Está en la página 1de 13

CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

¿QUIÉNES CELEBRAMOS?

I. PALABRAS CLAVES
LITURGIA: de la palabra griega “LITOURGIA” que a su vez está compuesta de
“LEITOS”, popular, del pueblo y “ERGÓN”, obra. Para designar las celebraciones
cristianas, se han empleado a lo largo de los siglos otros términos: oficio, ritos sagrados,
celebración, acción, etc.1 Es la “acción” de “Cristo total”. (CEC. 1136).
JESUCRISTO: centro, protagonista absoluto, como lo es en general en el misterio de la
acción cristiana. Hablar de Jesucristo en la liturgia involucra: su pascua, su presencia hoy
en la Iglesia sobre todo en la acción sacramental y especialmente en la Eucaristía, en donde
se nos da como en el pan y vino como alimento de vida eterna. Jesús es el destinatario de
nuestro culto. 2
ESPÍRITU SANTO: El Espíritu de Dios – “spiritus”, “Pneuma”, soplo, viento –Él es quien
prepara a recibir a Cristo, quien no trae continuamente a la memoria lo que Cristo no ha
dicho, quien actualiza su misterio salvador de Pascua. Desde el día de Pentecostés, su
venida trasformó toda la primitiva comunidad, con una fuerza viva: en la evangelización,
en la fraternidad, en el amor y la unidad.3
IGLESIA: del griego “ekklesía”, llamar. Significa convocatoria, asamblea reunida. Pablo la
llama comunidad cristiana (1 Cor 11,22). El mismo nombre se utiliza para designar lugar de
reunión comunitaria, el templo. CIC de 1983 “Son lugares sagrados aquellos que por una
bendición prescrita por los libros litúrgicos son destinados al culto divino o a la sepultura
de los fieles.4
ASAMBLEA: Primera realidad visible de la liturgia cristiana. Del griego “SINAXIS”,
Congragación de fieles. En latín “ASSIMULARE” juntar. 5
MINISTERIOS: en latín “MINISTERIUM”, Significa servicio y “MINISTER”, servidor.
El que por antonomasia aparece como ministro es Cristo Jesús (Mt 20,28). Hay ministerios
ordenados (el diaconado, el presbiterado y el episcopado conferidos por el sacramento del
Orden) y hay ministerios instituidos (lectorado y acolitado – recibidos desde la identidad
laical).6

II. INTRODUCCIÓN
1
Cf. ALDAZABAL José – Diccionario básico de liturgia – pág. 217
2
IBID. Cf. 137
3
Cf. pág. 137
4
Cf. Pág. 177-178
5
Cf. Pág. 42
6
Cf. Pág. 236 - 237
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

Sin lugar a duda la liturgia es el lugar privilegiado de encuentro con Dios. Es el espacio
donde el hombre alaba, glorifica, exalta la grandeza de su creador y Dios santifica o
bendice al hombre. De esta manera la Liturgia se convierte es una “acción”. 7 Acción que
involucra un movimiento de respuesta mutua: Dios que se da y permanece con el hombre y
el hombre que responde a Dios, desde su fe en él. «Por tanto quienes celebran esta
“acción”, independientemente de la existencia o no de los signos sacramentales, participan
ya de la liturgia del cielo, allí donde la celebración es enteramente Comunión y Fiesta»
(CEC. 1136).
Así, la celebración litúrgica es una acción fundamental, en cuanto actualiza en el tiempo y
en el espacio la obra redentora y glorificadora Cristo en favor de los hombres. De aquí que
quienes celebran, sean conscientes de lo que se celebra, manifestando interior y
exteriormente los acontecimientos que celebra en la liturgia y así haga de esta liturgia una
misma a la liturgia eterna, en que el Espíritu y la Iglesia se unen en el misterio de
Salvación.
La iglesia en el cumplimiento de su deber de enseñar y función de santificar, nos presenta a
partir de este curso virtual y este tema: ¿Quiénes celebramos? Una herramienta
fundamental para vivir y participar mejor de las celebraciones litúrgicas.
De esta manera al decir ¿quiénes celebramos? Ya no podríamos reducirlo, solamente a un
grupo de encargados de animar, sino que es un deber cristiano que nos involucra a todos y
en la que nos acompaña: Jesucristo y el Espíritu Santo.
De esta manera la Iglesia cumple su función de santificar, de modo especial en la liturgia,
en la que en cada momento se expresa la acción sacerdotal de Jesucristo, en la que se obra
la santificación de los hombres. ¿Quiénes celebramos? Entonces: Jesucristo, el Espíritu
Santo, la Iglesia, la asamblea, los ministros.

III. ¿QUIÉNES CELEBRAMOS?


1. Jesucristo

7
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999 – pág. 163 / 423
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

En la liturgia Cristo es el centro, el protagonista absoluto, al igual que en el misterio de


salvación. Él es el único sumo sacerdote, que celebra sin cesar la liturgia del cielo.
De Cristo de San Juan Crisóstomo, en la liturgia bizantina afirma lo siguiente: que es “Él
mismo el que ofrece y el que es ofrecido, el que da y que se nos da”. Es decir la presidencia
de Jesucristo en la liturgia es su propio don. Por eso él es el protagonista absoluto, en él se
centra cada uno de los ritos de la liturgia, en cuanto que se lo presenta visible en cada
momento de estos.
En Jesucristo nuestra celebración cobra sentido, en cuanto es el Verbo de Dios hecho carne
que se da como alimento vida para el mundo, para que todo aquel que crea en él tenga vida
y la tenga en abundancia.

Jesucristo celebrado en la liturgia es fuente primera y fundamental de comunión con el


Padre y el Espíritu Santo, es decir con la Trinidad. Con su acción santificante nos prepara
en la liturgia terrena a gozar de la liturgia celestial. Por eso hoy podemos afirmar,
“transcurrido históricamente la obra de la redención, que Cristo después de su gloriosa
ascensión, continúa realizando su obra salvífica en la liturgia, cumbre de toda la historia de
salvación” en la que contemplamos:8
 El Señor actúa sobre su cuerpo que es la Iglesia (CEC 1348)
 Cristo que actúa por medio de los sacramentos (CEC 1084)
 La acción salvífica que continúa en la Iglesia por medio del ministerio de los
apóstoles (SC. 6)
Como Señor y cabeza de la Iglesia, Cristo permanece en la Iglesia, junto a ella en dónde
continúa actualizando en cada celebración litúrgica obra de la salvación, presente en el
sacrificio de la misa, en la persona del ministro o las especies eucarísticas, en los
sacramentos, en la lectura de la palabra, en los salmos” (SC 7). En consecuencia la
manifestación de Cristo en la liturgia es una presencia dinámica y eficaz, que hace de los
actos litúrgicos acontecimientos de salvación.9
La Liturgia, es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo que se prolonga a través de la
historia cada vez que se ejecuta. “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos (Mt 18,20)”. Es decir que la presencia de Jesucristo especialmente en
la Eucaristía, sea en el ministro o bajo las especies eucarísticas, en la lectura de la palabra o
en el sacramento que se celebra es verdadera presencia de Jesucristo, que no se agota, y que
siendo obra de Cristo y de su cuerpo que es la Iglesia, se convierte en una acción sagrada.
«Es fundamental advertir que la presencia de Jesucristo en la liturgia viene asociada a la
presencia del Señor a la Iglesia. Pero, la manifestación cumbre de la presencia de Cristo
en la Iglesia es su presencia en la liturgia mediante la virtud de su Espíritu.»10
De esta manera nos hacemos cuerpo de Cristo, no tanto por comulgar sino, porque nos
unimos realmente al sacrificio sacramental de Jesucristo, dejándonos vivificar por el
8
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999 – pág. 164 / 423
9
LOPEZ MARTÍN Julian – La liturgia de la Iglesia – Sapientia Fidei, serie de manuales de teología – biblioteca
de autores cristianoos Madrid 1994 – Pág. 26
10
BOROBIO Dionisio – La celebración en la Iglesia – Ediciones Sígueme – S.A 1985 – Pág. 325/607
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

Espíritu del Señor que se ha hecho participe de esta obra redentora a través de los
bautizados. Así se cumple lo que el pensamiento del teólogo Romano Guardini nos expresa:
“El objetivo de la liturgia es entrar en comunión con el Señor mediante la dimensión
epifánica de la liturgia, donde se manifiestan los misterios de nuestra redención”. En otras
palabras “todas las veces que celebráis esta conmemoración, se realiza la obra de nuestra
redención”.

2. El Espíritu Santo
La actuación del Espíritu Santo en la celebración litúrgica es muy importante ya que por
ella, la asamblea es convocada y fortalece su misma experiencia de encuentro con
Jesucristo, es decir se capacita para entrar en contacto pleno con el misterio de Dios, en
otras palabras, se convierte en “pedagogo de la fe del pueblo de Dios” es decir, quien nos
trae continuamente a la memoria lo que Cristo nos ha dicho, quien actualiza su misterio
salvador de Pascua. (CEC 1091).
.
“La misión del Espíritu Santo en la liturgia de la Iglesia es la de preparar la asamblea
para el encuentro con Cristo; recordar y manifestar a Cristo a la fe de la asamblea de
creyentes; hacer presente y actualizar la obra salvífica de Cristo por su poder
transformador y hacer fructificar el don de la comunión en la Iglesia.” CEC. 1122
El Espíritu Santo es por excelencia don de la Pascua del Señor, don de Dios (Jn 4,10 –
prometido para los tiempos mesiánicos (Is 32,15). En este sentido, la liturgia es donación
continua del Espíritu Santo para realizar la comunión en la vida divina. Por eso, toda la
acción litúrgica tiene lugar en la unidad del Espíritu Santo, no solo como “adoración a Dios
en Espíritu y en verdad”, (cf. Jn 4,23-24), sino también como expresión de comunión de la
Iglesia, que brota del misterio trinitario y es realizada por la presencia y actuación del
mismo Espíritu.11
De la misma manera dentro de las características más importantes que resaltan el Espíritu
santo, es que habilita a los creyentes para recibir la palabra divina y acogerla en sus
corazones. En otras palabras, el Espíritu Santo con su acción invisible, hace que los actos
sacramentales de la Iglesia realicen lo que significan. Por lo tanto debemos descubrir en
esta persona de la santísima Trinidad la nueva presencia de Jesús como Señor glorificado,
que ayuda a comprender la acción sacerdotal y la presencia de Jesucristo en la liturgia.
«El Espíritu es el nuevo consolador y la nueva presencia de Jesús como Kyrius, Señor y
Salvador, en medio del pueblo. El Pneuma es el Espíritu del Señor glorificado, en medio de
su pueblo».12

11
LOPEZ MARTÍN Julian – La liturgia de la Iglesia – Sapientia Fidei, serie de manuales de teología – biblioteca
de autores cristianos Madrid 1994 – Pág. 27
12
BOROBIO Dionisio – La celebración en la Iglesia – Ediciones Sígueme – S.A 1985 – Pág. 330-331/607
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

Una de las obras del Espíritu Santo consiste en que actualiza el único misterio en cada
celebración (cf. 1104), hace surgir la Iglesia, la vivifica. Se convierte en memoria viva de la
Iglesia (Jn 14,26). Por eso sin el poder del Espíritu, sería imposible celebrar la liturgia, el
culto en espíritu y en verdad que espera Dios de su pueblo.
Es entonces preciso afirmar que la novedad de la presencia del Espíritu Santo tiene todo su
fundamento en la vida de la Iglesia desde el día de Pentecostés, cuando su fuerza
transformó la primera comunidad, sumergida en el temor y la desesperanza. El mismo
quien invocado por la Iglesia en la oración de epíclesis (cf. CEC 1106 – 1107) sobre el
agua, los óleos, el pan y el vino, los ordenados, los novios, da eficacia a los sacramentos, y
permite experimentar la gracia actuante de Cristo en la vida terrena. 13

3. La Iglesia:
La Iglesia es toda la comunidad, la asamblea, el cuerpo de Cristo que unido a su cabeza,
celebra el misterio pascual (CEC 1140). En cuanto aspecto material, se refiere al edificio
para las celebraciones litúrgicas, signo de la presencia e edificación de Dios.
La Iglesia es efecto de la presencia de Cristo resucitado, de su poder y amor, que asistida
por la presencia del Espíritu Santo se renueva, actualiza, celebra y descubre todo lo que
Cristo ha realizado en el plan salvífico, del que ha hecho partícipe a toda la humanidad. A
través de esta participación realizada en el Hijo y por el Espíritu Santo, toda la comunidad
pregusta la liturgia celeste en la que celebraremos eternamente en la presencia de nuestro
Señor. Como anticipo de las alegrías eternas recibimos vida sacramental en la que se hace
presente y se prolonga la acción salvífica, redentora de Cristo. “La Iglesia”. Por lo dicho,
hace presente en cada acción litúrgica el don del Dios que no agota su presencia, antes bien,
la potencializa, la hace visible. De esta manera la Iglesia se manifiesta como:
 Fuente de salvación.
 Sacramento de Cristo.
 Pascua y Pentecostés permanente.14
Estas notas características la hacen única y fuente inagotable de la gracia de Dios en la vida
del hombre, que no se cansa de proponerle medios para la salvación. De otra manera la
liturgia es continuación del ejercicio del sacerdocio de Cristo, por lo que es manifestación
clara y visible de la unidad de Dios a su pueblo (Cf. LG 7-8).
Con sus ritos y palabras, con la unidad y multiplicidad de sus formas, la liturgia es epifanía
de la Iglesia, es decir, expresión y realización de su misterio de comunión y salvación. Es
en las celebraciones litúrgicas (SC 26), donde con mayor claridad y eficacia aparece la
Iglesia como sacramento, signo e instrumento, de la unión íntima con Dios y de la unidad
de todos los hombres (LG 1). De esta manera la liturgia es cumbre a la cual tiende toda la
actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda fuerza (SC 10).
13
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999
14
Cf. LOPEZ MARTÍN Julián – La Liturgia de la Iglesia – Sapienthia Fidei – Pág 20 -21
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

4. La asamblea
«El término asamblea, es de origen francés – significa una reunión de personas para una
finalidad determinada: recreativa, cultural, política, religiosa, etc. En sentido religioso,
asamblea es la reunión de una comunidad de creyentes para realizar conjuntamente unos
ritos sagrados».15 Es también la primera comunidad visible (en su diversidad de órdenes y
ministerios) de la liturgia cristiana, un signo sagrado. (LG 1.8 – SC 2.5.26; GS 40). Cada
asamblea litúrgica es la realización concentrada y la manifestación de toda la Iglesia: en
asamblea que se congrega para la Misa.16
Cuando hablamos de quienes celebramos, la primera realidad visible, palpable, nuestro
primer pensamiento está dirigido hacia nosotros mismos, que celebramos el misterio de
Dios, sin embargo en quienes celebramos también está presente: Jesús (como cabeza, pastor
y esposo – como cabeza), el Espíritu Santo (inspirador, que convoca – reúne y anima), La
Iglesia (que se gloría en la presencia de tantos dones) y la asamblea (la comunidad reunida
el nosotros en la celebración).
Sin lugar a duda la asamblea en la vida de la Iglesia es una necesidad, en cuanto ésta
permite su reconocimiento y edificación, porque de esta manera se responde a la llamada
del Señor, se escucha su palabra y participa de manera ritual de la presencia y acción de
nuestro Señor. De ahí que en la asamblea el sujeto propio de la oración y acción litúrgica no
sea el “Yo” sino el “Nosotros”, que indica que la Iglesia que la acción dirigida no es algo
individual, sino algo común – no de unos pocos, de todos. (SC 26; CEC 1140).

SAGRADA ESCRITURA
A lo largo de los siglos, de la historia del pueblo, la comunidad siempre ha destinado
espacios, tiempo y disposiciones, para reunirse en torno de la imagen de ese Dios
providente y justo, creador y padre, del que proviene toda existencia. Así nos lo han
manifestado las diferentes culturas, religiones, sin embargo nuestro estudio se centrará aquí
en lo que la experiencia de nuestra profesión de fe católica nos ha regalado. El testimonio
de la acción de Dios con el pueblo, evidenciado en la Sagrada Escritura, que justifica la
reunión de personas entorno a una acción. Aquí algunas: pedir la intervención de Dios en
determinada situación, presentar acciones de gracias, el ofrecimiento del cordero de pascua,
la inmolación de ofrendas por los pecados, etc. Ahora en el Nuevo Testamento, la reunión
se presenta además de festejar la pascua, lleva una característica especial; ya no hay que
buscar cordero (el más grande o gordo) para el sacrificio, ahora el cordero se ha presentado
en forma humana y se ha inmolado, presentándose ante Dios como víctima y oblación
agradable por nuestros pecados. De esta manera la esta asamblea tiene algo diferente y es
el encuentro alrededor de la celebración del misterio pascual de Cristo (su pasión, muerte y

15
IBAÑEZ Abad - Iniciación a la liturgia de la Iglesia – Pág. 75
16
ALDAZABAL José – Vocabulario básico de liturgia – Pág. 43
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

resurrección), misterio de la nueva alianza sellada con su sangre. Así se ha de apreciar la


asamblea no como algo formado espontáneamente, sino convocada por Dios.

 ANTIGUO TESTAMENTO
La connotación del término “ASAMBLEA”, en el Antiguo Testamento, significaba
principalmente, el mismo pueblo de Dios y sus reuniones culturales. 17 En estas reuniones el
pueblo manifestaba exteriormente sus sentimientos antes, durante o después de cada
acontecimiento que vivían.
Prefiguraciones de la asamblea:
- Éxodo 19,24 – en el desierto
- Jos. 24 - en la tierra prometida
- Núm. 8-9 – después del exilio
En el Antiguo Testamento se dieron de modo muy significativo las grandes asambleas del
pueblo de la antigua alianza, escuchando la palabra de Dios, dirigiendo su oración y
celebrado los gestos simbólicos de la alianza.

 NUEVO TESTAMENTO
En el Nuevo Testamento y en la literatura cristiana primitiva: asamblea tiene tras de sí gran
variedad terminológica, aunque terminó imponiendo EKKLESÍA, que transliterado del
griego al latín, significa: tanto la comunidad de los cristianos, como la reunión periódica de
estos entorno a la palabra de Dios o a la Eucaristía. 18
En el Nuevo Testamento, después de la de la glorificación de Jesús y la efusión del Espíritu
Santo en Pentecostés (Hch 2,42-47), la convocatoria se produce en torno a Cristo Jesús y se
llama sobre todo Iglesia, eklesía, pueblo convocado y congregado. Desde la primera
generación la asamblea litúrgica es una realidad importante en el conjunto de la vida
cristiana, aunque ya desde muy pronto hubo que recordar y animar a los más perezosos (Hb
10,25)
En su papel inicial desempeña un papel decisivo la experiencia pascual y eucarística
reflejada en los relatos de las apariciones de Cristo resucitado (Lc 24; Jn 20)
A lo largo de los años, la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio
pascual (SC 6). En este sentido la tradición de la Iglesia nos ofrece testimonios de las
asambleas litúrgicas, sobre todo de las dominicales. 19
Algunas definiciones:
17
Cf. ABAD IBAÑEZ J.A - Iniciación a la liturgia de la Iglesia – Pág. 75
18
IBID. Pág. 75
19
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

- De esta manera y aplicada a la liturgia cristiana, asamblea equivale hoy a una


reunión de fieles, jerárquicamente constituida y reunida en un lugar.

DIMENSIONES Y CARACTERÍSTICAS20
1. La asamblea litúrgica no es intercambiable con la Iglesia, ni siquiera con la comunidad,
porque la asamblea existe en el momento de la celebración y se disuelve cuando termina,
mientras que la Iglesia permanece también fuera de la celebración y la comunidad tiene
otros modos diversos de realización y expresión.
2. La asamblea como signo litúrgico tiene tres dimensiones:
 Dimensión conmemorativa, la asamblea litúrgica hace recordar la convocatoria del
pueblo de Dios en la Antigua Alianza.
 Dimensión manifestativa, la asamblea litúrgica hace presente y revela el misterio de
la comunión de la Iglesia y su condición de Cuerpo y Esposa de Cristo.
 Dimensión profética, la asamblea litúrgica es anuncio y anticipo de la reunión en la
Jerusalén celeste.
La asamblea litúrgica está compuesta de personas numerosas y diversas, que se reúnen en
tiempos y lugares establecidos para celebrar el acontecimiento de salvación realizado en
Cristo (Jn 155,16; 1Jn 4,10).
La asamblea litúrgica es una reunión de un pueblo heterogéneo, personas diversas por las
mentalidades, las opciones, las vocaciones y hasta la vitalidad humana y espiritual. Lo que
constituye su unidad, es la conciencia de una llamada común, la marcha de fe hacia Cristo
Señor, el Bautismo que ha sellado la entrada al mundo de la salvación. SC 59
En la asamblea, cada uno es situado, cada uno es acogido con lo que es, con todo lo que le
atañe; todos incluso el que está de paso, todos, incluso el que está de paso, lo atestigua la
universalidad de la Iglesia. (Gal 3,28; Rm 10,12-14).
La asamblea es al mismo tiempo carismática y jerárquica, es una comunidad dotada de
carismas y de dones y estructurada con una jerarquía de servicio y de caridad (1Co 12,4-11;
Ef 4,11-16). En ella se conjugan diversos ministerios y funciones dentro de la celebración,
cuya misión es animarla y vivificarla. Por ello la celebración litúrgica es esencialmente
dialógica y cuando uno actúa para todos los demás, siempre se da una respuesta coral por
parte de la asamblea.
Toda asamblea litúrgica tiene carácter festivo. Por dos hechos: porque celebra el misterio
de alegría y gozo la salvación obrada en Cristo y porque ella misma es portadora de alegría
y de gozo, en la presencia del mismo Cristo. 21

20
IBID. Manual de Liturgia
21
Cf. ABAD IBAÑEZ J.A - Iniciación a la liturgia de la Iglesia – Pág. 89
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

5. Los ministerios litúrgicos22


CEC. 1188 En una celebración litúrgica toda la asamblea es “liturgo” cada cual según su
función.
La liturgia está estructurada para que la realice el pueblo sacerdotal como asamblea y
dentro de distintos ministerios o servicios requeridos por la misma comunidad. El ejercicio
de los diferentes ministerios y funciones que enriquecen la asamblea, es necesario para que
exista una participación activa y plena. Así pues podemos decir la liturgia es la
manifestación plena del ejercicio ministerial en la que todos tienen el mismo grado de
responsabilidad y ejercicio de la misión eclesial.
Para una mejor armonía de la celebración la iglesia ha estructurado diversidad de
ministerios y servicios. De este modo el ministerio es una función realizada por uno o más
de sus miembros como servicio, que a su vez es expresión de la caridad, que señala el único
espíritu en que ha de desempeñarse.
Tipos de ministerio que podemos distinguir:
 El Ministerio Ordenado
 Los ministerios instituidos: conferidos a través de una mandato simple sin
imposición de manos
¿Para qué sirven los ministerios a la Iglesia?
Es necesario que tengamos claro que los ministerios son elemento esencial en la
eclesiología de comunión y participación y especialmente para la edificación de la misma,
de modo que no solamente se llegue a un conocimiento teórico sino más práctico de la vida
cristiana. (1Co 14,5; Ef 4,12).
EL MINISTERIO ORDENADO
El ministerio ordenado es conferido a través del rito de imposición de manos y oración
consacratoria a través del obispo.
5.1. Ministerios Ordenados23
Recibidos por el sacramento del orden: el Obispo, el presbítero y el diácono. Es necesario
que estos son llamados por Dios en y por la Iglesia a un servicio especial a la comunidad.
Así el ministro ordenado se convierte en imagen de Cristo Sacerdote.
EL OBISPO: es el que preside la liturgia como sumo sacerdote LG 20. Dispensador
principal de los misterios de Cristo sobre todo en la celebración eucarístico (SC 41)

22
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999
23
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

EL PRESBÍTERO: Es el colaborador del obispo (LG 20). Realiza el ejercicio de su


ministerio sobre todo en la Eucaristía, como ministro de la palabra y del sacrificio (LG 28).
EL DIÁCONO: también colaborador del obispo, en dependencia de él y también del
presbítero. En algunos casos preside la asamblea (LG 29).
Desde luego el ministro ordenado se encuentra en la presidencia litúrgica, en el cual presta
los siguientes servicios: a Cristo y a la Iglesia.
Entre las principales actividades implicadas en la presidencia se encuentran las siguientes:
1. Acoger a la asamblea: acogida a los fieles, tratando de transformar el grupo disperso en
asamblea.
2. Coordinar a la asamblea: es decir velar porque la celebración esté debidamente
preparada.
3. Abre y cierra la celebración: es decir, programar los acentos expresivos, los énfasis, los
silencios, los cantos.
4. Ora en nombre de la Iglesia y de Cristo: debe tener una actitud orante, para comunicar y
trasmitir a la asamblea.
5. servidor de la palabra: lo que implica prolongar el misterio de Cristo, palabra revelada y
hecha carne.
6. Realiza los gestos sacramentales: respeta la verdad de la acción simbólica: la fracción del
pan y el comer del mismo; la bendición del cáliz de vino y el beber del mismo; derramar el
agua, imponer las manos y ungir con aceite.

5.2 Ministerios Instituidos24


Con el mutuo proprio Minissteria Quaedam, estableció los ministerios instituidos
conferidos a laicos.
De igual manera el documento de Puebla, al final del capítulo sobre los laicos afirma: “que
los laicos pueden sentirse llamados o ser llamados a colaborar con sus pastores al servicio
de a la Iglesia.
Loa misterios que pueden confiarse a laicos son aquellos en el servicio de la comunidad
eclesial, para lo cual debe reconocerles públicamente y confiárselos a la autoridad de la
Iglesia (DP 904 - 805)
En la actualidad los únicos ministerios instituidos son: lectorado y acolitado.

24
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

LECTOR: proclama las lecturas bíblicas a excepción del evangelio, dice el salmo, propone
las oraciones de los fieles, en ausencia del diácono o del cantor.
ACÓLITO: ayuda al sacerdote y al diácono en el altar y distribuye la Eucaristía y la expone
para la adoración.

OTROS OFICIOS LITÚRGICOS25


Las ejercen tanto los varones como las mujeres (CIC 230. 1y 2) que nos instituidos para
tales oficios o funciones:
 Servicio de la asamblea: (SC29): Personas encargadas de la limpieza, ornamentación,
sacristía, acogida y orden.
 Servicio de la palabra de Dios: lector no instituido, salmista, comentador.
 Al servicio del altar y ministro ordenado: monaguillo - acólito no instituido (SC 29),
ministro extraordinario de la comunión y de la exposición del santísimo, maestro de las
ceremonias.
 Al servicio del canto litúrgico y música: el coro
 Otros ministerios: ministros extraordinarios del Bautismo, asistentes laicos del
bautismo, ministros de las exequias, los padrinos del bautismo y de la confirmación,

6. Criterios para el uso de los ministerios


 No clericalizar.
 Orientado siempre al crecimiento e edificación de la comunidad eclesial.
 No promover ministerios a estimulo individual.
 No disminuir la participación activa de los demás.

25
CELAM – Manual de Liturgia vol. I – Santafé de Bogotá D.C – Colombia 1999
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

IV. OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL
Proporcionar al estudiante conocimientos que le permitan una participación adecuada,
consciente y activa, que favorezcan la vivencia cristiana de la celebración litúrgica y su
importancia en ella.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS
 Fortalecer la fe de la Iglesia a través de la participación de cada acontecimiento
celebrado.
 Vivir la comunicación de la gracia de Dios, especialmente a través sus ministros
y adquirir una conciencia clara y estable de nuestros deberes cristianos con lo
que se nos confía.

TALLER
CURSO VIRTUAL DE LITURGIA FUNDAMENTAL

1. Después de una lectura detenida del tema, haga una presentación en diapositivas.
2. Cómo se desarrollan estos ministerios: Explica tu respuesta
3. Organiza una catequesis para el grupo de liturgia de tu parroquia, donde expliques la
necesidad de los ministerios en la vida de Iglesia.

También podría gustarte