora presentó desde el año 2014, un
cuadro de enfermedad actual caracterizado por la aparición de dolor y parestesias en miembros superiores que
fueron aumentando, ameritando consulta con especialista en ortopedia y traumatología, quienes le
diagnosticaron “síndrome de túnel carpiano izquierdo y entrampamiento de nervio cubital en el canal de guyón
de ambas manos, además de bursitis subracomial de hombro izquierdo, practicándole cirugía de codo y de la
mano derecha, así como infiltración de hombro izquierdo”; alegando además que dichos padecimientos descritos
constituyen un estado patológico contraído con ocasión del trabajo “imputable a la acción de agentes
disergonomicas en que la trabajadora se encontraba obligada a trabajar durante el tiempo que prestó servicios
en los cargos de cajero integral y seleccionador de billetes”, por lo que le fue certificada un discapacidad parcial
y permanente en un 52%.

En ese sentido, ésta Sala observa que conforme a las consideraciones realizadas, efectivamente la
empresa demandada actuó de forma negligente e imprudente, cuando debió, y no lo hizo, conforme al artículo
56 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, reubicar a la trabajadora una
vez reincorporada de su reposo médico en un cargo distinto o similar, pero nunca dejando que ejerciera las
mismas ocupaciones laborales que venía realizando, o haciendo caso omiso al diagnóstico médico, ya que no
fue sino hasta el 28 de febrero de 2016, que presentó la renuncia al cargo conforme a lo alegado por ésta en el
escrito libelar, específicamente por haber quedado discapacitada para continuar ejerciendo dichas labores,
siendo que el empleador no actuó como un buen padre de familia -o no demostró lo contrario conforme a la
distribución de la carga de la prueba- según lo establecido en el artículo 1.185 del Código Civil, analizado
reiteradamente por esta Sala, especialmente en la sentencia N° 1525 de fecha 10 de octubre de 2006
(caso: María Eugenia Báez contra Distribuidora de Carnes Araurima, C.A. y Federico de Nisco Oliveiro), cuando
definió la culpa, la negligencia y la imprudencia, de la manera siguiente:
Como colorario de lo anterior, se reitera que el artículo 1185 del Código Civil distingue, ab
initio, entre daño intencional y daño causado por imprudencia o negligencia y, en aparte único,
el abuso en el ejercicio de un derecho como una conducta antijurídica mediante la cual se
irrespeta el derecho de los demás por excederse de los límites consagrados normativamente;
no obstante, desde sus efectos, ambas distinciones producen para el agente la responsabilidad de
reparar la totalidad del daño causado al tercero.
En ese sentido, interesa delimitar conceptualmente el dominio de los actos culposos. Para los
hermanos Mazeaud, la culpa consiste ‘en un error de conducta tal que pueda tenerse la certeza de
que en él no habría incurrido una persona prudente y diligente colocada en las mismas
circunstancias externas’. Se entiende que una actuación es negligente cuando ante la existencia
de una obligación de hacer, el agente la infringe, bien por no ejecutarla, o porque la desarrolló
en forma insuficiente; en cambio, existe imprudencia cuando, ante la obligación de no hacer,
el agente desarrolla dicha actividad o conducta.
Ahora bien, del análisis de las deposiciones del ciudadano Federico de Nisco Oliveiro se observó
cómo éste afirma en su denuncia que la ciudadana María Eugenia Báez hurtó entre otras cosas,
cantidades de dinero, sellos, y el documento de registro de comercio de la empresa
DISTRIBUIDORA DE CARNES ARAURIMA C.A.; por su parte, el Juzgado Décimo Cuarto de
Primera Instancia en lo Penal y de Salvaguarda del Patrimonio Público de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, mediante decisión de fecha 26 de octubre de 1993, declaró
terminada la averiguación conforme a lo establecido en el artículo 206, ordinal 1º del Código de
Enjuiciamiento Criminal, y así lo confirmó el Juzgado Superior Tercero en lo Penal de la referida
Circunscripción Judicial mediante decisión de fecha 24 de marzo de 1994; con lo cual quedó
demostrado que el patrono no actuó con la diligencia de un buen padre de familia, por el
contrario, acusó con negligencia, imprudencia e impericia, pues de manera infundada formuló
con base en conjeturas de estricta índole personal, menguadas con la declaratoria de “terminada la
averiguación” y archivo del expediente, confirmatoria, a prima facie de la solvencia personal y moral
de la reclamante. (Resaltado añadido).

En virtud de todo lo anteriormente expuesto, se evidencia que la sentencia recurrida no se encuentra


incursa en el vicio alegado, ya que conforme a las pruebas existentes a los autos determinó que ciertamente la
trabajadora padece de una discapacidad parcial y permanente para el trabajo y que por estar limitada a cumplir
las mismas funciones que realizaba antes del reposo médico, al no haber sido rehubidada en otro puesto para
continuar prestar sus servicios, concluyó que la renuncia se debió a las razones señaladas por la demandante
en el escrito libelar, declarando que efectivamente la relación laboral se terminó por retiro justificado y condenó a
la demandada al pago de la indemnización respectiva, por tal razón, se declara sin lugar la presente denuncia.
Así se decide.

II

Con fundamento en el numeral 2 del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, denuncia la
demandada recurrente que, el ad quem incurrió en el vicio de suposición falsa e infracción de los artículos 11 del
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo y 255 y 1.718 del Código Civil, ya que determinó que la transacción
celebrada entre la demandante y la empresa demandada, no cumple con una relación circunstanciada y que no
indica expresamente cuales conceptos fueron pagados, es decir, que la demandada le realizó a la demandante
un pago genérico y que no se pormenorizó cuales de los conceptos laborales le realizó a la demandante,
declarando en consecuencia sin lugar la defensa de la cosa juzgada en relación con la demanda por parte del
demandante de las indemnizaciones por enfermedad ocupacional.

Alega que la recurrida incurrió ciertamente en el vicio de falso supuesto al determinar que la transacción
celebrada con la demandante, no contiene una relación circunstanciada de cuales conceptos fueron
debidamente pagados, sin considerar que la misma fue homologada por la Inspectoría del Trabajo, conforme a
los requisitos establecidos en los artículos 10 y 11 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo.
La Sala para decidir observa:

Respecto a las infracciones que pretende la demandada recurrente, lo primero que observa esta Sala, es
la manifiesta falta de técnica en la que incurre, ya que alega que la sentencia del ad quem incurre en el vicio de
suposición falsa e infracción de algunos artículos contemplados en el Reglamento de la Ley Orgánica del
Trabajo y del Código Civil venezolano, pero sin especificar a qué infracción se refiere.

Importa destacar que tanto la doctrina como la jurisprudencia de este alto Tribunal, han sido contestes en
advertir que cada denuncia de casación constituye una petición de nulidad autónoma, por lo que éstas deben
fundamentarse por separado, sin que pueda plantearse bajo una misma argumentación la infracción de distintas
disposiciones legales, entremezcladas en varios vicios casacionales dentro de una misma cadena de
razonamientos, tal y como se verifica del contexto de la narrativa que sustenta el escrito de formalización, así lo
estableció esta Sala de en sentencia número 1865, de fecha 15 de diciembre de 2009 (Antonio Arriechi Telmo y
otros contra Corporación Venezolana de Transporte Silva, S.A. (COVETRA) y sus Filiales).

Adicionalmente, resulta pertinente apuntar que constituye una carga para el recurrente en casación,
precisar con claridad la especificidad de sus denuncias, en tal sentido, está obligado a que su escrito de
formalización, considerado como un cuerpo sistemático de argumentaciones jurídicas, esté constituido en cuanto
a su construcción lógico-jurídica, de un esquema lo suficientemente coherente, para delimitar los motivos o
causales de casación, de manera que no sea la Sala que conozca del recurso la que deba dilucidar o inferir las
razones necesarias para declarar procedentes o improcedentes las denuncias formuladas.

No obstante, a pesar de las deficiencias encontradas, esta Sala de Casación Social extremando sus
funciones, a los fines de preservar las garantías contenidas en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, procede a analizar los argumentos que sustentan las denuncias,
procurando determinar lo expuesto por la hoy recurrente en casación.

Siendo que la Sala realmente entiende que lo pretendido por la recurrente es denunciar el vicio de
suposición falsa, ya que a su juicio la recurrida determinó que la transacción laboral celebrada con la
demandante no expresa detalladamente cuales fueron los conceptos laborales que fueron pagados, declarando
con ello sin lugar la defensa de cosa juzgada en relación con las indemnizaciones por accidente ocupacional.

Ahora bien, reiteradamente se ha señalado que la formalización de una delación de suposición falsa exige
cumplir con los extremos siguientes: a) indicar el hecho positivo y concreto que el juez haya dado por cierto
valiéndose de la suposición falsa; b) indicar el supuesto concreto de suposición falsa; c) indicar con precisión el
acta o instrumento del cual se evidencia la suposición falsa; d) señalar la norma legal aplicada falsamente y; e)
demostrar razonadamente que el error es determinante en el dispositivo del fallo.

Al respecto, esta Sala en sentencia N° 1017 de fecha 22 de septiembre de 2011, caso: Rafael Jesús
Figueroa Ortega contra Alimentos Procría, C.A.), señaló:
Ahora bien, considera esta Sala que en el caso de autos no se configura el vicio de suposición falsa,
toda vez que lo que se pretende combatir es la conclusión a la que arribó el Juez de Alzada luego de
interpretar los reportes de nómina y la prueba de informes rendida por el Banco Provincial, en la cuál
afirmó, bajo su soberana apreciación que, en efecto, se pagó al actor los días de descanso y feriados
durante toda la relación de trabajo, siendo que de acuerdo a la doctrina reiterada de este Alto
Tribunal, el mencionado vicio debe referirse forzosamente a un hecho positivo y concreto, quedando
por fuera las conclusiones del Sentenciador.
Asimismo, resulta necesario recordar que el recurso de casación laboral, ha dicho la Sala es
conocido como un recurso extraordinario, en el entendido que como medio de impugnación se
circunscribe especialmente a atacar motivos concretos, va dirigido a verificar si una decisión
emanada de un Juzgado Superior se encuentra o no ajustada a derecho y así controlar su legalidad,
respetando la soberanía de los Jueces de Instancia, en la apreciación y convicción de los hechos
discutidos.
Por tanto, se reitera lo dicho en anteriores oportunidades, en cuanto a que este Tribunal no se trata
de una Tercera Instancia, por cuanto se quebrantaría la naturaleza jurídica y la razón de un recurso
de casación, por lo que resulta de la soberana apreciación de los Jueces el determinar, de
conformidad con la Ley, la jurisprudencia y lo alegado y probado en autos, la procedencia o no de los
conceptos que se reclaman.

La recurrida determinó en relación con la transacción laboral celebrada entre las partes, lo siguiente:

(…) La parte demandada alega como defensa la existencia de cosa juzgada, siendo que a su decir,
las indemnizaciones derivadas por accidente o por enfermedad ocupacional, y los conceptos
demandados en general, se encuentran cubiertos por acuerdo transaccional celebrado entre las
partes. En tal sentido, se revisará sólo el alcance del acuerdo de pago esgrimido por la demandada,
y no el valor probatorio o virtud de la propia transacción homologada.
De la revisión de las actas procesales se evidencia acuerdo transaccional no cuestionado por las
partes, del cual se aprecian convenidos los conceptos ordinarios de una relación laboral, tales como
descanso vacacional, utilidades, y otros, no indicándose las indemnizaciones reclamadas en el
caso sub examine. En efecto los conceptos señalados en el documento de acuerdo son:
1.- Antigüedad, 2.- Vacaciones Fraccionadas, 3.- Utilidades Fraccionadas , 4.- Bono Vacacional
Fraccionado, 5.- Régimen de Prestaciones Sociales, 6.- Diferencia de Prestaciones Sociales, 7.-
Fideicomiso, 8.- Antigüedad Adicional , 9.- Ausencia injustificada, 10.- Prestación Convenida con
posterioridad a la Terminación de la Relación de Trabajo.
Como puede observarse, No (sic) se señala como concepto convenido, las indemnizaiones por
enfermedad o accidente ocupacional, incluyendo las derivadas de la LOPCYMAT, o de otro cuerpo
normativo, como el lucro cesante (Código Civil) o la indemnización del artículo 92 LOTTT, sino los
conceptos normales y además se nombra un pago por “Prestación Convenida con Posterioridad a la
Terminación de la Relación de Trabajo”.
En materia laboral, siendo que rige el orden público, es menester que de llegar las partes a un
acuerdo transaccional el mismo se ciña a ciertos parámetros, bajo el amparo de diversas normas,
entre estas, aparece lo preceptuado en el artículo 19 de la Ley Orgánica del Trabajo, las
Trabajadoras y los Trabajadores (LOTTT), que se transcribe:
(Omissis).
La norma transcrita es clara al establecer la irrenunciabilidad de los derechos laborales, lo cual por
demás tiene base contitucional (art. 89, numeral 2 CRBV). Y en ese sentido, establece pautas para la
valides (sic) de la transacción, destacándose a los efectos de la causa sub examine, el deber de
poseer “una relación CIRCUNSTANCIADA de los hechos que la motiven y de los derechos en ella
comprendidos”.
Exige la norma no una enunciación, sino una relación circunstanciada, que explana el trabajador o
trabajadora, de manera puntual los hechos y el derecho, a saber, los conceptos que reclama, en
base a qué y el respectivo monto conforme no al capricho, sino a las normas aplicables sobre el
salario a aplicar, los días incluidos, etc. Y frente a ello, la entidad patronal, debe presentar los hechos
admitidos y los contradichos, y qué se sede y el porqué.
Esto no se aprecia en el acuerdo analizado, cuando menos en relación a las indemnizaciones por
accidente o enfermedad, y demás conceptos reclamados, toda vez que en las peticiones de las
partes, apenas se puede decir, que se enuncian de manera global, como derechos que pudieran
derivarse de la relación laboral, no se hace afirmación específica de los conceptos y su montos, y el
porqué de su procedencia, sino una cantidad global. Lo mismo hace la entidad de trabajo, y se
replica en el resto del documento de acuerdo de pago. Y si bien, hay pasajes o incluso párrafos en el
cual se hace referencia a los conceptos in comento, no se cumple con el requisito de la relación
circunstanciada y simplemente genérica.
Es de indicarse que de igual manera, en el propio Reglamento de la Ley Sustantiva Laboral, se prevé
en su artículo 9 el principio de irrenunciabilidad, y en tal orden lo (sic) requisitos de la transacción
laboral que en los casos, con lo cual se reedita el contenido normativo del antes citado artículo 19 de
la LOTTT; y en el artículo 10 se reglan los efectos de la transacción. Dichos artículos se transcriben a
continuación:
(Omissis).
Ahora bien, aunado a lo antes señalado, es de tenerse presente que en los casos de
indemnizaciones por enfermedad o accidente ocupacional tanto el legislador como el Máximo
Tribunal de Justicia ha establecido requisitos adicionales. Así para el caso de las demandas la ley
Orgánica Procesal del Trabajo (LOPT) ordena en su artículo 123 que:
(Omissis).
Se requiere de esas indicaciones adicionales para que el administrador de justicia tenga elementos
fácticos suficientes para determinar el tipo de enfermedad, a saber, su origen, en qué consiste, cuál
es la posibilidad de mejora y a través de qué procedimiento (terapias, intervención quirúrgica, etc). Y
esto sumado a los medios de prueba le permitirán concluir la procedencia o no de indemnizaciones,
para que en el caso de que sean procedentes, contar con herramientas para determinar cuál sería la
mejor indemnización (pecuniaria, asistencia médica, etc).
Eso es importante no sólo en materia de demandas, sino también para los acuerdos transaccionales,
toda vez que el celo de la irrenunciabilidad tomada de la mano con la exigencia de aportar detalles
concretos en los casos de enfermedad o accidente ocupacional, son del todo necesario para que se
pueda afirmar que en los casos de transacción se ha logrado una “relación circunstanciada de los
hechos”.
En este orden es de tenerse presente a la vez el contenido del artículo 9, numeral 3° del Reglamento
Parcial de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, el cual
establece:
(Omissis).
De modo que del acuerdo de pago se observa no sólo que adolece de la pormenorización necesaria,
sino que además se hace caso omiso al artículo 9, numeral 3° del Reglamento Parcial de la ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, siendo que ni siquiera expresan
si ha habido una certificación e indicación de cuantía por parte del INPSASEL. Y en tal sentido, es de
destacar que para la fecha del acuerdo transaccional en referencia, ya existía una certificación de
enfermedad, aun cuando no se indica en el mismo. En ese mismo orden, omiten indicar si ha habido
o no cuantificación de la incapacidad y de su posible indemnización conforme a los funcionarios del
instituto especializado del INPSASEL. Y esa omisión no puede perjudicar a la parte accionante,
antes por el contrario aún en el supuesto de dudas en los hechos, el derecho o las pruebas, ordena
el artículo 9 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se ha de beneficiar al trabajador(a), y por ello
con lo expresado se puede concluir que no opera la cosa juzgada respecto a las indemnizaciones
por enfermedad ocupacional ni el resto de conceptos reclamados. Así se establece.

De la amplia pero necesaria transcripción parcial de la sentencia recurrida se desprende que el Juez
Superior declaró improcedente la defensa de cosa juzgada en relación a las indemnizaciones por accidente o
enfermedad ocupacional, previo análisis del acuerdo transaccional que se encuentra en el expediente,
determinando que de la misma se aprecian convenidos los conceptos ordinarios de una relación laboral, pero
que no se desprende como convenido las indemnizaciones por enfermedad o accidente ocupacional, haciendo
referencia a la norma que establece las condiciones bajo las cuales se celebra las transacciones y los
convenimientos, así como la irrenunciabilidad de los derechos del trabajador. De la misma manera, hace
referencia, que en caso de indemnizaciones por enfermedad o accidente ocupacional, se requieren en caso de
demandas o acuerdos transaccionales, se realicen indicaciones adicionales, además de los requisitos que
contempla la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, concluyendo que en el
caso bajo estudio, la transacción laboral celebrada entre las partes, adolece de la pormenorización necesaria y
que hace caso omiso a los requisitos que establece la referida norma, ni expresa la cuantificación de la
incapacidad, siendo que para la fecha de la transacción, ya existía una certificación de enfermedad.

En ese sentido, se verifica que ciertamente el juez de alzada analizó la transacción laboral y determinó que
no se encuentra convenido el pago de las indemnizaciones por enfermedad o accidente ocupacional reclamadas
por la demandante, es decir, que el juez arribó a una decisión bajo su soberana apreciación, circunstancia que
no se encuentra dentro de la configuración del vicio de suposición falsa, al quedar por fuera de éste las
conclusiones que haya alcanzado el juez en la decisión.

No obstante, de forma excepcional se procede a analizar los folios 39 al 82 de la segunda pieza del
expediente, la cual contiene copia certificada de transacción laboral ante la Sala de Reclamos de la Inspectoría
del Trabajo Dr. Luis Homez, Estado Zulia, de fecha 14 de marzo de 2016, de la que se desprende que la
demandante y la demandada, una vez planteados sus alegatos, convinieron en fijar como “arreglo total y
definitivo” un monto de un millón seiscientos un mil cuatrocientos cinco bolívares con treinta y cuatro céntimos
(Bs. 1.601.405,34), por los conceptos de “REINT COMISIÓN GERENCIA; GTIA PREST SOC ART 142 (a.b.);
VACACIONES FRACCIONADAS; BONO VAC. FRACCIONADO; UTILIDADES FRACCIONADAS; REG.
PRESTAC. SOC. 142 (c); DIF. PREST. SOC ART. 142 (d); INCE; y, PRESTACIÓN ESPECIAL CONVENIDA
CON POSTERIORIDAD A LA TERMINACIÓN DE LA RELACIÓN DE TRABAJO”. En la cláusula cuarta, se
estableció “ACEPTACIÓN DE LA TRANSACCIÓN”; “que la ex trabajadora libera de toda responsabilidad directa
y/o indirectamente relacionada con las disposiciones legales venezolanas incluyendo la LOT-97, LOTTT-2012, el
RLOT-2006, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT), Código
Civil y del Código de Comercio”; en la cláusula quinta establece que las partes también acuerdan no intentar
ningún otro tipo de recurso contra la homologación de este órgano administrativo, ordinario ni extraordinario, ni
intentar algún otro tipo de reclamo judicial o extrajudicial “por los conceptos que comprende esta transacción que
son todos los mencionados en los alegatos del (sic) LA EX TRABAJADORA y del PATRONO, o que guarden o
pudieran guardar relación con la Certificación de Enfermedad Ocupacional y limitaciones que fueron
dictaminadas por la consulta de Medicina Ocupacional de la Gerencia Estatal de Salud de los Trabajadores del
Estado Zulia-GERESAT Zulia- del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL),
mediante Oficio signado CMO: 0253-2015 de fecha 17 julio de 2015” (…).

Respecto a las transacciones y convenimientos laborales, esta Sala en sentencia N° 0444 de fecha 31 de
mayo de 2018 (caso: Miriam Zobeida Medina Cabello contra Avon Cosmetics de Venezuela, C.A.) realizó un
análisis sobre los artículos 19 de la Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y las Trabajadoras, y, 10 y 11
del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, y determinó lo siguiente:

Artículo 19.- Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras: En ningún caso
serán renunciables los derechos contenidos en las normas y disposiciones de cualquier naturaleza y
jerarquía que favorezcan a los trabajadores y a las trabajadoras.
Las transacciones y convenimientos sólo podrán realizarse al término de la relación laboral y siempre
que versen sobre derechos litigiosos, dudosos o discutidos, consten por escrito y contengan una
relación circunstanciada de los hechos que la motiven y de los derechos en ella comprendidos.
En consecuencia, no será estimada como transacción la simple relación de derechos, aun cuando el
trabajador o trabajadora hubiese declarado su conformidad con lo pactado. Los funcionarios y las
funcionarias del Trabajo en sede administrativa o judicial garantizarán que la transacción no violente
de forma alguna el principio constitucional de irrenunciabilidad de los derechos laborales.
Artículo 10.- Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo: De conformidad con el principio de
irrenunciabilidad de los derechos que favorezcan al trabajador y trabajadora, (…), las transacciones y
convenimientos sólo podrán realizarse al término de la relación laboral y siempre que versen sobre
derechos litigiosos o discutidos, consten por escrito y contengan una relación circunstanciada de los
hechos que las motiven y de los derechos en ellas comprendidos.
En consecuencia, no será estimada como transacción la simple relación de derechos, aun cuando
el trabajador o trabajadora hubiere declarado su conformidad con lo pactado. En este supuesto,
el trabajador o trabajadora conservará íntegramente las acciones para exigir el cumplimiento de las
obligaciones derivadas de la relación de trabajo.
Artículo 11.- Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo: La transacción celebrada por ante el
Juez, Jueza, Inspector o Inspectora del Trabajo competente, debidamente homologada, tendrá efectos
de cosa juzgada.
Parágrafo Primero: Cuando la transacción fuere presentada para su homologación, el funcionario o
funcionaria competente deberá constatar el cumplimiento de los extremos del artículo anteriory
cerciorarse que el trabajador o trabajadora actúa libre de constreñimiento alguno (…). (Resaltado
añadido).
(Omissis).
Con respecto a la transacción, esta Sala estableció en sentencia Nro. 656 de fecha 1° de julio de 2016
(caso: Hender José Finol Martínez contra Maersk Contractors Venezuela, S.A) que para que la misma
tenga validez en materia laboral, deben conjugarse los siguientes elementos concurrentes: i) que versen
sobre derechos litigiosos, dudosos o discutidos por las partes, ii) que consten por escrito, iii) no
afectándose derechos o intereses de terceros; iv) debe contener una relación circunstanciada de los
hechos que la motiven y de los derechos en ella comprendidos, v) debe garantizar el principio de
irrenunciabilidad de los derechos del trabajador. Es por ello que en atención a estos postulados, los
jueces a la hora de homologar una transacción deben examinar, que el trabajador actúe de forma
voluntaria y no bajo constreñimiento alguno; y que se encuentre debidamente representado o en su
defecto asistido por un abogado.

Ahora bien, respecto a las transacciones laborales en relación con el pago de indemnizaciones por
accidente o enfermedad ocupacional esta Sala en sentencia N° 0168 de fecha 2 de marzo de 2018,
(caso: Wilmer Alberto Manzanilla Griman contra BSM Crew Service Centre Venezuela, C.A. y otra) determinó lo
siguiente:

En este contexto, esta Sala considera que esta liberalidad del patrono o bonificación graciosa
otorgada al trabajador al momento de la culminación de la relación de trabajo, fue concebida para
garantizar el pago de cualquier diferencia que pudiera surgir en los conceptos previstos en la Ley y
que corresponden a todo trabajador, como consecuencia de la finalización de la relación laboral,
como es el caso de las prestaciones sociales, por lo tanto, hacerla extensiva a otros supuestos como
las indemnizaciones derivadas de accidentes o enfermedades ocupacionales, que no
necesariamente implican la terminación de la relación laboral y, por el contrario, pudieran resultar
sobrevenidas a ésta, debe ser un asunto expresamente establecido -como no ocurrió en el caso
de marras-, es decir, el trabajador necesita estar suficientemente informado.
(Omissis).
En síntesis, debe partirse de la premisa según la cual toda cantidad pagada en exceso debe ser
compensada, no obstante, en el caso de preverse una eventual reclamación por
indemnizaciones derivadas de un accidente o una enfermedad ocupacional, es obligatorio
efectuar mención expresa de ello, pues al constituir conceptos distintos a aquellos que son
propios de la liquidación de prestaciones sociales, no pueden considerarse tácitamente
incluidos en ésta.
De admitirse lo contrario se estarían conculcando los derechos del trabajador, pues al no estar
debidamente informado, pudiera ocurrir que al recibir la “liberalidad” éste se prive de demandar
diferencias de prestaciones sociales al considerar que las mismas se encuentran satisfechas
producto del pago extraordinario, realizado por el patrono al momento del finiquito de las mismas,
pero, si luego decide reclamar las indemnizaciones derivadas de una enfermedad ocupacional
certificada, exigirle la compensación de un pago que él consideró imputable a otros conceptos, no
sería cónsono con la protección de sus derechos.

Así pues, del análisis de las normas referidas a la celebración de la transacciones y convenimientos
laborales, así como la irrenunciabilidad de los derechos del trabajador, ésta Sala observa que el Juez Superior
no incurrió en el vicio alegado, ya que tal y como lo ha establecido el reiterado criterio jurisprudencial de esta
Sala, cuando se acuerde una transacción entre las partes en relación a las enfermedades o accidentes
ocupacionales, debe determinarse de forma expresa el acuerdo del pago de la indemnización, circunstancia que
tal y como se verificó del análisis de la transacción laboral celebrada, no ocurrió.

Además, esta misma Sala estableció en sentencia N° 0195 de fecha 09 de marzo de 2018 (caso: José
Gregorio Mejías Ayala contra Mini Bruno Sucesores, C.A) en relación a las transacciones celebradas respecto a
las indemnizaciones por infortunio laboral, lo siguientes:

Precisado lo anterior, pasa esta Sala a verificar si incurre el juzgador de alzada en la infracción de ley
delatada, a saber, la falta de aplicación de los artículos 129 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo y 9, numeral 3, de su Reglamento Parcial, donde si bien
este último es una norma reglamentaria, lo cual conteste con el criterio de esta Sala no es objeto de
revisión en un recurso de casación, sin embargo, al invocarse la ley especial en la materia se pasa a
conocer del mismo.
(Omissis).
Por otra parte, el artículo 9 del Reglamento Parcial de la citada ley especial, cuya infracción también
se alega, dispone:
Artículo 9.- De la transacción laboral
Sólo es posible la transacción en materia de salud, seguridad, condiciones y medio ambiente de
trabajo siempre que:
(Omissis).
3. El monto estipulado para pagar al trabajador o a la trabajadora sea, como mínimo, el fijado
por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales en un informe pericial
realizado al efecto. (…).
De la norma anteriormente transcrita, se evidencia que una transacción, para que tenga validez, en
los casos de accidentes o enfermedades ocupacionales, deben operar los elementos concurrentes
establecidos en dicha norma, entre los cuales se encuentra que el monto estipulado sea, como
mínimo, el fijado por el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales en un informe
pericial realizado al efecto. (Resaltado de la Sala).

En ese sentido, esta Sala determina respecto a las consideraciones expuestas que en virtud que de la
transacción laboral celebrada entre las partes, no se verificaron los requisitos de procedencia en relación a los
acuerdos determinados en las indemnizaciones por infortunio laboral, en consecuencia, el ad quem no incurrió
en el vicio alegado al declarar improcedente la defensa de cosa juzgada, ya que arribó a una conclusión
conforme a pruebas cursante a los autos, razón por la cual se declara sin lugar la presente denuncia. Así se
decide.

En atención a todo lo anteriormente expuesto se declara sin lugar el recurso de casación anunciado y
formalizado por la parte accionada. Así se declara.

DECISIÓN

En mérito de las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación
Social, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la Ley,
declara: 1) SIN LUGAR el recurso de casación anunciado por la parte demandada contra la sentencia dictada
por el Juzgado Superior Quinto del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en fecha 26 de julio
de 2019; 2) CONFIRMA la sentencia recurrida.

Se condena en costas del recurso a la demandada conforme al artículo 60 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo.

Publíquese y regístrese. Remítase el expediente a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos


de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, a los fines legales subsiguientes. Particípese
de esta remisión al Juzgado Superior de origen.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia, en Caracas, a los cuatro (4) días del mes de diciembre de dos mil veinte (2020). Años 210° de la
Independencia y 161° de la Federación.

La Presidenta de la Sala,

_______________________________
MARJORIE CALDERON GUERRERO

El Vicepresidente, El Magistrado,

__________________________________ ___________________________
JESÚS MANUEL JIMENEZ ALFONZO EDGAR GAVIDIA RODRÍGUEZ

La Magistrada , El Magistrado Ponente,

__________________________________ ____________________________
MÒNICA MISTICCHIO TORTORELLA DANILO A. MOJICA MONSALVO

La Secretaria,
_________________________
MARÍA VASQUEZ QUINTERO

R.C. AA60-S-2019- 000328


Nota: Publicada en su fecha a

La Secretaria,

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