Está en la página 1de 8

ORÍGENES DEL FEUDALISMO. LA ECONOMÍA SEÑORIAL.

DEBATE HISTORIOGRÁFICO

INTRODUCCIÓN

Podría decirse que el feudalismo fue el sistema de gobierno y la organización social y económica
que caracterizó a la Edad Media. El origen del feudalismo se remonta a la crisis del Bajo Imperio
romano, siglos III-V, cuando se establecen vínculos de dependencia entre colonos y latifundistas
(colonato). Estas relaciones se mantuvieron durante los reinos germánicos, consolidándose las
primeras relaciones feudo-vasalláticas en el siglo IX. El feudalismo se extendió por Europa
occidental entre los siglos X-XIII, e inició su crisis en los siglos XIV y XV. A lo largo de este tema
analizaremos la problemática historiográfica en torno al concepto de feudalismo, los fundamentos
que caracterizaron la economía señorial y la sociedad feudal, sus principales instituciones y su
evolución.

CONTEXTUALIZACIÓN EM EL CURRÍCULO

De acuerdo con el Real Decreto 1105/2014, que establece el currículo en la Educación Secundaria
Obligatoria y en el Bachillerato, así como con el Decreto 98/2016 de 5 de julio, por el que se
establecen la ordenación y el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato
para la comunidad autónoma de Extremadura, este tema contribuye al desarrollo de las
asignaturas de Geografía e Historia en el primer ciclo de ESO y de Historia de España en 2º de
Bachillerato. El curso de 2º de ESO dedica contenidos específicos al origen y desarrollo del
feudalismo, sus características sociales y económicas. En 2º de Bachillerato se abordan contenidos
relacionados con la ruralización de la economía y la sociedad feudal en la Península. Las propuestas
didácticas para desarrollar este tema son diversas: trabajo con mapas temáticos e históricos,
desarrollo de ejes cronológicos, etc. Pueden resultar interesantes igualmente, actividades que
permitan al alumnado abordar los contenidos de forma más cercana; teatralizaciones históricas,
juegos de simulación, ABP, etc.

1. DEBATE HISTORIOGRÁFICO SOBRE EL FEUDALISMO

• EN TORNO AL CONCEPTO DE FEUDALISMO

Se entiende como feudalismo el sistema de gobierno y de organización económica y social propio


de la Edad Media, basado en una serie de lazos y obligaciones que vinculan a vasallos y señores.

Cada escuela historiográfica ha ofrecido su particular versión acerca del concepto de feudalismo,
basándose en dos ideas esenciales: el feudalismo como modo de producción económico y el
feudalismo como institución política.

– La historiografía marxista establece interpretaciones fundamentalmente económicas.


Considera el feudalismo como un modo de producción en el que predomina la economía
agraria, con escaso desarrollo de las fuerzas productivas.

– La corriente institucional, defiende una definición basada en lo jurídico-institucional,


interpretando el concepto de feudalismo como un conjunto de instituciones que obligan a
la obediencia y servicio de un hombre libre (vasallo), hacia otro hombre libre (señor), el
cual tiene obligaciones de protección y sostenimiento frente al vasallo. Esta tendencia
considera esencial la existencia de una serie de instituciones que determinan las
obligaciones de los sujetos.

– El grupo de la Escuela de Annales trató de aunar los criterios económicos, sociales y


políticos del feudalismo, siendo una de las corrientes más comúnmente aceptada. Con la
obra de Marc Bloch; la sociedad feudal (1939), se marca un hito en la historiografía del
feudalismo.

• ASPECTOS BÁSICOS DEL DEBATE HISTORIOGRÁFICO

Además de la problemática en torno al concepto de feudalismo, los aspectos más estudiados giran
en torno a sus límite cronológicos, límites espaciales y la transición hacia la Edad Moderna.

Limites cronológicos. Cada escuela historiográfica fija los límites cronológicos de forma diferente.
En cuanto al origen del feudalismo, para los defensores de la corriente institucional, se situaría en
el siglo IX, con la consolidación del Imperio Carolingio, mientras que la escuela marxista los
situaría en la crisis bajo-imperial del siglo III, con el cambio del sistema de producción esclavista al
colonato. Igualmente, a la hora de determinar el fin de el sistema feudal, existen diferentes
interpretaciones; algunos historiadores lo sitúan dentro del contexto de la Revolución Francesa,
con la abolición, en 1789 del régimen señorial. Por otro lado, la corriente más extendida marca la
decadencia del feudalismo coincidiendo con el surgimiento de nuevas formas de organización
política a lo largo del siglo XV, las monarquías absolutas, y con los cambios económicos y sociales;
crecimiento de la economía monetaria, auge del comercio, crecimiento de las ciudades y el auge
de la burguesía.

Limites espaciales. El historiador Claude Cahen afirma que solo algunas sociedades medievales se
aproximan a lo que entendemos como modelo feudal; especialmente las sociedades de Europa
occidental, y más concretamente, aquellas que habitaron en los límites del Imperio Carolingio.

Transición a la Edad Moderna. Desde el punto de vista del materialismo histórico de Marx, la
transición del feudalismo al capitalismo se presenta por diferentes razones: la ineficacia de la
economía agraria como método de producción, la aparición de la economía monetaria a larga
distancia y los cambios políticos que permitieron la creación de las monarquías autoritarias.

2. ORIGEN Y DESARROLLO DEL FEUDALISMO. LAS INSTITUCIONES.

• ORÍGENES DEL FEUDALISMO

Como hemos visto, existen acepciones contrapuestas en torno a los orígenes del feudalismo.
Estudios vinculados a la Escuela de Annales, más vinculados a la interpretación marxista, sitúan el
proceso de formación del feudalismo en la época del Bajo Imperio romano, en los siglos III-V. En
esta época de decadencia y crisis económica comenzaron a darse las condiciones que prepararon
el camino hacia el feudalismo. El proceso se inició con la anarquía militar del siglo III y la
inestabilidad política; a partir de los siglos IV y V la vida urbana decayó y, con ella, la economía
monetaria y el comercio. La economía comenzó a estar centrada en el latifundio, que tiende a su
autosuficiencia económica. La sociedad comenzó a cambiar y los esclavos disminuyeron con el fin
de las conquistas; además eran poco rentables y fueron sustituidos por la figura del liberto:
hombre jurídicamente libre pero sin libertad de movimiento. Estos pasaron a convertirse en
colonos, antecesores del siervo feudal. De forma paralela, se extendieron los vínculos de
dependencia personales ante la inseguridad del periodo provocada por las guerras civiles, las
invasiones y la incapacidad del poder público para controlarlas. Con el tiempo, el latifundio
comenzará a funcionar como una entidad autónoma, en la cual el señor, con su ejército personal,
se encargaba de la protección de sus colonos, obligados a obediencia a su señor.

• DESARROLLO DEL FEUDALISMO

Se pueden establecer tres etapas en el desarrollo del feudalismo: la formación de las primeras
clientelas merovingias, la aparición de las primeras formas feudo-vasalláticas con los carolingios, y
un feudalismo clásico en los siglos X-XIII.

– Primeros sistemas clientelares. Formados en el siglo VII con la dinastía merovingia, ante el
clima de inseguridad general en Europa tras la caída del Imperio Romano de Occidente.
Estos primeros sistemas clientelares establecían vínculos de dependencia entre personas
libres a distintos niveles: colonos y señores y señores y rey. Entre los señores y el rey se
establecían clientelas políticas, mediante las cuales el rey concedía beneficios o tierras al
señor para que gobernara en su nombre y bajo su autoridad.

– Primeras formas feudo-vasallísticas. Se produjeron con los carolingios, en los siglos VIII y
IX. La inseguridad generada en Europa por las invasiones musulmanas, magiares, ávaras y
vikingas, y la incapacidad de los reinos germánicos para controlarlas facilitó la continuidad
del establecimiento de vínculos de dependencia personales, cada vez más frecuentes, entre
hombres libres. En tiempos de Carlomagno, el número de vasallos se incrementó como
forma de consolidar y estructurar el vasto Imperio Carolingio. Con el tiempo, estas prácticas
acabaron por debilitar el poder real; la noción de súbdito desapareció y fue sustituida por
la de vasallo. Con Carlos “el Calvo” (s. IX), CAPITULAR DE QUIERCY 877 (MIRAR TEXTO) se
estableció la heredabilidad de los beneficios o tierras de los señores; se establecía así una
verdadera nobleza de sangre autónoma con respecto al poder del monarca. A través del
juramento de fidelidad, los señores conseguían la autoridad en su feudo para ejercer sus
derechos sobre los siervos.

– Feudalismo en los siglos X-XIII. Durante este periodo, las relaciones feudovasallísticas se
consolidaron en el occidente europeo. El contrato de vasallaje aumentó su complejidad,
consistiendo en una ceremonia de homenaje, dentro de la que se incluía el juramento de
fidelidad al monarca y la investidura del feudo al señor.

• LAS INSTITUCIONES

La ceremonia de homenaje sellaba el contrato feudovasallístico y se practicaba a distintas escalas;


la más alta entre el rey y la alta nobleza y, a un nivel inferior, entre la lata nobleza y la baja nobleza.
El señor entregaba a su vasallo el feudo, término que sustituye al beneficio, consistente en un
terreno, aunque también podían ser cargos, posesiones o dinero. El vasallo debía a su señor,
además de fidelidad, los siguientes servicios: auxilium, ayuda militar mediante la hueste, la
cabalgada y la guardia; arriervan, llamamiento a todo hombre a utilizar las armas, la nobleza
organizaba este llamamiento entre sus siervos; y consilium, obligación de aconsejar al señor como
miembro de la curia (órgano consultivo y judicial integrada por la nobleza y el clero).

El principal elemento del feudo era el castillo; epicentro del poder señorial que actuaba como
residencia de los señores feudales, centro de administración de justicia y de recogida de rentas y
tributos, almacén de provisiones, etc. Además ofrecía a los habitantes de la zona un refugio ante
posibles ataques.

Fue bastante habitual que una misma persona prestara vasallaje a diversos señores, dando lugar a
situaciones conflictivas en el caso de que los señores estuviesen enfrentados entre sí. Como
solución se estableció el homenaje ligio: aquel que en caso de disputa, debía predominar. El
incumplimiento de los compromisos de vasallaje era denominado felonía, y suponía la disolución
del contrato feudovasallístico y, en el caso del vasallo, la pérdida del feudo. Desde el Capitular de
Quiercy, los beneficios y feudos se hicieron hereditarios (los herederos debían renovar el
compromiso de vasallaje con su señor).

3. LA ECONOMÍA SEÑORIAL

La economía señorial descansó sobre el régimen de servidumbre en el ámbito de la agricultura; de


los gremios, en materia manufacturera; y en un escaso del sector comercial. A partir del siglo XI se
percibe una importante expansión agraria y un renacimiento comercial.

• AGRICULTURA

La agricultura feudal se caracterizó por una baja productividad, el empleo de utillaje rudimentario
y por el escaso empleo de abonos biológicos. La inversión en capital era nula y la producción
estaba dirigida al autoconsumo. Predominaron los cultivos de carácter alimenticio como el trigo y
la cebada.

La célula económica básica de la Edad Media era el señorío: dominio territorial e institucional de
un señor feudal. El señorío tendía a ser autosuficiente; se autoabastecía tanto en el aspecto
alimenticio como en el artesanal. Estaba dividido en tres partes diferenciadas:
– Tierra dominicata: tierra explotada directamente para el señor y por cuyo uso se pagaba un
canon.
– Tierra indominicata: dividisa en mansos, lugar donde habitaba y trabajaba el siervo. En
teoría, los mansos tenían la extensión suficiente para alimentar al campesino y su familia.
– Tierras comunales: prados y bosques de las que se obtenía la madera y el alimento para el
ganado.

A partir del siglo XI, Europa vivió un renacimiento económico, que duró hasta la crisis demográfica
derivada de la peste negra en el siglo XIV. Este periodo está marcado por tres grandes desarrollos
tecnológicos aplicados a la producción agrícola: la utilización del agua y el viento para la
producción de los molinos, el empleo de animales de tiro, y la generalización del arado con
ruedas y vertederas, que favoreció las enormes roruraciones de los siglos XII y XIII.

• COMERCIO

En el mundo feudal, el comercio sufrió un importante retroceso en comparación con el Alto


Imperio romano. El comercio en la Alta Edad Media se caracterizó por el escaso volumen de
productos para comerciar; en su mayoría, productos de pequeño tamaño y elevado valor como
minerales, metales, especias, armas y artículos manufacturados de lujo.

El comercio interior estaba integrado por los mercados locales, que se reunían con una regularidad
semanal o quincenal. El comercio exterior se organizaba mediante ferias, en las que se vendían
artículos procedentes de largas distancias, especialmente de Oriente. Hasta el siglo XII solo existían
dos centros de cierta importancia comercial: Venecia y Flandes.

El siglo XII experimentó un renacimiento comercial y económico relacionado con varias causas:
– Aumento de la población, consecuencia de un aumento de la producción agraria, que
posibilitó que un número creciente de trabajadores pudieran abandonar las labores
agrícolas para dedicarse a otras actividades como la artesanía.
– Renacimiento de las ciudades y de la vida monetaria.
– Mejora de las infraestructuras, como la reconstrucción de los puentes romanos; en un
primer momento para facilitar las peregrinaciones, y de la que se benefició el comercio.

La actividad mercantil estableció, a lo largo de la Plena y Baja Edad Media, un importante circuito
económico con dos núcleos principales: en el norte, Flandes y la Hansa, y en el Mediterráneo,
Italia.

– Flandes: el fundamento se su prosperidad hay que buscarlo en la fabricación de paños. La


producción medieval consistía en un sistema de trabajo doméstico realizado por gente con
poca preparación y cuyo producto era recogido por el comerciante a cambio de un salario.
La producción estaba destinada al comercio lejano.
– La Hansa: fue una liga de ciudades comerciales del norte de Europa que nació de la
fundación de nuevos enclaves de comercio. Su fundación se sitúa a principios del siglo XIII,
cuando los traficantes de Lubeck firmaron un tratado de los de Hamburgo, monopolizando,
a mediados de siglo, el comercio del mar báltico con todo tipo de mercancías.
– Venecia y Génova: La actividad económica en Italia estuvo centrada en un comercio hacia
Oriente. Estas ciudades supieron aprovechar las expediciones de cruzada en su beneficio,
abriéndose en el siglo XIII al mar Negro. Los comerciantes italianos se especializaron en
artículos de lujo y especias.

La relación entre el comercio italiano y el del mar del Norte se realizó a través de la meseta de la
Champaña, en Francia. En las ferias de Champaña, se intercambiaban paños de lana y pieles por
productos orientales (especias, perfumes, tejidos de seda o algodón, joyas, etc.)

4. LA SOCIEDAD FEUDAL

La sociedad feudal era una sociedad completamente compartimentada en grupos cerrados, donde
la movilidad social era prácticamente inexistente. El estatus jurídico estaba vinculado al estatus
social y económico que dependían de la posesión de tierras. La sociedad feudal, ceracterizada por
los vínculos de dependencia, tenía también un marcado carácter teológico. El orden social era
predicado por la Iglesia y se organizaba en una división tripartita de la sociedad:

– Los oratores: los que rezan, el clero.


– Los bellatores: los que luchan, la nobleza.
– Los laboratores: los que trabajan, los siervos.

Los dos primeros pertenecían al estamento privilegiado. Controlaban el poder en todos sus
ámbitos y estaban exentos de pagar impuestos. Los siervos carecían de cualquier tipo de privilegio
o prebenda.

• PIRÁMIDE SOCIAL
En la cúspide de la pirámide social se encontraba el rey. Aunque solo de derecho era la autoridad
máxima, de hecho solo era autoridad en sus dominios, los señoríos reales. A él. Mediante lazos de
vasallaje, se vinculaban todos los habitantes del reino en calidad de vasallos, pero no como
súbditos.

Los grupos dominantes (nobleza) de la sociedad feudal tenían como principal ocupación la guerra,
y su mantenimiento económico lo obtenían de la explotación de sus señoríos con mano de obra
servil. La alta nobleza poseía los feudos de dignidad, directamente concedidos por el rey. Detrás
aparecen los feudos militares, entregados por la alta nobleza a sus vasallos. Estos a su vez
subinfeudaban sus territorios en los llamados feudos de caballería. Con el debilitamiento y la
fragmentación del poder real, los señores feudales habían asumido la delegación del mando
judicial y fiscal en sus dominios: tenían la capacidad de juzgar a sus vasallos y otros derechos
económicos como el cobro de tributos, impuestos, rentas, peajes, pontajes, etc. derivados de la
posesión de sus tierras. El señorío se había convertido en la unidad fundamental del poder del
sistema feudal.

La Iglesia, como orden dentro del estamento privilegiado. Los casos de vasallaje entre campesinos
y órdenes monásticas eran muy similares a la de los señoríos; podían administrar justicia y cobrar
impuestos y rentas. La Iglesia proporcionó al sistema feudal lo único de lo que había carecido en
sus inicios, la legitimación teológica. En este sentido, las órdenes militares y las cruzadas jugaron
un papel esencial, configurándose como un eficaz cauce de transmisión y establecimiento del
régimen feudal. Además, era frecuente su intervención en asuntos de Estado, reyes y nobles se
inmiscuían en los nombramientos de cargos eclesiásticos, y viceversa. Esto dio lugar a bastantes
controversias, especialmente a partir de la reforma gregoriana.

Dentro del estamento no privilegiado encontramos una variedad de grupos sociales. Los esclavos,
muy poco numerosos, estaban privados de cualquier tipo de derecho. Dentro de los hombres
semilibres, los siervos, existían diferentes categorías jurídicas y recibían diferentes nombres según
el territorio. Una de sus variantes es el denominado siervo de gleba, el cual estaba adscrito a la
tierra. En líneas generales, los siervos se comprometían a pagar en forma de prestaciones (corveas)
o de un canon (talla) a cambio de la concesión de un manso y de la protección por parte del señor.
Los pequeños propietarios alodiales eran poco frecuentes, llamados hombres de behetría en
Castilla. Se trata de un grupo social de hombres libres en retroceso durante la Edad Media, ya que
comúnmente se encomendaban a algún gran propietario a cambio de protección o sufrían el acoso
de los grandes señores feudales para hacerse con sus tierras.

• SOCIEDAD URBANA

La vida urbana del alto medievo es muy reducida. El Burgo en este periodo, se hallaba privado del
sentido económico que tuvo a partir del siglo XII: se limitaba a ser la residencia de un gran obispo
o señor, formando parte de un señorío. El Burgo estaba habitado por burgueses, generalmente
comerciantes y artesanos. Progresivamente, a partir del siglo XII, estos burgueses fueron
accediendo a una cierta independencia política. Era habitual que formasen una comuna de
individuos ocupados en defender la ciudad y elegir a sus representantes.

Los derechos de las ciudades eran reconocidos en las llamadas cartas de privilegios, fueros o
cartas pueblas. Las ciudades, generalmente, buscaban el apoyo del rey, y este el de los burgueses,
para enfrentarse al resto de los estamentos sociales.
La figura social del comerciante, no tendrá mucha repercusión durante la Alta Edad Media; solo
destacan algunos mercaderes extranjeros, sobre todo judíos, que mantenían el comercio de
artículos de lujo. En los pequeños mercados semanales, era el propio campesino el que vendía sus
propios productos. Igualmente, los instrumentos de producción eran fabricados en el propio taller
señorial y los artículos textiles, en el hogar de los campesinos. A partir del siglo XII, las figuras del
comerciante y el artesano, tomarán relevancia, vinculados al renacimiento urbano y al comercio
de largas distancias, estos se agruparon formando gremios.

5. LA CRISIS DEL FEUDALISMO

Como hemos visto, las causas y cronología del fin del régimen feudal han sido protagonistas
durante décadas de un intenso debate historigráfico, especialmente entre los historiadores
franceses de la década de los 70 del siglo XX. Los trabajos se concretaron en una obra clave para el
tema titulada la abolición del feudalismo en el mundo occidental. Existen dos posturas
diferenciadas que no son incompatibles: la de aquellos que entienden el final del feudalismo como
la consecuencia de un proceso de crisis prolongado y de transformación gradual; y los que optan
por la alternativa revolucionaria, afirmando que los procesos feudales fueron abolidos por
revoluciones como la de Francia, en el siglo XVIII. En la actualidad, parece haber consenso al
establecer que el sistema feudal desapareció en torno a los siglos XIV y XV; si bien su abolición
total no se consumó hasta finales del siglo XVIII o principios del XIX.

Para comprender el fin de este régimen es necesario analizar la multiplicidad de factores que
contribuyeron a su desaparición y a la transformación de la sociedad y sus bases económicas.

Desde el punto de vista político, las monarquía se fueron fortaleciendo progresivamente, gracias a
una mayor concentración del poder económico y, sobre todo, militar y judicial, en manos de los
reyes. En rey dejó de ser un primo inter pares, para situarse en un escalafón superior de manera
incuestionable. Los propios señores feudales se vieron obligados a acercar posiciones a la corte,
pasando de ser dominante de sus feudos, a una nobleza cortesana. Otro factor decisivo lo jugaron
las constantes guerras entre señores y reinos, que favorecieron la formación de numerosos
ejércitos semiprofesionales. La defensa recaía ahora en un ejército cuya responsabilidad estaba en
manos de la corona, por lo que los pactos de vasallaje y protección comenzaron a carecer de
sentido. Además, los conflictos bélicos se convirtieron en un recurso habitual a la hora de recaudar
impuestos, lo que llevó ala consolidación de un a nueva fiscalidad pública y la formación de un
aparato estatal organizado y fuerte.

Igualmente, debemos tener en cuenta las transformaciones socioeconómicas, vinculadas al


creciente desarrollo de las ciudades y al auge de la vida urbana, que trajeron consigo una
disminución de las relaciones señoriales con el campesinado, así como la aparición de grandes
fortunas, banqueros y comerciantes, más acordes con los intereses de la burguesía. El camino
hacia una nueva economía monetaria vinculada al capitalismo supuso, en el occidente cristiano, la
caída progresiva del régimen feudal.

CONCLUSIÓN

Cabría resumir que el feudalismo fue la forma de organización política, económica y social, basada
en un sistema de relaciones de dependencia entre diferentes individuos, que caracterizó la Edad
Media europea. A día de hoy, la historiografía mantiene un intenso debate teórico sobre este
concepto y su alcance, tanto en lo espacial y temporal como en cuanto a sus orígenes y desarrollo.
Fue en la estructura económica y social, en cuya esencia radica el fracaso del sistema productivo
feudal, donde se produjo la modificación del sistema de valores, y también el germen de las
nuevas estructuras políticas, económicas y sociales que dieron paso al comienzo de la era
Moderna.

También podría gustarte