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La perspectiva conductual tiene sus raíces en el trabajo de varios psicólogos y científicos de finales del
siglo XIX y principios del siglo XX. Uno de los precursores más influyentes de esta perspectiva fue Ivan
Pavlov, un fisiólogo ruso. En la década de 1890, Pavlov llevó a cabo una serie de experimentos con
perros para investigar la digestión. Durante sus estudios, observó que los perros comenzaron a salivar
incluso antes de recibir la comida, simplemente al escuchar los pasos del asistente de laboratorio que
les traía la comida.
Este descubrimiento llevó a Pavlov a desarrollar la teoría del condicionamiento clásico. Pavlov demostró
que los perros podían aprender a asociar un estímulo neutro, como el sonido de una campana, con un
estímulo incondicionado, como la comida, y que el estímulo neutro comenzaría a provocar la respuesta
condicionada de salivación por sí mismo.
Más tarde, en la década de 1910, el psicólogo estadounidense John B. Watson llevó el enfoque
conductual un paso más allá al fundar el movimiento conocido como conductismo. Watson sostenía que
la psicología debía centrarse exclusivamente en el estudio de la conducta observable y medible, y que
los procesos mentales internos no eran adecuados para ser objeto de investigación científica.
A medida que avanzaba el siglo XX, otros psicólogos conductistas, como B.F. Skinner, desarrollaron aún
más la teoría y la práctica del conductismo. Skinner se centró en el condicionamiento operante, que se
basa en las consecuencias que siguen a un comportamiento y cómo estas consecuencias afectan la
probabilidad de que el comportamiento se repita en el futuro.
La perspectiva conductual, también conocida como enfoque conductista, es una forma de estudiar y
comprender el comportamiento humano. Se centra en lo que las personas hacen y cómo sus acciones
son influenciadas por el entorno en el que se encuentran. En lugar de enfocarse en los pensamientos o
emociones internas, la perspectiva conductual se preocupa por lo que se puede observar y medir
objetivamente.
Imagina que estás observando a una persona en un parque. La perspectiva conductual se interesaría en
lo que la persona está haciendo, como caminar, correr o sentarse en un banco. También se fijaría en
cómo el entorno afecta su comportamiento, como si la persona interactúa con otras personas o si
reacciona a estímulos como el sonido de un pájaro cantando.
Los conductistas creen que el comportamiento humano puede ser explicado y comprendido mediante
principios y leyes que se aplican a todas las personas. Por ejemplo, si una persona recibe una
recompensa o un castigo después de realizar una acción, es más probable que repita o evite esa acción
en el futuro. Este proceso se conoce como condicionamiento.
La perspectiva conductual también se enfoca en cómo las personas aprenden nuevas conductas. Por
ejemplo, si alguien aprende a asociar un sonido con una situación agradable o desagradable, esa
asociación puede influir en su comportamiento posterior. Esto se conoce como condicionamiento
clásico.
Condicionamiento clásico:
Imagina que tienes un perro y quieres enseñarle a asociar el sonido de una campana con la comida. En
este caso, el sonido de la campana es el estímulo neutro, la comida es el estímulo incondicionado que
naturalmente provoca salivación en el perro, y la salivación es la respuesta incondicionada. Al repetir
varias veces la presentación del sonido de la campana junto con la comida, el perro comenzará a asociar
el sonido de la campana con la comida. Eventualmente, el sonido de la campana solo será suficiente
para provocar la salivación en el perro, incluso sin la presencia de la comida. En este caso, el sonido de la
campana se ha convertido en el estímulo condicionado y la salivación en respuesta al sonido es la
respuesta condicionada.
Condicionamiento operante:
Imagina que estás enseñando a tu perro a sentarse. Cuando el perro se sienta, le das una golosina como
recompensa. En este caso, la golosina es un refuerzo positivo que aumenta la probabilidad de que el
perro repita la acción de sentarse en el futuro. El perro aprende que si se sienta, obtendrá una
recompensa. Por lo tanto, el comportamiento de sentarse se refuerza. Por otro lado, si el perro salta
sobre las personas y recibe una reprimenda o se le quita algo deseable, como atención o comida, el
comportamiento de saltar se castiga, lo que disminuye la probabilidad de que el perro repita esa acción
en el futuro.
En resumen, el condicionamiento clásico se basa en asociaciones entre estímulos, mientras que el
condicionamiento operante se basa en asociaciones entre comportamientos y sus consecuencias.
Ambos procesos son fundamentales para el aprendizaje y la formación de nuevas respuestas y
comportamientos en los seres humanos y otros animales.
La teoría del aprendizaje social, también conocida como teoría del aprendizaje social-cognitivo, fue
desarrollada por el psicólogo Albert Bandura. Esta teoría se basa en la idea de que el aprendizaje ocurre
a través de la observación y la imitación de los comportamientos de otras personas, así como a través de
la influencia de factores cognitivos y ambientales.
La teoría del aprendizaje social resalta la importancia de los procesos cognitivos en el aprendizaje y el
desarrollo humano. Según esta teoría, los individuos no solo aprenden por medio de la experiencia
directa, sino que también adquieren conocimientos y habilidades al observar a otros y ver las
consecuencias de sus acciones.
1. Observación: Las personas aprenden al observar a otros y prestar atención a sus comportamientos.
Bandura destacó la importancia de la atención selectiva, es decir, la tendencia a centrarse en ciertos
aspectos del entorno y de los modelos a los que se está observando.
2. Imitación: Los individuos tienden a imitar los comportamientos que observan en los demás. Bandura
enfatizó que la imitación no es una simple reproducción mecánica de las acciones, sino que implica
procesos cognitivos, como la atención, la retención de la información y la reproducción motora.
3. Reforzamiento: La teoría del aprendizaje social sostiene que las consecuencias de los
comportamientos observados también tienen un impacto en el aprendizaje. Si un modelo es reforzado
positivamente por su comportamiento, es más probable que el observador imite ese comportamiento.
4. Autorregulación: Bandura destacó la importancia de los procesos cognitivos en el aprendizaje social,
incluyendo la autorregulación. Esto implica que los individuos pueden establecer metas, monitorear su
propio comportamiento y ajustar su conducta en función de las normas y expectativas sociales.
1. Procesos de aprendizaje: Según la teoría del aprendizaje social, el aprendizaje ocurre a través de
cuatro procesos fundamentales:
a) Atención: Para que el aprendizaje se produzca, es necesario que el individuo preste atención a los
comportamientos y eventos relevantes en su entorno. La atención selectiva se ve influenciada por
factores como la novedad del estímulo, la importancia percibida y las características del modelo.
c) Reproducción: Una vez que la información ha sido retenida, el individuo debe ser capaz de
reproducir el comportamiento observado. Esto puede implicar habilidades motoras o cognitivas,
dependiendo del tipo de aprendizaje que se esté llevando a cabo.
2. Roles de los modelos: En la teoría del aprendizaje social, los modelos desempeñan un papel
fundamental en el proceso de aprendizaje. Los modelos pueden ser personas reales o personajes
ficticios, y su comportamiento puede ser observado directamente o a través de medios como la
televisión o internet. Los modelos pueden tener diferentes características que influyen en su efectividad,
como su estatus, similitud con el observador, competencia y la consistencia entre su comportamiento y
sus palabras.
3. Aprendizaje vicario: Uno de los conceptos clave en la teoría del aprendizaje social es el aprendizaje
vicario, que se refiere al aprendizaje que se produce al observar las consecuencias de las acciones de los
demás. En lugar de experimentar directamente las consecuencias, los individuos pueden aprender de los
resultados que observan en los demás. Esto permite que el aprendizaje sea más eficiente y menos
costoso, ya que no se requiere de prueba y error personal.
4. Autorregulación y autoeficacia: La teoría del aprendizaje social también enfatiza la importancia de los
procesos cognitivos y autorregulatorios en el aprendizaje. Bandura propuso el concepto de autoeficacia,
que se refiere a la creencia de una persona en su propia capacidad para llevar a cabo tareas o
comportamientos específicos. La autoeficacia influye en la motivación, el esfuerzo y la persistencia en el
aprendizaje y el logro de metas.
La teoría del aprendizaje social ha tenido un impacto significativo en la educación, la psicoterapia y otros
campos relacionados con el comportamiento humano. Proporciona un marco para comprender cómo
las personas adquieren nuevos comportamientos y habilidades a través de la observación y la
interacción con su entorno social.
El origen de la perspectiva cognitiva se puede rastrear hasta los trabajos de investigadores como George
Miller, Jerome Bruner, Noam Chomsky, Ulric Neisser y Jean Piaget, entre otros.
George Miller, en su artículo clásico de 1956 "The Magical Number Seven, Plus or Minus Two: Some
Limits on Our Capacity for Processing Information", examinó las limitaciones de la memoria y la
capacidad de procesamiento de la información en los seres humanos. Su trabajo influyó en la
comprensión de cómo los individuos organizan la información en unidades significativas y cómo las
limitaciones cognitivas pueden afectar el pensamiento y la toma de decisiones.
Jerome Bruner, por su parte, enfatizó el papel de la estructuración activa de la información por parte del
individuo y la importancia de la construcción del conocimiento a través de la interacción con el entorno.
Su enfoque se centró en la forma en que las personas organizan y representan la información
mentalmente y cómo estas representaciones afectan el pensamiento y la resolución de problemas.
Noam Chomsky, en el ámbito del lenguaje, criticó las teorías conductistas del aprendizaje del lenguaje y
propuso una visión innatista del lenguaje. Según Chomsky, los niños poseen una capacidad innata para
adquirir el lenguaje y existen estructuras cognitivas universales que subyacen al lenguaje humano. Su
trabajo influyó en el desarrollo de la teoría del procesamiento de la información y la comprensión de la
adquisición del lenguaje.
Ulric Neisser, en su libro "Cognitive Psychology" publicado en 1967, introdujo formalmente el término
"psicología cognitiva" y consolidó la perspectiva cognitiva como una rama importante de la psicología.
Neisser enfatizó la importancia de estudiar los procesos mentales internos y cómo estos procesos
influyen en la percepción, la memoria, el pensamiento y la resolución de problemas.
Jean Piaget, un destacado psicólogo del desarrollo, investigó cómo los niños construyen activamente su
conocimiento a través de la interacción con su entorno. Su teoría del desarrollo cognitivo destacó los
procesos de asimilación y acomodación, y cómo los individuos construyen y reestructuran sus esquemas
mentales a medida que adquieren nuevas experiencias.
Esta perspectiva considera que los seres humanos no solo responden pasivamente a los estímulos del
entorno, sino que también procesan activamente la información, la organizan, la interpretan y la utilizan
para comprender el mundo y tomar decisiones. Los procesos cognitivos incluyen actividades mentales
como la atención, la percepción, la memoria, el pensamiento, la resolución de problemas, el
razonamiento y la toma de decisiones.
La perspectiva cognitiva se basa en la premisa de que nuestros pensamientos, creencias, percepciones y
representaciones mentales influyen en nuestras emociones y comportamientos. Busca entender cómo
los individuos adquieren, almacenan, recuperan y utilizan información, y cómo estos procesos cognitivos
influyen en el procesamiento de la información y en la conducta observable.
3. Esquemas cognitivos: Los esquemas son estructuras cognitivas que contienen conocimientos e ideas
sobre un tema específico. Los individuos utilizan sus esquemas para interpretar y organizar la
información nueva, y para guiar su comprensión y toma de decisiones.
4. Procesos de atención y percepción: La atención selectiva permite a los individuos enfocarse en ciertos
estímulos y filtrar la información relevante del entorno. La percepción se refiere a cómo los individuos
organizan y dan sentido a los estímulos sensoriales.
5. Memoria y aprendizaje: La perspectiva cognitiva estudia cómo los individuos adquieren, almacenan y
recuperan la información a través de la memoria. También se interesa en cómo los procesos de
aprendizaje influyen en el desarrollo cognitivo y en la adquisición de habilidades y conocimientos.
6. Resolución de problemas y toma de decisiones: La perspectiva cognitiva examina cómo los individuos
abordan los problemas y toman decisiones, considerando los procesos de razonamiento, evaluación de
opciones y control ejecutivo.
En resumen, la perspectiva cognitiva se centra en el estudio de los procesos mentales y cognitivos, y
busca comprender cómo las personas adquieren, interpretan y utilizan la información para comprender
y actuar en el mundo.
La perspectiva conductual y la perspectiva cognitiva son dos enfoques diferentes en psicología que se
centran en aspectos distintos del comportamiento humano. A continuación, te presento algunas
diferencias clave entre ambas perspectivas:
4. Importancia de los procesos internos: Mientras que la perspectiva conductual tiende a enfocarse en el
comportamiento observable y las influencias ambientales, la perspectiva cognitiva destaca la
importancia de los procesos internos y subjetivos, como los pensamientos, las creencias y las
representaciones mentales. Considera que estos procesos internos influyen en nuestras emociones,
comportamientos y respuestas al entorno.
5. Cambio de enfoque terapéutico: En cuanto a la terapia, la perspectiva conductual se ha asociado
tradicionalmente con enfoques como el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante, que
se centran en el cambio de comportamientos problemáticos a través de técnicas de modificación de
conducta. Por otro lado, la perspectiva cognitiva ha influido en enfoques terapéuticos como la terapia
cognitivo-conductual (TCC), que se centra en identificar y cambiar los pensamientos y creencias
negativas o disfuncionales, y en desarrollar habilidades cognitivas y de afrontamiento más adaptativas.
Es importante destacar que estas perspectivas no son mutuamente excluyentes y a menudo se integran
en la práctica y la investigación psicológica. Muchos estudios y enfoques terapéuticos adoptan una
perspectiva biopsicosocial, que considera tanto los factores biológicos, psicológicos como sociales en el
comportamiento humano.
Estas son solo algunas formas en las que las perspectivas conductual y cognitiva se integran en la
investigación psicológica. La integración de estas perspectivas permite una comprensión más completa
del comportamiento humano al considerar tanto los aspectos observables y medibles como los procesos
mentales y cognitivos subyacentes.