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Luquitasss
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Bibliografía ........................................................................... 13
En primer lugar, D. Carlos otorga testamento abierto ante notario (regulado en el art. 679
CC).
En segundo lugar, no tenemos información sobre la vecindad civil del futuro causante que
determinaría qué legislación (común o foral) sería aplicable en el momento de abrirse la
sucesión, testada en este caso. Nuestra conclusión a partir de los datos facilitados y no
habiendo información adicional complementaria es que será de aplicación el derecho común,
si bien nos referiremos también a la Compilación de Derecho Civil Balear.
En tercer lugar, tampoco tenemos información sobre el régimen patrimonial que rige el
matrimonio entre D. Carlos y Dª Pilar. A falta de esa información, y en defecto de pactos
explícitos, decidimos centrarnos en el sistema de bienes gananciales, si bien nos referiremos
a los dos regímenes en las últimas cuestiones.
En quinto lugar, el legado de parte alícuota tampoco es una cuestión pacífica, si bien está
reconocido en el derecho español y aceptado por la doctrina y la jurisprudencia. El primer
problema con el que nos encontramos es que el Código Civil no define qué se entiende por
tal y deberemos acudir a otras normas, e incluso buscar su sentido gramatical para poder
definir y aplicar el concepto.
En sexto lugar, D. Carlos no reparte todos los bienes que posee de manera concreta y
determinada, sino que plantea una universalidad cuando refiere “el resto de los bienes, si
los hubiere” y los adjudica a sus hijas “por partes iguales y en pleno dominio”, fórmulas
propias de la institución de herederos.
En séptimo lugar, atendiendo a la legitimación para suceder, D. Carlos reparte los bienes
como mejor le parece entre sus hijas (sucesoras legitimarias de los padres, art 807 CC).
Además lega el usufructo a su esposa, tal como se recoge en el art. 834 del CC.
En la primera parte del testamento, D. Carlos instituye herederas a sus hijas de bienes
concretos y determinados:
● a) Casa sita en la ciudad de Vitoria, C/ Murillo nº 7, para Dª María
● b) Piso sito en la ciudad de Vitoria, C/ Goya nº 2, para Dª Alejandra
● c) Casa rural "El Refugio" sita en el término municipal de Lanjarón, para Dª Valentina
Se hace una atribución específica de bienes a cada heredero a título particular, no se hace
un llamamiento como sucesor universal, por su falta de generalidad.
Una parte de la doctrina, apoyada en el art. 668 CC. Este precepto hace una presunción iuris
tantum, es decir, admite prueba en contrario respecto a lo señalado en el art.768 CC, y es
que si se puede probar que la verdadera intención del causante era instituir a sus sucesores
como herederos, éstos serán considerados como tal y no como legatarios (art. 668 CC “El
testador puede disponer de sus bienes a título de herencia o de legado. En la duda, aunque
el testador no haya usado materialmente la palabra heredero, si su voluntad está clara
acerca de este concepto, valdrá la disposición como hecha a título universal o de herencia.”)
El otro criterio de la doctrina defiende la teoría de que prevalece el contenido de la
disposición sobre las palabras. Así, el instituido en cosa cierta debe reputarse legatario. Aquí
se defiende la idea de que la voluntad del testador (art. 668 CC) debe respetar el límite
establecido del art. 768 CC que indica claramente que el heredero ex re certa debe
considerarse legatario, de manera paralela el art. 15 CDCB repite lo mismo que el art. 768
CC al regular “[...]Pero, si el heredero único o todos los herederos instituidos lo son en cosa
cierta, se considerarán legatarios de esta”. En otras palabras el contenido material o
intrínseco prevalece sobre el título o nomen.
Hay que destacar en este punto que la CDCB hace alusión a la figura del heredero ex re
certa en su art. 15.2, el cual establece lo siguiente [...]Pero, si el heredero único o todos los
herederos instituidos lo son en cosa cierta, se considerarán legatarios de esta.
En la segunda parte del testamento D. Carlos atribuye la condición de heredero a sus hijas
del “resto de sus bienes”, esto es, la generalidad de sus bienes, aquí no cabe la institución
de heredero ex re certa, sino que las hijas son consideradas como titulares de la herencia
que suceden a su padre sustituyéndolo en su situación jurídica general.
Por lo tanto, establecer si el instituido en cosa cierta es heredero o legatario, es
sencillamente una cuestión de interpretación testamentaria, pues la doctrina y la
jurisprudencia del Tribunal Supremo, a partir de la sentencia de 9 de marzo de 1993 han
resaltado, que no puede atribuirse al art. 768 carácter imperativo alguno, sino que se trata
de una norma meramente interpretativa.
Antes de valorar si este supuesto contiene un legado de parte alícuota, debemos analizar
esta figura puesto que, aunque es aceptada por la doctrina y la jurisprudencia, el CC no
define ni regula el legado de parte alícuota, llamado también legado parciario. Únicamente
en dos artículos, concretamente en el art. 655 del CC, en el último apartado, en sede de
reducción de donaciones, se refiere a dicho legado, además del art. 983.2 cuando regula el
derecho de acrecer.
Deberemos acudir a leyes tales como la Ley Hipotecaria, el Reglamento Hipotecario o la Ley
de Enjuiciamiento Civil para forjar una definición acorde a las características de este tipo de
legado. Finalmente, será el sentido gramatical aportado por la RAE el que nos permitirá
llegar a la conclusión de que el legado de parte alícuota es aquel por el cual no se recibe un
bien concreto, sino una parte proporcional de la herencia. Consecuentemente, el legatario
de parte alícuota es aquel llamado a una cuota de la herencia, sin señalar bienes concretos,
es decir, el legatario de parte alícuota es destinatario de una cuota ideal del activo líquido
hereditario después de satisfecho el pasivo, o lo que es lo mismo, como un cotitular de los
bienes que integran el activo neto partible (DGRN).
Por otra parte sí que hemos llegado a la conclusión de que se trata de un legado de parte
indeterminada por cuanto su contenido no es una fracción aritmética, sino un conjunto
indeterminado de bienes expresados con “el resto de bienes, si los hubiere”.
Además, aunque, en esta segunda parte del testamento, D. Carlos no designa expresamente
a sus hijas como “herederas”, podemos considerar que esta ha sido su voluntad. El art. 668
CC regula que “…aunque el testador no haya usado materialmente la palabra heredero, si
su voluntad está clara acerca de este concepto, valdrá la disposición como hecha a título
universal o de herencia”.
Podemos concluir que la voluntad del causante respecto a los bienes restantes distribuidos
a partes iguales entre las tres hijas ha sido que ellas sean instituidas herederas respecto de
dichos bienes y no como legatarias.
Finalmente, nos planteamos una duda. Aunque consideramos que en este supuesto las hijas
no son legatarios de parte alícuota, ¿qué pasa realmente con Dª Pilar? Llegamos a la
conclusión de que la viuda del causante tiene la condición de legataria de parte alícuota, ya
que legalmente le corresponde, cuando concurre con hijos, un derecho de usufructo sobre
el tercio de mejora de la herencia, es decir, es destinataria de una cuota ideal del activo
líquido hereditario después de satisfecho el pasivo
Esa conclusión es fruto del estudio de la doctrina. Autores como Luís Felipe Ragel Sánchez
defienden que “el viudo, como legitimario, tiene en la herencia una posición equivalente al
de un legatario de parte alícuota, pues no siendo heredero, ni respondiendo personalmente
de las deudas hereditarias, sí es partícipe en la comunidad hereditaria, con todas las
consecuencias que de ello se derivan, como la necesidad de contar con su consentimiento
para la partición o enajenación de bienes hereditarios, poder ejercitar la acción de división
de herencia o el retracto de coherederos”.
Para Carlos Manuel Díez Soto, el viudo legitimario no puede ser considerado como heredero
o legatario de parte alícuota, sino como un usufructuario de cuota con el régimen previsto
en los art. 490 y 510 de CC, de los que deduce que el viudo “… en cuanto usufructuario de
cuota, podrá intervenir en la administración de la masa indivisa, reivindicar bienes y ejercitar
derechos del causante para la misma (…) exigir en todo caso, la parte proporcional de los
rendimientos que produzca el activo líquido de la herencia desde la muerte del causante.
(…) no responderá personalmente de las deudas, cargas y legados, aunque estas reducirán
la base de cálculo de su derecho, pero sí habrá de contribuir a sufragar los gastos propios
de la partición y cargas generados por la masa indivisa, conforme al régimen propio del
usufructo…”.
En nuestro derecho está prevista la posibilidad de que el testador pueda establecer legados
y al mismo tiempo pueda dividir la herencia, asignando uno o más bienes a sus herederos.
Se recoge en el art. 890 del CC: “El heredero, que sea al mismo tiempo legatario, podrá
renunciar la herencia y aceptar el legado, o renunciar éste y aceptar aquélla”.
Ex art. 890 CC, vemos que puede recaer en la misma persona la condición de heredero y
de legatario.
Aunque es cierto que el heredero instituido en cosa cierta es legatario (ex. art. 768 CC),
podría darse el caso de un padre que estableciera una serie de prelegados en favor de dos
de sus hijos a quienes autoriza a tomar posesión por sí solos de las cosas legadas y a los
que instituye como herederos universales. Al 3r hijo le lega lo que por legítima estricta le
corresponda, como legado de parte alícuota, ordenando que dicha legítima estricta le sea
satisfecha en metálico por los herederos. En este caso concreto concurrirían en un mismo
testamento la institución de heredero en cosa cierta, pues el padre ha concretado los bienes
para cada hijo, y un legado de parte alícuota, representado por el ⅓ del tercio de la legítima,
esto es la novena parte de la herencia.
Como apunte final a esta pregunta, el prelegado se define como un legado instituido en
favor de cualquiera de los herederos que concurren a la herencia, en cuya persona recaen
simultáneamente la condición de heredero y legatario. En el fondo se trata de la concurrencia
simultánea de las cualidades de heredero y legatario de un mismo causante en una sola
persona.
Pregunta 4. Sobre la partición de la herencia
En primer lugar, respecto a los tres bienes inmuebles asignados a sus tres hijas como
herederas ex re certa1, no hay necesidad de partición, ya que D. Carlos ya ha realizado la
división en el testamento (como el enunciado no indica lo contrario, suponemos que son
privativos de D.Carlos):
Sin embargo, la necesidad de partición surge respecto a los bienes restantes, las seis fincas
rústicas adquiridas el 15 de febrero de 2018, que el testador los asigna a partes iguales entre
sus tres hijas (⅓ para Dª María, ⅓ para D.ª Alejandra, ⅓ para Dª Valentina).
1
Aunque el causante, las designe “herederas” en realidad, nos encontramos ante legados. Ex art.
768 Cc y 15.1 CDCB.
2
La liquidación se realizará conforme a los arts.1392 y ss Cc (Sección 5.ª De la disolución y
liquidación de la sociedad de gananciales, Cap. IV). A grandes rasgos: 1) elaboración del inventario
del activo y pasivo de la sociedad (arts. 1396,1397, 1398 Cc); 2) pago de las deudas (art. 1399 Cc);
3) división del remanente a partes iguales (art. 1404 Cc)
6 Fincas Rústicas. Régimen de separac
ión de bienes50% D. Carlos/ 50% D.ª Pilar
Finca
1
Finca 2 50% D. Carlos/ 50% D.ª Pilar
Finca 50% D. Carlos/ 50% D.ª Pilar
3
Finca 50% D. Carlos/ 50% D.ª Pilar
4
Finca 50% D. Carlos/ 50% D.ª Pilar
5
Finca 50% D. Carlos/ 50% D.ª Pilar
6
También puede ser objeto de división en virtud del art. 400 Cc, que abordaremos en los dos
apartados siguientes junto a la comunidad hereditaria.
Este trámite es realizado mediante escritura pública ante Notario normalmente. Sin embargo,
la misma puede verse impugnada si aparecieren nuevos herederos forzosos o legitimarios
si la liquidación del régimen perjudica su legítima.
No obstante, debemos tener en cuenta que en caso de que las fincas rústicas no sean
iguales en naturaleza, especie o cuantía, como predica el art. 1061 CC, es posible que
decidan acudir a un proceso de división judicial de la herencia, cuya regulación se halla en
la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil del año 2000. El proceso aludido, tiene por objeto la
partición de la herencia entre las herederas - en nuestro caso-, ya sean testamentarias o ab
intestato (eso es, sucesión intestada) en caso de divergencia entre las tres hijas del
causante.
La pregunta que debemos hacernos en este punto es la siguiente: ¿quién está legitimado
para instar dicha división? La respuesta nos la proporciona el artículo 782 de la LEC:
«1. Cualquier coheredero o legatario de parte alícuota podrá reclamar judicialmente la división de
la herencia, siempre que esta no deba efectuarla un comisario o contador-partidor designado por el
testador, por acuerdo entre los coherederos o por el Letrado de la Administración de Justicia o el
Notario.
3. Los acreedores no podrán instar la división, sin perjuicio de las acciones que les correspondan
contra la herencia, la comunidad hereditaria o los coherederos, que se ejercitarán en el juicio
declarativo que corresponda, sin suspender ni entorpecer las actuaciones de división de la herencia.
4. No obstante, los acreedores reconocidos como tales en el testamento o por los coherederos y los
que tengan su derecho documentado en un título ejecutivo podrán oponerse a que se lleve a efecto
la partición de la herencia hasta que se les pague o afiance el importe de sus créditos. Esta petición
podrá deducirse en cualquier momento, antes de que se produzca la entrega de los bienes
adjudicados a cada heredero.
5. Los acreedores de uno o más de los coherederos podrán intervenir a su costa en la partición
para evitar que ésta se haga en fraude o perjuicio de sus derechos.»
Por tanto, quiénes pueden instar esta división judicial de la herencia son todas las
coherederas o legatarias de la parte alícuota. Estarán también legitimados, una vez se haya
iniciado el proceso, para intervenir en la partición los acreedores (si los hay), para evitar que
sus derechos se vean perjudicados debido a actuaciones fraudulentas. Eso sí, siempre a su
costa.
Hay algunas excepciones en el mismo artículo 782.1 LEC como puede observarse. Y es
que los coherederos o legatarios de la parte alícuota no podrán reclamar la división si el
testador designó a un comisario o contador-partidor, por acuerdo entre los propios
coherederos, por el Letrado de la Administración de Justicia o el Notario.
No obstante, debemos decir que esta nueva división no resulta necesaria por los siguientes
motivos:
1) D. Carlos expresó en su testamento, conforme al artículo 1061 CC, que en caso de haber
bienes restantes, éstos corresponderían a partes iguales y en pleno dominio a sus tres hijas.
Por lo tanto, ésta no resulta necesaria (teniendo en cuenta que las fincas rústicas sean
iguales en naturaleza, especie y cuantía).
En el caso de que hubiese bienes restantes en sentido genérico, distintos a las fincas
rústicas, D. Carlos expresó, como ya se ha avanzado, que corresponderían a partes iguales
y en pleno dominio a sus tres hijas, con lo cual no presenta problemas. Eso sí, siempre y
cuando sean iguales en especie, calidad, o de la misma naturaleza (art. 1061 CC).
Por otra parte, debemos tener en cuenta de que cabe la posibilidad de que alguna de las
herederas no quiera permanecer en la comunidad hereditaria. De ser así, el art. 400 CC,
dispone que “ningún copropietario estará obligado a permanecer en la comunidad. Cada uno
de ellos podrá pedir en cualquier tiempo que se divida la cosa común”.
Para el supuesto de que dicha división procediera, el art. 402 de la misma Ley establece la
facultad de que la división pueda hacerse por los interesados, por árbitros o amigables
nombrados por los partícipes.
En el supuesto de que los coherederos desean obtener la titularidad exclusiva sobre los
bienes es necesario realizar la partición (art. 1068 Cc: “[la] la partición legalmente hecha
confiere a cada heredero la propiedad exclusiva de los bienes que le hayan sido
adjudicados”). Todas tienen legitimación para instar la división (art. 1052 CC), ya que no
están obligadas a permanecer en la comunidad hereditaria (art. 1051 CC).
Para ello, pueden tratar de llegar a un acuerdo entre ellas mismas (partición por los
coherederos, art. 1058 CC). Pero ante la eventual imposibilidad de consenso, es necesario
acudir a la partición extrajudicial (intervención de un tercero escogido por las coherederas
o semetimiento a arbitraje) o a la partición judicial, prevista en los arts. 782 y ss LEC
(procedimiento para la división de la herencia)3.
Las coherederas pueden llegar a diferentes acuerdos, ya que el art. 1058 Cc indica que
“podrán distribuir la herencia de la manera que tengan por conveniente”. Para que esta
partición resulte eficaz será necesaria la unanimidad de todas las coherederas.
Matizaciones
3
En este proceso participarán todas las partes implicadas, básicamente todas las
coherederas: D.ª Pilar, D.ª María, D.ªAlejandra, D.ª Valentina. Al igual que en la partición de
la comunidad hereditaria, pueden intentar llegar a un acuerdo (art. 402 CC, análogo al art.
1058 respecto a la comunidad hereditaria). De no ser posible el consenso, cabe la posibilidad
de pedir la intervención de terceros: árbitros o “amigables componedores nombrados a
voluntad de los partícipes” (art. 402 CC). Finalmente, está la vía judicial.
Como hemos indicado, para la división judicial de la comunidad hereditaria, está previsto el
procedimiento para la división de la herencia (art. 782 y ss LEC). Para división de la
comunidad de bienes, entendemos que debería ir por el juicio ordinario, ya que el valor del
objeto litigioso es superior a los 6.000 euros (art. 249.2 LEC). Por motivos de conexión (y de
economía procesal), creemos que ambos procesos podrían acumularse, si todo se llevara
por la vía judicial en virtud de los arts. 74, 75, 76 LEC.
-Respecto al usufructo de D.ª Pilar, los arts. 839 y 840 CC indican que puede sustituirse
por “renta vitalicia, los productos de determinados bienes o un capital en efectivo”.
En en Derecho Foral Balear, también cabe esta posibilidad al indicar el art. 48 CDCB (último
párrafo):
Los herederos podrán también hacer uso de la facultad establecida en el artículo 839 del Código civil,
y el cónyuge viudo podrá hacer uso de la del artículo 840 del Código civil.
Bibliografía
Jurisprudencia, doctrina, legislación, artículos.
Otros recursos.
➢ Apuntes de la asignatura.
➢ Código Civil.
➢ Compilación de Derecho Civil Balear.
➢ Dirección de los Registros y del Notariado. Resolución de 21 de mayo de 2014, en el
recurso interpuesto sobre la negativa de la registradora de la propiedad de La Bañeza
a inscribir una escritura de entrega de determinado legado ( BOE-A-2014-7755. Núm.
177, de 22 de julio de 2014).
➢ Dirección General de los Registros y del Notariado. Resolución de 22 de octubre de
1999, en el recurso gubernativo interpuesto por el Notario de Denia contra la negativa
del Registrador de la Propiedad de Alicante nº 3, a inscribir una escritura de
adjudicación de herencia.
➢ Dirección General de Tributos y Juego. «Naturaleza jurídica y tributación del legado
de parte alícuota». 30/09/2014.
➢ Ley de Enjuiciamiento Civil.
➢ SAPr Guadalajara. 03/02/2015. Número Sentencia 21/2015. Número Recurso
243/2014.
➢ STS 253/2008, de 15 de abril de 2008
Abreviaturas
art. Artículo
CC Código Civil
CDCB Compilación Derecho Civil Balear
LEC Ley de Enjuiciamiento Civil
RAE Real Academia Española
SAPr Sentencia Audiencia Provincial
STS Sentencia Tribunal Supremo