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Nombre:
Matricula:
19-SDRN-1-038
Sección:
0312
Asignatura:
Profesora:
Ana Mirtha Cabrera
Santo Domingo, Distrito Nacional, a los veintiocho (28) días del mes de Julio del
año Dos Mil Veinte (2020).
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HISTORIA DEL PENSAMIENTO SOCIAL
Entre los siglos XI y XIV se caracterizaron por una tendencia agresiva, traducida en las
aspiraciones de sus representantes, de hallar una fundamentación teórica para las
pretensiones de la Iglesia católica romana y de los papas, al dominio mundial las cuales
se vieron muy ligadas a ideas políticas de la época, por lo que comienzan a valerse de
documentos apócrifos para someter al pueblo a la obediencia e imponerle ciertos criterios
como son:
"Tú eres Pedro (en griego, roca, piedra), y sobre esta piedra crearé mi Iglesia, y las
mentiras del infierno no la vencerán."
La teoría de las llaves, recibidas por el apóstol Pedro, y con las que éste cierra y
abre el cielo, se expresan las pretensiones papales al derecho de deponer a los
emperadores, por cuanto los papas se consideraban, al principio, como sucesores
de ese apóstol.
La teoría del “Sol y de la Luna"- se compara a sí misma con el Sol y al Estado con
la Luna, que recibe su luz del primero.
La teoría de que el papa tiene derecho a nombrar soberanos. Estos son elegidos
por dios, pero por intermedio de los sacerdotes, lo cual se traduce en el acto
simbólico de la bendición y unción de los reyes.
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Todos los razonamientos de los partidarios papales, acerca de los derechos del
pueblo, y sus invectivas contra los "tiranos", muestran que los representantes de
las teorías teocráticas se valían hábilmente, para sus fines, del descontento de las
masas trabajadoras contra la opresión de las autoridades seculares y trataban de
presentarse como defensores del pueblo en contra de la violencia y arbitrariedades
de los "tiranos".
El obispo Waltram de Naumburg afirmaba que dios había establecido dos poderes
independientes que deben ayudarse mutuamente. El apóstol Pablo, según dice
Waltram, denomina servidor de dios al príncipe, el cual no en vano lleva la espada.
La sanción a los delincuentes no corresponde, pues, a los servidores de la Iglesia,
sino a los príncipes.
También los feudales seculares y sus partidarios, en su lucha contra los papas,
tenían su propia teoría de las "dos espadas", según la cual éstas habrían sido
entregadas al Papa y al Emperador simultáneamente. Este pensamiento se
encuentra también en uno de los monumentos legislativos del siglo XIII, el Espejo
de Sajonia.
En el siglo XII, algunos teólogos llegan a una conclusión más radical aún y
consideran que los obispos de un Estado deben subordinarse al soberano, como
los hijos al padre, no por naturaleza, sino para mantener el orden, para conservar la
unidad (Hugo de Fleury). Pero la protesta contra la Iglesia católica romana
encuentra su expresión, de manera especialmente aguda, en las herejías.