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Jorge Martínez Sánchez

Vasallaje

El vasallaje es un sistema de relaciones sociales basado en los vínculos personales y


privados. El término “vasallo” de origen celta (gwass), aparece en el siglo VII. A partir
del siglo VIII, el término vasallo se utiliza cada vez más para indicar a un hombre de un
señor, aquel que se ha encomendado a él y que debe un servicio, la mayor parte de las
veces militar. Por lo tanto, el término pierde su connotación peyorativa, ya que se aplica
a los hombres libres y permite así vincular a un hombre a sí mismo y establecer una
clientela a menudo armada. En el siglo IX, el vasallo debía esencialmente el servicio
militar a su señor, pasa a ser aquel que debe servicio militar y por lo tanto es capaz de
armarse o, en el mejor de los casos, de equipar un caballo.
El compromiso del vasallo está rodeado de un ritual cuyos componentes quedaron
prácticamente definidos a finales del siglo XI. La ceremonia comienza con el homenaje,
luego continua con la realización de un juramento de lealtad para finalizar con la
ceremonia para terminar con la inversión de una donación, ya que al vasallo se le
conceden los medios para subsistir y amarse a sí mismo. En la Francia carolingia el
vasallaje comenzaba con dos actos diferente, el homenaje y la “fe”. En el homenaje el
que iba a ser súbdito se arrodillaba y cerraba las manos poniéndolas enfrente de su futuro
señor, el señor ponía sus manos alrededor de las manos cerradas del otro, esto se entendía
como un acto de sumisión. Para finalizar ambos se daban un beso como un símbolo de
vinculo, por esto a veces se le llamaba al vasallo “hombre de boca y manos”. La fe sin
embargo tenía un carácter religioso, el súbdito juraba lealtad apoyando la mano sobre una
biblia o sobre un artefacto sagrado. Estos dos actos se podían dar por separado o a la vez.
Se trataba, pues, de un verdadero sistema de gobierno para los carolingios, que les
permitía pacificar y reunir a príncipes demasiado independientes, apoyar las estructuras
administrativas de sus reinos con una red de relaciones privadas y reclutar ejércitos
mediante la intermediación de sus vasallos. Sin embargo, este vínculo personal decae y
el énfasis se desplaza, durante los siglos IX y X, hacia otro aspecto que hasta entonces
había sido secundario: el beneficio, es decir, adquiere un carácter económico. Sin
embargo, se observa que el carácter económico, a menudo en períodos de escasez
monetaria, tiende a convertirse en el centro y razón de ser del vínculo vasallo.
Esta unión surge en un momento de incertidumbre en Europa, con la caída del imperio
Romano el linaje o el estatus social no aseguraban nada. En esta situación de inseguridad
era lógico que el que era más débil se sometiera al más fuerte a voluntad buscando
protección. Esto daría a Señores que tienen súbditos que a su vez son súbditos de alguien
más poderoso que le garantiza a él seguridad. Por lo tanto, el vasallaje no surgió con la
intención de crear una estructura social sino por puro instinto de supervivencia.
Las primeras relaciones de vasallaje se darían en la Galia carolingia. Surgiría por la
incapacidad de crear un estado centralizado debido a la falta de infraestructura que hacía
que los viajes fueran más largos, y a la incapacidad económica de establecer una red de
funcionarios asalariados que se encargaran de recaudar impuestos y servicios a la
población. La figura del señor suplía esta cadencia, era su responsabilidad recaudar
fondos y reclutar sus ejércitos.
Jorge Martínez Sánchez
Tras la caída del estado carolingio, se da una mayor desestabilización de Europa. Las
invasiones nórdicas y húngaras hacen que ahora más hombres busquen jefes, y más jefes
busquen hombres y el paisaje europeo se llene de castillos de donde los nobles ejercerán
influencia. Las relaciones de protección dejaron de hacerse en beneficio de los reyes y los
homenajes privados se multiplicaron. La figura del rey pasa a ser eso, una figura, es
incapaz de defender a sus dependientes. A partir de aquí se pueden distinguir dos tipos de
vasallaje. La servidumbre, que es hereditaria, asociada a clases bajas, que es contraria a
cualquier tipo de libertad. El vasallaje, no es hereditaria ni por parte del jefe ni por parte
del hombre, si uno de los dos muere ese vínculo se rompe, estos vínculos se solían
establecer entre soldados y señores.

Bibliografía
Bloch. M. L. B (1939). La sociedad feudal. AKAL
Vauchez, A. (1999). Dizionario Enciclopédico del medievo. Cittá Nuova
José Ángel G.C., José Ángel S.M (2008). Manual de Historia Medieval. Alianza Editorial

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