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EL PROBLEMA DE LA TIERRA
PARA MARX
Pero además, es importante remarcar, como señala Calva, que aquellos que
“idealizan la pequeña producción mercantil y ocultan sus contradicciones” se
caracterizan “por su estrecho e inexacto concepto de capitalismo”, pues “no
advierten más producción capitalista que la del empresario que opera en
grande o mediana escala y vive del plusvalor arrancado a sus asalariados”,
olvidando “a los pequeños productores mercantiles que trabajan regularmente
como trabajadores manuales y utilizan pequeñas cantidades de fuerza de
trabajo asalariado”, quienes, por tanto, son pequeños capitalistas (1988: 492).
En este sentido, plantea que “la especificidad del pequeño capitalista radica en
que, siendo igual que el grande y el mediano un Término utilizado por Marx
para distinguir al capitalista pleno “del pequeño capitalista que aún trabaja
directamente y regularmente como obrero manual.
En este proceso, el pequeño capitalista “es tanto más capitalista cuanto mayor
es la proporción del trabajo asalariado respecto a la fuerza de trabajo propia
hasta que el trabajo propio deja de aplicarse directamente a la producción y el
pequeño patrono se convierte en capitalista sans phrase”. Deja, por tanto, de
ser un trabajador directo y “trabaja solo como capitalista, como supervisor y
director del proceso”
Según esta interpretación, en vez de invertir un nuevo capital en una tierra de fertilidad
o ubicación peor, la ampliación de la producción puede resolverse mediante la
aplicación de una nueva cuota de capital de menor productividad del trabajo en una
tierra ya en actividad. Así, siguiendo este ejemplo, se puede poner una segunda cuota
de capital de $ 100 cuya productividad del trabajo de 5/100 sea menor a la ya existente
de 10/100 pero mayor a la que determina el precio de mercado de 2/100, dado por la
producción en las peores condiciones. De este modo, esa segunda cuota o inversión de
capital aún podrá arrojar una plusganancia de $ 150. Y aún se puede poner una tercera
cuota de capital que iguale la productividad del trabajo que determina el precio de
mercado, en cuyo caso sólo se obtendrá la tasa normal de ganancia.
El INRA lleva ya siete años aplicando la ley, y con este fin ha hecho inversiones
por alrededor de 42 millones de dólares EE.UU. otorgados por organismos de
cooperación internacional. Estos recursos se han destinado principalmente al
proceso de saneamiento y titulación de las tierras comunitarias de origen (TCO)
en la región de los llanos y del oriente, sobre todo mediante un proceso de
tercerización de contratos con empresas privadas que llevaron a cabo
evaluaciones técnico-jurídicas de los expedientes agrarios, pericias de campo,
estudios de georreferencia, y registros y catastro de los predios.
En la región andina del altiplano y valles ya no hay más tierra que distribuir.
Toda o casi toda la tierra ya fue distribuida con la Reforma Agraria de 1953. Y
toda o casi toda la tierra distribuida mediante reparto y devolución a las
comunidades indígenas está siendo sometida a fuerte presión debido al uso
excesivo ejercido por las unidades familiares productoras campesinas
indígenas.
No es verdad que la reforma agraria sea cosa del pasado, ni que carezca de
vigencia. La reforma agraria boliviana no ha concluido, y es por eso que la Ley
INRA fue concebida como el instrumento de modernización del proceso de
distribución y redistribución de tierras y fortalecimiento de la seguridad jurídica
de la tierra para todo el que la trabaja. Sin embargo, algunas autoridades
públicas y organismos de cooperación dan al proceso reformista el carácter de
una «contrarreforma agraria» -en el marco de las políticas de ajuste neoliberal-
centrada exclusivamente en el saneamiento de las tierras con el propósito de
legalizar la propiedad. Es necesario dejar en claro, ante los movimientos
sociales y las instituciones públicas del más alto nivel, que la reforma agraria
continúa plenamente vigente en Bolivia.
En julio de 2003, para frenar la corriente de tomas de tierras que vive el país, el
Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada entregó títulos de propiedad a varios
pueblos indígenas del oriente y del Chaco. Estos títulos habían quedado en
espera de su firma durante casi un año. La Asamblea del Pueblo Guaraní ha
manifestado su frustración porque las superficies tituladas a favor de los
guaraníes eran insuficientes, y así lo han demostrado a las autoridades en
largos años de gestiones. Las superficies entregadas son claramente
insuficientes porque varios hacendados colindantes han logrado que el INRA
acepte como prueba del cumplimiento de la función económica social de sus
haciendas los certificados -emitidos por el Servicio Nacional de Sanidad
Agropecuaria (SENASAG)- de vacunación de 4 000 cabezas de ganado que no
existen. Este ejemplo demuestra cómo la aplicación de la ley -con la
complicidad de las autoridades- se tuerce sistemáticamente en beneficio del
más fuerte.
7. Involucrar al municipio
Ley INRA
A diferencia de la Ley de Reforma Agraria de 1953, la Ley INRA establece que
no se puede titular simultáneamente un mismo predio como propiedad colectiva
y propiedad familiar. Las nuevas leyes de tierras que se han promulgado en
América Latina en la última década pretenden en general diferenciar de manera
artificial entre unidades mercantiles (propiedad privada individual) y no
mercantiles (propiedad privada comunal), y por ende reconocen formas de
propiedad excluyentes. Por un lado, la propiedad estrictamente familiar o
individual y, por el otro, la titulación en beneficio de comunidades o de TCO de
propiedad colectiva. Es necesario cambiar esta fórmula.
2. Eliminar el latifundio
El latifundio es una rémora del pasado, una estructura de propiedad que frena
la producción, un impedimento para el desarrollo agropecuario, y una forma de
acaparamiento de abundantes recursos naturales. La Constitución Política del
Estado, la Ley de Reforma Agraria y la Ley INRA no reconocen calidad jurídica
al latifundio. Todo latifundio es ilegal. Los latifundios no están permitidos por la
ley; sin embargo existen y no han sido eliminados. Para eliminarlos se debe
aplicar la ley y devolver las tierras que no están cumpliendo la función
económica social. Esto es precisamente lo que no ha hecho el Instituto
Nacional de Reforma Agraria en los últimos siete años. La eliminación del
latifundio -dispuesta en la Ley de Reforma Agraria de 1953 y en la Ley INRA-
es la condición básica para que el proceso agrario recupere credibilidad y
disminuya la presión sobre la tierra. Mientras subsistan latifundios habrá
ocupaciones de tierras.
Históricamente, las fuerzas del orden se han utilizado sólo para reprimir a los
indígenas y campesinos. En los casos recientes de conflictos por el acceso a la
tierra, nunca se ha enviado a policías o soldados para obligar a cumplir la ley a
los grandes propietarios que usurpan la propiedad de indígenas, campesinos o
colonizadores. Con frecuencia, los usurpadores se amparan en documentos,
sellos y firmas, pero sobre todo en la impunidad del ejercicio del poder. La
violencia rural no es generada por los pobres sin tierra sino por los grupos de
poder que cuentan con el apoyo de unas instituciones públicas que tergiversan
las instituciones y las leyes. Cuando éstas fallan, los poderosos no dudan en
usar la fuerza. Para ello contratan a sicarios a quienes encargan asesinar a los
sin tierra. Así ocurrió en Pananti a fines de 2001 (Miranda, 2002). Este caso
sentó un precedente muy grave puesto que los acusados eran los sin tierra, y
los absueltos, los agresores y victimarios de los campesinos.
Es evidente que toda propiedad -familiar o comunitaria- debe ser respetada por
todos, comprendido el Estado, en el marco de las leyes y las normas vigentes.
En teoría, todos los ciudadanos son iguales ante la ley: pequeños productores,
indígenas, empresarios, campesinos, ganaderos, colonizadores, barraqueros,
madereros. Pero lamentablemente en la práctica no son iguales cuando se
aplica la ley.
En Bolivia, a pesar de la existencia de leyes avanzadas, prima la ley del más
fuerte. Hay un «paternalismo de Estado» a favor de los grandes propietarios de
tierras que tiene una connotación regionalista y establece diferencias entre el
oriente y el occidente: esta discriminación oculta un racismo antiindígena
andino. La impunidad de los asesinatos, como en caso de Pananti, está
abriendo la puerta a la generalización de la violencia rural ligada al acceso a la
tierra. En otros países de la región, por ejemplo, Guatemala y Colombia, el
conflicto por el acceso a la tierra ha desatado dolorosas guerras civiles que aún
perduran. Bolivia debe hacer todos los esfuerzos por evitar la violencia rural, y
la ley debe ser cumplida estrictamente.
BOLIVIA
El referendo de 2016, el momento en el que Evo Morales empezó a perder
apoyo
En tres elecciones consecutivas, el presidente Evo Morales obtuvo una
votación arrasadora de más del 50% de los votos, llegando a su punto más alto
con más del 64% de los votos en 2009.
Pero años después, Morales, que era el presidente latinoamericano que más
años había estado en el poder (casi 14 años) y el primer presidente indígena
de Bolivia, desafió a la Constitución con una postulación a un cuarto mandato
presidencial, según coinciden varios analistas, que junto a un escándalo de
fraude electoral en 2019 marcaron un punto de quiebre para el dirigente
indígena.
Damián Andrada, investigador de la Universidad Del Salvador y de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, en Argentina, que es experto
en política boliviana, dijo que el problema de Morales fue una falla política por
querer pasar por encima de la Constitución.
"El problema puntual fue centrarse en la reelección, no respetar la constitución
sancionada en 2009 ni el referéndum de 2016 (sobre su reelección) que perdió
y no respetó”.
“Esos tres errores políticos se activaron junto al freno provisorio del escrutinio.
Esos tres puntos y el freno al escrutinio fue lo que activó todo este
descontento”, dijo el analista.
Juan Negri, docente de la Universidad de San Martín (UNSAM) y la
Universidad Di Tella, dijo también en CNN Radio Argentina que Morales "fue
muy irresponsable y dio señales de que se quería quedar a cualquier costo".
El expresidente Jorge Quiroga, también señaló que la decisión de Morales de
quedarse en el poder "eternamente" fue una violación a la Constitución que
desconoció la voluntad popular.
"Estaba claro que la única forma que podía prevalecer era intentar robarse la
Presidencia, el fraude fue descomunal", dijo el expresidente..
Ese punto de quiebre se vio en los resultados electorales, pues aunque durante
años la diferencia de votos con sus más cercanos contrincantes fue abismal, y
la diferencia de votos entre Morales y Carlos Mesa, fue de poco más de 10
puntos porcentuales, pero la OEA pero la OEA concluyó que es “improbable
estadísticamente” que Morales haya ganada las elecciones en la primera
vuelta.
Tras las elecciones del 20 de octubre miles de bolivianos salieron a las calles a
manifestar su descontento por las irregularidades en el proceso electoral, otros
marcharon a favor de Morales.
Sin embargo, aunque para muchos la postulación es inconstitucional, su
inscripción el Tribunal Electoral de Bolivia autorizó la cuarta inscripción de
Morales a unas presidenciales invocando un derecho humano.
El canciller de Bolivia Diego Pary, dijo en CNN en Español que la Constitución
no fue modificada para esta nueva postulación, pero que el gobierno apeló a
una figura jurídica (la del derecho humano a reelegirse) que se ha aplicado en
otros países.
"El presidente ha sido completamente habilitado al igual que los otros
candidatos y es el pueblo boliviano el que tiene que decidir si continúa o no en
ese nuevo periodo presidencial (2020-2025)", dijo Pary en CNN. El canciller
dijo que la habilitación del presidente está "en el marco de la Constitución".
El referendo de 2016
Este fue el punto de quiebre para Morales, según los analistas. En 2016, el
presidente boliviano perdió un referendo constitucional con el que pretendía
postularse como candidato para un cuarto período en la presidencia. La opción
del No a un cuarto mandato presidencial ganó con el 51,3% de los votos frente
a un 48,7% que obtuvo el sí.
En ese entonces, Morales dijo que "gane el Sí o gane el No, vamos a respetar,
ésa es la democracia”.
Pero en 2018, el Tribunal Supremo Electoral autorizó la inscripción de Morales
como candidato a las elecciones presidenciales de 2019, ignorando el
resultado del referéndum de 2016 que negaba la modificación de la
Constitución para autorizar la reelección indefinida.
Y esa es una de las razones por las que el líder opositor Luis Fernando
Camacho, presidente del Comité Pro Santa Cruz desde 2017, ha librado una
lucha "para defender la democracia" en Bolivia, pues dice que Morales es un
"dictador".
“El único golpe que se le dio a este país fue él, [que] no respeto al voto de
febrero de 2016”, le dijo a CNN en Español Camacho.
“El golpe de Estado lo dio él con el fallo del Tribunal Constitucional", reiteró.
El analista político boliviano Carlos Toranzo señaló que el "punto de quiebre"
de Evo Morales fue el referéndum de febrero de 2016, pues el presidente dijo
que si ganaba el no, se retiraría, pero no lo hizo.
personalidad", pues construyó un Museo en su nombre que costó más de 7
millones de dólares. También señaló que hubo "despilfarro", pues construyó un
nuevo palacio de gobierno, La Casa Grande del Pueblo, un ostentoso edificio
de 36 millones de dólares. El Gobierno dijo era un "símbolo fundamental del
proceso de cambio del presidente Evo Morales”.
Señalamientos de abuso del poder por parte de la oposición
Pero aunque los analistas coinciden en que postularse a un cuarto mandato fue
un error para Morales, lo cierto es que los señalamientos de abuso de poder
por parte de los opositores contra Morales no son nuevos.
Ya para las elecciones de 2013 la oposición había señalado que la decisión del
Tribunal Constitucional, de dejar que Morales se presentara por tercera vez a
una campaña presidencial, era algo abusivo. Esta decisión no tenía
precedentes en Bolivia para ese momento. Morales celebró que "una de las
vías constitucionales planteadas por movimientos sociales" fue reconocida y lo
habilitó para un cuarto mandato.
Al año siguiente, Morales consiguió la reelección con un apoyo del 61,04
%, mientras que el empresario Samuel Doria Medina, del Partido de Unidad
Demócrata, obtuvo un poco más de la tercera parte de los votos de Morales
con un 24,49 %.
Los partidos de oposición pusieron en duda la transparencia del proceso
electoral de Bolivia.
Edwin Herrera, excandidato al movimiento Sin Miedo, dijo que en Bolivia hubo
"un colosal fraude electoral digitado desde el Movimiento Al Socialismo, desde
el gobierno, pero que también ha sido operado por el Tribunal Supremo
Electoral". Morales expresó su preocupación por la tardanza en el cómputo
oficial y dijo que "jamás el gobierno ni manipula, ni da uso de carácter
favoritismo al MAS nunca". El Vocal del Tribunal Electoral, Ramiro Paredes,
defendió el trabajo de esa institución.
Las victorias electorales de Morales
Morales, que fue el primer presidente indígena en liderar Bolivia, tuvo un gran
apoyo popular, alcanzando cifras mayoritarias en las elecciones durante años.
Como otros latinoamericanos de su tiempo, se aferró al socialismo como
respuesta a la desigualdad.
En las elecciones de 2002, cuando era diputado por Cochabamba en el
Congreso Nacional, Morales obtuvo el 20,94% en primera vuelta, muy cerca de
Gonzalo Sanchez de Lozada, que obtuvo el 22,46% de los votos. Este último
fue declarado presidente en segunda vuelta, elegida por el Congreso, según la
Constitución vigente de ese entonces.
Pero en 2005 Morales haría historia no solo ganando la presidencia, sino casi
que duplicando a su más cercano competidor, Jorge Quiroga, que ya había
sido presidente entre agosto de 2001 y 2002. En esas elecciones Morales
obtuvo el 53,7% de los votos sobre un 28,5% de Quiroga.
En 2009, Bolivia celebró elecciones después de un referéndum constitucional
celebrado a principios de ese mismo año y el líder del partido Movimiento Al
Socialismo obtuvo una histórica votación: 64,22% frente al 26,46% de su
principal competidor, Manfred Reyes Villa.
El MAS liderado por Morales, también obtuvo más de dos tercios de senadores
y diputados en esas elecciones, por tanto quedó liderando la Asamblea
Legislativa Plurinacional.
Para 2014, tras ganar las presidenciales, ante una multitud de simpatizantes en
La Paz, Morales, dedicó su triunfo "a todos los pueblos de América Latina y del
mundo que luchan contra el capitalismo y contra el imperialismo”.
Las victorias electorales de Morales
Morales, que fue el primer presidente indígena en liderar Bolivia, tuvo un gran
apoyo popular, alcanzando cifras mayoritarias en las elecciones durante años.
Como otros latinoamericanos de su tiempo, se aferró al socialismo como
respuesta a la desigualdad.
En las elecciones de 2002, cuando era diputado por Cochabamba en el
Congreso Nacional, Morales obtuvo el 20,94% en primera vuelta, muy cerca de
Gonzalo Sanchez de Lozada, que obtuvo el 22,46% de los votos. Este último
fue declarado presidente en segunda vuelta, elegida por el Congreso, según la
Constitución vigente de ese entonces.
Pero en 2005 Morales haría historia no solo ganando la presidencia, sino casi
que duplicando a su más cercano competidor, Jorge Quiroga, que ya había
sido presidente entre agosto de 2001 y 2002. En esas elecciones Morales
obtuvo el 53,7% de los votos sobre un 28,5% de Quiroga.
En 2009, Bolivia celebró elecciones después de un referéndum constitucional
celebrado a principios de ese mismo año y el líder del partido Movimiento Al
Socialismo obtuvo una histórica votación: 64,22% frente al 26,46% de su
principal competidor, Manfred Reyes Villa.
El MAS liderado por Morales, también obtuvo más de dos tercios de senadores
y diputados en esas elecciones, por tanto quedó liderando la Asamblea
Legislativa Plurinacional.
Para 2014, tras ganar las presidenciales, ante una multitud de simpatizantes en
La Paz, Morales, dedicó su triunfo "a todos los pueblos de América Latina y del
mundo que luchan contra el capitalismo y contra el imperialismo ”.
EL PROBLEMA DE LA DISTRIBUCIÓN DE TIERRA EN BOLIVIA
La Ley 1715 del Servicio Nacional de Reforma Agraria (Ley INRA) y también la
Ley 3545 de Reconducción de Comunitaria de la Reforma Agraria, que modifica
a la primera, establecen como objeto, entre otros, garantizar el derecho
propietario de la tierra, regular el proceso de saneamiento de la propiedad
agraria y establecer la estructura y atribuciones del régimen de distribución de
tierras en el país. De manera muy sucinta, y salvando generalizaciones, a
continuación, se describen algunos elementos que intentan aportar a la
consideración del cumplimiento de estos objetivos.
Han pasado 25 años desde la promulgación de la ley INRA y 14 años desde la
Ley de Reconducción y durante buena parte de este tiempo, el mayor esfuerzo
en cuanto a aplicación de estas normas ha estado dirigido al saneamiento de la
propiedad agraria.
Este quiebre de las tensiones por el poder a favor del MAS tuvo un correlato en
las políticas públicas y en el saneamiento de tierras. El nuevo rumbo de la
política gubernamental abandona la agenda indígena y plantea ahora una
Bolivia productiva agropecuaria (Ley 144 de 2011, Agenda Patriótica 2020-
2025) mediante un desarrollo del agro articulado a los sectores productivos
relacionados con la producción agrícola no tradicional y la agroexportación, de
la mano de la agroindustria soyera, el uso de transgénicos y agroquímicos y
últimamente, la ganadería de exportación, contrariamente a lo que se había
visto en años anteriores.
Por otro lado, como la tierra es un recurso alrededor del cual se tejen intereses
relacionados con la economía, con la identidad, con la vida cotidiana de la
gente, pero también con el gran capital y con la lucha por el poder, se puede
observar un escalamiento del conflicto por la tierra en Santa Cruz donde todas
estas dimensiones concurren y polarizan. Grupos políticos de distinta
alineación están empleando a la tierra y a la gente que vive de ella para crear
enfrentamientos de manera irresponsable, velando por sus propios intereses
económicos y políticos sin considerar realmente a los indígenas, campesinos y
colonizadores que necesitan de su chaco o su parcela para mantener a su
familia.
Es preciso tomar acciones preventivas para impedir que los conflictos
generados por el actual proceso de distribución de tierras en el oriente crezcan
y se agraven en el tiempo.
Los conflictos sociales pueden tener diversas consecuencias, tanto positivas como negativas. Por un
lado, pueden ser una forma de expresión y lucha por los derechos y la justicia social. Por otro lado,
los conflictos sociales también pueden generar tensiones y divisiones en la sociedad, afectando la
convivencia y el bienestar de las personas.
Es importante destacar que la resolución de los conflictos sociales puede requerir la intervención de
diversos actores, como el gobierno, organizaciones de la sociedad civil, mediadores o incluso
organismos internacionales. La búsqueda de soluciones pacíficas y justas es fundamental para
superar los conflictos sociales y promover una sociedad más equitativa e inclusiva.
Conflictos sociales en Bolivia.- Bolivia ha experimentado una larga historia de conflictos sociales.
Estos conflictos han adoptado diversas formas a lo largo del tiempo, como manifestaciones, huelgas
indefinidas y otros tipos de protestas. Estos conflictos han sido responsables de problemas
arraigados en la sociedad boliviana, como el racismo y el centralismo político. Además, estos
conflictos han afectado a diversos sectores de la sociedad, como la educación, la salud y el
bienestar emocional. La niñez y la adolescencia también han sido consideradas como las víctimas
invisibles y más vulnerables en estos conflictos.
Es importante destacar que estos conflictos sociales han sido recurrentes en Bolivia, con informes
que muestran que ha habido un conflicto prácticamente todos los días durante los últimos 40 años.
Estos conflictos sociales han tenido un impacto significativo en la sociedad boliviana y han sido
objeto de estudio y análisis por parte de diferentes investigadores y expertos.
Conflictos Sociales que han afectado a la economía en Bolivia. - Uno de los principales conflictos
económicos en Bolivia ha sido la lucha por el control y la distribución de los recursos naturales.,
como el gas y el petróleo. Este conflicto ha involucrado a diferentes actores, incluyendo empresas
extranjeras, el gobierno y las comunidades indígenas.
Otro conflicto económico importante ha sido la brecha entre el sector urbano y rural. Las áreas
rurales han sido históricamente marginadas y han tenido acceso limitado a oportunidades
económicas.
Conflictos sociales más relevantes que han afectado a la economía de Bolivia incluyen:
1. Crisis política: Bolivia ha experimentado periodos de inestabilidad política que han generado
incertidumbre en la economía. Por ejemplo, en 2019, la renuncia del entonces presidente Evo
Morales desencadenó una crisis política y social que afectó negativamente la inversión y el
crecimiento económico.
3. Conflictos laborales: Los conflictos laborales, como huelgas y demandas salariales, también han
tenido un impacto en la economía boliviana. Estos conflictos pueden interrumpir la producción y
afectar negativamente a las empresas y a los trabajadores.
4. Tensión social y étnica: Bolivia es un país diverso en términos de su población y composición
étnica. Las tensiones sociales y étnicas han contribuido a los conflictos y han afectado la economía.
Los desafíos para garantizar la inclusión y la igualdad de oportunidades para todos los grupos han
sido un factor importante en estos conflictos.
Estos conflictos sociales han generado incertidumbre y han afectado la inversión, el crecimiento
económico y la estabilidad en Bolivia. Para abordar estos desafíos, es necesario promover el
diálogo, la inclusión y buscar soluciones que aborden las demandas y necesidades de la población
boliviana.
CONCLUSIÓN
1.- En Bolivia, el problema de distribución de tierras es un tema complejo y
controvertido. Históricamente, ha existido una gran concentración de tierras en
manos de unos pocos propietarios, mientras que la mayoría de la población rural
tiene un acceso limitado a la tierra. Esto ha generado desigualdad, conflictos
sociales y económicos. A lo largo de los años, se han implementado políticas y
reformas agrarias para abordar este problema, pero persisten desafíos en su
implementación efectiva y equitativa.