Para pensar hoy el campesinado en Colombia se deben pensar también en aspectos
como las condiciones materiales, como la distribución y propiedad sobre la tierra, por otra parte, en las luchas de los movimientos campesinos y el papel de las élites en el país. Por ello es importante comprender que el campesinado en Colombia ha sido un sector fundamental en el ámbito económico y social del país, sin embargo, se han presentado situaciones adversas que han conllevado a la marginación de los campesinos. Debido a que la propiedad de la tierra está concentrada profundamente, lo que en consecuencia genera que los campesinos carezcan de recursos viables para realizar su trabajo representado claramente en la agricultura. Otra de las causas de la marginalización de los campesinos es el accionar de las élites económicas y políticas, que además de concentrar la tierra, promueven políticas orientadas al mantenimiento de tal ordenamiento de la propiedad de manera que reproducen desigualdades en torno a la distribución de la tierra. En respuesta a tal marginación han surgido diversos movimientos y organizaciones que generalmente tienen como objetivo la realización de reformas agrarias, por lo que los campesinos también se han conformado como sujetos políticos.
El sistema político colombiano, en materia rural, tiene fuertemente arraigado, como
forma de poder, rasgos propios del gamonalismo, en sentido que existe un monopolio de las fuerzas productivas del campo lo que conlleva al ejercicio de la violencia mediante el despojo y el impulso de sesgos en contra de los campesinos. Ideas de “progreso” orientadas al desarrollo de un país urbano terminan perjudicando a los habitantes de los espacios rurales de forma que se desprecia una de las actividades productivas que contribuye de forma crucial a la seguridad alimentaria del país. Las élites políticas han tenido una influencia significativa en la formulación de políticas agrarias en el país. En muchos casos, estas políticas han sido diseñadas para favorecer los intereses de estas mismas, lo que ha llevado a la perpetuación de la desigualdad. Por ejemplo, se han derogado proyectos en función de la redistribución de la tierra y recursos agrícolas, por lo que resulta en un mayor beneficio a los grandes terratenientes y empresas industriales. Otro aspecto importante que socava la calidad de vida del campesino es cómo a efectos de la globalización, en Colombia se importan productos agrícolas que de igual manera se producen al interior del país, lo que demuestra que necesidades básicas como la alimentación está sujeta a los intereses del mercado internacional, desprotegiendo así al campesino colombiano. Para responder ante las condiciones de marginalidad antes mencionadas, han surgido movimientos y organizaciones campesinas que abogan por el desarrollo y llevar a cabalidad reformas agrarias que estén dirigidas al mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar del campesinado, más concretamente hay movimientos que se han enfocado en la lucha por la tierra, la soberanía o el mejoramiento de las condiciones laborales. Por aspectos como estos es importante destacar también que el campesino además de tener un relacionamiento laboral con la tierra también presenta una conexión cultural de manera que el conjunto de prácticas y significados relacionadas a esta que pueden ser compartidas dentro de una comunidad y pueden presentar diferencias regionalmente. Dentro de los esfuerzos realizados en las luchas campesinas se puede observar la participación en la política colombiana con un sentido en la defensa de los territorios, de los derechos humanos y el medio ambiente, por cómo se ha visto que sectores productivos como el petrolero han deteriorado el entorno en el que se desarrollan, por mencionar un ejemplo
Para resumir, el campesinado en Colombia es un sector fundamental de la sociedad
y la economía del país que ha enfrentado una serie de desafíos históricos y contemporáneos, por lo tanto, para comprender su situación actual, es necesario abordar tres aspectos clave: la propiedad de la tierra, el papel de las élites y la actividad de los movimientos campesinos y su organización. En cuanto a la propiedad de la tierra, Colombia ha enfrentado una extensa trayectoria de la concentración de la tierra en manos de un pequeño número de propietarios, en consecuencia, esta concentración ha llevado a la marginación de muchos campesinos que carecen de acceso a tierras adecuadas para la agricultura. Las élites económicas y políticas de Colombia han influido de manera significativa en las políticas agrarias del país y han promovido políticas que favorecen sus intereses y reproducen la desigualdad en la distribución de la tierra y los recursos. La resistencia de las élites a la reforma agraria ha sido un obstáculo importante para abordar la concentración de la tierra. Por otro lado, los movimientos campesinos en Colombia han desempeñado un papel en la lucha por los derechos de los campesinos y la justicia agraria. A lo largo de la historia, se han formado diversas organizaciones y movimientos que han abogado por la reforma agraria, la defensa de los derechos laborales y la promoción de condiciones dignas en el campo. Estos movimientos han enfrentado desafíos considerables, incluyendo la represión y la violencia, pero han logrado avances importantes en la legislación y la conciencia pública en relación con los problemas rurales.